Virginia Gallardo comparó su elección como Diputada a cuando la eligieron Reina de la Naranja
La flamante diputada de La Libertad Avanza por Corrientes, Virginia Gallardo, comparó su elección legislativa con los certámenes de belleza en los que participaba en su juventud. Entre frases hechas y elogios a Milei, dejó en claro que para algunos el Congreso no es más que otra pasarela de luces y cámaras.
Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

Entre plumas, cámaras y boletas
Apenas pasaron unas horas desde que Virginia Gallardo se consagró como diputada nacional por Corrientes, y ya logró lo que pocos: generar polémica por su manera de celebrar. La ex panelista de Mujeres Argentinas (El Trece) habló de su victoria como candidata de La Libertad Avanza y aseguró que su experiencia en política “es como cuando concursaba para reina del carnaval”.
Sí, leyó bien: la flamante legisladora comparó la representación popular con una elección de belleza.
“Siempre me expuse a la votación popular”
Gallardo intentó justificar su desembarco en la política con una lógica peculiar: “Yo crecí con la crítica. Me expuse a la votación popular toda mi vida, desde los reinados en Corrientes, los programas de televisión, a candidatura hoy”.
Una comparación que deja en evidencia la banalización con la que el mileísmo aborda la política, donde lo que debería ser vocación de servicio se confunde con una competencia de popularidad o un certamen televisivo.
En su estilo habitual, Gallardo remató con una frase de autoayuda: “Somos arquitectos de nuestro destino”. Y aunque se trate de un cliché reciclado, lo que preocupa no es la superficialidad de las palabras sino el lugar desde donde se pronuncian: una banca legislativa nacional.

De la comparsa a la bancada libertaria
La nueva diputada agradeció efusivamente a Milei por “la confianza”, destacando que su salto a la política fue “impensado” pero que “en un mes y medio ganamos y entramos”. La velocidad de su ascenso no debería sorprender: en el universo libertario, la política parece haberse convertido en un reality donde cualquiera puede ser candidato si tiene suficientes seguidores o minutos de pantalla.
Gallardo, nacida en 1985 en Corrientes, se hizo conocida por su participación en los carnavales locales, desfilando para la comparsa Ara Berá y ganando certámenes como el de Reina de la Naranja. Hoy, en una escena insólita, pasa de representar a una comparsa a representar a su provincia en el Congreso.
La estética antes que la ética
No es casual que figuras mediáticas sin trayectoria política ocupen espacios institucionales. El mileísmo convirtió la política en espectáculo, reemplazando formación, compromiso y proyecto colectivo por frases motivacionales y luces de estudio.
Gallardo asegura que “no escucha las críticas” y que “siempre se pone a disposición de que la gente haga con ella lo que quiera”. Tal vez esa sumisión a la voluntad ajena sea útil en un certamen de belleza. Pero en política, un diputado no está para posar ni complacer, sino para legislar.
El carnaval libertario sigue
La elección de Gallardo es una muestra más del vaciamiento político que promueve el gobierno de Milei, donde la representación popular se confunde con un casting y la meritocracia se reduce a saber sonreír ante las cámaras.
Mientras el país se hunde en recesión y ajuste, el oficialismo celebra el ingreso de una ex modelo al Congreso. El carnaval libertario continúa, aunque cada vez haya menos razones para festejar.

