Gran parte de la labor política es interpretar a la sociedad en su conjunto, sus deseos y sus aspiraciones para buscar representarla. Esto lleva en algún punto a preguntarnos ¿qué es lo que quiere la sociedad? ¿Quiere artefactos en cuotas o quiere un dólar barato para poder viajar al exterior? ¿Quiere estabilidad cambiaria e inflación baja o con algo de lo anterior ya estamos?
Este debate es fundamental a la hora de pensarnos como sociedad. Como en todo, quien ose ser terminante está jugando más a los “factos” de estos tiempos que a dar respuestas a preguntas que necesariamente debemos hacernos. De otra forma, no sabremos si el lugar hacia el que nos dirigimos es aquel al que queremos ir.
Si miramos los últimos cuatro gobiernos, se evidencia que lo que busca la sociedad es la satisfacción y la maximización del placer en el corto plazo. Quizás un rasgo de época y/o una imposibilidad fáctica de la modernidad (el huevo o la gallina) pero la falta de esfuerzo y constancia así como la toma de decisiones intempestivas son frecuentes. Cuando a los negocios y/o a las personas les va bien, ¿cuánto están dispuestos a invertir y cuánto gastan? ¿Vemos una planificación de mediano o largo plazo? No sólo es el tele de esa gente que llegó con lo justo, también es la camioneta cero o viaje de ese chacarero que tuvo un buen año y al siguiente esperaba el subsidio para la poda. Porque… hecha la ley, hecha la trampa y cada quien lo hará en la medida de sus posibilidades.
Por esto, debemos dejar de ver a quien está al lado para empezar a vernos como sociedad. Porque también muchos hemos utilizado la inestabilidad del país para consumir y “crecer”, quien tuvo alguna posibilidad en los últimos años compró artefactos en cuotas sabiendo que se iba a licuar el valor (o hasta alguna casa) o en este último tiempo viene haciendo compras en el exterior sabiendo que está barato. En ambas situaciones el diagnóstico es el mismo “se va a ir todo a la mierda, aprovechá a comprar”. Esa pulsión consumista no nos permite mínimamente analizar las razones por las que nos vamos a la banquina constantemente. ¿Y si tenemos un poco la culpa todos?
Esta lectura puede ser una cuestión sesgada, quien apenas tiene para comer no piensa en las cuotas o compras al exterior. Probablemente quienes están en condiciones de pobreza o indigencia sean los que menos condiciones tienen para surfear esos vaivenes de la economía de nuestro país, constantes, que tiene un veranito de vez en cuando pero que económicamente va dejando personas al costado del camino casi en forma cíclica. En el mismo ciclo que tiene sus bonanzas y sus males.
La gran masa de la población, esa masa aspiracional. Esa masa que te define las elecciones. Esa masa que es la clase media, no está buscando la permanencia y la estabilidad, sino más bien todo lo contrario. Hemos visto constantemente personas que se quejan de su salario mientras en el verano subían fotos en Brasil o Chile. Quien pasó por una sala de profesores hasta 2015 seguro ha escuchado cómo se quejaban por su salario y por el gobierno mientras tenían autos cero kilómetros y hoy a duras penas la docencia puede llegar a fin de mes. Y cuando llega la elección, volantazo, total que alguien arregle lo que estoy pidiendo.
No quedan dudas que los gobiernos y las posiciones ideológicas son las que tienen que interpretar y/o adaptarse pero si no nos interpretamos correctamente como sociedad con nuestras luces y sombras, los gobiernos pasarán y siempre habrá una oposición dispuesta a fogonear la insatisfacción cada vez más creciente saboteando cualquier posibilidad de crecimiento.
Debemos discutirnos y hacernos las preguntas correctas como sociedad para saber qué futuro queremos y (sobre todo) pensar en mayor crecimiento y estabilidad. Sin la constante de no saber qué sucederá mañana.
Las subas y bajas diarias en las cotizaciones de acciones de las empresas son útiles solo para el apostador financiero de corto plazo. Sin embargo, el comportamiento mensual arroja señales sobre cuanto seducen a los inversores las acciones de las empresas argentinas que sobresalen en sectores estratégicos.
Las principales caídas mensuales de las acciones argentinas que cotizan en Wall Street fueron en el sector financiero. Banco Macro que se derrumbó un 6,3% mensual seguido por el Banco Supervielle con un 4,7% . El tercer y cuarto puesto en el ranking de perdedores de este sector, se ubica el Grupo Financiero Galicia con un 3,7% y el BBVA con una caída del 3.6%.
En el mundo de las comunicaciones, Telecom cayó un 4,3%, pero sorprendentemente también MercadoLibre con un 2,1%. Tampoco le fue bien al jugador más importantes de Vaca Muerta. YPF restó un 2,5%, lo que empaña las proyecciones de su presidente Horacio Marín, quién prometió multiplicar por cuatro la cotización de las acciones de la petrolera de bandera.
“Estas bajas reflejan una mayor cautela de los inversores frente a activos argentinos, en medio de dudas sobre la sostenibilidad del ajuste fiscal del gobierno de Javier Milei, la desaceleración económica y la incertidumbre que generan las elecciones”, indicó a LPO un operador de Wall Street.
Al respecto hay un dato contundente. El riesgo país que elabora JP Morgan volvió a subir este viernes hasta llegar a los 741 puntos básicos. Se trata del tercer aumento consecutivo del indicador que mide el costo del finaciamiento argentino. En lo que va del año dio un salto del 16,7%.
Estas bajas reflejan una mayor cautela de los inversores frente a activos argentinos, en medio de dudas sobre la sostenibilidad del ajuste fiscal del gobierno de Javier Milei, la desaceleración económica y la incertidumbre que generan las elecciones.
“Los potenciales inversores son expertos en correr el arco permanentemente. Primero es el equilibrio fiscal, después que bajes impuestos, que los dejes sacar los dólares y que cumplas con el vencimiento, todo esto firmado por el Congreso con un marco regulatorio amparado por tribunales internacionales como respaldo. Este gobierno esta dispuesto a todo eso y mas, pero aún así no se trata de trámites sencillos y su buena voluntad corre riesgo en las elecciones”, consideró a LPO un ex funcionario del ministerio de Economía.
El sábado pasado, la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Villa Regina organizó una nueva visita guiada a la granja ‘La Soñada’, de manera de ir respondiendo a la gran demanda de personas interesadas en participar de la actividad. 11 adultos y 10 niños y niñas disfrutaron de una hermosa tarde de sol, recorriendo…
El gobernador Maximiliano Pullaro se dispone a coronar un ambicioso plan de cambios estructurales con la reforma de la Constitución que se comenzará a debatir en Asamblea el 14 de julio próximo y con la que pretende modificar el statu quo provincial al cual califican de viejo y anacrónico.
En los despachos oficiales aseguran que desde hace décadas se configuró un sólido núcleo de poder donde el gobernador era un invitado circunstancial donde mandaban los Senadores; la Corte Suprema de Justicia; importantes empresarios con negocios en el juego, la industria farmacéutica y la obra pública y los Sindicatos.
Para revertir la situación que según los radicales condicionaba al poder político, iniciaron una serie de cambios que comenzaron con el sistema previsional, la renovación de la Corte y culmina con la reforma de la Constitución, para debilitar el círculo rojo y darle mayor poder de decisión a quienes ejercen los cargos electivos:
“Tenemos una oportunidad única de hacer una provincia sin privilegios ni poderes ilimitados”, dijo Pullaro en su discurso de apertura de sesiones del jueves pasado cuando se refirió a la Reforma Constitucional y la posibilidad de la reelección.
Jorge Molina, el poderoso secretario general de UPCN Santa Fe, uno de los gremios más importantes de la provincia
“Hasta ahora, el gobernador tenía un poder mínimo que ejercía durante los dos primeros años y después se diluía mientras que las decisiones se tomaban en una mesa en la que se sentaban los senadores representados por Traferri, el hombre fuerte de la Corte, Rafael Gutiérrez, los gremios de UPCN y ATE; los sindicatos de las empresas públicas y familias de empresarios con negocios millonarios con el Estado desde siempre vinculados a los medios de comunicación, el Colegio de Farmacéuticos de ciudad de Santa Fe y la obra pública”, detallaron a LPO fuentes cercanas al gobernador.
Hasta ahora, el gobernador tenía un poder mínimo que ejercía durante los dos primeros años y después se diluía mientras que las decisiones se tomaban en una mesa en la que se sentaban los senadores representados por Traferri, el hombre fuerte de la Corte, Rafael Gutiérrez, los gremios de UPCN y ATE; los sindicatos de las empresas públicas y familias de empresarios con negocios millonarios con el Estado desde siempre vinculados a los medios de comunicación, el Colegio de Farmacéuticos de ciudad de Santa Fe y la obra pública
En ese sentido, el gobierno impulsó reformas y tomó medidas que fueron recortando el poder del círculo rojo como los controles que impuso en las empresas de Aguas y de Energía, cambios en la compra de medicamentos de parte de la obra social provincial que rompió con el monopolio de proveedores únicos y un plan de obras públicas por más de 1.500 millones de dólares en licitaciones controladas que terminaron abaratando significativamente el valor de la construcción pública “donde las empresas se repartían los contratos”, comentaban.
En el equipo de Pullaro explicaron que el mapa de reformas continuó con la nueva ley previsional para sanear la Caja de la provincia, la implementación de los premios a la asistencia para los docentes y la renovación de la Corte Suprema que ya efectivizó con los primeros tres cargos y confían en terminar de actualizarla en breve con la salida del mismo Gutiérrez.
Felipe Michlig es el senador más cercano a Pullaro y otro de los peso pesado de la Cámara Alta
El paso que terminará coronando el plan del radical se concretará con la reforma constitucional donde busca nivelar la duración de todos los cargos electivos a la posibilidad de una sola reelección. No es un tema menor para una provincia donde hay senadores y diputados que llevan más de 20 años en la banca mientras que el gobernador solo tiene la opción de un solo período de cuatro años.
En el despacho del radical defienden la importancia de este cambio más allá del interés particular de conseguir la reelección para Pullaro: “sin reelección, la construcción democrática de la provincia pasaba por la presencia de corporaciones fuertes y un gobierno débil. Por lo tanto, prevalece siempre los intereses particulares a los generales”.
Sin reelección, la construcción democrática de la provincia pasaba por la presencia de corporaciones fuertes y un gobierno débil. Por lo tanto, prevalece siempre los intereses particulares a los generales
Esos límites institucionales explican en gran medida la falta de un plan de obras estructurales como tiene Córdoba, una provincia parecida en su morfología, pero que tiene una inversión en infraestructura infinitamente superior a la de Santa Fe. “Porque a las corporaciones no les interesa dejar obras que trasciendan porque defienden intereses sectoriales”, reflexionan en la Casa Gris.
Con mayoría propia en el Senado que Pullaro consiguió con el batacazo del 2023 cuando cosechó más de un millón de votos, avanzó en el resto de las reformas y le torció el brazo a sectores históricos del poder de Santa Fe.
“La sociedad ofrece estereotipos: los prejuicios (racistas, clasistas, xenófobos, sexistas)…La fisonomía del delincuente en el imaginario colectivo, que es alimentado por las agencias de comunicación…¿Por qué siguen reproduciéndose estas prácticas?
Pablo Catacata Madrigal tiene 30 años. Es jujeño pero trabaja en un campo cerca de Salto, provincia de Buenos Aires. Monta a caballo junto con su novia, Antonella, que tiene 24. Atraviesan un puente que está sobre un arroyo. Llueve. La tormenta no para. El arroyo crece. Llueve mucho. La pareja es tragada por la corriente. Pablo y Antonella son dos de las víctimas del temporal que el fin de semana del 17 de mayo se desató en el noreste de la provincia de Buenos Aires, a la altura de Zárate, Campaña y Areco, hoy declarada zona de emergencia. Hubo 7 mil evacuados que en menos de dos horas sintieron cómo el agua les llegaba al ombligo. Inundados y a oscuras. 400 milímetros. Muchos de los que lograron alejarse en auto entraban de contramano a la ruta, antes de que se cubrieran también las autopistas. La lluvia paró, llegó el calor del sol, pero sus casas quedaron con charcos y alfombras de barro y llenas de mosquitos, ranas, insectos. En los techos siguen los colchones y algunos perros. El noticiero recorre una de esas casas, muestra el garage en el que ahora se estaciona una canoa. “Y no podés hacer nada”, le dice el vecino al movilero.
“Alerta roja”, en términos de alerta meteorológica, significa “riesgo de vida”.
Hacia fines de la semana pasada, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había emitido las alertas para la Ciudad de Buenos Aires y el noroeste de la Provincia de Buenos Aires ante la posibilidad de precipitaciones extremas. Se trata de eventos tan imprevisibles que dificultan la capacidad de respuesta. ¿Se pueden atribuir al cambio climático? Esta posibilidad aún no fue científicamente analizada, pero son muchos los factores que contribuyen a la generación, frecuencia y duración de eventos extremos. Por eso, avanzar en su comprensión es fundamental para aumentar la capacidad de esa respuesta. Uno de esos factores tiene que ver con el calentamiento del océano, que desempeña un papel clave en la compensación del desequilibrio energético frente al excedente de radiación solar en los trópicos en relación con los polos.
El océano cumple un rol fundamental de mitigación, pero a expensas de otros impactos adversos. El aumento progresivo de la temperatura en sus aguas altera patrones de temperatura y precipitación en el aire, aumentando la frecuencia e intensidad de eventos extremos, olas de calor marinas, acelerando el crecimiento del nivel del mar, procesos de deshielo de glaciares y capas de hielo, pérdida de oxígeno en el océano y alterando la circulación oceánica. A su vez, la absorción de carbono produce acidificación que causa daños en los ecosistemas marinos, muchas veces irreversibles.
En nuestra región, el Atlántico Sur se está calentando desde la superficie hasta el océano profundo como resultado de estos fenómenos. El calentamiento oceánico máximo (de 1.2 °C por década) castiga, en particular, en la Corriente de Brasil y en la Confluencia Brasil-Malvinas, una de las regiones más energéticas del océano global. Y en gran parte del Océano Atlántico Sur tropical y subtropical la salinidad de aguas superficiales y subsuperficiales aumentó (aproximadamente 0.15 g kg−1 por década) evidenciando cambios en la circulación y la aceleración del ciclo del agua. Como resultado, nuestros países que bordean el Atlántico Sur experimentan cambios en los patrones de precipitación y temperatura.
Las evaluaciones del IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático) lo vienen advirtiendo: la temperatura global continuará aumentando a menos que se produzcan reducciones drásticas en la emisión de gases de efecto invernadero. Los eventos extremos en el sistema climático serán cada vez más frecuentes e intensos. Y las proyecciones a futuro indican que las inundaciones ocasionadas por lluvias intensas serán más comunes y severas. Estas proyecciones se ven influenciadas por factores socio-económicos, el manejo del uso del suelo y la falta de obras e infraestructura adecuada, que magnifican su efecto. En particular, para la región del Sudeste de Sudamérica se proyecta una tendencia en aumento y magnitud de eventos de precipitación extrema para los distintos escenarios de calentamiento global.
En el contorno de ese mapa se encuentra Bahía Blanca. La zona de la cuenca inferior del canal Maldonado y del arroyo Napostá todavía se recupera de su última tragedia climática. Su ubicación combinada con fallas en el drenaje local la convierten en una región vulnerable ante lluvias extremas, como las que el 7 de marzo desencadenaron inundaciones que causaron muertes de vecinos, daños en infraestructura y en medios de sustento para la comunidad. Si bien aún no se conoce con exactitud cuáles fueron los factores determinantes que desataron el temporal, eventos excepcionales como este generalmente responden a una combinación de procesos que interactúan entre sí.
El día anterior al temporal, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había emitido una alerta por fuertes tormentas en el centro y noroeste del país, detallando que el ingreso de un frente frío desde el sur chocaría con una masa de aire cálida y húmeda persistente en la atmósfera. Desde hace unos años, luego de cada evento climático extremo de gran impacto se realizan estudios científicos preliminares para responder en forma rápida cuál es el rol del cambio climático en el evento. Para el caso de Bahía Blanca, el intenso calor previo sí fue atribuido al calentamiento global, mientras que la influencia del cambio climático en las precipitaciones es menos clara. Dada la excepcionalidad del evento, se sigue investigando para evaluar cuales son los factores físicos que contribuyeron.
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El océano actúa como un reservorio de energía para la atmósfera, y la distribución espacial del calor en su superficie ejerce un control fundamental en los patrones del tiempo en el continente a través de procesos regionales y teleconexiones remotas, impactando en lluvias y vientos. Su progresivo calentamiento podría influenciar en la generación de eventos extremos cada vez más intensos y frecuentes.
Por ejemplo, el calentamiento oceánico regional podría haber exacerbado la intensidad de los ciclones extratropicales que impactaron en las costas de Rio Grande Do Sul, en el sudeste de Brasil, en junio y septiembre de 2023. Causaron muertes, daños en infraestructura e influyeron en los patrones de precipitaciones regionales. Meses después, entre abril y mayo de 2024, lluvias extremas y grandes inundaciones afectaron el sur de Brasil. El agua cálida en el Océano Pacífico (asociada al intenso evento El Niño durante 2023/2024) y las altas temperaturas en el Océano Atlántico Sur, entre otros factores, podrían haber contribuido a la generación de lluvias más intensas. En Europa, el calentamiento oceánico sin precedentes observado en el Mar Mediterráneo fue uno de los factores que contribuyó a las fuertes lluvias en Valencia en octubre de 2024.
Las ciudades cercanas a las costas son las más expuestas a los riesgos climáticos que se combinan entre sí. El último informe del IPCC alerta que tanto las ciudades costeras como las pequeñas islas y comunidades en deltas, entre otras, enfrentarán disrupciones severas hacia fin de siglo, y posiblemente antes de 2050 en muchos casos. Debido al derretimiento de hielos en regiones polares, al aumento de la temperatura del mar y a factores que contribuyen regionalmente, el nivel medio del mar global está aumentando, lo que podría convertir a esas regiones en inhabitables en el futuro.
El aumento del nivel del mar representa uno de los desafíos más severos para dar respuesta a la crisis climática, teniendo en cuenta que las capacidades de adaptación y gobernanza para manejar los riesgos requieren años o décadas para ser implementadas e institucionalizadas.
Existe un consenso en la comunidad científica que señala que el sistema climático en su conjunto es cada vez más caótico, lo que lo hace propenso a la mayor ocurrencia de eventos extremos menos predecibles. Por eso es fundamental que nuestra región avance en estudios multidisciplinarios para comprender su dinámica y contribuir a mejorar la preparación y respuesta ante riesgos futuros, y a la elaboración de planes de adaptación a corto y largo plazo.
La población percibe cada vez más los cambios climáticos porque estos ya afectan su vida cotidiana. En particular, la de personas marginadas y pobres, y las que viven en islas y en regiones costeras. El desarrollo de políticas públicas adecuadas cumple un rol fundamental para disminuir su exposición y vulnerabilidad ante estos riesgos.
La preparación ante eventos extremos, incluidos los sistemas de alerta temprana, debe ser una prioridad tanto a nivel nacional como regional. Las alertas tempranas serán fundamentales siempre y cuando resulten efectivas en todas sus etapas de implementación (conocimiento y gestión de riesgos, seguimiento y predicción, difusión y comunicación, preparación para responder) y generen confianza en la población y en los tomadores de decisiones. Es uno de los objetivos principales de la gestión actual de la Organización Meteorológica Mundial: aumentar la información y el conocimiento científico en la región y mejorar herramientas predictivas, por ejemplo mediante la adquisición y posterior incorporación de datos observacionales de alta calidad oceanográficos y atmosféricos para una mejor validación y perfeccionamiento de estas herramientas.
Además de su rol fundamental en modular el clima regional y global, el océano provee recursos y servicios esenciales para la vida. Es muy vulnerable al cambio climático, lo que también implica riesgos. Los servicios que brinda no son ilimitados, y su capacidad de absorber el exceso de calor y dióxido de carbono emitidos a la atmósfera podría estar alcanzando un límite. Aumentar el conocimiento científico de modulares oceánicos de la condiciones ambientales y las conexiones con la sociedad, la salud humana y de ecosistemas, ofrece el potencial de un futuro quizás menos caótico y más predecible.
Ya se encuentra en Moscú un nuevo vuelo de Aerolíneas Argentinas que traerá componentes 1 y 2 de Sputnik V y el primer lote de su principio activo para comenzar la producción de esa vacuna en el país. Es la vigesimocuarta operación que realiza la empresa de bandera en búsqueda de inmunizaciones contra el coronavirus, y el primero que…