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ChatGPT y la educación en Argentina

El medio Información y TIC realiza su experiencia con ChatGPT (revolucionario chat de inteligencia artificial) y en este caso la temática fue el sistema educativo de nuestro país.

Al parecer hasta la inteligencia artificial conoce la respuesta que toda la sociedad conoce pero nuestros políticos parecen obviarlas.

Le compartimos la entrevista (chat):

Información y TIC: “¿Qué habría que hacer para mejorar el sistema educativo en Argentina?”

ChatGPT: “Hay varias cosas que podrían ayudar a mejorar el sistema educativo en Argentina, algunas de ellas son:

  1. Aumentar la inversión en educación para mejorar la infraestructura escolar y proporcionar recursos pedagógicos.
  2. Mejorar la formación y capacitación de los maestros para que puedan brindar una educación de calidad.
  3. Implementar programas de inclusión y diversidad para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación igualitaria.
  4. Fomentar la educación técnica y profesional para preparar a los estudiantes para el mundo laboral.
  5. Mejorar la educación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas para asegurar que los estudiantes estén preparados para las carreras del futuro.
  6. Fomentar la educación en valores y ciudadanía para desarrollar jóvenes comprometidos y responsables.
  7. Implementar programas de evaluación para medir el rendimiento de los estudiantes y mejorar la calidad de la educación.
  8. Fomentar la educación en idiomas para desarrollar habilidades comunicativas y preparar a los estudiantes para el mundo globalizado.
  9. Fomentar la educación en artes y cultura para desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico.
  10. Mejorar la coordinación entre el sector público y privado para garantizar una educación de calidad para todos los estudiantes“. 

Información y TIC: “¿Y no crees que subir el sueldo a los docentes también ayudaría a mejorar nuestra educación?”

ChatGPT:  “Sí, aumentar el salario de los maestros podría ser un factor importante en mejorar el sistema educativo en Argentina. Los maestros son fundamentales en la educación, ya que son quienes tienen un papel directo en el aprendizaje de los estudiantes.

Un salario justo y competitivo podría atraer y retener a los mejores docentes, ya que ellos podrían sentir que su trabajo es valorado y apreciado. Además, un salario más alto podría mejorar las condiciones de vida de los docentes, lo que a su vez podría ayudar a reducir el estrés y aumentar la motivación, lo que podría llevar a un mejor desempeño en el aula.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el aumento de salarios debe ir acompañado de otros cambios en el sistema educativo, como el fortalecimiento de la formación y capacitación de los docentes, la mejora de la infraestructura escolar y la implementación de programas de evaluación para medir el rendimiento de los estudiantes y mejorar la calidad de la educación”. 

Como verán, no hay sorpresas en las respuestas de la inteligencia artificial; nada nuevo bajo el sol: el salario docente apareció como una segunda opción. Aquí les compartimos las impresiones de pantalla:

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    Los resultados de las elecciones de medio término, entre fuertes denuncias y con investigaciones en curso, confirmaron que la corrupción ya no es un obstáculo para el poder sino parte de su gramática. La sociedad no la ignora. La asume como un precio más del orden que Milei promete. 

    En la Argentina libertaria el fraude dejó de ser una excepción para convertirse en una estética del poder.

    La corrupción de la administración libertaria no nace de afuera ni de sus adversarios sino de adentro. Surge de sus propias tensiones, de la pelea entre facciones, de la necesidad de financiarse y de controlar el acceso al poder. Cada caso no revela un exceso sino un método. Así se reparte la lealtad, así se castiga la desobediencia y se reconfigura el mapa interno.

    Más que una sucesión de escándalos, la corrupción configura una estructura de poder. No es un accidente ni un exceso sino su forma de funcionamiento. Cada filtración, cada causa, cada denuncia, no destruye ni amenaza al mileísmo; más bien, lo reordena.

    En este escenario vuelve a aparecer la familia Menem, para ocupar esta vez engranajes secundarios del poder que supo practicar la corrupción como extensión del mando centralizado de Carlos Saúl. Pero aquella lógica de los noventa orbitaba alrededor del ejercicio del poder político. El esquema libertario, en cambio, parece responder a otro fin: no fortalecer al gobierno ni blindar al presidente, sino sostener el experimento Milei. Un experimento que necesita financiarse. 

    La pregunta de fondo es si esta metodología no funciona, en realidad, como un sistema de recaudación alternativo para cubrir aquello que el propio presidente no puede: la agenda, los viajes, las campañas, los gastos de un mandatario sin partido, sin estructura territorial, sin financiamiento orgánico y con socios políticos y económicos más poderosos que él.

    En síntesis: ¿la corrupción en la era libertaria sirve al poder o sostiene la supervivencia económica del propio Milei?

    Criptobros

    El primer gran negocio revelado del modelo fue $LIBRA, la criptomoneda lanzada por el propio presidente. Cuarenta mil pequeños inversores perdieron sus ahorros cuando la moneda cayó un 89 por ciento en pocas horas. Los desarrolladores extranjeros que habían accedido a reuniones en Casa Rosada afirmaron haber pagado sobornos para hacerlo. “Le mando plata a su hermana y él firma lo que yo digo”, contó Hayden Mark Davis, uno de los principales desarrolladores de $LIBRA.  

    En el mismo sentido, Charles Hoskinson, fundador de la blockchain Cardano, denunció públicamente que en el evento Tech Forum —donde se habría gestado la gran estafa— le pidieron dinero para reunirse con Milei. A cambio, le prometían “cosas maravillosas”. En un video, Hoskinson contó que rechazó pagar porque eso violaría la ley anticorrupción de Estados Unidos. Desde entonces, no lo volvieron a contactar.

    Hace pocas horas se conoció el informe final de la Comisión Investigadora sobre $Libra. Traza un cuadro gravísimo: propone evaluar a Javier Milei por mal desempeño, documenta vínculos económicos entre los operadores del activo y concluye que el Presidente se excedió en sus funciones al promocionar $LIBRA y el “Viva La Libertad Project”. El documento sostiene que accedió a un número de contrato no público que sólo podía provenir de los involucrados. 

    ¿La sociedad ignora la corrupción de Milei? No. La asume como un precio más del orden que el presidente promete. 

    La Comisión también ubicó a Karina Milei como quien autorizó los ingresos a Casa Rosada de los partícipes y describió incumplimientos de deberes en funcionarios clave. El impacto económico fue enorme: 114.410 billeteras (el 80%) perdieron dinero por un total de 87 millones de dólares, mientras sólo 36 —vinculadas a operadores— ganaron más de un millón cada una. Además, el informe muestra un patrón: antes de $LIBRA, Milei ya había promocionado $KIP, CoinX y Vulcano, siempre sin consulta técnica ni mecanismos de control, lo que revela un modus operandi.

    Cuando estalló el escándalo cripto, Milei no negó el vínculo, lo redefinió. “No hay corrupción si no hay fondos públicos”. En su jerga, donde no interviene el Estado, no hay delito. La víctima ya no era el pueblo sino una minoría ingenua que creyó en el mercado.

    Días después en una entrevista Milei hizo una confesión perfecta: “La lección más interesante de esto es que no puede ser tan fácil llegar a mí”. Desde entonces explicó que levantaría “murallas”. Muros para dificultar o encarecer el acceso a su agenda y su despacho. Sin saberlo, había descrito la forma más precisa de su poder: un sistema de intermediarios.

    Narcos 

    Pero los vínculos entre la política y los negocios turbios no terminaron ahí. El caso Espert–Machado amplió esa frontera. El exdiputado y excandidato libertario en Buenos Aires, José Luis Espert, fue acusado de haber recibido financiamiento de Federico “Fred” Machado, empresario argentino radicado en Miami, procesado en EE.UU. por narcotráfico y lavado. Documentos judiciales del Bank of America demostraron una transferencia de 200 mil dólares a su nombre. Espert alegó que se trataba de una “consultoría económica” para una minera guatemalteca, pero en la casa de Machado apareció un contrato por un millón de dólares firmado quince días antes del lanzamiento de la campaña presidencial de Espert en 2019. Aunque la falta comenzó fuera del área del gobierno se reveló y ocultó dentro de ella. Penal. Justo antes de la campaña de 2025, estaba claro que la misma estructura financiera que lavaba dinero del narco se usaba para financiar la política libertaria.

    Las reacciones dentro del oficialismo fueron contradictorias. Milei respaldó a Espert hasta aceptarle la renuncia a su candidatura. “No lo eché ni lo hubiera echado”, dijo. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, había advertido que el escándalo podía arrastrar al presidente. “Hay que salvar a Milei”, aseguró. El entonces jefe de Gabinete, Guillermo Francos, admitió que las denuncias “no son un tema menor” y pidió a Espert una “respuesta clara y contundente”. Días después, él mismo sería el renunciado.

    Fiel a su lógica, el mandatario no vio corrupción sino otra conspiración. “El único que puede generar riqueza en el mundo entero es el empresario, no el político. El político no sabe cómo crearla ni tiene los incentivos adecuados para hacerlo”, repitió. En su pensamiento, por fuera del aparato estatal, el mercado no distingue entre dinero limpio o sucio. Ni siquiera si viene del narcotráfico.

    Retornos

    Los audios filtrados de Diego Spagnuolo, ex director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y abogado personal del presidente, revelaron un circuito de retornos de hasta el 8% en compras de medicamentos y logística sanitaria. “Javi, vos sabés que tu hermana está choreando”, se lo escucha decir. Cuando el caso se conoció, el mandatario minimizó el impacto. “Están molestos porque les estamos afanando los choreos”, explicó. Y quien roba a un ladrón…

    Según reveló Franco Picardi, el fiscal federal que investiga la causa, la ANDIS se “constituyó” como una agencia en la cual “existió un esquema estructurado y sostenido de direccionamientos de contrataciones públicas” y en consecuencia “de defraudación al erario nacional” en perjuicio de las personas con discapacidad. 

    Hay gobiernos que prometen castigar a los evasores y otros que aprenden a admirarlos. Milei eligió la segunda opción.

    La ANDIS se encontraba “completamente a disposición del sector empresarial y no a disposición de quienes en verdad debería: las personas con discapacidad y especiales vulnerabilidades”. Sólo en un año la agencia desvió 43 mil millones de pesos mediante una maniobra donde se simulaban competencias, sobrefacturaciones, compras direccionadas y sobreprecios. Para que la operatoria funcionara los actores se distribuían en tres niveles. Por un lado, los funcionarios que controlaban la ANDIS (Spagnuolo y Daniel María Garbellini, ex Director Nacional de Acceso a los Servicios de Salud), por otro operadores para-estatales que impartían órdenes dentro del organismo, pero sin ser parte del mismo (Pablo Atchabahaian y Miguel Ángel Calvete, como “jefes”) y por último, los empresarios beneficiarios vinculados a las cuatro droguerías favorecidas. 

    Después de las elecciones de medio término se conoció por primera vez el hilo que une al 3% que debían pagar cuatro droguerías por los contratos en la ANDIS con el detenido por narcotráfico y lavado, Fred Machado. Picardi develó que parte del dinero de la ANDIS terminaba en una empresa de vuelos privados Baires Fly SA, cuya firma está vinculada a Sergio Mastropietro, empresario aeronáutico y socio de Machado. La compañía recibía millones de pesos de las droguerías favorecidas por el gobierno mediante una operación gestionada entre Calvete y Mastropietro. La evidencia muestra que Calvete y Spagnuolo mantenían al menos, una relación comercial con Mastropietro. Y que la necesidad de establecer vínculos con esta empresa aeronáutica no sólo teje la hipótesis de lavado de dinero sino también la de buscar “medios y conexiones necesarias para abandonar el país con facilidad en cualquier momento”.  

    Este miércoles, Spagnuolo ingresó a Comodoro Py junto a su abogado, Mauricio D’Alessandro, para ser indagado como presunto responsable del circuito de direccionamiento, sobreprecios y desvío de fondos en la compra de medicamentos e insumos de alto costo dentro de la ANDIS. Tras la lectura de la imputación por fraude al Estado, se negó a declarar y a responder preguntas.

    Según la fiscalía, en la agencia funcionó bajo su conducción una “organización delictiva” dedicada al direccionamiento de proveedores con fuertes sobreprecios. Ante el juez Sebastián Casanello y el fiscal Picardi, Spagnuolo hizo un breve descargo oral, negó haber recibido coimas y sostuvo su inocencia.

    D’Alessandro adelantó que volverá a presentarse cuando termine de leer el expediente, que hasta la semana pasada estuvo bajo secreto de sumario. Las indagatorias —iniciadas el martes con la declaración de Calvete— se apoyan en la información extraída del celular de su principal subalterno, Daniel Garbellini.

    Héroes del colchón

    En el gobierno libertario, las coimas no contradicen su lógica sino que son parte de su realización. La concentración, la discrecionalidad y la caja chica no son anomalías sino engranajes de un Estado que se desentiende de sí mismo. 

    Hay gobiernos que prometen castigar a los evasores y otros que aprenden a admirarlos. Milei eligió la segunda opción. En su plan económico el Presidente explicó que no le importa “de dónde la gente sacó los dólares” y que quienes los escondieron del Estado “no son delincuentes” sino “personas que lograron escapar de los liberticidas”.

    Los grandes evasores equiparados a quienes guardan los dólares bajo el colchón son “el fruto de quienes supieron eludir el impuesto inflacionario” y deberían ser considerados “héroes” por haber escapado de las garras del Estado ladrón. Un canuto de verdes o Panamá Papers, da igual. En esta narrativa, la evasión es mérito; la desigualdad, un efecto natural; y la trampa, una forma de eficiencia. El héroe libertario no paga impuestos ni pide disculpas. Se refugia en su colchón custodiando el símbolo de una libertad que se mide en billetes y exculpa a todos por igual.

    La teoría

    La corrupción confirma y constituye el modelo libertario. Si, como Milei cree, el Estado es corrupto por definición —porque regula, redistribuye, interfiere—, entonces corromperlo es coherente con su naturaleza. La teoría libertaria del delito parte de un axioma según el cual el único crimen posible es el del Estado. Todo lo demás —evasión, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito— no son delitos sino actos de defensa frente a lo público que estorba.

    En esta doctrina, la culpabilidad se evapora. No hay dolo ni ignorancia deliberada del presidente sino víctimas culpables de ingenuidad. El dinero sucio se vuelve legal y el dinero del Estado, sospechoso. Esa inversión moral organiza el sistema. 

    La teoría libertaria del delito parte de un axioma según el cual el único crimen posible es el del Estado. Todo lo demás son actos de defensa frente a lo público que estorba.

    En La Libertad Avanza, los enemigos no están afuera sino adentro y la forma de disputa es la operación. Las acusaciones cruzadas, los audios filtrados y las causas judiciales funcionan como ajustes de cuentas dentro de una misma familia política. Cuando un escándalo se vuelve incontrolable, la estrategia se repite: desplazar la responsabilidad, culpar al kirchnerismo y construir un enemigo externo que mantenga la cohesión del propio espacio. Pero detrás de cada operación hay una pulseada por la caja, por el relato o por la cercanía con el Presidente.

    La corrupción no rompe su política sino que la reconfigura. La Casa Rosada se convierte en una fábrica de favores. El empresario que paga por acceder al poder, en inversor. El funcionario que cobra por abrir la puerta, en emprendedor. La hermana y El Jefe del presidente, en gerenta.

    La coima se disfraza de contrato, el tráfico de influencias se vuelve lobby y la estafa virtual, un canje de tweets. La ignorancia deliberada reemplaza la culpa porque basta no sentirse culpable para dejar de serlo.Así se cierra una teoría libertaria del delito, una doctrina donde el culpable es el Estado, los traficantes son inocentes y la recaudación se disuelve en la libertad. Milei no inventó la corrupción, pero logró algo más profundo: la convirtió en un principio de gobierno.

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    A 40 años de que las aguas devoraron un pueblo entero en Buenos Aires

     

    El 10 de noviembre de 1985, Villa Epecuén desapareció bajo el agua. Cuatro décadas después, entre ruinas blancas de sal y árboles petrificados, el antiguo balneario resurge como símbolo de memoria, resiliencia y de un país que sabe volver a empezar, aun cuando todo parece perdido.

    Por Leticia Graciani Fainel para Noticias La Insuperable

    Las aguas que no perdonan

    A orillas de la laguna Epecuén, en el partido de Adolfo Alsina, la villa turística más próspera del sudoeste bonaerense se hundió en una madrugada que los vecinos jamás olvidarán. El terraplén que la protegía cedió tras días de lluvias intensas y, en cuestión de horas, un muro de agua rompió las defensas, cubriendo por completo el pueblo.

    Villa Epecuén fue durante décadas un destino de salud y descanso, famosa por las propiedades curativas de sus aguas saladas, comparables con las del Mar Muerto. Miles de visitantes llegaban cada verano atraídos por sus hoteles, balnearios y el rumor de las olas mansas. Hasta que el 10 de noviembre de 1985, el sueño quedó bajo diez metros de agua.


    Un silencio mineral

    Las imágenes posteriores parecen salidas de una película posapocalíptica: techos apenas visibles, postes doblados, árboles cubiertos de costras blancas. El agua, cargada de sal, fue carcomiendo lo que quedaba del pueblo, disolviendo paredes y pintando todo de un tono fantasmal. Durante más de dos décadas, Epecuén permaneció sumergido.

    Cuando el nivel comenzó a bajar, lentamente, las ruinas emergieron del espejo salado. Entonces aparecieron las calles torcidas, las fachadas erosionadas, los restos del matadero diseñado por el arquitecto Francisco Salamone, y los recuerdos suspendidos en un paisaje que parecía petrificado en el tiempo.


    De tragedia a patrimonio

    Hoy, Villa Epecuén se convirtió en un sitio histórico y turístico de otro tipo. Las ruinas son visitadas por miles de personas cada año, atraídas por su atmósfera surrealista y su historia. Allí se filmaron documentales, videoclips, campañas fotográficas y hasta carreras de motocross sobre los restos del pasado.

    El único habitante permanente durante años fue Pablo Novak, quien decidió volver a vivir entre las ruinas y transformarse en guardián de la memoria colectiva. Novak se convirtió en un símbolo de resistencia: “Este es mi lugar, aunque esté destruido”, repite cada vez que algún visitante lo encuentra entre los cimientos del antiguo hotel donde creció. Novak falleció a inicios del año pasado a los 93 años.


    Memorias de un país que resurge

    A cuarenta años de aquella catástrofe, el eco de Epecuén sigue resonando en las entrañas de la provincia. Es un recordatorio de cómo el abandono estatal, la falta de planificación y el desprecio por la naturaleza pueden borrar de un plumazo un pueblo entero. Pero también, una muestra de la persistencia de las comunidades del interior, que reconstruyen su identidad incluso cuando las aguas arrasan con todo.

    La villa no volvió a ser lo que fue, pero su historia quedó escrita en la sal y en la memoria de quienes vivieron para contarla. Entre las ruinas y el silencio, Villa Epecuén sigue siendo un espejo: el reflejo de un país que, aunque se hunda, siempre busca la manera de salir a flote.

     

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