El radicalismo de Córdoba celebra el impacto del escándalo de la Legislatura en la vice de Llaryora
Rodrigo de Loredo y Ramón Mestre se pusieron de acuerdo en algo: celebrar el aparente naufragio del llamado “partido cordobés”, un esquema de poder en el que el Martín Llaryora invitó a radicales y a sectores del PRO a ocupar puestos de relevancia, con el propósito de alambrar para siempre la provincia mediterránea.
La máxima expresión del “partido cordobés” fue la inclusión de la radical Myrian Prunotto como vicegobernadora de Llaryora. Luego, Javier Pretto, presidente del PRO, se quedó con la viceintendencia de la ciudad de Córdoba.
Ahora, Prunotto es la cara visible del récord de contratados en la Legislatura de Córdoba, una muestra del toma y daca para sumar a otrora dirigentes de Juntos por el Cambio en Hacemos Unidos por Córdoba, la marca en la que se refugia el peronismo cordobés.
Marcos Ferrer, presidente de la UCR y socio estratégico de De Loredo, dijo que se trata de la “crónica de una muerte anunciada”; un “resultado previsible” que deja a la incorporación de radicales al poder “herida de muerte”. Ferrer aprovecha para mandar el mensaje hacia dentro del partido que sufrió una hemorragia de dirigentes.
“Es una enseñanza para los radicales que nos tomaron el pelo, aquellos que quieren irse del radicalismo. Prunotto ahora no es ni parte del poder, y es la depositaria de todas las críticas. Ese es el fin de la ilusión del ‘partido cordobès’, que no funcionó en términos políticos ni de gestión”, dijo Ferrer a LPO.

El presidente de la UCR también le cierra la puerta a un acuerdo con el PJ Córdoba, pese al acercamiento de Llaryora y Juan Schiaretti con Maximiliano Pullaro.
“No queda lugar para reeditar el partido cordobés en el futuro. El radicalismo es un partido democratico y dialoguista, con una mirad institucional profunda. Nunca haríamos lo que hicieron los peronistas en la Legislatura; nunca podríamos coincidir con un espacio político que quiere cercenar la voz de la oposición”, dijo Ferrer.
En la otra vereda interna, Ramón Mestre coincidió con Ferrer. “El ‘partido cordobés’ de Llaryora es una farsa porque las incorporaciones eran simbólicas. Ahora fueron por la vicegobernadora Prunotto, después irán por el ministro (de Seguridad) Quinteros y finalmente irán por los del PRO que están en algunos ministerios”, vaticinó el ex intendente que apuesta todo a encabezar la boleta de Diputados en octubre.
Mestre busca sembrar la incertidumbre en aquellos que dejaron la oposición para sumarse al peronismo. Apuntala así la interna peronista, donde crecen las voces críticas a Llaryora por la incorporación de radicales y dirigentes del PRO al Gobierno provincial.