|

FORÚNCULOS DEL ALMA O DESPUÉS DEL INCENDIO

Si las letras también se quemaron y nos quedamos mudxs, ahora nos toca regenerar las hojas de verduzcas expectativas, las indescifrables ramificaciones de los deseos, el tronco mocho de la responsabilidad y las raíces enterradas del porvenir.

Sobrevolaron helicópteros y teros, mientras alguien observaba cómo una nube embarazada de la más pura y divina agua celestial huía asustada hasta los desconocidos confines de un árido principatagónico del paralelo 42.

No es fácil describir el después cuando al mirar la montaña los árboles ya no están, los pájaros no cantan, la casa se esfumó por un ardiente soplido, o la angustia crece ante una flameante incertidumbre que no para de crecer…

Sin embargo, llegaron los bomberos al centro del Bolsón y los fervientes aplausos no pararon. Bomberos que supieron domar, escalar y apagar un monstruo fogueante de casi cuarenta metros de altura, y tan ancho que su cuerpo se medía en kilómetros. Y sí, después del incendio los aplausos debían continuar…

Porque después del incendio ya no hay cámaras, y la información no se expande con las miradas o los ecos de catastróficas noticias, y, ni siquiera, por los cínicos turistas apilados como en un autocine sacándole fotos a las avionetas o a la opaca tristeza que emanaba como el hollín de una abandobada chimenea de las padecientes montañas.

Después del incendio empezamos a olvidar el tóxico humo de la negligencia, empezamos a respirar los resquicios de un escándalo que se evapora con la brisa de la mañana siguiente, empezamos a dormirnos en los laureles de un desfiladero de autos que llegan como hormiguitas viajeras por una ruta 40 demasiado gastada…

Después del incendio, ¿vendrá el incendio de otro incendio? ¿Caerá granizo celeste y blanco? ¿Lloverán pingüinos? ¿Se inflará la inflación con putrefactas inflamaciones o forúnculos del alma? ¿Se abrirán las puertas del Edén para dejar filtrar las cloacas citadinas? ¿Saltarán los semáforos de alegría? ¿O seguirá todo igual antes que la nada sea lo mismo de siempre?

Portada: Antonio Guedes Ardiles, cenizas humanas 

Difunde esta nota

Publicaciones Similares

  • |

    EXPO PATAGONIA UNIVERSIDAD

    La séptima edición de la ya tradicional Expo Patagonia Universidad, la feria de carreras más relevante de la Patagonia, prepara novedades para este año: por un lado, un formato bimodal, que implicará la realización de dos exposiciones; una virtual, el 29 y 30 de junio; y otra presencial, en octubre, con fecha a confirmar. Entre las…

    Difunde esta nota
  • Ucrania: una paz que avanza a la fuerza

     

    En menos de 72 horas, la relación transatlántica cambió de naturaleza y todo parece indicar que los ucranianos han perdido la guerra. El 12 de febrero de 2025, el flamante secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, dio inicio a las negociaciones de paz en Ucrania. Ya desde un comienzo cedió ante las dos principales exigencias de Moscú: la no adhesión de Kiev a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la ratificación de las “nuevas realidades territoriales”, es decir, la anexión de cuatro regiones ucranianas a Rusia, así como también de Crimea. Al día siguiente, tras una larga conversación telefónica con Vladimir Putin, el presidente Donald Trump anunció su intención de reunirse con su par ruso en Arabia Saudita –sin los ucranianos ni los europeos– y expresó su deseo de que pronto se organicen elecciones en Ucrania. Finalmente, el 14 de febrero, en un discurso pronunciado en una conferencia en Munich, el vicepresidente estadounidense, más que abordar la cuestión ucraniana, reprochó a los dirigentes europeos el hecho de que deshonraran las aspiraciones de sus propios pueblos restringiendo la libertad de expresión en las redes sociales o anulando las elecciones en Rumania por supuestas injerencias rusas (1).

    Semanas antes, Trump había lanzado una ofensiva comercial al aumentar los aranceles a las importaciones de Canadá, México y la Unión Europea, y también había expresado sus intenciones anexionistas sobre Groenlandia (2). Sin embargo, de ahora en adelante, ya no se trata tan sólo de manipular a sus “aliados” para que compren más armas o para equilibrar la balanza comercial. Al declarar que Estados Unidos no les concedería garantías de seguridad ni a Ucrania ni a las tropas europeas que pudieran desplegarse para hacer cumplir un eventual alto el fuego, Trump inevitablemente sembró dudas sobre la solidaridad estadounidense en caso de un ataque al territorio de un miembro de la OTAN. Sin su contrapartida de seguridad, el vínculo transatlántico se parecería más bien a una completa relación de dependencia.

    No obstante, desde 2022, Estados Unidos ha “invertido” un promedio de 35.300 millones de dólares por año en Ucrania (3). Mucho más que los 3.000 a 5.000 millones de dólares que Washington destinó cada año a Israel antes del ataque del 7 de octubre de 2023 y el equivalente a casi la mitad de los gastos militares anuales para Afganistán entre 2001 y 2019 –un esfuerzo para financiar una ocupación militar y operaciones directas–. El nivel de apoyo a Ucrania se sitúa, por lo tanto, en algún punto intermedio entre la ayuda brindada a un aliado histórico en Medio Oriente y el compromiso de una intervención directa en el campo de batalla en su propio nombre. Pero a Trump poco le importa todo eso: la guerra en Ucrania no es la de Estados Unidos, sino la de su antiguo rival Joseph Biden…

    Errores de cálculo

    Evidentemente, la magnitud de la ayuda occidental llevó a Kiev a cometer un error y la alentó a rechazar la negociación. En la primavera boreal de 2022, incluso antes de que Occidente le proporcionara su apoyo militar, la resistencia ucraniana podía enorgullecerse de haber frustrado la operación de cambio de régimen fomentada por el Kremlin y de haber minimizado las pérdidas territoriales. Después de cuatro semanas de combates, los beligerantes estaban cerca de llegar a un acuerdo. En Estambul, Kiev aceptó un estatus de neutralidad –es decir, renunció a adherirse a la Alianza Atlántica– y confirmó su intención de no dotarse de armas nucleares. A cambio, buscaba conseguir la retirada voluntaria de Moscú de los territorios que había ocupado desde el 24 de febrero. Sin embargo, Kiev necesitaba garantía de seguridad por parte de los líderes occidentales, quienes se la negaron. Boris Johnson se convirtió en el portavoz de la posición occidental durante una visita a la calle Bankova, sede de la Presidencia ucraniana. El Primer Ministro británico afirmó que nunca firmaría un acuerdo con Putin. Por eso, lo que ofrecían no eran garantías, sino armas (4).

    Europa deberá pagar la reconstrucción de Ucrania y, al mismo tiempo, afrontar los costos de su seguridad.

    Por un tiempo fue posible creer que dicha apuesta resultaría exitosa. Tras una primera contraofensiva, en noviembre de 2022, Kiev recuperó la ciudad de Jersón, ubicada en la orilla derecha del río Dnieper. Se desató la euforia. La palabra “negociaciones” se volvió tabú. No alinearse con los objetivos ucranianos –es decir, recuperar por la fuerza las fronteras de 1991– equivalía a firmar un pacto con el diablo. Los grandes medios de comunicación occidentales respaldaron el decreto ucraniano de octubre de 2022 que prohibía las negociaciones con Putin, a quien buscaban llevar ante la justicia internacional por crímenes de guerra (5).

    Sin embargo, la segunda contraofensiva ucraniana de junio de 2023 resultó en una derrota. En los medios de prensa, los estadounidenses expresaron su descontento: Kiev habría escatimado demasiado sus hombres para privilegiar ataques tácticos dispersos a lo largo del frente en lugar de enviar soldados en masa a los campos de minas rusos con la esperanza de traspasar las defensas del adversario y cortar el puente terrestre entre Rusia y Crimea (6). Bajo la presión de Washington, Kiev redujo la edad de reclutamiento de 27 a 25 años en abril de 2024, pero en diciembre se negó a bajarla a los 18 años. Así, la apuesta hecha en base a las exhortaciones occidentales fracasó trágicamente. Tanto el costo humano –cientos de miles de muertos y heridos– como los sacrificios exigidos a la sociedad fueron en vano (7).

    Como lógica consecuencia, durante el mismo período, Rusia experimentó una suerte inversa. El inicio de su “operación militar especial” resultó un fiasco. Los servicios de inteligencia rusos sobrestimaron los apoyos con los que contarían tanto por parte de la población como dentro de las élites ucranianas. El Ejército se estancó en los barrios periféricos de la capital ucraniana y fracasó en su intento de tomar el control del país. El Kremlin decidió entonces concentrar su dispositivo militar en el Donbass y Crimea. Concebida inicialmente como una expedición relámpago, la guerra fue cambiando de escala y de naturaleza. La movilización forzada decretada en septiembre de 2022 provocó una ola de protestas y exilios.

    Atrapada en su propia guerra, Rusia agravó su situación en materia de seguridad. Su “operación militar especial” tenía como objetivo, por un lado, prevenir que Ucrania se rearmara –antes de que Kiev recuperara por la fuerza las regiones separatistas prorrusas– y, por otro lado, poner un freno a la expansión de la OTAN hacia el Este. No obstante, unos meses después del inicio del conflicto, Rusia enardeció el patriotismo de un adversario que recibía un flujo continuo de armas y que contaba con el respaldo de una Alianza Atlántica reforzada con dos nuevos miembros: Suecia y Finlandia, que limitan con la zona ártica, estratégica para Moscú. Los dirigentes europeos reforzaron los batallones enviados al flanco oriental de la alianza, incluida Francia, que hasta entonces se oponía a una presencia permanente. La fuerza de reacción rápida de la OTAN cuadruplicó su número de efectivos; también continuó la construcción de la nueva base antimisiles estadounidense en Polonia, en donde los norteamericanos elevaron su presencia militar a 10.000 soldados. Lejos de calmarse, en Rusia las preocupaciones respecto de la seguridad se intensificaron por no haber previsto la fuerza y la unidad de la reacción occidental. Empero, al apostar por la consolidación de sus defensas detrás del Dnieper, Rusia logró estabilizar el frente. Los avances territoriales, como la toma de Bajmut en mayo de 2023, se consiguieron a costa del sacrificio de numerosas tropas, en un país ya golpeado por su crisis demográfica.

    El Presidente estadounidense parece elevar a Rusia al rango de nueva aliada.

    Si bien Rusia mostró debilidades militares, la resiliencia de su economía resultó sorprendente. El Banco Central había acumulado suficientes reservas para asumir una confrontación financiera con Occidente. Logró sostener eficazmente el rublo y salvar su sistema bancario a pesar del congelamiento de sus activos en Europa y Estados Unidos. En cuanto a las sanciones energéticas, terminaron volviéndose en contra de los propios impulsores europeos: el aumento de los precios del gas compensó la pérdida de los volúmenes enviados al Viejo Continente, dando tiempo a Rusia para reorientar sus exportaciones de hidrocarburos hacia Asia (8). El fracaso de la estrategia de aislamiento se volvió evidente porque, si bien Moscú se vio obligada a recurrir a “Estados parias”, como Corea del Norte o Irán, para obtener armas o soldados, la realidad es que no le faltaron socios económicos interesados en sus descuentos energéticos. Los países que forman el núcleo del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) vieron con preocupación la ofensiva punitiva financiera de Washington contra uno de sus miembros y profundizaron de forma preventiva su cooperación para reducir el uso del dólar en sus intercambios. En 2024, BRICS acogió a cinco miembros nuevos, entre los que destacan los Emiratos Árabes Unidos, un actor clave en las nuevas rutas del petróleo ruso (véase el artículo de págs. 12-14).

    ¿Acercamiento al hermano menor?

    Al elegir negociar cara a cara con Moscú, Trump le ofrece una vía de escape al Kremlin. El Presidente estadounidense parece elevar a Rusia al rango de nueva aliada. Las concesiones, por ahora sólo verbales, resultan vertiginosas: reanudación de las negociaciones sobre el desarme, promesa de reincorporación al G7 y, a largo plazo, levantamiento de las sanciones. Aunque el Presidente estadounidense trate de morigerar estas promesas en las próximas semanas, la solidaridad transatlántica parece estar ya profundamente deteriorada.

    Estas declaraciones podrían cerrar la era geopolítica que comenzó en 1949. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos creó la Alianza Atlántica para imponer su influencia a la mitad de Europa, mientras que la otra mitad se alineaba primero con el bloque soviético y luego se unía al Pacto de Varsovia en 1955. Sin embargo, a fines de la década de 1980, el último líder soviético, Mijail Gorbachov, al frente de un país agotado por la carrera armamentista, se comprometió con una serie de concesiones unilaterales y desordenadas: aceptó la reunificación de Alemania y su adhesión a la OTAN sin obtener garantías escritas sobre la no expansión de la alianza occidental en Europa del Este. De este modo, el antiguo instrumento de seguridad sobrevivió a la Guerra Fría, y la Unión Europea, al expandirse, permaneció firmemente vinculada a Washington. Aunque en 1989 y 1990 se llegó a considerar por un momento la posibilidad de implementar un nuevo sistema de seguridad, no surgió ninguno alternativo tras la disolución de la URSS en 1991. Si bien el conflicto ruso-ucraniano tiene en parte su origen en esta oportunidad perdida, su resolución negociada está provocando una reconciliación ruso-estadounidense a espaldas de Europa.

    En Munich, el vicepresidente James David Vance incluso señaló una nueva dirección estratégica de Estados Unidos: “A Putin no le interesa ser el hermano menor en una coalición con China” (9). ¿Se trata del regreso a la estrategia de triangulación que había puesto en marcha el presidente estadounidense Richard Nixon en 1971 al acercarse al “hermano menor” (en ese entonces, China) para aislar mejor al enemigo principal (la URSS)? Si este es el “plan”, Trump tendrá dificultades para romper el eje Rusia-China. Pekín, si bien se molestó por el hecho consumado de la invasión rusa y le ha reprochado a Moscú su abuso de la amenaza nuclear, no le ha retirado su apoyo. China suministra de manera discreta tecnologías necesarias para el complejo militar-industrial ruso, al mismo tiempo que profundiza su cooperación militar con Moscú. Aunque desequilibrada, esta relación se basa en una fuerte frustración compartida respecto de un orden internacional dominado por Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría.

    ¿Y Europa?… Europa se encuentra en la peor situación posible: ya debilitada por la crisis energética que ella misma provocó al renunciar –a petición de Washington– al gas ruso barato y pronto golpeada también por la guerra comercial decretada por la Casa Blanca, ahora se ve obligada a gestionar en soledad las consecuencias del revés occidental en Ucrania. Mientras la confrontación con Rusia alcanza un nivel incandescente y sus arsenales se han vaciado en favor de Kiev, Europa se prepara para aumentar de forma urgente su gasto militar, lo que implica comprar armamento estadounidense. Washington le exigía un “reparto de la carga” de la financiación de la alianza. Ahora la carga es doble: pagar la reconstrucción de Ucrania (que, a esta altura, Rusia deja de buena gana en manos de la Unión Europea) y, al mismo tiempo, asumir su propia seguridad. El gasto parece simplemente inasumible para los presupuestos europeos y augura nuevas divisiones.

    1. Benoît Bréville, “Liquidación electoral”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, enero de 2025.
    2. Philippe Descamps, “Affoler la meute”, Le Monde diplomatique, París, febrero de 2025.
    3. “Ukraine support tracker”, Kiel Institute for the World, 2024.
    4. Samuel Charap y Sergueï Radchenko, “¿Podría haber terminado la guerra en Ucrania?”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, julio de 2024. Volodimir Zelensky se esfuerza en negar el papel que habría desempeñado así Johnson; véase también Shaun Walker, “Zelensky rejects claim Boris Johnson talked him out of 2022 peace deal”, The Guardian, Londres, 12 de febrero de 2025.
    5. Véase, por ejemplo, “Soutenir l’Ukraine pour assurer la paix”, Le Monde diplomatique, 10 de enero de 2023.
    6. Alex Horton y John Hudson, “US intelligence says Ukraine will fail to meet offensive’s key goal”, The Washington Post, 17 de agosto de 2023.
    7. Hélène Richard, “Ucrania, una sociedad dividida por la guerra”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, noviembre de 2023.
    8. Hélène Richard, “Sanciones de doble filo”, Le Monde diplomatique, noviembre de 2022.
    9. Bojan Pancevski y Alexander Ward, “Vance wields threat of sanctions, military action to push Putin into Ukraine deal”, The Wall Street Journal, Nueva York, 14 de febrero de 2025.

     

    Difunde esta nota
  • Orazi recorrió hoy los trabajos que se realizan en la Avenida General Paz

    El Intendente Marcelo Orazi recorrió esta mañana la Avenida General Paz donde desde el miércoles se realizan trabajos de pintura demarcando con líneas blancas discontinuas para separar los carriles y con líneas continuas amarillas en los cruces y puentes. En la oportunidad, acompañado por el Director de Tránsito y Protección Civil de la Municipalidad Mario…

    Difunde esta nota
  • |

    Bullrich se queda: el DNU que confirma su permanencia en Seguridad y sepulta su banca en el Senado

     

    Fuentes cercanas a la Casa Rosada aseguran que el Decreto 793/2025 publicado hoy en el Boletín Oficial, lejos de ser una mera reorganización administrativa, es la confirmación tácita de que Patricia Bullrich no asumirá su banca en el Senado. El traslado de Migraciones y el Renaper a su órbita en Seguridad consolida su poder interno y la ubica en una posición clave hacia 2027.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

    El Decreto de Necesidad y Urgencia 793/2025, firmado por Milei y publicado este lunes en el Boletín Oficial, reconfigura de raíz la estructura del Poder Ejecutivo Nacional. La norma, presentada oficialmente como una medida de “eficiencia y modernización del Estado”, fusiona, elimina y reubica organismos enteros, pero uno de sus artículos encierra una lectura política que no pasó inadvertida ni siquiera entre los pasillos de Balcarce 50: Patricia Bullrich se queda en el Ministerio de Seguridad.

    El corazón del DNU: Migraciones y Renaper, bajo control policial

    Como informó hoy Noticias La Insuperable en su artículo “Milei elimina la Secretaría de Comunicación y pone a Migraciones bajo el mando de Bullrich”, el decreto dispone que la Dirección Nacional de Migraciones y el Registro Nacional de las Personas (Renaper) pasen a depender del Ministerio de Seguridad Nacional.
    Hasta ahora, ambas dependencias funcionaban bajo el ala del Ministerio del Interior, un área de carácter civil. Con la nueva estructura, las políticas de migración, documentación y ciudadanía pasan a estar directamente subordinadas a una cartera con perfil policial.

    La decisión implica un endurecimiento del enfoque gubernamental sobre el control fronterizo y la gestión de residencia, y refuerza una línea de gestión que Bullrich persiguió incluso antes de su llegada a LLA: concentrar en Seguridad todo el esquema de control poblacional.

    Entre la banca y el bastón

    Fuentes cercanas a la Casa Rosada consultadas por Noticias La Insuperable aseguran que la publicación del DNU 793/2025 sepulta la posibilidad de que Bullrich asuma su banca en el Senado, ganada en las elecciones legislativas de este año. “Es el gesto más claro de que se queda donde está. No va a soltar el poder que acaba de ampliar”, sostuvo una fuente del entorno presidencial.

    La jugada tiene un antecedente directo en las candidaturas testimoniales de Manuel Adorni y Diego Santilli, quienes —al igual que Bullrich— negaron durante la campaña que no ocuparían sus bancas, pero finalmente privilegiaron sus cargos ejecutivos. En el caso de Bullrich, el DNU la coloca al mando de un ministerio con más atribuciones que nunca, lo que hace de su continuidad en Seguridad una decisión estratégica más que circunstancial.

    La lógica Milei-Bullrich: control y proyección

    Desde el entorno libertario se interpreta el movimiento como un reforzamiento del tándem Milei-Bullrich, clave en la actual estructura de poder del Ejecutivo. Con Migraciones y Renaper bajo su órbita, Bullrich controla la puerta de entrada y salida del país, la documentación de todos los ciudadanos y el registro poblacional, un paquete de competencias que pocos ministros en la historia reciente concentraron en sus manos.

    Esa concentración de poder no sólo fortalece su peso dentro del Gabinete, sino que la posiciona como pieza central en la eventual fórmula presidencial para una reelección de Milei. “Si algo quedó claro con este decreto es que Bullrich no piensa irse al Senado a levantar la mano. Su mirada está puesta en el 2027”, deslizó otro funcionario con llegada directa al despacho presidencial.

    De la promesa al poder consolidado

    Durante la campaña electoral, Bullrich había insistido públicamente en que su candidatura al Senado no sería testimonial. Sin embargo, el nuevo DNU parece desmentir aquella promesa: la absorción de Migraciones fue uno de sus objetivos declarados desde que asumió en Seguridad, y con el 793/2025 finalmente lo consiguió.
    “Era su obsesión desde el primer día”, comentó un exfuncionario del Ministerio del Interior. “No se trataba sólo de control, sino de mostrar poder real en la mesa chica del Gobierno”.

    Una mirada hacia adelante

    El DNU 793/2025 marca un punto de inflexión en la arquitectura del gobierno de Milei. Mientras se eliminan organismos como la Secretaría de Comunicación, se fortalece el esquema de Seguridad y se otorgan a Bullrich nuevas herramientas que la convierten en la figura más poderosa del Gabinete después del propio Milei.

    Con la lupa puesta en la gestión de fronteras, los derechos migratorios y la concentración de poder, la incógnita sobre su banca en el Senado parece haberse disipado por completo. Todo indica que Bullrich seguirá al frente de Seguridad, más empoderada que nunca, y con la mirada puesta acompañando a Milei en la próxima contienda presidencial.

     

    Difunde esta nota
  • |

    Petri y FAdeA, otra bomba de corrupción libertaria: contratos irregulares, retiros en efectivo y amedrentamiento interno

     

    El gobierno libertario no para de generar escándalos de corrupción.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    El escándalo que sacude a la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) expone irregularidades graves en la gestión de Luis Petri y deja al desnudo las contradicciones de la narrativa de austeridad del gobierno de Javier Milei. Contratos firmados sin aval del directorio, filmaciones de retiros de dinero en efectivo y represalias contra denunciantes configuran un cuadro que compromete a funcionarios y pone en tensión la credibilidad oficial.

    Denuncias internas que destaparon el caso

    El conflicto comenzó en agosto de 2025, cuando técnicos de FAdeA presentaron denuncias internas ante la gerencia de Asuntos Legales, Ética y Compliance, dirigida por Julia Enríquez. Los expedientes 1/2025 y 2/2025 dieron inicio a una investigación sobre pagos indebidos y la renegociación de contratos con empresas privadas.

    El presidente de FAdeA, Julio Manco, asumió en febrero de 2025 tras la renuncia de Fernando Sibilla. Con antecedentes en HSBC, en la gestión de Mauricio Macri y luego en la órbita de Milei, Manco impulsó un giro en la conducción: menos controles, más discrecionalidad y una relación relajada con los mecanismos de aprobación institucional.


    Contratos favorecedores y firmas irregulares

    El primer alerta. señalan desde EnOrsai, se produjo con la renegociación de un contrato con Alta Aviación. Los términos originales, que establecían un alquiler de hangar por 10.000 dólares mensuales y 45 dólares por hora técnica, fueron modificados unilateralmente por Manco:

    • Alquiler reducido en un 80%
    • Hora técnica bajada a 25 dólares
    • Seis meses de gracia otorgados

    El documento fue firmado únicamente por Manco, sin pasar por el directorio integrado por Emilio Magnaghi y el brigadier Francisco Leguiza, lo que en la administración pública representa una forma deliberada de eludir controles y revisiones jurídicas.


    Retiros de efectivo y evidencia filmada

    La situación escaló cuando se difundió la filmación de una secretaria vinculada al gerente comercial Pablo Salort retirando 10.000 dólares en efectivo de las oficinas de Alta Aviación. El pedido inicial era de 30.000 dólares, pero solo se entregó un tercio.

    La grabación mostró que la operación no estaba vinculada a ningún trámite oficial y que la secretaria trabajaba como auxiliar privada de Salort, sin relación institucional con FAdeA. Salort renunció tras la difusión, un gesto que los denunciantes interpretaron como un intento de cortar la cadena de responsabilidades más que una admisión de culpa.


    Patrón de irregularidades y represalias

    El retiro de los dólares no fue un hecho aislado. La investigación interna reveló un patrón de operaciones irregulares: contratos con beneficios desproporcionados para empresas privadas, movimientos administrativos opacos y solicitudes de dinero en efectivo fuera de los canales oficiales.

    Entre los denunciantes más activos se destacó Juan Ronco, del área de Ventas y Compras, quien detectó inconsistencias en acuerdos con Alta Aviación y Hangar Uno, beneficiarias recurrentes de decisiones sospechosas.

    La reacción de Manco frente a quienes denunciaron las irregularidades incluyó intentos de despido y amedrentamiento, frenados por Enríquez, quien preservó las pruebas y elevó la documentación a la Oficina Anticorrupción (OA) y a la Dirección de Transparencia del Ministerio de Defensa, dirigida por Martín Camps.


    Investigación oficial y repercusión mediática

    El 23 de septiembre de 2025, FAdeA remitió toda la documentación a la OA, que abrió la investigación preliminar SISA Nº 23.563. El 14 de noviembre, la Oficina confirmó la apertura formal del expediente, manteniéndolo bajo reserva.

    El caso se hizo público el 21 de noviembre, cuando los medios difundieron los detalles más sensibles: filmaciones, renegociaciones sospechosas, intentos de despidos y tensiones internas. Esto generó una alerta política directa sobre el ministro de Defensa, Luis Petri, cuyo manejo del área ya había sido cuestionado por episodios previos como irregularidades en contrataciones por 50.000 millones de pesos y un allanamiento frustrado en IOSFA.


    Contexto más amplio: corrupción estructural

    El escándalo FAdeA no es un hecho aislado: se enmarca en un patrón de irregularidades en el Ministerio de Defensa, que incluye venta irregular de terrenos, maniobras dudosas en IOSFA, falta de transparencia en el uso de fondos y auditorías que revelaron deudas y faltantes.

    La narrativa oficial del “Estado profesionalizado y eficiente” que el gobierno de Milei intenta instalar se desarma ante estos hechos, que muestran un sistema permeado por intereses privados, discrecionalidad y prácticas incompatibles con la austeridad pública.


    Impacto político y conclusiones

    El escándalo tiene un doble efecto:

    1. Compromete la continuidad de Luis Petri, uno de los ministros más expuestos del gabinete.
    2. Refuerza la percepción de que el ajuste libertario no eliminó la corrupción, sino que abrió nuevos flancos al reducir controles, desfinanciar áreas críticas y concentrar decisiones en pocos funcionarios.

    Como señaló un experto en gestión pública consultado por Noticias La Insuperable, “la corrupción no desaparece por decreto; requiere controles reales, transparencia y funcionarios calificados”.

    El caso FAdeA demuestra que el ajuste sin institucionalidad genera más discrecionalidad, más opacidad y más oportunidades para la corrupción, y que el gobierno de Javier Milei, lejos de erradicar estas prácticas, comienza a ser señalado como su principal garante.

     

    Difunde esta nota
  • Reunión virtual para conocer detalles del proyecto de renovación de la terminal

    El Intendente Marcelo Orazi y el Secretario de Gobierno Guillermo Carricavur participaron esta tarde de la presentación del Proyecto de Renovación Integral de terminales de ómnibus del Ministerio de Transporte de Nación. Recordemos que en marzo pasado, el jefe comunal firmó con el gobierno nacional el convenio que contempla la remodelación de la terminal reginense…

    Difunde esta nota

Deja una respuesta