Comenzó la recta final para las elecciones

Comenzó la recta final para las elecciones

 

Faltando una semana para las elecciones de medio término, el día de la Lealtad Peronista fue la primera parada de esta recta final. De la mano de Carlos Quintriqueo y su partido Más Por Neuquén dieron comienzo a los actos de cierre de campaña en Neuquén.

El domingo 26 de octubre se llevarán a cabo los comicios que definirán los nombres de los tres diputados y senadores que representarán a Neuquén en el congreso. Si bien son ocho las agrupaciones que conforman el mapa electoral de la provincia no todos tienen definido o contarán con un acto de cierre de campaña. Las Agrupaciones en cuestión son; La Neuquinidad (campaña encabezada por el gobernador Rolando Figueroa), Fuerza Patria, Más Por Neuquén, La Libertad Avanza, Fuerza Libertaria, EI FIT, Unidad Popular y Desarrollo Ciudadano (partido de la destituida vicegobernadora Gloria Ruiz).

El viernes 17 de octubre fue enmarcado por el día de la Lealtad Peronista y quién aprovechó la ocasión para dar comienzo a los actos por cierre de campaña fue Calos Quintriqueo (Mas Por Neuquén) que realizó su cierre en la caldera de independiente. El acto tuvo lugar dentro de la cancha de básquet, pero extendido con asientos y pantallas sobre la calle José Rosa. Allí se presentó la lista completa de diputados y senadores, titulares y suplentes a cancha llena.  Por un lado, Fuerza Patria, el partido encabezado por Beatriz Gentile, rectora de la Universidad Nacional del Comahue, tenían previsto una caravana y acto.

Quienes continúan el camino por el cierre de campañas son los partidos afines al gobierno nacional (La Libertad Avanza y Fuerza Libertaria). Si bien aún no se concreta la idea de un acto por parte de LLA, sí tuvo presencia durante la semana en los alrededores de la localidad neuquina con un recorrido que sigue por el sur de la provincia. Por otro lado, Fuerza Libertaria tendrá su cierre encabezado por Carlos y Joaquín Eguía en el salón Raimbow del Casino Magic de Neuquén. El acto esta previsto para el jueves 23 a partir de las 20 hs.

Por último la fuerza liderada por el gobernador Rolando Figueroa (La Neuquinidad) iba a tener su cierre de campaña este lunes 20 en el estadio Ruca Che. Para este acto, la conducción del partido tomó la decisión de suspenderlo adhiriendo al duelo por el transfemisidio de Azul Semeñenko. En el caso de los demás partido que integran el mapa político para estas elecciones no confirmaron la realización actos o eventos similares para el cierre de sus campañas.

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    Tras una semana cambiaria marcada por la tensión y la suba en la cotización del dólar, ahora la expectativa está marcada por el trabajo que realizará el fin de semana el equipo económico argentino en Estados Unidos.

    Encabezado por Luis Caputo, e integrado por el segundo del Ministerio, José Luis Daza; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el titular del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, el equipo fue convocado por los técnicos del Tesoro de Estados Unidos. Además del llamado del titular de ese orgnismo, Scott Bessent, también en las últimas horas se informó que la directora del FMI, Kristalina Georgieva, también apuntó a ese trabajo conjunto para poner en marcha “amplios planes de asistencia financiera” para Argentina.

    Semana corta, con feriado cambiario

    La próxima será una semana laboral de solo cuatro días, ya que el gobierno nacional decidió trasladar el feriado del 12 de octubre Día del Respeto a la Diversidad Cultural al viernes 10.

    De esta manera, el Banco Central de la República Argentina dispuso que las entidades bancarias y cambiarias no abran sus puertas el próximo viernes, aumentando la distención sobre la cotización de la divisa norteamericana.

    En cuanto al resto de las áreas laborales en la argentina, el próximo viernes será considerado como feriado nacional.

    El fin de semana largo de octubre es uno de los más esperados por el sector turístico. En 2024 movilizó a más de 1,4 millones de personas, según la CAME, con un fuerte impacto económico en destinos como la Costa Atlántica y la cordillera.

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  • ¿Esto sigue siendo neoliberalismo?

     

    El segundo mandato de Trump marca el fin de una era, pero no el fin del dominio incontrolado del capital sobre nuestra sociedad. Entrevista a Vivek Chibber| Traducción: Florencia Oroz (JacobinLat).


    Los últimos cincuenta años han sido una era de dominio indiscutible del mercado en todos los ámbitos de la vida. Pero la agitación global provocada por la guerra comercial de Donald Trump ha suscitado no pocos interrogantes acerca de si estamos asistiendo al desmoronamiento del orden neoliberal.

    Melissa Naschek conversó con el editor de Catalyst, Vivek Chibber, para hablar acerca de las consecuencias de la política de aranceles de Trump, el auge del populismo de derecha en el mundo y sobre si la era neoliberal ha llegado realmente a su fin.

     

    MN

    Vivek, ya llevamos bastante tiempo con la presidencia de Trump, así que tenemos una idea bastante clara de cuál es su agenda. ¿Alguna vez imaginaste que sería así?

    VC

    No creía que fuera a cambiar tanto con respecto a su primera presidencia, a su primera administración. Así que más o menos sabía qué tipo de políticas iba a seguir. Pero el caos, la agresividad y la especie de manía que lo caracterizan… No creo que nadie esperara que llegara a este nivel. Así que es una combinación: sí, está haciendo lo que esperábamos, pero lo está haciendo de una forma mucho más agresiva y decidida, hasta el punto de que ha sacudido el conjunto de la economía política y la cultura.

     

    MN

    Si nos fijamos en los seguidores de Trump, hay una parte de su base que no podría estar más contenta, probablemente porque no esperaban que llegara tan lejos. Y luego lo hizo. Después hay otra parte que apostó todo el tiempo a que su presidencia iba a ser básicamente una copia de su primer mandato. Y ahora están enfadados con él por estar haciendo todo esto.

    VC

    Dentro de su base hay un llamamiento a cambiar el sistema, a derribar cosas, a destrozar las instituciones. Y esta vez ha venido preparado para hacerlo. Y si eso es lo que querías ver, sí, tienes que estar contento si eres partidario de Trump.

     

    MN

    Creo que eso es cierto, si realmente creías en sus palabras. Pero creo que mucha gente no lo creía, y lo interesante esta vez no es solo la intensidad de su agenda y sus políticas, sino también hasta dónde está llegando, lo que ha hecho que algunas personas empiecen a preguntarse si esto es algún tipo de punto de inflexión no solo en la historia política estadounidense, sino en todo el sistema económico mundial o más concretamente, si la nueva agenda de Trump significa el fin del neoliberalismo.

    VC

    Yo diría que hay un punto de inflexión en muchos sentidos. Mucha gente lo cree ahora. Da la sensación de que no hay vuelta atrás al capitalismo de la era Bush-Obama, que ha habido un cambio en la cultura política, pero también en el tipo de paquetes de medidas que podemos esperar ver ahora. Así que creo que ha habido un cambio en la cuestión del neoliberalismo. Es un poco más confuso, así que intentemos profundizar un poco en ello.

     

    MN

    Teniendo esto en cuenta, ¿crees que Trump es realmente el fin del neoliberalismo?

    VC

    No sé si Trump es el fin del neoliberalismo. Sí creo que estamos en una fase del capitalismo, o supongo que la gente lo llama ahora capitalismo tardío. No estoy muy seguro de lo que significa.

     

    MN

    En algún momento se nos acabarán las etapas tardías.

    VC

    En los años 80 existía el término «capitalismo tardío»; Ernest Mandel escribió un libro en los años 70 titulado Capitalismo tardío. De alguna manera se transformó en «fase tardía», y eso hace que parezca que está a punto de morir o algo así, que se encuentra en sus últimas etapas y que solo estamos viendo cómo se va encogiendo poco a poco hasta convertirse en una pequeña bolita.

     

    MN

    Es el capitalismo metastásico.

    VC

    Nos encontramos en una especie de punto de inflexión en nuestra economía política. Y el neoliberalismo, como palabra, se utiliza para describir todas estas dimensiones de la economía política: la dimensión global, la dimensión nacional. Sus componentes políticos, sus políticas económicas, las relaciones laborales, todas estas cosas entran en la categoría del neoliberalismo, y empieza a convertirse en algo tan amplio que no tiene mucho peso analítico.

    Creo que ahora estamos viendo algunos cambios importantes en él. Así que, en el fondo, lo que la gente entiende por «neoliberalismo» es simplemente un alejamiento del tipo de régimen regulador distributivo de los años 50, 60 y 70, que también tenía un lugar para el trabajo.

     

    MN

    También conocida como la economía de posguerra y la llamada «edad de oro del capital».

    VC

    Sí, la edad de oro del capital. En términos generales, el capitalismo social y democrático se aleja de eso hacia un régimen económico más desregulado y basado en el mercado. Se llama neoliberalismo porque es una nueva forma de liberalismo.

    Entonces, ¿qué es el neoliberalismo? Lo que se entiende por eso no es el liberalismo político, el liberalismo de los derechos y de la fuerte inclusión política. Lo que quieren decir es una economía desregulada, como la que había en el siglo XIX. Así que el neoliberalismo significa una nueva versión del capitalismo del siglo XIX, que dio lugar a todos esos gigantescos movimientos sociales que nos dieron el Estado de bienestar. Por lo tanto, se supone que el neoliberalismo significa, en términos generales, un giro hacia formas mercantilizadas de intercambio y distribución sin la intervención del Estado en las transacciones del mercado ni en la distribución de los ingresos.

    Si eso es lo que entendemos por neoliberalismo, y nos preguntamos: «¿Es este el fin?», la respuesta es no. Pero lo interesante es por qué la respuesta es no. Hay un aspecto en el que algo ha llegado a su fin, y eso es lo que la gente señala cuando se pregunta: si el neoliberalismo podría estar llegando a su fin. El primero es el apoyo social a todas estas políticas; el segundo es la dimensión global de esas políticas.

     

    MN

    ¿A qué te refieres con el apoyo social al neoliberalismo?

    VC

    Perry Anderson escribió este artículo en 2000, cuando se relanzó la revista New Left Review. La relanzó porque pensaba que estamos en lo que podría ser una era muy, muy larga de dominio del capital, tal vez llamada neoliberalismo. La idea era que esto requeriría una agenda intelectual completamente nueva para darle sentido.

    Y en ese momento, en ese artículo, Anderson hizo la observación de que la ideología del neoliberalismo —la ideología que celebra los mercados, el individualismo y un Estado muy minimalista— es muy hegemónica. La comparó con el poder de la Iglesia cristiana en la Edad Moderna y la Edad Media. Anderson pensaba que la ideología neoliberal era extremadamente poderosa. Lo que eso sugería en ese momento era que el neoliberalismo había tenido éxito como programa político, en parte porque había conseguido el apoyo de la población a través de esta ideología.

    Así que cuando hablamos de los apoyos sociales del neoliberalismo, lo que se transmite es la sensación de que no solo existía un consenso dentro de las clases dominantes y la clase política en favor de una economía política mercantilizada, sino que también se había ganado el consentimiento de las masas a través de diversos medios.

    Y ahora ese apoyo se ha derrumbado. ¿Cómo se ha derrumbado? Bueno, a partir de la época de Occupy Wall Street quedó claro que las enormes desigualdades que se habían acumulado en la década de 1980 y 1990 y principios de la de 2000 se habían vuelto tan marcadas que se produjo un rechazo cultural generalizado y una sensación generalizada de que las personas no solo debían tener derechos políticos, sino también económicos.

    Esto va en contra del espíritu neoliberal, que dice: «Tus únicos derechos son los derechos políticos en la economía». Obtienes lo que te da el mercado. Esa es la ideología del neoliberalismo. Ahora bien, mi opinión es que nunca ha habido un gran apoyo social al neoliberalismo. Creo que la gente siempre lo ha odiado. Creo que la gente odiaba tener que luchar por un trabajo, tener que luchar constantemente por su salario. Creo que odiaban la inseguridad que conllevaba, el retroceso del Estado de bienestar.

    Así que lo que cambió a partir de 2010 no fue que el apoyo al neoliberalismo se desmoronara. Fue que la ira contra el neoliberalismo finalmente se unió. Y, en mi opinión, los izquierdistas y los teóricos críticos de los años noventa y principios de los dos mil, que intentaban aplicar la teoría gramsciana sobre cómo se genera el consentimiento en el capitalismo y cómo el neoliberalismo y el thatcherismo generaron el consentimiento, estaban completamente equivocados.

     

    MN

    Una pregunta que tengo al respecto es que no es que no haya habido resistencia política hasta ahora. A lo largo de esta época ha habido intentos constantes, especialmente por parte de los republicanos, de amenazar con recortar estas prestaciones, en particular la seguridad social. Y cada vez que eso ocurre, por ejemplo, siempre hay una gran presión por parte de grupos sin ánimo de lucro y grupos de estadounidenses de edad avanzada para que acudan a los ayuntamientos a decirles a los republicanos: «No se atrevan a tocar mis prestaciones», y luego votar en contra de ellos en las elecciones de mitad de mandato como una especie de castigo.

    ¿En qué se diferencia este tipo de tensión política de las batallas anteriores para, por ejemplo, proteger el Estado de bienestar de los recortes, algo que habría estado en línea con el neoliberalismo?

    VC

    No ha habido grandes movilizaciones sociales desde la década de 1980, ni en apoyo de la seguridad social ni de ninguna otra causa. La resistencia a su desmantelamiento ha sido casi exclusivamente electoral y de presión. El fracaso de los republicanos y los demócratas a la hora de reducir el Estado de bienestar estadounidense no se debe a que el electorado o los trabajadores se hayan unido y hayan lanzado campañas masivas para frenar su agenda. Se debe a que cada vez que lo han intentado, han perdido las elecciones. Perdieron en las elecciones de mitad de mandato, y eso es lo que estamos viendo ahora mismo en la lucha por Medicaid en la agenda fiscal de Trump.

    Ahora bien, ese es un tipo diferente de resistencia. Es una resistencia a desmantelar ciertas políticas. Existe un tipo diferente de resistencia al capitalismo que tiene una agenda positiva, que no consiste solo en poner palos en las ruedas de los liberalizadores, sino en conseguir nuevos derechos dentro del capitalismo que antes no existían. Eso es lo que hizo el New Deal. En mi opinión, es inexacto decir que el apoyo al neoliberalismo se ha derrumbado. Es más exacto decir que la tolerancia hacia el neoliberalismo se ha derrumbado.

    Nunca ha habido una opinión mayoritaria entre los trabajadores y la gente corriente de que el thatcherismo y el reaganismo sean cosas buenas. En el mejor de los casos, había una aceptación a regañadientes, pero en su mayor parte había una sensación de resignación.

     

    MN

    Creo que eso encaja bien con tus comentarios sobre la distinción entre movimientos sociales y comportamiento electoral, debido al ejemplo tan citado de «en realidad, fue una decisión popular que se tomó para tener algo parecido al neoliberalismo». No sé si la gente vota exactamente por eso, pero el voto de la clase trabajadora a Reagan es un ejemplo muy citado de «bueno, esto es lo que quería la gente». Lo aceptaron activamente.

    VC

    No, no hubo aceptación del programa económico de Reagan. No hubo aceptación de lo que se conoció como reaganismo. Hubo una revuelta contra los demócratas. Hubo una revuelta contra el shock de Volcker, las subidas masivas de los tipos de interés, el desempleo que generó, pero nunca hubo la sensación de que lo que queríamos era un retroceso de nuestros derechos económicos y del Estado de bienestar. Ese es un argumento de ciertos intelectuales liberales de la derecha, pero es profundamente erróneo.

    Creo que la forma correcta de describir lo que ha cambiado es que el público ya no está dispuesto a tolerar lo que se le ha vendido durante treinta años, que es el neoliberalismo. Hay una ira dentro de la cultura y una demanda de algún tipo de cambio, diferente de lo que vimos en los años noventa y dos mil.

    Así que, aunque es un error describirlo como un colapso del apoyo al neoliberalismo, esa descripción sí que da en el clavo en algo, y es que las élites políticas no pueden dar por sentado que pueden salirse con la suya con las políticas sociales mercantilizadas que han aplicado durante los últimos treinta años. Ahora lo saben.

    Es un cambio importante. Porque hay una agitación dentro de la cultura política en la que se entiende que las élites políticas van a tener que cambiar, de forma drástica, la forma en que han estado haciendo las cosas.

    ¿Significa eso que van a alejarse del reaganismo, del thatcherismo, de lo que conocemos como neoliberalismo? La respuesta es, en gran medida, no. Hay un componente que están cambiando: lo que llamamos «globalización». Sin embargo, yo diría que el fin de la globalización, si queremos llamarlo así, no es el fin del neoliberalismo. Es simplemente un cambio dentro de una dimensión del neoliberalismo.

    El neoliberalismo tenía dos dimensiones. Estaba el frente interno y estaba el frente internacional. El frente internacional se ocupaba de cuestiones como los tipos de cambio, cosas por el estilo. Sin duda, está experimentando un cambio importante. Pero en cuanto a cómo los Estados y la clase capitalista se ocupan de la economía nacional —cómo acumulan capital, cómo obtienen sus beneficios, cómo tratan a los trabajadores y al Estado de bienestar—, no hay ningún indicio de que eso vaya a cambiar.

     

    MN

    ¿Podría hablar un poco más sobre su segundo punto, la base del neoliberalismo, concretamente la base política del neoliberalismo?

    VC

    Una vez que entendemos que el neoliberalismo no surgió porque las masas lo exigieran, la pregunta es: ¿cómo surgió? Bueno, surgió porque en Estados Unidos, y podemos limitarnos a Estados Unidos, se produjo un cambio en la forma en que la clase política y económica estadounidense entendía cómo reactivar el crecimiento y los beneficios.

    Desde finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta, la economía estadounidense estuvo bastante estancada. A finales de los setenta, el consenso, especialmente en la comunidad empresarial, era que la forma de reactivar el crecimiento era, en primer lugar, reactivar la rentabilidad. Los beneficios de las empresas.

    Las ganancias corporativas se estaban viendo afectadas, decían, por todos los costos excesivos que el Estado de bienestar y los sindicatos les habían impuesto. El Estado de bienestar, con sus altos niveles de impuestos a los ricos y su gran cantidad de seguros sociales, que, según ellos, desmotivaban a los trabajadores.

    Y luego, por supuesto, estaban los sindicatos, con todas sus reivindicaciones sobre los ingresos de las empresas para conseguir salarios más altos, pensiones, prestaciones, cosas por el estilo. Así que la idea era que teníamos que recuperar la iniciativa —«teníamos» en referencia a la comunidad empresarial— para que, al rechazar todos estos costes, pudiéramos recuperar una mayor parte de nuestros ingresos y conservarlos como beneficios.

    Y una vez que obtenemos esos beneficios, podemos reinvertirlos y esa reinversión conducirá a mayores niveles de crecimiento. Ahora bien, esta era una perspectiva elitista. Para llevar a cabo esa perspectiva, tenían que lidiar con el hecho de que los sindicatos se opondrían a ella. El primer punto de su agenda era debilitar o incluso eliminar los sindicatos.

    Así que en los años 1970, lo que vemos es un ataque generalizado al movimiento sindical, y se hace por dos razones. Es un fin en sí mismo: se reduce el poder de los sindicatos y, con ello, se aumenta el propio poder en el lugar de trabajo como directivo. Se aumentan los beneficios porque los sindicatos pueden exigir menos.

    Pero también hay un beneficio político, que es que, una vez que los sindicatos desaparecen, desaparece la principal fuente de apoyo al Estado de bienestar. Y entonces puedes empezar a rechazar todos los costes que el Estado de bienestar te impone.

    Esa era la esencia. No se impuso mediante algún tipo de deseo masivo de la clase trabajadora por el neoliberalismo. Se les impuso. Y una vez impuesto, bueno, quisieron luchar. Pero si no tienes sindicatos, si todas tus instituciones sociales están siendo desmanteladas, ¿cómo vas a luchar? No queda nada. Lo único que te queda son las elecciones.

    Así que, una vez que lo único que les quedaba era el voto, en realidad se le facilitó mucho el trabajo a los partidos políticos, porque durante esos cuatro años, entre elecciones, tienes vía libre para hacer lo que quieras, porque no hay sindicatos ni instituciones sociales.

    Ese consenso dentro de la clase dominante en favor de este nuevo tipo de economía de mercado lleva más o menos cuarenta años vigente.

     

    MN

    Entonces lo que estás diciendo es que, a lo largo del neoliberalismo, ha habido un consenso en que el Estado de bienestar perjudica la rentabilidad de las empresas. Y que, a su vez, si queremos mejorar esa rentabilidad, tenemos que eliminar un obstáculo importante para la reforma del Estado de bienestar, que son los sindicatos.

    ¿Trump está desafiando, de alguna manera, todo ese consenso, porque es alguien que básicamente se presentó a las dos elecciones con el lema «No vamos a tocar el Estado de bienestar. No voy a hacer nada para quitaros vuestras prestaciones»? Y aunque no era explícitamente prosindical como Bernie Sanders, tampoco hizo campaña con un programa antisindical.

    De hecho, en su primer mandato, trabajó con los sindicatos para mantener sus puestos de trabajo aquí. Y al comienzo de su segundo mandato, se armó mucho revuelo por el hecho de que nombrara a un secretario de Trabajo que estaba a favor de la Ley Pro. Entonces, ¿son Trump u otros políticos como él, como Josh Hawley, de alguna manera diferentes?

    VC

    Es una buena pregunta, y debe abordarse en dos niveles diferentes. El primer nivel es: ¿Podrían estos políticos ser precursores de una especie de escepticismo elitista hacia el neoliberalismo? Una vez más, por neoliberalismo nos referimos al dominio sin restricciones de los mercados sobre nuestras instituciones sociales. Y el segundo nivel es: Incluso si son escépticos al respecto, ¿son escépticos respecto a la cuestión subyacente, que es la priorización de los beneficios empresariales y el poder directivo por encima de los intereses y las vidas del resto de la población?

    Creo que esa distinción se pierde a menudo en estas conversaciones. Empecemos por la primera pregunta. ¿Es posible que personas como Trump o Hawley sean escépticas respecto al dominio tradicional del libre mercado? Creo que la respuesta es sí, son escépticos en el sentido de que están dispuestos a alejarse de algunos de sus componentes en interés del proyecto de clase más amplio al que se han comprometido. Ahora bien, ese proyecto de clase más amplio es lo que trataré en la segunda dimensión de la que he hablado, pero el mero hecho de que estén interesados en cuestionarlo no debe eludirse ni minimizarse. Creo que es algo importante y que ha tenido eco entre la población.

    La razón por la que ha resonado en la población es porque, como he dicho antes, están muy enfadados. Ya no están dispuestos a tolerar el régimen tradicional. El dilema al que se enfrenta la clase dirigente estadounidense —y la europea— es que no son ellos los que quieren alejarse de cuarenta años de neoliberalismo. Es algo que les está siendo impuesto por la población.

    Entonces, lo que están tratando de averiguar es: ¿cómo podemos mantener los aspectos más amplios de nuestro poder sobre la población mientras reestructuramos las instituciones de alguna manera para absorber todos los ataques, las críticas y el resentimiento del electorado? Eso es lo que están tratando de hacer. Ahora bien, para lograrlo, puedes tener a alguien como Hawley diciendo: «Necesitamos preservar la red de seguridad social». Puedes tener a alguien como Trump diciendo: «No tocaré Medicaid ni Medicare».

    Pero hay que entender qué son esas cosas. No son, en modo alguno, una revitalización del Estado de bienestar. En el mejor de los casos, lo que dicen es que mantendrán el statu quo anterior. El statu quo anterior es lo que ha provocado toda la ira de la población en primer lugar. Así que no es una solución muy buena. Lo único que dicen es que no mantendrán el ritmo acelerado con el que han estado desmantelando todo y obligando a la gente a tragarse los mercados.

    Pero desde el punto de vista de la gente, no es nada. Es algo, ¿no? Y ahora están tan desesperados por algún tipo de alivio tras cuarenta años de miseria que una gran parte del electorado ve eso como algo a lo que aferrarse. Así que es muy posible que veamos a algunos sectores del Partido Republicano —e incluso a algunos sectores de la derecha europea— apoyar algún tipo de programa redistributivo débil. Y con eso nos referimos a algún tipo de Estado de bienestar débil. Es totalmente posible.

     

    MN

    Lo que están haciendo es simplemente no seguir atacando.

    VC

    Así es. Debemos entenderlo como una ralentización del ritmo del desmantelamiento, más que como una inversión del mismo.

     

    MN

    Correcto. Y es notable que Trump no esté siendo comparado con Roosevelt en este caso.

    VC

    No. Y ya sabes, el populismo en su momento significaba ataques masivos al poder de la élite. El populismo actual simplemente significa ralentizar los ataques a la clase trabajadora. Eso es todo lo que significa. De acuerdo. Pero mira, no es insignificante. Incluso Hawley, a quien la gente señala como precursor de los cambios dentro del Partido Republicano, está bastante aislado. En la actualidad, es muy reducido el contingente dentro del Partido Republicano que está interesado en preservar la red de seguridad social. Hay literalmente una docena, quizá dieciocho congresistas y un senador. Así que no estamos hablando de un cambio importante en el partido.

    Pero, de nuevo, no debemos ignorarlo. No es insignificante. Y si no fuera por ellos, ahora mismo veríamos en la reforma fiscal de Trump un ataque generalizado a Medicaid. Ahora bien, hay una cuestión más profunda, que es suponer que esa versión del Partido Republicano, ese ala del Partido Republicano, esa ala de la derecha europea, crece hasta cierto punto. Y  vemos un giro hacia los sindicatos y  vemos un giro hacia algún tipo de alejamiento del libre comercio y cosas por el estilo. ¿Significa eso el fin de los últimos cuarenta años de dominio de clase y poder de los empresarios? La respuesta tiene que ser no.

    Esto significa, en mi opinión, que el neoliberalismo no es el problema. Recuerden que empezamos diciendo que la esencia del neoliberalismo es un giro hacia el tipo de dominio de los mercados del siglo XIX. La cuestión es que lo que requiere una democracia plena no es tanto una reducción de los mercados en sí mismos, sino la plena participación de la gente común en las instituciones políticas que los gobiernan. Es posible que haya un dominio sin restricciones del capital en una situación en la que existen instituciones corporativistas.

     

    MN

    ¿Puede explicar qué es una institución corporativista y por qué sería compatible con el poder capitalista?

    VC

    Lo que intentamos comprender es: ¿qué necesitan los trabajadores para defender sus intereses en una situación en la que estos no coinciden con los de los ricos? La razón por la que la clase trabajadora luchó por la democracia es porque pensaba que las instituciones democráticas, el derecho al voto, serían una flecha más en su carcaj para intentar luchar por una vida digna en una situación en la que no tiene mucho control sobre las instituciones clave de la sociedad: el lugar de trabajo, el gobierno, cosas así.

    Así que pensaron que el voto era un elemento muy importante para ello, y los sindicatos son un elemento muy importante para ello. Ahora bien, el deseo de la clase dominante de desmantelar todas estas instituciones, como los sindicatos y otras instituciones sociales, se debía a que quería ejercer un dominio unilateral sobre la política y la economía.

    Hay varias formas de ejercer ese dominio unilateral. Una es a través de los mercados libres, pero también pueden hacerlo organizando a la sociedad civil en lo que se denomina organismos corporativos. No se trata de empresas. Se trata de entidades colectivas que organizan los intereses de las personas de alguna manera. Los sindicatos son un organismo corporativo. Las asociaciones cívicas son un organismo corporativo. Los partidos políticos también pueden ser un organismo corporativo.

    A menudo se olvida que en los años veinte y treinta, cuando la extrema derecha tenía el mayor poder que hemos visto en el último siglo, no lo hizo a través de los mercados libres. Lo hizo a través de lo que se denomina instituciones corporativistas. Es decir, sindicatos, asociaciones cívicas, grupos de ciudadanos. Todas estas cosas que asociamos con una democracia próspera también pueden ser instrumentos del poder capitalista. El ejemplo clásico de esto fue el fascismo.

    En el fascismo no imperaba el libre mercado, sino el dominio de las empresas a través de asociaciones cívicas y organismos ciudadanos. Incluso llegaron a controlar los sindicatos. La razón por la que señalo esto es que lo que la izquierda debería luchar no es por el fin del libre mercado en sí mismo, aunque eso es importante, sino por el fin de la hegemonía de las empresas sobre la sociedad.

    Esa hegemonía de la clase patronal puede ejercerse a través de los mercados libres, pero también a través de cosas como los sindicatos de empresa. Puede ejercerse a través de cosas como los grupos vecinales de derecha, cuya función real es vigilar a los ciudadanos. Puede ejercerse a través de unos medios de comunicación que, en apariencia, son libres, pero que en realidad están completamente controlados por sus propietarios privados, que los utilizan como instrumentos de propaganda.

    Eso significa que cuando vemos al Partido Republicano avanzar formalmente hacia el apoyo a cosas como alguna forma de sindicatos o instituciones sociales, no hay que tomarlo como una victoria de la izquierda. Porque, en el contexto de la hegemonía de los empresarios y las empresas sobre la política, estas aperturas hacia los sindicatos, etc., pueden volverse en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los intereses de los empresarios.

    Así que ahora mismo, cuando vemos a alguien como Trump o Hawley diciendo que debemos alejarnos del neoliberalismo, eso no significa que estén diciendo que debemos avanzar hacia el empoderamiento de los trabajadores. Podrían estar diciendo simplemente que necesitamos nuevas formas de control social. Y esas nuevas formas de control social, formalmente, en apariencia, pueden parecer realmente el tipo de instituciones que asociamos con una democracia próspera. Históricamente, el polo opuesto de una sociedad democrática, que es el fascismo, tenía todo tipo de instituciones que eran contrarias al libre comercio y al libre mercado, ninguna de las cuales favorecía los intereses de los trabajadores.

     

    MN

    Creo que tus comentarios aportan mucha claridad sobre el estado de la situación política. Pero probablemente el fenómeno más importante al que se refiere la gente cuando dice «esto significa el fin del neoliberalismo» son los ataques a la globalización y la supuesta desglobalización que está instaurando Trump. ¿Hasta qué punto cree que es legítimo? ¿Estamos desglobalizándonos?

    VC

    Creo que se puede decir que nos estamos desglobalizando si con ello nos referimos a que la expansión e integración continuadas de la economía global están llegando a su fin. No es que la integración esté llegando a su fin, sino que la expansión continua de la integración está llegando a su fin. Y eso, en realidad, si entendemos que la desglobalización lleva ya unos quince años en marcha, desde la crisis de 2008.

    Lo que vemos desde la crisis de 2008 es que el nivel de integración —si lo medimos cuantitativamente— de la economía global se ha estancado. Desde aproximadamente 1980 hasta 2010, fue en aumento. La economía mundial se fue integrando cada vez más. Alrededor de 2010 se estabilizó, lo que significa que no se desintegró, no se desmanteló la integración, sino que simplemente entró en una fase de estancamiento, con el nivel de integración existente más o menos igual.

    Eso significa el fin de la expansión de la integración global. ¿Es posible que empecemos a ver una reducción del grado de integración? Sin duda es posible. Pero si tuviera que aventurar una respuesta, diría que lo que veremos es una ligera reducción del nivel de integración y luego una nueva estabilización. Es decir, no se producirá una desglobalización continua a lo largo del tiempo. Lo que veremos es un descenso gradual del nivel de integración y luego una estabilización a partir de un punto determinado. Y la razón es sencilla: el grado de integración es tan grande que deshacerlo para volver a unas economías nacionales aisladas sería tan disruptivo que los gobiernos no podrían soportarlo.

     

    MN

    ¿Crees que las políticas comerciales de Trump son en parte responsables de esta dinámica?

    VC

    Sí, sin duda. Ha sido un acontecimiento cataclísmico. Ahora bien, aún es pronto y Trump ha dado marcha atrás en gran parte de lo que ha hecho. Pero ya se sabe que es el modus operandi de Trump. Subió los aranceles a niveles desorbitados, como si fuéramos a sufrir una catástrofe mundial, y ahora los ha rebajado a niveles simplemente muy altos, que no parecen catastróficos, pero que siguen siendo bastante elevados para los estándares históricos.

    Y nadie sabe dónde va a acabar todo esto. Pero tenemos que esperar una clara posibilidad de que se produzca un cierto grado de desintegración de esa integración.

     

    MN

    Las especulaciones que he oído sobre dónde acabaremos son vagas y ominosas, del tipo «no podemos volver atrás», y eso va de la mano con este comentario sobre cómo Trump ha dañado irreparablemente la reputación de Estados Unidos. Volviendo a nuestro episodio sobre el poder blando, la implicación es que lo que Trump está haciendo en esencia es desmantelar el imperio estadounidense, y eso se presenta como otro dato para decir: «Bueno, miren, el neoliberalismo está llegando definitivamente a su fin porque siempre ha coexistido con el imperio estadounidense».

    VC

    Hay cierta confusión, y eso se debe a que el neoliberalismo se ha convertido en un cajón de sastre que lo abarca todo. Así que creo que hay una reducción del imperio estadounidense, pero no es por culpa de Trump. Lo dije hace varios episodios: lo que Trump está haciendo es simplemente reconocer un hecho, que es que el poder geopolítico estadounidense ya no es incuestionable como lo era hace treinta o cuarenta años. El poder geopolítico se basa en última instancia en el dominio económico, y el dominio económico estadounidense en la economía mundial simplemente no es lo que era hace cuarenta años.

    Ahora hay países que han logrado ascender en la escala económica mundial. China es el mejor ejemplo, pero no es el único. En América Latina, economías como la de Brasil. En el sur de Asia, la economía india. Obviamente, está Rusia, que ha logrado defenderse de toda Europa que ha acudido en ayuda de Ucrania.

    Todo esto demuestra que Estados Unidos ya no puede seguir tomando decisiones unilaterales en la economía mundial, lo que significa que tiene dos opciones: o bien seguir con las fantasías de Biden, que consiste en seguir siendo una potencia política hegemónica a nivel mundial, aunque económicamente ya no pueda tomar decisiones, o bien reducir sus ambiciones políticas globales a la misma escala que sus ambiciones económicas, es decir, a la escala de su capacidad económica. O bien rebajar sus ambiciones políticas globales al mismo nivel que sus ambiciones económicas, es decir, a su capacidad económica.

    Y creo que si no hubiera sido Trump, si hubiera sido cualquier otra persona, habrían tenido que hacer lo mismo. Estados Unidos ya no puede tomar las decisiones. Por lo tanto, se está reduciendo el alcance de Estados Unidos a nivel mundial. ¿Significa eso que el imperio estadounidense se está reduciendo? Sí, tiene que ser así, porque un imperio es simplemente la influencia que se ejerce sobre otros países, y eso se va a reducir. No hay forma de evitarlo.

    ¿Significa eso que el imperialismo estadounidense está llegando a su fin? Por supuesto que no. Simplemente será una potencia imperialista más débil que hace cuarenta o cincuenta años. Entonces, cuando decimos que los aranceles están provocando el fin o el desmantelamiento de un aspecto del neoliberalismo, ¿significa eso que los trabajadores estadounidenses deberían apoyar el régimen arancelario? La respuesta es no, en realidad no, porque volvemos al punto que he mencionado antes, que el neoliberalismo no es el problema. El problema es si los trabajadores tienen algo que decir en lo que está pasando a su alrededor. Los aranceles no son un regalo para los trabajadores, sino para el capital. Lo que hacen los aranceles es reducir las amenazas competitivas a las que se enfrentan los empresarios por parte de sus rivales en otras partes del mundo.

    Eso sí que es un regalo para los empresarios. Hay una parte de la izquierda que piensa que si de alguna manera se recupera la industria manufacturera, se podrá volver a sindicalizar. No es así. Si nos fijamos en los nuevos talleres del mundo, ya sea en China, en algunas partes de la India o en algunas partes de América Latina, donde el capital ha fluido en los últimos veinte años para reactivar la industria manufacturera o para construirla, vemos que son talleres infernales.

    Las condiciones de trabajo allí son peores que las que hemos visto nunca en la industria manufacturera en cualquier parte del mundo. Peores que las de la industria manufacturera del siglo XIX en Inglaterra y Alemania. La industria manufacturera no significa el renacimiento de los sindicatos. La organización significa el renacimiento de los sindicatos, y lo cierto es que la clase empresarial ha aprendido en los últimos ochenta años a inmunizarse también contra los esfuerzos de organización dentro de la industria manufacturera. Llevan unas cuatro o cinco décadas de ventaja a la izquierda, que sigue viviendo en ese mundo fantástico de los años treinta y cuarenta, en el que, si se consigue la industria manufacturera, se repetirá la historia de esos años. No será así, porque las formas de poder y control gerencial han evolucionado enormemente desde entonces.

    Vamos a tener que idear estrategias de organización completamente nuevas, incluso en la industria manufacturera. Así que, aunque los aranceles de Trump devuelvan en cierta medida la industria manufacturera a Estados Unidos, lo que probablemente ocurrirá en cierta medida, eso no significa que vayan a volver los sindicatos. Eso depende de que los organizadores aprendan el nuevo panorama, no solo en los servicios, sino también en la industria manufacturera.

    No hay razón para suponer que, en este nuevo panorama, la vuelta de la industria manufacturera aumente la probabilidad de que surjan sindicatos y se organicen. Simplemente no hay razón para creerlo, porque el poder y las formas de control gerencial en la industria manufacturera son completamente diferentes a lo que eran en la década de 1930. Vamos a tener que reinventar el significado de la organización, lo que significa que «el fin del neoliberalismo» a nivel internacional en el régimen global no debe verse como una panacea ni como un regalo para la izquierda o los trabajadores per se. Es, en primer lugar, un regalo para el capital.

    Seguimos en la era del dominio incuestionable del capital. El hecho de que esté experimentando con nuevas formas institucionales no debe engañarnos.

     

    MN

    ¿Dices que ha habido algunos cambios políticos significativos en los últimos diez años, mientras que nuestra política estuvo marcada por Trump y su presencia, pero que esos cambios no han alterado realmente las dinámicas de poder fundamentales de la sociedad, sino que se han instituido para reforzarlas?

    VC

    Hay indicios de que la clase dominante y la clase política están muy inquietas. Les preocupa que ya no se pueda dar por sentada la tranquilidad de una población pacificada, abatida y cínica. Por eso están experimentando con nuevas instituciones sociales y económicas que podrían lograr dos cosas: en primer lugar, sofocar de alguna manera toda la ira y el resentimiento de la población y, en segundo lugar, preservar el desequilibrio básico de poder entre los detentadores de la riqueza y el resto de la población.

    Y lo que nosotros, como izquierdistas, no debemos hacer es dejarnos confundir por el hecho de que estén utilizando la retórica del antineoliberalismo y la retórica del antiliberalismo. No debemos confundir eso con la retórica del empoderamiento social. Porque eso nunca vendrá de arriba. Nunca vendrá de la derecha quitándose la venda de los ojos y diciendo: «Bueno, ahora queremos ser un partido de la clase trabajadora».

    Eso solo vendrá si los trabajadores y los ciudadanos de a pie imponen a estos centros de poder su propia visión de cómo sería una sociedad más democrática, e insisten en que las instituciones que están construyendo estén libres del control de los empresarios, libres del control de sus señores corporativos y políticos, y estén sujetas a sus propios dictados, a su propia toma de decisiones democrática. Nada de eso figura en la agenda de todo este populismo de derecha, ni siquiera en el populismo del Partido Demócrata.

    Porque, como he dicho antes, la lucha actual entre demócratas y republicanos es que los demócratas quieren una clase política más multirracial y socialmente heterogénea que gobierne al pueblo, y los republicanos están más contentos con una clase política más blanca y tradicional que gobierne al pueblo. Ninguno de estos dos partidos piensa en el 80% más pobre de la población.

    Y hasta que eso ocurra, es posible que se produzca un alejamiento de lo que se denomina neoliberalismo, que es el dominio de los mercados. Pero no se alejará el dominio de clase de los ricos y las élites sobre la población, porque pueden hacerlo a través de diversas instituciones, de las cuales solo una es el libre mercado.

     

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  • BRIC´s: a tono con la fractura de la globalización

     

    La anterior cumbre de los BRIC´s se dio en octubre de 2024 en Kazán (Rusia). Allí, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, asistió a la reunión de formato extendido durante la cumbre. Crédito: Presidencia iraní / Zuma Press / ContactoPhoto.

    La próxima cumbre de los BRICS en Río de Janeiro se desenvolverá en un escenario crítico. El bloque incorporará nuevos integrantes y discutirá respuestas económicas a la agresión tarifaria de Trump. Pero también la guerra de Ucrania, el genocidio de Palestina y el bombardeo a Irán estarán en la agenda. Los BRICS concentran los grandes cambios de la época y su evaluación permite comprender el período en curso. La guerra conta Irán apunta contra los BRICS y modifica la agenda de una coalición, que sustituyó la reforma de los organismos mundiales por la gestación de instituciones propias. La incautación de activos rusos precipitó ese giro que empalma con la multipolaridad. China apuntala su expansión económica y Rusia sus defensas geopolíticas, mientras que India, Brasil y Sudáfrica amplían su autonomía, manteniendo los puentes con Occidente. La atracción del quinteto converge con el rebrote general del desarrollismo. Por Claudio Katz (economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA y miembro de Economistas de Izquierda-EDI).


    27-6-2025

    ORIGEN, FRUSTRACIÓN Y CONSOLIDACIÓN

    Es muy corriente recordar que un operador bursátil de Goldman Sachs introdujo hace veinte años la denominación BRICS, para retratar un conglomerado de países con grandes oportunidades de inversión financiera. Esa anécdota tiene poco parentesco con el surgimiento real del bloque, que despuntó con la coalición formada en el 2003 por India, Brasil y Sudáfrica (IBSA), para resistir el pago de patentes medicinales exigido por las OMC. En esa oposición germinó el quinteto posterior.

    La convergencia inicial fue muy acotada por la estrecha relación de las clases dominantes locales con las empresas transnacionales. Ese empalme signó el debut del siglo XXI al compás de la euforia neoliberal, la veneración del Primer Mundo y la desconsideración de los bloques regionales.

    La crisis financiera del 2008 sepultó ese idilio, pero no eliminó la expectativa en la globalización. Esa esperanza fue renovada por los gobiernos del epicentro capitalista (G7), que ampliaron su asociación a nuevos integrantes (G 20), para afianzar el rescate del colapsado sistema bancario. Los denominados países emergentes pusieron el hombro esperando una retribución por ese auxilio. Apostaron a lograr la primacía efectiva del G 20 sobre el G 7, la obtención de cargos en el Consejo de Seguridad de la ONU y la ampliación de su incidencia en el FMI (García, 2025).

    La primera frustración sobrevino con la pandemia y el descarado egoísmo de Occidente, que protegió las patentes de sus compañías farmacéuticas, vetando la conversión de las vacunas contra el Covid en un bien universal.

    Los desengaños posteriores fueron más explícitos. El G 20 quedó amoldado a la agenda del G 7, el Consejo de Seguridad de la ONU permaneció sin cambios y tanto el FMI como la OMC mantuvieron su tónica previa. Las potencias dominantes se negaron a compartir el control de esos organismos y esa negativa detonó el efectivo surgimiento de lo BRICS, como un bloque separado con proyectos propios (Prashad, 2023).

    La primera cumbre en Ekaterimburgo (2009) inauguró una secuencia de cónclaves anuales con numerosas iniciativas. La incorporación de Sudáfrica (2010) fue el puntapié inicial de ese intenso programa, que sustituyó la estrategia de reformar los organismos internacionales existentes por la gestación de instituciones propias (Delcourt, 2024).

    Ese giro consolidó el perfil de los BRICS y modificó el sentido de la asociación. Diluyó la prioridad previa de negociar un nuevo status en la ONU, la OMC, el FMI o el G 7 y apuntaló la formación de organismos paralelos y potencialmente competitivos de esas instituciones.

    Es importante registrar ese cambio, para notar cuán distantes son los BRICS actuales de sus embriones previos. La crisis y declive de la globalización neoliberal, empujó a sus integrantes a diseñar un proyecto muy distante del imaginado inicialmente.

    Ese viraje de la amalgama al conflicto con Occidente converge actualmente con la definitiva fractura de la globalización. La erosión del libre comercio y la extensión del proteccionismo han inducido a los BRICS a conformar una asociación comercial propia. Articulan cada paso de su agenda en respuesta a la agresiva política de Estados Unidos.

    SANCIONES Y MULTIPOLARIDAD

    El acontecimiento que probablemente definió la impronta actual de los BRICS fue la sanción financiera de los bancos occidentales a Rusia, luego de la invasión de Ucrania. Esa represalia rompió con todas las normas previas (Ding Yifan, 2024). La confiscación de activos de un adversario que impuso Washington, impactó sobre el Estado moscovita y los millonarios rusos, que perdieron el manejo de 300.000 millones de dólares.

    Esa incautación fue instrumentada incluso por Suiza un país que, por su larga trayectoria de neutralidad, era considerado por el gran capital itinerante como un refugio seguro para sus colocaciones. A través de esa nación se comercializaba el grueso de las mercancías rusas y allí estaba localizado el 30% de las grandes propiedades de ese origen en el extranjero (Gao Bai, 2024).

    Con ese decomiso Estados Unidos prendió la alarma de muchos países, empresas y millonarios, que por primera vez registraron cuán vulnerables son sus fortunas a la discrecionalidad de Washington. Todos notaron la inseguridad de sus patrimonios, ante cualquier tensión con la primera potencia. El custodio mundial del capitalismo demostró con qué rapidez pulveriza los derechos de propiedad y la confianza en los bancos, cuando confronta con un enemigo.

    Foto: Serhii Nuzhnenko (Reuters).

    La confiscación de los bienes rusos alarmó especialmente a los gestores de los BRICS que, observando la magnitud de esas represalias, confirmaron la necesidad de forjar organismos protegidos de los desquites norteamericanos (Nogueira 2024).

    La incautación fue un golpe autoinfligido a la credibilidad de Occidente, que aceleró la conversión de los BRICS en un proyecto divorciado de los dictados de Washington. El propósito de transformar a Rusia en un paria internacional, desembocó en un proceso opuesto de despegue del bloque, en asociación con Moscú. El quinteto concebido para pulsear con Occidente mejores condiciones comerciales y financieras, derivó en un proyecto opuesto de creciente autonomía de la Tríada (Estados Unidos, Europa y Japón).

    Los BRICS se amoldan al nuevo escenario de multipolaridad, que reforzó la crisis financiera del 2008. Este contexto de mayor dispersión del poder es un dato registrado por muchos analistas (Bello, 2025), que resaltan el debilitamiento de la omnipresencia estadounidense frente a la proliferación de competidores, en distintas áreas del planeta (Tooze, 2025). Este marco heterogéneo sucedió al fracasado intento unipolar de erigir ¨un nuevo siglo americano¨ luego del colapso de la URSS. Nadie sabe aún en qué medida los BRICS contribuirán a estabilizar o socavar el nuevo escenario (Savin, 2024).

    SIGNIFICATIVA ATRACIÓN

    La incorporación de nuevos miembros a los BRICS confirma la consolidación del bloque. La ampliación fue propuesta en el cónclave de Johannesburgo (2023) y supone la inmediata inclusión de cuatro países (Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos), luego del rechazo dispuesto por Argentina y la indefinición que mantiene Arabia Saudita. Los cinco fundadores preservan un status de privilegio frente a los recién llegados, pero los BRICS plus recién despuntan y podrían sumar un número sorprendente de asociados.

    Los pedidos de incorporación incluyen extensos listados. Entre 19 y 25 países han enviado solicitudes de membrecía y otros 40 expresaron en términos más informales su deseo de unirse al grupo (López Blanch, 2023). En cualquier caso, los BRICS ya han duplicado y tienden a triplicar sus integrantes. Esa atracción confirma que el bloque no solo expresa intereses específicos del quinteto inicial, sino también dinámicas subyacentes de un cambio de época.

    Foto: Ken Cedeno (Reuters).

    La gestación de organismos internacionales en disputa con el FMI y la OMC es vista con simpatía por un sinnúmero de Estados, que desborda a los fundadores de los BRICS. Ese replanteo se desenvuelve en un contexto muy crítico de las Naciones Unidas, que afrontan una paralización de su funcionamiento efectivo. Algunos analistas ya comparan ese daño, con el deterioro que condujo a la disolución del antecesor de esa institución (Sociedad de Naciones) (De Sousa, 2024).

    La ampliación de los BRICS ha sido motorizada por el comando ruso-chino y el acompañamiento del trío indio-brasileño-sudafricano. La invitación a los nuevos socios ha seguido el patrón de atractivos económicos, que China desarrolló con gran éxito en la última década. Ofrecen negocios y mercados de gran porte, sin las exigencias de subordinación que caracteriza a cualquier enlace con Estados Unidos. Los incorporados o candidatos a sumarse a los BRICS buscan aliviar ese sometimiento.

    LOS OBJETIVOS DE CHINA

    China ha extendido esa estrategia a sus cuatro socios, haciendo valer su abrumador predominio productivo. Su economía supera en cinco veces a la India y en ocho, nueve y cuarenta y tres veces a Rusia, Brasil y Sudáfrica. Con varios integrantes del conglomerado, el gigante asiático mantiene relaciones semejantes al clásico patrón centro-periferia (exportación de manufacturas y adquisición de materias primas). China comanda las principales iniciativas de los BRICS, es la sede de sus instancias económicas y concibe a ese núcleo como parte de su vasta red de alianzas internacionales (Katz, 2023: 83).

    Lula da Silva y Xi Jinping en el Gran Salón del Pueblo en Pekín, China, el 14 de abril de 2023. Foto: Ricardo Stuckert.

    Beijing aceptó el reto globalizador de Washington al final de la centuria pasada y terminó usufrutuando de ese desafío (Bello; Guttal, 2025). Cuando logró su maduración productiva interna, rechazó las demandas de mayor apertura de su economía, bloqueó la financiarización y acentuó la regulación estatal (Roberts, 2024).

    Su aliento de los BRICS forma parte de esa estrategia y empalma directamente con la concreción de la Ruta de la Seda. Cinco de los seis invitados a sumarse a la asociación, están geográficamente situados en lugares claves del itinerario internacional que promueve Beijing. Los BRICS plus apuntalan los puentes propiciados con Medio Oriente y África que tanto interesan al gigante asiático. Egipto y Etiopía fueron seleccionados por su localización, siguiendo la pauta que previamente indujo a sumar a Sudáfrica (Tolcachier, 2023).

    China también ha priorizado la provisión de energía y la consiguiente conversión de los BRICS en un gran protagonista del universo petrolero. La invitación a Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita persigue ese evidente objetivo. Si el grupo logra sumar a esos tres integrantes, obtendrá el control del 41 % de las reservas probadas de crudo, el 53,1 % de su equivalente en gas natural y el 40,4 % de los depósitos de carbón (Amesty, 2024).

    Por ese protagonismo petróleo, es tan intensa la disputa por la adhesión de Arabia Saudita. China ha buscado seducir a la monarquía wahabita con monumentales ofertas de inversión en la Ruta de la Seda. Riad respondió con guiños favorables, para empalmar esas propuestas con su programa de diversificación económica (“Visión 2030”). Pero Washington está empeñado en frustrar esa convergencia y despliega todo su arsenal de presiones, para mantener la ciega fidelidad de Arabia Saudita a Norteamérica.

    Con mayor virulencia, Estados Unidos pretende obstruir la creciente conexión de China con Irán. La ¨guerra de 12 días¨ que Trump y Netanyahu lanzaron contra Teherán apuntó a erosionar esa relación.

    Beijing ha construido un ferrocarril que conecta a ambos países y permite sortear los trayectos marítimos controladas por el Pentágono. Ese corredor de rieles sustituye el transporte a través del Mar Rojo, que se ha tornado muy caro y peligroso por su creciente militarización. Irán ya suministra el 15% del petróleo importado por China y la nueva ruta ferroviaria permite reducir el tiempo de traslado de 45 a 14 días.

    El bombardeo yanqui-israelí fue un mensaje guerrero contra los BRICS. Apuntó a obstruir la nueva presencia de Irán en ese bloque y a socavar su estratégico papel como proveedor energético de China (Pont, 2025).

    LOS PROPÓSITOS DE RUSIA

    También Rusia apuntala la gestación de un mercado energético bajo la égida de los BRICS. Es un jugador de peso en ese ámbito y la conformación de un eje con Riad y Teherán, le aportaría a Moscú la solvencia requerida para concertar precios y ritmos de extracción del crudo.

    Rusia buscó integrar también a la Argentina a los BRICS, para coordinar el manejo mundial del mercado de alimentos. Busca asociar a otros exportadores de granos para crear un pool de productos agroalimentarios, en confrontación con la plaza de Chicago (Pont, 2024).

    La ampliación de los BRICS tiene para Rusia otro propósito de mayor gravitación inmediata. Intenta forjar una cadena defensiva frente a las sanciones de Estados Unidos y Europa, sorteando punciones con los nuevos socios (Patnaik, 2023).

    China e India han actuado como los principales socorristas de Moscú para contrarrestar las penalidades. Adquirieron especialmente el combustible que Rusia dejó de exportar a Alemania.

    Pero ese contrapeso no resuelve el duro golpe que sufrió el sistema comercial y financiero del país por su marginación del sistema SWIFT. Ese dispositivo opera como una red global de 11.000 entidades financieras en 200 naciones. La desconexión de ese mecanismo -que ya fue padecida anteriormente por Irán- obliga a improvisar formas de enlace muy provisionales y encarecidas.

    Para contrarrestar esa adversidad Moscú impulsa la creación de un instrumento alternativo al SWIFT y estima que la ampliación de los BRICS facilitará esa iniciativa (Tyson, 2024). Los participantes de la cumbre de Kazán (2024) concibieron varios dispositivos de esa eventual estructura (BRICS Bridge, BRICS Clear). También consideraron la creación de una compañía de seguros para apuntalar la solvencia de esa red de pagos.

    Aunque Rusia tiene una economía con menor articulación externa que sus socios, su cadena de suministros quedó muy afectada por las sanciones euroamericanas. La ampliación de los BRICS facilita la sustitución de proveedores, clientes y mercados, que Moscú inició al comienzo de la guerra de la Ucrania. Ese reemplazo le permitió sostener el crecimiento del PBI en el escenario bélico y con los nuevos socios espera contrarrestar las presiones de Occidente (Sakwa, 2021).

    RESURGIMIENTO NEODESARROLLISTA

    India, Brasil y Sudáfrica conforman un trío menor de envergadura, frente a los dos gigantes que comandan los BRICS. Aspiran a intervenir en la asociación como líderes y voceros de tres regiones del planeta. Auspician posturas de menor tensión con Occidente, toman distancia de la tensión geopolítica de Rusia con Estados Unidos y se desmarcan de la batalla económica sino-americana.

    Los tres países desenvuelven una estrategia dual de afianzamiento de vínculos con los dos conductores del grupo y de preservación de nexos con las grandes potencias de Occidente. India participa de una alianza militar con Estados Unidos en Asia, Sudáfrica es muy sensible a las presiones de la embajada yanqui y Brasil nunca rompe el estatus quo con Washington.

    Para mantener su influencia dentro de los BRICS, el trío hizo valer su lugar preferencial de fundadores ante la llegada de nuevos miembros. Los ingresantes participan como socios del BRIC plus, sin contar con las atribuciones que preserva el quinteto original en la toma de decisiones y en la distribución de cargos. Brasil e India pugnaron por limitar la incorporación de miembros que podían ensombrecer su protagonismo (Stuenkel, 2024).

    Imagen: Escenario Mundial.

    Con esa tónica Lula se dispone a tomar la posta anual rotativa de la conducción del grupo, en el próximo cónclave de Río de Janeiro. Desde esa dirección fijará la agenda, apostando a un mayor equilibrio con Occidente que el propiciado por Putin, en el evento anterior de Kazán.

    Por un lado, Lula participó en Moscú de la celebración del 80 aniversario de la victoria sobre el nazismo, compartiendo las denuncias contra la ultraderecha actual. Pero, por otra parte, el mandatario brasileño convoca a no confrontar con Trump, tendiendo puentes en la tensa relación de Moscú con Washington.

    La diplomacia de Itamaraty propicia ese perfil para el próximo evento, en sintonía con discursos de Lula, que subrayan posicionamientos internacionales más conciliadores (El País, 2025). Su principal mensaje convoca a ¨favorecer el interés de todos, sin estar contra nadie¨ (O Globo, 2025).

    Obviamente esa equidistancia es una ficción, que ilustra el interés de Brasil por mantener abiertos los puentes con las potencias hostiles a los BRICS. Esa misma actitud adoptó el gobierno de Sudáfrica, cuando actuó como huésped del cónclave de Johannesburgo (2023). La misma búsqueda de un lugar intermedio es más visible en el caso de India, que no olvida sus viejos conflictos bélicos con China y su ambivalente relación con Rusia.

    Pero la incidencia del trío no se limita al protagonismo de esos países en América Latina, África y Asia. Ilustra también el peso creciente de las naciones situadas en las franjas intermedias de la economía mundial. Ese lugar es compartido por algunos ingresantes al grupo (Egipto, Irán), por otros candidatos a incorporarse (Indonesia) y ciertos jugadores que coquetean con el bloque (Turquía).

    En todos estos casos se verifica la pretensión neo desarrollista de impulsar polos de crecimiento zonal, con políticas industrialistas de mayor intervención reguladora del Estado (Optenhogel, 2024). Ese viraje hacia estrategias keynesianas fue anticipado en el Sudeste Asiático por Malasia y Corea del Sur y despunta como la tónica actual de los BRICS. Es un perfil que explica la atracción que despierta esa asociación, entre los países que retoman el industrialismo.

    Es importante registrar este cambio, para conceptualizar la presencia de un escenario muy distinto a los años de euforia neoliberal y cenit de la globalización. Ese contexto ha mutado y repetir diagnósticos añejos obstruye la comprensión del significado actual de los BRICS.


    REFERENCIAS

    -Delcourt, Laurent (2024). BRICS+: una perspectiva crítica, BRICS+: une alternative pour le Sud global? https://www.cetri.be/BRICS-una-perspectiva-critica?lang=fr

    -García, Ana (2025). Building BRICS Challenges and opportunities for South-South collaboration in a multipolar world, https://www.tni.org/en/article/building-brics

    -Optenhogel, Uwe (2024). BRICS: de la ambición desarrollista al desafío geopolítico https://nuso.org/articulo/310-BRICS/

    -Prashad, Vijay (2023). On BRICS & Why Global South Cooperation Is Key to Dismantling Unjust World Order https://www.democracynow.org/2023/8/22/brics_summit_vijay_prashad

    -Roberts, Michael (2024). No hay vuelta atrás hacia Bretton Woods para la economía mundial FMI, BRICS+ y la economía capitalista mundial https://sinpermiso.info/textos/fmi-y-brics-no-hay-vuelta-a-bretton-woods

    -Ding Yifan (2024) ¿Qué impulsa el debate sobre la desdolarización entre los países BRICS? Wenhua Zongheng Volumen 2, Edición 1 https://thetricontinental.org/es/wenhua-zongheng-2024-1-editorial-brics-desafio-desdolarizacao/

    -Gao Bai (2024). De la “reducción de riesgos” a la desdolarización: la moneda de los BRICS y el futuro del orden financiero internacional Wenhua Zongheng Volumen 2, Edición 1 https://thetricontinental.org/es/wenhua-zongheng-2024-1-editorial-brics-desafio-desdolarizacao/

    -Nogueira Batista Jr, Paulo (2024). Los BRICS y el desafío de la desdolarización

    Wenhua Zongheng Volumen 2, Edición 1 https://thetricontinental.org/es/wenhua-zongheng-2024-1-editorial-brics-desafio-desdolarizacao/

    -Bello, Walden (2025) A fractured world Reflections on power, polarity and polycrisis https://www.tni.org/en/article/a-fractured-world

    -Tooze, Adam (2025). A fractured world Reflections on power, polarity and polycrisis https://www.tni.org/en/article/a-fractured-world

    -Savin, Leonid (2024) Multipolaridad rugiente https://www.geopolitika.ru/es/article/multipolaridad-rugiente Apuntes 894-1. Geopolítica de América Latina

    -López Blanch, Hedelberto (2023). Los BRICS en espiral ascendente Por Hedelberto López Blanch | 10/06/2023, https://rebelion.org/los-brics-en-espiral-ascendente/

    -Patnaik, Prabhat (2023). Behind BRICS Expansion, September 4, https://www.networkideas.org/news-analysis/2023/09/behind-brics-expansion/

    -De Sousa Santos B, (2024). Tercera guerra mundial, los BRICS y la salvación del planeta, OtherNews, 3 janvier. https://ilsa.org.co/2024/01/la-negociacion-con-estados-unidos/

    -Katz, Claudio (2023). La crisis del sistema imperial, Edición virtual, Jacobin, Buenos Aires, https://jacobinlat.com/2023/09/29/la-crisis-del-sistema-imperial-2/

    -Bello, Walden, Guttal Shamali (2025). Reivindicar el espíritu de la Conferencia de Bandung de 1955,11/05/2025, https://www.sinpermiso.info/textos/reivindicar-el-espiritu-de-la-conferencia-de-bandung-de-1955

    -Tolcachier, Javier (2023). ¿Qué crece con el BRICS? https://rebelion.org/el-brics-crece-que-crece-con-el-brics/

    -Amesty, José A, (2024). BRICS, alternativa para las economías emergentes Por Mg. José A. Amesty Rivera | 20/08/2024 https://rebelion.org/brics-alternativa-para-las-economias-emergentes/

    Marcó del Pont, Alejandro (2024). BRICS: las guerras comerciales son guerras de clase https://rebelion.org/brics-las-guerras-comerciales-son-guerras-de-clase/

    -Tyson, Kathleen (2024) How can BRICS de-dollarize the financial system? 24-11-03

    https://geopoliticaleconomy.com/2024/11/03/brics-dedollarize-financial-system/

    -Sakwa, Richard (2021). Comprender el pensamiento estratégico ruso El mundo visto desde Moscú 13/12/2021

    https://www.eldiplo.org/244-el-pais-que-tiene-en-la-cabeza/el-mundo-visto-desde-moscu/

    -Stuenkel, Oliver (2024). El equilibrio entre los BRICS y Brasil se está volviendo cada vez más difícil, https://www.americasquarterly.org/article/brazils-brics-balancing-act-is-getting-harder

    -O Globo (2025) Brasil quer evitar que agenda do Brics seja vista como contrária a Trump, https://oglobo.globo.com/economia/noticia/2025/03/28/brasil-quer-evitar-que-agenda-do-brics-seja-vista-como-contraria-a-trump.ghtml

    Marcó del Pont, Alejandro (2025). No es un ataque a los BRICS, pero se parece tanto 23/06/2025 https://rebelion.org/no-es-un-ataque-a-los-brics-pero-se-parece-tanto/

    -El País (2025). Los BRICS debaten en Brasil su respuesta a la guerra arancelaria declarada por Trump, https://elpais.com/america/2025-04-28/los-brics-debaten-en-brasil-su-respuesta-a-la-guerra-arancelaria-declarada-por-trump.html

    1Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz

     

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  • Violento choque en ruta 151 entre un colectivo y una camioneta

     

    Conductor resulta gravemente herido un incidente vial. El hecho ocurrió la tarde de este sábado en la Ruta 151 en el kilómetro 55 a la altura de Sargento Vidal.

    El conductor de la camioneta involucrada debió ser trasladado en «código rojo» al hospital de Cipolletti. Vilma Ríos (Jefa de transito de Cipolletti) en comunicación con Diario Rio Negro confirmo que el hecho ocurrió entre un colectivo de la empresa Pehuenche y una camioneta Renault Kangoo. El impacto frontal dejó en graves condiciones a la camioneta, en tanto el colectivo desbarrancó y volcó de lado a un costado de la ruta (en el viajaban 16 pasajeros).

    El siniestro también habría involucrado a otros vehículos pero que no se vieron afectados de la misma manera. En el lugar se encuentran trabajando personal de salud, policías y bomberos de Barda del Medio, Gabinete de Criminalística de Cinco Saltos y Protección Civil. El operativo vial y las pericias continúan para determinar las causas del accidente, por lo que el tránsito se encuentra reducido en las inmediaciones de la ruta.

    El incidente ocurrió al rededor de las 14h en el kilometro 55 de la Ruta 151 - Fotos Radio Genesis

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  • El Cuerpo Médico Forense confirmó que el disparo del gendarme Guerrero «puso en peligro la vida» de Pablo Grillo

     

    Imagen del fotógrafo Pablo Grillo y del cabo primero de Gendarmería Héctor Guerrero, que le disparó un proyectil de gas lacrimógeno directo a su cabeza, hiriéndolo de gravedad.

    La querella de la familia de Pablo Grillo, representada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), informó que tras visitar al joven fotógrafo, la médica forense de la Justicia Nacional, Claudia Zuñiga Teppa, y los médicos designados como peritos de parte, Ezequiel Amar, por la querella, y María Jimena Pérez Pelliser, por la defensa, confirmaron que las lesiones sufridas por Pablo son de carácter «graves y gravísimas», y «pusieron en peligro su vida». Asimismo, respondieron contundentemente que «la herida contuso cortante frontal asociada a fractura expuesta de cráneo se corresponde con lo informado de impacto directo de proyectil sobre la tabla frontal del cráneo», en referencia al disparo directo a su cabeza de una cápsula de gas lacrimógeno que efectuó el gendarme Héctor Jesús Guerrero. Por ANRed.


    La querella de Pablo Grillo, representada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), confirmó este lunes 2 de junio que el Cuerpo Médico Forense presentó el informe requerido en la causa que investiga el impacto de gas lacrimógeno en la cabeza que recibió Grillo durante la represión a una movilización de jubilados/as el 12 de marzo.

    «El lunes 26 de mayo la médica forense de la Justicia Nacional, Claudia Zuñiga Teppa, y los médicos designados como peritos de parte, Ezequiel M. Amar por la querella y María Jimena Pérez Pelliser por la defensa, visitaron a Pablo Grillo en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Ramos Mejía. Luego de la visita y de analizar la historia clínica y partes médicos, presentaron su informe que responde una serie de preguntas formuladas, oportunamente, como puntos de pericia», detalla la querella.

    Parte de la reconstrucción de los hechos que hace la presentación del CELS y la Liga, representantes legales de la familia de Grillo.

    En ese sentido, la representación legal del joven indicó que «sobre el grado de las lesiones que presenta Pablo, su tiempo de curación y cualquier otro tipo de información médica que pueda ser de interés, la perito médica oficial y los dos peritos de parte respondieron: “a) Herida contuso compleja en rostro región mediofrontal; b) Fractura expuesta de cráneo fronto temporo parietal izquierda. Ambas producidas por golpe o choque con o contra objeto contuso que logra vencer la elasticidad de los tejidos (piel y tejido óseo) produciendo su rotura. Demandan un tiempo de curación de más de 30 días con igual tiempo de inutilidad laborativa. c) Hematoma subdural derecho con requerimiento de cirugía de descompresión, craniectomía y toilette quirúrgica (12/03/25) y Hematoma epidural izq. con requerimiento de cirugía craniectomía de descompresión (14/03/25). Los mecanismos de producción golpe o choque con o contra objeto contuso. Tiempo de curación de más de 30 días», detalla exhaustivamente el informe del cuerpo médico forense.

    A partir de esta primera información, señala la querella, «los médicos establecieron que las lesiones sufridas por Pablo son de carácter ‘graves y gravísimas’, con tiempo de curación de más de 30 días e igual tiempo de inutilidad laboral y con respecto al peligro de «si las lesiones producidas por el disparo pusieron en peligro la vida» de Pablo Grillo, los tres médicos respondieron unánimemente: “Sí, real y concreto”.

    Parte de la reconstrucción de los hechos que hace la presentación del CELS y la Liga, representantes legales de la familia de Grillo.

    «En cuanto a la cuarta pregunta, vinculada a la existencia de secuelas neurológicas derivadas del hecho, si bien no pudo ser contestada, es de gran importancia y conecta directamente con la noción de que la conducta del gendarme Guerrero puso en serio riesgo la vida de Pablo y que su estado de salud permanece en estado crítico, concretamente, los médicos respondieron: ‘No puede apreciarse al presente momento siendo su pronóstico reservado, dado que al día de la fecha continúa internado en terapia intensiva’», informó la querella.

    La quinta pregunta buscaba «establecer si para ocasionar las lesiones comprobadas se requiere del impacto o disparo directo sobre la superficie lesionada», y el grupo de médicos respondió contundentemente: ‘Sí, la herida contuso cortante frontal asociada a fractura expuesta de cráneo se corresponde con lo informado de impacto directo de proyectil sobre la tabla frontal del cráneo».

    Finalmente, la sexta pregunta apuntaba a «establecer si las lesiones ocasionadas fueron producidas por un disparo con un proyectil de alta energía cinética sobre la superficie lesionada». A esto, los médicos respondieron: «No se puede establecer la energía cinética que albergaba el proyectil que podría haber causado la lesión, pero sí se puede decir que la apertura de la piel frontal y la fractura de la tabla interna y externa del hueso frontal del cráneo requiere de una importante fuerza de impacto para romper la elasticidad de los tejidos lesionados».

    Gendarmería ya había reconocido que disparar armas lanzagases directo a personas podría «producir lesiones graves e, incluso, la muerte»

    Cuando se cumplieron dos meses de la salvaje represión a la marcha de jubilados/as que dejó gravemente herido al fotógrafo Pablo Grillo, la querella del joven, además de denunciar que la investigación avanza lento y que todavía no se citó a declarar al gendarme Héctor Jesús Guerrero, había informado que, a partir de su pedido al Juzgado, a cargo de la jueza María Romilda Servini de Cubría, la Gendarmería Nacional reconoció que el uso de pistolas lanza gases, «en caso de impacto, podría producir lesiones graves e, incluso, la muerte», y que los reglamentos generales para el uso de esas armas no letales prohíbe dispararlas directamente contra las personas.

    Gendarme Héctor Guerrero. Acusado de ser el autor del disparo que casi asesina a Pablo Grillo. Fotografía: Kaloian Santos, despedido por aportar sus fotografías a la reconstrucción de los hechos.

    Asimismo, la querella también confirmó en ese momento que el protocolo de actuación de Gendarmería en manifestaciones «incluye un glosario de términos estigmatizantes vinculados a la protesta, los manifestantes y las organizaciones» y «establece las distintas formas de intervención frente a las multitudes, y en todas ellas el rol del jefe del operativo o supervisor es central ya que es quien da las órdenes a los gendarmes en terreno«.

     

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  • Violencia escolar en Roca: un menor atacó a compañero y se aplicó protocolo educativo

     

    En Roca, la denuncia de un incidente de violencia entre dos alumnos de una escuela privada llevó a la activación del protocolo de intervención escolar del Ministerio de Educación de Río Negro. La directora de Educación Privada, Paula Sarramone, confirmó que el dispositivo se encuentra en marcha y explicó que, por la particularidad del hecho, no fue necesario suspender las clases.

    Según fuentes extraoficiales, uno de los menores habría atacado al otro con un tenedor en la Escuela del Valle. Ante esta situación, se convocó un equipo interdisciplinario conformado por psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales para abordar el conflicto y garantizar la contención de los alumnos y sus familias.

    Cómo funciona el protocolo

    Sarramone detalló que la intervención inicia con la comunicación inmediata a los padres de los menores involucrados, seguida de reuniones para mediar en el conflicto. Dependiendo de la gravedad del hecho, se pueden implementar estrategias a mediano y largo plazo, e incluso suspender las clases si fuera necesario.

    La funcionaria destacó que estos protocolos no dependen de la situación social general, sino que son parte de un mecanismo permanente para manejar conflictos escolares: “El protocolo está porque los conflictos sociales existen desde que existen las relaciones sociales”, afirmó.

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