Alicia Moreau de Justo: 140 años de la mujer que soñó un país justo e igualitario
Este 11 de octubre se cumplen 140 años del nacimiento de Alicia Moreau de Justo, médica, feminista, socialista y luchadora incansable por los derechos políticos y sociales de las mujeres argentinas. Su vida fue una batalla constante por la igualdad, la educación y la justicia social, desde el aula y desde la calle.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

El 11 de octubre de 1885 nacía en Londres una niña llamada Alicia Moreau, que poco después se convertiría en una de las figuras más trascendentes del siglo XX argentino. Llegó al país siendo apenas una niña, junto a sus padres exiliados por razones políticas. Años más tarde, su compromiso con la libertad y la justicia la transformaría en una pionera del feminismo y del pensamiento socialista argentino.
Su nombre se asocia a luchas que aún hoy siguen vigentes: el voto femenino, la igualdad salarial, la educación pública y la defensa de la salud como derecho. Fue médica cuando pocas mujeres podían siquiera acceder a la universidad, y activista cuando serlo significaba desafiar todos los mandatos sociales.
Una mujer adelantada a su tiempo
Alicia Moreau de Justo se recibió de médica en 1914, en una época en la que el ámbito científico era casi exclusivo de los hombres. Desde entonces combinó su práctica profesional con un intenso trabajo político y social. Fundó el Centro Feminista y fue una de las organizadoras del Primer Congreso Femenino Internacional de la República Argentina, en 1910, desde donde reclamó por la educación mixta, la igualdad de derechos civiles y la protección laboral de las mujeres.
Su militancia se consolidó en el Partido Socialista, donde conoció a Juan B. Justo, su compañero de vida y de ideales. Juntos impulsaron un proyecto de país basado en la justicia social, la educación pública, la organización obrera y la igualdad de oportunidades. Tras la muerte de Justo, Alicia continuó su labor política y se convirtió en una de las dirigentes más respetadas del movimiento socialista, una voz lúcida frente a las injusticias del poder conservador y los autoritarismos militares.
El voto femenino y la lucha por la ciudadanía
Décadas antes de la sanción del voto femenino, Alicia Moreau ya recorría el país organizando charlas, congresos y manifestaciones. En 1918 fundó la Unión Feminista Nacional, desde donde impulsó el derecho al sufragio y la participación política de las mujeres.
En 1947, cuando se aprobó finalmente la ley de voto femenino, impulsada por Eva Perón, Alicia celebró el logro sin mezquindades, pese a las diferencias ideológicas con el peronismo. Lo importante, decía, era que las mujeres argentinas por fin tuvieran voz y voto. Esa actitud la convirtió en una referente transversal del feminismo nacional: su compromiso estaba por encima de las banderas partidarias.
Médica, educadora y pacifista
Además de su labor política, Alicia fue una médica ejemplar. En los hospitales públicos de Buenos Aires se destacó por su atención a mujeres y niños en situación de vulnerabilidad. También promovió campañas de prevención sanitaria y educación sexual en tiempos en que esos temas eran tabú.
Durante las décadas del 50 y 60, fue una de las fundadoras de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y del Movimiento por la Paz, desde donde denunció la violencia institucional y las persecuciones políticas. Se opuso con valentía a las dictaduras, defendiendo la libertad de expresión y la democracia, aun cuando eso le valió censura y vigilancia.
Un legado que no envejece

Alicia Moreau de Justo murió en 1986, a los 100 años, lúcida y activa hasta el final. Había visto nacer la democracia recuperada y confiaba en que las nuevas generaciones continuarían su lucha. Su vida atravesó tres siglos y fue coherente con una idea simple y poderosa: que una sociedad justa solo puede construirse si las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, y si el Estado está al servicio de los más humildes.
A 140 años de su nacimiento, su ejemplo sigue iluminando los debates actuales sobre igualdad, salud pública, derechos laborales y equidad de género. En una Argentina donde los discursos de odio y la desigualdad resurgen con fuerza, recordar a Alicia Moreau de Justo no es un gesto de nostalgia: es un acto de resistencia y memoria feminista.