La automotriz Nissan desmontará su línea de producción en la planta cordobesa de Santa Isabel, en las afueras de la capital provincial, y trasladará la fabricación de su camioneta Frontier a Morelo, en México.
La decisión de la automotriz japonesa arrastra al modelo Alaskan, de Renault, que salía desde otra de las líneas montadas en Córdoba. La alianza entre Nissan y Renault en Córdoba duró siete años, desde 2018 hasta fin de éste.
No por anunciada, la salida de Nissan del ecosistema metalmecánico de Córdoba deja de ser un cimbronazo.
En 2023, con una producción de 180 vehículos por día, la planta de Santa Isabel llegó a las 33 mil unidades. 2024 fue un tobogán para la filial nipona: tuvo 100 días de suspensión de personal y la producción cayó a 17.500 unidades.
Este año se estima que cerrará con 13 mil unidades. Aunque Renault mantiene sus planes de producción para los modelos Logan, Sandero, Stepwey y Kangoo, es un golpe tremendo para el núcleo de empleo duro de Córdoba. En Santa Isabel trabajan 1.415 operarios, de los cuales unos 400 participaban de los proyectos Frontier y Alaskan.
En junio, cuando se estima estará completa la producción prevista, se caerían 230 contratos. Luego resta por saber qué pasará con los efectivos. El impacto será mayor en el sector autopartistas: fuentes sindicales aseguran que unas 3.000 personas de los gremios de Smata, UOM y Plástico quedarán sin trabajo.
En Smata apuestan a que a mediados de 2026 el proyecto de la camioneta Niágara permita sostener la producción en Renault.
El de Nissan es otro caso que confirma que los empresarios prefieren invertir en el México de Claudia Sheinbaum, aunque sea de izquierda, por más entusiasmo que les genere el discurso libertario de Javier Milei.
Ya pasó con Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre, que invertirá 3400 millones de dólares en México durante 2025 y proyecta crear 10 mil puestos de trabajo. Las tecnológicas Amazon, Netflix y Microsoft también prefieren a México, como anticipó LPO. Incluso Tesla, de Elon Musk, de quien Milei dice ser amigo.
Toto Caputo le pidió a los bancos que lunes, martes y miércoles no paguen importaciones. El ministro de Economía le dijo a los banqueros que es clave para la consolidación del nuevo sistema de flotación entre bandas y cepo liberado que la primer semana arranque tranquila.
Como el jueves empieza Semana Santa y no habrá actividad bancaria, Caputo apuesta así a navegar los primeros siete días del nuevo esquema cambiario en relativa calma.
El sistema de bandas impuesto por el FMI obliga al Gobierno a bancarse de brazos cruzados mientras el dólar fluctúe entre los 1000 y los 1400 pesos. Una volatilidad tremenda (40 por ciento) en el valor del peso que conociendo el comportamiento argentino es posible que empuje a los formadores de precios a remarcar sobre el techo de la banda.
Es por eso, que según comentan en el mercado el ministro apuesta a mediano plazo a anclar el dólar en torno a los 1300 y a lo sumo en algunas jornadas bajarlo a 1200 para castigar a algunos que considera que le jugaron mal.
Se supone que ahora los importadores pueden acceder directo y sin límites al dólar oficial, lo mismo que todos los ciudadanos que estén bancarizados.
El tema es que con las nuevas reglas de juego acordadas con el FMI, el Banco Central sólo puede intervenir al interior de la banda para comprar reservas, no para vender y bajar la cotización del dólar, que es lo que le gusta hacer a Caputo.
Se supone que ahora los importadores pueden acceder directo y sin restricciones al dólar oficial, lo mismo que todos los ciudadanos que estén bancarizados. El Banco Central por ahora sólo le puso un límite de 100 dólares mensuales a los coleros, es decir a las personas que hacen la fila en el banco para comprar dólares con efectivo.
Caputo tiene ahora un respaldo importante con los USD 15 mil millones que le va a girar el FMI, pero la voracidad de los argentinos por el dólar es inagotable como se vio este viernes cuando el Gobierno permitió a algunos afortunados que compraran 400 millones de dólares de reservas a 1096 pesos el dólar, justo antes de cerrar la jornada.
En medio de las tensiones cambiarias, Luis Caputo habló con Luis Majul en La Nación+ para intentar despejar dudas antes de la apertura de los mercados y aclarar que no están interviniendo para mantener el tipo de cambio.
Sin embargo, el ministro usó una frase fatídica para la historia económica del país y dijo que “el dólar no se va a disparar”. Esto recuerda a Lorenzo Sigaut, quien inmortalizó la frase “el que apuesta al dólar pierde” que provocó el efecto contrario. Desde entonces, cuando un ministro te dice que no vayas al dólar, la reacción de la población es a la inversa.
De todas formas, Caputo culpó a la oposición y algunos periodistas por que “generan incertidumbre”. “Eso provoca que algunos, por especulación, importen y no exporten. Las reservas que se van a perder hoy, se van a recuperar en los próximos días”, afirmó el ministro.
En ese sentido, afirmo que “este es un esquema monetario tan robusto que puede haber volatilidad pero no cimbronazos. Es más, en ese momento te dije en una entrevista que el dólar converja con el Contado con Liqui”. “Acá no hay posibilidad de cimbronazo”, insistió.
Sobre el acuerdo con el Fondo, el ministro sostuvo que volvió a plantear que “el total del paquete será de US$20.000 millones, pero habrá que definir cómo se va a ir desembolsando”, a pesar que la vocera Julie Kozack lo negó y las acciones cayeron casi 3 puntos. El FMI desmintió a Caputo dos veces en 24 horas y el efecto fue una caída de las reservas brutas del Banco Central de 447 millones de dólares en sólo un día
Es más, en ese momento te dije en una entrevista que el dólar converja con el Contado con Liqui. Acá no hay posibilidad de cimbronazo
“Toto” Caputo viene mal con las declaraciones. La semana pasada intentó calmar a los mercados con una entrevista televisiva en la que no dio ninguna certeza sobre el acuerdo con el FMI y dejó abierta la puerta a una devaluación por el cambio del régimen cambiario a un esquema de flotación entre bandas.
Las declaraciones del ministro de Economía aumentaron las dudas del mercado, donde se aceleró el pase al dólar por la falta de atractivo del carry trade y el temor a un salto en el tipo de cambio. Es que como reveló LPO, el FMI ahora quiere una banda para el dólar que vaya de los 1300 a los 1600 pesos, lo que implicaría una devaluación hasta del 50%.
Ahora Caputo intenta generar calma pero en medio de una necesidad imperiosa de dólares para mantener el tipo de cambio estable y no tener complicaciones con el superávit.
Como adelantó LPO, Pablo Quirno, llamó a las cerealeras para que liquiden la cosecha y se espera que ese proceso termine mañana. Sin embargo, los productores miran con recelo porque no están conformes con el pago del 25 por ciento de retenciones y considera que el dólar está atrasado. En ese punto, Caputo planteó que “ante la duda, unos importadores aceleran importaciones, y los exportadores retienen y no liquidan”.
Por eso, enfatizó que “corrida es lo que le ocurrió al gobierno anterior, que empezó con el dólar a $60 y en 10 meses se le fue a $180. Acá subió 15% en 12 meses. No se va a disparar de ninguna manera”.
“No estamos mirando el día a día porque sabemos que diseñamos algo sólido, que va a durar y es de largo plazo. La inflación en Argentina va a terminar colapsando y el dólar no va a ser un problema. La gente lo va a ver en la práctica”, concluyó.
Santoro encabeza una lista de unidad que busca destronar a JxC en la Capital
La oposición peronista logró lo que hasta hace poco parecía imposible: una lista de unidad en la Ciudad de Buenos Aires. Con Leandro Santoro a la cabeza, el justicialismo porteño consolidó un armado que incluye a La Cámpora, el axelismo, los movimientos sociales y sectores sindicales. En un distrito históricamente dominado por el macrismo, el peronismo apuesta a un resultado histórico que ponga fin a décadas de hegemonía conservadora.
La apuesta peronista: entre la unidad y la resistencia
En una coyuntura marcada por la crisis económica y el avance de la ultraderecha, el peronismo porteño se propuso unificar fuerzas para dar batalla en un territorio adverso. La lista de unidad encabezada por Santoro es el resultado de un delicado equilibrio entre los diferentes sectores que integran el espacio opositor. El cierre de listas en la Ciudad de Buenos Aires, a diferencia de la fragmentación en la Provincia, muestra que la necesidad de una oposición sólida es más fuerte que las diferencias internas.
El armado incluye a figuras clave del espectro político opositor: el Partido Justicialista porteño, La Cámpora, el ala sindical vinculada a la CGT, los movimientos sociales liderados por Juan Grabois y un sector académico representado por la UBA. La inclusión de Claudia Negri, vicedecana de la Facultad de Medicina, marca una estrategia clara: sumar respaldos en sectores que han sido duramente golpeados por las políticas de ajuste de Javier Milei.
Sin embargo, la apuesta no está exenta de tensiones. La distribución de los lugares en la boleta fue un campo de disputa feroz. El tercer puesto quedó para Federico Mochi, de la Juventud Peronista, mientras que el cuarto lo ocupa Mariana González, del espacio de Grabois. La Cámpora, que en elecciones anteriores había conseguido cuatro lugares, esta vez solo aseguró dos entre los primeros diez candidatos.
Un escenario electoral desafiante
Las encuestas indican que el peronismo podría alcanzar entre 25 y 30 puntos en la elección, lo que le otorgaría entre 8 y 10 bancas en la Legislatura porteña. Esto representaría un avance significativo en un distrito donde el PRO y sus aliados han gobernado sin sobresaltos desde 2007. Santoro, quien en elecciones anteriores ya había demostrado ser una figura competitiva, aparece como la mejor carta para desafiar al macrismo en su bastión histórico.
El desgaste del PRO, sumado al impacto de las políticas de Milei en la economía y la vida cotidiana de los porteños, abre una ventana de oportunidad para la oposición. La gestión de Jorge Macri en la Ciudad se enfrenta a un malestar creciente, especialmente entre los sectores medios afectados por el deterioro de los servicios públicos, el incremento de tarifas y la crisis habitacional. En este contexto, el peronismo intenta posicionarse como una alternativa viable.
El factor Milei: una espada de doble filo para el PRO
El ascenso de Javier Milei y su discurso antisistema han reconfigurado el escenario político. Mientras el gobierno libertario profundiza su agenda de ajuste y privatizaciones, la relación entre el PRO y La Libertad Avanza se vuelve cada vez más tensa. En la Ciudad, el electorado que en 2023 apostó por el libertario empieza a dividirse entre quienes se mantienen fieles a su proyecto y quienes, desencantados por la brutalidad de sus medidas, buscan una alternativa.
Este contexto podría beneficiar al peronismo. La unión de sus diferentes sectores y una campaña enfocada en las consecuencias del ajuste podrían capturar una porción del voto desencantado. El desafío de Santoro y su equipo será transformar esa bronca en un respaldo electoral concreto.
Unidad en la Ciudad, fragmentación en la Provincia
Paradójicamente, mientras el peronismo porteño logra cerrar filas, en la Provincia de Buenos Aires el panorama es completamente distinto. La fragmentación y las disputas internas han complicado el armado de listas, debilitando la posición del justicialismo en un territorio clave. Mientras Axel Kicillof intenta sostener su liderazgo, las tensiones entre La Cámpora, el massismo y otros sectores dificultan la estrategia electoral.
Este contraste pone en evidencia que, lejos de estar acabado, el peronismo sigue siendo un actor clave en la política argentina, pero enfrenta desafíos estructurales que amenazan su capacidad de consolidación. La elección en la Ciudad será un test para medir si la estrategia de unidad puede traducirse en votos y si Santoro logrará consolidarse como un líder de proyección nacional dentro del espacio opositor.
¿El principio del fin para la hegemonía del PRO?
El cierre de listas en la Ciudad de Buenos Aires marca un hito en la estrategia opositora. Por primera vez en mucho tiempo, el peronismo se muestra unido en un distrito que le ha sido esquivo. La elección de Santoro como cabeza de lista es una jugada que busca canalizar el descontento social y desafiar la estructura de poder del macrismo.
Pero la unidad por sí sola no alcanza. El verdadero desafío estará en la capacidad del peronismo para conectar con un electorado que, si bien muestra signos de malestar, sigue siendo reticente a votar por una alternativa progresista en la Ciudad.
El PRO, debilitado por la gestión de Milei y sus propias contradicciones, enfrenta su elección más difícil en años. El peronismo tiene la oportunidad de cambiar el mapa político de la Capital. Pero para lograrlo, no solo necesita una buena estrategia electoral, sino también un discurso convincente que logre romper la barrera del rechazo histórico que ha enfrentado en la Ciudad.
La batalla está en marcha y el resultado será clave para el futuro de la oposición en Argentina.
El Básquet del Club Atlético Regina volvió a cortar las redes en una categoría formativa después de mucho tiempo. La categoría U19 se coronó campeón del Torneo Integración (Alto Valle de Río Negro y Neuquén) sin perder ningún partido, ganó los 12 juegos que disputó, nueve de la etapa regular y los tres del cuadrangular…
La senadora por San Juan, Cristina López Valverde(FdT) informó sobre el proyecto conocido como “educación a distancia”. Destacó que la educación a distancia se dará “en tiempos de excepcionalidad” y “garantizando que se trate de una educación de calidad”. Al hablar sobre la importancia de la educación presencial aseguró que “la brecha digital y tecnológica…