IMAGINANDO BUENAS #31
De regreso a Octubre desde Octubre, cantan los Redó. Otro mes en pandemia y ni un ápice de revoluciones ni insurgencias. Cada vez más cerca del pan dulce y el viteltoné. La Sociedad Rural no liquida los granos, leí en los diarios, sugiero que salgamos a tocar bocina con la banderita argentina porque el campo somos todos ¿o no? Que liquiden mi parte de los granos, los transgénicos también.
Mientras tanto se queman miles de hectáreas de bosque nativo con epicentro en Córdoba. Lo mismo que pasó en el Amazonas brasilero el año pasado. Por qué sucede, me pregunto. ¿Será porque hay personas con mucha plata que quieren comprar tierras arrasadas en oferta y expandir los campos de soja transgénica? Nah, no creo. El capitalismo es bueno y lindo. Perdón por pensar mal de ustedes, pooles transnacionales de siembra.
El que terminó con la grieta al menos por un día fue el dibujante más groso. Te nos fuiste, Quino. Gracias por tanto. Me siento privilegiado de haber crecido al calor de tus historietas. Gracias padrino Gustavo por regalarle Mafalda a mi hermana. Fue un viaje de ida, como la muerte que ahora mismo lamentamos. Quedan montañas de tiras tiernas y lúcidas sin concesiones. Las redes se inundaron de tus personajes, Quino. Hasta las Susanitas y Miguelitos de la vida real te compartieron sin pudor.
El mundo sigue cada vez peor pero qué tanto peor lo sería sin esos sujetos que intentan mejorarlo. “Nunca alcanza. ¡No hay témpera blanca que lo corrija!” dijo Tute despidiendo al Maestro. Yo digo que nunca alcanza y cuando ganás un frente, ya te abrieron diez más. Que no nos gane el pesimismo. O sí, que nos lleve puestos. Ese pesimismo amable que te susurra al oído todo lo malo que hay que cambiar.