José Hernández, el hombre que le dio voz al gaucho
Hace 139 años, el 21 de octubre de 1886, moría José Hernández, el autor de Martín Fierro, la obra que cambió para siempre la literatura argentina y que convirtió al gaucho —hasta entonces marginado y perseguido— en símbolo de identidad nacional. En tiempos de ajuste y desprecio por lo popular, su figura vuelve a interpelar.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

El gaucho que se animó a escribirle al gaucho
José Rafael Hernández nació en 1834, en una estancia de San Martín, Buenos Aires. Su vida fue una mezcla de letras, política y campo: periodista, legislador, soldado y hombre de la pampa, conoció de cerca la realidad del paisano que más tarde inmortalizaría en sus versos.
En una Argentina que intentaba “civilizarse” a golpe de alambrado y expulsión del interior, Hernández levantó la voz de los olvidados. Su obra El gaucho Martín Fierro, publicada en 1872, fue un acto de resistencia cultural frente al modelo agroexportador que marginaba a los trabajadores rurales y ensalzaba la europeización de las ciudades.
El canto del perseguido
A través del relato en primera persona, Martín Fierro narró la vida del hombre de campo arrancado de su rancho, empujado a la frontera y convertido en víctima del propio Estado. Era una denuncia social, pero también una declaración de amor por la tierra y la libertad.
La segunda parte, La vuelta de Martín Fierro (1879), completó el círculo del héroe popular: el gaucho que, tras sufrir la injusticia, busca reconciliarse con la sociedad. Su poesía, cargada de sabiduría popular, humor y crítica, logró lo que pocos textos han conseguido: convertirse en parte viva del habla cotidiana de los argentinos.
El periodista y el militante
Antes que poeta, Hernández fue periodista combativo. Desde su diario El Río de la Plata, se enfrentó a las políticas de Buenos Aires centralista y defendió el federalismo, alineado con las ideas de los caudillos del interior. También fue legislador provincial y senador nacional, siempre con el mismo norte: un país más justo e integrado.
Su muerte, ocurrida el 21 de octubre de 1886, pasó casi inadvertida en los grandes diarios porteños, pero en los fogones del campo su nombre ya había echado raíces. Allí donde el Estado no llegaba, los versos de Fierro se recitaban de memoria.
Del estigma al emblema nacional
El gaucho de Hernández pasó de ser visto como un bandido a convertirse en símbolo de la argentinidad. En sus palabras resonaban la dignidad, la rebeldía y la identidad popular que aún hoy siguen marcando el pulso del país.
Y no deja de ser paradójico: aquel hombre que denunció el abandono de los humildes es hoy leído en las escuelas de todo el territorio, incluso mientras los herederos de su causa —trabajadores, campesinos, docentes, pequeños productores— siguen peleando por lo mismo: una patria justa, libre y soberana.
José Hernández vive en el pueblo
En el aniversario de su muerte, recordar a Hernández no es un gesto académico, sino político. En tiempos de gobiernos que desprecian lo nacional, su obra nos recuerda que no hay identidad posible sin justicia social.
Como escribió el propio Fierro:
“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera”.