Mediante una charla abierta realizada en el Galpón de las Artes de Villa Regina, músicos y músicas de la localidad pudieron interiorizarse sobre el Banco de la Música Provincial. La jornada estuvo a cargo del presidente del Instituto Nacional de la Música, Diego Boris, y el secretario de Estado de Cultura de Río Negro, Ariel Avalos. De la actividad participó también la Directora de Cultura de la Municipalidad de Villa Regina Silvia Alvarado.
Río Negro se convirtió en la primera provincia en sancionar un Banco de la Música provincial, es por esto que el presidente del INAMU, se reunió con trabajadores y trabajadoras del campo cultural musical para compartir la experiencia del Banco de la Música Nacional e Independiente.
Este fin de semana se corre en #VillaRegina la 3ra fecha del Campeonato Regional de Rally. Toda la info en el siguiente contenido la brinda el Dir de Deportes Damián Alvarez. Hoy viernes 19hs la “La largada simbólica” en Plaza de los Próceres. Atentos a los reginenses amantes del Rally que van a la barda…
La cordobesa Alejandra Vigo abrió este miércoles el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales para discutir los proyectos de ampliación de la Corte Suprema y la Auditoría General de la Nación, pese a que Karina Milei intentó vaciarla en la previa.
La convocatoria había sido resistida por el oficialismo, tanto que ni siquiera se podía hallar el link de la transmisión por el canal de Youtube de la Cámara Alta. Fuentes parlamentarias indicaron que la secretaria general de la Presidencia trató de boicotear desde el lunes el quórum pero los senadores opositores y los aliados se plantaron.
La maniobra se habría instrumentado con un llamado de Lule Menem a Juan Carlos Pagotto para que aborte la iniciativa de Vigo, con quien había acordado la reunión. “La senadora lo contactó a Pagotto porque es el presidente de la otra comisión y los expedientes tenían giro a las dos comisiones”, comentaron cerca de la esposa de Juan Carlos Schiaretti.
El senador riojano, según deslizaron en un despacho oficialista, habría entrado en pánico ante el telefonazo del segundo de Karina y compartió su angustia con uno de sus colegas, que intercedió para advertir en Balcarce 50 que, si aplazaban el debate, podría desatarse un tsunami opositor.
El salteño Juan Carlos Romero, a quien se atribuyó alguna reacción airada contra la voluntad de la hermana del Presidente por querer voltear la reunión, respiró aliviado cuando se destrabó la situación y fue el primero en llegar al Salón Illia este miércoles, donde se tramitó el plenario. Cuando ingresó el radical Pablo Blanco, ya estaba sentado a su silla y el fueguino le preguntó delante de la prensa “qué pasaba”, acaso sorprendido porque pasaban varios minutos de las 13 y no había más que dos senadores.
Romero contestó, jocoso, que estaban “esperando a los radicales” pero Blanco redobló la apuesta con otra humorada: “¿Quedan radicales todavía?”.
Pagotto y Vigo, en el plenario.
Como sea, Vigo aclaró al inicio del debate que la cita tenía carácter tan solo informativo sobre los ocho proyectos en danza para ampliar la cantidad de miembros del máximo tribunal, como así también los expedientes para modificar la composición de la AGN. Después del plenario, reconocería ante LPO que “al gobierno se le rompe el chip cuando escucha hablar de control”, en referencia a las maniobras para desactivar el debate.
En rigor, la Casa Rosada no se inmutó demasiado frente al impulso de los legisladores para incrementar la cantidad de jueces en la Corte pero su preocupación radica en el pacto de José Mayans y Romero que anticipó LPO, cuyo resultado podría ser la designación de los representantes del Senado en la Auditoría. El propio Blanco lo dijo al final del plenario, cuando instó a sus pares a nombrar a los auditores antes que se produzcan las elecciones de octubre: “ellos (por el gobierno) están buscando tiempo, tratando de ver qué resulta de las elecciones para ver si cambia la conformación de las cámaras y, si les que le va bien, poder acomodar sus auditores”, expresó.
Ellos (por el gobierno) están buscando tiempo, tratando de ver qué resulta de las elecciones para ver si cambia la conformación de las cámaras y, si les que le va bien, poder acomodar sus auditores.
El fueguino remarcó la responsabilidad del cuerpo para salir de la mora, tras el vencimiento de los mandatos ocurrido en abril pasado. “Si los diputados no se ponen de acuerdo, problema de los diputados, nosotros cumplamos con lo que debamos cumplir”, consignó.
En efecto, Martín Menem pretende embarrar la discusión desde la Cámara Baja y, por eso, instruyó a Nicolás Mayoraz para que impulse en la comisión de Asuntos Constitucionales el tratamiento de su proyecto para cambiar la integración de la Auditoría, con dos lugares para el Senado y cuatro para Diputados. La encargada de defender la iniciativa fue la libertaria Mercedes Llano, quien postuló que “lo que se busca es elevar la autonomía de la AGN y despartidizar ese organismo” para que no se use “como un botín político”.
El jefe de la bancada peronista, Germán Martínez, había reprochado antes que al oficialismo le “brota ese espíritu republicano” justo cuando la oposición acuerda la nominación de Juan Ignacio Forlón y Emilio Monzó. “En el momento en que los bloques presenten una moción, eso está dentro de la competencia que tiene el Congreso y las tendremos hasta el momento que haya una nueva ley”, argumentó apelando al artículo 85 de la Constitución Nacional, y pidió que la discusión del proyecto de Menem “no funcione como un cepo a las atribuciones de los diputados y senadores”.
En el momento en que los bloques presenten una moción, eso está dentro de la competencia que tiene el Congreso y las tendremos hasta el momento que haya una nueva ley. Que el debate no funcione como un cepo a las atribuciones de los diputados.
Bajo ese enfoque, la diputada Carla Carrizo, miembro del bloque de Facundo Manes, se mostró a favor de “los debates que mejoren las instituciones” pero alertó que “no puede ser una estrategia para un atajo”. “No puede ser una estrategia de querer ampliar para controlar y que nada se controle”, completó.
La parálisis de la auditoría empezó a trascender las paredes del Poder Legislativo. Por caso, la directora del Observatorio de Control Público de Fundación Éforo, Carla Pitiot, reprochó la falta de reglamentación del artículo 85 de la Carta Magna: “Nuestro Sistema de Control Externo, encargado de promover la gestión transparente, eficaz, eficiente, económica y sostenible, está incompleto y sin poder desplegar su máximo potencial”, dijo.
En tanto, la comisión directiva de APOC convocó para este jueves, a las 10, a movilizarse al Congreso para se recibidos por los integrantes de la Comisión Mixta Revisora de Cuentas, que aprueba o rechaza los dictámenes de la AGN. “La falta de definiciones en esta materia compromete seriamente el normal funcionamiento de la AGN, órgano técnico de control creado por la Constitución Nacional y dependiente del Congreso de la Nación. Recordamos que el control político Legislativo y el control técnico de la AGN son facultades y obligaciones legales indelegables, pues constituyen pilares elementales del sistema republicano y de la división de poderes”, manifestaron sus delegados a través de un comunicado.
Alejandra Vigo convocó para este miércoles a discutir los 8 proyectos de ampliación de la Corte Suprema y los expedientes para reformar la integración de la Auditoría General de la Nación (AGN), contra la voluntad del gobierno.
Al frente de la comisión de Asuntos Constitucionales tras la expulsión de Edgardo Kueider, la senadora cordobesa contactó al libertario Juan Carlos Pagotto, titular de la comisión de Justicia y Asuntos Penales, para que se debatieran esas iniciativas en un plenario de ambas comisiones.
Desde el entorno de la esposa de Juan Carlos Schiaretti se encargaron de aclarar que fue ella quien impulsó el tratamiento. “Fue iniciativa de Vigo, a partir de observar los temas pendientes en el temario de la comisión”, recalcaron.
Entre los proyectos para ampliar la Corte, hay uno del kirchnerismo que propone llevarla a 15 integrantes pero hay otros que fijan el número en nueve y uno en siete. Como reveló LPO, el salteño Juan Carlos Romero y el formoseño José Mayans habrían acordado darle cauce a los expedientes, algo que el jefe del interbloque peronista planteaba mucho antes que fracasara el intento de Casa Rosada por imponer el nombramiento de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.
En los pasillos del Congreso se comenta que Mayans promete como piso para aprobar los dos proyectos en recinto el voto de los 34 senadores de UP pero fuentes parlamentarias advirtieron a LPO que hay cuatro legisladores cuyo respaldo ya no puede negociar por su cuenta. Aluden de esa forma al cuarteto de Convicción Federal, compuesto por Fernando Salino, Fernando Rejal, Guillermo Andrada y Carolina Moisés.
De hecho, ese grupo mantuvo este martes su reunión de bloque. La senadora jujeña planteó que apuestan a que “miembros distinguidos del interior del país puedan ser considerados en la integración de la Corte”. “No vemos mal la ampliación del número de miembros, será cuestión de lograr un consenso respecto a la variedad de propuestas que se debaten”, sostuvo y agregó que “se debe buscar la manera de incorporar mujeres en la integración del Poder Judicial en su órgano máximo, como lo establecen la totalidad de los proyectos en vista”.
Carolina Moisés, en el recinto.
Desde el radicalismo prefirieron guardar cautela ante la consulta por la postura que llevarían al plenario de comisiones, a excepción de Maximiliano Abad, quien defiende la integración con cinco miembros. “No hay que confundir composición de la Corte, eso implica la cantidad de integrantes, con resolver los problemas que puede tener la Corte”, sostuvo recientemente en una entrevista concedida a LN+.
El senador bonaerense dijo en ese reportaje que “el mejor número es cinco, porque es el de la Constitución originaria, el de la última ley” pero aclaró que, aunque se amplíe a siete, nueve o uno por provincia, la Corte seguiría teniendo las mismas dificultades porque tiene que resolver miles de sentencias, desvirtuándose su naturaleza como tribunal constitucional.
No hay que confundir composición de la Corte, eso implica la cantidad de integrantes, con resolver los problemas que puede tener la Corte.
Como sea, un senador aliado del oficialismo reconoció que el debate puede llevarse todo el año y que este miércoles recién se daría inicio al tratamiento.
Por eso, Mayans y Romero habrían concluido que, con o sin ampliación de la Corte y la AGN, la oposición tiene que avanzar con el nombramiento de los tres representantes del Senado en el colegio de auditores, cuyos sillones están vacantes desde fines de marzo pasado.
Esa jugada, publicada en exclusiva por LPO, puso en alerta a la Casa Rosada. En Balcarce 50, deslizaron que el pacto entre el salteño y el formoseño para designar auditores había causado malestar en Martín Menem, quien presentó un proyecto para cambiar la composición de la AGN y dejar la Cámara Alta con dos representantes y darle cuatro a los diputados.
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Flavia Royón recibe a LPO horas después de haber sido electa diputada provincial en Salta, en el que será su primer cargo legislativo. Antes fue secretaria de Energía en el gobierno de Alberto Fernández y secretaria de Minería en la gestión de Javier Milei, que la echó molesto por el voto de los diputados de su provincia.
En un coqueto hotel de la ciudad de Salta, Royón se explaya con pasión sobre el tema minero y afirma que es “una oportunidad perdida” para la Argentina. La ex funcionaria cree que los inversores están esperando que el plan económico de Milei sea sostenible y sostiene que la falta de previsibilidad es el gran freno de los proyectos. Cuestiona también los “discursos terraplanistas” de quienes rechazan la minería.
¿Cómo analiza la gestión del gobierno de Milei en lo que respecta a la de minería?
En general en la Argentina creo que todavía falta muchísimo, muchísimo. De hecho, es una oportunidad perdida en la Argentina. Yo a la minería en Argentina la definiría como una oportunidad perdida. Siempre lo digo, somos un país con alguna provincia minera, tenemos que empezar a ser un país minero.
¿Y por qué sucede eso? ¿Por qué estamos siempre hablando del gran potencial, de otro Vaca Muerta, pero no terminan de arrancar nunca a las inversiones?
Primero porque la minería se caracteriza por ser una industria que requiere mucha inversión de capital, inversiones muy grandes, de mil millones, dos mil millones, y Argentina hace muchos a que tiene una deuda en su estabilidad macroeconómica y fiscal, crisis recurrentes. Y fijate que paradójico, la minería es parte de la solución porque muchas crisis en Argentina se dan en gran parte también por los faltantes de dólares y la minería es una actividad que te genera dólares, que tiene un balance externo muy positivo. Pero la percepción de riesgo que hay en la Argentina, la falta de estabilidad y de previsibilidad, eso juega en contra de la minería porque son todas inversiones que necesitan, por lo menos, quince años de estabilidad. Entonces yo creo que por eso es una oportunidad perdida.
¿Y cree que está mejorando algo con el gobierno de Milei en ese aspecto?
Yo creo que falta todavía. El gobierno de Milei tiene un año y medio. Sí ha dado señales de que tiene un plan de estabilización que lo están llevando adelante pero, de nuevo, esto es una carrera de largo plazo. Entonces todavía, no Milei, Argentina y toda la clase dirigencial todavía tiene que demostrar que esto es sostenible en el tiempo. Y ahí está el gran desafío, que sea sostenible.
¿Y con el RIGI cambió algo? ¿Alcanza con el RIGI solamente?
Argentina en materia de grandes inversiones, GNL, minería, necesitaba un RIGI. Necesitaba mejorar las condiciones. Podemos tener diferencias en cuanto a si ha sido muy generoso, también he sido crítica en el sentido que le falta un capítulo de desarrollo local, pero el RIGI era necesario. Ahora, para una estabilidad macroeconómica, el RIGI es condición necesaria, no suficiente. También Argentina tiene que demostrar -te diría que hasta la sociedad- cómo va a evolucionar y qué soporte tiene esto para darle continuidad. Porque si el inversor percibe que siempre estamos en posiciones antagónicas, hay un riesgo político y el riesgo político también o encarece o dificulta inversiones. El tema de la institucionalidad, los temas de transparencia son también cuestiones que hacen a la agenda del inversor.
En ese sentido, ¿cree que las elecciones son un factor determinante, las de este año y las del 2027?, ¿Están esperando eso los inversores?
Sí, yo creo que están esperando. Creo que la materia pendiente en la Argentina es construir una visión compartida. Porque mirá por ejemplo Perú, las crisis políticas que ha tenido Perú y, sin embargo, la minería sigue avanzando. O Chile. Entonces, nosotros tenemos que demostrar que Argentina es capaz de construir un proyecto de desarrollo que vaya más allá del color político. La inestabilidad política en Perú es terrible y, sin embargo, la minería es sólida y avanza. Entonces, de nuevo, creo que la materia pendiente en Argentina es que podamos discutir, debatir y consensuar en toda la dirigencia un modelo de desarrollo para la Argentina y demostrar que es sostenible en el tiempo, más allá de la política. Tenemos que estar sobre la política en esta discusión.
Volviendo al RIGI, ¿no está muy lenta la implementación del RIGI? Recién se aprobaron tres proyectos, ninguno vinculado a la minería, y sólo se presentaron once.
Yo no me guiaría tanto por la cantidad de proyectos, sino por qué proyectos y cuánta mano de obra generarían esos proyectos. En la ley se puso 45 días, me pareció un plazo muy ambicioso porque son proyectos grandes, complejos, así que te diría que son proyectos que toman su tiempo analizar. No creo que vaya lento, creo que son plazos razonables para la envergadura de proyectos que estamos hablando. Además, también es importante que los proyectos que se analicen sean proyectos que realmente se vayan a ejecutar. Porque lo peor que nos puede pasar -yo he sido funcionaria y he sido de cara al inversor muy demandante, muy crítica al inversor- que no nos hagan trabajar para que levante el valor de la acción y los proyectos no se concreten.
¿Ese es uno de los problemas del sector hoy en día, de los empresarios que especulan con vender los proyectos y nunca empiezan a explotar?
Exactamente, exactamente. De hecho, yo creo que el código de minería necesita ser actualizado. Porque hoy cualquiera tiene una propiedad minera y hace un negocio meramente especulativo y en realidad si los recursos son de las provincias y hay una ganancia generada por la venta de una concesión que en el medio no iba a inversión, te estás apropiando de la utilidad que es de la sociedad. Pero esa es la discusión en cuanto a minería y en cuanto al tema de la mera tenencia de concesiones. En cuanto a la construcción de los proyectos, también creo que hay que tener un tiempo prudencial. Y los proyectos que no se discuten y que no avancen tienen que volver a las provincias. Tenemos proyectos mineros desde hace 40 años que no se han construido. Entonces ahí cabe un análisis y un plazo razonable porque si no en definitiva las grandes empresas tienen esto para mostrar más reservas, pero no los ejecutan. Y la verdad que Argentina no puede seguir esperando, ni Argentina ni las provincias que tienen proyectos avanzados pueden seguir esperando.
Esta es una discusión que hay que darla a nivel nacional y a nivel nacional y en el Congreso, el tema de minería no es un tema instalado. De hecho, te diría que todavía lamentablemente tenemos un discurso un tanto ideologizado y carente de sustento científico con respecto a la minería y no es una discusión central en el Congreso, debería de serlo.
Tenemos que demostrar que Argentina es capaz de construir un proyecto de desarrollo que vaya más allá del color político. La inestabilidad política en Perú es terrible y, sin embargo, la minería es sólida y avanza. La materia pendiente en Argentina es que podamos discutir un modelo de desarrollo y demostrar que es sostenible en el tiempo
Recién hablábamos de que los inversores necesitan estabilidad económica, pero también necesitan un Estado que les dé condiciones de infraestructura y eso no está pasando con Milei. De hecho, está pasando lo contrario, el Estado se retiró de las obras.
Sí, es un problema. De todas maneras, cuando hablas puntualmente, y me refiero solo al sector de minería, que es muy distinto al resto de los sectores, para el resto de los sectores y para el desarrollo de la Argentina, claramente tenemos que desarrollar infraestructura estratégica para ser competitivos. Argentina es el octavo país en extensión en el mundo, no hay manera que seamos competitivos en el mundo si no tenemos infraestructura acorde. Ahora, en el caso puntual de minería, es un sector donde los recursos suelen estar en lugares muy remotos, aislados y muchas veces las empresas ya se encuentran con falta de infraestructura. Así que te diría que sí es un desafío, pero si tuviera que hacer un top cinco te diría que estaría en el punto 4 o en el punto 5, es mucho más importante que se den las condiciones de estabilidad macro, las condiciones de respeto y de previsibilidad, de que sea un proyecto sostenible antes que la infraestructura. Pero sí claramente también es un factor determinante. Ahora, Argentina no tiene tan mala infraestructura, pero hace falta inversión y en muchos casos esa inversión también se puede encarar mixta, público-privada. Sí necesitamos un Estado ahí liderando y planificando.
¿Y cómo ve el potencial minero de Salta puntualmente?
El potencial es inmenso, inmenso. Hoy Salta acaba de terminar la construcción de tres proyectos, imaginate que en Argentina tenemos 22 en operación, o sea, tener tres en la provincia es un montón. Pero eso es, al lado de lo que puede ser Salta, mínimo. Salta tiene un proyecto de cobre en estadio muy avanzado, que puede ser un proyecto de nivel mundial. Bueno, Argentina tiene proyectos de clase mundial en cobre y hoy no producimos cobre, no exportamos. Oro, plata, uranio, el potencial es inmenso.
Volviendo a lo que decía antes de lo ideologizado del debate. Hay dos debates que están muy ideologizados, uno es el tema ambiental y el otro es el tema de si las provincias y sus habitantes reciben el beneficio económico del desarrollo de esos proyectos. O sea, si para el ciudadano común vale la pena económicamente que en su lugar se haga un proyecto que tiene un impacto ambiental tan grande.
¿Valen la pena mil puestos de trabajo? ¿Dos mil, tres mil, cuatro mil?. Salta pasó de 1500 empleos directos a 6000 empleos directos en minería. Son 4500 familias donde tener un trabajo bien remunerado y en blanco porque la minería prácticamente no tiene informalidad. Claramente, vale la pena. O sea, creo que uno de los temas que tenemos que superar en la Argentina es esta discusión del vale la pena, ningún sector sobra en la Argentina.
Pero usted es peronista y en el peronismo está ese debate. Hay un sector que parece que estos temas le generan una incomodidad.
Bueno, pero hay que dar un debate y hay que dar un debate informado. Mirá te llevo hace muchos años atrás, la discusión de Vaca Muerta. Imaginate si no tuviéramos Vaca Muerta. Acordate la discusión en ese momento de hacer fracking, bla, bla, bla. Imaginate lo que sería Argentina hoy sin Vaca Muerta.
Y también pasó con el litio, que al principio se armó un gran debate sobre los recursos y después el precio bajó y ahora el mercado perdió un poco de atractivo.
Discursos terraplanistas, sin ningún fundamento científico sólido. Y, de nuevo, ningún sector sobra en la Argentina. En Salta, crear 4.000 empleos directos es una barbaridad. De hecho, fueron Salta y Neuquén dos provincias que crearon empleo cuando en el resto del país hubo destrucción del empleo. Ahora sí tenemos que dar el debate de cómo desarrollamos nuestros recursos naturales porque en ese debate está cómo la sociedad recibe el beneficio. Y la sociedad recibe el beneficio creando puestos de trabajo y que esos puestos de trabajo sean para los salteños, o para los neuquinos, o para los catamarqueños porque son los que están más cerca del proyecto. Y para eso tenés que tener políticas activas de capacitación, de que las empresas contraten mano de obra local. El tema del desarrollo de proveedores y de empresas, y cuando te digo locales, provinciales y nacionales antes que extranjeras. ¿Por qué? Porque vos hoy tenés una gran diferencia entre el sector de hidrocarburos en la Argentina y el sector de la minería. El sector de hidrocarburos en la Argentina es un sector maduro, tiene más de 100 años, tiene muchos actores locales jugando fuertemente, entonces tenés un alto componente local. La minería, no. La minería es un sector nuevo, de capitales extranjeros, chinos, coreanos, europeos y muchas veces sobre todo los orientales prefieren traer gente y empresas, aunque parezca increíble, de su país por cuestión de cultura, de idioma, lo que fuera, antes de contratar gente acá. Y ahí está la discusión y es lo que no debemos de permitir.
Es una discusión de las grandes urbes que están lejos de donde suceden las cosas. Mucho se habla de las comunidades, pero en general en la Puna las comunidades son promineras, son muy pocas las que son antimineras. Ahora, la prensa levanta el discurso de unos pocos antimineros, pero no es la foto completa
Entonces esa discusión de que queda en la provincia, en Salta hoy todo el mundo quiere trabajar en minería. Claramente es una actividad que está transformando y recién Salta hizo su primera exportación de litio en diciembre. Imaginate los que nos queda, el proyecto de Rio Tinto aún no se construyó, el proyecto de cobre no se construyó. Entonces, esta discusión te diría que es más de grandes urbes que están lejos de donde suceden las cosas, que de donde suceden las cosas. Mucho se habla de las comunidades, pero en general en la Puna las comunidades son promineras, son muy pocas las que son antimineras. Ahora, la prensa levanta el discurso de unos pocos antimineros, pero no es la foto completa.
La llevo a su rol como exsecretaria de Energía, en ese ámbito ¿cómo evalúa la gestión del gobierno nacional?
Fue muy crítica el primer año, creo que ahí hubo un tiempo perdido. Hoy yo veo una gestión mucho más pragmática. Dijeron en campaña que se iba a cortar toda la obra de infraestructura, después se entendió lo estratégico de esto y se avanzó. Pero veo algunos temas que aún no están resueltos. Cómo avanzamos con la discusión de la expansión de la red de transporte de alta tensión. No me pareció adecuado disolver, por ejemplo, el comité de administración del Fondo Fiduciario de Transporte, que además eran recursos provinciales, cuando en realidad lo que se hizo es pasar eso a la Secretaría de Energía y ahí anulás la participación de las provincias y hay menos transparencia. Veo otras cuestiones positivas.
¿Cómo ve el tema de los subsidios?
En la discusión de subsidios, yo implementé la segmentación y tenía vigencia hasta diciembre del 2023 y se sigue aplicando el día de hoy, pero necesitamos ahí un sistema mucho más definitivo. Creo que hay que ir a un sistema donde el Estado esté para subsidiar a aquel que lo necesita y el que realmente pueda pagar la energía, lo debe de hacer. y claramente bajar ese gasto público también te ayuda a dejarle más disponibilidad al Estado para AUH, asistencia social, llegar a la gente que realmente necesita que esté el Estado presente.
No quedó muy claro cómo se va a avanzar, en un principio se hablaba de una desregulación total del mercado, de un sistema marginalista, lo cual a mí me parecía peligroso y podría llevar al incremento muy alto de los costos de energía. Esto aún no está claro. Hay que ver estos compromisos con el FMI cómo lo van a llevar adelante, porque atravesado por la política dicen ‘bueno, hasta que haya elecciones mantenemos tarifas, pisamos tipo de cambio’. Siempre atravesados por las elecciones y la política, pero es muy peligroso llegar a fin de año y tener el efecto de un incremento en los costos de energía, de desregulación del mercado, de sacarle los subsidios a la clase media y entrando al verano donde tenés un pico de consumo.
¿Son justas las tarifas que pagamos? Sobre todo, en el caso de la luz que es el tema más crítico por los cortes y la falta de inversión.
Tenés mucha disparidad entre el segmento de bajos ingresos, lo que paga la industria, el segmento de altos ingresos y a su vez tenés mucha disparidad dentro del país. O sea, el costo de la energía es el mismo para todo el país y ahí está atravesado que todavía el 70 de la demanda está subsidiada, que yo creo que eso debería ir bajando y llegar al segmento que realmente lo necesita y el resto debería pagar. Y después, los costos de distribución son muy dispares adentro del país, entonces ahí ya cabe otro análisis. Pero para mí, más que la discusión sobre si las facturas son altas o son bajas, la discusión pasa por los salarios. Creo que los salarios en la Argentina han tenido mucha depreciación.
¿Cómo se resuelve el tema de los subsidios? Decía que tenemos todavía hay un 70% subsidiado. Se resuelve políticamente, está claro, y tenemos un gobierno que ha demostrado que no tiene ningún problema en avanzar contra todo y aun así el problema sigue estando.
Por eso, fueron bastante pragmáticos porque dijeron que iban a sacar todos los subsidios y un año y medio después seguimos con una fuerte política de subsidios. Yo lo he dicho, te lo reitero, creo que el que tiene un trabajo y puede pagar el costo de la energía, debe de hacerlo. También es una cuestión de responsabilidad en el uso de la energía. Tenemos que concientizar mucho más sobre el ahorro energético y la eficiencia energética. Y el Estado tiene que llegar a quien realmente lo necesita. Porque eso que vos dejás de gastar en subsidios, también lo podés asignar a políticas sociales que puedan ser mucho más efectivas para asistir al que realmente lo necesita.
¿Y por qué no se pudo avanzar en el gobierno de Alberto y de Massa, en el que fuiste parte?
No, se avanzó un montón. Nosotros implementamos la segmentación y bajamos no me acuerdo ahora si fue 0,6 o 1,2% del Producto Bruto Interno en materia de subsidios. Se avanzó muchísimo. Implementamos la segmentación, retiramos los subsidios para el segmento de altos ingresos, de hecho, es el mismo esquema que se sigue aplicando al día de hoy, nosotros hicimos un gran avance en ese sentido.
El proyecto de ley de GNL era muy parecido al RIGI, no tan generoso, pero hubiera sido otro punto de partida. Ahí hay de nuevo una oportunidad perdida
Le cambio otra vez el tema. ¿Cómo vio desde afuera todo lo que pasó y la discusión respecto a la planta de GNL en Bahía Blanca, después en Río Negro y ahora con buques?
Eso se politizó, siempre estuvo Río Negro en la mesa, siempre, lo que hacía falta era terminar los estudios técnicos. Ahí hay de nuevo una oportunidad perdida, si nosotros hubiéramos tenido la ley de GNL aprobada, que fue presentada demoró un montón de meses que se trata en comisión y después finalmente se aprobó en Diputados y no se trató en Senadores, fijate cómo hubiéramos partido para la discusión del RIGI. Porque hubiéramos ya tenido una inversión, Petronas lo estaba pidiendo. El proyecto de ley de GNL era muy parecido al RIGI, no tan generoso, pero hubiera sido otro punto de partida al momento de ir a discutir el RIGI si la ley de GNL estaba aprobada.
Y en realidad lo que estaba pendiente eran los estudios técnicos para realmente poder evaluar la conveniencia de dónde instalar la planta. Y después se politizó para tratar de hacer quedar como que Axel (Kicillof), por no adherir al RIGI, dejó ir esto. Lo cual es falso. La discusión para mí de la decisión final de la localización fue una decisión realmente técnica. Pero buscaron de alguna manera perjudicar al gobernador de Buenos Aires. Para mí no hubo una cuestión política en la decisión de la localización sino más bien técnica
¿Y cómo evalúa que ahora parece que no va a haber planta si no buques de licuefacción?
Siempre es más deseable que haya una planta, por supuesto. Pero en la ruta de ir produciendo GNL me parece que tener buques ya es un gran paso, que también ameritan la construcción de gasoductos, etcétera. Yo entiendo también que la decisión de tener un buque ante un riesgo político, un riesgo económico, bueno el buque te lo podés llevar, una planta no. Lo ideal para la Argentina es siempre ir a una planta, pero en este camino intermedio, algo es mejor que nada.
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