
En medio de tantas pálidas para lxs trabajadorxs, y en un contexto social y político donde el sueño de tener la casa propia —o incluso poder alquilar— se vuelve un espejismo cada vez más etéreo, ilusorio e inalcanzable, el pasado domingo familias y vecinxs del Barrio Comunitario Norita Cortiñas se reunieron para conmemorar dos años desde que un largo proceso de lucha y organización les llevó a conseguir su propio barrio. Por Franco Tabares para ANRed
El proceso de buscar un nuevo lugar comenzó en la oscura mañana del 28 de octubre de 2020, cuando fueron desalojadxs violentamente por Berni y Kicillof de las tierras ociosas que habían recuperado como tierra para vivir. Desde entonces, y con mucho esfuerzo, han ido levantando un espacio donde refugiarse de un mundo cada vez más hostil. Un barrio con viviendas de material, agua, electricidad, donde buscan retomar eso que el capitalismo insiste en dejar atrás: lo comunitario, los lazos solidarios entre familias que comparten un territorio y la coordinación multisectorial para fortalecer la lucha, la organización y la posibilidad de una planificación urbana desde abajo.
En una tarde que no acompañó del todo, con un cielo que pasó de estar despejado al mediodía a parcial y totalmente nublado para las primeras horas de la siesta y con un frío ya invernal, intenso, que calaba los huesos y que no dio tregua, los vecinos igualmente se juntaron a festejar.

Todo comenzó con una muy acorde ambientación musical (en los parlantes del escenario sonaban las oportunas letras de las canciones de “Les Ñeris”), siguió con bandas como la local “Feliz entierro”, y después “Oye Changx”, tocando temas en vivo, muy aplaudidos y por momentos incitando al baile bajo los árboles de la plaza central del barrio. Entre banda y banda, se anunció que la rifa solidaria con una vecina había cumplido su objetivo de ventas y se procedió a hacer el sorteo en el que alguien ganó el primer premio del tatuaje gratuito, alguien ganó dieciocho fotos Polaroid y otros se llevaron el tercer premio, el más codiciado: 2 kilos de patys caseros.
Mientras tanto se iban fritando chicarrones, tortas fritas, se asaban choris y se calentaban las hamburguesas de lenteja para los que preferían opción sin carne. Circulaban algunas latas de cerveza y botellas de vino, aunque el clima se prestara más para el mate. Al final se cerró el festejo con la tradicional torta de cumpleaños que se repartió entre los asistentes. Todo frente al SUM que de a poco van construyendo tanto quienes viven ahí como quienes se acercan a colaborar. Al fondo de la plaza, en la escuela de ajedrez Nona Gaprindashvili, organizada por la CNJ (Casa de la Niñez y la Juventud), lxs más peques y algúnx que otrx adultx jugaron al ajedrez como todos los domingos.

El barrio, que todavía está en construcción, no sólo es fruto de la lucha y la organización de los vecinos del barrio si no también del trabajo solidario y coordinado de distintas organizaciones sociales, cooperativas locales y docentes y activistas sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Específicamente acá coexisten organizaciones como el FOL (Frente de Organizaciones en Lucha), el mencionado Centro de Niñez y Juventud, cooperativas locales como la Co.P.A. (Cooperativa de Producción Agroecológica de Guernica), la cooperativa de vivienda del barrio, Tierra y Vivienda Zona Sur, y docentes de cátedras de la UBA de Arquitectura y Geografía (algunos de los cuales integran el G.E.G.U., Grupo de Estudios de Geografía Urbana). Y como dice Yamila Rodriguez (30), vecina y militante del FOL, se apunta a la multisectorialidad: “que no solamente seamos compañeros de organizaciones sociales piqueteras, sino más bien que se promueva (la participación de) otros compañeros que son activistas en este sentido, que son militantes, pero que quizá militan otros espacios, quizás sindicales, que son docentes, compañeros que son abogados, compañeros que somos trabajadores sociales, arquitectos y demás”. Además no se trata de construir casas individuales: como dice Vanesa (47), vecina del barrio, “con los arquitectos que están acompañando el proyecto se pudo hacer la división y el lugar de la plaza, y pensar todos los lugares estratégicos también como para estar, (…) se pensó en el espacio de atrás como el espacio educativo y recreativo. Ahí justo estaba charlando con unas compañeras que son profes de fútbol y demás, como también para ir… Que sean parte también de esto con las tareas que ellas van haciendo en otros lados, que las puedan traer también acá.”

Para dar un poco de contexto a la situación habitacional en la zona, podemos citar a Juan Pablo Venturini (35), doctor en geografía, especializado en estudios urbanos que asesora y colabora con el barrio, cuando dice que “(en) las zonas de expansión del municipio de la zona sur, San Vicente, Echeverría, Almirante Brown, Presidente Perón y Ezeiza, de los últimos 20 años, el 60% de la nueva superficie residencial de vivienda es de barrios cerrados. (…) Y después una superficie mucho menor, que no llega al 20% de esa nueva superficie, es para urbanización popular, y en muchos casos en forma precaria, (generada) mediante tomas o loteos truchos, o sea: no es parte de la política, sino parte simplemente de la necesidad de la gente.”
En medio de los festejos por estos dos años del barrio Norita Cortiñas, y mientras las bandas tocaban, tuvimos la impertinencia de sacar a un costado a 3 de los numerosos protagonistas de todo este proceso de lucha y recuperación, y pedirles que nos hablen sobre lo que es y lo que rodea la historia de este emblemático barrio comunitario. A continuación les compartimos sus palabras:
Entrevista completa
También les dejamos las redes sociales y datos de contacto del barrio, para quienes quieran contactarse y acercar alguna ayuda o proponer algún tipo de colaboración:
Instagram: https://www.instagram.com/barriocomunitarioc
Facebook:
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Mail: [email protected]
Ubicación: https://maps.app.goo.gl/YQT1yEYUzuxZ9PRD7