Política

  • |

    El día que las mujeres conquistaron las urnas

     

    Una historia que cambió la Historia.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    El 23 de septiembre de 1947, la historia argentina dio un giro fundamental: se promulgó la Ley 13.010, conocida como la Ley Evita, que consagró el derecho de las mujeres a votar y ser elegidas para cargos públicos. Desde entonces, esa fecha se recuerda como el Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer. No fue un regalo ni un gesto aislado, sino la coronación de una lucha de décadas encabezada por pioneras que se animaron a desafiar un sistema político y social profundamente patriarcal.

    Evita y la sanción de la Ley

    Eva Perón fue la gran impulsora de la norma. Con su poder de convocatoria y su influencia en el Congreso, logró concretar lo que durante años había sido un reclamo postergado. El 9 de septiembre de 1947, en un acto convocado por la CGT frente a la Casa de Gobierno, se dirigió por primera vez a miles de mujeres reunidas en la Plaza de Mayo y expresó con emoción:
    “Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”.

    Tras su sanción, Evita se dedicó de lleno a concientizar y organizar a las mujeres, llamándolas a participar activamente en la vida política. Su militancia derivó en la creación del Partido Peronista Femenino, una experiencia inédita en América Latina.

    Una conquista contra siglos de desigualdad

    Hasta ese momento, las mujeres estaban relegadas a un papel secundario, consideradas “incapaces” por el Código Civil de 1869, que les negaba derechos políticos y civiles. El derecho al voto secreto y obligatorio, reconocido a los varones en 1912 con la Ley Sáenz Peña, les había sido negado a las mujeres durante 35 años más.

    No obstante, desde fines del siglo XIX distintas líderes feministas habían comenzado a abrir camino. Cecilia Grierson, la primera médica del país, organizó en 1900 el Consejo de Mujeres. Alicia Moreau, socialista, fundó en 1907 el Comité Pro-Sufragio Femenino y participó del Primer Congreso Femenino Internacional en Buenos Aires en 1910. Virginia Bolten, sindicalista y anarquista, encabezó luchas obreras y huelgas inquilinarias. Julieta Lanteri, inmigrante italiana y médica, fue la primera mujer en Sudamérica en votar en elecciones municipales en 1911 y hasta se postuló a diputada en 1919. Elvira Rawson de Dellepiane, militante radical, creó asociaciones feministas que reclamaban igualdad civil y política.

    Todas ellas mantuvieron encendida la antorcha hasta que la impronta de Evita convirtió aquel reclamo en una realidad.

    1951: las mujeres llegan a las urnas

    La puesta en práctica de la Ley 13.010 se dio recién en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, tras un arduo proceso de empadronamiento y entrega de libretas cívicas basado en el censo de 1947. Ese día, más de 3,5 millones de mujeres votaron por primera vez, superando incluso la participación masculina.

    De las 4.222.467 mujeres empadronadas, más del 90% concurrió a las urnas. La mayoría votó por el peronismo, que garantizó no sólo la reelección de Juan Domingo Perón con el 62% de los votos, sino también una representación inédita: 23 diputadas y 6 senadoras. Entre ellas se destacó Delia Parodi, que en 1953 se convirtió en la primera mujer en ocupar la vicepresidencia de la Cámara de Diputados.

    Avance regional y legado

    Si bien Argentina no fue el primer país latinoamericano en aprobar el sufragio femenino —Ecuador lo había hecho en 1929, seguido por Uruguay (1932), Brasil y Cuba (1934)—, su implementación tuvo un impacto político sin precedentes en la región. La participación masiva y organizada de las mujeres a partir de 1951 marcó un hito en la vida institucional del país.

    El voto femenino se convirtió así en una herramienta de inclusión, igualdad y transformación social, que abrió las puertas a generaciones de legisladoras, ministras y dirigentes que ampliaron la democracia argentina.

    A casi ocho décadas de aquella conquista, el derecho político de las mujeres sigue siendo una de las huellas más profundas del peronismo en la historia argentina.

     

  • |

    Kicillof pisa fuerte: la contracara de Milei en la recta final hacia octubre

     

    Dos caras, dos modelos.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    El gobernador bonaerense Axel Kicillof regresó de una gira estratégica por Estados Unidos que dejó en claro un contraste cada vez más nítido: mientras Milei buscaba la foto con referentes de la derecha global como Donald Trump, el dirigente peronista se mostró junto a presidentes latinoamericanos y participó de un homenaje al uruguayo José “Pepe” Mujica. Allí reivindicó la importancia del Estado, la soberanía y hasta se pronunció en defensa de Cristina Fernández de Kirchner en medio de la persecución judicial que enfrenta.

    Dos modelos en pugna

    El contraste no es solo de imágenes sino de proyectos. Mientras Milei ajusta, recorta y paraliza la obra pública, Kicillof se prepara para encarar la recta final de la campaña legislativa en octubre con un objetivo claro: consolidar el triunfo opositor en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más grande del país.

    En ese escenario, la comparación se vuelve inevitable. De un lado, un gobierno nacional que le da la espalda a la educación, la salud y los jubilados; del otro, un gobernador que busca fortalecer la unidad del peronismo y mostrar gestión en territorio bonaerense.

    El desafío legislativo

    La elección que se avecina no es menor: se renuevan 127 bancas de Diputados y 24 de Senadores. Para Kicillof, la meta es doble. Por un lado, ratificar la victoria obtenida en las elecciones provinciales del 7 de septiembre; por el otro, sumar representación en el Congreso para frenar las iniciativas regresivas del oficialismo libertario.

    El peso político de Buenos Aires vuelve a ser decisivo. El resultado en este distrito definirá el equilibrio de fuerzas en el plano nacional y marcará el rumbo de la política argentina para los próximos años.

    El cara a cara con la gente

    Fiel a su estilo, el gobernador retomará de inmediato sus recorridas por el Conurbano y el interior provincial. El contacto directo con vecinos e intendentes sigue siendo su principal herramienta, a contramano de un Milei que se mueve más en escenarios internacionales que en los barrios populares.

    El peronismo bonaerense ya demostró en las últimas elecciones provinciales que la unidad es el camino para enfrentar a la derecha. Ahora, el desafío es revalidar esa estrategia en un contexto en el que Milei profundiza el ajuste y la incertidumbre golpea con más fuerza a las mayorías.

    La boleta única y el desafío comunicacional

    A la campaña también se suma un nuevo elemento: la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP). El desconocimiento generalizado sobre su uso genera preocupación y obliga a reforzar la comunicación para evitar la desorientación del electorado.

    Este aspecto no es menor. En un escenario de disputa cerrada, la claridad en el voto será clave para consolidar la victoria opositora y frenar cualquier intento de manipulación.


    Kicillof se perfila, así, como la contracara de Milei: un dirigente que reivindica la política, la soberanía y la gestión pública frente a un gobierno nacional obsesionado con la foto internacional y con un ajuste que solo castiga a los que menos tienen. Octubre será la prueba definitiva de este choque de modelos.

     

  • |

    El caos como recurso

     

    El contrapunto actual entre la incertidumbre y el orden abre interrogantes perturbadores.

    Por Silvina Belén para Noticias la Insuperable ·

    Creer o no creer en el caos, esa es la cuestión. O era. Aleteo de mariposa, cisne negro u orden más allá de toda apariencia. Posturas filosóficas de fondo que han dado lugar a terrores financieros, espejismos políticos y ficciones inquietantes de unos frente a la impasible tranquilidad de otros.

    El camino de la idea a la impostura, de la apariencia a la realidad -o, simplemente, del caos como imago mundi o como mera vía muerta hacia el engaño- es una ruta que transitan perpetuos itinerantes a paso sincero e inclementes simuladores disfrazados de peregrinos.

    Sin perjuicio del sustrato que representan tanto las cosmogonías como las referencias bíblicas, desde el territorio de las ciencias se teorizó al respecto con las formalidades propias de este campo y desde las artes de la palabra se construyeron los mundos posibles, las simbologías y metáforas que humanizaron caos, orden e incertidumbre.

    Partamos, entonces, desde la literatura pero con el afán de terminar por ver cómo el asunto que nos ocupa tuvo su incidencia en nuestra realidad socio-política (y la tiene mundialmente), a veces tan cercana a las ficciones más extremas e, incluso, de lo inimaginable en el orbe de las fantasías.

    Hace poco, en “Pequeñas revoluciones”, hablábamos de Agatha Christie y de Friedrich Dürrenmatt. En síntesis, de ella destacábamos la manera en que innovó dentro de una tradición a través de la técnica narrativa pero sin herir las bases de sustento del policial clásico; de él decíamos que introdujo lo determinante del imprevisto  y lo aleatorio, es decir: su idea del caos, en el fracaso de la resolución de un caso criminal.

    La convicción de que el orden existe, con aparentes alteraciones pasajeras si se quiere, pero que siempre se restablece y se hace justicia, es núcleo duro del policial británico o clásico. Inteligencia, lógica, razonamiento y pericia investigativa triunfan inexorablemente. Si algo no se resuelve, es por mera incompetencia.

    Por el contrario, para el escritor suizo, el caos se impone las más de las veces y por el caos mismo se explica la abrumadora cantidad de casos policiales que en la vida social quedan sin resolución o se resuelven por azar mucho después, cuando ya no hay justicia reparadora que valga.

    Si tomamos otra novela de la Dama del crimen –en “Pequeñas revoluciones” habíamos apelado a Roger Akroyd, irrelevante para lo que ahora importa-, Hacia cero (1944), veremos como la autora echa mano del recurso del caos como impostura.

    Presenta un desorden inaudito, un laberinto de azar que cerca del final del relato se revela como construcción artificial de la antesala y tapadera de un crimen planificado –el crimen que importa– que se producirá casi al concluir la novela.

    Azar, desorden e irracionalidad de los acontecimientos son un espejismo para lectores y personajes cándidos. Agatha se divierte sin recurrir a Poirot ni a Miss Marple, le sobra con Battle y el desorden. Dicho sea de paso, Rachel Bennette adaptó la novela para BBC One, que emitió la miniserie de tres capítulos en marzo de este año y ahora puede verse en otras plataformas.

    En contraste, La promesa (1958) de Friedrich Dürrenmatt plantea un caos posible, real, un azar que irrumpe en favor de la injusticia y la ruina psíquica del policía que razona bien, hasta con genialidad, pero termina mal. El mundo posible de la ficción del suizo parte de la convicción y es base de verosimilitud y no recurso. El caos del mundo desbarata también las barreras defensivas de la mente de quien no lo acepta.

    La amenaza del caos, la incertidumbre que dispara lo que aparenta ser caótico, las calamidades a las que habría que intentar anticiparse –las que nos muestran los convencidos del imperio del caos o de sus intermitentes pero inevitables embates-, son para algunos la sal de la vida y para otros una faz aterradora de la existencia. Hay cierta confusión caótica en torno al caos, en verdad.

    Para el financista timorato la teoría del caos es una pesadilla de la que intenta defenderse con la ayuda del análisis estocástico; no comprende que los fundamentalistas de los fundamentlas –valga la cuasi redundancia- duerman tranquilos mientras los demonios del reino aleatorio velan armas inciertas.

    Pero para el politiquero que declama anti-política, orden y transparencia, no hay mayor panacea que el caos. Mejor dicho: que el recurso del caos. Con desprecio de la lógica, sin hesitar, nos dirá que el caos es posible e imposible. Posible porque vivimos en el caos que denuncia e imposible si él, que está más allá del vicio de la política, tomara las riendas del estado. Fácil.

    Nuestra velada con lo que va del siglo XXI –con perdón de la de Ishiguro con el siglo xx– es un manual del recurso del caos. Aunque la memoria es frágil, habrá todavía quienes recuerden el nacimiento de la televisiva derecha simpática a la vera de la crisis de 2001/2002. La crisis no se planteaba como consecuencia de una década de insufrible ajuste y saqueo sino como el caos creado por Chupete.

    Los años pasaron mientras se incubaba el huevo de la serpiente entre los algodones de la Ciudad de Buenos Aires, amarilla como yema y bendecida por la presencia de los reivindicados ex integrantes del Grupo sushi, incomprendida avanzada de la gestión en el fallido gobierno aliancista, ahora bajo el ala del ingeniero de los mejores equipos anti-caos.

    Así, al acercarnos a 2015, supimos a través del ingeniero, sus equipos y espadas digitales, con réplica de medios, que reinaba el caos surgido de las profundidades de una grieta abierta por el populismo. De ahí en más, con el auxilio de Durán, el ingeniero le hizo poner al progresismo las barbas en remojo: había llegado como bendición una derecha moderna, democrática y de excelencia en la gestión. Entregarle las llaves del reino por el voto no sería pecado.

    Lo que siguió mejor ni recordarlo. Pero tropezar dos veces con la piedra del recurso del caos es posible. Y el recurso, según nuestra experiencia política, sirve incluso si se ha inflado hasta el límite de la ridícula explosión. Y más allá también.

    Se ha demostrado con fuerza de sufragio que no suena baladí afirmar que la existencia del estado es la madre de todo caos, que solamente si le diéramos el mando a quien tenga poderes para invocar las fuerzas del cielo nos libraríamos de inflaciones del quince o veinte mil por ciento y que el ajuste es una bendición que jamás perjudicaría ni al menesteroso, ni al pasivo ni a la ciudadanía de bien.

    Pero el recurso del caos tiene la ventaja de habilitar la zanahoria de burro del largo plazo. ¿Quién podría ordenar el desorden de la noche a la mañana? Y el elegido usará alguna de las variantes del “estamos mal pero vamos bien” hasta que las velas no ardan.

    El recurso del caos que en Hacia cero sirve para reforzar asombro y sorpresa finales puede que se agote pronto en la esfera política a pesar de haber demostrado entre nosotros que hasta hace poco gozaba de buena salud. Y las razones de ese agotamiento son mucho más temibles que su eternización.

    La cuestión de creer o no creer en el caos, de valorar o no la teorización científica o de atribuirle -como Friedrich Dürrenmatt- o no incidencia en la vida por encima de la racionalidad podría presumirse que ha perdido relevancia -igual que el recurso- ante la voluntad de un grupo que cuenta con el poder suficiente para construir el caos. Y lo peor: esa construcción estaría muy avanzada.

    La observación del curso del mundo parece reafirmar esta visión de caos deliberado. Entre matanzas, migraciones y deportaciones, genocidios, guerras y retrocesos civilizatorios, se impone por encima de otras razones la idea de una destrucción selectiva, orquestada. Habría que hablar, entonces, del caos como recurso, oscuro y tétrico, y no ya del recurso del caos.

    No es fácil, por supuesto, hallar análisis plenos ni certezas. Por eso, para terminar, dejamos una punta de ovillo como lectura modestamente sugerida: “Introducción al siglo veintiuno”.


     

  • |

    Otro curro libertario: los Menem y los millones de OSPRERA

     

    El socio de Martín Menem, Sergio Aguirre, aparece en el centro de un nuevo escándalo por facturas millonarias a la obra social de los peones rurales intervenida por el Gobierno. La firma Htech Innovation emitió documentos por casi 300 millones de pesos en supuestas “asesorías estratégicas”, apenas meses después de haber sido creada.


    Facturas que huelen a curro

    Según indican desde EnOrsai, la empresa de Aguirre entregó a la OSPRERA, bajo la intervención de Marcelo Petroni, al menos 9 facturas por 173 millones de pesos entre diciembre de 2024 y julio de 2025. Esos comprobantes se suman a otros por 117 millones de pesos emitidos en noviembre de 2024. Todo suma cerca de 300 millones de pesos en transferencias a la compañía ligada a los Menem.

    Lo llamativo es que Htech Innovation fue creada recién el 8 de abril de 2024, con un objeto social ligado a servicios de informática. Pero, mágicamente, tres meses después de su fundación y poco antes de la intervención libertaria en la obra social, amplió su objeto a “consultoría”. Desde allí, comenzó a facturar sumas siderales a la OSPRERA.


    Las reuniones en Casa Rosada

    La trama se vuelve más evidente con las fechas. El 5 de julio de 2024, apenas días antes de la intervención, se reunieron en Casa Rosada Virginia Montero, Sergio Aguirre y el propio Eduardo Menem. Todo consta en los registros oficiales de ingreso. Dos semanas después, la empresa ya estaba lista para vender “asesorías” al organismo.


    El rol de Martín Menem

    No es casualidad. Aguirre es socio de Martín Menem en la firma TR Nutrition SRL, que comercializa suplementos dietarios bajo la marca “Trustein”. Gracias a ese vínculo, y al respaldo del titular de la Cámara de Diputados y mano derecha de Karina Milei, Aguirre se instaló en la intervención de OSPRERA.

    Según denunciaron fuentes gremiales, Aguirre maneja las decisiones, nombra personal de confianza y hasta recibe proveedores en oficinas privadas ajenas a la obra social, ubicadas cerca del Hipódromo de Palermo. “No sólo tiene la voz principal en la toma de decisiones sino que hasta le puso la secretaria a Petroni”, advirtieron a InfoGremiales.


    La madre, también al negocio

    El escándalo llega a niveles de tragicomedia: la madre de Aguirre también aparece facturando millones a la obra social. Sólo en noviembre de 2024, emitió comprobantes por casi 120 millones de pesos. Todo en una institución que debería garantizar atención de salud a los peones rurales de todo el país.


    Salud para pocos, negocios para amigos

    Mientras los afiliados de OSPRERA denuncian la falta de atención y la precariedad de servicios, los libertarios arman negocios paralelos con empresas creadas de apuro y manejadas por amigos y socios políticos.

    El caso de Htech Innovation confirma una lógica: el vaciamiento de las obras sociales en favor de una red de contratistas cercanos al poder libertario. Menem y compañía encontraron en la salud de los trabajadores rurales otro curro millonario.

    La lupa, ahora, apunta a cuánto más de estos negocios ocultos sigue operando bajo la sombra de Milei y su círculo íntimo.

     

  • |

    ESPERT: lágrimas de cocodrilo y politiquería barata con la muerte de las tres jóvenes

     

    Siempre detestable el diputado libertario.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

    El diputado libertario José Luis Espert intentó sacar rédito político del brutal triple femicidio de Florencio Varela, donde fueron asesinadas Brenda Del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. Entre declaraciones grandilocuentes y acusaciones contra Axel Kicillof, el economista devenido en diputado se mostró “horrorizado” por la violencia. Una pose que choca de frente con sus propios discursos plagados de amenazas y llamados a “meter bala”.

    Del “hay que meter bala” al “horroriza la violencia”

    En declaraciones radiales, Espert volvió a insistir en que “Kicillof no se compromete con el combate contra el narcomenudeo”, señalando que “en PBA, el narcomenudeo es un resorte provincial”. Más adelante sostuvo que “el hecho de que tu concepto sobre el criminal sea que es una víctima del sistema, te hace terminar con una provincia ensangrentada de inocentes”, y remató calificando a la Provincia de Buenos Aires como “defectuosa”.

    El mismo dirigente que en su carrera política construyó fama por pedir mano dura y repetir a los gritos que “hay que meter bala” a los delincuentes, ahora asegura que el triple crimen de Florencio Varela “horroriza y mete miedo” y que “no se puede creer el nivel de violencia”. Una contradicción flagrante que desnuda la hipocresía de un discurso de odio disfrazado de preocupación.

    La politiquería de siempre

    Lejos de un análisis serio o de respeto por las víctimas, Espert aprovechó el dolor social para hacer politiquería barata. Tras el crimen de Brenda, Morena y Lara, afirmó que “hay una preocupación por la marginalidad que hay en la Argentina. La gente que pierde la droga la va a buscar de manera violenta”, como si el femicidio pudiera reducirse a una operación de narcomenudeo.

    Además, intentó convertir la tragedia en un ataque directo a la gestión provincial y, de paso, en un guiño a la ministra Patricia Bullrich, al sostener que “el exitoso combate contra la droga que lleva adelante el Ministerio de Seguridad Nacional implica más violencia en el corto plazo”.

    Un oportunismo que indigna

    Resulta evidente que el diputado libertario busca posicionarse como el vocero de la mano dura, aunque el costo sea banalizar los femicidios y esconder la responsabilidad del propio gobierno nacional que integra. Porque mientras Milei y sus aliados se lavan las manos, la inseguridad sigue creciendo y las respuestas son apenas frases hechas.

    Entre el show y la realidad

    El contraste es claro: Espert se horroriza frente a las cámaras, pero en sus discursos fogonea la violencia que dice repudiar. Una estrategia de marketing político que no resuelve nada, solo alimenta la grieta y le da letra al circo libertario.

    En Florencio Varela la comunidad llora a Brenda, Morena y Lara. En cambio, Espert elige hacer campaña con sus muertes.

     

  • |

    ESCÁNDALO: Los Kovalivker le alquilaron el Movistar Arena a Milei para que presente su libro

     

    El tres por ciento le sigue rindiendo a la familia presidencial.

    El acto que Milei prepara para presentar su nuevo libro el próximo 6 de octubre en el Movistar Arena ya está marcado por el olor a corrupción: el financiamiento del evento —que supera los u$s100.000 solo en alquiler del estadio— corrió por cuenta del empresario Eduardo Kovalivker, accionista principal de la Droguería Suizo Argentina, involucrada en la causa de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).

    La revelación fue hecha por Pablo Duggan en C5N y confirma lo que ya se viene denunciando: detrás de Milei no hay transparencia, sino un entramado de negociados y favores cruzados.


    El escándalo ANDIS llega al corazón del mileísmo

    Los audios del exdirector de Discapacidad Diego Spagnuolo expusieron la existencia de retornos ilegales del 3% en los contratos de medicamentos, dinero que, según las grabaciones, terminaba en los bolsillos de Karina Milei. Allí aparece mencionada una y otra vez la Suizo Argentina, la misma droguería que hoy financia la fiesta política del Presidente.

    Lo llamativo es que el acuerdo económico para pagar el evento se cerró antes de que salieran a la luz los audios, lo que desnuda la confianza y la cercanía de los Kovalivker con la familia libertaria.


    Editoriales y negocios: el mismo círculo

    La relación no se limita al dinero. Eduardo Kovalivker editó al menos cinco libros en la editorial Hojas del Sur, propiedad de Andrés Mego, organizador además de la llamada “Derecha Fest”. La misma editorial publica a referentes ultraconservadores como Nicolás Márquez, Agustín Laje, Diego Recalde y Marcelo Duclós, un círculo ideológico que respalda el proyecto de Milei.


    Un apellido con prontuario

    Los Kovalivker ya fueron allanados en distintas investigaciones judiciales por maniobras financieras y societarias. Su situación procesal está abierta y sin resolución definitiva. Lejos de mantener perfil bajo, Eduardo eligió salir a bancar con dólares frescos la puesta en escena de Milei, lo que refuerza su peso político y lo ubica como uno de los actores privados que sostienen al oficialismo.

    La investigación agrega un dato clave: Jonathan Kovalivker, actual presidente de la droguería e hijo de Eduardo, fue quien recaudó fondos para la fiscalización de La Libertad Avanza en 2023, mostrando que la familia no solo es proveedora del Estado, sino que además se metió de lleno en la maquinaria electoral libertaria.


    Corrupción que financia poder

    Mientras la Justicia sigue investigando el circuito de retornos en la ANDIS, Milei se prepara para festejar rodeado de su círculo íntimo, con un acto bancado por empresarios sospechados de corrupción.

    El libro, titulado “La construcción del milagro”, parece más bien la construcción de un milagro financiero privado, donde los aportes de droguerías cuestionadas se convierten en shows políticos en el estadio más caro del país.