Durante el mediodía de este viernes se realizó el sorteo de la bicicleta mountain bike entre los contribuyentes que abonaron la boleta mensual por tasas retributivas del mes de octubre y también aquellos que había efectuado el pago anual.
La ganadora fue Gregoria Pinto, contribuyente N° 02179, domiciliada en barrio San Martín. El sorteo se realizó con la presencia de la escribana pública Roxana Hérnandez. Participó también el intendente Marcelo Orazi y funcionarias de la Secretaría de Economía y Finanzas.
La señora Pinto deberá acercarse a la Municipalidad en horario de atención al público para retirar su premio. Cabe aclarar que se extrajeron otros cinco números correspondientes a los suplentes, en el caso de que la ganadora no se presente.
Recordemos que éste fue el primer sorteo en el marco de la campaña impulsada por el Municipio tendiente a incentivar el pago de la última boleta mensual.
Los siguientes serán:
*15 de diciembre deben tener al día la cuota de tasas retributivas del mes de noviembre (se sortea una bicicleta mountain bike).
*12 de enero de 2022 deben tener al día la cuota de tasas retributivas del mes de diciembre (se sortea una bicicleta mountain bike).
*Sorteo final: 12 de enero de 2022 deben tener al día las cuotas de tasas retributivas de los meses de octubre, noviembre y diciembre (se sortea un monopatín eléctrico y un juego de dos sillas reposeras).
El modelo extractivista se impone a la fuerza, Rio Negro no está exento de este tipo de políticas antidemocráticas. Las empresas demandan y los gobiernos cumplen. La sociedad defiende el medio ambiente. Para construir el oleoducto y el puerto exportador en Punta Colorada, el Estado provincial se vio obligado a derogar la Ley 3.308 que…
En Buenos Aires hay barrios que se cuentan solos, pero pocos tienen un nombre que funcione como documento geológico, archivo lingüístico y crónica inmigrante. La Boca no es solo un punto en el mapa: es una explicación completa sobre cómo se forma una ciudad desde el agua, la lengua y la política popular. Su nombre, anterior al barrio y al club, ya aparece en escritos coloniales que describían esa desembocadura peligrosa, fangosa y estratégica donde el Riachuelo se abría como una boca hacia el Río de la Plata. A partir de allí, todo lo demás fue sedimentación histórica.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable
Primero fue el río: la “boca” geográfica que dio nombre a todo
Antes de ser barrio, antes de ser conventillos, antes de ser fútbol, “Boca” fue un accidente hidrográfico. En la toponimia náutica del período colonial, la palabra boca era usada para designar el punto donde un río “abre” su salida al mar o a otro cauce mayor, lo que en geografía física se llama estuario menor.
Las primeras referencias documentales conservadas surgen en las Actas del Cabildo de Buenos Aires, donde ya en la década de 1580 se menciona la “boca del Riachuelo de los Navíos” como área de desembarco y de fondeo peligroso por el fango y los bancos de arena. Esa designación —que aparece en inventarios de fondeaderos y en informes a la Corona— no era un nombre propio sino una descripción técnica, un marcador espacial dentro del sistema de navegación colonial.
La ciencia geológica explica por qué esa zona se volvió tan característica: allí se daba lo que hoy se conoce como progradación sedimentaria, un proceso en el cual el río arrastra limo, arcilla y restos orgánicos que se depositan en la desembocadura, creando un borde inestable, cambiante. Por eso los mapas del siglo XVII muestran líneas difusas: La Boca era literalmente un territorio que se movía.
Con los años, esa denominación funcional se convirtió en nombre propio. En los planos de 1810 y 1820 redactados por ingenieros militares aparece ya como “la Boca del Riachuelo”, una unidad reconocible, habitada por trabajadores portuarios, saladeros y astilleros. La toponimia había dejado de ser mera descripción para transformarse en identidad territorial.
El barrio que inventaron los inmigrantes (y el Estado recién reconoció después)
Aunque La Boca tenía población desde el siglo XVIII, la fisonomía barrial nació con la inmigración masiva, especialmente genovesa, entre 1870 y 1910. Los registros notariales muestran que los primeros asentamientos eran precarios, construidos sobre pilotes, porque el terreno era un pantano salitroso. La ciencia urbana describe este tipo de poblamiento como ocupación marginal de borde hídrico, común en puertos industriales.
Los genoveses establecieron allí una microsociedad marítima: astilleros, carpinterías, bares de puerto y sociedades de socorro mutuo. De esa vida cotidiana surgió la lengua híbrida conocida como xeneize, producto del contacto entre dialectos ligures y el castellano rioplatense.
La Ciudad de Buenos Aires y todo su Municipio 1867 Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires — Dibujo: Carlos Glade; grabado por Julio Vigier.
El nombre La Boca se consolidó de manera definitiva en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Estado nacional comenzó a cartografiar la ciudad para unificar parroquias, comisarías y circunscripciones. En los planos oficiales de 1871 —los mismos que se elaboraron tras la epidemia de fiebre amarilla— la zona aparece ya rotulada como “Barrio de la Boca”. Es decir: primero vino la geografía, después el poblamiento y recién entonces la formalización estatal.
La identidad política también fue temprana: La Boca fue uno de los primeros enclaves obreros organizados de Argentina, con huelgas, periódicos anarquistas y sociedades de resistencia. El barrio se convirtió en un laboratorio social de la modernidad rioplatense.
Boca Juniors: un club nacido en una esquina que ya tenía nombre propio
La historia del club aparece última, pero no porque haya sido menos importante, sino porque se montó sobre una identidad barrial ya consolidada. En 1905, un grupo de pibes del barrio —Alfredo Scarpatti, los hermanos Teodoro y Juan Farenga, y Esteban Baglietto— decidió fundar un club de fútbol en la casa de este último, frente a la Plaza Solís.
Eligieron el nombre Boca Juniors por una razón simple, documentada en testimonios de época: querían que el club llevara el nombre del barrio, pero con un toque inglés, como hacían muchos equipos del período fundacional del fútbol argentino. La palabra “Juniors” era, para ellos, señal de prestigio deportivo y pertenencia cosmopolita.
El club no creó el nombre: lo heredó, lo amplificó y lo convirtió en marca global. Hoy, cuando se dice “Boca”, millones piensan primero en el club, pero la historia va al revés: sin la boca geográfica y sin La Boca inmigrante, Boca Juniors no existiría.
Referencias bibliográficas
Actas del Cabildo de Buenos Aires, Archivo General de la Nación.
Diego Del Pino, Toponimia náutica en el Río de la Plata (Ediciones Mar del Sur, 1998).
Roberto Cortés Conde, La formación económica de Buenos Aires (FCE, 2002).
Carlos Mayo, Los saladeros y el mundo del trabajo ribereño (Ed. Biblos, 1987).
Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Plano Municipal 1871.
Julio Frydenberg, Historia Social del Fútbol (Siglo XXI, 2011).
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Una guerra silenciosa estalló a cielo abierto. Paolo Rocca amenazó con cerrar la planta de Tenaris en Valentín Alsina, si las petroleras de Vaca Muerta deciden importar caños de China, India o cualquier otro país que tenga precios más competitivos. La amenaza de Paolo Rocca, filtrada en un conveniente off the record, no cayó nada bien en el Gobierno.
El proyecto en disputa es la licitación en curso de una compra de tubos sin costura para una gasoducto de 400 kilómetros que lanzó Southern Energy, una sociedad integrada por Pan American Energy (30%), YPF (25%), Pampa Energía (20%), Harbour Energy (15%) y Golar LNG (10%), que apunta a exportar gas natural licuado (GNL) desde Vaca Muerta.
O sea, se trata de un emprendimiento cine por ciento privado, al que el grupo de Paolo Rocca pretende obligar a contratar, con el argumento que si no le dan el negocio cierra su planta. La jugada es obvia: amenaza al gobierno con un conflicto sindical y una pésima noticia, para que a su vez, presione a Southern Energy.
«La pregunta obvia es: Si no existiera el proyecto de Southern Energy, Techint debería cerrar la planta de Tenaris?», afirmó con ironía a LPO, un empresario del sector.
El proyecto tiene dos etapas. La primera plantea un gasoducto cortito de 27 kilómetros en total que vinculará el gas del primer barco con el gasoducto de San Martín, que se supone estará operativo en 2027. El año siguiente, cuando llegue el segundo barco, ya se necesitará un gasoducto dedicado de 480 kilómetros, que conectará Vaca Muerta con el puerto rionegrino de San Antonio Oeste. Esa es la obra que quiere Techint.
El mes pasado llegaron a Río Negro las primeras 5.000 toneladas de caños de acero chino revestidos de concreto para conectar 15 kilómetros «en tierra» (onshore) entre el gasoducto San Martín y San Antonio Este, así como 2 tramos de 6 kilómetros submarinos (offshore) cada uno entre la costa atlántica y el sitio donde se instalarán los barcos de licuefacción Hilli Episeyo a fines del año que viene y el buque MK II en 2028.
La pregunta obvia es: Si no existiera el proyecto de Southern Energy, Techint debería cerrar la planta de Tenaris?
«Los precios de los caños de Techint son un 40 por ciento más caros que los de sus competidores, ya sea de China, India, Colombia o México. Y a eso hay que sumarle otro 25 por ciento que es lo que te cobran por llevarte los caños al lugar de la obra», agregó otra fuente del sector, que no participar de la obra de Southern Energy.
El proyecto de Southern Energy producirá entre 1,5 y 2,2 millones de toneladas anuales de GNL. Es la única iniciativa concreta de GNL que avanza, mientras YPF sigue fracasando con los mega anuncios que hace Horacio Marin de grandes plantas de licuefacción por decenas de miles de millones de dólares, primero con Petronas y después con Shell.
«Condicionar la decisión de empresas privadas no es defensa industrial. Es extorsión en voz alta», agregó a LPO una fuente del sector. «Bajo el argumento de defender la producción nacional, impone condiciones que el Estado termina pagando. Esa lógica, que se disfrazó de modelo de desarrollo, hoy vuelve con otra máscara», agregó la fuente consultada.
Techint arrastra una historia compleja de lobby sobre el poder, que quedó expuesta a cielo abierto en el caso de los Cuadernos, donde se comprobó la entrega de bolsos repletos de dólares al kirchnerismo en el garage de la torre de la calle Della Paolera, que fueron soslayados por la justicia federal argentina, que aceptó el argumento que se trataba de «aportes de campaña» no declarados.
La revelación sobre los costos de los caños de Techint arroja dudas sobre la construcción del gasoducto Néstos Kirchner en el anterior gobierno. «Lo hicieron rápido y bien, pero costó casi el triple de lo que hubiera costado con otro proveedor», afirmó a LPO un empresario del sector, que reconoce la buena capacidad de ingeniería del grupo italo-argentino.
La construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, financiada con el impuesto a las grandes fortunas, terminó costando más de USD 2.000 millones. Durante su ejecución se acumularon sobrecostos por demoras y adendas que dispararon el presupuesto muy por encima de lo previsto. Buena parte de esa diferencia tuvo un único beneficiario: Paolo Rocca.
De hecho, la planta de Valentín Alsina que Rocca amenaza con cerrar se montó para las obras públicas del Gasoducto Néstor Kirchner y la reversión del Gasoducto Norte. Si bien se inauguró en 1948, ahora trabaja por proyecto, con una dotación de entre 300 y 400 empleados.
El discurso de defensa de la industria nacional que Rocca levantó en su última exposición pública, en un tiro por elevación al gobierno de Milei, tiene sus matices en la realidad del grupo. En la planta de Valentin Alsina no se fabrican las chapas de los caños. Se limitan a recibir las chapas que Techint fabrica en sus planas de Brasil, para enrollarlas y soldarlas.
El mismo espíritu práctico exhibe Rocca a la hora de definir donde paga impuestos. El holding de Rocca cuenta con una arquitectura tributaria que terceriza vía Uruguay para aliviar la carga impositiva, mientras su domicilio fiscal está en Luxemburgo.
La construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, financiada con el impuesto a las grandes fortunas, terminó costando más de USD 2.000 millones. Durante su ejecución se acumularon sobrecostos por demoras y adendas que dispararon el presupuesto muy por encima de lo previsto. Buena parte de esa diferencia tuvo un único beneficiario: Paolo Rocca, que cobró los caños y las obras a precios muy por encima del mercado.
Cuando se licitaron las compras de los caños en 2022, Techint intervino y cambió el rumbo del proceso. En los pliegos originales, la empresa Gezhouba aparecía en mejores condiciones técnicas y económicas para adjudicarse el contrato. Tal como reveló LPO en ese momento, esa ventaja generó una fuerte interna dentro de la Secretaría de Energía.
Un sector del gobierno impulsaba entonces la adjudicación a la china Gezhouba, convencido de que era la opción más eficiente para el Estado. Pero la presión de Rocca y su grupo torció la balanza. El episodio terminó con pliegos modificados, licitaciones demoradas y una Secretaría de Energía fracturada.
Aquel antecedente dejó una marca: cada vez que aparece un competidor, Techint activa su poder político para bloquearlo. El oleoducto Vaca Muerta Sur (VMS) expone la misma lógica: controlar todo, incluso a costa de contratarse a sí mismo.
El proyecto, originalmente impulsado por YPF en la gestión anterior, fue sostenido por la actual presidencia de Horacio Marín e incorporó a las principales petroleras privadas. En la composición accionaria final, Techint fue incluido como socio y, al mismo tiempo, resultó la empresa adjudicataria para construir el oleoducto.
Cuando se licitó el gasoducto Vaca Muerta Sur ganó por precio una firma de la India, pero Techint se sumó al consorcio y el presidente de YPF, Horacio Marin, que viene del grupo de Paolo Rocca, le terminó adjudicando la obra a Techint.
Cuando se licitó el gasoducto Vaca Muerta Sur ganó por precio una firma de la India, pero Techint se sumó al consorcio y el presidente de YPF, Horacio Marin, que viene del grupo de Paolo Rocca, le terminó adjudicando la obra a Techint. Un escándalo que LPO reveló en su momento.
Luego de una inspección realizada este jueves, el gobierno de Rio Negro dispuso que se frenaran todas las obras bajo el argumento de infracciones en medidas de seguridad e higiene e incumplimiento de la ley provincial, que impone un 80% de mano de obra local y un 20% foránea. La sanción se levantó este domingo, aunque aún se desconocen los terminos.
Casualidad o no, los principales directivos de YPF provienen de Tecpetrol, el brazo petrolero de Techint. Tanto el presidente Horacio Marín, como Gustavo Gallino, actual vicepresidente de Infraestructura de YPF, forjaron su carrera profesional dentro del grupo.
Durante los últimos días, distintos vecinos reginenses recibieron, por parte del municipio, apercibimientos por alimentar en sus veredas a perros callejeros: ¿Está prohibido darle de comer a los animales de la calle? La respuesta la podemos encontrar en diferentes cuerpos legislativos, tanto a nivel municipal (Ordenanza Municipal 014-14), como nacional (Ley Nº 14.346) e internacional…
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