Foto Andrés Manrique (ANRed)
La defensa del genocidio en Gaza tiene diversas aristas. Desde la censura explícita, la acusación de «antisemita» a cualquier critica hacia el accionar de un estado que comente un genocidio, hasta los actos mas burdos de criminalización y vandalismo. En lo que va de la semana dos episodios muy distintos apuntan a lo mismo. Por un lado el ataque a dos murales en Bahía Blanca, por otro un posteo de la Ministra de Seguridad justificando al represión de ayer, porque había «banderas de Palestina». Estos episodios se suman a muchos otros en el país, mientras el mundo se sigue movilizando masivamente y los gobiernos empiezan a ensayar medidas ante la presión popular para detener este genocidio que día a día supera su propia crueldad. Por ANRed.
«Banderas de Palestina, caras tapadas, palos, máscaras… Esto no es una marcha pacífica. Vinieron a generar violencia. Lo sabíamos y lo avisamos», dice una publicación de Patricia Bullrich en la red digital X. Esto no es nuevo ni debería sorprender conociendo, por un lado, la tendencia a la criminalización injustificada de la protesta por parte de la funcionaria y por otro por su fuerte conexión con el sionismo.
Lejos de ser un hecho aislado va en línea con la brutal censura y sesgo con el que los medios hegemónicos abordan este genocidio (cuando lo abordan) y las persecuciones y cancelaciones hacia quien se pronuncia mostrando una sucesión de ataques a la libertad de expresión sin precedentes.
Dos días antes, en Bahía Blanca dos murales de solidaridad con el pueblo Palestino fueron tapados. Sucedió el pasado lunes 19 de mayo cerca de las 2ohs en una acción coordinada grupos de desconocidos con la clara intención de censurar las denuncias contra el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza: taparon dos enormes murales realizados por el Comité Bahiense de Apoyo al Pueblo Palestino. «En un golpe comando fueron vistos varios individuos que se retiraban de la pared ubicada en Almafuerte y Rondeau luego blanquear el mural realizado por nuestra organización el pasado 14 de diciembre de 2024», comentan desde el comité.
Uno de los murales de Bahia Blanca, antes de ser tapado. Ver más.
Al notar que eran filmados se retiraron haciendo «arar sus vehículos » queriendo intimidar a quien los filmaba. Lo más llamativo de la escena fue que el Toyota corola blanco con vidrios polarizados que estaba a la vanguardia delante de la camioneta Ford Ranger gris, ese auto no tenia patente delantera, ni cartel pegado en el vidrio con número de chapa, haciendo un despliegue de la impunidad con la que circulan. Es decir un auto lujoso sin patente paso delante de todas las cámaras del municipio que controlan el tránsito.
«Estás prácticas de «vandalizar obras de arte» de intentar «borrar de la historia el arte que denuncia al genocidio» hace recordar a los Nazis que hacían fogatas con lo que ellos consideraban y definían «como arte degenerado» hoy la historia del fascismo se repite está vez contra aquellos que denunciamos el genocidio en Palestina», sostienen desde el comité bahiense. Pero también afirman que estas acciones no van a callarles «ni lograrán silenciar la voz de aquellos que buscamos la paz y la justicia. Somos muchos los que en el mundo denunciamos los crímenes de guerra cometidos contra el pueblo de Palestina».
El próximo sábado 24 a las 10hs van a restituir el mural ubicado en Darwin y Av.Cerri ( en el paredón de la Est. de tren de Bahía Blanca) . La actividad está convocada por el Comité Bahiense de Apoyo al Pueblo Palestino y el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino y se suman numerosos Sindicatos, instituciones , organizaciones y partidos.
La democracia cercada
Las recientes elecciones porteñas mostraron un cerco antidemocrático frente a una de las candidatas por haberse pronunciado al respecto. Vanina Biasi fue «cancelada» en al menos un par de canales de noticias. En una radio, una periodista fanática del sionismo se referían a ella con un insulto.
En C5N la omitieron al mencionar a los 6 presuntamente principales candidatos donde estaban incluidas dos candidaturas que sacaron menos votos, una de ellas: Lula Levy, abiertamente sionistas, atacó al Freente de Izquierda acusándolo de «antisemita» por los pronunciamientos críticos de Biasi y Bodart ante el genocidio en Gaza. Vanina Biasi salió 5ta y logró ingresar a la legislatura, pese a que no estaba entre las 6 candidaturas «favoritas», Levy salió 8va y no consiguió la banca.
«Trato de entrevistar a todos salvo a algunos», dijo al aire Luis Novaresio mientras lanzó una serie de improperios hacia Vanina Biasi plagados de incoherencias, queriendo vincular a la candidata con el atentado a AMIA (se desconocen sus autores pese a las sospechas que han ido cambiando con el transcurso de los años). Esto sucedió en el canal A24, pero no es la primera vez que sucede: en 2023, pocos días después del 7 de octubre, Luis Novaresio en el Canal La Nación+ ,al igual que Débora Plager, agredieron a la periodista Melisa Trad, sin dejarla siquiera abrir la boca. «Yo con personas que defienden la homofobia no puedo hablar» sentenció Novaresio… dos semanas después entrevistó a Carlos Rodríguez quien dijo frente a él «que le daba dolor de panza ver a dos tipos besándose», Novaresio convivió en paz con el improperio homofóbico pero acusó a una periodista de algo que nunca dijo. Todo por no querer mostrar que Israel está cometiendo genocidio en Gaza y una brutal ocupación con una crueldad inimaginable.
Judicializar el disenso
Además de los ataques judiciales a Vanina Biasi y Alejandro Bodart, hubo otras situaciones de persecución judicial ante una voz disidente con lo que Israel está haciendo en Gaza. El año pasado la DAIA denunció penalmente a Norman Briski por haberse pronunciado al recibir un Martín Fierro. Su abogado, Alejandro Broitman no logró su cometido. También hubo intentos por cancelar los últimos conciertos de Roger Waters en noviembre de 2023, que se dieron con una fiscal en los camarines.
Pero esto no se limita a artistas popularmente conocidos o a referentes políticos. La censura judicializada también se mete en las aulas. Así sucedió cuando el juez Maximiliano Boga Doyhenard del Juzgado Contravencional de la Segunda Circunscripción Judicial de General Pico en La Pampa, condenó a la docente Ana Contreras porque respondió a una inquietud de estudiantes durante la clase de Construcción de Ciudadanía que estaba dedicada a los Derechos Humanos sobre lo que estaba sucediendo en Palestina. En un fallo insólito, se la multó por una cifra cercana al millón de pesos además de otras sanciones, mientras que a docentes acusados de abuso o Grooming, se es aplicaron multas por 260.00 y 70.000 pesos respectivamente. La defensa de Ana apeló y se espera la sentencia para la próxima semana.
El mundo al revés
Mientras se aprueban leyes de blanqueo que favorecen al lavado de dinero, también se impulsan mas leyes «anti mafia» que después se aplican contra los sectores populares. Se acusa de «terrorista» a quienes denuncian un genocidio o a sus víctimas. Un gobierno que está desguazando el estado, y que acaba de poner a Tierra del Fuego al borde de la extinción acusa de «antipatria» a manifestantes que acompañan a las y los jubilados.
No es la primera vez que se acusa de «antipatria» a manifestantes, sucedió hace un siglo con la Liga Patriótica y en la pasada dictadura fundamentando el genocidio por acusar a las y los desaparecidos de «subversión extranjera». También se acusa de «extranjeros a los pueblos originarios, como sucede en la Patagonia mientras se encubre a empresarios extranjeros como Lewis o Benetton y se busca reinstalar a la figura de Julio Argentino Roca como un prócer. El relato en relación al genocidio en Gaza es similar: un uso selectivo de la historia, negando al terrorismo sionista que desde hace 8 siglos atenta contra la población originaria.
«Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado», George Orwell.