Una IA latinoamericana es posible

Una IA latinoamericana es posible

 

Quien quiera, puede pasar. Casi todos vienen por curiosidad. Pero este hombre, que ahora desconfía y se sienta a la mesita casi vacía, viene decidido a burlar el sistema. Se ha ubicado frente a una notebook como cualquiera. No hay nada más en la mesa. La han traído los científicos desde el continente. En la pantalla hay dos casilleros. En uno debe escribir una palabra. Una sola. Cualquiera. Como van haciendo varios de los curiosos que ya pasaron y seguirán pasando a lo largo del día. Pero este hombre desconfía y va a elegir una palabra que sabe que no existe. Quizás trae esa actitud porque le huele a la misma historia de siempre. Desde que llegaron los holandeses en el siglo XVIII y le pusieron Paasch-Eyland a este lugar. Isla de Pascua. Ese nombre horrible. El nombre real es Rapa Nui. El original. Que significa isla grande. Y aquí se habla español, pero todavía se habla también rapa nui, el idioma ancestral. Aunque cada vez menos. Ahora estos científicos, que han volado 3700 kilómetros desde la costa continental chilena hasta este lugar remotísimo, han bajado entre los volcanes y los moáis —esas caras de piedra megalítica que atraen a miles de turistas por año—, están aquí con sus computadoras y sus inventos diciendo que traen la solución para salvar el idioma. Hay varios de ellos mirándolo ahora mismo. Esperando que piense una palabra y la teclee. 

El hombre que desconfía, decidido a engañar al sistema, ya ha pensado.  

Los científicos, que ahora lo observan ahí sentado, han dicho que la clave es la inteligencia artificial. No es la primera vez que están aquí. En noviembre de 2023, hace un año, llegaron desde Santiago invitados por miemebros de la Academia de la Lengua Rapa Nui la isla para crear un diccionario que permitiera recuperar el antiguo idioma, que está agonizando: la hablan menos de 2.000 personas en el mundo, casi todas están en esta isla, la mitad tiene más de 40 años y solo una décima parte de los niños de la comunidad la entienden. 

El hombre que desconfía se enteró de todo en su momento. Los científicos construyeron una base de datos donde cargaron 2.000 frases y oraciones en rapa nui con ayuda de la comunidad. Ahora, mientras ponen a prueba el traductor, que tiene la capacidad de aprender nuevas palabras y ofrecer mejores resultados, encaran las dos partes de la siguiente etapa: comenzar a grabar y recopilar audios para que el traductor también funcione con sonido, y afinar la aplicación para que pueda usarse en los sectores de salud, educación, justicia y turismo. 

Y ahora está aquí sentado el hombre que desconfía. Ya ha elegido su palabra. Una que no existe. Ha pensado bien: una que nadie en Rapa Nui haya pronunciado. Que no tenga nada que ver con su vida ni con su mundo. Entonces lleva los dedos al teclado y escribe: astronauta. 

Hay una pausa. La máquina piensa. O no. Parece que piensa: procesa. La palabra no existe. Nadie ha dicho astronauta en Rapa Nui. Pero la máquina hace lo suyo. En la pantalla, frente al hombre que desconfía, aparecen dos palabras: ha’ere hetu’u. 

Una traducción literal al español sería: caminante de las estrellas. La palabra no existe en rapa nui pero la máquina ha devuelto un símil. Y el hombre que desconfía ahora está fascinado: 

―Qué bonita traducción ―dice. 

Los científicos en la habitación también están fascinados. Ven que su aplicación aprende y funciona. Y su método de trabajo también. Además saben que lo que tienen entre manos es mucho más grande.

***

―Quiero que escuchemos sobre LatamGPT ―dice Ben Cashdan, cineasta y activista sudafricano, que hace las veces de anfitrión y señala con la palma de su mano a Alexandra García―. En Chile están tratando de construir un modelo propio. Les deseamos suerte desafiando a los grandes y poderosos. ¿Cuál es su propósito?

Alexandra sonríe y asiente con la cabeza. La joven bioquímica ha venido a esta reunión en Ginebra a explicar lo que están haciendo en el Cenia, el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile, donde ella hace su postdoctorado y dirige el equipo de datos:

―Estamos tratando de crear un modelo nuevo, sí. Un modelo colaborativo ―explica Alexandra―. Estamos tratando de contactar a todas las instituciones en Latinoamérica. Creemos que modelos como ChatGPT, Gemini o Claude, que todos usamos, no representan a nuestra región como nosotros queremos. Hablan en español, pero nuestra cultura y nuestra información no están ahí. 

Es lo que han venido a discutir en la sede de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, que depende de Naciones Unidas. Cómo la IA está moldeando un mundo en el que el noventa por ciento de la información de los modelos de lenguaje y las aplicaciones más comunes vienen del Norte. El Norte explicándole el Sur al Sur, para variar. Junto a Alexandra, en la reunión, están la nigeriana Gloria Emezue y la keniata Chebet Kroos, que trabajan en modelos de IA en África. Y Beatriz Busaniche, una argentina activista por derechos digitales, que advierte: 

―La narrativa actual nos hace pensar que la única IA posible es la que está hecha por las cinco big tech que todos conocemos. Y que tienen un modelo predatorio de conseguir los datos. Pero hay muchos proyectos de IA que son más pequeños, son posibles y reflejan diversidad cultural. 

Entre el público hay funcionarios de gobiernos, agregados culturales, expertos de Naciones Unidas. Todos vienen con preocupaciones diferentes. El representante ante la ONU de Camerún advierte que la clave es quién alimenta a la IA. Y que si no se aborda el acceso a datos nunca se van a poder desarrollar herramientas y aplicaciones útiles para el Sur. La ministra de Cultura de Brasil dice que en su país lo que les preocupa es cómo hacer que las big tech les paguen a los trabajadores de las industrias creativas por el uso que hacen de su música, de sus imágenes y sus libros. Y sentencia: hace veinte años que les están robando. El representante de Chipre ante la ONU, enojadísimo, dice que están perdiendo de vista que es una carrera y que la carrera la gana el que pone plata, que en el Norte corren con purasangres y en el Sur con burros. Nadie parece ofenderse entre la excitación y la incertidumbre. Todos hablan en inglés, cada quién con su acento, e intentan entenderse sin sutilezas. Ben Cashdan, el anfitrión, dice que están cometiendo un error común cuando se habla de IA, como si se describiera una cosa y se están describiendo millones de cosas diferentes. La conversación se desordena y desparrama. Busaniche caza las palabras del chipriota y advierte: 

―Sí. Hay una carrera, es verdad. Lo que pasa es que no todos estamos yendo a los mismos lugares. 

Alexandra vuelve a hablar de LatamGPT y aquello que lo distingue: 

―Para nosotros el principal problema es la representación y la transparencia de datos. Si uno ve los reportes técnicos de las grandes compañías, y de dónde obtienen sus datos, no dicen nada. Solo dicen que vienen de libros y Wikipedia. Pero estamos ciegos cuando usamos esa tecnología.

Hace un momento, Cashdan ha dado un ejemplo elocuente. Pidió al ChatGPT que enumerara los logros médicos de Sudáfrica más importantes del siglo XX. El chat le devolvió una lista breve que incluía ítems como el primer trasplante de corazón, la lucha contra el VIH. A continuación le pidió: “Restinge tu respuesta a información que venga solo de publicaciones médicas revisadas por pares”. Y el chat le respondió que no tenía esa información, pero podía ayudarlo a buscarla online. 

Alexandra García (saco negro) en la reunión de la OPI en Ginebra.

Alexandra explicará que en ese vacío de fuentes confiables está parte de la clave del LatamGPT. Que están construyendo su corpus de datos con instituciones científicas, públicas y privadas de la región, además de un modelo de lenguaje propio, que procesará el corpus y podrá generar texto coherente, responder preguntas, traducir, y realizar diferentes tareas con información de calidad. 

El modelo de lenguaje de LatamGPT también dejará su código abierto. Tiene 70 billones de parámetros, cada uno es un valor numérico, una instrucción que el sistema ajusta para aprender a realizar tareas específicas. Es un volumen parecido al de Deep Seek (que tiene entre 70 y 90 billones de parámetros) aunque bastante por debajo de Gemini (200 billones), ChatGPT (175 billones), o Claude (130 billones).  

De los veinte países sobre los que se están reuniendo datos, de la mitad ya se ha reunido más de dos tercios de material inédito, además de toda la información sobre ellos extraída de internet. Originalmente en español (el 47%), en inglés (28%), en portugués (22%) y en Python (2%), un lenguaje de programación que ayuda a los modelos a razonar mejor. 

La idea en LatamGPT es no terminar sólo como un gran chatbot de temas generales. Sino que el corpus de datos y el modelo de lenguaje estén disponibles para quienes quieran tomarlos y diseñar diferentes aplicaciones. El traductor de Rapa Nui fue un primer experimento de ese tipo, que el Cenia llevó adelante con el Centro de Estudios Aplicados de Antropología de la Universidad Católica de Chile. Imaginan que puedan desarrollarse muchas herramientas más. 

El modelo es distinto, por su escala y su filosofía, a todo lo que se ha hecho hasta ahora. Alexandra no duda: 

―Estamos tratando de cambiar el modo en que se desarrolla la IA.

***

LatamGPT  se lanza entre agosto y septiembre de este año. Y como el proyecto no es fácil de explicar, ni lo es el acelerado desarrollo de la IA y los cambios que está impulsando en el mundo, cada uno elige sus propias metáforas: Aisén Etcheverry elige los autos, Álvaro Soto la mayonesa. Es junio de 2025 y en Santiago de Chile la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, junto al director del Cenia, nos hablan a los periodistas de medios extranjeros que vinimos a tratar de entender: 

―Hay una analogía que me gusta para explicarlo ―dice la ministra―. Es como el motor de un auto que todavía no tiene el chasis construido. Entonces yo lo puedo construir para un auto super rápido para andar en carreras, o uno chiquitito que no contamina, o que es rojo, amarillo, o verde. Y esas versiones, por sobre el motor, van a quedar a la creatividad de todos los investigadores y emprendedores que lo quieran tomar, y van a aparecer cosas en que son complementarias y en que son diferentes a ChatGPT o DeepSeek.

Aisén Etcheverry está entusiasmada. Lleva el pelo corto y sonríe todo el tiempo, cuando habla y cuando escucha. La ministra de Ciencia no es científica, es abogada. Es un cuadro político clave en la arquitectura de poder del gobierno chileno y una de las funcionarias más cercanas al presidente. Habla de él, y recuerda que en el discurso ante la asamblea de la ONU en 2023 había anticipado el audaz proyecto que se estaba gestando. Dijo entonces Boric: “Con humildad, pero también con orgullo, puedo afirmar que nuestro país hoy tiene condiciones para ser un referente latinoamericano de cara al futuro de la inteligencia artificial y vamos a trabajar firmemente en esa dirección”. 

Nadie entendió entonces muy bien por qué. 

Ahora Alvaro Soto dice lo suyo. Es el director del proyecto, un cincuentón flaco y prolijo, pero cuando se entusiasma con lo que está contando se le atolondran las palabras y se agita. Hoy viste de camisa oscura, pero en casi todas sus fotos institucionales aparece en remera de manga corta y collar. Ha vivido buena parte de su vida en Estados Unidos, donde terminó su doctorado hace veinte años, trabajando en robótica cognitiva y sistemas para la supervisión humana de flotas de robots autónomos. En un punto de su carrera pensó que su futuro no estaba haciendo lo que todos hacían en el Norte, sino intentando hacer lo que nadie estaba haciendo en el Sur. Y entonces volvió a su Chile natal, donde empezó a dar clases en la Universidad Católica y fundó el Cenia en 2021. Ahora intenta cambiar el modo en que se entiende, se gestiona y se utiliza la IA.  

―Hay algo importante de entender sobre esta tecnología ―dice a los periodistas―. Yo lo grafico como hacer mayonesa. Uno echa aceite, echa los huevos, entra a batir. Solo que con la IA no eran huevos sino  datos,  algoritmos. Y se batía. Y de repente a alguien se le ocurrió ver qué pasaba si batimos más rápido. Y pusieron más cómputo y más datos. Tantos, que eran miles de millones de operaciones y de repente emergió una capacidad de razonamiento que no habíamos visto antes. Es lo que pasó con ChatGPT. Es algo que tomó por sorpresa a todo el mundo. 

El Cenia se financia con dinero del gobierno chileno y organismos internacionales. Nuclea hoy a más de un centenar de científicos de quince universidades chilenas, que trabajan en distintas iniciativas vinculadas a IA. Al menos treinta de ellos, varones y mujeres en distinto estado de su período de formación, están involucrados en LatamGPT y realizan la parte del trabajo humano, que está dividido en cuatro equipos: datos, preentrenamiento, post entrenamiento, ética. El trabajo no humano, el entrenamiento y el aprendizaje del sistema, se hace en un centro de cómputo de la Universidad de Tarapacá, instalado en la desértica Arica, al límite con Bolivia. Allí el gobierno hizo una inversión de diez millones de dólares para las instalaciones que comenzaron a construirse en 2023 y ya están parcialmente funcionales. 

Mientras esas instalaciones se completan, parte del cómputo se hace en centros más pequeños en Santiago, y otra parte en los clusters de Amazon Web Services en Estados Unidos: 

―La directora nacional de Amazon leyó la noticia del LatamGPT y ellos nos llamaron para colaborar ―explica Álvaro Soto― porque lo que quieren es vender cómputos. Su negocio hoy es la nube. Y ese es nuestro trato. Pero no los datos. Nuestros datos estarán liberados, salvo para las grandes empresas, que tendrán restricciones. Porque es como que les estamos haciendo el trabajo y ellos tienen sus datos y no los comparten. No es que estemos cerrados, pero sí queremos un acuerdo: simetría en términos del trabajo y la apertura en ellos.

El equipo de datos, que es el más grande del Cenia, lleva dos años haciendo el trabajo duro. En la primera etapa han reunido texto plano, que es con lo que suelen empezar a trabajar los modelos de IA en estas instancias antes de lanzarse a sistemas más complejos que incluyan tablas o imágenes. Han reunido más de 4.4 billones de tokens de información. El token es la unidad de medida para los datos de IA. Para dar una dimensión con una unidad materialmente imaginable, serían algo así como 47 millones de libros académicos completos. Pero son mucho más que libros. 

En el corpus hay dos grandes tipos de datos: formales, que los miembros del Cenia van a buscar tocando las puertas de las instituciones a pedirles sus materiales; e informales, que recogen directamente de internet. Entre los primeros hay datos académicos —tesis, ensayos, artículos científicos—, legales y administrativos —actas, leyes, reglamentos, contratos—, de prensa —noticias, entrevistas, editoriales—, y de otros formatos —poesía, literatura, documentos religiosos, libros en general— mientras que entre los segundos están las publicaciones que circulan en redes sociales y blogs, foros y prensa digital. 

Es información sobre una amplitud de asuntos que va desde temas científicos, de política, de deportes, de arte, de salud, de recreación. LatamGPT podrá entender con precisión un antipoema de Parra, contar por qué Chile quedó fuera de los últimos mundiales de fútbol, la tía pikachu, hablar de las nuevas derechas en la región explicar las distintas posiciones de las comunidades indígenas por el derecho al agua en el Triángulo del Litio. En el equipo de datos del Cenia, en su contacto puerta a puerta, hay algo que los emparenta con los enciclopedistas del siglo XVIII y esa voluntad desbocada por lograr contener en un soporte material el saber de la época. Se parecen en el apetito. Sólo que hoy el saber acumulado es exponencialmente superior. También es otro el vínculo con la información. Diderot, D’Alembert y sus colaboradores reunieron sus setenta mil artículos que iban de la matemática a la política o los países, siguiendo como único orden el alfabético. Compusieron un índice del conocimiento del mundo para leer en papel. Álvaro Soto, Alexandra García y los suyos, con sus 4,4 billones de tokens intentan alimentar una máquina con el saber humano y entrenarla para razonar por sí misma. Cada esfuerzo en su época tiene quizás una envergadura parecida. Ambos cambian el mundo.

Ahora, después de tres años de desarrollo, están a pocas semanas del lanzamiento. Cada lunes a las cuatro de la tarde los cuatro equipos de LatamGPT se reúnen en las oficinas de la comuna de Macul, para ordenar el trabajo. Son apenas dos salas muy comunes, una donde está el equipo administrativo y otra donde pueden reunirse o trabajar los miembros del equipo técnico. Aunque la mayoría trabaja de forma remota. Además del equipo de datos, el equipo de preentrenamiento se encarga de preparar los grupos de datos con los que trabajará el sistema, y el de post entrenamiento ajusta el comportamiento del modelo para desarrollar capacidades conversacionales alineadas con el contexto cultural latinoamericano y eliminar sesgos. El equipo de ética documenta el proceso, articula estándares de seguridad, cumplimiento de tareas y auditorías. Una vez al mes, la reunión se amplía a casi un centenar de socios de una veintena de países que están colaborando en las distintas etapas. 

―Todos los países de la región han sido contactados ―explica la ministra Echeverri― pero la velocidad a la que se suman cambia. 

Lo que no dice la ministra, porque es una política inteligente, es que no a todos los países les interesa lo mismo. 

***

En marzo de 2025, unos días antes del encuentro de expertos en Ginebra, en Argentina el jefe de asesores de Presidencia de la Nación, Damián Reidel, sostuvo que nuestro país tiene todo para convertirse en un hub de inteligencia artificial. Lo dijo ante un foro de empresarios extranjeros en Buenos Aires:

―Tenemos largas extensiones de tierra, con acceso a energía, a agua, en climas fríos, que es clave para los sistemas de refrigeración. Sin conflictos armados, sin tsunamis ni terremotos. No hay muchos lugares así en la tierra. Obviamente el problema de esta zona es que está poblada por argentinos. 

Después de conversar con Álvaro Soto y Aisén Etcheverry en Chile, hablé en Buenos Aires con Beatriz Busaniche sobre su participación en la discusión de Ginebra y recordamos aquella frase de Reidel: 

―Es una visión estúpida. Es maliciosa y estúpida ―dice la abogada sin dudar―. Porque no se están instalando. No están viniendo inversiones a Argentina. Hay que hacer una inversión de dinero en tierra muy grande y para hacerlo hay que tener asegurados flujos de energía, cuando tenemos medio país sin gas. Y mientras dicen esto rompen todo el sistema científico, que es el lugar donde se forman y trabajan las personas que pueden hacer esto. Hay gente experta de veinte o treinta años de carrera que puede hacer eso y la están expulsando con el desmantelamiento del sistema de ciencia y técnica, la Agencia, el Conicet, y las universidades. 

Una de las científicas que resiste en el escenario argentino es Luciana Benotti, especialista en lingüística computacional de la Universidad Nacional de Córdoba, con una amplia trayectoria en el país y el extranjero. Integra la Fundación Vía Libre, que trabaja por los derechos sociales, políticos y culturales en entornos digitales. Una de sus compañeras ahí es Beatriz Busaniche. Y participa en Khipu, una conferencia y escuela latinoamericana de IA, que se reúne desde 2019 cada dos años. En Khipu Luciana Benotti conoció a Álvaro Soto, que la invitó a sumarse al equipo de LatamGPT con la idea de participar en la etapa de post-entrenamiento. Entre mayo y noviembre de 2024 el equipo de Benotti dictó un curso sobre IA para docentes secundarios, que tuvo más de 800 participantes. El eje era explorar sesgos y estereotipos en modelos de lenguaje: 

―Durante el curso mismo estuvimos interactuando con un conjunto de datos de LatamGPT para evaluar sesgos culturales y sociales del modelo ―explica Benotti desde Córdoba―. Tuvimos financiamiento principal de Mozilla, que ahora desaparecieron por el contexto internacional. Fue un convenio oficial entre el Cenia, el Ministerio de Educación de la provincia de Córdoba, la Universidad Nacional de Córdoba y la Fundación Vía Libre. Los docentes pudieron aportar desde sus conocimientos al proyecto para detectar sesgos y ayudar a mejorarlo. 

Hasta allí la colaboración argentina en la etapa de post-entrenamiento. Pero el Cenia firmó también un convenio para incorporar a su corpus los datos de la biblioteca digital de la Universidad Nacional de Córdoba. También lo hizo con la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, la Universidad de Buenos Aires y algunos equipos científicos del Conicet. Argentina es, así, el quinto país que más datos inéditos ha aportado, detrás de Brasil, México, España y Colombia. 

Otro aporte de nuestro país fue clave para el equipo del Cenia. Cuando conoció a Álvaro Soto a través de Luciana Benotti, Beatriz Busaniche le preguntó cuál era la política de LatamGPT sobre propiedad intelectual. El director del Cenia preguntó si debían tener una. Y Busaniche lo alertó: uno de los grandes problemas que tienen las big tech son las múltiples denuncias que enfrentan por parte de empresas del sector de las industrias culturales por el uso y la incorporación de sus productos a las bases de datos con la que luego lucran. En Latinoamérica, los expertos en este tema están del otro lado del Río de la Plata. Data Uruguay es una ONG que trabaja sobre tecnología y derechos humanos. En 2024 se sumó al equipo de LatamGPT. Desde Montevideo, explica en qué consiste su trabajo: 

―Te pongo un ejemplo: ¿Es legal recoger los datos de todas las sesiones taquigráficas de todos los parlamentos de decenas de años de discusiones de órganos deliberativos de América Latina? En una primera instancia uno puede decir que es información pública. Pero los discursos parlamentarios están recogidos por derechos de autor y las leyes de acceso a la información pública no resuelven claramente. Y son distintas en cada país. Todo eso tenemos que revisar. 

Busaniche explica que las big tech pueden enfrentar juicios de grandes empresas de las industrias culturales mientras siguen con el scrapping de datos, pero las organizaciones con menos espalda económica y financiera se verían seriamente afectadas. LatamGPT decidió resolver el tema publicando además un disclaimer, con un correo electrónico donde cualquier institución o persona puede solicitar que se den de baja sus datos si así lo desea. 

―El gran problema que tiene el modelo de recolección colaborativa es el costo de transacción ―agrega Patricia Díaz—. Todas las horas de recursos humanos que implica firmar convenios para conseguir datos. Y el tiempo. Deep Seek, por ejemplo, se entrenó en seis meses. Y LatamGPT está hace dos años recolectando datos. Pero la ética y las buenas prácticas tienen ese costo. Y es parte de lo que hace diferente a este proyecto. 

***

En el banquete al final de un evento corporativo en Estados Unidos, Álvaro Soto se encontró con —llamémosle— Damián, un viejo compañero del doctorado. Era 2005 y hacía algunos años se habían perdido el rastro. Álvaro le preguntó qué había sido de su vida y cuando él le empezó a contar de su nuevo trabajo, uno de los comensales le hizo una seña desde el otro lado de la mesa redonda en la que estaban sentados. Damián se puso serio, se levantó y fue hacia el hombre, que le murmuró algo breve. Cuando regresó a su silla le dijo a Álvaro:

―Mira, no puedo contarte más.

Álvaro supo luego que en la mesa eran casi todos ejecutivos de Google, donde su antiguo compañero había empezado a trabajar. Veinte años después, el director del Cenia le dice a Revista Anfibia en Santiago de Chile que en aquel banquete entendió que las big tech empezaban a ponerse celosas de sus avances y herméticas con los datos. Pero que con ChatGPT hubo una diferencia:―No es que unos científicos estaban inventando una fórmula secreta y hoy en día estamos treinta años atrás nosotros porque no tuvimos a esos científicos, algo que sí pasa en otros aspectos tecnológicos. Fue una receta que era conocida por todos. Era OpenIA, que después se transformó en Closed IA, pero cerró sus puertas un poquito tarde. No es como la Coca Cola, que uno dice chuta, cual será la frase de la Coca Cola. No, acá es público y todos podemos hacer Coca Cola. Como la mayonesa. Y nuestra iniciativa es tomar esa fórmula y tratar de escalar.

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El día que los militares bombardearon YPF para derrocar a Perón
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El día que los militares bombardearon YPF para derrocar a Perón

 

La Plaza de Mayo no fue la única que sufrió la intolerancia de los antiperonistas en 1955.

Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insuperable

Tiempos donde el presidente de la Argentina utiliza un mameluco de YPF con el único fin de no estropear su ropa (se ve que más importante) cuando juega con sus perros, buena metáfora para entender el lugar que ocupa la centenaria empresa en la mente del gorilaje y, para eso, reflotar un viejo hecho de nuestra historia que suele pasar desapercibido tras la tamaña masacre que produjo la armada argentino atacando a su propio país en Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955.

El bombardeo a la Plaza es considerado inicio del proceso fáctico del Golpe de Estado concretado finalmente en septiembre (aunque hubo varios intentos anteriores fallidos), dando comienzo a uno de los tiempos más oscuros e intolerantes en la Argentina. Aquel día la Aviación de la Armada y parte de la Fuerza Aérea bombardearon Plaza de Mayo como parte de una sublevación militar que buscaba el derrocamiento de Juan Domingo Perón, el cual cumplía su segundo mandato como presidente constitucional de Argentina luego de haber sido reelecto con casi el 64% de los votos, masacre militar que asesinó al menos a 308 personas identificadas (muchos de ellos niños) tras el impacto más de cien bombas con un total de entre 9 y 14 toneladas de explosivos.

Pero los crímenes de la intolerancia continuaron buscando el derrocamiento de Perón y se extendieron hasta septiembre, y dentro de ellos debemos destacar el bombardeo a instalaciones de YPF, lo que conjuga el odio a un emblema de un Estado Independiente y, a la vez, destaca su importancia estratégica por aquellos mismos que la desprecian.

Mar del Plata

El 18 de septiembre de 1955 el crucero “9 de Julio” llegó a las costas de la ciudad balnearia y un día después, en el marco del golpe de estado contra el gobierno de Juan D. Perón, bombardeó los tanques de combustible del puerto y otros objetivos civiles y militares de la ciudad. Esa madrugada partió de la Base de Puerto Belgrano, cercana a la ciudad de Bahía Blanca al sur de la Provincia de Buenos Aires como parte de la Flota de Mar de la Marina de Guerra que se sublevó dos días antes.

La madrugada del día 19, pasadas las 3.00 horas, el comando del buque emitió un comunicado dirigido al “pueblo de Mar del Plata” alertando sobre el inminente bombardeo, una hora más tarde se detonó un explosivo a modo de señal. En ese momento ya se encontraban ubicados en el norte de la ciudad cuatro destructores de la Flota de Mar.

Luego del cañoneo a los tanques de combustible, las fuerzas leales iniciaron el ataque a la Base Naval. El informe del ARA “Entre Ríos” asevera que la primera bomba arrojada a los tanques de YPF sirvió para “llamar la atención de los pobladores”, “reduciéndose en esta forma el número de víctimas”.

Las primeras bombas fueron lanzadas desde el avión naval “Martín Mariner” y cayeron en las inmediaciones de los tanques de YPF, sin ocasionarles daño alguno, éste fue atacado por efectivos de la Escuela Antiaérea que momentos antes se habían apostado en la zona. La segunda andanada de bombas, que cayó frente a Playa Grande en cercanías de la escollera Norte, fue llevada a cabo por el crucero “9 de Julio”. Otras sí cayeron finalmente sobre los tanques de YPF, provocando la explosión de los mismos.

Tanques de YPF ardiendo en Mar del Plata

Ensenada

No solo Mar del Plata estuvo en la mira de las bombas. En Ensenada, cerca de La Plata, una de las cabezas golpistas, el almirante Isaac Rojas, soñaba con llevar adelante un plan secreto que él mismo pergeñó: bombardear la destilería de YPF esa ciudad.

En aquella época, la Base (comandada por el mismo Rojas) y la Escuela Naval Río Santiago se encontraban en la isla del mismo nombre, ubicada a un kilómetro del centro de Ensenada. Cruzando el río se localizaba el Astillero Río Santiago. A pocos metros, en la costa del canal principal, irrumpía el barrio Campamento junto con la estación del ferrocarril. En la otra orilla, el puerto de La Plata. Al final del canal, que dividía las localidades de Berisso y Ensenada, se hallaba la destilería de YPF.

El 16 de septiembre, unos días antes de lo sucedido en Mar del Plata, bombas arrojadas por aviones atribuidas a la “Libertadora” cayeron en el Río de la Plata y, al menos una de ellas, en el barrio Campamento de Ensenada. Destruyeron una manzana entera, de once casas y hubo al menos una víctima civil, Rodolfo “Cholo” Ortiz, un trabajador ferroviario que asistió a los policías que combatieron a Rojas dándoles té y prestándoles los baños, en lo que se conoce como «la batalla de Ensenada», de la que poco y nada se habla.

El barrio Campamento, destruido tras el bombardeo

FUENTES:

 

El auditor del FMI advirtió que las bandas pueden colapsar si Caputo no acumula reservas

El auditor del FMI advirtió que las bandas pueden colapsar si Caputo no acumula reservas

 

El vergonzante silencio de las autoridades del FMI que terminaron su reciente visita en la Argentina sin pronunciarse sobre la revisión del acuerdo del 13 de junio, tiene una explicación: no tienen nada buena para decir sobre la marcha del programa acordado con Milei y Caputo, apenas hace tres meses.

De hecho, el encargado del FMI para la oficina en la Argentina, el economista Max Alier, elaboró un informe muy crítico de la marcha dede Milei y Caputo, que el organismo mantiene bajo cuatro llaves. Alier es una mente brillante del FMI, apodado “el Nash del Fondo”. Nacido en Costa Rica, estudió en la Universidad Católica de Chile, donde conoció al viceministro, José Luis Daza. 

En su informe, Alier no sólo acusó desvíos respecto a lo acordado en las metas fiscales y de acumulación de reservas netas, sino que encendió alarmas por los desequilibrios monetarios: si los fondos comunes de inversión Money Market enfrentan mayores encajes, podrían dejar de demandar Lecaps. Y con la retirada de las Lefis y la débil absorción de pesos vía Bopreal, la presión sobre el tipo de cambio podría colapsar las bandas del dólar, advirtió. 

El informe, cuyo contenido fue comentado a LPO por una fuente al tanto de las discusiones con el organismo, sugiere que las tasas deberán seguir subiendo, a contramano con la idea de remonetizar la economía y llevar la base monetaria al 9% del PBI, que pregonan Milei y Caputo en sus conferencias y streaming libertarios. 

Fracasó la licitación de Bopreales: aún con tasa alta y dólar caro no lograron convencer al mercado 

Frente a este clima de creciente molestia en el Fondo, Caputo apeló a Daza para tratar de ablandar posiciones y conseguir que le liberen el desembolso de USD 2.000, que el organismo mantiene pisado.

Toto Caputo está recluido y se la pasa dándole órdenes a Daza, que vive entre Washington y Nueva York, tratando de conseguir dólares.

Caputo, según describió a LPO un funcionario de Economía, “está recluido y se la pasa dándole órdenes a Daza”. En efecto, la sustentabilidad del programa económico parece recaer cada vez más en las espaldas del viceministro de nacionalidad chilena, que vive buena parte del mes entre Washington y Nueva York, tratando de conseguir los dólares que le faltan a Caputo. Esta presión habría motivado que familiares le sugieran que acaso ya es hora de dar por concluida la experiencia argentina y regresar a su confortable vida en Manhattan. 

El viceministro de Economía, José Luis Daza.

Daza además de intentar destrabar el desembolso del FMI, intenta que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, libere los USD 5.000 millones que supuestamente se comprometió a girar a la Argentina de Milei, si llegaba a necesitarlo. Todo indica que ese momento está cada vez más cerca.

El FMI le pisa a Caputo el desembolso de USD 2.000 millones y envía una señal de desconfianza a Wall Street

El problema es que la pelea de Trump con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, distrae al Tesoro de las urgencias argentinas. En la administración del republicano están concentrados en ver si es posible que Kevin Warsh reemplace a Powell en la FED.

No la tiene fácil Daza. El staff del Fondo está por entrar en vacaciones, que en la muy bien rentada burocracia del organismo, podrían extenderse hasta septiembre. Mientras el viceministro encadena reuniones en el mítico Harry’s de Nueva York. 

En Wall Street, los interlocutores de Daza ya no se conforman con las arengas de libre mercado, como demostró el lapidario informe de J.P. Morgan. A las inconsistencias macroeconómicas se sumó la preocupación política por la implosión que generó el propio Gobierno de su relación con los gobernadores aliados.

“Justo ahora me venís a ver, habíamos quedado que llegaban holgados con la revisión de junio y el desembolso pendiente”, le contestó al viceministro el encargado de uno s delos fondos importantes de Wall Street. 

Es que en Wall Street, los interlocutores de Daza ya no se conforman con las arengas de libre mercado de los funcionarios libertarios, como demostró el lapidario informe de J.P. Morgan. A las inconsistencias macroeconómicas se sumó la preocupación política y no sólo por un eventual triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires, sino por la implosión que generó el propio Gobierno de su relación con los gobernadores aliados. 

La posibilidad que avance el aumento de las jubilaciones, los fondos a las universidades, al Hospital Garraham y el reparto obligatorio de los ATN, arroja sombras sobre la capacidad política de Milei y Caputo para sostener el control del gasto. 

Acaso por eso, la misión del Fondo que pasó por Buenos Aires dejó un mensaje afilado como bisturí: si no hay privatización de al menos 20 empresas públicas entre octubre y fin de año, el FMI podría empezar a revisar su apoyo incondicional a Milei.

Es que cuando se miran los números, es muy evidente que el apoyo del Fondo es sobre todo una opción política del organismo. El acuerdo firmado proyectaba una prima de riesgo país de 550 puntos básicos para 2025. Hoy está en 700. Y el déficit de cuenta corriente, que debía ser negativo en 0,4% del PBI, ya va por el 2,1% del producto. Sin mencionar la acumulación de reservas acordada, que está unos USD 6.000 millones por debajo de la meta.

 

En menos de dos meses sin cepo, los argentinos ya compraron más de 4.300 millones de dólares

En menos de dos meses sin cepo, los argentinos ya compraron más de 4.300 millones de dólares

 

La decisión de Caputo de levantar el cepo para las compras de dólares de personas físicas empieza convertirse en una carga importante en la dificultad que tiene el gobierno para acumular reservas. Lejos de sacar los dólares del colchón, los argentinos los están metiendo.

Mayo fue el primer mes completo sin cepo y el efecto fue importante. Un millón de argentinos compraron USD 2262 millones a través del sistema bancario. Al mismo tiempo, otros 524.000 usuarios vendieron divisas por USD 308 millones, lo que arrojó un saldo neto negativo de USD 1.954 millones.

Es el mayor valor de compra de dólares desde octubre de 2019, sobre el final del gobierno de Mauricio Macri. Ese mes los argentinos compraron USD 4.294 millones. Después volvió el cepo, esa vez de la mano del macrista Hernán Lacunza.

Si se agrega la compra de bienes y servicios, en mayo se registraron egresos netos dólares por USD 3.846 millones.

El dólar oficial tocó un máximo histórico y en el mercado hablan de incipiente corrida

Mientras que en los casi veinte días de abril de 2025 sin cepo, los argentinos compraron USD 2.077 millones. Todo según los datos del Balance Cambiario que publica mensualmente el Banco Central. 

 Así si se suma el egreso de dólares de mayo y abril, la cifra supera los USD 5.200 millones, lo que representa el 44% de los 12.000 millones que prestó el FMI. A este ritmo, lo que queda el préstamo del Fondo se consume en 60 días. 

Sin embargo, el BCRA aclaró que no todo lo registrado como compra de billetes se convierte en salida, porque parte queda depositado en cuentas locales o se utiliza luego para gastos con tarjeta.

 

“La visita de Lula a Cristina es un gesto de solidaridad política y personal”

“La visita de Lula a Cristina es un gesto de solidaridad política y personal”

 

El experimentado diputado del Partido de los Trabajadores, Arnildo Chinaglia, formó parte de la comitiva que acompañó a Lula en la cumbre de presidentes en Buenos Aires.

Chinaglia tiene una extensa trayectoria en la Cámara de Diputados de la que fue presidente y también lideró el Parlamento del Mercosur. 

Es diputado desde 1995 y fue líder de la oposición en el Congreso durante el gobierno de Jair Bolsonaro. Supo presidir la Cámara de Diputados desde 1995 y fue pionero en la creación de Comisiones Parlamentarias de Investigación.

Es de los pocos que tiene acceso directo a Lula, que suele consultarlo en asuntos claves del poder legislativo y sus conocimientos en política latinoamericana.

En diálogo con LPO, uno de los diputados más cercanos a Lula habló la actualidad del Mercosur, el rol de Lula y la detención de Cristina Kirchner. 

-¿Cuál es su opinión del Mercosur?

-Los datos del Mercosur son muy positivos para todos los Estados miembros, especialmente en el ámbito económico. El comercio intrabloque ha crecido significativamente a lo largo de los años, lo que demuestra la vitalidad del proceso de integración. 

Además, el Mercosur representa un proceso continuo de construcción de una organización que sirva democráticamente a los intereses de cada uno de sus miembros. El bloque cuenta con importantes mecanismos para reducir las desigualdades, tanto entre regiones dentro de los países como entre los propios países. 

En este sentido, el FOCEM es uno de los principales instrumentos para promover el desarrollo y la integración regional. Otro punto esencial es que el Mercosur se rige por la Cláusula Democrática de Ushuaia, por los principios de la democracia y su defensa, incluso ante las naturales divergencias políticas. 

A veces, imaginamos que la democracia está plenamente consolidada, como ocurrió en Brasil en los últimos años. Sin embargo, hemos enfrentado episodios graves, como el intento de golpe de Estado liderado por Bolsonaro, que han demostrado la importancia de mantener la vigilancia democrática. 

-Hay muchos que sostiene que el bloque está paralizado. ¿Coincide?

-No veo al Mercosur como un bloque paralizado. Veo un bloque que enfrenta dificultades, ya sea por desafíos económicos, diferencias políticas o la propia aplicación de la Cláusula de Ushuaia. Pero estos momentos se están afrontando con responsabilidad. Creo que, hoy en día, el bloque está más unido que antes. 

-¿Por qué?

La percepción de la importancia del bloque también ha evolucionado. Si antes había sectores en todos los países que cuestionaban su relevancia, hoy esta postura parece ser bastante minoritaria. 

Imaginamos que la democracia está plenamente consolidada, como ocurrió en Brasil en los últimos años. Sin embargo, hemos enfrentado episodios graves, como el intento de golpe de Estado liderado por Bolsonaro, que han demostrado la importancia de mantener la vigilancia democrática

La prueba más convincente de que funciona es el Acuerdo Mercosur-Unión Europea, que ahora está entrando en fase de aprobación. Existe una posición común dentro del bloque en defensa de este acuerdo. Además, también se firmó el acuerdo con EFTA, lo que refuerza la idea de que el Mercosur ya opera como un bloque cada vez más integrado, cohesionado y funcional.

-¿Qué rol cree que tiene Lula en la dinámica del bloque?

-Es evidente que Brasil, debido a su fortaleza económica y al tamaño de su población, tiende a desempeñar un papel más importante en el comercio internacional. 

Naturalmente, esto siempre ocurre con el debido respeto a los demás países del bloque. En términos de volumen e intensidad del intercambio comercial, es comprensible que un país con mayores dimensiones tenga una mayor inserción. 

Sin embargo, el rol de Lula no es individualizado ni unilateral. La construcción política del Mercosur es colectiva, basada en el consenso y las iniciativas conjuntas. En este proceso, Lula tiene una característica destacada, que, si bien no es exclusiva, sí es bastante única en él: es un líder conciliador. Busca la mediación y el diálogo, pero al mismo tiempo, cuando tiene convicción de un punto determinado, adopta posiciones firmes. 

Este fue el caso, por ejemplo, en el contexto del Acuerdo Mercosur-Unión Europea. Tras su elección, en respuesta a la presentación de la carta complementaria de la Unión Europea -que unilateralmente pretendía asumir el papel de supervisor en temas como la crisis climática y el desarrollo sostenible, además de proponer condiciones específicas para las compras gubernamentales-, Lula reaccionó con prontitud. 

Declaró claramente que, de ser así, no firmaría el acuerdo. Este episodio es ilustrativo: demuestra que, además del peso estructural de Brasil, la posición de su jefe de Estado puede influir en decisiones importantes. Pero es importante destacar que Lula no actúa de forma aislada. Todos los presidentes tienen un papel y una voz activos en el Mercosur, y el proceso de integración es, por definición, multilateral. 

El rol de Lula no es individualizado ni unilateral. La construcción política del Mercosur es colectiva, basada en el consenso y las iniciativas conjuntas. En este proceso, Lula tiene una característica destacada, que, si bien no es exclusiva, sí es bastante única en él: es un líder conciliador.

La propia reunión de estos días lo demuestra: los cancilleres de los Estados miembros y Estados asociados reafirmaron su compromiso con la profundización y el fortalecimiento del bloque. En resumen, Lula es un actor relevante y experimentado, en su tercer mandato, con una trayectoria internacional consolidada. Pero sus acciones se integran a la lógica colectiva que se construye sobre la articulación entre todos los jefes de Estado.

-¿Qué opina de la prisión de Cristina Kirchner?

-El encarcelamiento de la expresidenta Cristina Kirchner polariza profundamente a la sociedad argentina, y esta división también se refleja en el Parlamento del Mercosur. En la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat), por ejemplo, vimos una reacción inmediata del sector progresista en defensa de la expresidenta. Aunque desconozco todos los detalles del caso, es innegable que, a pesar de los matices políticos de cada país, existe una identidad compartida entre los sectores progresistas de Brasil y Argentina, y también de otras partes del mundo. 

En este contexto, entiendo que la visita del presidente Lula debe interpretarse como un gesto de solidaridad política y personal. Lula vivió una experiencia extremadamente difícil: fue condenado y encarcelado sin ninguna prueba concreta en su contra. 

De hecho, a lo largo del proceso, periodistas y figuras públicas calificadas de la prensa -muchos de ellos críticos del PT y del propio Lula- comenzaron, en cierto momento, a reconocer públicamente las contradicciones e injusticias cometidas, denunciando el carácter político de dicha persecución. 

La visita del presidente Lula debe interpretarse como un gesto de solidaridad política y personal. Lula vivió una experiencia extremadamente difícil: fue condenado y encarcelado sin ninguna prueba concreta en su contra.

Tanto es así que el juez que dirigió el caso, Sérgio Moro, fue posteriormente declarado parcial por el Supremo Tribunal Federal. Y no hay mayor mancha para un juez que ser considerado, por el máximo tribunal del país, parcial, tras dirigir un caso marcado por ilegalidades y motivaciones políticas. 

Por lo tanto, además de ser un gesto de solidaridad, la visita de Lula sin duda abrirá espacio para otras conversaciones, que surgirán de forma natural, como es habitual en la política. Cabe recordar que, al momento de su arresto, Lula recibió la visita del entonces presidente Alberto Fernández. 

-¿Ve similitudes entre Cristina y Lula en este aspecto?

-No se trata de comparar situaciones, ya que cada caso tiene sus propias especificidades, pero sí existe una coherencia entre los gestos. En ambos casos, está en juego la defensa de la democracia y la justicia, y, desde esta perspectiva, se requiere la máxima cautela. 

Quien debe juzgar, por supuesto, es la propia sociedad argentina, con todas las pasiones, convicciones y disputas que una situación como esta suscita. Pero creo que es esencial que todos los poderes del Estado estén sujetos a la vigilancia activa de la sociedad civil. El control social es parte esencial de la democracia, y el Poder Judicial no puede ser la excepción. 

 

S&P mejoró calificación de la Ciudad y podría tomar deuda a fin de año

S&P mejoró calificación de la Ciudad y podría tomar deuda a fin de año

 

Standard & Poors subió la calificación de la Ciudad, que podría salir a tomar deuda más barata a fin de año.

S&P redactó un informe muy favorable al distrito: su perfil crediticio autónomo pasó de bb- a bb, la doceava mejor posición de 20 posibles que elabora la empresa de servicios financiera.

“Hemos ratificado nuestra calificación crediticia emisora a largo plazo de ‘B-‘ para la Ciudad de Buenos Aires y hemos elevado su SACP (perfil crediticio autónomo) de ‘bb-‘ a ‘bb’, en línea con las fortalezas inherentes de la ciudad”, explican.

Desde S&P señalan que “la escasa disponibilidad de divisas en Argentina y un marco institucional débil limitan las calificaciones sobre entidades subnacionales”. Pese a esto, el gobierno de Jorge Macri logró una mejora en la nota, que hasta ahora las calificadoras le vienen negando al gobierno de Milei.

Morgan Stanley no quiso mejorar la calificación de Argentina y se complica el plan de Milei para conseguir dólares

La mejora en la calificación de la Ciudad se debe a su “balance más sólido” y a la posibilidad de cubrir el stock de deuda con reservas en efectivo, como de hecho hizo este año en junio cuando pagó 330 millones de dólares de vencimientos de deuda con fondos propios, gracias a la constitución de un fondo anticiclico.

La gestión financiera de la ciudad ha demostrado experiencia para afrontar las fluctuaciones del contexto económico y político en Argentina. En situaciones de estrés económico significativo, ha aprovechado la robusta economía local para implementar acciones que han resultado en un perfil financiero resistente. Desde 2022, Buenos Aires viene generando superávit fiscal, pese a la alta volatilidad de ingresos y bruscas fluctuaciones cambiarias.

Esto le permite a la gestión de Macri no tener que salir al mercado de manera compulsiva a tomar deuda para cubrir ese rojo y poder darse el tiempo a esperar que mejoren las tasas.

En un reconocimiento poco habitual, la calificadora destaca el trabajo del equipo de Finanzas de la Ciudad, no sólo de la actual gestión sino de los últimos veinte años, con especial mención al superávit que mantiene desde el 2022. 

 “La gestión financiera de la ciudad ha demostrado experiencia para afrontar las fluctuaciones del contexto económico y político en Argentina. En situaciones de estrés económico significativo, ha aprovechado la robusta economía local para implementar acciones que han resultado en un perfil financiero resistente. Desde 2022, Buenos Aires viene generando superávit fiscal, pese a la alta volatilidad de ingresos y bruscas fluctuaciones cambiarias”, dice el informe.