Quién es una de las nadadoras neuquinas que recibió el invierno en el Canal de Beagle

Quién es una de las nadadoras neuquinas que recibió el invierno en el Canal de Beagle

 

Una de las nadadoras que recibió al invierno en las aguas heladas del Canal de Beagle el viernes por la noche, es una docente de Cutral Co. Silvana Romero impacta tanto como verla nadar entre el hielo que desprende el glaciar Perito Moreno. Esta docente de 50 años es una brazada de vida y además, una correntada de entusiasmo por una disciplina que descubrió hace unos años y le abrió todo un mundo nuevo.

Verla a ella y quienes practican la natación en aguas frías, con temperaturas bajo cero en el exterior y hasta con nieve, es todo un misterio que deslumbra a quienes estamos en esa orilla de conocer más y más.

Desde el corazón petrolero de Neuquén llegó hasta mi cercano glaciar Perito Moreno, desde el lago Ramos Mexia donde practica llegó a intentar nadar en nuestras Islas Malvinas, desde su Cutral Co viajó a Ushuaia para recibir dentro del agua a la temporada de invierno, en la noche de un 20 de junio.

¿Cómo no querer saber más de ella y de este mundo que se abre cada vez que se sumerge en el agua helada?

Hablamos con ella en esta edición especial de El Diario de Vanesa y aquí les dejo la entrevista:

Me gustaría que te presentes, que nos digas quién sos, de dónde y cómo empezaste a apasionarte por nadar en aguas frías.

Hola, ¿cómo estás? Mi nombre es Silvana Romero, vivo en Cutral Co, provincia de Neuquén, tengo 50 años y soy docente. Empecé a nadar en aguas frías en el año 2019 en un evento que organizaba un grupo de Junín de los Andes que se llamaba Viejos al agua y en ese evento se nadaba aproximadamente un kilómetro en aguas del río Chimehuín en el mes de agosto. 

Justo ese fin de semana había nevado, asique  nadamos  rodeados  de nieve. Y al otro día se nadaba en el lago Huechulafquen, así eso ya era más recreativo, pero  bueno,  en las dos oportunidades lo hicimos. Digo lo hicimos, porque fuimos dos,  sin traje de neoprene. Esa fue la primera experiencia de aguas frías y aguas gélidas, serían también porque aguas gélidas se considera menor de los cinco grados. Habían terminado los eventos de aguas abiertas, seguíamos entrenando en pileta y bueno, apareció esta posibilidad de nadar en aguas abiertas en invierno y viajamos hasta Junín.

Había participado anteriormente en eventos de aguas abiertas, en Villa Pehuenia, en Las Grutas, pero bueno, este era el desafío que surgía para el mes de agosto, entonces viajamos y pude nadar ahí, sin traje de neoprene, no como lo venía así en este momento, esa fue la primera vez.

Y en ese comienzo, ¿qué fue lo primero que tuviste que aprender?

En ese momento era todo un desafío y era la primera vez que encontraba gente que nadaba en aguas frías y yo no tenía ningún tipo ni de experiencia ni conocimiento. Entonces lo primero que aprendí es a sacarme la ropa rápido, a entrar en una carpa calefaccionada que estaba preparada para eso y a ingerir una bebida tibia, que por lo general uno dice café, té, caliente, mate, no, tiene que ser algo tibio que no haga un shock térmico en el cuerpo.

Todo eso era novedad, bueno, fui haciendo todo lo que me iban diciendo, no alcanzamos la hipotermia porque era un recorrido muy corto, era en río, entonces el río con el caudal y la corriente nos arrastraba rápido, pero bueno, fueron tres o cuatro minutos.

¿Cuáles son las sensaciones que te van apasionando de nadar en aguas frías?

Una sensación, primero en lo físico, bueno, sentís el frío en las manos, sentís el frío en el cuerpo, pero es hasta que entrás  en adaptación y que tu mente también empieza a controlar esas sensaciones y las transformas en una sensación agradable, placentera, y que te invita a seguir probando y a seguir  nadando en aguas frías.  Es una sensación de libertad. Yo siempre hablo de la libertad en el agua porque es el momento tuyo y el agua.  No podés estar pensando en ese momento en otra cosa. Dónde tengo que ir, cómo voy a hacer para ir, porque voy pensando en la abrazada, en la patada, en la distancia y también en lo que hago acá. Es necesario estar acá y terminás diciendo sí porque lo disfruto, sí porque estoy bien, me hace bien.  Entonces es un momento muy íntimo en esa relación entre el agua fría y el nadador que se disfruta mucho.

Hay una adaptación para que el cuerpo se vaya acostumbrando, ¿no?

El cuerpo, y yo creo que mínimo, tienes que tener unos cinco o seis meses como para adaptarte  a hacer un recorrido extenso, una distancia  de uno o dos kilómetros, que es lo máximo que  se nada  en los eventos comunes,  los eventos que organizan las agrupaciones.   Y hablo así porque a mí me cuesta llegar hasta el lago porque yo tengo el lago a 80 kilómetros.  Entonces yo tengo que ir todos los fines de semana, ahora que termina el verano, sea en otoño o invierno sigo yendo, nunca dejo de ir al lago para que el cuerpo también vaya  acompañando esa baja de temperatura del agua, que el cuerpo también la vaya reconociendo.

Entonces, cuando llega un evento en junio, julio, agosto, yo ya tengo el cuerpo adaptado a nadar en aguas frías. Hay organizadores que invitan a que los nadadores asistan tres o cuatro días previos al evento para poder hacer como una aclimatación. Que es eso, entrar al agua, estar cinco o diez minutos y salir. Para mí es muy importante eso porque la mente, la cabeza del nadador, acompaña ese ingreso al agua. Es como decirle, mañana vas a entrar a competir en esta temperatura de agua, entonces al otro día vos ya tenés idea de cómo es el agua, cómo la vas a sentir y no te tenés que preocupar por la cabeza, sino más por la distancia, por lo físico y por el entrenamiento que vos hiciste.  Me parece que es muy importante eso: tener el cuerpo preparado, pero también reconocer el agua en la que uno va a ingresar  por primera vez o para la participación en un evento.

Calentar antes el cuerpo y sobre todo no desabrigarse, no enfriarse.  Por ahí muchos piensan que llegar a nadar en aguas frías, llegar a sacarse el abrigo, quedarse en malla en la costa, esperar que toque el silbato o que todos estén  listos para meterse. Nosotros siempre decimos no se desabriguen, el cuerpo necesita mantener esa temperatura corporal para perder ese calor en el agua y no afuera.  Entonces hasta el último momento hay que estar abrigados y recién cuando es momento de entrar que dicen ya ahora nadadores al agua, hay que sacarse todo el abrigo que uno tiene.  Lo mismo al regreso, a la salida,  es sacarse toda la ropa mojada.  Lo primero que nos abrigamos es la cabeza, los pies y las manos, que es por donde más se pierde el calor corporal.  Y después viene el resto de las mallas, ponerse ropa seca, todo eso.

Has participado en el Mundial del glaciar Perito Moreno, ¿cómo es nadar entre el hielo?

En el Mundial del glaciar Perito Moreno participé en el año 2023. Ahí nadé mil metros con el agua a dos grados.  La noche anterior a la competencia de los mil metros hubo un desprendimiento de hielo del glaciar, así que nadamos entre pequeños icebergs,  que de hecho yo tengo fotos de mi mano lastimada porque me chocó un iceberg, mientras vos vas nadando lo ves, intentas correrlo y al correrlo no te das cuenta que por debajo hay un bloque de hielo más grande que es del mismo color del agua, cuando  hice yo la abrazada particularmente me choqué con ese hielo y salí con la mano sangrando. 

No lo sentí, obviamente, porque mis dedos no tenían sensibilidad en ese momento, me di cuenta después cuando ya salgo del agua. Pero las fotos son muy lindas, ahí hay videos también. Y en el 2024 viajé otra vez en este evento, no se pudo hacer la distancia de 1000 metros así que hicieron un circuito bollado de 500 metros con una sola vuelta, esa fue la distancia máxima que pudimos nadar ahí  en el glaciar. Después estaban las distancias más cortas que implican más velocidad, 25-50 metros.  Pero bueno, lo mío no es la velocidad, sino que yo hago más fondo, hago lo que es distancias.  Traje algunas medallas porque participé en 25 espalda, 25 pecho, 25 crawl, 25 mariposa, 50 Kroll, 100 Kroll, 200 Kroll, bueno, de todas las distancias que había participé así que me traje varias medallas.

Con el glaciar atrás es algo imponente, algo que vos decís es inesperado, yo creo que ningún nadador, o sea, es un evento que es relativamente nuevo para los argentinos, durante dos o tres años estuvo organizado para recibir nadadores extranjeros y ahora desde el 2023 creo que fue que empezaron a inscribir o se organizó para nadadores argentinos y pudimos participar ahí.

Es algo que yo creo que ningún nadador lo sueña o lo soñaba, ahora sí porque ya se sabe que se puede organizar ese evento. Pero en su momento nosotros lo mirábamos por televisión como algo que era inalcanzable. Por la experiencia de estar ahí, porque era muy limitado el cupo y el valor, el costo de inscripción era muy alto. Entonces, era algo muy lejano a mi realidad.

Te escucho y no sé si es un desafío o una disciplina que adoptás para sentirte bien.

Estar en aguas frías, yo creo que es algo que se tiene que proponer  la gente, los nadadores.  No como un desafío, decir, yo lo voy a lograr porque es como una disciplina que vos adoptas.  La primera vez probas a ver cómo te sentís, cómo te siente el cuerpo, cuánto demora en recuperarse, vas de a poco. controlando algunas cuestiones, es decir, qué señales manifiesta mi cuerpo de que tengo que salir del agua, es reconocer un poco el cuerpo,  las reacciones y  encontrarle el placer, es decir, me gusta, quiero volver a repetirlo. Y después ya lo adoptás, ya no querés nadar en el lago en verano, querés estar contenta cuando llegue el invierno. Que no quiere decir que uno no tenga frío en el invierno porque todos dicen cómo vas a tener frío si vos nadas en aguas heladas. Sí, cuando yo nado en aguas heladas me preparo mentalmente, preparo mi cuerpo. Ahora, si hay 4 o 5 grados bajo cero acá a la mañana en mi casa, sí, tengo frío.  Y es un desafío cuando vos ya lo adoptas y pensás  en estos eventos, en estos encuentros, quiero ir al glaciar Perito Moreno y poder nadar allá a  dos grados.  Quiero ir a Ushuaia a recibir la noche más larga del mundo en el canal de Beagle, ese evento también participamos dos veces, que se nada a las 12 de la noche el 20 de junio para recibir el invierno ahí en la costa de Ushuaia.

¿En algún momento llegaste a sufrir hipotermia?

Llegar a la hipotermia no, nunca me pasó. Sí, hecho de enfriarme y que mi cuerpo demore más en recuperar su temperatura, recuperar calor, esto de salir y temblar. Que nosotros, dentro del grupo de los nadadores, decimos que temblar está bien porque es cuando el cuerpo está recuperando. La hipotermia no me pasó. Lo he visto. Lo he visto en algunos nadadores. Incluso hay nadadores que los han llevado en ambulancias. Pero a mí no me pasó eso. Temblar y mientras estás tomando algo tibio que te tiemble el vaso a la taza, sí. Pero lo importante en eso, siempre lo decimos, es tratar de recuperar calor. Y no asustarse, porque si uno se asusta es como que empieza a hacer cosas que por ahí son innecesarias o poco convenientes. Así que, entre esas cosas, por ejemplo, hay gente que dice, bueno, salgo a correr para recuperar más rápido el calor. Y en ese salgo a correr le estoy pidiendo a mi sistema circulatorio un doble esfuerzo, que es el de calentarme y a la vez sostener o tener la energía para hacer una actividad física que demanda más circulación, entonces bueno, esas cosas por ahí no son recomendables.

Todo lo que te cuento es  todo lo que fui aprendiendo.  Yo no soy ni profe de educación física, ni médica, ni especialista en natación.  Son todas cosas que se fueron transmitiendo entre los grupos. Hay gente que es referente, que tiene historia, muchísima experiencia y que por ahí sí tiene más estudios especializados en el tema.  Y bueno, gracias a esa gente uno va aprendiendo y puede también compartir esa información.  Así que bueno, es así, son todos,  todo lo que yo sé lo aprendí porque alguien me lo dijo, no es que yo lo haya estudiado.

¿Cuáles son ahora tus próximos objetivos?

Estoy entrenando ahora para el Canal de la Mancha, hay eventos también  en Estonia en invierno. El año pasado en marzo viajé a Malvinas para intentar el cruce de las dos islas en el estrecho de San Carlos, en la parte  más estrecha digamos, y de menor distancia que son 5 kilómetros. Se calcula que son 5 km lineales, pero uno puede llegar a nadar 6 por la deriva de las corrientes y todo eso.  Bueno, por cuestiones de clima, estuve en marzo del año pasado y no se pudo hacer, el clima no nos permitió, había mucho viento, un oleaje bastante alto, entonces desde la organización nos dijeron que no, que está bien, porque en realidad desde la organización nos estaban cuidando,  éramos dos nadadores los que viajamos.  Bueno y ahora como quedó eso pendiente, es mi próximo desafío volver y poder hacer ese cruce. Así que estoy entrenando con ese objetivo. El agua en San Carlos está entre 8 y 10 grados, asique tengo que entrenar en agua fría y con oleaje, que también es un desafío para mí.  Yo vivo en Cutral Co y voy a nadar al lago de El Chocón, que tiene un oleaje común, nada que ver con el del mar allá. Asique tengo que buscar ahora en el invierno aguas frías y lugares en donde pueda nadar con un poco de viento que haya un poco de oleaje. Ese es el próximo desafío. Y en agosto, si se organiza algo en El Calafate para nadar en el glaciar, seguramente también con nuestro grupo vamos a estar participando. En junio-julio del año pasado fuimos a nadar al lago de Caviahue, que también estaba nevado, y ahí también estaba rondando los dos grados la temperatura. Así que para entrenar, ahora en invierno, en la cordillera tenemos distintos lugares y después eventos así que se organicen con difusión pública,  Calafate, Ushuaia y si se da lo de Malvinas, allá estaremos.

Para ir cerrando, ¿qué nos podés decir a quienes aun no hemos hecho la experiencia de nadar en invierno en aguas frías?

Para ir cerrando, yo invito a todas las personas que sepan nadar, que se sumen o que prueben, que intenten el nado en agua frías.  Van a descubrir sensaciones nuevas.  Van a volver cansados por más que se nada en 10 minutos.  El cansancio que genera  la recuperación es muchísimo. Y uno dice, me dormí todo, dormí toda la noche. Sí, pero nadaste 10 minutos. Sí, pero en agua fría.  Bueno, la sensación que van a descubrir más allá que son sensaciones individuales y personales,  los grupos en los que se puede practicar la natación en agua fría  son grupos muy solidarios,  gente muy colaboradora que está siempre pendiente del otro. Nosotros nadamos siempre con eso de con un lema que es no nadar solo, nunca nadar solo, siempre estar mirando al compañero.  Nadamos y vamos mirando y vamos parando para preguntar ¿cómo estás, bien?  No es un nado competitivo para muchos de los nadadores de aguas frías, son nados recreativos, se disfrutan más.  Si bien hay nadadores de aguas frías que entrenan para competir y es sumamente importante y lo hacen con una constancia y un compromiso impresionante,  yo y  dentro  del grupo que tenemos nosotros acá en Neuquén,  me parece que disfrutamos más ese momento de nado recreativo donde el único requisito es saber nadar, después lo otro es preparación, entrenamiento, constancia de seguir yendo al agua  durante el invierno. y descubrir cada uno qué le genera y en qué punto de su vida, de su realidad, de su contexto, le genera placer el hecho de estar en el agua. No es un tratamiento psicológico ni médico ni nada, pero lo tomamos como una terapia para cada problema individual, cada problema personal que tiene. Muchos dicen, me hace bien venir a nadar. Entonces, algo resuelve. No sabemos qué, pero algo resuelve.

Para conocerla más, la podés seguir en @cylromero en Instagram.

Espero que les haya gustado y ¡será hasta la próxima!

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