Más de diez años de obra, menos de la mitad de los 100 kilómetros anunciados hace más de quince años. Cuatro mandatos presidenciales, 10 kms por gestión. No hay nada que celebrar.
En el día de ayer se llevó a cabo la inauguración de la habilitación de los puentes que faltaban entre Godoy y Cervantes y ahora habrá cuatro carriles en dos tercios del tramo Fernández Oro-Cipolletti. En este acto, el presidente Alberto Fernandez salió desde la localidad bonaerense de Quilmes con conexión mediante videoconferencia con las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero y Río Negro. Del Presidente para abajo, sin diferencia de partidos, tanto oficialistas como opositores sonrieron para la foto avalando la desidia estatal. Más de una década de obra, menos de la mitad del total de kilómetros realizados, cuatro mandatos presidenciales.
En el acto, el mandatario afirmó que cuando llegó al Gobierno “estaban paralizadas el 70 por ciento de las obras en todo el país por incumplimientos con muchos constructores que tenían que llevar adelante esas obras”. Podemos agregar desde el Valle y sobre nuestra ruta que esta obra está semiparalizada desde que inició, con el solo hecho de decir que comenzó en 2008 y el primer tramo se inauguró hace exactamente 10 años alcanza. La polarización política existe en la sociedad, pero la misma política se une en sus extremos más decadentes.
Como en un espiral, vemos repetir la historia, y no queremos ser simples aduladores. En un acto en el que hubo teleconferencia como ayer, en junio del 2011 (sí, una década atrás) se realizó la inauguración oficial del primer tramo de la autovía de la Ruta 22, que comprende el sector entre Chichinales y Godoy, ayer uno de los pasos elevadizos celebrados también está en Godoy. Aquel acto se realizó en nuestra ciudad, en las instalaciones del cine teatro del Club Círculo Italiano y también se realizó el contacto con Buenos Aires para tener las palabras de la ex presidente Cristina Fernández, un dejavú (¿). La obra que se había comenzado a construir tres años atrás.
La ampliación anunciada hace más de 15 años está llegando recién a la mitad de los 100 kilómetros totales que tiene el trayecto. Si entendemos la política que nos atraviesaes lógico que un editorial como Ruta 22 22 escrita hace tres años no quede desactualizadaconceptualmente, seguimos hablando de lo mismo hace una década. Cuatro mandatos presidenciales, la misma cantidad de provinciales, un promedio de 10kms por gestión, 2,5kms por año; ¿Cuánto nos habrá salido cada kilómetro?.
Así alcanzamos ladisrupción parental del político y la masa que lo elige, si el funcionario quisiera representar a su pueblo no se brindaría a estos actos de inauguraciones parciales de obras congeladas en el tiempo que le dan la espalda al pueblo y son sinónimo de corrupción lisa y llana, sin embargo deciden sonreír, postear y así justificar, lo que todos detestamos.
DATOS DE ACCIDENTES FATALES EN RN
En 2020 115 muertos en Rio Negro duplicando a cualquier provincia patagónica.
En 2019 151 muertos doblega a las demás provincias menos a Neuquén con 104. Ambos años ven reducidos sus números debido a las restricciones de pandemia donde las rutas estuvieron semi vacías.
Durante 2018 152 pérdidas y en 2017 con 98 muertes por accidentes de tránsito Rio Negro no es punta de lanza en la Patagonia y se encuentra por debajo de Neuquén y Chubut que superan la media de 100.
En 2015 se mantiene por debajo de la centena y registra otra vez 98 víctimas fatales, en 2014 105 solo por debajo de Neuquén en la Patagonia.
Si seguimos hacia atrás la tendencia va en alza, 2013 (119), 2012 (127), 2011 (126), 2010 (159) 2009 (167) 2008 (122).
Es válido recalcar que las estadísticas compartidas corresponden a accidentes fatales en toda la provincia, datos No oficiales marcan que en promedio (tomando un lapso del último lustro) en el tramo de la RN22 de Chichinales a Cipolletti tiene 3 accidentes fatales por mes, entre 30 y 40 por año. Por lo que podemos deducir que se lleva aproximadamente el 30% del total de muertes por siniestros viales de la provincia.
Más datos. Durante la primera mitad de 2019 hubo 42 accidentes graves, de los cuales el 40% provocó la muerte de personas de entre los 18 meses y 81 años. Enel año 2017 hubo 364 accidentes en la ruta 22 (uno por día) y con 38 víctimas fatales, según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. En el año 2018 hubo 103 víctimas fatales en Río Negro y Neuquén y la ruta nacional 22 encabeza la lista respecto a los sitios en donde se produjeron los hechos viales relevados.
La Dirección de Deportes de la Municipalidad de Villa Regina anuncia que las Colonias de Verano 2022 para Personas con Discapacidad, que tendrá lugar en la Pileta del club Regina, y para Adultos Mayores, en la pileta del Club Círculo Italiano, comenzarán el día martes 11 de enero en el horario de 9 a 12…
La Municipalidad de Villa Regina convoca a concurso de precios N° 11/2021 para la contratación de operario con equipo para el mantenimiento de alumbrado público en el ejido de Villa Regina. El presupuesto oficial es de $312.000. La apertura de las ofertas será el 12 de noviembre a las 11 horas en el Departamento de…
Esta historia comienza con dos amigas y un astrólogo en septiembre de 1985. Diana Wassner, de 25 años, estaba de visita en Buenos Aires por primera vez desde que en 1976 se había exiliado, primero a Israel, después a México. Una tarde, junto a su amiga Claudia, decidieron ir a lo de un astrólogo para que les interpretara la carta natal. Apenas entraron al departamento del barrio de Colegiales, un hombre rubio y jovencito le pidió a Diana que le indicara el día y la hora exacta de su nacimiento. Colocó unas hojas sobre la mesa y comenzó. “Cuatro hijos, todos varones y dos matrimonios”. Sí, eso lo veía clarísimo si se analizaba la posición del sol, la luna y los planetas al momento de su nacimiento. Pero había otras dos cosas que no eran del todo comprensibles. El astrólogo vio una escalera. ¿Era algo metafórico como la escalera bíblica de Jacob que conectaba el cielo con la tierra? ¿O se trataba literalmente de una escalera? Ninguno de los tres podía saberlo en ese momento. Sin embargo, lo que más la inquietó a Diana fue la visión final: “Vos vas a ser famosa”. Ella sonrió. Su sueño era ser escritora. Pero el hombre fue tajante: “No vas a escribir libros. Vos vas a salir en la televisión, en los diarios, en la radio. Es por otra cosa”.
De las cuatro predicciones que las amigas oyeron esa tarde de 1985, ocho años y diez meses antes de que explotara la bomba en la AMIA, tres se cumplieron. Aunque no, aún no había manera de saberlo.
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La primera vez que entraron al departamento dijeron “es este”. Tiene sentido. En el primer piso ubicado entre dos médanos, en una localidad turística de la costa atlántica, la luz natural encandila. Uno de los ventanales del living da al mar y eso es lo que enamoró a Diana Wassner y a su segundo marido, Enrique Burbinski, cuando, hace un año y medio, alquilaron este departamento al que viajan seguido desde Capital Federal, donde residen. En el balneario se instalaron todo el verano del 2024 y no se movieron de ahí, con la excepción del viaje de emergencia que Diana tuvo que hacer a México los primeros días de febrero por la muerte de su padre, a los 96 años. El departamento es refugio de familia y amigos. Como Claudia, la amiga con la que fue al astrólogo, y que ahora está sentada en el sillón con un vestidito fresco, floreado y una computadora Mac sobre sus piernas cruzadas. Son casi las dos de la tarde del jueves 22 de febrero de 2024, la mesa está servida para cuatro. Diana tiene una musculosa deportiva rosa fluorescente, un short negro, sandalias con velcro, anteojos oscuros, un rodete en el pelo. Es curioso verla así, liviana, con ropa de verano. Ella aparece en los diarios, en la radio, en la televisión, tal como vaticinó el astrólogo, cada 18 de julio, abrigada, porque es pleno invierno cuando se conmemora el aniversario del atentado a la AMIA.
Diana perdió a su primer marido, Andrés Malamud, el arquitecto que llevaba adelante las reformas en el edificio ubicado en Pasteur 633. Desde 1994, ininterrumpidamente, Diana es la oradora principal del acto y una de las referentas de Memoria Activa, el colectivo que se conformó por fuera de las instituciones judías para reclamar justicia. En cada aniversario, los actos de Memoria Activa frente a los Tribunales son un ritual necesario que se repite de manera performática, una y otra vez. No importa si es 1998, 2005 o 2019. En un escenario montado ad hoc, con un micrófono de pie y un cartel en el que se leen los años que pasaron desde el atentado, alguien toca el Shofar, el cuerno milenario, y luego se leen los nombres de las 85 víctimas al grito seguido de “presente”. Un invitado que puede ser un periodista, un abogado, un intelectual, un artista, un rabino, pronuncia un discurso. Por los altoparlantes suena la canción “La memoria”, de León Gieco. Y finalmente habla Diana. Con su vozarrón inconfundible, áspero, punzante, dice: Llevo 25 años parada en el mismo lugar, o dice: En este mismo lugar, a esta misma, hora hace 24 años todo era horror, o dice: Hoy, como cada 18 de julio hace 29 años, nos volvemos a encontrar en el frío de la plaza Lavalle. No importa si es 1999, 2007 o 2018, Diana repite palabras como justicia, olvido, memoria, impunidad, Estado ausente, encubrimiento, resistencia, lucha, desesperanza, incredulidad. Pronuncia nombres como Menem, Beraja, Galeano, Canicoba Corral, Mullen y Barbaccia, Telleldín, Ribelli, Nisman, Anzorreguy. Cuando termina el acto, algunos medios de comunicación la entrevistan. No importa si es 1995, 2004 o 2013, ella declara: Es muy doloroso saber que tenemos en nuestras casas una silla vacía o un año más, es increíble que estemos acá, pero seguimos en la lucha. Todo se repite como en un ritual necesario, una y otra vez.
Ahora, en este refugio de la costa, el acto por los 30 años de la AMIA queda lejano. El frío también queda lejano y lo que hay que disfrutar son las tartas con ensaladas que Enrique y Diana apoyan sobre la mesa en este día cálido, soleado. En el almuerzo se habla de series y películas, de los beneficios de ir a un club, de cómo se llevan los tres hijos de Enrique con las dos hijas de Diana y las cinco nietas que ahora comparten. Se planifica la tarde: Diana irá a una clase de pilates, a tomar mate a la playa con Claudia, a comprar pollo para la cena. Apenas unos minutos después de almorzar, mientras toma un café negro con edulcorante que Enrique lleva al balcón en una bandeja, ante un silencio atronador que solo interrumpen algunos pájaros, Diana, con la voz un poco más pulida porque hace siete años dejó de fumar, dice:
—A mí me encanta la playa, es mi lugar en el mundo. Con Andrés decíamos que cuando fuéramos viejitos íbamos a vivir frente al mar.
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El 18 de julio de 1994 a las 9:53 Diana estaba impaciente esperando a que viniera Sara, la empleada que cuidaba a sus hijas para que ella pudiera irse a trabajar. Desde 1987 tenía un cargo en un sector administrativo del Conicet. Esa mañana, Andrés salió temprano a trabajar y le dio un beso a su mujer que aún dormía. Ese era el pacto que tenían, aunque ella estuviera dormida, él estaba obligado a darle un beso. Ese lunes comenzaba la segunda semana de las vacaciones de invierno, entonces Débora, de 5 años, y Astrid, de 2, también dormían porque no había clases. A las 9:53 Diana escuchó una explosión. El estruendo fue tan fuerte que salió al balcón que daba al pulmón del edificio. Creyó que había ocurrido algo dentro de su propia vivienda. No vio nada, cerró la ventana y volvió a su estado de impaciencia ante la tardanza de la niñera. Lo que sonó a continuación no fue el timbre, sino el teléfono. Era Gustavo, el mejor amigo de Andrés. Se habían conocido en la adolescencia cuando iban juntos al colegio secundario Otto Krause, pero además participaban en los movimientos juveniles judíos progresistas. Gustavo le preguntó si sabía dónde estaba su marido. Diana se sorprendió con la pregunta. Dónde iba a estar a esa hora si no era en el trabajo. “¿Pasó algo?”. Gustavo desvió la respuesta. “Nada, nada, como no lo encontré en el Movicom, quería saber dónde estaba”.
—Mientras hablaba con ella, me di cuenta de que no sabía nada. Intenté no alarmarla, pero ya era demasiado tarde —reflexiona Gustavo una tarde, desde su casa en Madrid, donde vive desde hace veinte años.
Sara seguía sin llegar, pero el llamado de Gustavo la preocupó. Diana prendió la radio y la noticia de que algo había pasado en la AMIA —aún nadie precisaba qué— era lo único de lo que se hablaba. Marcó el teléfono de Andrés, pero no pudo dejarle un mensaje en el contestador. La casilla ya estaba llena. Ella no estaba segura de que Andrés estuviera ahí. Tenía varios trabajos y no todos los días tenía que ir al edificio de la calle Pasteur. No podía seguir esperando. Bajó hasta el primer piso, tocó el timbre de la vecina y le pidió que cuidara a las nenas hasta que llegara Sara. Paró el primer taxi que encontró y le indicó que la llevara a la AMIA. Eran diecisiete cuadras desde su casa, pero el chofer la alcanzó hasta donde pudo. Diana se bajó y vio el aire enrarecido. Polvo, escombros, esquirlas de vidrio. Los gritos de la gente se mezclaban con el sonido de sirenas, de ambulancias, de policías, de bomberos. Caminó perdida y comenzó a acelerar el paso. Trotó, después corrió, hasta que llegó a la esquina del edificio. Quiso pasar del otro lado, pero no se lo permitieron.
—Era como una guerra. Imaginate eso. Como si hubiera habido una guerra — dice Diana.
Ella siguió caminando, entró a una panadería y pidió un vaso de agua. Temblaba. Mientras intentaba pensar cómo saber si su marido estaba dentro de la AMIA, tuvo una idea y corrió al estacionamiento de la calle Tucumán. Llegó sin aliento y lo vio. Vio el Fiat Regatta blanco, el mismo en el que la noche anterior habían vuelto del club en Tigre, escuchando a todo volumen el cassette de “Vivitos y Coleando”, la obra infantil de Hugo Midón. Cinco días después, el viernes 23 de julio, el cuerpo de Andrés apareció entre los escombros.
Con el tiempo, con testimonios de sobrevivientes, pudo reconstruir lo que pasó: a las 9:53, Andrés estaba sobre una escalera. ¿Pensó en ese momento en la predicción que había hecho el astrólogo ocho años y diez meses antes?
—Por algún motivo extraño, el fin de semana anterior había sido especial. No sé bien por qué o solo lo recuerdo como especial. De repente, Andrés se paró y me dijo: “¿Cómo se puede querer tanto a alguien? ¿Es posible?”. Eso me quedó sonando y pensé: ya nadie me va a querer como él me quería.
El poeta y docente Damián Catini recibió hace algunos días ejemplares de su obra “Mi novia y yo” luego de obtener el segundo premio en la convocatoria anual literaria del 2020 del Fondo Editorial Rionegrino (FER). Los ejemplares fueron entregados por la directora del FER Eliana Navarro y su obra fue evaluada durante el proceso…
La aprobación del proyecto que reestablece las reelecciones indefinidas para legisladores entra en tierras pantanosas en la provincia. Tras la aprobación del Senado, el peronismo tiene dificultades para juntar los votos en Diputados.
El peronismo en tiene 37 diputados, pero diez responden a Sergio Massa quien tiene una postura histórica en rechazo a las reelecciones. Otra banca ocupada por Lucía Klug pertenece al armado de Juan Grabois, que tampoco acompaña la iniciativa.
El peronismo tendría unos 26 votos propios y podría sumar a los ocho aliados de Unión, Renovación y Fe. No hay bloques desde donde sumar, salvo algunas voluntades individuales. Una senadora de Margarita Stolbizer ayudó con el quórum en el Senado por lo que se puede inferir que algo similar ocurra con la diputada Natalia Dziakowski.
Lo mismo con la diputada Silvina Vaccarezza que responde a Emilio Monzó. En el Senado, Marcelo Daletto, un diputado muy cercano a Monzó bajó a dar el quórum e hizo además una fuerte defensa de las reelecciones indefinidas.
Con todo, son voluntades individuales que hoy complican la posibilidad de llegar a los 46 votos necesarios para aprobar el proyecto.
Tras la votación en el Senado había optimismo en Diputados. Incluso se barajó este jueves la posibilidad de convocar a una sesión para el miércoles de la semana próxima. Allí el proyecto de reelecciones que llegó del Senado tomaría Estado parlamentario. Sin embargo, las consultas a los bloques arrojaron un resultado pesimista y finalmente no hubo -hasta el momento- un llamado a sesionar.
En la Legislatura entienden que a medida que corran los días las posibilidades de aprobar el proyecto son menores toda vez que se acerca el cierre de listas y arranca la campaña electoral de cara a la elección de septiembre.
Pero además, la votación del Senado dejó secuelas. Quienes colaboraron con el peronismo para votar el proyecto de reelecciones sintieron que pagaron un costo demasiado grande. Entienden que los medios se enfocaron en esas “ayudas” en lugar de apuntar al peronismo. No creen que el peronismo haya sido ajeno a la lluvia de críticas mediáticas sobre los bloques menores.
Eso pesa ahora sobre la votación en Diputados. Los posibles aliados temen ser el blanco de las críticas si ayudan al peronismo. Por lo pronto, en las últimas horas, el bloque Unión, Renovación y Fe -conformado por libertarios que rompieron con Milei tras la PASO de 2023- sufrieron una baja. La diputada Constanza Moragues Santos se abrió de esa bancada y formó su propio bloque que lleva por nombre Desafío Bonaerense.
El martes, el peronismo consiguió el martes en el Senado aprobar las reelecciones indefinidas para legisladores en una votación empatada en la que tuvo que definir Verónica Magario.
Alexis Guerrera.
La votación dispuso 22 votos a favor y 22 en contra. Una abstención y un ausente. La vicegobernadora desempató sin vueltas: “a diferencia de lo que pasó hace unos largos años en Argentina, mi voto es positivo”, dijo en referencia al voto de Julio Cobos en el Senado de la Nación en 2008.
Fue una sesión accidentada que arrancó con tensiones. Magario mantiene cerrado el Palco de Prensa y los periodistas acreditados tuvieron que seguir la sesión desde un televisor, en un salón sin internet.
Por eso, Florencia Arietto en empezó a transmitir en vivo desde su banca. “¿Terminamos de filmar y hacemos nuestra tarea?”, le dijo Magario a Arietto. “¿Va a filmar toda la sesión?”, continuó. Arietto sostenía que seguiría filmando y la vicegobernadora pidió revisar el reglamento. La sesión estuvo interrumpida por unos minutos hasta que Sergio Berni pidió la palabra y dijo que si Arietto quería filmar estaba en todo su derecho.
El Gobierno de Río Negro permitirá a partir de la semana próxima la apertura paulatina y escalonada de comercios en 28 ciudades y localidades de la provincia. En principio se habilitará a los comercios a abrir tres días a la semana, de manera tal de ir reiniciando la marcha del circuito económico en esos lugares….
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