Bullrich no supo ni votar
El blooper de una ministra que da más bronca que risa.
Por Celina Fraticiangi par Noticias La Insuperable

La candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, volvió a demostrar este domingo que los sistemas electorales —sean electrónicos o de papel— representan para ella un desafío digno de un escape room. En plena jornada de las Elecciones 2025, la ministra de Seguridad protagonizó un momento incómodo (y ya casi costumbrista) al intentar emitir su voto con la Boleta Única de Papel.
Según los testigos, Bullrich ingresó al box de votación, salió, volvió a entrar, y volvió a salir. Como si el acto electoral fuera una coreografía experimental. Luego de varios intentos, logró colocar su voto en la urna, aunque no sin antes casi desplegar la boleta completa frente a la mesa, poniendo en riesgo el secreto que tanto resguarda nuestra democracia.
Al ser consultada por la prensa, la funcionaria explicó con desparpajo: “Voté rápido, la boleta la doblé en dos y había que doblarla en tres”. Una frase que, de no venir de quien hoy custodia la seguridad interior del país, podría pasar como humor involuntario.
Pero lo cierto es que no es la primera vez que Bullrich pelea contra la tecnología electoral, ni contra el papel, ni contra las leyes de la física. En las elecciones porteñas de 2023, había protagonizado un blooper similar con la Boleta Única Electrónica, cuando la máquina —quizás agotada de tanto intento— debió ser revisada durante quince minutos por un técnico. “Tuve que votar ocho veces, apretaba una lista y me mostraba otra que no era la que quería votar”, se justificó entonces, dejando entrever que la tecnología también tenía sus preferencias.
En aquel momento, desde su entorno aseguraron que se trató de una “falla técnica”. Pero con la boleta de papel entre manos, esta vez no había software al cual culpar. Ni inteligencia artificial, ni interferencias rusas, ni conspiraciones del “pacto de casta”.
La ministra que no supo cómo doblar una boleta se convirtió en tendencia en redes sociales, donde los usuarios ironizaron sobre la paradoja de una funcionaria encargada de velar por la seguridad nacional, pero que necesita asistencia para completar un voto sin romper el sobre o invadir la mesa con el pliegue equivocado.
Mientras tanto, el oficialismo libertario intentó bajarle el tono al incidente. Voceros del espacio sostuvieron que “lo importante es que votó”, aunque más de uno en su propio partido se preguntó si ese voto habrá ido donde realmente quería.
La escena deja una metáfora perfecta de los tiempos que corren: un gobierno que no logra entender el mecanismo más básico de la democracia, y una ministra que ni siquiera logra meter el voto en la urna sin desarmar el sistema.


