Mastropietro, el fantasma que Milei, Bullrich y sus amigos no quieren que veas
La caída del circuito clandestino de retornos en ANDIS está dejando al descubierto una trama que llega al corazón del mileísmo, del macrismo y del negocio aeronáutico privado. Entre viajes a Miami, “errores” operativos de Bullrich y un celular evaporado frente a la PSA, el empresario Sergio Mastropietro vuelve a ser la pieza clave que todos intentan esconder.
Por Ignacio Álvarez Alcorta para NLI

Un circuito que nace en ANDIS y termina en Baires Fly
La investigación por los retornos y sobreprecios dentro de la Agencia Nacional de Discapacidad ya no es una causa más: desde que estalló la denuncia de Diego Spagnuolo —el mismo que supo ser íntimo de Milei— quedó expuesto un sistema donde los laboratorios y droguerías derivaban millones en efectivo hacia las empresas aéreas Baires Fly y Baires Jet, justificándolo mediante la insólita fórmula contable de “compra de kilómetros nacionales”.
Noticias La Insuperable ya había mostrado cómo Mastropietro operaba como engranaje central del entramado: era quien aparecía en chats, anotaciones y contactos bajo el apodo “Serginho”, articulando movimientos junto al operador Miguel Ángel Calvete, una de las manos derechas del presidente de ANDIS, Diego Spagnuolo. Todo esto desembocó en la causa $Libra, donde el propio Milei quedó comprometido tras promocionar públicamente la criptomoneda hoy investigada por estafa, y donde dos imputados intentaron apartar al abogado de los damnificados para trabar el expediente, intento desestimado por la Corte Suprema según reveló Página/12.
En el corazón del esquema, siempre, Sergio Mastropietro: empresario aeronáutico, operador político, experto en aparecer donde hay dinero y desaparecer cuando aparece la ley.
Bullrich, PSA y Migraciones: la puerta abierta para que se pierda el celular
La tercera pieza del rompecabezas la contamos cuando se reveló lo que ya parece un patrón: cada vez que Mastropietro puede quedar acorralado, un organismo controlado por la derecha lo ayuda —casual o deliberadamente— a escabullirse.
El sábado 15, el empresario volvió de Miami en un vuelo privado. El juez Sebastián Casanello había ordenado un procedimiento básico: incautar sus dispositivos electrónicos al pisar Aeroparque. Pero lo que debería haber sido un trámite se transformó en un escándalo.
La PSA no actuó. Migraciones no actuó. Lo dejaron salir.
Cuando finalmente fueron a buscarlo, Mastropietro entregó una explicación que, de tan absurda, resulta casi ofensiva: dijo que su celular había quedado “en otro lugar” y que había “desaparecido”. Con ese teléfono se hubiera reconstruido el flujo de dinero negro, los contactos, los vuelos, los favores y los nexo con Baires Fly, MACAIR, Calvete, Espert y el entorno íntimo de Milei.
El resultado: La Justicia nunca recibió el teléfono.
Bullrich apuntó a la PSA. La PSA apuntó a Migraciones. Migraciones a la PSA. Pero la consecuencia es única y decisiva: el Estado —otra vez— le evitó un problema a Mastropietro.
El empresario que une a Milei, Macri, Machado y Espert
Nada de lo que aparece en esta trama es nuevo. Mastropietro ya figuraba en el caso Skanska, donde su empresa Sol Group emitía facturas truchas desde una dirección que funcionaba como club de ajedrez. Allí ya asomaban nombres recurrentes: Baires Fly, la ruta de la efedrina, Jaime, Romano, el triple crimen.
Después vino la sociedad con Federico “Fred” Machado, hoy detenido en Texas por narcotráfico y fraude, con quien compartió vuelos, domicilios, sociedades y operaciones vía el fideicomiso Aircraft Guaranty Corporation, usado para lavar dinero a través de aviones en Estados Unidos.
Y, como si hiciera falta agregar otro puente, está José Luis Espert: desde ese mismo fideicomiso salió el giro de US$200.000 que recibió en 2019 tras una reunión facilitada por Mastropietro.
La frutilla del postre es su paso como presidente de Avian, la heredera de MacAir, la empresa aérea de la familia Macri. Allí compartió negocios con Carlos Martín Cobas, funcionario de Macri obligado a renunciar por incompatibilidades en el caso Avianca, además de integrar la offshore LETS FLY US LLC.
Todo esto compone una línea temporal de dos décadas en las que Mastropietro siempre estuvo donde el macrismo o el mileísmo necesitan operadores, vuelos, triangulaciones y discreción.
Y cada vez que una causa lo roza, desaparece: desaparecen sus dispositivos, desaparecen las órdenes, desaparecen los controles.
Un fantasma útil para el poder
Si hay algo que esta historia confirma es que la protección política no es un invento, sino una práctica sostenida. La Corte frena intentos de dilatar la causa. La PSA deja escapar un celular clave. Migraciones mira para otro lado. Y Milei promociona públicamente una criptomoneda hoy investigada por estafa.
En el centro de todo, como siempre, Mastropietro: el hombre que viaja, triangula, opera, y cuyos teléfonos —como por arte de magia— se pierden justo cuando la Justicia está por recuperarlos.
Una vez más, el Estado les abrió la puerta.
Y el fantasma volvió a desaparecer.




