En el marco de la campaña de forestación impulsada por la Dirección de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Municipalidad de Villa Regina, se comenzó con la distribución de las estacas de sauce llorón y de podos de rosas a juntas vecinales e instituciones de la ciudad.
En la mañana de este jueves, el Secretario de Coordinación Ariel Oliveros junto al Director del área Hugo Curzel procedieron a la entrega de los mismos en loteo de la Asociación Civil ‘Hogar’, ARA San Juan, El Frutillar, La Unión, Antártida, Tierra del Fuego, Businelli, Nuevo, Melipal, Don Bosco, 86 Viviendas.
En total se distribuyen más de 1000 plantas, entre sauce llorón y rosas.
El Concurso Nacional de Cine Independiente de Cipolletti cuenta con la curiosidad de ser el más antiguo del país. Con su próxima 36° edición en este 2020. Lo sigue el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con 35° Ediciones
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El Intendente Marcelo Orazi participó esta mañana de la reunión que el Comité de Crisis de la Provincia mantuvo con referentes de distintos sectores comerciales de Villa Regina. En el encuentro estuvieron presentes el Vicegobernador Alejandro Palmieri y los Ministros de Gobierno Rodrigo Buteler y de Economía Luis Vaisberg. La convocatoria tuvo como finalidad escuchar…
La Dirección de Obras Públicas, a través de su Director Gabriel Benatti, hizo un relevamiento en la calle Passin, desde la Avenida General Paz hasta el Barrio La Unión. Se encontraron con 19 luminarias quemadas, 12 de ellas destruidas adrede. A raíz de esta situación, durante el día de hoy, se procederá a reparar la…
Te dejamos las actividades para este finde: opciones para las infancias, música, gastronomía y deportes, estrenos en el cine. SÁBADO 5 DE MARZO El cierre de la edición verano de las JORNADAS RECREARTE será en B° Villa Alberdi desde las 15 hs. Actividades de escritura, títeres, teatro, organizadas por Cultura y la Secretaría de Desarrollo…
El Gobierno celebró un superávit financiero de $517.672 millones en octubre. Pero al mirar el número de cerca, el truco simple: esconde debajo de la alfombra los intereses de la deuda, justo la partida que más crece.
Los números oficiales muestran que el Sector Público Nacional mantiene las cuentas en terreno positivas, incluso con superávit financiero, el más difícil de conseguir.
Pero la fachada se vino abajo en seguida. Los especialistas advierten que el gobierno cuenta del gasto total, solo aquello que efectivamente se pagó, sin sumar la deuda flotante. Y que, además, esconde intereses de deuda debajo de la alfombra.
«Si salimos de la medición caja de las cuentas fiscales, y a los intereses pagados le sumamos los intereses capitalizados que se traducen en más deuda, el resultado financiero acumulado a octubre es un déficit de 2,3% del PIB», publicó en el economista Nicolas Gadano en X.
El planteo de Gadano es aceptado por propios y ajenos. «No había forma de mostrar una foto robusta sin reordenar los devengados. La contabilidad no miente, pero permite ciertos encuadres», justificó un ex funcionario del ministerio de Economía y agregó «el superávit es la joya de la corona del oficialismo; si falla, se cae todo el andamiaje discursivo».
Si salimos de la medición caja de las cuentas fiscales, y a los intereses pagados le sumamos los intereses capitalizados que se traducen en más deuda, el resultado financiero acumulado a octubre es un déficit de 2,3% del PIB.
La frase expone el corazón del problema: el relato del superávit parece fuerte, pero se apoya en una arquitectura contable que exige cada vez más creatividad con los números, forzados por una realidad que no acompaña.
Ocurre que la recaudación cae mientras los intereses de deuda aumentan por encima de la inflación. Según el IARAF, el superávit primario nacional cayó 16% interanual en términos reales. La recaudación de octubre fue de $11,9 billones, bajó un 2,4% real respecto de 2023.
Y el superávit financiero se derrumbó 25%. No hay magia: hay menos recaudación y más intereses. Por eso, bien calculado el déficit financiero volvió con fuerza.
El golpe vino por los dos frentes: por un lado Bienes Personales, que mostró la mayor caída, efecto del blanqueo del año pasado y de la rebaja del régimen especial que todavía impacta en la base imponible. Y por el otro, retenciones, debido a la liquidación anticipada de divisas para sostener el tipo de cambio antes de las elecciones, que dejó un bache que ahora se nota.
Mientras tanto, el gasto en intereses de la deuda, contabilizados sin los capitalizados que se esconden «debajo de la línea», subieron 4,3% real.
Es por eso que lo analistas remarcan que el ajuste empieza a encontrar sus límites. Con una recaudación que afloja, intereses que suben, retenciones que recortan su aporte y un enfriamiento de la actividad que ya se siente en varios rubros, la narrativa del superávit limpio empieza a enfrentar nubarrones.
Con las reservas en rojo crítico, el Banco Central desembolsó este lunes USD 1.012 millones para pagar un vencimiento de Bopreal, el bono que inventó Toto Caputo para patear la duda con importadores. Y aún así las reservas subieron. El número parece mágico, pero no lo es. Se llama asiento contable: apenas un 6,4% del pago salió del país, el resto se quedó dentro del sistema financiero local y, por norma, se computó como encaje bancario. Es decir, dinero de los depositantes que quedó inmovilizado y ahora figura como parte de las reservas.
Los analistas del mercado lo explican con una mezcla de perplejidad y resignación. «Pagó con los encajes, los está usando», repiten en la City. Y ese es el punto: el BCRA no está sumando dólares genuinos, está reacomodando los dólares de otros.
Los números lo confirman. Las reservas brutas cerraron este lunes en USD 41.776 millones, pero las reservas netas siguen en negativo, por más de US$16.000 millones. La diferencia no es contable: es estructural. De ese total, USD 14.000 millones pertenecen al FMI y están bloqueados para uso doméstico; otros USD 18.000 millones corresponden al swap con China, del cual una tercera parte ya fue utilizada. El resto, lo que queda disponible, son los encajes, es decir depósitos en dólares de la gente, que el Central inmoviliza.
Son dólares que los bancos privados están obligados a mantener inmovilizados como respaldo, y que el BCRA contabiliza dentro de su balance. Un ex presidente del BCRA fue categórico: «Sí, se están usando los encajes. Y los encajes son los depósitos de la gente.»
La pregunta ya no es contable, sino política: ¿hasta dónde puede estirarse el rojo del Banco Central? ¿Hay un límite para la deuda invisible que representa usar encajes para pagar deuda?
De hecho, los depósitos en dólares del sector privado tocaron un récord, impulsados por la dolarización preelectoral y por el festival de deuda privada. En octubre superaron los USD 35.100 millones, según el balance cambiario oficial. Parte de ese flujo se originó en colocaciones de empresas como Tecpetrol, YPF, Pampa Energía y Edenor, entre otras.
Aunque las normas indican que esos fondos deben liquidarse en el MULC en un plazo de cinco días, existen excepciones: algunas emisiones pueden integrarse con bonos públicos o a través de mecanismos diferidos, lo que retrasa la entrada efectiva de divisas y, a la vez, permite que esos dólares «descansen» en el sistema financiero local.
En ese contexto, la pregunta ya no es contable, sino política: ¿hasta dónde puede estirarse el rojo del Banco Central? ¿Hay un límite para la deuda invisible que representa usar encajes para pagar deuda?
«El negativo es infinito siempre y cuando se sostenga la confianza en el sistema», agregó un ex funcionario del Banco Central.
Por eso, el «milagro» de las reservas que suben mientras se paga deuda no es un acto de eficiencia, sino de contabilidad creativa. El Central sostiene la ilusión de abundancia mientras usa los ahorros del sistema como muleta de liquidez.
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