En el marco de la conmemoración de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, el Intendente Marcelo Orazi procedió a realizar el izamiento del Pabellón Nacional en la Plaza de los Próceres. Estuvo acompañado por el presidente del Concejo Deliberante Edgardo Vega y el Secretario de Gobierno Guillermo Carricavur.
Como consecuencia de las nuevas disposiciones y respetando las medidas sanitarias, este año no se pudo realizar el tradicional acto protocolar.
El Intendente Marcelo Orazi hizo referencia a las medidas y restricciones contempladas en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por el Presidente de la Nación que, indicó, “nos deja sin la posibilidad tanto a la Gobernadora como a los intendentes de flexibilizar algunas medidas”. En este sentido, Orazi señaló que durante la semana…
La empresa estatal rionegrina firmó un contrato para construir dos radares de uso civil que serán exportados a Nigeria y emplazados en el principal aeropuerto de ese país. La construcción de dos radares de uso civil por el Instituto de Investigaciones Aplicadas (Invap), que serán exportados a Nigeria y emplazados en el principal aeropuerto de…
A partir del lunes 28 y hasta el 2 de julio, se llevará adelante la campaña de recolección de envases vacíos de agroquímicos con la técnica del triple lavado. Los puntos de recepción serán los siguientes: los pequeños productores (hasta 5 bolsones) deberán acercarlos al centro de acopio ubicado en el Corralón Municipal, de lunes…
El kirchnerismo salió en masa a cruzar a Javier Milei por decir que Cristina Kirchner terminará presa. “En el Congreso, el kirchnerismo intentó hacer un golpe desde la vía institucional. Cristina está nerviosa, Casación le revocó el recurso y sabe que va a ir presa”, dijo el Presidente esta mañana.
En declaraciones a Luis Majul, Milei arremetió contra la ex presidenta: “no me interesa lo que diga la futura presidiaria. Que empiece a practicar cómo escribir sus memorias en los ladrillos de la cárcel o en la casa donde decida recluirse”, dijo.
Por la tarde, todo el arco kirchnerista salió a respaldar a la presidenta del PJ y a cruzar a Milei. “El problema es de fondo y con el Fondo. Esto va a fracasar y ustedes lo saben. No va a funcionar y lo único que se les ocurre es más de lo mismo: Presa. Presa. Presa. No salió la bala, entonces, de nuevo insisten. Presa. El grito constante con el que quieren tapar el sonido del endeudamiento y el saqueo”, escribió Máximo Kirchner en su flamante cuenta de Instagram.
Le siguió Facundo Tignanelli, uno de los líderes de La Cámpora en la provincia. “A Milei se le dio vuelta el reloj de arena y quiere usar al juez de la corte que puso por decreto para meter presa a Cristina. Terrible gonca el Presidente”, dijo.
En tanto, el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermin, consideró como “graves” las amenazas contra la principal dirigente de la oposición. “Las diferencias políticas tienen que resolverse en el ámbito democrático. Ahora bien, se les nota mucho el miedo que le tienen a Cristina”, dijo.
Es grave la amenaza del Presidente a la principal dirigente de la oposición, presidenta del Partido Justicialista. Las diferencias politicas tienen que resolverse en el ambito democratico. Ahora bien, se les nota mucho el miedo que le tienen a Cristina.
También Germán Martínez, jefe de los diputados peronistas en el Congreso, cruzó al Presidente. “Milei ataca a Cristina porque de la estafa-cripto va camino a la estafa-FMI”, escribió. Además dijo que tras escuchar las palabras del Presidente recordó el debate por Ficha Limpia. “Milei renunció a ser un líder anti-casta (es recontra casta, ya). Y para conservar poder, quiere erigirse en el jefe del anti-peronismo”, dijo el diputado y agregó que “para eso necesita, primero, perseguir y proscribir a Cristina. Y luego, a todo el peronismo que no se le domestique”.
Más tarde, Rodolfo Tahilade lanzó un posteó con el ya clásico Che Milei, que usa Cristina. “Es cierto que no te da la nafta. Ni para gobernar ni para enfrentar a Cristina. Por eso pusiste al sinvergüenza de García Mansilla en la Corte: para que junto a los dos inmorales que Macri puso por decreto, saquen de la cancha a la mujer que te va a picar el boleto”, escribió.
La diputada por Santa Fe, Florencia Carignano, también apeló al Che Milei de Cristina. “Ahora queda clarísimo por qué Milei está tan apurado por meter a los jueces de la Corte por la ventana. Necesita que le escriban la condena a Cristina”, dijo y siguió: “tienen miedo. Cristina es la única que te hace frente, Che Milei!”.
A @JMilei se le dió vuelta el reloj de arena y quiere usar al juez de la corte que puso por decreto para meter presa a Cristina. Terrible gonca el presidente.
La diputada nacional por Córdoba, Gabriela Estévez, también vinculó la designación de jueces por decreto a una eventual condena sobre la ex presidenta. “Metés un juez en la Corte de manera ilegal para que convalide la deuda con el FMI pero eso no te alcanza. Por eso salís a atacar a Cristina, la única que puede enfrentar a tu gobierno de hambre, mentiras y represión. ¿Qué te pasa Milei, estás nervioso?”, dijo.
También la diputada por CABA, Paula Penacca, se sumó a los cuestionamientos. “El que está nervioso es Milei por eso intenta designar jueces ilegalmente: quiere garantizarse impunidad por la toma ilegítima de deuda pero sobre todo hacer efectiva la proscripción de Cristina. La quiere presa porque sabe que es la única que puede enfrentar sus políticas de ajuste”, dijo.
Este miércoles se dará inicio a los trabajos de restauración y reparación del skate park ubicado sobre el Paseo de la Avenida 9 de Julio. Las tareas estarán a cargo de Marcos Ulloa, ‘Liso’, quien con una estética de graffiti intervendrá este espacio para dejarlo en condiciones de manera que pueda ser disfrutado por quienes…
Un golpe de Estado con respaldo internacional que inauguró el horror en Argentina. A 49 años del último golpe cívico-militar, el país sigue exigiendo memoria, verdad y justicia frente a un gobierno que relativiza el terrorismo de Estado.
Por Walter Onorato
El 24 de marzo de 1976, Argentina fue testigo de uno de los episodios más oscuros de su historia. Un golpe de Estado cívico-militar derrocó a la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón, instaurando una dictadura feroz que, bajo el eufemismo de «Proceso de Reorganización Nacional», implementó un plan sistemático de terrorismo de Estado. Secuestros, torturas, desapariciones forzadas y el robo de bebés fueron la piedra angular de un régimen que buscó disciplinar a la sociedad con el terror.
No fue un hecho aislado. El golpe se inscribió en el marco del Plan Cóndor, la estrategia de coordinación represiva entre las dictaduras de América Latina, promovida por Estados Unidos para aniquilar cualquier atisbo de resistencia a su hegemonía en la región. Henry Kissinger, entonces Secretario de Estado norteamericano, fue una pieza clave en este engranaje de muerte. La Argentina no fue una excepción: su élite económica y los grandes medios de comunicación apoyaron activamente la dictadura, beneficiándose del saqueo del Estado y de una política económica que endeudó al país de manera criminal.
Hoy, bajo el gobierno de Javier Milei, asistimos a un preocupante proceso de reivindicación del negacionismo. Desde la relativización de los crímenes de lesa humanidad hasta el intento de desmantelar políticas de memoria, verdad y justicia, el oficialismo pretende reescribir la historia para encubrir los intereses de quienes siempre lucraron con la violencia institucional.
El germen del golpe: un plan premeditado con actores civiles y militares
La conspiración para derrocar al gobierno democrático no surgió de un día para otro. Desde octubre de 1974, altos mandos de las Fuerzas Armadas, en connivencia con sectores de la derecha política, económica y mediática, comenzaron a diseñar el golpe. Washington tenía pleno conocimiento de los preparativos y no dudó en respaldarlos.
Para entonces, la doctrina de la seguridad nacional ya había permeado a los militares argentinos, quienes justificaban su accionar con la excusa de la lucha contra el comunismo. Mientras tanto, la violencia estatal y paraestatal escalaba. La organización terrorista de ultraderecha Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), dirigida por el ministro de Bienestar Social José López Rega, sembraba el terror persiguiendo y asesinando a militantes políticos, periodistas y sindicalistas.
El preludio del golpe incluyó la ejecución del Operativo Independencia en Tucumán, una brutal campaña de exterminio que dio a las Fuerzas Armadas el ensayo general para lo que sería la dictadura. Desde febrero de 1975, el Ejército recibió la orden de «aniquilar la subversión», estableciendo un método de represión clandestina que luego se replicaría en todo el país.
La dictadura no fue solo una acción de los militares: la cúpula empresarial y financiera se benefició enormemente del nuevo orden. José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de la dictadura, implementó un modelo neoliberal que desmanteló la industria nacional, endeudó al país de manera fraudulenta y consolidó un esquema de concentración de la riqueza que aún persiste.
El 24 de marzo: la instauración del horror
A la una de la madrugada del 24 de marzo de 1976, la presidenta María Estela Martínez de Perón fue secuestrada por los militares y trasladada a Neuquén. El golpe ya estaba consumado.
Horas después, el país amaneció con comunicados militares que informaban que el poder estaba en manos de la Junta Militar, compuesta por Jorge Rafael Videla (Ejército), Emilio Massera (Armada) y Orlando Agosti (Fuerza Aérea). De inmediato, se impuso el estado de sitio, se clausuró el Congreso, se proscribieron los partidos políticos y los sindicatos fueron intervenidos. La dictadura comenzaba su ofensiva total contra la sociedad.
Se establecieron más de 500 centros clandestinos de detención, donde miles de personas fueron sometidas a las peores torturas. El plan sistemático de desapariciones, con métodos que incluían los «vuelos de la muerte», tenía el claro objetivo de eliminar a toda una generación de militantes populares. Se estima que 30.000 personas fueron desaparecidas.
Pero el terrorismo de Estado no solo apuntó a los sectores políticos organizados. También se impuso una brutal represión económica que destruyó el tejido productivo del país. Mientras la deuda externa se disparaba, las condiciones de vida de la clase trabajadora se deterioraban drásticamente. La liberalización financiera permitió que grupos concentrados fugaran capitales, generando una crisis que sentó las bases del colapso de los años posteriores.
La democracia bajo amenaza: del intento de olvido a la reivindicación del terrorismo de Estado
El fin de la dictadura no significó el fin de la impunidad. Si bien el gobierno de Raúl Alfonsín promovió el histórico Juicio a las Juntas, las presiones militares derivaron en las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que garantizaron la impunidad de los represores. Carlos Menem completó el esquema con indultos que beneficiaron a genocidas como Videla y Massera.
No fue hasta la llegada de Néstor Kirchner en 2003 que el Estado retomó una política activa de memoria, verdad y justicia. Las leyes de impunidad fueron derogadas y cientos de represores fueron juzgados y condenados. Espacios de memoria como la ex ESMA se convirtieron en testimonio de la lucha por los derechos humanos.
Sin embargo, la llegada de Javier Milei a la presidencia ha reactivado un discurso negacionista que busca borrar la memoria histórica. Funcionarios del gobierno han minimizado el número de desaparecidos y han intentado instalar la teoría de los «dos demonios», equiparando el accionar del terrorismo de Estado con la lucha armada de los 70. A su vez, han recortado presupuestos destinados a organismos de derechos humanos y han intentado clausurar políticas de reparación.
No se trata solo de discursos: el negacionismo es la antesala de la impunidad. Los sectores que hoy impulsan el desmantelamiento de la memoria histórica son los mismos que se beneficiaron con la dictadura. Bancos, grupos económicos y empresas que colaboraron con el régimen siguen operando en las sombras, influyendo en las políticas del actual gobierno.
Nunca más es ahora
A casi cinco décadas del golpe, la democracia argentina se enfrenta a un desafío crucial: impedir que el negacionismo y la reivindicación de la dictadura avancen. La memoria no es solo un ejercicio del pasado, sino una herramienta fundamental para comprender el presente y evitar que se repitan los mismos crímenes.
El gobierno de Javier Milei, con su desprecio por los derechos humanos y su alianza con sectores ultraconservadores, representa una amenaza para los consensos construidos desde 1983. No podemos permitir que el negacionismo se normalice, ni que los genocidas sean reivindicados como «presos políticos».
El 24 de marzo no es una fecha para la nostalgia: es una jornada de lucha. La memoria activa es el único camino para garantizar que, en Argentina, el «Nunca Más» sea una realidad irreversible.
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