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Libro: “Las gratitudes” de Delphine De Vigan

¿Qué significa agradecer? ¿Todos nos esmeramos cuando damos las gracias o nos sale de manera automática? ¿Cuántas personas sienten un bloqueo al momento de dar las gracias de forma sincera? ¿Dar las gracias es una obligación moral o filosófica? ¿Qué sentimientos activa un agradecimiento verdadero?

Esta novela de Delphine De Vigan se construye a dos voces, dos personajes que se movilizan sentimentalmente a través de los cuidados dispensados a una señora mayor, Michka, la protagonista principal de la historia.

Marie, una vecina de Michka, termina conformando con ella un lazo de amistad sentida en sus visitas de fin de semana. Este vínculo tiene su origen en la infancia de Marie, cuando por falta de cuidados parentales recibe el afecto de Michka.

“Cuando voy a ver a Michka observo a las residentes. A las muy muy viejas, a las moderadamente viejas, y a veces tengo ganas de preguntarles: ¿todavía os acaricia alguien? ¿todavía os abraza alguien? ¿Cuánto hace que otra piel no entra en contacto con la vuestra? Cuando me imagino vieja, realmente vieja, cuando intento proyectarme dentro de cuarenta o cincuenta años, lo que me resulta más doloroso, más insoportable, es la idea de que ya nadie me toque. La desaparición progresiva o repentina del contacto físico.”

La segunda voz narradora pertenece a Jérône, un logopeda que se desempeña en el geriátrico donde Michka vive sus últimos días de vida. El trabajo de Jérône busca estimular el habla de la protagonista, quien transita los primeros síntomas de afasia.

“Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio.”

Estos dos personajes centrales ceden parte de su intimidad a Michka y ella los acompaña, les brida contención, a pesar de su deterioro sensorial.

La alternancia de estas voces narradoras agiliza la ficción y estimulan hipótesis de lectura a mediano o largo plazo. Una posible proyección es el encuentro o desencuentro de estos personajes complementarios que empatizan con nuestra protagonista principal.

La traducción al español la realizó Pablo Martín Sánchez y la calidad de su trabajo se puede confirmar a través de una de las estrategias literarias empleada por la autora: la afasia que padece Michka es degenerativa y a medida que el habla se deteriora los diálogos entre personajes se dificultan.

Si bien el tópico central es la gratitud y cómo cada uno de los personajes busca congraciarse con sus deudores emocionales, otro tema sustancial es la tercera edad. A lo largo de nuestros días intentamos buscar respuestas a diversas inquietudes que afloran en cada etapa: cómo podemos ser buenos hijos/as; qué funciones nos corresponden como madres y padres; cómo fortalecer los lazos conyugales; cuáles son los parámetros de una verdadera amistad y en el ocaso de nuestra vida, o tal vez mucho antes, surgen las dudas y las certezas en relación al tránsito por la tercera edad.

Este libro puede convertirse en una grata experiencia y en todo caso habilitar la reflexión en torno a los vínculos que generamos con los adultos mayores de nuestro círculo. La invitación de lectura queda abierta y cada lector/a podrá hacer germinar su propia experiencia literaria.

“Las gratitudes” es la última novela de Delphine De Vigan

Datos de la autora

Delphine De Vigan nació en Boulogne-Billancourt, una ciudad de 110 mil habitantes al suroeste de París, el 1 de marzo de 1966. Estudió en el Centro de Estudios Literarios y Científicos Aplicados (CELSA), y luego comenzó a trabajar en el análisis de encuestas en un instituto de opinión.

En entrevistas a la prensa, De Vigan, que ha sido traducida a más de 20 idiomas en el mundo, dice que escribió sus primeras cuatro novelas durante las noches porque de día trabajaba en una empresa de opinión pública. Su primer escrito publicado, Días sin hambre (2001), salió a la venta bajo el seudónimo de Loy Delvig y cuenta su experiencia con la anorexia.

En 2007 escribió No y yo (novela que edita Anagrama ahora en Argentina). Fue con ella que ganó el Premio Rotary International en 2009, así como el prestigioso galardón francés Prix des libraires. La novela fue traducida a veinte idiomas y en 2010 se realizó una adaptación cinematográfica dirigida por Zabou Breitman. Fue el éxito de este libro, que cuenta la historia de Lou, una adolescente con un altísimo coeficiente intelectual, y su relación con No, una chica que sobrevive en las calles o en los centros de acogida, el que permitió que Delphine renunciara a su trabajo y se dedicara a escribir profesionalmente. Cuatro años después, en 2011, llegó Nada se opone a la noche, con la que se hizo conocida mundialmente. Sólo en Francia vendió más de 800 mil ejemplares.

De Vigan Delphine

Anagrama

176 páginas

Edición 2021

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