La Municipalidad de Villa Regina informa que, a partir de lo dispuesto en la Resolución N° 3455 del Ministerio de Salud de Río Negro, se suspende la realización de las Ligas Municipales de Fútbol: Veteranos, Femenino, LIMUFI y Futsal.
Esta decisión se enmarca en el artículo 2 de la mencionada Resolución que establece la suspensión de competencias deportivas, profesionales o amateurs, en espacios públicos o privados, sean éstos cerrados o al aire libre.
Desde la Comisión Directiva de la Federación de Asociaciones de Bomberos Voluntarios de Rio Negro, queremos expresar nuestro descontento con la Administración de la Provincia de Rio Negro por el importante atraso en el envío de los fondos correspondientes a los aportes de Casinos y Loterías y Edersa, destinados por ley al funcionamiento de las…
El Frente Renovador logró conformarse como partido en Córdoba, un trámite que le da al espacio liderado por Sergio Massa la herramienta legal que le permitirá a cientos de dirigentes del peronismo desplazados por el «partido cordobés» de Martín Llaryora tener un vehículo para competir o negociar en 2027; lógica que también se aplica a la lectura provincial.
Aunque no hay una intención de Massa de limar a Llaryora -con quien tiene una larga relación de amistad y sociedad política-, los delegados cordobeses son críticos del Gobierno provincial y dicen que «el Frente Renovador llegará con potencia negociadora ante un proyecto político que se está quedando sin ideas y bastante corto de votos», en alusión a la gestión Llaryora.
Del Frente Renovador no forma parte Natalia de la Sota; quien sí tuvo el apoyo explícito del espacio en la última elección. «Ni enojados ni empleados», dice Agustín González, el intendente de Cruz Alta, al expresar cuál es la relación con la diputada nacional. El Frente Renovador en Córdoba está presidido por Tania Kyshakevich, concejala de Deán Funes, ex legisladora y delasotista de la primera hora. González es el 2.
Ante la discusión que se viene en el peronismo nacional, la franquicia del Frente Renovador también aspira a ser la principal pata cordobesa del proyecto presidencial de la oposición, con una eventual candidatura de Axel Kicillof. El bonaerense no tiene nada en Córdoba. En ese marco, el FR cordobés mantiene la lógica del anclaje nacional.
Los referentes del massismo cordobés
Javier Taborda, Tania Kyshakevych y Agustín González
En los hechos, el sello también funcionará como ambulancia de los heridos a tres bandas que dejó la última elección: el kirchnerismo perdió una banca y está en proceso de retirada; el proyecto Provincias Unidas tiró a la banquina a cientos de dirigentes peronistas y De la Sota no terminó que concretar su ruptura con Llaryora.
El principal poder de daño del Frente Renovador está en cientos de localidades del interior cordobés donde el Gobierno provincial apuesta -al menos por ahora- al status quo: que siga gobernador quien gobierna. Esa fórmula choca cuando se aplica el criterio a los intendentes radicales socios de Provincias Unidas: el referente peronista le quiere ganar, y si no está el sello del PJ provincial, el Frente Renovador aparece como un vehículo.
Aunque el foco del FR no será la gestión Llaryora -«se equivoca solo», critican al gobernador los massistas por lo bajo-, barajan como posibilidad de conflicto que Llaryora prefiera confrontar en 2027, para que el FR se lleve la marca K. «Quizá no ganemos; pero si no estamos, podemos hacer perder», dicen respecto de la ingeniería electoral 2027.
La Municipalidad de Villa Regina informa que a partir de mañana viernes 31 de diciembre y hasta el domingo 2 de enero no funcionará la balsa en la Isla 58. El servicio se restablecerá el lunes 3 de enero en el horario habitual de 7 a 14 y de 17 a 20. Difunde esta nota
Un estudio publicado en PLOS ONE acaba de sacudir viejas certezas: la famosa cantera Rano Raraku, donde nacieron más de mil moai, no fue la fábrica centralizada de una élite todopoderosa, sino un entramado horizontal de talleres autónomos. Rapa Nui vuelve a demostrar que las grandes obras humanas también pueden surgir sin jerarquías.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable
Se identificaron diversos métodos de producción en los distintos talleres. Tres enfoques de tallado: (Izquierda) método “cara primero”, donde los rasgos faciales se delinean antes del cuerpo; (Centro) método “en bloque”, con contornos completos en todos los lados; (Derecha) método “de costado”, utilizado en paredes verticales del acantilado. Esta diversidad metodológica sugiere adaptaciones propias de grupos de producción autónomos.
La imagen repetida hasta el cansancio —la de un pueblo sometido a jefes tiránicos que exigían levantar estatuas gigantes— acaba de sufrir un golpe histórico. Un nuevo y monumental trabajo científico, publicado en PLOS ONE por un equipo multidisciplinario encabezado por Carl Philipp Lipo, reconstruyó con precisión milimétrica cómo funcionaba realmente la producción de moai en Rano Raraku, la cantera principal de la Isla de Pascua. El resultado es tan sorprendente como contundente: no había un mando único, no existían órdenes verticales que regularan la talla de estas figuras colosales, y la obra más famosa de Rapa Nui fue, en realidad, el producto de una red descentralizada de clanes trabajando en paralelo.
Lejos del mito del “imperio constructor”, la nueva evidencia indica que la sociedad rapanui —ya conocida por su organización en pequeños grupos familiares llamados mata— también producía sus moai de manera distribuida, comunitaria y competitiva. Y lo hacía con una coordinación que hoy, en pleno siglo XXI, muchos Estados envidiarían.
Un modelo 3D para mirar el pasado como nunca antes
El estudio ofrece algo inédito: la primera reconstrucción tridimensional completa de Rano Raraku, creada con más de 11.000 imágenes UAV mediante fotogrametría de última generación. Por primera vez se pudo observar la cantera no como un cúmulo de estatuas abandonadas, sino como un paisaje de producción organizado, con sus senderos, límites naturales, puntos de trabajo y secuencias de tallado.
El análisis detectó 30 focos de cantera independientes repartidos por todo el cráter. Cada uno tenía sus propios moai en distintas etapas de producción, sus propias zanjas de extracción, sus propios procedimientos técnicos y su propio espacio de trabajo delimitado por la geología. No se trata solo de grupos separados: se trata de talleres autónomos, probablemente gestionados por clanes distintos, que trabajaban simultáneamente.
Red de 30 focos de cantera distintos en Rano Raraku. Los polígonos amarillos señalan la distribución de los diferentes talleres, cada uno con conjuntos repetidos de elementos de producción. Este patrón respalda la hipótesis de una organización sociopolítica descentralizada en la producción de los moai.
Es decir: mientras un grupo tallaba desde la cabeza hacia abajo, otro comenzaba por el bloque completo; mientras unos esculpían en posición horizontal, otros lo hacían en inclinación; y mientras una comunidad definía primero el rostro, otra priorizaba la geometría del cuerpo.
La diversidad técnica no fue desorden: fue autonomía.
Los moai, obra de la cooperación horizontal
La estandarización visual de los moai —esa estética uniforme que recorre la isla— podría sugerir una dirección central, pero el trabajo de Lipo y colegas demuestra lo contrario: la unidad estilística coexistía con la independencia política.
Cada taller estaba limitado físicamente a apenas unos pocos talladores trabajando al mismo tiempo, quizá 4 a 6 artesanos directamente sobre la piedra, apoyados por 10 a 20 personas encargadas de herramientas, cuerdas y logística. Nada de grandes brigadas estatales ni ejércitos de trabajadores: eran grupos familiares, coordinados a través de tradiciones compartidas más que órdenes verticales.
El hallazgo, además, coincide con otras líneas de investigación arqueológica:
Los caminos de transporte de moai parten del volcán en forma radial, marcando circuitos autónomos de cada clan.
Los análisis de vivienda muestran núcleos residenciales independientes, sin arquitectura central.
Los estudios sobre herramientas de obsidiana revelan patrones localizados, sin circulación masiva entre grupos.
Los experimentos de transporte indican que 15 a 50 personas bastaban para mover incluso los moai más grandes.
Un rompecabezas que, pieza por pieza, arma la misma imagen: cooperación sin jerarquía.
Un golpe a los mitos de dominación y colapso
Durante más de un siglo, muchos estudios —y no pocos documentales sensacionalistas— imaginaron que semejante programa monumental solo podía haber surgido bajo una élite centralizada y coercitiva. Incluso se llegó a afirmar que la construcción de moai habría causado el “colapso” ecológico de la isla, forzado por líderes obsesionados con su propia gloria.
La nueva evidencia arqueológica es tajante: no hubo tal despotismo.
Los talleres múltiples, independientes y abiertos demuestran un acceso compartido a la cantera, sin señales de control represivo o exclusividad jerárquica. Las técnicas diferentes, las orientaciones variables, las decisiones locales de tallado y la falta de estandarización rígida dan cuenta de una organización respetuosa de la autonomía, donde la competencia entre clanes no impedía la construcción colectiva, sino que la impulsaba.
El hallazgo incluso dialoga con debates contemporáneos: la monumentalidad no necesita pirámides sociales. Los autores citan investigaciones —como las de Graeber y Wengrow— que muestran cómo las grandes obras humanas no siempre responden a estructuras verticales, y cómo las redes horizontales, basadas en cooperación, pueden generar resultados igualmente impresionantes.
Rapa Nui, una vez más, obliga a repensar los clichés del pasado.
Técnica de producción revelada mediante modelado 3D. Los moai inacabados, aún unidos a la roca madre por “quillas” en la parte posterior, muestran cómo los talladores trabajaban por debajo desde ambos lados hasta separar la figura del material original. Esta etapa de producción, difícil de documentar con métodos tradicionales, se vuelve visible en el modelo 3D.
Un modelo para el futuro: ciencia, memoria y cuidado del patrimonio
El relevamiento tridimensional no es solo un aporte académico: es también una herramienta clave para la gestión del patrimonio, especialmente tras el incendio de 2022 que alcanzó el cráter y preocupó a toda la comunidad rapanui.
El modelo, accesible públicamente, permite monitorear erosiones, daños por clima y presión turística. Por pedido de la Comunidad Indígena Ma’u Henua, se convirtió en una plataforma viva de protección del sitio, parte esencial del patrimonio mundial de la UNESCO.
Y vuelve a recordarnos que detrás de cada moai —esas figuras silenciosas que miran hacia el interior de la isla— no hubo un rey, ni un gobernador, ni un conductor supremo. Hubo familias, grupos pequeños, manos autónomas que tallaron piedra volcánica durante siglos, coordinándose sin obedecer a un poder central.
Una historia más humana, quizá más fraterna, y definitivamente más sorprendente.
A partir de este miércoles 3 se podrá visitar en el Galpón de las Artes la muestra ‘Improntas reginenses’ de María Cristina Bay. La apertura de la misma será a las 20 horas. Con su impronta Bay muestra un variado universo de sutiles y exultantes colores, colmados de riqueza visual y expresiva revalorizando y exhibiendo…
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