Una gresca de proporciones, con trompadas y sillazos, se desató este viernes durante la jura de los nuevos concejales en José C. Paz.
A poco de finalizar un acto cargado de tensiones entre el oficialismo local alineado a Mario Ishii y la oposición libertaria, los cruces se trasladaron a las inmediaciones del recinto y el hall del Concejo, donde volaron sillas y proliferaron puñetazos entre militantes de ambos espacios.
En medio del descontrol, el intendente Mario Ishii tomó el micrófono para reclamar calma y orden. Pero la batahola era tal que hasta dentro del propio recinto concejales de un lado y otro discutían a los gritos sin escuchar la voz del caudillo.
Se trataba de una sesión de jura especial y con un nutrido marco de militancia, ya que se trataba de la ceremonia previa a la salida de la intendencia de Ishii, quien asume su banca en el Senado bonaerense.
«Lo que pasa es que esta señora, señorita o no sé qué es, dijo que lo iba a rajar de patadas en el culo al intendente. Es la que genera esto afuera del recinto», dijo en medio de la gresca la concejal de Ishii Lorena Ramírez, que acusó a la libertaria Mía Amoroso por haber desatado el caos.
«Es una locura que se genere violencia porque yo grite ‘Viva la libertad carajo'», dijo la concejal libertaria Mia Amoroso al portal local Dar Info en pleno recinto, donde la concejal de Ishii Lorena Ramírez intervino en el reportaje para acusarla de provocar.
«Lo que pasa es que la señora, señorita o no sé qué es, dijo que lo iba a rajar de patadas en el culo al intendente. Es la que genera esto afuera del recinto», dijo Ramírez, al apuntar directo a la libertaria Amoroso como la generadora del caos.
Amoroso denunció en redes un «ataque» de militantes y prometió hacer una denuncia en fiscalía. «A uno le fracturaron la mandíbula, a otra la arrinconaron entre hombres y la molieron a palos», dijo.
En el oficialismo local acusan a la concejal libertaria de haber provocado con gesticulaciones en las intervenciones de concejales de Ishii y de haber fogoneado a la militancia libertaria para ir al choque en medio de una multitudinaria presencia de militantes oficialistas.
El desarrollo y progreso que en las últimas décadas se ha fomentado en el marco del “Úselo y Tire” ha causado grandes deterioros en el ambiente mundial y nuestra región no es ajena. El consumo no racional como filosofía de vida ha impactado gravemente en todos los estamentos sociales y etarios, poniendo de manifiesto no…
El juez Fabian Lorenzini lleva el concurso preventivo de Vicentín desde diciembre de 2019 cuando el gigante agrario se declaró en default y dejó un tendal en productores, acopiadores y proveedores de la Zona Núcleo.
La caída de Vicentín abrió innumerables interrogantes, sobre todo sobre la sostenibilidad del modelo agroexportador que combinaba granos con audacia financiera hasta que el cimbronazo en la última etapa del gobierno de Macri dejó en offside a varios peso pesado de los agronegocios.
Este martes, el juez de Reconquista Fabián Lorenzini avaló los informes de la sindicatura de la causa que analizó los avales de acreedores a la propuesta que había elevado el Grupo Grassi.
Lo cierto es que en todos estos años pasó muchísima agua bajo el puente en el que no faltó el proceso penal por fraude contra los dueños de la empresa, un fallido intento de nacionalización en la era de Alberto Fernández y un sorprendente silencio stampa de los damnificados, principalmente productores agropecuarios que son los primeros en pegar el grito al cielo contra la carga impositiva estatal pero se desentienden de los aumentos indiscriminados de los alquileres de campos o de los descalces financieros que muchas veces los dejan al borde del abismo.
Vicentín no fue la única agroempresa que quedó en la cuerda floja. La sacudida financiera de la segunda mitad del macrismo sacudió a BLD, a la correacopio Guardati-Torti, a la firma Cereales del Sur de Daniel Casanovas y a otras firmas de renombre en la city rosarina como Sebastián Grimaldi. Estas oficinas movían millones y millones de la agroexportación hasta que los agarró el temporal.
Este martes, el juez de Reconquista Fabián Lorenzini avaló los informes de la sindicatura de la causa que analizó los avales de acreedores a la propuesta que había elevado el Grupo Grassi. En buen romance significa que el empresario rosarino quedó a un paso de hacerse del holding.
De esta manera, Grassi llegó victorioso a la compulsa contra Molinos Agro y Louis Dreyfus que se asociaron a último momento y presentaron una propuesta que no consiguió la adhesión de la mayoría. Ahora, se abren cinco días para impugnar la decisión del juez pero en el entorno del rosarino confían en que el cramdown se defina la semana próxima.
Al mismo tiempo en que comenzaba la conferencia de prensa brindada por agrupaciones que conforman el Frente de Todos (FdT) en las puertas del “Hogar Municipal La Esperanza” en defensa de ese espacio municipal destinado al cuidado de adultos mayores, prensa del municipio reginense confirmaba mediante la palabra de Luisa Ibarra responsable del área de…
El modelo extractivista se impone a la fuerza, Rio Negro no está exento de este tipo de políticas antidemocráticas. Las empresas demandan y los gobiernos cumplen. La sociedad defiende el medio ambiente. Para construir el oleoducto y el puerto exportador en Punta Colorada, el Estado provincial se vio obligado a derogar la Ley 3.308 que…
De manera cautelar, sin definir por el momento el fondo de la cuestión, el STJ reafirmó esta semana la suspensión de la ordenanza del Municipio de Chimpay que permite el uso de radares de control de velocidad en la ruta nacional 22. En la misma decisión, el STJ se declaró competente para seguir interviniendo en…
La renuncia de Alberto Baños a la Subsecretaría de Derechos Humanos expone el derrumbe de una política pública que Milei convirtió en blanco predilecto. Su gestión estuvo marcada por despidos, censura, negacionismo y el vaciamiento sistemático de los espacios de memoria. Su salida revela la feroz interna que atraviesa al oficialismo, donde Santiago Caputo y sus alfiles avanzan sobre lo poco que queda en pie.
Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable
Una renuncia que confirma el derrumbe
El éxodo de funcionarios dentro del gobierno volvió a sumar un nombre clave: Alberto Baños dejó la Subsecretaría de Derechos Humanos (SDH) luego de meses de escándalos, retrocesos institucionales y conflictos internos. Su gestión, desde el primer día, fue sinónimo de degradación, persecución laboral y negacionismo explícito, culminando con un organismo reducido a un tercio de su estructura original.
El mes pasado, Baños había representado al Estado argentino ante un comité de Naciones Unidas solo para minimizar el terrorismo de Estado, atacar a los organismos de derechos humanos y retomar el discurso negacionista de los 30.000 desaparecidos como “invención con fines económicos”.
Un funcionario sin credenciales y con un prontuario político
Baños llegó al cargo de la mano de su amigo Mariano Cúneo Libarona, arrastrando antecedentes polémicos: como juez, no investigó la desaparición del policía Arshak Karhanyan y permitió la excarcelación del ministro de la dictadura José Martínez de Hoz. Su paso por la SDH no mejoró esa imagen: despidos masivos, falta de designación de cargos clave y presencia de efectivos de la Policía Federal custodiando la sede dentro de la ex ESMA, un espacio de memoria que debería ser lo contrario a un cuartel.
Cierres, censura y persecución en los espacios de memoria
El inicio del año fue brutal. De un día para el otro, y a través de un simple mensaje de WhatsApp enviado por su secretaria, se anunció el cierre del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti y la licencia de todo su personal. Baños prometió su reapertura en varios medios, pero el Conti nunca volvió a abrir.
Tampoco dudó en censurar actividades ya programadas, impedir un recital en la ex ESMA e ir a la Justicia para prohibir eventos en El Faro, el sitio de memoria de Mar del Plata. Su estrategia fue clara: vaciar, silenciar y despedir.
Una agenda alineada con los sectores más reaccionarios
Baños también impulsó una “solución amistosa” ante la CIDH que equiparaba acciones de grupos guerrilleros con delitos de lesa humanidad, una maniobra repudiada incluso por especialistas internacionales.
Y mientras desarticulaba políticas públicas, mantenía línea directa con Ricardo Saint Jean, referente de Justicia y Concordia, organización conocida por militar beneficios para represores. Fuentes internas revelaron que Saint Jean le marcaba cada paso para lograr nuevas domiciliarias.
Además, permitió que Luis Petri y Patricia Bullrich atacaran públicamente a la Conadi, a la que definieron como un organismo “militante”.
La degradación institucional como política de Estado
El golpe final llegó en mayo, cuando Baños aceptó rebajar la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría. En simultáneo, el Museo Sitio ESMA y el Archivo Nacional de la Memoria fueron degradados y quedaron bajo la órbita del CIPDH, un espacio cada vez más ocupado por funcionarios cercanos a Santiago Caputo, el verdadero poder en las sombras del gobierno.
Las internas que estallaron por los aires
Desde la llegada de Milei, Cúneo Libarona quedó pintado al óleo frente al avance de su número dos, Sebastián Amerio, alfil directo del asesor presidencial. Baños, por su parte, sintió el avance de las “fuerzas del cielo” que han copado el CIPDH y que responden, sin escalas, a Caputo.
La situación se volvió insostenible cuando reapareció Alfredo Vitolo, viejo conocido del macrismo y defensor público del “perdón” a los represores. Vitolo fue designado como director nacional de Asuntos Jurídicos de la SDH y no tardó en chocar con Baños.
Su desplazamiento quedó sellado cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos publicó una foto de Vitolo representando al país en una reunión donde Baños debía estar presente. Minutos después, a las 19.04, presentó su renuncia.
Una salida prolija para tapar un desastre
En su carta, Baños habló de “casi dos años de esforzada labor” y de “dejar a otros que continúen forjando un mejor país”. Cúneo Libarona lo despidió como a un “excelente funcionario”.
Pero para los trabajadores despedidos, los organismos de derechos humanos y los espacios de memoria vaciados, su gestión fue una pesadilla.
Por ahora, no hay reemplazo confirmado. Lo único seguro es que la SDH, que alguna vez fue un organismo emblemático, hoy es un cascarón vacío, víctima del desmantelamiento planificado por Milei y las internas feroces que se devoran al propio gobierno.