Robo y extorsión en Cipolletti: se llevaron una camioneta y pertenencias personales de una familia

Robo y extorsión en Cipolletti: se llevaron una camioneta y pertenencias personales de una familia

 

La inseguridad volvió a golpear a Cipolletti en la madrugada de este sábado. Pasadas las 3:30, una familia del barrio Antártida Argentina sufrió el robo de su camioneta Ford EcoSport gris (dominio KNN 387), que estaba guardada en el patio interno de su domicilio sobre calle Río Neuquén, entre Arenales y Fray Santa María de Oro.

La víctima, Pamela Leiva, relató la angustiante situación que vivió junto a su pareja y su hija. “Escuché un ruido mientras dormía, pero pensé que era de la calle. Minutos después golpearon mi puerta. Cuando salí, vi que me habían robado la camioneta”, explicó.

Cómo ocurrió el robo

El domicilio alquilado desde principios de año cuenta con un portón de rejas que separa la calle del patio donde guardaban el vehículo. Pese a que estaba cerrado con un candado nuevo y reforzado, los delincuentes lo forzaron para ingresar.

La maniobra se facilitó porque la camioneta estaba sin llave y con la puerta destrabada. Una vez dentro, los ladrones se llevaron además pertenencias personales y objetos de trabajo de gran valor.

Más que un vehículo: pérdidas personales y laborales

Para Pamela, el golpe más duro no fue únicamente la pérdida de la camioneta, sino también lo que había en su interior. “Se llevaron toda mi documentación personal, la billetera con DNI, licencia, tarjetas, papeles del auto y lo más valioso: los utensilios y elementos de trabajo de Royal Prestige, que son mi fuente de sustento diario”, lamentó.

Tras el hecho, la víctima realizó la denuncia en la comisaría cerca de las 4:30. Minutos después, efectivos policiales se presentaron en la vivienda, tomaron fotografías y recopilaron información preliminar. Sin embargo, la familia señaló que no hubo mayores avances.

El domicilio contaba con cámaras de seguridad, pero estas solo transmitían en directo y no grababan, lo que complica la identificación de los autores. Ante esto, Pamela pidió colaboración a la comunidad: “Si alguien tiene información, que la acerque a la comisaría más cercana. Es mi único medio de movilidad”.

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  • El gobierno neuquino ataca a los ceramistas

     

    Figueroa militarizó fábricas recuperadas en Neuquén. En la madrugada del jueves 29 de mayo un fuerte operativo de la Policía de la provincia junto a Gendarmería Nacional rodeó los predios de Fasinpat (ex Zanón) y Cerámica Neuquén, las emblemáticas fábricas recuperadas. Ambas están en conflicto ante los ataques del Gobierno y los tarifazos en la energía.

    Foto: Andrés Blanco @andresblanco_zn

    Por Mario Hernandez.

    Las gestiones obreras de Neuquén están atravesando una dura crisis, producto de los tarifazos, los ataques de los gobiernos y la negativa a otorgar créditos y financiamientos para la inversión en tecnología. En enero se sumó el corte de energía eléctrica en Cerámica Neuquén y el lunes 26 el corte de gas en esa misma fábrica y también en la ceramista Zanón.

    Están reclamando que el Gobierno cumpla el compromiso de conseguir una reunión con un proveedor de gas para normalizar la situación y que Camuzzi restituya el servicio. Por eso el mismo lunes movilizaron a Casa de Gobierno, donde no recibieron respuestas, por lo que el martes cortaron la ruta.

    Como el martes tampoco hubo noticias del Gobierno, el miércoles decidieron volver a la ruta. Pero un operativo de la Policía provincial y Gendarmería Nacional, que saturó la ruta y alrededores de las fábricas de efectivos y móviles, impidió el corte, aunque las y los obreros, acompañados por organizaciones solidarias, sostuvieron la protesta a la vera de la ruta, recibiendo el apoyo de la gente.

    Ambas fábricas se encuentran sobre la Ruta 7, divididas por una calle, en lo que se conoce como “la ruta del petróleo”, camino a Vaca Muerta. Paradójicamente, en la provincia de Vaca Muerta, el Gobierno no puede garantizar el servicio de gas para dos gestiones obreras, al igual que para miles de familias que no acceden a ese servicio elemental. Como denunciaron los obreros, “no creemos que un gobierno que está más tiempo en Houston visitando petroleras que en Neuquén, no pueda conseguir en treinta días una reunión con una proveedora de gas”.

    Como en la dictadura. Zanón y Cerámica Neuquén amanecieron rodeada de policías. Así actúa Figueroa. Igual que Bullrich.

    Como denunció el diputado del PTS-Frente de Izquierda, obrero de Zanón y secretario adjunto del Sindicato Ceramista, Andrés Blanco, “hoy Zanón y Cerámica Neuquén amanecieron rodeadas de policías, como en la dictadura. Así actúa Figueroa, igual que Bullrich. Queremos respuestas, no represión”.

    Blanco aseguró que “por más que nos quieran intimidar con este despliegue policial, no nos van a amedrentar, porque acá está en juego el plato de comida de nuestras familias. Nosotros queremos trabajar, y vamos a defender nuestras fábricas. En 24 años de gestión obrera pasamos por represiones, intentos de desalojos, crisis económicas y montón de adversidades, pero acá estamos de pie y no nos vamos a quedar quietos”.

    Por su parte Alejandro López, secretario general del Sindicato Ceramista aseguró que “ahora discutiremos en la asamblea nuestro plan de lucha, pero lo que sí está resuelto, lo que sí está definido, es que vamos a seguir en nuestro plan de lucha defendiendo nuestra fuente de trabajo, y para exigir que nos larguen la luz, el gas y poder seguir produciendo. Eso ya es una decisión tomada, más allá que ahora al frente de la fábrica hay un impresionante el despliegue policial, que no nos van a amedrentar”.

    Foto: Andrés Blanco @andresblanco_zn

    Jornada solidaria para el fondo de lucha de Cerámica Neuquén

    El domingo 4 de mayo desde muy temprano por la mañana, organizadores de la Comisión del Club junto a Ceramistas y una enorme delegación de la comparsa Jujeña “Los alegres del Norte”, se encontraron para impulsar una venta de empanadas y destinar lo recaudado al fondo de lucha de Cerámica Neuquén

    Desde hace unas semanas, los organizadores de la Comisión del Club Amistad Obrera vienen organizando esta actividad en común con trabajadores de la comunidad jujeña.

    Como decía Marce Lima, trabajadora del Hospital Castro Rendón y una de las impulsoras, el objetivo era aportar al fondo de lucha de los y las trabajadoras de la Cerámica Neuquén a quienes la empresa de luz Calf les cortó el suministro hace ya tres meses.

    Cuando la venta terminó se sientan en ronda y comparten el balance de la jornada. El primero de los trabajadores en tomar la palabra, es uno de los miembros de “Los Alegres del Norte” que decía: “Siempre venimos a hacer un asado y charlamos con Marce hacer unas empanadas para ayudar a los compañeros ceramistas. Lo que hablamos lo hicimos”.

    Otra de sus compañeras agregó: “Nosotros somos un grupo de gente jujeña que nos conocimos con los compañeros del Club Amistad Obrera y decidimos impulsar en común esta venta de empanadas para apoyar a los chicos de la Cerámica Neuquén. Y también pasar un buen rato, compartir y solidarizarnos, porque también se trata de eso”,

    Bernardo Retamales agradeció como obrero de la Cerámica y también como miembro de la Comisión del Club: “la idea fue trabajar sobre el fondo de lucha que hace más de tres meses no podemos trabajar y hacerlo en el club es ponerlo a disposición de los trabajadores. Los alegres del norte ya tienen a disposición el Club y por eso aquí hacen el Carnaval. Agradecerles en nombre de mis compañeros por haber puesto el cuerpo”

    “Gracias a todos por haber compartido esto, que es algo que habla de uno mismo, de mirar al prójimo y ver que está pasando por una mala situación. Lo que más me alegra que haya salido de otras personas, yo me solidarizo siempre con toda la gente que está pasándola mal para acompañar. Así que contento y viendo que surjan otras actividades que se puedan hacer. Y fuerza a la Cerámica Neuquén. ¡Vamos la resistencia!” culminó otro de los integrantes de “Los Alegres del Norte”.

    Se vendieron 62 docenas de empanadas, todo un éxito, por lo que en los próximos días compartirán el aporte específico que harán al fondo de lucha. Pero lo más importante, como decía uno de ellos, es que acá se siguen cultivando los valores de la amistad y la solidaridad entre laburantes.

    Foto: Andrés Blanco @andresblanco_zn

    Fuerte apoyo de la comunidad  

    “Así se hace”, “Así se lucha” “Fuerza”, “Vamos ceramistas carajo”, “Sabemos que están peleando por los puestos de trabajo”, junto a bocinazos y saludos, son algunas de señales de apoyo de la comunidad a los obreros y obreras de las cerámicas Neuquén y Zanón que, el lunes 2 de junio, se subieron a la Ruta Provincial N°7 para informar la grave situación que atraviesan las gestiones obreras.

    Del otro lado de la ruta, un operativo represivo montado por la Policía de la Provincia de Neuquén con transportes de la unidad especial, la montada y perros. Atrás de la fábrica, la Gendarmería nacional.

    Los obreros y obreras de la Cerámica Neuquén, Zanón y Stefani se encuentran en estado de asamblea permanente y movilización por el corte de luz, los cortes del suministro de gas, y la “militarización”, con las dos fábricas del Parque Industrial rodeadas, como única respuesta del gobierno de Rolando Figueroa al reclamo de los obreras y obreros que ven peligrar la continuidad de sus fuentes de trabajo.

    En una asamblea conjunta, las fábricas ceramistas lanzaron un plan de lucha en defensa de los puestos de trabajo y de las gestiones obreras. “Este lunes arrancamos con una volanteada en la puerta de la fábrica junto a los compañeros y compañeras de Zanón”, dijo Bernardo Retamales referente de la Cerámica Neuquén. La situación es desesperante: “Ya hace más de cuatro meses que no tenemos la luz, ahora con el gas cortado se hace muy difícil. Por eso largamos la campaña del Fondo de Lucha y actividades para sostener la lucha”.

    La bronca que crece entre los trabajadores y trabajadoras se transforma en lucha. “Hay mucho enojo con el gobierno, con la policía. Creen que es un ataque directo a la fábrica quererla cerrar y dejarnos a todos en la calle”, cuenta Retamales.

    “Estamos volanteando porque estamos al borde de que 200 familias se queden sin sustento. Esto ya lo vivimos. En la crisis de 2000-2001, ante la desesperación, tomamos las fábricas para ponerlas a producir y así generarnos nuestro propio trabajo. Hoy, la historia parece repetirse y nos retrotrae a esos momentos de incertidumbre y lucha”, agrega el referente de Zanón y diputado del Frente de Izquierda, Andrés Blanco.

    Funcionarios del gobierno asumieron el compromiso de intervenir y prorrogar los plazos de corte de gas para poder avanzar en la búsqueda de un proveedor, pero no cumplió. Se abrió una propuesta para evaluar reconvertir o diversificar la producción con el ministerio de Planificación e Industria, pero los planes a futuro quedaron en la nada. “A pesar de estos compromisos queda claro que el gobierno de Figueroa rápidamente monta protocolos represivos, pero en la provincia de Vaca Muerta, sigue sin dar una solución a nuestro reclamo”, afirmó Andrés Blanco.

    Los obreros y obreras de la Cerámica Neuquén, Zanón y Stefani se encuentran en estado de asamblea permanente y movilización por el corte de luz, los cortes del suministro de gas, y la “militarización”, con las dos fábricas del Parque Industrial rodeadas, como única respuesta del gobierno de Rolando Figueroa al reclamo de los obreras y obreros que ven peligrar la continuidad de sus fuentes de trabajo.

    “Estamos en la ruta por nuestros puestos de trabajo, porque nos cortaron el gas y sin gas no podemos producir”, cuenta, desde la Ruta 7, Sandra Villablanca obrera de Cerámica Zanón.

    “En defensa de nuestras fuentes de trabajo y por el plato de comida de nuestras familias estamos hoy reclamando, visibilizando nuestro conflicto, lo que está pasando en nuestras fábricas”, agrega Víctor de Cerámica Neuquén.

    “Hay enojo de la comunidad por el despliegue policial. Saben que ese dinero estuviera puesto en la Cerámica Neuquén, hoy tendría luz. El gobierno tiene que dar explicaciones”, denunció Natalio Navarrete, referente de la cooperativa Fasinpat.

    Foto: Andrés Blanco @andresblanco_zn

    Cerámicas Zanón y otras dos empresas autogestionadas, con el gas cortado

    Por Laura Vales

    Desde hace dos semanas, las cerámicas autogestionadas de Neuquén tienen cortado el gas. Los 200 trabajadores de las plantas de Fasinpat (ex Zanón), Cerámica Stefani y Cerámica Neuquén no están pudiendo producir debido a que la empresa distribuidora Camuzzi Gas del Sur les interrumpió el servicio. Las fábricas, aseguran en el sindicato ceramista, no tienen deuda con la distribuidora, sino que les cortaron el suministro porque les falta un contrato con una empresa proveedora. Responsabilizan de esa carencia a la inacción del gobernador Rolando Figueroa, un mandatario aliado de Milei.

    Las plantas venían produciendo con el sistema de “gas de última instancia”, un mecanismo excepcional que permite seguir recibiendo el combustible cuando se carece de un proveedor formal, pero a un precio mayor. La diferencia hace saltar el precio de 2,40 dólares (por millón de BTU) a 20 dólares.

    Al cortarles el suministro, Camuzzi alegó que las cerámicas ocasionaban un “desbalance” energético, achicando el excedente de gas para vender fuera de la provincia.

    Los organismos de Derechos Humanos respaldaron los reclamos por la reconexión de gas (en el caso de Cerámica Neuquén, también le cortaron la luz), y con las primeras protestas se desató una campaña mediática que cuestiona la gestión de las fábricas. La gobernación hizo saber que, en los últimos 20 años, las cooperativas recibieron aportes por 300 millones de pesos a través del ministerio de Desarrollo Social y de otras carteras, con el planteo de que la producción nunca terminó de despegar y sostenerse por su cuenta. Además, las cuestionan por haber sido la cuna de candidaturas como las de Raúl Godoy o Andrés Blanco, ambos en la dirigencia del PTS y el sindicato ceramista, que lograron escaños de la Legislatura de Neuquén.

    Desde el sindicato responden que la mayoría de los fondos del Estado que recibieron fueron por compras de su producción. “Muchos pagos de anticipos de compras fueron registrados por el Estado como aportes y ahora sostienen una mentira”, aseguró Blanco.

    Zanón fue ocupada en 2001 y puesta a producir de manera autogestiva a partir del año siguiente. La planta de Stefani -en Cutral Co- fue recuperada en 2010, mientras que la historia cooperativa de Cerámica Neuquén viene de 2014, cuando la empresa Villafranca la abandonó con deudas y sin pagar las indemnizaciones.

    Fuente: Página/12

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  • La Justicia Laboral revocó el rechazo inicial y aceptó un amparo de más de 20 gremios contra las resoluciones de Bullrich que atacan el derecho a huelga

     

    Foto: NA / Damián Dopacio.

    La decisión la tomó la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo. Tramitará la acción de amparo presentada por más de 20 organizaciones gremiales contra las Resoluciones 893/2024 y 901/2024 del Ministerio de Seguridad de la Nación. Aseguran que las normas implican la “criminalización del ejercicio del derecho a huelga”. Por InfoGremiales.


    La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo revocó este martes el rechazo inicial de una acción que denuncia la criminalización de la protesta gremial y la injerencia ilegítima del Ministerio de Seguridad, de Patricia Bullrich, en asuntos laborales.

    En una resolución clave para la defensa de los derechos sindicales, la Sala IX de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ordenó tramitar la acción de amparo presentada por organizaciones gremiales contra las Resoluciones 893/2024 y 901/2024 del Ministerio de Seguridad de la Nación.

    La demanda, promovida por más de 20 organizaciones sindicales, denuncia que las mencionadas resoluciones instauran un protocolo que permite la intervención de fuerzas de seguridad, la identificación de manifestantes y hasta la remisión de sus datos a la justicia penal, configurando un mecanismo de represión y criminalización del ejercicio del derecho a huelga.

    Según los actores, las normas atacadas constituyen una avanzada inconstitucional sobre la libertad sindical, permitiendo que una autoridad administrativa defina, sin control judicial, si una medida gremial constituye un “bloqueo” pasible de intervención policial, despido laboral o persecución penal. Todo ello, en abierta contradicción con la Constitución Nacional, los convenios de la OIT y tratados internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional.

    La Cámara, al revocar el fallo de primera instancia que había rechazado “in limine” la acción, sostuvo que el amparo sindical previsto en el artículo 47 de la Ley 23.551 es una herramienta procesal adecuada para cuestionar actos estatales que puedan interferir con el ejercicio regular de los derechos colectivos.

    Asimismo, destacó que las resoluciones emitidas por el Ministerio de Seguridad, en tanto podrían incidir sobre la actividad gremial en los ámbitos de representación de las entidades actoras, configuran un escenario que justifica la apertura del proceso y la revisión judicial, ante el riesgo cierto de afectación a garantías constitucionales vinculadas a la libertad sindical.

    Ahora queda por resolver la medida cautelar solicitada por el juzgado de origen, dónde se solicito la suspensión de las resoluciones ministeriales mientras se tramite el fondo de la cuestión.

    El fallo:

    Revoca Sentencia Interlocutoria Ordena

    Fuente: https://www.infogremiales.com.ar/la-justicia-laboral-revoco-el-rechazo-inicial-y-acepto-un-amparo-de-mas-de-20-gremios-contra-las-resoluciones-de-bullrich-que-atacan-el-derecho-a-huelga/

     

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  • Un encuentro para celebrar la identidad neuquina ¿Cómo será «Neuquén al Plato»?

     

    Villa El Chocón se convertirá en el epicentro de la gastronomía, el turismo, la cultura y la producción regional con la primera edición de “Neuquén al Plato”. Este evento, que se llevará a cabo de 11 a 18 en el Restaurante URO, ubicado en el Camping Municipal, promete ser una experiencia única con entrada libre y gratuita.

    El próximo 23 de agosto se realizará un evento organizado por el Restaurante URO con el apoyo del municipio local, el Ministerio de Turismo provincial y Neuquentur SE, el encuentro busca destacar los sabores autóctonos y el trabajo de los productores locales. “Es una oportunidad para mostrar el producto no solo al turismo, sino también para que la gente local retome esas costumbres y lleve esos sabores a sus casas”, expresó el chef Cristian Alfaro en una entrevista en AM Cumbre 1400.

    Cristian Alfaro, uno de los chefs embajadores de la Ruta de la Gastronomía Neuquina, destacó la riqueza de los productos locales y la importancia de revalorizarlos. “Tenemos una gran variedad de productos muy ricos, como hongos de pino, pollos de chacra o truchas, que a veces no se consumen tanto localmente”, señaló Alfaro. Este evento no solo celebra la cocina neuquina, sino que también busca fomentar el consumo de ingredientes autóctonos, como aceites de oliva, miel de Aluminé y pescados de los lagos regionales, para fortalecer la economía local y preservar las tradiciones.

    El evento contará con un menú diseñado por destacados chefs de la región, entre ellos Sebastián Caliva, Martín Páez, Claudio Abraham, Nahuel Sepúlveda, Emanuel Antimi y el propio Alfaro. Los platos, que incluirán desde guisos de lentejas con chorizo de ciervo hasta truchas a la llama y sandwiches de chorizo de ciervo con pan de manzana, estarán elaborados con ingredientes que rinden homenaje a la tierra neuquina. “Cada plato rescata los productos de la Patagonia y los eleva con creatividad y sentido de pertenencia”, afirmó Alfaro, subrayando el compromiso de los cocineros con la identidad regional.

    Un aspecto distintivo de “Neuquén al Plato” es su vínculo con la educación. Los estudiantes de la Tecnicatura Superior en Gastronomía de Villa El Chocón participarán activamente, poniendo en práctica sus conocimientos junto a los chefs profesionales. “Nos interesa apoyar a las tecnicaturas que se están formando en la provincia, como las de Zapala, Picún Leufú o El Chocón. Es una gran oportunidad para los chicos que están estudiando y para fomentar la gastronomía local”, explicó Alfaro, destacando la importancia de estas iniciativas para el desarrollo profesional y económico de la región.

    Un evento para toda la familia

    Además de la oferta gastronómica, el evento incluirá espectáculos musicales, grupos de danza y actividades turísticas organizadas por prestadores locales, como circuitos en bicicleta, observación del cielo nocturno y experiencias de pesca deportiva. La entrada libre y gratuita asegura que todos puedan disfrutar de esta celebración. “Va a ser un día hermoso, con buena gastronomía, bodegas locales y música. Los esperamos a todos”, invitó Alfaro, entusiasmado por recibir a visitantes y locales en Villa El Chocón.

    Durante la entrevista, Alfaro reflexionó sobre la necesidad de valorar los recursos regionales, como los hongos de pino, los cerdos de chacra y los pescados de los lagos. “Hay buena cantidad de cerdo y hongos en la zona, pero no los consumimos tanto. Si no apoyamos al productor local, esas tradiciones se pierden”, advirtió. Hizo un llamado a los neuquinos para que incorporen estos productos en sus hogares, destacando su calidad y frescura frente a opciones industriales importadas.

    “Neuquén al Plato” no es solo un evento gastronómico, sino un movimiento para reconectar con las raíces y promover el desarrollo sostenible de la región. Con un enfoque en la calidad, la creatividad y la identidad, esta primera edición promete dejar una huella en Villa El Chocón y sentar las bases para futuras celebraciones. Como expresó Alfaro: “Queremos que la gente retome el producto local, que lo lleve a la mesa en el hogar y que juntos construyamos una gastronomía que nos represente”.

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  • ¿Esto sigue siendo neoliberalismo?

     

    El segundo mandato de Trump marca el fin de una era, pero no el fin del dominio incontrolado del capital sobre nuestra sociedad. Entrevista a Vivek Chibber| Traducción: Florencia Oroz (JacobinLat).


    Los últimos cincuenta años han sido una era de dominio indiscutible del mercado en todos los ámbitos de la vida. Pero la agitación global provocada por la guerra comercial de Donald Trump ha suscitado no pocos interrogantes acerca de si estamos asistiendo al desmoronamiento del orden neoliberal.

    Melissa Naschek conversó con el editor de Catalyst, Vivek Chibber, para hablar acerca de las consecuencias de la política de aranceles de Trump, el auge del populismo de derecha en el mundo y sobre si la era neoliberal ha llegado realmente a su fin.

     

    MN

    Vivek, ya llevamos bastante tiempo con la presidencia de Trump, así que tenemos una idea bastante clara de cuál es su agenda. ¿Alguna vez imaginaste que sería así?

    VC

    No creía que fuera a cambiar tanto con respecto a su primera presidencia, a su primera administración. Así que más o menos sabía qué tipo de políticas iba a seguir. Pero el caos, la agresividad y la especie de manía que lo caracterizan… No creo que nadie esperara que llegara a este nivel. Así que es una combinación: sí, está haciendo lo que esperábamos, pero lo está haciendo de una forma mucho más agresiva y decidida, hasta el punto de que ha sacudido el conjunto de la economía política y la cultura.

     

    MN

    Si nos fijamos en los seguidores de Trump, hay una parte de su base que no podría estar más contenta, probablemente porque no esperaban que llegara tan lejos. Y luego lo hizo. Después hay otra parte que apostó todo el tiempo a que su presidencia iba a ser básicamente una copia de su primer mandato. Y ahora están enfadados con él por estar haciendo todo esto.

    VC

    Dentro de su base hay un llamamiento a cambiar el sistema, a derribar cosas, a destrozar las instituciones. Y esta vez ha venido preparado para hacerlo. Y si eso es lo que querías ver, sí, tienes que estar contento si eres partidario de Trump.

     

    MN

    Creo que eso es cierto, si realmente creías en sus palabras. Pero creo que mucha gente no lo creía, y lo interesante esta vez no es solo la intensidad de su agenda y sus políticas, sino también hasta dónde está llegando, lo que ha hecho que algunas personas empiecen a preguntarse si esto es algún tipo de punto de inflexión no solo en la historia política estadounidense, sino en todo el sistema económico mundial o más concretamente, si la nueva agenda de Trump significa el fin del neoliberalismo.

    VC

    Yo diría que hay un punto de inflexión en muchos sentidos. Mucha gente lo cree ahora. Da la sensación de que no hay vuelta atrás al capitalismo de la era Bush-Obama, que ha habido un cambio en la cultura política, pero también en el tipo de paquetes de medidas que podemos esperar ver ahora. Así que creo que ha habido un cambio en la cuestión del neoliberalismo. Es un poco más confuso, así que intentemos profundizar un poco en ello.

     

    MN

    Teniendo esto en cuenta, ¿crees que Trump es realmente el fin del neoliberalismo?

    VC

    No sé si Trump es el fin del neoliberalismo. Sí creo que estamos en una fase del capitalismo, o supongo que la gente lo llama ahora capitalismo tardío. No estoy muy seguro de lo que significa.

     

    MN

    En algún momento se nos acabarán las etapas tardías.

    VC

    En los años 80 existía el término «capitalismo tardío»; Ernest Mandel escribió un libro en los años 70 titulado Capitalismo tardío. De alguna manera se transformó en «fase tardía», y eso hace que parezca que está a punto de morir o algo así, que se encuentra en sus últimas etapas y que solo estamos viendo cómo se va encogiendo poco a poco hasta convertirse en una pequeña bolita.

     

    MN

    Es el capitalismo metastásico.

    VC

    Nos encontramos en una especie de punto de inflexión en nuestra economía política. Y el neoliberalismo, como palabra, se utiliza para describir todas estas dimensiones de la economía política: la dimensión global, la dimensión nacional. Sus componentes políticos, sus políticas económicas, las relaciones laborales, todas estas cosas entran en la categoría del neoliberalismo, y empieza a convertirse en algo tan amplio que no tiene mucho peso analítico.

    Creo que ahora estamos viendo algunos cambios importantes en él. Así que, en el fondo, lo que la gente entiende por «neoliberalismo» es simplemente un alejamiento del tipo de régimen regulador distributivo de los años 50, 60 y 70, que también tenía un lugar para el trabajo.

     

    MN

    También conocida como la economía de posguerra y la llamada «edad de oro del capital».

    VC

    Sí, la edad de oro del capital. En términos generales, el capitalismo social y democrático se aleja de eso hacia un régimen económico más desregulado y basado en el mercado. Se llama neoliberalismo porque es una nueva forma de liberalismo.

    Entonces, ¿qué es el neoliberalismo? Lo que se entiende por eso no es el liberalismo político, el liberalismo de los derechos y de la fuerte inclusión política. Lo que quieren decir es una economía desregulada, como la que había en el siglo XIX. Así que el neoliberalismo significa una nueva versión del capitalismo del siglo XIX, que dio lugar a todos esos gigantescos movimientos sociales que nos dieron el Estado de bienestar. Por lo tanto, se supone que el neoliberalismo significa, en términos generales, un giro hacia formas mercantilizadas de intercambio y distribución sin la intervención del Estado en las transacciones del mercado ni en la distribución de los ingresos.

    Si eso es lo que entendemos por neoliberalismo, y nos preguntamos: «¿Es este el fin?», la respuesta es no. Pero lo interesante es por qué la respuesta es no. Hay un aspecto en el que algo ha llegado a su fin, y eso es lo que la gente señala cuando se pregunta: si el neoliberalismo podría estar llegando a su fin. El primero es el apoyo social a todas estas políticas; el segundo es la dimensión global de esas políticas.

     

    MN

    ¿A qué te refieres con el apoyo social al neoliberalismo?

    VC

    Perry Anderson escribió este artículo en 2000, cuando se relanzó la revista New Left Review. La relanzó porque pensaba que estamos en lo que podría ser una era muy, muy larga de dominio del capital, tal vez llamada neoliberalismo. La idea era que esto requeriría una agenda intelectual completamente nueva para darle sentido.

    Y en ese momento, en ese artículo, Anderson hizo la observación de que la ideología del neoliberalismo —la ideología que celebra los mercados, el individualismo y un Estado muy minimalista— es muy hegemónica. La comparó con el poder de la Iglesia cristiana en la Edad Moderna y la Edad Media. Anderson pensaba que la ideología neoliberal era extremadamente poderosa. Lo que eso sugería en ese momento era que el neoliberalismo había tenido éxito como programa político, en parte porque había conseguido el apoyo de la población a través de esta ideología.

    Así que cuando hablamos de los apoyos sociales del neoliberalismo, lo que se transmite es la sensación de que no solo existía un consenso dentro de las clases dominantes y la clase política en favor de una economía política mercantilizada, sino que también se había ganado el consentimiento de las masas a través de diversos medios.

    Y ahora ese apoyo se ha derrumbado. ¿Cómo se ha derrumbado? Bueno, a partir de la época de Occupy Wall Street quedó claro que las enormes desigualdades que se habían acumulado en la década de 1980 y 1990 y principios de la de 2000 se habían vuelto tan marcadas que se produjo un rechazo cultural generalizado y una sensación generalizada de que las personas no solo debían tener derechos políticos, sino también económicos.

    Esto va en contra del espíritu neoliberal, que dice: «Tus únicos derechos son los derechos políticos en la economía». Obtienes lo que te da el mercado. Esa es la ideología del neoliberalismo. Ahora bien, mi opinión es que nunca ha habido un gran apoyo social al neoliberalismo. Creo que la gente siempre lo ha odiado. Creo que la gente odiaba tener que luchar por un trabajo, tener que luchar constantemente por su salario. Creo que odiaban la inseguridad que conllevaba, el retroceso del Estado de bienestar.

    Así que lo que cambió a partir de 2010 no fue que el apoyo al neoliberalismo se desmoronara. Fue que la ira contra el neoliberalismo finalmente se unió. Y, en mi opinión, los izquierdistas y los teóricos críticos de los años noventa y principios de los dos mil, que intentaban aplicar la teoría gramsciana sobre cómo se genera el consentimiento en el capitalismo y cómo el neoliberalismo y el thatcherismo generaron el consentimiento, estaban completamente equivocados.

     

    MN

    Una pregunta que tengo al respecto es que no es que no haya habido resistencia política hasta ahora. A lo largo de esta época ha habido intentos constantes, especialmente por parte de los republicanos, de amenazar con recortar estas prestaciones, en particular la seguridad social. Y cada vez que eso ocurre, por ejemplo, siempre hay una gran presión por parte de grupos sin ánimo de lucro y grupos de estadounidenses de edad avanzada para que acudan a los ayuntamientos a decirles a los republicanos: «No se atrevan a tocar mis prestaciones», y luego votar en contra de ellos en las elecciones de mitad de mandato como una especie de castigo.

    ¿En qué se diferencia este tipo de tensión política de las batallas anteriores para, por ejemplo, proteger el Estado de bienestar de los recortes, algo que habría estado en línea con el neoliberalismo?

    VC

    No ha habido grandes movilizaciones sociales desde la década de 1980, ni en apoyo de la seguridad social ni de ninguna otra causa. La resistencia a su desmantelamiento ha sido casi exclusivamente electoral y de presión. El fracaso de los republicanos y los demócratas a la hora de reducir el Estado de bienestar estadounidense no se debe a que el electorado o los trabajadores se hayan unido y hayan lanzado campañas masivas para frenar su agenda. Se debe a que cada vez que lo han intentado, han perdido las elecciones. Perdieron en las elecciones de mitad de mandato, y eso es lo que estamos viendo ahora mismo en la lucha por Medicaid en la agenda fiscal de Trump.

    Ahora bien, ese es un tipo diferente de resistencia. Es una resistencia a desmantelar ciertas políticas. Existe un tipo diferente de resistencia al capitalismo que tiene una agenda positiva, que no consiste solo en poner palos en las ruedas de los liberalizadores, sino en conseguir nuevos derechos dentro del capitalismo que antes no existían. Eso es lo que hizo el New Deal. En mi opinión, es inexacto decir que el apoyo al neoliberalismo se ha derrumbado. Es más exacto decir que la tolerancia hacia el neoliberalismo se ha derrumbado.

    Nunca ha habido una opinión mayoritaria entre los trabajadores y la gente corriente de que el thatcherismo y el reaganismo sean cosas buenas. En el mejor de los casos, había una aceptación a regañadientes, pero en su mayor parte había una sensación de resignación.

     

    MN

    Creo que eso encaja bien con tus comentarios sobre la distinción entre movimientos sociales y comportamiento electoral, debido al ejemplo tan citado de «en realidad, fue una decisión popular que se tomó para tener algo parecido al neoliberalismo». No sé si la gente vota exactamente por eso, pero el voto de la clase trabajadora a Reagan es un ejemplo muy citado de «bueno, esto es lo que quería la gente». Lo aceptaron activamente.

    VC

    No, no hubo aceptación del programa económico de Reagan. No hubo aceptación de lo que se conoció como reaganismo. Hubo una revuelta contra los demócratas. Hubo una revuelta contra el shock de Volcker, las subidas masivas de los tipos de interés, el desempleo que generó, pero nunca hubo la sensación de que lo que queríamos era un retroceso de nuestros derechos económicos y del Estado de bienestar. Ese es un argumento de ciertos intelectuales liberales de la derecha, pero es profundamente erróneo.

    Creo que la forma correcta de describir lo que ha cambiado es que el público ya no está dispuesto a tolerar lo que se le ha vendido durante treinta años, que es el neoliberalismo. Hay una ira dentro de la cultura y una demanda de algún tipo de cambio, diferente de lo que vimos en los años noventa y dos mil.

    Así que, aunque es un error describirlo como un colapso del apoyo al neoliberalismo, esa descripción sí que da en el clavo en algo, y es que las élites políticas no pueden dar por sentado que pueden salirse con la suya con las políticas sociales mercantilizadas que han aplicado durante los últimos treinta años. Ahora lo saben.

    Es un cambio importante. Porque hay una agitación dentro de la cultura política en la que se entiende que las élites políticas van a tener que cambiar, de forma drástica, la forma en que han estado haciendo las cosas.

    ¿Significa eso que van a alejarse del reaganismo, del thatcherismo, de lo que conocemos como neoliberalismo? La respuesta es, en gran medida, no. Hay un componente que están cambiando: lo que llamamos «globalización». Sin embargo, yo diría que el fin de la globalización, si queremos llamarlo así, no es el fin del neoliberalismo. Es simplemente un cambio dentro de una dimensión del neoliberalismo.

    El neoliberalismo tenía dos dimensiones. Estaba el frente interno y estaba el frente internacional. El frente internacional se ocupaba de cuestiones como los tipos de cambio, cosas por el estilo. Sin duda, está experimentando un cambio importante. Pero en cuanto a cómo los Estados y la clase capitalista se ocupan de la economía nacional —cómo acumulan capital, cómo obtienen sus beneficios, cómo tratan a los trabajadores y al Estado de bienestar—, no hay ningún indicio de que eso vaya a cambiar.

     

    MN

    ¿Podría hablar un poco más sobre su segundo punto, la base del neoliberalismo, concretamente la base política del neoliberalismo?

    VC

    Una vez que entendemos que el neoliberalismo no surgió porque las masas lo exigieran, la pregunta es: ¿cómo surgió? Bueno, surgió porque en Estados Unidos, y podemos limitarnos a Estados Unidos, se produjo un cambio en la forma en que la clase política y económica estadounidense entendía cómo reactivar el crecimiento y los beneficios.

    Desde finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta, la economía estadounidense estuvo bastante estancada. A finales de los setenta, el consenso, especialmente en la comunidad empresarial, era que la forma de reactivar el crecimiento era, en primer lugar, reactivar la rentabilidad. Los beneficios de las empresas.

    Las ganancias corporativas se estaban viendo afectadas, decían, por todos los costos excesivos que el Estado de bienestar y los sindicatos les habían impuesto. El Estado de bienestar, con sus altos niveles de impuestos a los ricos y su gran cantidad de seguros sociales, que, según ellos, desmotivaban a los trabajadores.

    Y luego, por supuesto, estaban los sindicatos, con todas sus reivindicaciones sobre los ingresos de las empresas para conseguir salarios más altos, pensiones, prestaciones, cosas por el estilo. Así que la idea era que teníamos que recuperar la iniciativa —«teníamos» en referencia a la comunidad empresarial— para que, al rechazar todos estos costes, pudiéramos recuperar una mayor parte de nuestros ingresos y conservarlos como beneficios.

    Y una vez que obtenemos esos beneficios, podemos reinvertirlos y esa reinversión conducirá a mayores niveles de crecimiento. Ahora bien, esta era una perspectiva elitista. Para llevar a cabo esa perspectiva, tenían que lidiar con el hecho de que los sindicatos se opondrían a ella. El primer punto de su agenda era debilitar o incluso eliminar los sindicatos.

    Así que en los años 1970, lo que vemos es un ataque generalizado al movimiento sindical, y se hace por dos razones. Es un fin en sí mismo: se reduce el poder de los sindicatos y, con ello, se aumenta el propio poder en el lugar de trabajo como directivo. Se aumentan los beneficios porque los sindicatos pueden exigir menos.

    Pero también hay un beneficio político, que es que, una vez que los sindicatos desaparecen, desaparece la principal fuente de apoyo al Estado de bienestar. Y entonces puedes empezar a rechazar todos los costes que el Estado de bienestar te impone.

    Esa era la esencia. No se impuso mediante algún tipo de deseo masivo de la clase trabajadora por el neoliberalismo. Se les impuso. Y una vez impuesto, bueno, quisieron luchar. Pero si no tienes sindicatos, si todas tus instituciones sociales están siendo desmanteladas, ¿cómo vas a luchar? No queda nada. Lo único que te queda son las elecciones.

    Así que, una vez que lo único que les quedaba era el voto, en realidad se le facilitó mucho el trabajo a los partidos políticos, porque durante esos cuatro años, entre elecciones, tienes vía libre para hacer lo que quieras, porque no hay sindicatos ni instituciones sociales.

    Ese consenso dentro de la clase dominante en favor de este nuevo tipo de economía de mercado lleva más o menos cuarenta años vigente.

     

    MN

    Entonces lo que estás diciendo es que, a lo largo del neoliberalismo, ha habido un consenso en que el Estado de bienestar perjudica la rentabilidad de las empresas. Y que, a su vez, si queremos mejorar esa rentabilidad, tenemos que eliminar un obstáculo importante para la reforma del Estado de bienestar, que son los sindicatos.

    ¿Trump está desafiando, de alguna manera, todo ese consenso, porque es alguien que básicamente se presentó a las dos elecciones con el lema «No vamos a tocar el Estado de bienestar. No voy a hacer nada para quitaros vuestras prestaciones»? Y aunque no era explícitamente prosindical como Bernie Sanders, tampoco hizo campaña con un programa antisindical.

    De hecho, en su primer mandato, trabajó con los sindicatos para mantener sus puestos de trabajo aquí. Y al comienzo de su segundo mandato, se armó mucho revuelo por el hecho de que nombrara a un secretario de Trabajo que estaba a favor de la Ley Pro. Entonces, ¿son Trump u otros políticos como él, como Josh Hawley, de alguna manera diferentes?

    VC

    Es una buena pregunta, y debe abordarse en dos niveles diferentes. El primer nivel es: ¿Podrían estos políticos ser precursores de una especie de escepticismo elitista hacia el neoliberalismo? Una vez más, por neoliberalismo nos referimos al dominio sin restricciones de los mercados sobre nuestras instituciones sociales. Y el segundo nivel es: Incluso si son escépticos al respecto, ¿son escépticos respecto a la cuestión subyacente, que es la priorización de los beneficios empresariales y el poder directivo por encima de los intereses y las vidas del resto de la población?

    Creo que esa distinción se pierde a menudo en estas conversaciones. Empecemos por la primera pregunta. ¿Es posible que personas como Trump o Hawley sean escépticas respecto al dominio tradicional del libre mercado? Creo que la respuesta es sí, son escépticos en el sentido de que están dispuestos a alejarse de algunos de sus componentes en interés del proyecto de clase más amplio al que se han comprometido. Ahora bien, ese proyecto de clase más amplio es lo que trataré en la segunda dimensión de la que he hablado, pero el mero hecho de que estén interesados en cuestionarlo no debe eludirse ni minimizarse. Creo que es algo importante y que ha tenido eco entre la población.

    La razón por la que ha resonado en la población es porque, como he dicho antes, están muy enfadados. Ya no están dispuestos a tolerar el régimen tradicional. El dilema al que se enfrenta la clase dirigente estadounidense —y la europea— es que no son ellos los que quieren alejarse de cuarenta años de neoliberalismo. Es algo que les está siendo impuesto por la población.

    Entonces, lo que están tratando de averiguar es: ¿cómo podemos mantener los aspectos más amplios de nuestro poder sobre la población mientras reestructuramos las instituciones de alguna manera para absorber todos los ataques, las críticas y el resentimiento del electorado? Eso es lo que están tratando de hacer. Ahora bien, para lograrlo, puedes tener a alguien como Hawley diciendo: «Necesitamos preservar la red de seguridad social». Puedes tener a alguien como Trump diciendo: «No tocaré Medicaid ni Medicare».

    Pero hay que entender qué son esas cosas. No son, en modo alguno, una revitalización del Estado de bienestar. En el mejor de los casos, lo que dicen es que mantendrán el statu quo anterior. El statu quo anterior es lo que ha provocado toda la ira de la población en primer lugar. Así que no es una solución muy buena. Lo único que dicen es que no mantendrán el ritmo acelerado con el que han estado desmantelando todo y obligando a la gente a tragarse los mercados.

    Pero desde el punto de vista de la gente, no es nada. Es algo, ¿no? Y ahora están tan desesperados por algún tipo de alivio tras cuarenta años de miseria que una gran parte del electorado ve eso como algo a lo que aferrarse. Así que es muy posible que veamos a algunos sectores del Partido Republicano —e incluso a algunos sectores de la derecha europea— apoyar algún tipo de programa redistributivo débil. Y con eso nos referimos a algún tipo de Estado de bienestar débil. Es totalmente posible.

     

    MN

    Lo que están haciendo es simplemente no seguir atacando.

    VC

    Así es. Debemos entenderlo como una ralentización del ritmo del desmantelamiento, más que como una inversión del mismo.

     

    MN

    Correcto. Y es notable que Trump no esté siendo comparado con Roosevelt en este caso.

    VC

    No. Y ya sabes, el populismo en su momento significaba ataques masivos al poder de la élite. El populismo actual simplemente significa ralentizar los ataques a la clase trabajadora. Eso es todo lo que significa. De acuerdo. Pero mira, no es insignificante. Incluso Hawley, a quien la gente señala como precursor de los cambios dentro del Partido Republicano, está bastante aislado. En la actualidad, es muy reducido el contingente dentro del Partido Republicano que está interesado en preservar la red de seguridad social. Hay literalmente una docena, quizá dieciocho congresistas y un senador. Así que no estamos hablando de un cambio importante en el partido.

    Pero, de nuevo, no debemos ignorarlo. No es insignificante. Y si no fuera por ellos, ahora mismo veríamos en la reforma fiscal de Trump un ataque generalizado a Medicaid. Ahora bien, hay una cuestión más profunda, que es suponer que esa versión del Partido Republicano, ese ala del Partido Republicano, esa ala de la derecha europea, crece hasta cierto punto. Y  vemos un giro hacia los sindicatos y  vemos un giro hacia algún tipo de alejamiento del libre comercio y cosas por el estilo. ¿Significa eso el fin de los últimos cuarenta años de dominio de clase y poder de los empresarios? La respuesta tiene que ser no.

    Esto significa, en mi opinión, que el neoliberalismo no es el problema. Recuerden que empezamos diciendo que la esencia del neoliberalismo es un giro hacia el tipo de dominio de los mercados del siglo XIX. La cuestión es que lo que requiere una democracia plena no es tanto una reducción de los mercados en sí mismos, sino la plena participación de la gente común en las instituciones políticas que los gobiernan. Es posible que haya un dominio sin restricciones del capital en una situación en la que existen instituciones corporativistas.

     

    MN

    ¿Puede explicar qué es una institución corporativista y por qué sería compatible con el poder capitalista?

    VC

    Lo que intentamos comprender es: ¿qué necesitan los trabajadores para defender sus intereses en una situación en la que estos no coinciden con los de los ricos? La razón por la que la clase trabajadora luchó por la democracia es porque pensaba que las instituciones democráticas, el derecho al voto, serían una flecha más en su carcaj para intentar luchar por una vida digna en una situación en la que no tiene mucho control sobre las instituciones clave de la sociedad: el lugar de trabajo, el gobierno, cosas así.

    Así que pensaron que el voto era un elemento muy importante para ello, y los sindicatos son un elemento muy importante para ello. Ahora bien, el deseo de la clase dominante de desmantelar todas estas instituciones, como los sindicatos y otras instituciones sociales, se debía a que quería ejercer un dominio unilateral sobre la política y la economía.

    Hay varias formas de ejercer ese dominio unilateral. Una es a través de los mercados libres, pero también pueden hacerlo organizando a la sociedad civil en lo que se denomina organismos corporativos. No se trata de empresas. Se trata de entidades colectivas que organizan los intereses de las personas de alguna manera. Los sindicatos son un organismo corporativo. Las asociaciones cívicas son un organismo corporativo. Los partidos políticos también pueden ser un organismo corporativo.

    A menudo se olvida que en los años veinte y treinta, cuando la extrema derecha tenía el mayor poder que hemos visto en el último siglo, no lo hizo a través de los mercados libres. Lo hizo a través de lo que se denomina instituciones corporativistas. Es decir, sindicatos, asociaciones cívicas, grupos de ciudadanos. Todas estas cosas que asociamos con una democracia próspera también pueden ser instrumentos del poder capitalista. El ejemplo clásico de esto fue el fascismo.

    En el fascismo no imperaba el libre mercado, sino el dominio de las empresas a través de asociaciones cívicas y organismos ciudadanos. Incluso llegaron a controlar los sindicatos. La razón por la que señalo esto es que lo que la izquierda debería luchar no es por el fin del libre mercado en sí mismo, aunque eso es importante, sino por el fin de la hegemonía de las empresas sobre la sociedad.

    Esa hegemonía de la clase patronal puede ejercerse a través de los mercados libres, pero también a través de cosas como los sindicatos de empresa. Puede ejercerse a través de cosas como los grupos vecinales de derecha, cuya función real es vigilar a los ciudadanos. Puede ejercerse a través de unos medios de comunicación que, en apariencia, son libres, pero que en realidad están completamente controlados por sus propietarios privados, que los utilizan como instrumentos de propaganda.

    Eso significa que cuando vemos al Partido Republicano avanzar formalmente hacia el apoyo a cosas como alguna forma de sindicatos o instituciones sociales, no hay que tomarlo como una victoria de la izquierda. Porque, en el contexto de la hegemonía de los empresarios y las empresas sobre la política, estas aperturas hacia los sindicatos, etc., pueden volverse en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los intereses de los empresarios.

    Así que ahora mismo, cuando vemos a alguien como Trump o Hawley diciendo que debemos alejarnos del neoliberalismo, eso no significa que estén diciendo que debemos avanzar hacia el empoderamiento de los trabajadores. Podrían estar diciendo simplemente que necesitamos nuevas formas de control social. Y esas nuevas formas de control social, formalmente, en apariencia, pueden parecer realmente el tipo de instituciones que asociamos con una democracia próspera. Históricamente, el polo opuesto de una sociedad democrática, que es el fascismo, tenía todo tipo de instituciones que eran contrarias al libre comercio y al libre mercado, ninguna de las cuales favorecía los intereses de los trabajadores.

     

    MN

    Creo que tus comentarios aportan mucha claridad sobre el estado de la situación política. Pero probablemente el fenómeno más importante al que se refiere la gente cuando dice «esto significa el fin del neoliberalismo» son los ataques a la globalización y la supuesta desglobalización que está instaurando Trump. ¿Hasta qué punto cree que es legítimo? ¿Estamos desglobalizándonos?

    VC

    Creo que se puede decir que nos estamos desglobalizando si con ello nos referimos a que la expansión e integración continuadas de la economía global están llegando a su fin. No es que la integración esté llegando a su fin, sino que la expansión continua de la integración está llegando a su fin. Y eso, en realidad, si entendemos que la desglobalización lleva ya unos quince años en marcha, desde la crisis de 2008.

    Lo que vemos desde la crisis de 2008 es que el nivel de integración —si lo medimos cuantitativamente— de la economía global se ha estancado. Desde aproximadamente 1980 hasta 2010, fue en aumento. La economía mundial se fue integrando cada vez más. Alrededor de 2010 se estabilizó, lo que significa que no se desintegró, no se desmanteló la integración, sino que simplemente entró en una fase de estancamiento, con el nivel de integración existente más o menos igual.

    Eso significa el fin de la expansión de la integración global. ¿Es posible que empecemos a ver una reducción del grado de integración? Sin duda es posible. Pero si tuviera que aventurar una respuesta, diría que lo que veremos es una ligera reducción del nivel de integración y luego una nueva estabilización. Es decir, no se producirá una desglobalización continua a lo largo del tiempo. Lo que veremos es un descenso gradual del nivel de integración y luego una estabilización a partir de un punto determinado. Y la razón es sencilla: el grado de integración es tan grande que deshacerlo para volver a unas economías nacionales aisladas sería tan disruptivo que los gobiernos no podrían soportarlo.

     

    MN

    ¿Crees que las políticas comerciales de Trump son en parte responsables de esta dinámica?

    VC

    Sí, sin duda. Ha sido un acontecimiento cataclísmico. Ahora bien, aún es pronto y Trump ha dado marcha atrás en gran parte de lo que ha hecho. Pero ya se sabe que es el modus operandi de Trump. Subió los aranceles a niveles desorbitados, como si fuéramos a sufrir una catástrofe mundial, y ahora los ha rebajado a niveles simplemente muy altos, que no parecen catastróficos, pero que siguen siendo bastante elevados para los estándares históricos.

    Y nadie sabe dónde va a acabar todo esto. Pero tenemos que esperar una clara posibilidad de que se produzca un cierto grado de desintegración de esa integración.

     

    MN

    Las especulaciones que he oído sobre dónde acabaremos son vagas y ominosas, del tipo «no podemos volver atrás», y eso va de la mano con este comentario sobre cómo Trump ha dañado irreparablemente la reputación de Estados Unidos. Volviendo a nuestro episodio sobre el poder blando, la implicación es que lo que Trump está haciendo en esencia es desmantelar el imperio estadounidense, y eso se presenta como otro dato para decir: «Bueno, miren, el neoliberalismo está llegando definitivamente a su fin porque siempre ha coexistido con el imperio estadounidense».

    VC

    Hay cierta confusión, y eso se debe a que el neoliberalismo se ha convertido en un cajón de sastre que lo abarca todo. Así que creo que hay una reducción del imperio estadounidense, pero no es por culpa de Trump. Lo dije hace varios episodios: lo que Trump está haciendo es simplemente reconocer un hecho, que es que el poder geopolítico estadounidense ya no es incuestionable como lo era hace treinta o cuarenta años. El poder geopolítico se basa en última instancia en el dominio económico, y el dominio económico estadounidense en la economía mundial simplemente no es lo que era hace cuarenta años.

    Ahora hay países que han logrado ascender en la escala económica mundial. China es el mejor ejemplo, pero no es el único. En América Latina, economías como la de Brasil. En el sur de Asia, la economía india. Obviamente, está Rusia, que ha logrado defenderse de toda Europa que ha acudido en ayuda de Ucrania.

    Todo esto demuestra que Estados Unidos ya no puede seguir tomando decisiones unilaterales en la economía mundial, lo que significa que tiene dos opciones: o bien seguir con las fantasías de Biden, que consiste en seguir siendo una potencia política hegemónica a nivel mundial, aunque económicamente ya no pueda tomar decisiones, o bien reducir sus ambiciones políticas globales a la misma escala que sus ambiciones económicas, es decir, a la escala de su capacidad económica. O bien rebajar sus ambiciones políticas globales al mismo nivel que sus ambiciones económicas, es decir, a su capacidad económica.

    Y creo que si no hubiera sido Trump, si hubiera sido cualquier otra persona, habrían tenido que hacer lo mismo. Estados Unidos ya no puede tomar las decisiones. Por lo tanto, se está reduciendo el alcance de Estados Unidos a nivel mundial. ¿Significa eso que el imperio estadounidense se está reduciendo? Sí, tiene que ser así, porque un imperio es simplemente la influencia que se ejerce sobre otros países, y eso se va a reducir. No hay forma de evitarlo.

    ¿Significa eso que el imperialismo estadounidense está llegando a su fin? Por supuesto que no. Simplemente será una potencia imperialista más débil que hace cuarenta o cincuenta años. Entonces, cuando decimos que los aranceles están provocando el fin o el desmantelamiento de un aspecto del neoliberalismo, ¿significa eso que los trabajadores estadounidenses deberían apoyar el régimen arancelario? La respuesta es no, en realidad no, porque volvemos al punto que he mencionado antes, que el neoliberalismo no es el problema. El problema es si los trabajadores tienen algo que decir en lo que está pasando a su alrededor. Los aranceles no son un regalo para los trabajadores, sino para el capital. Lo que hacen los aranceles es reducir las amenazas competitivas a las que se enfrentan los empresarios por parte de sus rivales en otras partes del mundo.

    Eso sí que es un regalo para los empresarios. Hay una parte de la izquierda que piensa que si de alguna manera se recupera la industria manufacturera, se podrá volver a sindicalizar. No es así. Si nos fijamos en los nuevos talleres del mundo, ya sea en China, en algunas partes de la India o en algunas partes de América Latina, donde el capital ha fluido en los últimos veinte años para reactivar la industria manufacturera o para construirla, vemos que son talleres infernales.

    Las condiciones de trabajo allí son peores que las que hemos visto nunca en la industria manufacturera en cualquier parte del mundo. Peores que las de la industria manufacturera del siglo XIX en Inglaterra y Alemania. La industria manufacturera no significa el renacimiento de los sindicatos. La organización significa el renacimiento de los sindicatos, y lo cierto es que la clase empresarial ha aprendido en los últimos ochenta años a inmunizarse también contra los esfuerzos de organización dentro de la industria manufacturera. Llevan unas cuatro o cinco décadas de ventaja a la izquierda, que sigue viviendo en ese mundo fantástico de los años treinta y cuarenta, en el que, si se consigue la industria manufacturera, se repetirá la historia de esos años. No será así, porque las formas de poder y control gerencial han evolucionado enormemente desde entonces.

    Vamos a tener que idear estrategias de organización completamente nuevas, incluso en la industria manufacturera. Así que, aunque los aranceles de Trump devuelvan en cierta medida la industria manufacturera a Estados Unidos, lo que probablemente ocurrirá en cierta medida, eso no significa que vayan a volver los sindicatos. Eso depende de que los organizadores aprendan el nuevo panorama, no solo en los servicios, sino también en la industria manufacturera.

    No hay razón para suponer que, en este nuevo panorama, la vuelta de la industria manufacturera aumente la probabilidad de que surjan sindicatos y se organicen. Simplemente no hay razón para creerlo, porque el poder y las formas de control gerencial en la industria manufacturera son completamente diferentes a lo que eran en la década de 1930. Vamos a tener que reinventar el significado de la organización, lo que significa que «el fin del neoliberalismo» a nivel internacional en el régimen global no debe verse como una panacea ni como un regalo para la izquierda o los trabajadores per se. Es, en primer lugar, un regalo para el capital.

    Seguimos en la era del dominio incuestionable del capital. El hecho de que esté experimentando con nuevas formas institucionales no debe engañarnos.

     

    MN

    ¿Dices que ha habido algunos cambios políticos significativos en los últimos diez años, mientras que nuestra política estuvo marcada por Trump y su presencia, pero que esos cambios no han alterado realmente las dinámicas de poder fundamentales de la sociedad, sino que se han instituido para reforzarlas?

    VC

    Hay indicios de que la clase dominante y la clase política están muy inquietas. Les preocupa que ya no se pueda dar por sentada la tranquilidad de una población pacificada, abatida y cínica. Por eso están experimentando con nuevas instituciones sociales y económicas que podrían lograr dos cosas: en primer lugar, sofocar de alguna manera toda la ira y el resentimiento de la población y, en segundo lugar, preservar el desequilibrio básico de poder entre los detentadores de la riqueza y el resto de la población.

    Y lo que nosotros, como izquierdistas, no debemos hacer es dejarnos confundir por el hecho de que estén utilizando la retórica del antineoliberalismo y la retórica del antiliberalismo. No debemos confundir eso con la retórica del empoderamiento social. Porque eso nunca vendrá de arriba. Nunca vendrá de la derecha quitándose la venda de los ojos y diciendo: «Bueno, ahora queremos ser un partido de la clase trabajadora».

    Eso solo vendrá si los trabajadores y los ciudadanos de a pie imponen a estos centros de poder su propia visión de cómo sería una sociedad más democrática, e insisten en que las instituciones que están construyendo estén libres del control de los empresarios, libres del control de sus señores corporativos y políticos, y estén sujetas a sus propios dictados, a su propia toma de decisiones democrática. Nada de eso figura en la agenda de todo este populismo de derecha, ni siquiera en el populismo del Partido Demócrata.

    Porque, como he dicho antes, la lucha actual entre demócratas y republicanos es que los demócratas quieren una clase política más multirracial y socialmente heterogénea que gobierne al pueblo, y los republicanos están más contentos con una clase política más blanca y tradicional que gobierne al pueblo. Ninguno de estos dos partidos piensa en el 80% más pobre de la población.

    Y hasta que eso ocurra, es posible que se produzca un alejamiento de lo que se denomina neoliberalismo, que es el dominio de los mercados. Pero no se alejará el dominio de clase de los ricos y las élites sobre la población, porque pueden hacerlo a través de diversas instituciones, de las cuales solo una es el libre mercado.

     

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  • Escándalo en Discapacidad: el presidente de Suizo Argentina se entregó en la Justicia

     

    Este lunes, Jonathan Kovalivker, presidente de la farmacéutica Suizo Argentina, se entregó en los tribunales de Comodoro Py junto a su abogado, Martín Magram. El empresario está bajo investigación por el escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y presentó voluntariamente su teléfono celular a la Justicia.

    La causa se inició hace apenas cinco días y tiene como objetivo reunir pruebas sobre un posible esquema de sobornos en el área de Discapacidad.

    Avance de la investigación

    El juez federal Sebastián Casanello ordenó el bloqueo de cajas de seguridad pertenecientes a los exfuncionarios Diego Spagnuolo y Daniel Garbellini, así como de los empresarios Jonathan, Emmanuel y Eduardo Kovalivker. La medida fue enviada al Banco Central para evitar movimientos que dificulten la investigación.

    Este paso se suma a los allanamientos en domicilios de los acusados y al secuestro de teléfonos celulares y computadoras de la ANDIS.

    El viernes pasado, el hermano de Jonathan, Emmanuel Kovalivker, fue interceptado por la policía en Nordelta con $266.000 y $7.000.000 en efectivo. En paralelo, Jonathan logró escapar, presuntamente tras vaciar la caja fuerte de su dormitorio.

    Su presentación en Comodoro Py puso fin a la condición de prófugo, aunque la investigación continúa abierta para recolectar pruebas. Hasta el momento, ninguno de los acusados fue detenido, ya que la prioridad de la Justicia es preservar la evidencia.

    Suizo Argentina y los contratos millonarios

    La empresa Suizo Argentina acumula adjudicaciones millonarias con distintos ministerios y está en la mira por su rol de intermediaria en la provisión de medicamentos. Según especialistas, esta práctica encarece los costos y abre la puerta a la corrupción.

    Un caso emblemático ocurrió en 2022, cuando el Ministerio de Salud de la Nación adjudicó a la firma una licitación por $146.697.456 para la compra de medicamentos oncológicos, un 13% más de lo que el Estado había presupuestado. El contrato fue financiado por el Banco Mundial y tuvo como destino el medicamento Opdivo (nivolumab), del laboratorio Bristol Myers Squibb.

    La compañía fue la única adjudicataria, ya que la otra oferente, DNM Farma, quedó excluida por no presentar la autorización del fabricante.

    El historial de Suizo Argentina no se limita a la cartera de Salud. También ha sido proveedor recurrente de los ministerios de Seguridad y Defensa, además de haber acumulado al menos 18 compras millonarias bajo la órbita de la Policía Federal durante la gestión de Patricia Bullrich.

    Con presuntos vínculos políticos y empresariales de larga data, la firma se encuentra hoy en el centro de una de las investigaciones más sensibles en torno al uso de recursos públicos en el área de Discapacidad.

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  • Nuevo aumento de combustibles en las próximas horas: a qué se debe

     

    El gobierno nacional dispuso a partir del 1º de septiembre la actualización por inflación del impuesto a los combustibles líquidos y estableció un cronograma para recuperar los ajustes pendientes, que impactarán nuevamente en el precio en los surtidores.

    Lo hizo a través del Decreto 617/2025 publicado en el Boletín Oficial. Este decreto deroga el Decreto N° 466 del 27 de mayo de 2024 y sus modificatorios, los cuales habían postergado sucesivamente la aplicación de estos incrementos fiscales.

    Los montos fijos de estos impuestos se actualizan trimestralmente en función de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que publica el INDEC.

    Los incrementos correspondientes a actualizaciones del año calendario 2024 y del primer y segundo trimestre calendario del año 2025, que habían sido diferidos, serán aplicados conforme al siguiente esquema:

    • Primera Fase (del 1° al 30 de septiembre de 2025):

       ◦ Nafta sin plomo, nafta de más de 92 RON y nafta virgen: El Impuesto sobre los Combustibles Líquidos se incrementará en $10,523 por unidad de medida, y el Impuesto al Dióxido de Carbono en $0,645.

       ◦ Gasoil: El Impuesto sobre los Combustibles Líquidos se incrementará en $8,577, con un monto diferencial de $4,644 para ciertas áreas, y el Impuesto al Dióxido de Carbono en $0,978.

    • Segunda Fase (A partir del 1° de octubre de 2025):

       ◦ Se aplicará el incremento total acumulado en los montos de impuestos. Este incremento resultará de la adición de los remanentes de la actualización del año calendario 2024 y de las correspondientes al primer y segundo trimestre calendario del año 2025.

    La medida se encuadra dentro de la necesidad del gobierno de fortalecer las cuentas fiscales ante la posibilidad de tener que responder al paquete de leyes que aprobó el Congreso en las últimas semanas.

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