Tanto Unter Regina como los equipos directivos de educación secundaria AVE II refuerzan los reclamos por la vacunación de los docentes de nivel secundario.
La nota elevada y firmada por equipos directivos de establecimientos educativos secundarios de la zona Alto Valle Este II funda su pedido en que los docentes de educación media aún no han comenzado con su inoculación siendo que ya se ha avanzado en las segundas dosis para los niveles inicial, primaria y especial.
En este sentido solicitan al Ministerio de Educación que “arbitre los medios para que a medida que arriben dosis , se priorice la vacunación de las/os 382 docentes de educación secundaria de nuestra zona Educativa”.
Nota elevada a Julio Parada Coordinador del CEZAVE II
Por otro lado #Unter avanzó sobre el mismo pedido y con la misma finalidad, así lo expresa su comunicado y la nota entregada, también al Coordinador Escolar de la zona Julio Parada.
“Desde el primer momento en que fue presentada esta estrategia se han realizado los reclamos porque han omitido a docentes de Nivel Secundario y no se ha recibido respuesta por lo que se desconoce cuándo serán considerados”, expresa el comunicado de #unter. Continua: “Nos preocupa que se anuncie en los medios que Río Negro iniciaría con el Segundo y el Tercero, cuando no se concluido con el Primer Grupo, es una muestra más del desordenado cronograma que se lleva adelante.”, expresa el comunicado del sindicato.
Mediante el mismo #Unter exige que se avance en el plan de vacunación y que se incluya en este cronograma a lxs docentes de Secundario, que el Gobierno de la provincia realice con urgencia las gestiones que correspondan para que ingresen dosis en cantidad suficiente para cumplir con lo planteado y tengamos lo antes posible la totalidad de lxs docentes vacunados.
En cuanto a la estrategia para vacunar a los docentes UNTER expresa: “Se estableció ordenarlos en cinco grupos: en el Primero: el personal de dirección y gestión, conjuntamente, con docentes de Inicial, Especial y Primaria, de 1° a 3° grado. El Segundo, incluiría a los equipos Técnicos de Apoyo Pedagógico (ETAP) y el Tercero a los maestros de 4° a 7° grados. El Grupo Cuarto se constituye con los trabajadores de Formación, y el Quinto por el personal de Educación Superior y las universidades. Desde el primer momento en que fue presentada esta estrategia se han realizado los reclamos porque han omitido a docentes de Nivel Secundario y no se ha recibido respuesta por lo que se desconoce cuándo serán considerados”.
Refuerza el fundamento de ambos pedidos que también se comenzó con la inoculación de menores de 60 con factores de riesgo en toda la provincia y los datos oficiales confirman la inoculación de más de 19mil personas.
La 50° edición de la Fiesta Nacional de la Nieve se presentará en Villa Regina este jueves 8 de julio a las 10 horas en una conferencia de prensa que se realizará en la Oficina de Turismo ubicada en Florencio Sánchez 817. En la oportunidad el Intendente Marcelo Orazi estará acompañado por su par de…
El gobierno trabaja contrarreloj para conseguir los dólares que necesita para mantener el tipo de cambio estable. En ese contexto, el Secretario de Finanzas Pablo Quirno, llamó a los gerentes de las empresas cereales a mediados de la semana pasada para pedirle por favor que liquiden los dólares de la cosecha.
Fuentes cercanas a la situación explicaron a LPO que el apuro del funcionario tiene que ver con que la falta de dividas complica el mantenimiento del superávit, Con ese panorama, las cerealeras se comprometieron a liquidar 200 millones de dólares, 150 ya se hizo el viernes y los 50 restantes se liquidarían mañana.
En ese sentido, la liquidación de la cosecha gruesa empieza el 15 de abril y el gobierno apuesta a eso para tener los dólares que le faltan.
Sin embargo, las empresas tienen sus reparos y dicen que los productores con las retenciones del 25 por ciento y el dólar atrasado solo van a liquidar lo mínimo para operar. Justamente, el sector agropecuario dice que ha atraso cambiario y sostiene que más temprano que tarde habrá una devaluación.
Fuentes cercabas a la situación explicaron a LPO que el apuro del funcionario tiene que ver con que la falta de dividas complica el mantenimiento del superávit, Con ese panorama, las cerealeras se comprometieron a liquidar 200 millones de dólares, 150 ya se hizo el viernes y los 50 restantes se liquidarían mañana
El ingreso de dólares para aliviar las reservas y sostener el tipo es la mayor preocupación del equipo económico que lidera Luis Caputo.
Luis Caputo.
LPO reveló que el equipo económico reconoció a senadores y diputados que usará fondos el próximo acuerdo con el FMI para intervenir en el mercado del dólar y tratar de mantener el precio de la divisa bajo control, una política que el organismo rechaza.
Las empresas tienen sus reparos y dicen que los productores con las retenciones del 25 por ciento y el dólar atrasado solo van a liquidar lo mínimo para operar. Justamente, el sector agropecuario dice que ha atraso cambiario y sostiene que más temprano que tarde habrá una devaluación
Los funcionarios del Ministerio de Economía fueron al Congreso a defender el Decreto de Necesidad y Urgencia mediante el cual el gobierno se autoriza a sí mismo a tomar un nuevo préstamo del FMI.
Quirno viene de un fracaso importante el pasado jueves cuando tuvo que enfrentar el desafío de renovar una muralla de vencimiento en pesos por 9.2 billones pero sólo consiguió renovar 6.2 billones.
Para eso tuvieron que forzar al Banco Nación a comprar casi la totalidad de las letras emitidas. La entidad estatal compró 5.5 billones, un exagerado 89% de las colocaciones que emitió el Palacio de Hacienda.
Cuando era chica usaba buzos de mis hermanos con jeans, me gustaba la amplitud y la comodidad que me daba ese tipo de prendas masculinas (?), mi mamá me sugería que use perlitas o argollitas porque tenía que mantener la coquetería ante la “falta de femeneidad” que tenía en la elección de mi vestimenta. Esa…
Hoy nos encontramos en medio de este conflicto. Una intención de imponer ideas de forma totalitaria con argumentos populistas sin respetar la tradición democrática actual de consenso.
Las aseguradoras alertaron por una suba récord de los juicios por accidentes laborales que pone en jaque al sistema de ART y cuestionan que eso se da a pesar de la “reducción sistemática” de los siniestros en el ámbito laboral.
De acuerdo a datos recientes dados a conocer por la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART) en el primer trimestre de este año se iniciaron 25.621 nuevos juicios, dato que genera una proyección superior a los 132 mil litigios para 2025.
Ese número superaría el récord de 2017, cuando se registraron 130.700 juicios, lo que derivó en una reforma de la ley de Riesgos del Trabajo que fijó parámetros claros para las indemnizaciones y dispuso la creación de un Cuerpo Médico Forense en cada provincia.
Este aspecto es central para las aseguradoras ya que consideran que la reforma de 2017 genera un proceso de transparencia que evita la industria del juicio.
Sin embargo, a pesar de que 19 legislaturas provinciales aprobaron la adhesión a la reforma de la ley, los poderes judiciales no crearon aún los Cuerpos Médicos Forenses, lo que volvió a multiplicar el número de juicios, ya que la mecánica de procedimiento ante demandas por accidentes laborales sigue siendo la misma que llevó al colapso de 2017.
Evolución de los litigios por accidentes laborales (Fuente: UART)
Se habla de casos donde un esguince derivó en indemnizaciones por 900 millones, a partir de dictámenes periciales que determinan un 10 por ciento de incapacidad física y un 10 psicológica.
Eso, en un contexto donde en el 90 por ciento de los casos, los juicios le dan la razón al perito y eso las ART -a quienes se les hacen los juicios- no lo pueden recurrir.
Con el sistema de Cuerpos Médicos Forenses, en el sector creen que la situación cambiaría ya que se establecería un monto fijo a percibir por el perito por su tarea, sea cual fuere su diagnóstico y no un porcentaje establecido del resultado del juicio.
Según datos de UART, en Argentina existen en 15 días la misma cantidad de juicios por accidentes laborales que se registran en Chile durante un año
Para ratificar lo paradójico de la suba exponencial de los juicios a pesar de la reducción de accidentes, las aseguradoras expusieron una serie de datos.
Por un lado, se expone una comparación entre Salta y Jujuy. En Salta se aplica un esquema parecido al que reclama la UART y en Jujuy persiste el sistema tradicional. A pesar de que las dos provincias tienen un promedio similar de accidentes, Jujuy tiene 50 veces más juicios.
Al medirlo con países con similar tasa de accidentes, como Chile y España, Argentina muestra un número diametralmente superior de litigios. Por caso, en Argentina existen en 15 días la misma cantidad de juicios que se registran en Chile en un año.
La Provincia de Buenos Aires lidera la cantidad de juicios, con el 40 por ciento de los litigios; seguida de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con el 19 por ciento. Detrás se ubican Santa Fe, Mendoza y Córdoba.
Las aseguradoras alertan que el crecimiento exponencial de los juicios tiene un impacto directo sobre toda la estructura productiva argentina. “Afecta la empleabilidad, incrementa los costos de producción y, por ende, la competitividad del sector privado”, señalaron.
“El sistema está en riesgo producto del exacerbado crecimiento de la litigiosidad y un esquema de actualización de los montos de indemnizaciones que no responde a la normativa vigente”, sostuvo Mara Bettiol, presidente de la UART.
La Provincia de Buenos Aires lidera la cantidad de juicios, con el 40 por ciento de los litigios; seguida de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con el 19 por ciento. Detrás se ubican Santa Fe, Mendoza y Córdoba.
“Es imperioso que las provincias, a través de sus poderes judiciales, cumplan con la creación de los Cuerpos Médicos Forenses (que las propias legislaturas aprobaron) y que se fijen mecanismos de actualización razonables. Las consecuencias de la inacción serían catastróficas en la estructura productiva argentina”, dijo Bettiol.
En las aseguradoras señalaron que, desde la creación del sistema los accidentes laborales se redujeron a menos de la mitad, luego de pasar de 70,9 por cada mil trabajadores cubiertos en 1996, a solo 31,8 accidentes por cada mil trabajadores, sin considerar los accidentes in itinere.
“¿Qué es ser un hombre para vos?”. En una habitación enorme y algo oscura, con ventanas esmeriladas o directamente opacas, tres computadoras de escritorio encendidas y un metegol tirado en un rincón, una mujer joven y un adolescente están sentados frente a frente. En el medio, una mesa grisácea, un vaso de cartón con chocolate caliente que pronto volará de un manotazo y un sandwich que apenas tendrá un mordisco. La cámara no deja de girar en círculos. Están siendo observados por un sistema de videovigilancia y, si todo se pone demasiado tenso, los policías pueden entrar. La perito Briony Ariston (interpretada por Erin Doherty) sostiene la pregunta con diferentes enfoques: quiere saber cuánto y qué comprende Jamie Miller (Owen Cooper) sobre el femicidio que cometió. No espera una respuesta concreta o argumentada: intenta descifrar cómo la masculinidad, ese cúmulo de ideas y mandatos, afecta a Jamie.
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El efecto de percepción que genera Adolescence, la serie que estrenó Netflix el 13 de marzo y de la que todos hablan, es atrapante y es posible explicar algo del por qué. El principio constructivo es el del plano secuencia. Esto significa que cada capítulo se desarrolla con una continuidad espacial y temporal donde la cámara filma lo que sucede sin cortes. Lo atractivo está dado así por desplazamientos acrobáticos (drones, grúas, pasillos, escaleras) que acompañan distintas situaciones de tensión creciente y diferentes puntos de vista. Estos movimientos nos hacen pensar en los laberintos o los videojuegos en primera persona. Desde el Doom hasta el GTA, estos juegos son bases de la educación del carácter masculino: sirven para conectarse en red de manera simultánea y, desde una imitación cada vez más mimética de la realidad, enfrentarse y “asesinar” a otros jugadores. Lo magistral en esta serie es que, además, esos planos secuencia están situados en momentos particulares y explosivos que colaboran con un relato elíptico. El paso del tiempo y su omisión narrativa son fundamentales para dejar al espectador unir cabos entre los sucesos y sus protagonistas.
El primer capítulo muestra un operativo policial espectacular para capturar a Jamie, un adolescente de 13 años, que duerme en su habitación. Es la madrugada inmediatamente posterior a la noche del femicidio.
Este episodio termina con un giro reflexivo sobre la violencia con una maestría técnica comparable a la de otros cineastas que se destacaron en ese asunto: Michael Haneke en Caché (2005), cuando con una cámara de video sobre la fachada de una casa nos hace preguntarnos sobre la naturaleza de esa imagen y su veracidad; y Gus Van Sant en Elephant (2003), cuando para contar la masacre de Columbine elige filmar a los adolescentes perpetradores con planos que recorren los pasillos de la escuela secundaria, como si se tratara de un videojuego en primera persona. Mediado por la pantalla de una computadora, vemos el asesinato de Katie registrado por una cámara de seguridad. Allí es posible preguntarse junto con Eddie Miller (Stephem Graham), el padre del acusado en la ficción y guionista de la serie en la realidad, si lo que estamos viendo es verdad. El hombre queda atónito: las imágenes le muestran a su hijo asesinando a puñaladas a una compañera de escuela. Como espectadores también nos sorprendemos con este nuevo giro de la cámara y su reencuadre. Por un instante, desconfiamos de las imágenes.
En el segundo capítulo, a los tres días del crimen, dos policías buscan pistas en la escuela donde estudiaban víctima y victimario. Este episodio empieza con las fotos de Katie en el frente de la escuela y termina con un vuelo hasta el lugar del crimen, donde también hay flores y fotografías. En primer plano se ve el rostro de Eddie que, conmovido, sigue intentando comprender la violencia.
En el tercer capítulo, siete días después del crimen, Briony Ariston entrevista a Jamie en un centro intermedio entre el reformatorio y la cárcel. Es el episodio de la pregunta clave: “¿Qué es ser un hombre para vos?”. Al abandonar la sala, Briony confirma que fue su última visita. El cuarto y último capítulo, trece meses después del crimen, Eddie se desplaza entre la casa familiar y una ferretería, para finalizar en la habitación de Jamie, el mismo lugar donde comenzó la historia.
La continuidad de los espacios colabora con una trama que se vincula también con las responsabilidades: la violencia no está escindida de la manera que tenemos de vincularnos y habitar los espacios, está latente en todos esos lugares y se puede manifestar en cualquier momento. En una sala de interrogatorio, en el patio de la escuela o en el estacionamiento de una ferretería de una cadena comercial. De manera similar, la continuidad espacial ayuda a percibir la proximidad de los vínculos familiares, escolares y las amistades. Esto muestra que todos forman parte de la misma comunidad involucrada.
Esa forma de construir el espacio narrativo permite ver el rostro de Eddie cuando desnudan y requisan a su hijo en la comisaría, cuando reconoce el lugar del crimen al final del segundo capítulo o cuando se enfrenta a su camioneta vandalizada (para complejizar más la trama, con una inscripción en aerosol que remite a la pedofilia, lo que nos hace preguntarnos a quién está destinado el insulto). ¿Hay algo peor para “un hombre” que le “toquen” a su familia o a su camioneta?
Eddie es un hombre común que, por imposición, se va desarmando. Se despoja progresivamente de un mundo que le resultaba seguro y sostenido. Y este proceso se da con arrebatos de violencia que podrían pensarse desde la incapacidad de expresar los sentimientos que impone la norma de la masculinidad. Esos ataques de furia indican también que la sociedad en la que viven estos varones es la misma: la de la burla, el acoso como práctica sistemática y la demostración de poder por medio de la fuerza y la violencia. Lo interesante de la serie es que además permite ver la fragilidad de Eddie en numerosas situaciones emotivas.
Seguir la trayectoria de Eddie tiene la ventaja de entrar a la pregunta sobre la paternidad de manera directa. ¿Cómo paternar y asumir la responsabilidad de educar varones en este mundo digital donde se impone un machismo acérrimo que busca ir contra el feminismo, como si estos fueran términos equitativos de una supuesta lucha, y no lógicas de pensamiento que buscan cuestionar o no el poder tal como está dado? ¿Cómo permitir el trazado de otros modos de subjetividad en un mundo controlado por varones blancos millonarios que, acompañados por el poder político, imponen lo que se puede ver en las redes sociales? ¿Cómo construir, reflexionar y debatir social y colectivamente sobre modelos de masculinidad que no operen en base a la adquisición fácil del dinero, el culto del cuerpo trabajado en el gimnasio (y no en el deporte colectivo) y la objetivación de las mujeres?
Eddie llora por su hijo, quizás por no haberlo escuchado a tiempo. Ese dolor, que en la intimidad se manifiesta como llanto y en público como ira, es índice de una vulnerabilidad que a los varones no nos enseñan habitualmente a elaborar.
“¿Qué es ser un hombre para vos?”
Cualquiera que se enfrente a esa pregunta tendrá un río de imágenes disponibles para construir un modelo propio de hombría. El problema es estar inmerso en una sociedad cuyas fuerzas conservadoras tienden a volver a los moldes de antaño, plagados de mandatos y fundamentos vinculados a la fuerza, la no vulnerabilidad o a la idea de ser proveedor. Si ser un hombre fuera tan sólo cumplir con determinados rituales, tener determinadas características emocionales y una esencia biológica indiscutible, la cuestión estaría cerrada y no existiría la posibilidad de pensarse por fuera de estos parámetros. Pero no hay una respuesta del todo individual ni del todo universal a esta pregunta. ¿Qué se supone que es ser un hombre según los códigos de la masculinidad hegemónica?
Para Jamie, ser un buen jugador de fútbol hubiera sido una buena respuesta. Su padre se frustraba al ver lo malo que era su hijo en la cancha, incluso en el arco. Miraba para otro lado, tenía que soportar las burlas de los otros padres. Jamie tampoco tuvo buena suerte con el boxeo.
No es que haya una causalidad entre la frustración deportiva y el crimen, pero sí parece haber una conexión entre la desmotivación del padre, la falta de comunicación con su hijo, tal vez el cansancio de la exigencia laboral y el hermetismo paulatino que genera un mundo hiperconectado a las redes sociales y la violencia. Padre e hijo parecen alejarse confundidos por no saber cómo responder a la exigencia de los rituales de que los hombres deberían hacer. Eddie fue un niño violentado por su propio padre que se propuso no repetir la historia con su propia descendencia. ¿Cómo es posible, entonces, que su hijo, criado de manera amorosa, haya cometido un femicidio? ¿En qué fallaron? ¿Qué faltó?
De manera paralela, la serie muestra la faceta paternal de Luke Baskombe (Ashley Walters), uno de los policías que lidera la investigación. Esa paternidad (que no había sido deseada) se enfrenta a un golpe de conciencia cuando es su propio hijo, también adolescente, quien le pide hablar en privado. Cuando están solos en una oficina de la escuela, el chico le explica los códigos y el significado de los emojis de Instagram que quizás lo ayudarían a entender el móvil del femicidio. Le muestra un posteo en donde se ve el emoji de píldora roja que significa “ver la realidad” y le explica el significado de los colores de los corazones que aparecen allí. Lo que subyace es el llamado a la manosfera: una red de sitios web, posteos y redes sociales que promueven la misoginia, el giro de extrema derecha y la oposición al feminismo. El hijo de Luke también explica la regla del 80/20, una teoría adoptada por estas comunidades de varones, que postula que el ochenta por ciento de las mujeres se interesan sólo en el veinte por ciento de los hombres. De manera abiertamente misógina, estos grupos culpan a las mujeres de su “fracaso sexual” y justifican el uso de la violencia hacia ellas. En el posteo que el hijo de Luke menciona, Katie llamó incel (la denominación inglesa que se traduciría por “célibe involuntario”) a Jamie, lo que resultaría una afrenta importantísima para alguien que sostiene ese modelo tradicional y agresivo de masculinidad.
Algo de esa lógica de la comunidad de la manosfera se puede veren el cuarto capítulo, en el personaje del trabajador de la ferretería que se acerca a Eddie para manifestarle su apoyo y su creencia de que Jamie es inocente. No sólo por lo que dice (le propone armar un grupo: “Seríamos muchos”) sino por su lenguaje corporal.
La confusión de Luke durante la charla con su hijo muestra la clara brecha generacional. Todo un mundo paralelo con códigos que los adultos desconocen y que se arman en torno al culto a cierto tipo de masculinidad y, por ende, a cierto tipo de argumentación del odio.
Este padre se da cuenta de ese abismo entre los dos. Abandona su trabajo por un rato y lo invita a comer unas papas fritas antes de volver a casa.
“¡Te acaba de golpear una chica, idiota!” se escucha en el patio de la escuela secundaria. La sensación es caótica, la cámara gira en 360 grados mientras se arma un grupo alrededor de la trifulca que intenta registrar la escena con los celulares. Jade, la amiga de Katie (la adolescente asesinada), empujó y tiró al suelo a uno de los posibles cómplices del femicidio. ¿Es posible contener o acompañar a estos niños que viven en un mundo cuya violencia de alternancia entre la virtualidad y la realidad parece haberse ido de las manos incluso de los adultos? Esa pregunta me surge al ver las escenas de la escuela donde los chicos se escapan, corren y esquivan a las autoridades. ¿Cómo crecer en un mundo manejado por los likes y el registro constante de cada experiencia? ¿Cómo tramitar la ira? ¿Cómo frenar la viralización de la intimidad?
La serie no se propone dar pistas sobre los modos de acción, pero sí evidencia los puntos de quiebre donde estas cuestiones se vuelven problemáticas. Esa obsesión de los adolescentes varones por ciertos modos de considerar la masculinidad (desde una posición de superioridad) estalla en el pánico a ser llamado incel, esa supuesta afrenta de Katie que parece haber marcado a fuego a Jamie y colaborado con el motivo del crimen. Esto lleva a preguntarse sobre el acompañamiento de los adultos y las instituciones frente al entendimiento de los adolescentes de todo aquello que tiene que ver con los cambios físicos, los acercamientos sexuales y los ritmos que constituyen una ética amatoria. Educación Sexual Integral. ¿Nos suena?
El problema de la iniciación sexual no es nuevo como problema en nuestras sociedades occidentales. Lo que sí es nuevo es el acceso ilimitado a la información, que no se puede procesar de manera independiente. Ni siquiera los adultos sabemos cómo irnos a dormir sin el scroleo de imágenes que poblarán nuestro inconsciente y, por ende, nuestros sueños. En muchos casos la cuestión no es la prohibición o el control del acceso, se trata de la moderación, de calmar la compulsividad.
¿Se tratará de acompañar? ¿Cómo? ¿Con qué herramientas? Pienso en la escucha lenta, el acompañamiento sensible y la reflexión compartida. Y también pienso si estos podrían ser los puntos clave del armado de esquemas de cuidado que no son los pilares de lo que se asocia a ser un hombre. El cuidado vinculado a la masculinidad no es algo que nos enseñaron. Nuestros padres son los que no nos permiten llorar y, en general, dan el ejemplo con el silencio, antes que con la palabra. Como cuando Jamie llama por teléfono al suyo, le desea feliz cumpleaños y le cuenta que va a declararse culpable. Eddie simplemente deja de hablar.
“Debería haberlo hecho mejor” dice este padre al final de la serie,antes de abrazar al oso de Jamie en su habitación. La sensación de vacío colma un último primer plano cerrado, así, muy cerca de Eddie. Y nosotros también quisiéramos que lo que pasó sólo hubiera sido un mal sueño.