Mientras Milei ajusta, el Garrahan salva vidas: cuatro trasplantes en 34 horas
En medio de los recortes al sistema de salud y el hostigamiento del gobierno a sus trabajadores, los equipos del Hospital Garrahan realizaron cuatro cirugías de trasplante en apenas 34 horas. Cuatro niños y adolescentes, entre 6 meses y 16 años, recuperaron la esperanza gracias a la dedicación de los profesionales públicos.
Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

Mientras el gobierno de Milei sigue castigando a los trabajadores de la salud con salarios congelados, amenazas y represión a quienes se manifiestan, el Hospital Garrahan volvió a dar una muestra de compromiso y excelencia: en apenas 34 horas, entre el viernes y el sábado de la semana pasada, se concretaron cuatro trasplantes de alta complejidad en pacientes pediátricos en emergencia nacional.
Las intervenciones se realizaron en los servicios de Trasplante Hepático, Cirugía Cardiovascular y Trasplante Cardíaco, y Trasplante Renal. Los pacientes —de entre seis meses y 16 años— recibieron dos hígados, un corazón y un riñón, en una verdadera carrera contra el tiempo que exigió la coordinación de decenas de profesionales.
“La capacidad de llevar adelante cuatro trasplantes en poco más de 34 horas obedece primero a la donación, ya que sin el altruismo y la solidaridad de las personas esto no sería posible. Pero también a la conformación de equipos sólidos con alta experiencia y a la disponibilidad del recurso humano para dar respuesta inmediata”
Natalia Pabón, directora de Atención Pediátrica del Garrahan.
Una hazaña médica en tiempos de ajuste
La primera cirugía comenzó el viernes a las 8:18 de la mañana, cuando una bebé de seis meses ingresó al quirófano para recibir un hígado donado por un familiar, operado previamente en el Hospital Argerich. El equipo, encabezado por el cirujano Esteban Halac, reunió a más de 25 profesionales entre cirujanos, anestesistas e instrumentadores. La operación, que se extendió hasta las 16:30, fue un éxito.
Pocas horas después, en la madrugada del sábado, el mismo equipo realizó otro trasplante hepático, esta vez a un adolescente de 16 años que recibió un órgano proveniente de un donante cadavérico. La intervención duró casi diez horas y marcó un récord: fue el trasplante número 50 del año, superando con holgura los 40 realizados en todo 2024.
“Contamos con un equipo operativo las 24 horas, los siete días de la semana. Eso permite que un trasplante con donante cadavérico pueda concretarse de inmediato. Hay muchísima gente dispuesta a terminar una cirugía y empezar otra, generando una disponibilidad extraordinaria”, señaló Halac.
Un corazón que volvió a latir
Mientras tanto, a las 0:43 del sábado, otro grupo de profesionales iniciaba un trasplante cardíaco en un joven de 16 años que padecía una miocardiopatía dilatada. La operación duró poco más de cuatro horas y fue encabezada por el cirujano Pablo García Delucis.
El Garrahan es el hospital que más trasplantes pediátricos realiza en el país, con un promedio de seis o siete cardíacos por año. Pero el de ese sábado fue el cuarto en apenas un mes, demostrando un nivel operativo que contrasta con la desidia del Estado nacional.
“Esto habla del gran trabajo del hospital, de la disponibilidad permanente de un equipo que puede hacer este tipo de intervenciones en cualquier momento del día, los 365 días del año. Contar con un equipo así tiene un valor incalculable”, expresó Delucis.
El último de los cuatro: una nueva oportunidad para un niño de 11 años
El sábado a las 14 horas, el equipo de Trasplante Renal —integrado por cinco cirujanos y un nefrólogo— completó la maratón quirúrgica al trasplantar a un paciente de 11 años con una uropatía compleja agravada por un síndrome urémico hemolítico. La operación se extendió por cuatro horas y el niño evoluciona favorablemente.
El contraste: entrega y persecución
El logro médico se da en un contexto de presión y hostigamiento del gobierno nacional hacia los trabajadores del Garrahan. Apenas días antes, funcionarios libertarios habían intentado disciplinar a los empleados que participaron en reclamos por salarios dignos, acusándolos de “generar desesperación”.
Mientras Milei recorta el presupuesto de salud y ataca a los hospitales públicos, los profesionales del Garrahan sostienen, con vocación y entrega, una de las instituciones más emblemáticas del país. En palabras de Pabón: “Nada nos enorgullece más que poder cumplir con la misión del hospital: brindar la mejor calidad de tratamientos a niños con enfermedades graves”.
El contraste es brutal: mientras el gobierno ajusta, el Garrahan salva vidas.




