Qué dijo Marcos Ginocchio por el nuevo parte médico de Thiago Medina

Qué dijo Marcos Ginocchio por el nuevo parte médico de Thiago Medina

 

Marcos Ginocchio, ganador de Gran Hermano 2022, expresó su dolor por el nuevo parte médico de su amigo Thiago Medina, quien continúa en terapia intensiva peleando por su vida tras sufrir un violento choque con su moto.

Nuevo parte médico

Este miércoles Daniela Celis dio a conocer las últimas novedades sobre la salud del ex GH y reveló que podría pasar nuevamente por el quirófano. “Como ya es de público conocimiento, en las últimas 24 horas presentó nuevos registros febriles y se le realizará una fibrobroncoscopia. Esperamos resultados. Si su evolución es favorable Thiago podría ser intervenido quirúrgicamente en los próximos días”.

Ante el nuevo pronóstico no tan favorable, el salteño utilizó sus redes sociales para seguir difundiendo la cadena de oraciones que inicio Celis. 

“Buen padre. Buen hermano. Buen amigo. Mucha fuerza para Thiaguito», escribió el ganador del reality de Telefe junto a una imagen de Thiago con sus dos hijas.

«Las oraciones y la Fe llegan y ayudan como a veces no imaginamos”, afirmó Ginocchio.

El dolor que expresó en redes marcos ginocchio sobre su amigo Thiago Medina.

The post Qué dijo Marcos Ginocchio por el nuevo parte médico de Thiago Medina first appeared on Alerta Digital.

 

Difunde esta nota

Publicaciones Similares

  • Retenciones cero a los granos y tensión cambiaria: el plan del Gobierno para estabilizar dólares

     

    El Ejecutivo nacional anunció que no se cobrarán retenciones a los granos hasta el 31 de octubre, o hasta que se concreten declaraciones juradas de exportación por USD 7.000 millones, lo que ocurra primero. La decisión tiene como objetivo incrementar la oferta de dólares tras días de suba del tipo de cambio oficial, que alcanzó los $1.515, generando pérdidas superiores a USD 1.100 millones en las reservas del Banco Central.

    El anuncio fue realizado por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien destacó que la medida busca contrarrestar la incertidumbre generada por sectores críticos a la política económica: “Con el objetivo de generar mayor oferta de dólares durante este período, hasta el 31 de octubre habrá retenciones cero para todos los granos”.

    Alcance de la medida

    El alivio fiscal alcanza a soja, maíz, trigo, cebada, sorgo y girasol, según detallaron fuentes del Ministerio de Economía. La noticia sorprendió al presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, quien declaró haberse enterado del cambio mientras daba una entrevista en radio.

    La industria cerealera respaldó la decisión. Gustavo Idígoras, presidente de CIARA-CEC, señaló: “Apoyamos toda medida que implique eliminar las retenciones, aunque sea temporal. Falta ver los detalles operativos y cuándo se hará efectiva”. Por su parte, Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, calificó la medida como “una sorpresa” y la consideró un reclamo histórico del sector, con potencial para incentivar la venta de granos y, por ende, la oferta de dólares.

    La medida llega tras una semana de alta volatilidad en los mercados financieros, con subas de los dólares alternativos cercanas a los $1.600 y el dólar mayorista tocando el techo de la banda de flotación. Esta dinámica generó ventas del Banco Central, presión sobre las reservas y un aumento del riesgo país por encima de los 1.500 puntos, la cifra más alta del último año. La situación también impactó en acciones y bonos, reflejando desconfianza de los inversores internacionales y el elevado costo del financiamiento externo.

    En paralelo, la fuerte demanda de cobertura ante la incertidumbre económica profundizó la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, con consecuencias sobre la inflación y la estabilidad del mercado cambiario.

    Retenciones como herramienta de gestión

    No es la primera vez que el Gobierno utiliza la flexibilidad en retenciones a las exportaciones para influir en la dinámica cambiaria. A principios de 2025, se redujeron en un 20% los gravámenes al sector agropecuario hasta fines de junio, y se eliminaron para las economías regionales, buscando fortalecer la liquidación de divisas.

    Posteriormente, se restablecieron las retenciones sobre productos clave como soja y maíz para recomponer recursos fiscales y equilibrar el flujo cambiario. Las medidas muestran un patrón: ajustes temporales en los impuestos a las exportaciones orientados a aumentar la disponibilidad de dólares en momentos críticos, utilizando esta herramienta como mecanismo de gestión de reservas y estabilidad financiera.

    The post Retenciones cero a los granos y tensión cambiaria: el plan del Gobierno para estabilizar dólares first appeared on Alerta Digital.

     

    Difunde esta nota
  • Escándalo: suspenden a un jugador de Vélez por falsificar documentos para jugar con Malasia

     

    La FIFA sancionó al futbolista argentino Imanol Javier Machuca y a la Asociación de Fútbol de Malasia (FAM) por falsificación de documentos de elegibilidad. El jugador de Vélez fue suspendido durante un año y recibió una multa económica.

    El Comité Disciplinario del organismo internacional determinó que Machuca fue inscripto con documentación adulterada para representar al seleccionado malasio en las eliminatorias rumbo a la Copa Asiática de 2027. El caso salió a la luz después del partido disputado el 10 de junio de 2025 en Kuala Lumpur, cuando Malasia enfrentó a Vietnam por la tercera fase de clasificación.

    El ex Unión de Santa Fe integró la nómina junto a otros seis futbolistas de origen extranjero cuya presencia despertó sospechas inmediatas. Tras el reclamo formal, FIFA abrió un expediente en el que verificó irregularidades en los trámites de nacionalización deportiva presentados por la federación. El fallo determinó que la FAM manipuló documentación para acreditar la elegibilidad del mediocampista argentino y de los demás jugadores involucrados.

    Como sanción, Machuca recibió una multa de 2000 francos suizos y una suspensión de doce meses de toda actividad vinculada al fútbol, efectiva desde la notificación. La FAM, por su parte, deberá abonar 350.000 francos suizos por su responsabilidad directa en el montaje administrativo.

    La resolución afecta de lleno la carrera de Machuca, de 25 años, quien tras dejar el fútbol argentino encontró continuidad en Asia y fue uno de los nombres utilizados por Malasia para reforzar su plantel con futbolistas naturalizados. Su futuro inmediato queda en suspenso, ya que no podrá competir a nivel profesional hasta septiembre de 2026.

    El Comité Disciplinario derivó además el caso al Tribunal de Fútbol de FIFA, que deberá decidir si Machuca y los demás jugadores cumplen realmente con los criterios de elegibilidad para defender a la selección malasia. Hasta que se conozca esa resolución, su situación internacional permanece comprometida.

    FIFA notificó este jueves la decisión a la FAM y a los futbolistas. Según el reglamento, disponen de diez días para solicitar los fundamentos completos del fallo y de la posibilidad de presentar un recurso ante el Comité de Apelación.

    The post Escándalo: suspenden a un jugador de Vélez por falsificar documentos para jugar con Malasia first appeared on Alerta Digital.

     

    Difunde esta nota
  • Prisión preventiva para Facundo Jones Huala

     

    El juez de Bariloche Ezequiel Andreani dictó la prisión preventiva por 90 días al referente y lonko mapuche, Facundo Jones Huala. Alrededor de las 17 horas será trasladado a la Unidad 6 de Rawson, a más de mil kilómetros. La acusación está centrada en el contenido de un libro de poesía escrito por su autoría y también por algunas palabras que habría dicho en una presentación. Tanto el lonko como la familia Jones Huala tiene un largo historial de persecusión por su encendido discurso contra el Estado argentino y contra las multinacionales y empresarios que explotan la Patagonia. Como explicó el medio alternativo Prosa Urgente “esta decisión de neto corte fascista se da a pocas horas de conocerse el fallo proscriptivo a Cristina Fernández de Kirchner”. Por ANRed


    Facundo Jones Huala había sido detenido de forma irregular el pasado domingo. Los efectivos que lo arrestaron no presentaron orden judicial. La denuncia fue realiaza por el Ministerio de Seguridad Nacional a cargo de Patricia Bullrich y se basaba la acusación por «incitación a la violencia» en palabras que el lonko había expresado durante una presentación de un libro de poesía que el propio Facundo escrito el pasado verano.

    La Gremial de abogados que lleva adelante su defensa judicial ya había emitido un comunicado alertando sobre la audiencia que se realizó esta mañana y las irregularidades del proceso que hoy dicto prisión preventiva:

    EN UN MARCO DE INNUMERABLES Y GRAVES IRREGULARIDADES AVANZA EL PROCESO A FACUNDO JONES HUALA, FINALMENTE, LOS ABOGADOS DEFENSORES DE LA GREMIAL PUDIMOS ACCEDER A ALGUNA INFORMACIÓN (INSUFICIENTE) SOBRE LA AUDIENCIA FIJADA PARA MAÑANALA GRAVEDAD DE LA PRETENSIÓN FISCAL EN BASE A UN CÓDIGO “MODERNO”

    Para que quede claro: Facundo fue detenido irregular e ilegalmente, sin orden judicial.

    No se nos permitió hablar con él cuando nos llamó el oficial “de inteligencia de la Policía Federal” (sic) que era parte del grupo que lo detuvo y que nos informó de un número de causa hasta ahora inexistente y de una intervención del juez federal Andreani y la fiscal Pagano Mata.

    Más de 6 horas después “apareció” una orden y más de 40 horas después, finalmente, los defensores fuimos notificados por la autoridad judicial, y en forma confusa, de los delitos que se le imputan.

    También ahora nos enteramos de las cuestiones que la Fiscalía pretende tratar en esta audiencia “multipropósito”.

    Mientras tanto, todas las conversaciones que Facundo tuvo con sus defensores fueron con teléfonos en altavoz y en presencia (y atenta escucha) de personal de la Policía Federal.Con lo cual afectan el derecho de privacidad entre Defensor e Imputado.

    Ahora se nos informa que no está previsto el acceso por medio de videoconferencia (zoom, youtube, etc.) a todo aquel interesado en presenciar la audiencia, violando el principio de publicidad que supuestamente es uno de los ejes del Código de procedimientos vigente.

    Nosotros, en cumplimiento de lo que la norma mencionada manda informamos los datos de acceso a la plataforma zoom que se nos han enviado: ID. de reunión: 833 7803 0426 / Clave de acceso: 4607.

    La audiencia tiene hora de inicio prevista a las 9:00 de mañana 11 de junio.

    Por último queremos destacar algo que creemos de máxima gravedad (dentro de un panorama de hechos de por sí graves): nos acabamos de enterar, como dijimos, que la Fiscalía pedirá en la audiencia de mañana que el proceso contra Facundo se desarrolla según lo previsto en el Título IV del Libro Segundo (arts. 334 a 336) del Código Procesal Penal Federal vigente.A él nos remitimos y cualquiera que lo lea podrá apreciar la gravedad de esa pretensión.

    Somos conscientes que a muchos ni les interesará la suerte de Jones Huala.Algunos aplaudirán su detención.

    Sepan siempre que estas barbaridades que hacen con Facundo les puede tocar a cualquiera.

    Nadie se salva sólo.

     

    Difunde esta nota
  • ¿Esto sigue siendo neoliberalismo?

     

    El segundo mandato de Trump marca el fin de una era, pero no el fin del dominio incontrolado del capital sobre nuestra sociedad. Entrevista a Vivek Chibber| Traducción: Florencia Oroz (JacobinLat).


    Los últimos cincuenta años han sido una era de dominio indiscutible del mercado en todos los ámbitos de la vida. Pero la agitación global provocada por la guerra comercial de Donald Trump ha suscitado no pocos interrogantes acerca de si estamos asistiendo al desmoronamiento del orden neoliberal.

    Melissa Naschek conversó con el editor de Catalyst, Vivek Chibber, para hablar acerca de las consecuencias de la política de aranceles de Trump, el auge del populismo de derecha en el mundo y sobre si la era neoliberal ha llegado realmente a su fin.

     

    MN

    Vivek, ya llevamos bastante tiempo con la presidencia de Trump, así que tenemos una idea bastante clara de cuál es su agenda. ¿Alguna vez imaginaste que sería así?

    VC

    No creía que fuera a cambiar tanto con respecto a su primera presidencia, a su primera administración. Así que más o menos sabía qué tipo de políticas iba a seguir. Pero el caos, la agresividad y la especie de manía que lo caracterizan… No creo que nadie esperara que llegara a este nivel. Así que es una combinación: sí, está haciendo lo que esperábamos, pero lo está haciendo de una forma mucho más agresiva y decidida, hasta el punto de que ha sacudido el conjunto de la economía política y la cultura.

     

    MN

    Si nos fijamos en los seguidores de Trump, hay una parte de su base que no podría estar más contenta, probablemente porque no esperaban que llegara tan lejos. Y luego lo hizo. Después hay otra parte que apostó todo el tiempo a que su presidencia iba a ser básicamente una copia de su primer mandato. Y ahora están enfadados con él por estar haciendo todo esto.

    VC

    Dentro de su base hay un llamamiento a cambiar el sistema, a derribar cosas, a destrozar las instituciones. Y esta vez ha venido preparado para hacerlo. Y si eso es lo que querías ver, sí, tienes que estar contento si eres partidario de Trump.

     

    MN

    Creo que eso es cierto, si realmente creías en sus palabras. Pero creo que mucha gente no lo creía, y lo interesante esta vez no es solo la intensidad de su agenda y sus políticas, sino también hasta dónde está llegando, lo que ha hecho que algunas personas empiecen a preguntarse si esto es algún tipo de punto de inflexión no solo en la historia política estadounidense, sino en todo el sistema económico mundial o más concretamente, si la nueva agenda de Trump significa el fin del neoliberalismo.

    VC

    Yo diría que hay un punto de inflexión en muchos sentidos. Mucha gente lo cree ahora. Da la sensación de que no hay vuelta atrás al capitalismo de la era Bush-Obama, que ha habido un cambio en la cultura política, pero también en el tipo de paquetes de medidas que podemos esperar ver ahora. Así que creo que ha habido un cambio en la cuestión del neoliberalismo. Es un poco más confuso, así que intentemos profundizar un poco en ello.

     

    MN

    Teniendo esto en cuenta, ¿crees que Trump es realmente el fin del neoliberalismo?

    VC

    No sé si Trump es el fin del neoliberalismo. Sí creo que estamos en una fase del capitalismo, o supongo que la gente lo llama ahora capitalismo tardío. No estoy muy seguro de lo que significa.

     

    MN

    En algún momento se nos acabarán las etapas tardías.

    VC

    En los años 80 existía el término «capitalismo tardío»; Ernest Mandel escribió un libro en los años 70 titulado Capitalismo tardío. De alguna manera se transformó en «fase tardía», y eso hace que parezca que está a punto de morir o algo así, que se encuentra en sus últimas etapas y que solo estamos viendo cómo se va encogiendo poco a poco hasta convertirse en una pequeña bolita.

     

    MN

    Es el capitalismo metastásico.

    VC

    Nos encontramos en una especie de punto de inflexión en nuestra economía política. Y el neoliberalismo, como palabra, se utiliza para describir todas estas dimensiones de la economía política: la dimensión global, la dimensión nacional. Sus componentes políticos, sus políticas económicas, las relaciones laborales, todas estas cosas entran en la categoría del neoliberalismo, y empieza a convertirse en algo tan amplio que no tiene mucho peso analítico.

    Creo que ahora estamos viendo algunos cambios importantes en él. Así que, en el fondo, lo que la gente entiende por «neoliberalismo» es simplemente un alejamiento del tipo de régimen regulador distributivo de los años 50, 60 y 70, que también tenía un lugar para el trabajo.

     

    MN

    También conocida como la economía de posguerra y la llamada «edad de oro del capital».

    VC

    Sí, la edad de oro del capital. En términos generales, el capitalismo social y democrático se aleja de eso hacia un régimen económico más desregulado y basado en el mercado. Se llama neoliberalismo porque es una nueva forma de liberalismo.

    Entonces, ¿qué es el neoliberalismo? Lo que se entiende por eso no es el liberalismo político, el liberalismo de los derechos y de la fuerte inclusión política. Lo que quieren decir es una economía desregulada, como la que había en el siglo XIX. Así que el neoliberalismo significa una nueva versión del capitalismo del siglo XIX, que dio lugar a todos esos gigantescos movimientos sociales que nos dieron el Estado de bienestar. Por lo tanto, se supone que el neoliberalismo significa, en términos generales, un giro hacia formas mercantilizadas de intercambio y distribución sin la intervención del Estado en las transacciones del mercado ni en la distribución de los ingresos.

    Si eso es lo que entendemos por neoliberalismo, y nos preguntamos: «¿Es este el fin?», la respuesta es no. Pero lo interesante es por qué la respuesta es no. Hay un aspecto en el que algo ha llegado a su fin, y eso es lo que la gente señala cuando se pregunta: si el neoliberalismo podría estar llegando a su fin. El primero es el apoyo social a todas estas políticas; el segundo es la dimensión global de esas políticas.

     

    MN

    ¿A qué te refieres con el apoyo social al neoliberalismo?

    VC

    Perry Anderson escribió este artículo en 2000, cuando se relanzó la revista New Left Review. La relanzó porque pensaba que estamos en lo que podría ser una era muy, muy larga de dominio del capital, tal vez llamada neoliberalismo. La idea era que esto requeriría una agenda intelectual completamente nueva para darle sentido.

    Y en ese momento, en ese artículo, Anderson hizo la observación de que la ideología del neoliberalismo —la ideología que celebra los mercados, el individualismo y un Estado muy minimalista— es muy hegemónica. La comparó con el poder de la Iglesia cristiana en la Edad Moderna y la Edad Media. Anderson pensaba que la ideología neoliberal era extremadamente poderosa. Lo que eso sugería en ese momento era que el neoliberalismo había tenido éxito como programa político, en parte porque había conseguido el apoyo de la población a través de esta ideología.

    Así que cuando hablamos de los apoyos sociales del neoliberalismo, lo que se transmite es la sensación de que no solo existía un consenso dentro de las clases dominantes y la clase política en favor de una economía política mercantilizada, sino que también se había ganado el consentimiento de las masas a través de diversos medios.

    Y ahora ese apoyo se ha derrumbado. ¿Cómo se ha derrumbado? Bueno, a partir de la época de Occupy Wall Street quedó claro que las enormes desigualdades que se habían acumulado en la década de 1980 y 1990 y principios de la de 2000 se habían vuelto tan marcadas que se produjo un rechazo cultural generalizado y una sensación generalizada de que las personas no solo debían tener derechos políticos, sino también económicos.

    Esto va en contra del espíritu neoliberal, que dice: «Tus únicos derechos son los derechos políticos en la economía». Obtienes lo que te da el mercado. Esa es la ideología del neoliberalismo. Ahora bien, mi opinión es que nunca ha habido un gran apoyo social al neoliberalismo. Creo que la gente siempre lo ha odiado. Creo que la gente odiaba tener que luchar por un trabajo, tener que luchar constantemente por su salario. Creo que odiaban la inseguridad que conllevaba, el retroceso del Estado de bienestar.

    Así que lo que cambió a partir de 2010 no fue que el apoyo al neoliberalismo se desmoronara. Fue que la ira contra el neoliberalismo finalmente se unió. Y, en mi opinión, los izquierdistas y los teóricos críticos de los años noventa y principios de los dos mil, que intentaban aplicar la teoría gramsciana sobre cómo se genera el consentimiento en el capitalismo y cómo el neoliberalismo y el thatcherismo generaron el consentimiento, estaban completamente equivocados.

     

    MN

    Una pregunta que tengo al respecto es que no es que no haya habido resistencia política hasta ahora. A lo largo de esta época ha habido intentos constantes, especialmente por parte de los republicanos, de amenazar con recortar estas prestaciones, en particular la seguridad social. Y cada vez que eso ocurre, por ejemplo, siempre hay una gran presión por parte de grupos sin ánimo de lucro y grupos de estadounidenses de edad avanzada para que acudan a los ayuntamientos a decirles a los republicanos: «No se atrevan a tocar mis prestaciones», y luego votar en contra de ellos en las elecciones de mitad de mandato como una especie de castigo.

    ¿En qué se diferencia este tipo de tensión política de las batallas anteriores para, por ejemplo, proteger el Estado de bienestar de los recortes, algo que habría estado en línea con el neoliberalismo?

    VC

    No ha habido grandes movilizaciones sociales desde la década de 1980, ni en apoyo de la seguridad social ni de ninguna otra causa. La resistencia a su desmantelamiento ha sido casi exclusivamente electoral y de presión. El fracaso de los republicanos y los demócratas a la hora de reducir el Estado de bienestar estadounidense no se debe a que el electorado o los trabajadores se hayan unido y hayan lanzado campañas masivas para frenar su agenda. Se debe a que cada vez que lo han intentado, han perdido las elecciones. Perdieron en las elecciones de mitad de mandato, y eso es lo que estamos viendo ahora mismo en la lucha por Medicaid en la agenda fiscal de Trump.

    Ahora bien, ese es un tipo diferente de resistencia. Es una resistencia a desmantelar ciertas políticas. Existe un tipo diferente de resistencia al capitalismo que tiene una agenda positiva, que no consiste solo en poner palos en las ruedas de los liberalizadores, sino en conseguir nuevos derechos dentro del capitalismo que antes no existían. Eso es lo que hizo el New Deal. En mi opinión, es inexacto decir que el apoyo al neoliberalismo se ha derrumbado. Es más exacto decir que la tolerancia hacia el neoliberalismo se ha derrumbado.

    Nunca ha habido una opinión mayoritaria entre los trabajadores y la gente corriente de que el thatcherismo y el reaganismo sean cosas buenas. En el mejor de los casos, había una aceptación a regañadientes, pero en su mayor parte había una sensación de resignación.

     

    MN

    Creo que eso encaja bien con tus comentarios sobre la distinción entre movimientos sociales y comportamiento electoral, debido al ejemplo tan citado de «en realidad, fue una decisión popular que se tomó para tener algo parecido al neoliberalismo». No sé si la gente vota exactamente por eso, pero el voto de la clase trabajadora a Reagan es un ejemplo muy citado de «bueno, esto es lo que quería la gente». Lo aceptaron activamente.

    VC

    No, no hubo aceptación del programa económico de Reagan. No hubo aceptación de lo que se conoció como reaganismo. Hubo una revuelta contra los demócratas. Hubo una revuelta contra el shock de Volcker, las subidas masivas de los tipos de interés, el desempleo que generó, pero nunca hubo la sensación de que lo que queríamos era un retroceso de nuestros derechos económicos y del Estado de bienestar. Ese es un argumento de ciertos intelectuales liberales de la derecha, pero es profundamente erróneo.

    Creo que la forma correcta de describir lo que ha cambiado es que el público ya no está dispuesto a tolerar lo que se le ha vendido durante treinta años, que es el neoliberalismo. Hay una ira dentro de la cultura y una demanda de algún tipo de cambio, diferente de lo que vimos en los años noventa y dos mil.

    Así que, aunque es un error describirlo como un colapso del apoyo al neoliberalismo, esa descripción sí que da en el clavo en algo, y es que las élites políticas no pueden dar por sentado que pueden salirse con la suya con las políticas sociales mercantilizadas que han aplicado durante los últimos treinta años. Ahora lo saben.

    Es un cambio importante. Porque hay una agitación dentro de la cultura política en la que se entiende que las élites políticas van a tener que cambiar, de forma drástica, la forma en que han estado haciendo las cosas.

    ¿Significa eso que van a alejarse del reaganismo, del thatcherismo, de lo que conocemos como neoliberalismo? La respuesta es, en gran medida, no. Hay un componente que están cambiando: lo que llamamos «globalización». Sin embargo, yo diría que el fin de la globalización, si queremos llamarlo así, no es el fin del neoliberalismo. Es simplemente un cambio dentro de una dimensión del neoliberalismo.

    El neoliberalismo tenía dos dimensiones. Estaba el frente interno y estaba el frente internacional. El frente internacional se ocupaba de cuestiones como los tipos de cambio, cosas por el estilo. Sin duda, está experimentando un cambio importante. Pero en cuanto a cómo los Estados y la clase capitalista se ocupan de la economía nacional —cómo acumulan capital, cómo obtienen sus beneficios, cómo tratan a los trabajadores y al Estado de bienestar—, no hay ningún indicio de que eso vaya a cambiar.

     

    MN

    ¿Podría hablar un poco más sobre su segundo punto, la base del neoliberalismo, concretamente la base política del neoliberalismo?

    VC

    Una vez que entendemos que el neoliberalismo no surgió porque las masas lo exigieran, la pregunta es: ¿cómo surgió? Bueno, surgió porque en Estados Unidos, y podemos limitarnos a Estados Unidos, se produjo un cambio en la forma en que la clase política y económica estadounidense entendía cómo reactivar el crecimiento y los beneficios.

    Desde finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta, la economía estadounidense estuvo bastante estancada. A finales de los setenta, el consenso, especialmente en la comunidad empresarial, era que la forma de reactivar el crecimiento era, en primer lugar, reactivar la rentabilidad. Los beneficios de las empresas.

    Las ganancias corporativas se estaban viendo afectadas, decían, por todos los costos excesivos que el Estado de bienestar y los sindicatos les habían impuesto. El Estado de bienestar, con sus altos niveles de impuestos a los ricos y su gran cantidad de seguros sociales, que, según ellos, desmotivaban a los trabajadores.

    Y luego, por supuesto, estaban los sindicatos, con todas sus reivindicaciones sobre los ingresos de las empresas para conseguir salarios más altos, pensiones, prestaciones, cosas por el estilo. Así que la idea era que teníamos que recuperar la iniciativa —«teníamos» en referencia a la comunidad empresarial— para que, al rechazar todos estos costes, pudiéramos recuperar una mayor parte de nuestros ingresos y conservarlos como beneficios.

    Y una vez que obtenemos esos beneficios, podemos reinvertirlos y esa reinversión conducirá a mayores niveles de crecimiento. Ahora bien, esta era una perspectiva elitista. Para llevar a cabo esa perspectiva, tenían que lidiar con el hecho de que los sindicatos se opondrían a ella. El primer punto de su agenda era debilitar o incluso eliminar los sindicatos.

    Así que en los años 1970, lo que vemos es un ataque generalizado al movimiento sindical, y se hace por dos razones. Es un fin en sí mismo: se reduce el poder de los sindicatos y, con ello, se aumenta el propio poder en el lugar de trabajo como directivo. Se aumentan los beneficios porque los sindicatos pueden exigir menos.

    Pero también hay un beneficio político, que es que, una vez que los sindicatos desaparecen, desaparece la principal fuente de apoyo al Estado de bienestar. Y entonces puedes empezar a rechazar todos los costes que el Estado de bienestar te impone.

    Esa era la esencia. No se impuso mediante algún tipo de deseo masivo de la clase trabajadora por el neoliberalismo. Se les impuso. Y una vez impuesto, bueno, quisieron luchar. Pero si no tienes sindicatos, si todas tus instituciones sociales están siendo desmanteladas, ¿cómo vas a luchar? No queda nada. Lo único que te queda son las elecciones.

    Así que, una vez que lo único que les quedaba era el voto, en realidad se le facilitó mucho el trabajo a los partidos políticos, porque durante esos cuatro años, entre elecciones, tienes vía libre para hacer lo que quieras, porque no hay sindicatos ni instituciones sociales.

    Ese consenso dentro de la clase dominante en favor de este nuevo tipo de economía de mercado lleva más o menos cuarenta años vigente.

     

    MN

    Entonces lo que estás diciendo es que, a lo largo del neoliberalismo, ha habido un consenso en que el Estado de bienestar perjudica la rentabilidad de las empresas. Y que, a su vez, si queremos mejorar esa rentabilidad, tenemos que eliminar un obstáculo importante para la reforma del Estado de bienestar, que son los sindicatos.

    ¿Trump está desafiando, de alguna manera, todo ese consenso, porque es alguien que básicamente se presentó a las dos elecciones con el lema «No vamos a tocar el Estado de bienestar. No voy a hacer nada para quitaros vuestras prestaciones»? Y aunque no era explícitamente prosindical como Bernie Sanders, tampoco hizo campaña con un programa antisindical.

    De hecho, en su primer mandato, trabajó con los sindicatos para mantener sus puestos de trabajo aquí. Y al comienzo de su segundo mandato, se armó mucho revuelo por el hecho de que nombrara a un secretario de Trabajo que estaba a favor de la Ley Pro. Entonces, ¿son Trump u otros políticos como él, como Josh Hawley, de alguna manera diferentes?

    VC

    Es una buena pregunta, y debe abordarse en dos niveles diferentes. El primer nivel es: ¿Podrían estos políticos ser precursores de una especie de escepticismo elitista hacia el neoliberalismo? Una vez más, por neoliberalismo nos referimos al dominio sin restricciones de los mercados sobre nuestras instituciones sociales. Y el segundo nivel es: Incluso si son escépticos al respecto, ¿son escépticos respecto a la cuestión subyacente, que es la priorización de los beneficios empresariales y el poder directivo por encima de los intereses y las vidas del resto de la población?

    Creo que esa distinción se pierde a menudo en estas conversaciones. Empecemos por la primera pregunta. ¿Es posible que personas como Trump o Hawley sean escépticas respecto al dominio tradicional del libre mercado? Creo que la respuesta es sí, son escépticos en el sentido de que están dispuestos a alejarse de algunos de sus componentes en interés del proyecto de clase más amplio al que se han comprometido. Ahora bien, ese proyecto de clase más amplio es lo que trataré en la segunda dimensión de la que he hablado, pero el mero hecho de que estén interesados en cuestionarlo no debe eludirse ni minimizarse. Creo que es algo importante y que ha tenido eco entre la población.

    La razón por la que ha resonado en la población es porque, como he dicho antes, están muy enfadados. Ya no están dispuestos a tolerar el régimen tradicional. El dilema al que se enfrenta la clase dirigente estadounidense —y la europea— es que no son ellos los que quieren alejarse de cuarenta años de neoliberalismo. Es algo que les está siendo impuesto por la población.

    Entonces, lo que están tratando de averiguar es: ¿cómo podemos mantener los aspectos más amplios de nuestro poder sobre la población mientras reestructuramos las instituciones de alguna manera para absorber todos los ataques, las críticas y el resentimiento del electorado? Eso es lo que están tratando de hacer. Ahora bien, para lograrlo, puedes tener a alguien como Hawley diciendo: «Necesitamos preservar la red de seguridad social». Puedes tener a alguien como Trump diciendo: «No tocaré Medicaid ni Medicare».

    Pero hay que entender qué son esas cosas. No son, en modo alguno, una revitalización del Estado de bienestar. En el mejor de los casos, lo que dicen es que mantendrán el statu quo anterior. El statu quo anterior es lo que ha provocado toda la ira de la población en primer lugar. Así que no es una solución muy buena. Lo único que dicen es que no mantendrán el ritmo acelerado con el que han estado desmantelando todo y obligando a la gente a tragarse los mercados.

    Pero desde el punto de vista de la gente, no es nada. Es algo, ¿no? Y ahora están tan desesperados por algún tipo de alivio tras cuarenta años de miseria que una gran parte del electorado ve eso como algo a lo que aferrarse. Así que es muy posible que veamos a algunos sectores del Partido Republicano —e incluso a algunos sectores de la derecha europea— apoyar algún tipo de programa redistributivo débil. Y con eso nos referimos a algún tipo de Estado de bienestar débil. Es totalmente posible.

     

    MN

    Lo que están haciendo es simplemente no seguir atacando.

    VC

    Así es. Debemos entenderlo como una ralentización del ritmo del desmantelamiento, más que como una inversión del mismo.

     

    MN

    Correcto. Y es notable que Trump no esté siendo comparado con Roosevelt en este caso.

    VC

    No. Y ya sabes, el populismo en su momento significaba ataques masivos al poder de la élite. El populismo actual simplemente significa ralentizar los ataques a la clase trabajadora. Eso es todo lo que significa. De acuerdo. Pero mira, no es insignificante. Incluso Hawley, a quien la gente señala como precursor de los cambios dentro del Partido Republicano, está bastante aislado. En la actualidad, es muy reducido el contingente dentro del Partido Republicano que está interesado en preservar la red de seguridad social. Hay literalmente una docena, quizá dieciocho congresistas y un senador. Así que no estamos hablando de un cambio importante en el partido.

    Pero, de nuevo, no debemos ignorarlo. No es insignificante. Y si no fuera por ellos, ahora mismo veríamos en la reforma fiscal de Trump un ataque generalizado a Medicaid. Ahora bien, hay una cuestión más profunda, que es suponer que esa versión del Partido Republicano, ese ala del Partido Republicano, esa ala de la derecha europea, crece hasta cierto punto. Y  vemos un giro hacia los sindicatos y  vemos un giro hacia algún tipo de alejamiento del libre comercio y cosas por el estilo. ¿Significa eso el fin de los últimos cuarenta años de dominio de clase y poder de los empresarios? La respuesta tiene que ser no.

    Esto significa, en mi opinión, que el neoliberalismo no es el problema. Recuerden que empezamos diciendo que la esencia del neoliberalismo es un giro hacia el tipo de dominio de los mercados del siglo XIX. La cuestión es que lo que requiere una democracia plena no es tanto una reducción de los mercados en sí mismos, sino la plena participación de la gente común en las instituciones políticas que los gobiernan. Es posible que haya un dominio sin restricciones del capital en una situación en la que existen instituciones corporativistas.

     

    MN

    ¿Puede explicar qué es una institución corporativista y por qué sería compatible con el poder capitalista?

    VC

    Lo que intentamos comprender es: ¿qué necesitan los trabajadores para defender sus intereses en una situación en la que estos no coinciden con los de los ricos? La razón por la que la clase trabajadora luchó por la democracia es porque pensaba que las instituciones democráticas, el derecho al voto, serían una flecha más en su carcaj para intentar luchar por una vida digna en una situación en la que no tiene mucho control sobre las instituciones clave de la sociedad: el lugar de trabajo, el gobierno, cosas así.

    Así que pensaron que el voto era un elemento muy importante para ello, y los sindicatos son un elemento muy importante para ello. Ahora bien, el deseo de la clase dominante de desmantelar todas estas instituciones, como los sindicatos y otras instituciones sociales, se debía a que quería ejercer un dominio unilateral sobre la política y la economía.

    Hay varias formas de ejercer ese dominio unilateral. Una es a través de los mercados libres, pero también pueden hacerlo organizando a la sociedad civil en lo que se denomina organismos corporativos. No se trata de empresas. Se trata de entidades colectivas que organizan los intereses de las personas de alguna manera. Los sindicatos son un organismo corporativo. Las asociaciones cívicas son un organismo corporativo. Los partidos políticos también pueden ser un organismo corporativo.

    A menudo se olvida que en los años veinte y treinta, cuando la extrema derecha tenía el mayor poder que hemos visto en el último siglo, no lo hizo a través de los mercados libres. Lo hizo a través de lo que se denomina instituciones corporativistas. Es decir, sindicatos, asociaciones cívicas, grupos de ciudadanos. Todas estas cosas que asociamos con una democracia próspera también pueden ser instrumentos del poder capitalista. El ejemplo clásico de esto fue el fascismo.

    En el fascismo no imperaba el libre mercado, sino el dominio de las empresas a través de asociaciones cívicas y organismos ciudadanos. Incluso llegaron a controlar los sindicatos. La razón por la que señalo esto es que lo que la izquierda debería luchar no es por el fin del libre mercado en sí mismo, aunque eso es importante, sino por el fin de la hegemonía de las empresas sobre la sociedad.

    Esa hegemonía de la clase patronal puede ejercerse a través de los mercados libres, pero también a través de cosas como los sindicatos de empresa. Puede ejercerse a través de cosas como los grupos vecinales de derecha, cuya función real es vigilar a los ciudadanos. Puede ejercerse a través de unos medios de comunicación que, en apariencia, son libres, pero que en realidad están completamente controlados por sus propietarios privados, que los utilizan como instrumentos de propaganda.

    Eso significa que cuando vemos al Partido Republicano avanzar formalmente hacia el apoyo a cosas como alguna forma de sindicatos o instituciones sociales, no hay que tomarlo como una victoria de la izquierda. Porque, en el contexto de la hegemonía de los empresarios y las empresas sobre la política, estas aperturas hacia los sindicatos, etc., pueden volverse en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los intereses de los empresarios.

    Así que ahora mismo, cuando vemos a alguien como Trump o Hawley diciendo que debemos alejarnos del neoliberalismo, eso no significa que estén diciendo que debemos avanzar hacia el empoderamiento de los trabajadores. Podrían estar diciendo simplemente que necesitamos nuevas formas de control social. Y esas nuevas formas de control social, formalmente, en apariencia, pueden parecer realmente el tipo de instituciones que asociamos con una democracia próspera. Históricamente, el polo opuesto de una sociedad democrática, que es el fascismo, tenía todo tipo de instituciones que eran contrarias al libre comercio y al libre mercado, ninguna de las cuales favorecía los intereses de los trabajadores.

     

    MN

    Creo que tus comentarios aportan mucha claridad sobre el estado de la situación política. Pero probablemente el fenómeno más importante al que se refiere la gente cuando dice «esto significa el fin del neoliberalismo» son los ataques a la globalización y la supuesta desglobalización que está instaurando Trump. ¿Hasta qué punto cree que es legítimo? ¿Estamos desglobalizándonos?

    VC

    Creo que se puede decir que nos estamos desglobalizando si con ello nos referimos a que la expansión e integración continuadas de la economía global están llegando a su fin. No es que la integración esté llegando a su fin, sino que la expansión continua de la integración está llegando a su fin. Y eso, en realidad, si entendemos que la desglobalización lleva ya unos quince años en marcha, desde la crisis de 2008.

    Lo que vemos desde la crisis de 2008 es que el nivel de integración —si lo medimos cuantitativamente— de la economía global se ha estancado. Desde aproximadamente 1980 hasta 2010, fue en aumento. La economía mundial se fue integrando cada vez más. Alrededor de 2010 se estabilizó, lo que significa que no se desintegró, no se desmanteló la integración, sino que simplemente entró en una fase de estancamiento, con el nivel de integración existente más o menos igual.

    Eso significa el fin de la expansión de la integración global. ¿Es posible que empecemos a ver una reducción del grado de integración? Sin duda es posible. Pero si tuviera que aventurar una respuesta, diría que lo que veremos es una ligera reducción del nivel de integración y luego una nueva estabilización. Es decir, no se producirá una desglobalización continua a lo largo del tiempo. Lo que veremos es un descenso gradual del nivel de integración y luego una estabilización a partir de un punto determinado. Y la razón es sencilla: el grado de integración es tan grande que deshacerlo para volver a unas economías nacionales aisladas sería tan disruptivo que los gobiernos no podrían soportarlo.

     

    MN

    ¿Crees que las políticas comerciales de Trump son en parte responsables de esta dinámica?

    VC

    Sí, sin duda. Ha sido un acontecimiento cataclísmico. Ahora bien, aún es pronto y Trump ha dado marcha atrás en gran parte de lo que ha hecho. Pero ya se sabe que es el modus operandi de Trump. Subió los aranceles a niveles desorbitados, como si fuéramos a sufrir una catástrofe mundial, y ahora los ha rebajado a niveles simplemente muy altos, que no parecen catastróficos, pero que siguen siendo bastante elevados para los estándares históricos.

    Y nadie sabe dónde va a acabar todo esto. Pero tenemos que esperar una clara posibilidad de que se produzca un cierto grado de desintegración de esa integración.

     

    MN

    Las especulaciones que he oído sobre dónde acabaremos son vagas y ominosas, del tipo «no podemos volver atrás», y eso va de la mano con este comentario sobre cómo Trump ha dañado irreparablemente la reputación de Estados Unidos. Volviendo a nuestro episodio sobre el poder blando, la implicación es que lo que Trump está haciendo en esencia es desmantelar el imperio estadounidense, y eso se presenta como otro dato para decir: «Bueno, miren, el neoliberalismo está llegando definitivamente a su fin porque siempre ha coexistido con el imperio estadounidense».

    VC

    Hay cierta confusión, y eso se debe a que el neoliberalismo se ha convertido en un cajón de sastre que lo abarca todo. Así que creo que hay una reducción del imperio estadounidense, pero no es por culpa de Trump. Lo dije hace varios episodios: lo que Trump está haciendo es simplemente reconocer un hecho, que es que el poder geopolítico estadounidense ya no es incuestionable como lo era hace treinta o cuarenta años. El poder geopolítico se basa en última instancia en el dominio económico, y el dominio económico estadounidense en la economía mundial simplemente no es lo que era hace cuarenta años.

    Ahora hay países que han logrado ascender en la escala económica mundial. China es el mejor ejemplo, pero no es el único. En América Latina, economías como la de Brasil. En el sur de Asia, la economía india. Obviamente, está Rusia, que ha logrado defenderse de toda Europa que ha acudido en ayuda de Ucrania.

    Todo esto demuestra que Estados Unidos ya no puede seguir tomando decisiones unilaterales en la economía mundial, lo que significa que tiene dos opciones: o bien seguir con las fantasías de Biden, que consiste en seguir siendo una potencia política hegemónica a nivel mundial, aunque económicamente ya no pueda tomar decisiones, o bien reducir sus ambiciones políticas globales a la misma escala que sus ambiciones económicas, es decir, a la escala de su capacidad económica. O bien rebajar sus ambiciones políticas globales al mismo nivel que sus ambiciones económicas, es decir, a su capacidad económica.

    Y creo que si no hubiera sido Trump, si hubiera sido cualquier otra persona, habrían tenido que hacer lo mismo. Estados Unidos ya no puede tomar las decisiones. Por lo tanto, se está reduciendo el alcance de Estados Unidos a nivel mundial. ¿Significa eso que el imperio estadounidense se está reduciendo? Sí, tiene que ser así, porque un imperio es simplemente la influencia que se ejerce sobre otros países, y eso se va a reducir. No hay forma de evitarlo.

    ¿Significa eso que el imperialismo estadounidense está llegando a su fin? Por supuesto que no. Simplemente será una potencia imperialista más débil que hace cuarenta o cincuenta años. Entonces, cuando decimos que los aranceles están provocando el fin o el desmantelamiento de un aspecto del neoliberalismo, ¿significa eso que los trabajadores estadounidenses deberían apoyar el régimen arancelario? La respuesta es no, en realidad no, porque volvemos al punto que he mencionado antes, que el neoliberalismo no es el problema. El problema es si los trabajadores tienen algo que decir en lo que está pasando a su alrededor. Los aranceles no son un regalo para los trabajadores, sino para el capital. Lo que hacen los aranceles es reducir las amenazas competitivas a las que se enfrentan los empresarios por parte de sus rivales en otras partes del mundo.

    Eso sí que es un regalo para los empresarios. Hay una parte de la izquierda que piensa que si de alguna manera se recupera la industria manufacturera, se podrá volver a sindicalizar. No es así. Si nos fijamos en los nuevos talleres del mundo, ya sea en China, en algunas partes de la India o en algunas partes de América Latina, donde el capital ha fluido en los últimos veinte años para reactivar la industria manufacturera o para construirla, vemos que son talleres infernales.

    Las condiciones de trabajo allí son peores que las que hemos visto nunca en la industria manufacturera en cualquier parte del mundo. Peores que las de la industria manufacturera del siglo XIX en Inglaterra y Alemania. La industria manufacturera no significa el renacimiento de los sindicatos. La organización significa el renacimiento de los sindicatos, y lo cierto es que la clase empresarial ha aprendido en los últimos ochenta años a inmunizarse también contra los esfuerzos de organización dentro de la industria manufacturera. Llevan unas cuatro o cinco décadas de ventaja a la izquierda, que sigue viviendo en ese mundo fantástico de los años treinta y cuarenta, en el que, si se consigue la industria manufacturera, se repetirá la historia de esos años. No será así, porque las formas de poder y control gerencial han evolucionado enormemente desde entonces.

    Vamos a tener que idear estrategias de organización completamente nuevas, incluso en la industria manufacturera. Así que, aunque los aranceles de Trump devuelvan en cierta medida la industria manufacturera a Estados Unidos, lo que probablemente ocurrirá en cierta medida, eso no significa que vayan a volver los sindicatos. Eso depende de que los organizadores aprendan el nuevo panorama, no solo en los servicios, sino también en la industria manufacturera.

    No hay razón para suponer que, en este nuevo panorama, la vuelta de la industria manufacturera aumente la probabilidad de que surjan sindicatos y se organicen. Simplemente no hay razón para creerlo, porque el poder y las formas de control gerencial en la industria manufacturera son completamente diferentes a lo que eran en la década de 1930. Vamos a tener que reinventar el significado de la organización, lo que significa que «el fin del neoliberalismo» a nivel internacional en el régimen global no debe verse como una panacea ni como un regalo para la izquierda o los trabajadores per se. Es, en primer lugar, un regalo para el capital.

    Seguimos en la era del dominio incuestionable del capital. El hecho de que esté experimentando con nuevas formas institucionales no debe engañarnos.

     

    MN

    ¿Dices que ha habido algunos cambios políticos significativos en los últimos diez años, mientras que nuestra política estuvo marcada por Trump y su presencia, pero que esos cambios no han alterado realmente las dinámicas de poder fundamentales de la sociedad, sino que se han instituido para reforzarlas?

    VC

    Hay indicios de que la clase dominante y la clase política están muy inquietas. Les preocupa que ya no se pueda dar por sentada la tranquilidad de una población pacificada, abatida y cínica. Por eso están experimentando con nuevas instituciones sociales y económicas que podrían lograr dos cosas: en primer lugar, sofocar de alguna manera toda la ira y el resentimiento de la población y, en segundo lugar, preservar el desequilibrio básico de poder entre los detentadores de la riqueza y el resto de la población.

    Y lo que nosotros, como izquierdistas, no debemos hacer es dejarnos confundir por el hecho de que estén utilizando la retórica del antineoliberalismo y la retórica del antiliberalismo. No debemos confundir eso con la retórica del empoderamiento social. Porque eso nunca vendrá de arriba. Nunca vendrá de la derecha quitándose la venda de los ojos y diciendo: «Bueno, ahora queremos ser un partido de la clase trabajadora».

    Eso solo vendrá si los trabajadores y los ciudadanos de a pie imponen a estos centros de poder su propia visión de cómo sería una sociedad más democrática, e insisten en que las instituciones que están construyendo estén libres del control de los empresarios, libres del control de sus señores corporativos y políticos, y estén sujetas a sus propios dictados, a su propia toma de decisiones democrática. Nada de eso figura en la agenda de todo este populismo de derecha, ni siquiera en el populismo del Partido Demócrata.

    Porque, como he dicho antes, la lucha actual entre demócratas y republicanos es que los demócratas quieren una clase política más multirracial y socialmente heterogénea que gobierne al pueblo, y los republicanos están más contentos con una clase política más blanca y tradicional que gobierne al pueblo. Ninguno de estos dos partidos piensa en el 80% más pobre de la población.

    Y hasta que eso ocurra, es posible que se produzca un alejamiento de lo que se denomina neoliberalismo, que es el dominio de los mercados. Pero no se alejará el dominio de clase de los ricos y las élites sobre la población, porque pueden hacerlo a través de diversas instituciones, de las cuales solo una es el libre mercado.

     

    Difunde esta nota
  • Con el zapalino Joaquín Martínez, La Voz ingresa en la etapa final

     

    La Voz Argentina, el reality musical de Telefe, ingresa en una etapa decisiva: con equipos reducidos a cinco participantes, cada coach deberá salvar a dos, otros dos seguirán por voto de los rivales y uno quedará eliminado rumbo a los cuartos de final.

    El talent show musical continúa su marcha hacia la gran final. Con la conducción de Nico Occhiato y la guía de Lali, Luck Ra, Soledad y Miranda! como coaches, este martes a las 21.45 hs. se vivirá el esperado 4° round, la última instancia antes de los cuartos de final.

    En esta etapa decisiva, cada equipo cuenta con sólo cinco participantes que deberán redoblar esfuerzos para lucirse en el escenario y conquistar la confianza de los coaches. La dinámica será implacable: cada coach podrá salvar a dos integrantes de su propio team, mientras que otros dos obtendrán el apoyo de los coaches rivales. El quinto participante, en cambio, quedará eliminado.

    De esta manera, la competencia se vuelve cada vez más exigente y emocionante, marcando el rumbo hacia los cuartos de final y, finalmente, hacia la gran consagración de La Voz Argentina.

    Un neuquino entre los finalistas

    El neuquino Joaquín Martínez Urrutia, oriundo de Zapala e integrante del Team Miranda!, dio un nuevo paso en La Voz Argentina tras imponerse en el tercer round de batallas frente a Emiliano Villagra, con una emotiva interpretación de “Perfume de Carnaval”, del compositor Peteco Carabajal.

    La presentación se llevó a cabo este martes en la noche, transmitida por la pantalla de Telefe, donde Joaco sorprendió al público y al jurado al regresar a sus raíces folclóricas.

    La performance fue recibida con ovaciones y elogios de los coaches, quienes destacaron la calidad interpretativa y la paridad entre ambos participantes, antes de que el dúo Miranda! anunciara la victoria del joven zapalino.

    Cómo fue la presentación del joven de Zapala

    Previo a su presentación, Joaco expresó lo que significaba para él volver a sus raíces: “No venía haciendo folclore en las presentaciones, así que es volver a mis orígenes”.

    La performance fue celebrada por todos los coaches. Soledad Pastorutti no dudó en elogiar a ambos participantes: “Fue la perfección, no hay otra manera de describir lo que hicieron”.

    Desde el Team Miranda!, Juliana Gattas y Ale Sergi reconocieron lo difícil de la elección: “estuvieron re contra parejos, de todas maneras, estamos convencidos de que la van a romper por lo profesionales que son. Se complementaron muy bien”.

    Finalmente, el dúo pop anunció su decisión: “Quien ganó esta batalla es Joaquín”.

    Con este triunfo, Joaco Martínez se posiciona como uno de los grandes favoritos y se mantiene en camino hacia la definición del reality que busca a la mejor voz del país.

    The post Con el zapalino Joaquín Martínez, La Voz ingresa en la etapa final first appeared on Alerta Digital.

     

    Difunde esta nota
  • Perspectivas con un barril de petróleo a 70 dólares

     

    Este viernes, los precios del petróleo aumentaron hasta que el Brent superó los U$S 70 por barril, debido a que los ataques con drones de Ucrania contra la infraestructura energética rusa están provocando una reducción de las exportaciones de combustible de este país. Además, los precios del GNL y el gas europeo se han mantenido estables en las últimas semanas, con el GNL en Asia y el gas en Europa en un rango entre U$S 11,20/mmBtu y U$S 11,40/mmBtu. Quiero aprovechar esta última columna semanal, para que veamos la perspectiva en el sector energético a nivel mundial. De más está decir, a pesar de que nadie puede saber a ciencia cierta que nos deparar el futuro, esto nos puede servir para comprender en qué ambiente internacional se desarrollaran los proyectos de exportación de petróleo y gas de Vaca Muerta.

       En el corto plazo, en esta semana, los mercados siguen con atención las novedades en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Los ataques con drones por parte de Ucrania están empezando a incrementarse. A raíz de ello, el jueves, el viceprimer ministro Alexander Novak Rusia declaró que implementará una prohibición parcial a las exportaciones de gasoil hasta fin de año y ampliará la prohibición vigente a las exportaciones de gasolina. La disminución de la capacidad de refinación ha provocado que varias regiones rusas se enfrenten a la escasez de combustibles.

       Además de los ataques con drones, las medidas del gobierno estadounidense también están surgiendo efecto. El presidente Trump continúa presionando a los aliados de Estados Unidos para que reduzcan las importaciones rusas de petróleo y gas.  India y Turquía podrían verse forzadas a reducir algunas de sus importaciones rusas.

        La advertencia de la OTAN sobre una respuesta a nuevas violaciones del espacio aéreo de los países miembros ha incrementado la tensión derivada de la guerra en Ucrania y ha aumentado la posibilidad de sanciones adicionales que afecten la industria petrolera rusa. Si se el suministro de Rusia a China e India se suspendiera, estos dos últimos países deberán buscarán más oferta de otros países agregando presión a los precios del petróleo.

       El riesgo geopolítico vuelve a influir en el mercado del petróleo. Este factor, combinado con una leve baja en las reservas estadounidense de crudo y una caída más marcada de los stocks de productos derivados de petróleo, impulsaron el precio del petróleo.

        Tras un período de estabilidad, los precios del crudo registraron subas constantes, superando las marcas de 67, 68 y 69 dólares por barril y alcanzando un nivel de U$S 70 por barril que algunos analistas sugieren debería sufrir una posible corrección. Aunque tanto el Brent como el WTI finalizaron el viernes con una tendencia alcista semanal.

       Para las próximas semanas, el mercado espera el resultado de las recientes sanciones europeas a países que comercian con Rusia. A pesar de la presión de Trump, el primer ministro húngaro reafirmó la necesidad de seguir comprando energía rusa, posición que también sostiene India, que evalúa diversificar sus importaciones si puede acceder al crudo venezolano e iraní.

       Por otra parte, Irak anunció que retomará las exportaciones de crudo desde Kurdistán, suspendidas desde hace dos años.

       Según la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos, las reservas comerciales de petróleo cayeron en 600.000 barriles, mientras que la Reserva Estratégica subió hasta los 406 millones de barriles. La producción estadounidense alcanzó los 13,5 millones de barriles diarios, superando el ritmo récord del año anterior, aunque se proyecta un crecimiento más lento por el aumento de los costos y limitaciones de infraestructura.

      Con respecto al mercado internacional de gas. Los precios del GNL al contado en el noreste de Asia con entrega en noviembre cayeron debido a la escasa demanda en esta región, con una tendencia a la baja, por los altos niveles de stocks y la mayor producción de gas china que limitan el interés del mayor importador de GNL por compras en el mercado spot.

       Se espera que los precios del GNL en Asia mantengan una tendencia ligeramente a la baja durante la próxima semana, presionados por la mayor producción nacional china de gas, mayores extracciones de gas de los almacenamientos subterráneos en China y altos niveles de stocks de GNL en toda esta región.

      Mientras que, en Europa, el precio del gas TTF aumentó al finalizar la temporada de mantenimientos programados en Noruega, lo que está aumentando gradualmente la oferta de gas , a pesar de que las huelgas en Francia están frenando las entregas de GNL.

       Se espera que las interrupciones causadas por las huelgas en las terminales francesas de GNL se prolonguen hasta fines de septiembre. Esto ha elevado los precios del gas puntualmente en Francia y ha llevado a trasladar cargas a otras terminales de GNL en el noroeste de Europa. Quedan cuatro semanas de temporada de inyección para completar los almacenamientos de gas ante el próximo invierno en Europa (hemisferio norte) y para llegar al mínimo establecido por la Unión Europea aún se necesitan inyecciones semanales un 30% por encima de las registrada esta semana.

       Pero veamos cuales son las perspectivas a mediano plazo. El consumo de energía mundial sigue creciendo, con un promedio anual del 1% entre 2019 y 2024, impulsado principalmente por las economías emergentes, donde la mejora del nivel de vida y del crecimiento poblacional empujan la demanda. Desde 2019, la demanda mundial de petróleo creció en promedio 600.000 barriles por día, principalmente por el aumento del consumo en países emergentes. China, responsable de la mitad de ese crecimiento en la última década, se espera que estabilice su consumo en la segunda mitad de los 2020.

       En paralelo, en los últimos años, los conflictos geopolíticos cobraron protagonismo, especialmente tras la guerra en Ucrania, los enfrentamientos en Medio Oriente y la creciente aplicación de sanciones y aranceles comerciales. Estas tensiones han puesto en primer plano la importancia de la seguridad energética y han impulsado a muchos países a priorizar el autoabastecimiento, en lugar de depender de importaciones.

       Del último informe “BP Energy Outlook 2025” se desprende que la demanda mundial de petróleo se estabilizará durante esta década y luego disminuirá, principalmente por la caída en el uso de transporte terrestre, compensada por la mayor eficiencia de los vehículos y el avance de la electromovilidad. El uso de petróleo como materia prima en la industria petroquímica se mantendrá como el componente más resistente de la demanda, impulsado por la expansión de la economía mundial y la continua demanda de plásticos.

       El futuro del gas natural está marcado por fuerzas opuestas: el crecimiento en economías emergentes y la reducción por la electrificación y descarbonización mundial. El comercio de GNL crecerá rápidamente esta década, aunque su evolución posterior dependerá del ritmo de la transición energética.

       El aumento de la demanda energética contrasta con los modestos avances en eficiencia energética, un aspecto cuyo estancamiento sigue sin explicarse del todo. Aunque puede parecer un tema técnico, la baja mejora en eficiencia durante los últimos cinco años ha sido clave para el sostenido uso de combustibles fósiles, a pesar del crecimiento acelerado de fuentes renovables como la solar y la eólica.

       Como conclusión,  este año se están cumpliendo diez años del histórico acuerdo, donde se fijaron metas para limitar el cambio climático. Sin embargo, las emisiones de carbono por el uso para generación de energía y la industria han seguido aumentando cada año, salvo el descenso que provocó la pandemia en 2020. Como hemos visto es una tendencia que se prolongaría en los próximos años. Si las emisiones de CO2 se mantienen en los niveles actuales durante la próxima década, será cada vez más difícil y costoso limitar el calentamiento global a 2°C.

       Este año de compartir con ustedes cuestiones de coyuntura y estructurales del sector de petróleo y gas y el tema, que más me apasiona, de la transición energética ha llegado a su fin. Ha sido una muy interesante experiencia poder compartir lo poco que uno aprendió sobre estos temas. Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo lo he hecho. Como siempre, disfruten este domingo y cuídense.

    The post Perspectivas con un barril de petróleo a 70 dólares first appeared on Alerta Digital.

     

    Difunde esta nota