El proyecto Argentina GNL arrancó como un gran anuncio, pero por ahora, lo concreto es la salida discreta de un aliado clave. Shell anunció que no seguirá en la fase inicial del proyecto que YPF impulsó para mandar el shale argentino al resto del mundo.
La noticia la comunicaron las autoridades de Shell a nivel global desde su sede central y fue reproducida por Reuters. La petrolera fue breve y medida.»Shell decidió no avanzar con la fase inicial del proyecto Argentina LNG. Shell participó inicialmente sólo en la fase pre-FEED. Seguimos viendo a Argentina como un mercado potencialmente atractivo para exportaciones de GNL. Por eso, Shell seguirá explorando opciones de expansión con YPF para Argentina LNG», dijo la petrolera.
Shell destina mas de USD 13.000 millones a escala global, y la compañía está reordenando prioridades globales.
La ecuación pasar por elegir proyectos con plazos, riesgos y retornos claros.
En su propio outlook la firma prioriza dónde y cómo colocar capitales nuevos. Desde la óptica global, el mercado de GNL esta saciado por oferentes que pueden cubrir la demanda de corto y mediano plazo.
Estados Unidos, con la expansión Permian y la creciente capacidad de licuefacción, saturó Europa y ganó espacios logísticos y comerciales difíciles de disputar. En 2025 los envíos de GNL estadounidense a Europa crecieron de forma ostensible, y la presión de esos volúmenes juega en la evaluación de nuevas plantas fuera de cadenas logísticas ya establecidas.
No son pocas las voces que afirman que Argentina tiene poca chance de competir en el mercado de GNL, por los tiempos que exige desarrollar la curva de aprendizaje y poder ganar escala.
Un dato clave es que el diseño del proyecto original del YPF sufrió muchos cambios bajo la presidencia de Horacio Marina. Desde el fallido recorrido que puso fin a la sociedad que heredó con Petronas, la iniciativa original y su dimensión se ajustaron. Ahora el desafío es reemplazar el lugar que Shell dejó vacante. Para eso avanza en negociaciones con otros socios ENI y XRG (ADNOC) .
Como sea, Shell no se fue por la macroeconomía argentina. La compañía opera en el país desde 1920. Sabe cómo funciona su volatilidad cambiaria, su historia de controles y sus idas y vueltas fiscales. Además, este proyecto queda al resguardo del RIGI que garantiza seguridad jurídica, y la compañía es una de las beneficiadas con la ampliación del acuerdo Chevron que firmó Sergio Massa, que la habilita a girar dividendos.
Shell concentra su producción argentina en la cuenca de Vaca Muerta, donde opera más de 50 pozos activos y produce cerca de 45 mil barriles diarios de petróleo equivalente, principalmente en las áreas Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste, en sociedad con YPF y otras operadoras.Además, mantiene operaciones offshore en el bloque CAN 100, frente a las costas de Mar del Plata, junto a Equinor y YPF, dentro del proyecto exploratorio de aguas profundas que busca diversificar la matriz productiva hacia el Atlántico.
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