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El viernes se presenta a la comunidad el proyecto de remodelación de la terminal

El próximo viernes 29 a las 10 horas en el salón de la Cámara de Productores se presentará el proyecto de remodelación de la terminal que fue aprobado por el Ministerio de Transporte de la Nación en el marco del convenio firmado en marzo pasado entre el Intendente Marcelo Orazi y esa cartera nacional.

En tanto, a partir de la toma de posesión de la terminal de ómnibus a fines de agosto, es importante destacar que la Municipalidad de Villa Regina, a través de distintas áreas, llevó adelante distintas tareas con el objetivo de mejorar su condición edilicia tanto en lo interno como en lo externo para mejorar la prestación del servicio que se presta a los usuarios.

En este sentido, ni bien el Municipio se hizo cargo de la misma, se procedió al recambio de los vidrios de las aberturas que se encontraban rotos; la recarga de los matafuegos; el lavado de paredes; pintura e instalación de nueva luminaria en el exterior, entre otros.

Cabe aclarar que estos trabajos fueron realizados ante la urgencia de contar con un inmueble con las condiciones de seguridad necesarias. Sin embargo, la remodelación integral de la terminal forma parte del proyecto cuyo financiamiento será aportado por el gobierno nacional y del cual ya se cumplimentaron los pasos administrativos y técnicos para recibir el primer desembolso económico.

Es por ello que también se retiraron los carteles ubicados en la parte externa de manera de dejar las paredes despejadas para cuando se inicien los trabajos definitivos.

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  • Los tecno-oligarcas colonizan Washington

     

    Las soluciones digitales que ofrece la empresa Palantir Technologies son, de hecho, el sistema operativo del poder militar en Estados Unidos. Esto representa una inédita cesión de soberanía operativa del sector público en favor de agentes privados a través de un modelo de externalización que resignifica infraestructuras y procesos que constituyen los fundamentos mismos del Estado.

    La empresa es la nave nodriza del nuevo complejo militar industrial digital. Pero, además, y principalmente, es un caso testigo en el sostenido proceso de colonización de capacidades del Estado que llevan adelante los tecno-empresarios de Silicon Valley, protagonistas de una dinámica, extraordinaria por escala y profundidad, de hibridación de poder.

    A través de un contrato con el Pentágono a fines de julio de 2025 y por un monto total de 10 mil millones de dólares —de los más gravosos de la historia en el área de Defensa—, Palantir gestionará decisiones militares fundamentales sobre objetivos, movimientos de soldados e inteligencia. El mantra de la eficiencia, que se articula en función de relatos que consagran los efectos redentores del solucionismo digital y la inteligencia artificial, es el argumento para la operación política de captura de los actores privados de áreas y prácticas que históricamente fueron exclusivas del Estado.

    El control operativo de Palantir sobre el Pentágono representa un salto cardinal de reconfiguración política en Washington: legitima y pondera el protagonismo en el gobierno de lo público de una nueva élite, la de los CEOs de Silicon Valley, que gestionan los procesos de innovación a través de la IA, una tecnología que conlleva capacidades performativas de alcance civilizatorio porque en sus efectos redefine los patrones políticos, económicos y culturales que significan la vida.

    Es una élite que actúa cada vez más como una oligarquía: en su hacer despliega una metapolítica que se asienta sobre postulados anarco-libertarios y una irrefrenable pulsión tecno-utópica al servicio de la progresiva construcción de una hegemonía de clase dominante. “No son solo innovadores, sino los arquitectos del orden posmoderno que está emergiendo a través de la IA, la disrupción digital y el capital tecnológico”, dijo el filósofo Alessandro Aresu.

    Agentes de las grandes corporaciones tecnológicas controlan o inciden en sectores relevantes de la administración del presidente Donald Trump: en Defensa, en la gestión de la información, en el régimen monetario (criptomonedas), en Comunicaciones y en Energía. Incluso el Ejército está incorporando formalmente a ejecutivos de Silicon Valley a través de la denominada “Unidad 201”. En junio pasado designó con el grado de tenientes coroneles a Shyman Sankar, director de tecnología de Palantir, a Andrew Bosworth, director de tecnología de Meta, a Kevin Weil, director de productos de OpenAI, y a Robert McGrew, exdirector de investigación de OpenAI. La distinción entre el actor (y el interés) público y el contratista (y el interés) privado se ha vuelto deliberadamente borrosa.

    Entre estos tecno-oligarcas se destaca el presidente de Palantir, el empresario  Peter Thiel, quien cree que Estados Unidos vive un proceso de declive que pone en juego su hegemonía y pregona que el Estado debe reconvertirse en una startup para superar el estancamiento. Su empresa es omnipresente en Washington: Michael Kratsios, inversor en Palantir, dirige la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología; Stephen Miller, subdirector del Gabinete de Políticas y asesor de Seguridad Nacional, posee unos 250 mil dólares en acciones de Palantir; David Sacks, socio de Thiel, está a cargo del área de criptomonedas e IA del Gobierno.

    Palantir ofrece soluciones para realizar una interpretación inteligente de la información y sus dispositivos se han vuelto primordiales para el Pentágono, pero también para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el Servicio de Impuestos Internos (IRS), la Oficina Federal de Investigación (FBI) y el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

    Arquitectos de un nuevo orden

    La exitosa trayectoria de construcción de poder y de adquisición de capacidades soberanas de las grandes compañías tecnológicas enuncia la consumación de un régimen digital que se vuelve hegemónico a medida que redefine los términos en los que se crea y administra el poder. El proceso advierte de una crisis sistémica que implica la pérdida de centralidad estratégica del Estado y la emergencia de un mundo de soberanías porosas e identidades fragmentadas, de un gran escenario político de dominios en construcción. En medio de esta perplejidad, la élite de los tecno-oligarcas acciona con fuerza y determinación y está dispuesta a imprimir las señas de un nuevo orden existencial.

    El futuro que imaginan asume, visibiliza, sus sesgos ideológicos porque, como advirtió el escritor Alessandro Baricco, la de Silicon Valley es, primero, una revolución de ideas y creencias y, recién después, tecnológica. Su imaginario reseña la consumación de un ethos de extrema individuación que los hace percibirse como profetas de un destino inevitable, el de un orden liberal tecnocrático, jerárquico y elitista. Su proyecto político parte de una premisa: salvar el capitalismo en la nube (el modelo de negocios de las plataformas digitales) y la IA de los riesgos socializantes de la democracia. hiperliberalismo, pero sin democracia.

    Los siguientes párrafos, tomados del libro El individuo soberano (1997), de Lord William Rees-Mogg y James Dale Davidson, uno de los textos de referencia para este universo, permiten entrever el perfil de su ideología: “El nuevo Individuo Soberano operará como los dioses del mito en el mismo ambiente físico que el ciudadano común y corriente, pero en un reino separado políticamente. Comandando vastos recursos y más allá del alcance de muchas formas de compulsión, rediseñará los gobiernos y reconfigurará las economías en el nuevo milenio”. O, con más detalle: “La nueva organización de la sociedad está implícita en el triunfo de la autonomía individual, y en la verdadera igualdad de oportunidades basada en el mérito (…) La tecnología hará que los individuos sean más autónomos que nunca (…) Los centros locales de poder se reafirmarán a medida que el Estado se transforma en unidades fragmentadas y superpuestas”.

    También resulta útil repasar algunas de las afirmaciones previstas en el Manifiesto tecno-optimista (2023), de Marc Andreessen, uno de los portavoces más activos del ecosistema Silicon Valley: “Creemos que el libre mercado es la forma más eficaz de organizar una economía tecnológica. (…) Creemos que los mercados son una forma inherentemente individualista de lograr resultados colectivos superiores. (…) Nuestros enemigos son la visión sin restricciones de Thomas Sowell (el hombre es por naturaleza defectuoso, egoísta y limitado y las instituciones le sirven como recurso para confrontar sus defectos y excesos), el Estado universal y homogéneo de Alexander Kojeve (que iguala amos y esclavos) y la utopía de Tomás Moro (abolición de la propiedad privada, educación y salud universal, libertad religiosa, ausencia de clases sociales)”.

    Thiel y Andreessen, pero también Alex Karp, Sam Altman, Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Eric Schmidt, David Sacks, Palmer Luckey, Balaji Srinivasan, Timothy “Tim” Cook, Sundar Pichai, Jensen Huang, son los nombres propios que esta nueva clase dirigente, que atesora inmenso poder económico (sus empresas superan en volumen a la mayoría de las economías nacionales), son decididamente influyentes porque construyen y facilitan conectividad (infoesfera) y lideran los desarrollos de IA, según sus patrocinadores, la tecnología definitiva.

    Thiel, el jefe

    El presidente de Palantir utiliza la potencia de su patrimonio corporativo para influir sobre el poder político. No crea fundaciones, sino que financia directamente a emprendedores y líderes que expresan sus ideas. Es uno de los principales donantes del partido Republicano con el fin de vigorizar el liderazgo de Donald Trump y apadrinar candidatos que consolidan la prevalencia del ideario MAGA. Su gran apuesta es el vicepresidente, J.D. Vance, a quien empleó en el fondo Mithril Capital y apoya con dinero en sus campañas electorales.

    Vance, el hijo de una familia simple que surgió de Ohio en el Rust Belt (cinturón del óxido) en el país profundo, pasó de los campos de batalla en Irak a las aulas de la prestigiosa Universidad de Yale. De allí egresó como abogado y poco después desembarcó en el entorno de Thiel. Ahora ejerce como interfaz entre el mundo de la política y Silicon Valley. Thiel, catalogado como uno de los intelectuales de derecha más influyentes de los últimos 20 años, se define como anarco-libertario. Plasmó los rasgos salientes de su ideología a través de la proclama “La educación de un libertario”, en la que puntualizó: Sigo comprometido con la fe de mi adolescencia: la auténtica libertad humana como condición previa para el bien supremo. Me opongo a los impuestos confiscatorios, a los colectivos totalitarios y a la ideología de la inevitabilidad de la muerte de cada individuo. Por todas estas razones, sigo llamándome ‘libertario’. Pero debo confesar que en las últimas dos décadas he cambiado radicalmente mi manera de pensar sobre cómo alcanzar esos objetivos. Y lo que es más importante, ya no creo que la libertad y la democracia sean compatibles.

    Thiel, junto con Karp, Luckey y Andreessen, son activistas comprometidos del reaccionario movimiento “tech-right”, la extrema derecha dentro de la tecno-oligarquía, que reivindica procedimientos autoritarios para organizar la vida común y promueve un orden social jerárquico, piramidal y elitista, administrado por un poder concentrado.

    Élite cognitiva

    La tech-right es el soporte de Silicon Valley para el movimiento de extrema derecha que está inundando la política en los países de Occidente y perfilando de manera creciente el sentido común de sus sociedades, que Quinn Slobodian, en el libro Los hijos bastardos de Hayek. Raza, oro, coeficiente intelectual y el capitalismo de la extrema derecha (2025), define como “nuevo fusionismo”. El autor lo describe como “un intento de desarmar la obra del humanismo liberal igualitario de los últimos 200 años y restaurar un orden jerárquico, basado en las diferencias naturales entre los seres humanos”, a medida que postula un ordenamiento social cimentado en “cuestiones de raza, inteligencia, territorio y dinero”.

    Slobodian indica que el “nuevo fusionismo” comenzó a formarse en la década de 1990, cuando “quienes discutían sobre la necesidad de defender el capitalismo y la libertad económica comenzaron a apelar a categorías científicas: en particular, la biología evolutiva, la psicología cognitiva e incluso las pseudociencias raciales”.

    En este proceso se introduce el coeficiente intelectual (CI) como mecanismo para catalogar la vida social, reemplazando los patrones económicos con los que el discurso neoliberal tradicional justificaba sus demandas meritocráticas en contra del humanismo socialmente integrador. La reivindicación del CI avisa en términos operativos, pero también ideológicos, de la emergencia de una “élite cognitiva”, el corpus que expresa al nuevo agente social de ruptura. 

    El propio Trump supo ejemplificar sin rodeos el sentimiento de superioridad que expresa este grupo cuando en 2013, por ejemplo, escribió: “Lo siento, perdedores y detractores, pero mi coeficiente intelectual es uno de los más altos, ¡y todos lo saben! Por favor, no se sientan tan estúpidos o inseguros, no es su culpa”.

    IA + eugenesia

    Los cultores de la “tech-right” se definen como “reaccionarios” porque rechazan los fundamentos de la modernidad liberal y se describen como antiilustrados, eugenistas, antidemocráticos (tecno-monárquicos) y aceleracionistas (abogan por el impacto tecnológico exponencial sobre todas las dimensiones de la vida). Sus ideólogos principales son el historiador y tecno-emprendedor Curtis Yarbin y el filósofo Nick Land.

    Yarbin vocifera su menosprecio por la democracia, “el fallido experimento democrático de los dos últimos siglos”, dice, porque, entre otras razones, permite que coexistan en los mismos espacios de decisión personas de alto CI con otras de bajo CI, e impulsa como correctivo la instauración de una “tecno-monarquía”. En una entrevista publicada a comienzos de 2025 por The New York Times dijo lo siguiente: “Cuando pido a la gente que reflexione sobre esta cuestión, los animo a que miren a su alrededor e identifiquen que todo lo exitoso que les rodea ha sido creado por una monarquía. Estas entidades que llamamos empresas son esencialmente pequeñas monarquías. Por ejemplo, si miran a su alrededor y ven una computadora portátil, esa computadora ha sido fabricada por Apple, que funciona como una monarquía”.

    El culto a la inteligencia, con el CI como parámetro, justifica en el universo ideológico de Yarbin la instrumentación de estrategias de eugenesia que redefinirán el rol de las personas en el mundo reconvertido en una gigantesca startup. En este sentido, por ejemplo, sugiere aislar a personas a las que sus presuntas carencias cognitivas las hacen menos productivas: “Encerrarlos en aislamiento permanente, como una larva de abeja en una celda cerrada, salvo en caso de emergencias. Esto volvería loco a cualquiera, salvo por el hecho de que la celda contendrá una interfaz de realidad virtual inmersiva que le permitirá vivir una vida rica y satisfactoria en un mundo completamente imaginario”.

    Land ha sistematizado estas ideas a través de su teoría de la “Ilustración oscura”, en la que argumenta sobre los fundamentos del nuevo orden: monarquismo, autoritarismo tecno-feudal y eugenismo (“abandonar el Homo sapiens como reliquia o fósil viviente”). Un orden, subraya, en el que la digitalización y la biomecánica desintegrarán las formas de soberanía y deconstruirán el sentido totalizador de lo político.

    El filósofo argumenta las condiciones que articulan la transformación en marcha:

    1. El cambio evolutivo está asociado al origen de nuevas especies (transhumanismo).

    2. Varios modos de evolución pueden operar simultáneamente, pero el más efectivo (digitalización + IA) domina el proceso.

    3. Una minoría de individuos (élite tecno-cognitiva) gestiona la evolución y la especie en su conjunto representa el laboratorio de ensayo.

    Un breviario que, aún cargado de desmesura, reseña sin eufemismos las ensoñaciones mesiánicas de la tecno-oligarquía. Sobre las formas y los fines, Evgeny Morozov explica: “No escriben sobre el futuro; lo instalan. (…) Se autoproclaman portavoces oficiales de la humanidad (…) La metamorfosis alcanza su etapa final no en manifiestos ni en hilos de tweets, sino en la colonización de los salones del poder en Washington. (…) ¿Su estrategia? Perturbar primero, eliminar después”.

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  • Zelensky se reúne con Trump el domingo y hay expectativa de un acuerdo con Rusia

     

    Volodímir Zelenski confirmó que se reunirá con Donald Trump el domingo en Mar a Lago como parte de los esfuerzos para poner fin a la invasión rusa. Según Zelenski, podría tener lugar en los próximos días y «se pueden decidir muchas cosas antes de año nuevo».

    «Ni un día que perder», escribió el presidente ucraniano en la plataforma X. – Acordado un encuentro al más alto nivel – con el presidente Trump en un futuro próximo. Se pueden decidir muchas cosas antes de Año Nuevo». Luego, confirmaron que será el domingo.

    El periódico ‘Kiev Post‘ citó fuentes diplomáticas, según las cuales se espera que Zelenski viaje a Estados Unidos para mantener conversaciones el 28 de diciembre en Mar-a-Lago (Florida).

    Zelenski dijo que él y su equipo hablaron con el enviado especial del presidente de EE.UU., Steven Whitkoff, y con el yerno del mandatario estadounidense, el empresario Jared Kushner. Según Zelenski, la conversación duró casi una hora, en la que se discutieron ideas sobre «formatos, reuniones y calendario».

    La filtración de un diálogo entre EEUU y Rusia complica el plan de paz de Trump para la guerra en Ucrania 

    El miércoles, el presidente ucraniano dio a conocer una nueva versión del plan estadounidense para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, que Washington y Kiev llevan semanas discutiendo. Afirmó que Ucrania y EEUU habían llegado a un consenso sobre varias cuestiones clave para poner fin a la guerra de casi cuatro años con Rusia. El texto aboga por congelar la línea del frente, pero no ofrece una solución inmediata a la espinosa cuestión de los territorios ucranianos ocupados por Rusia.  

    Zelenski dijo que él y su equipo hablaron con el enviado especial del presidente de EE.UU., Steven Whitkoff, y con el yerno del mandatario estadounidense, el empresario Jared Kushner. Según Zelenski, la conversación duró casi una hora, en la que se discutieron ideas sobre «formatos, reuniones y calendario

    A diferencia de la versión original de este documento redactada por los estadounidenses, el nuevo borrador del plan de paz no especifica dos de las principales exigencias de Moscú: la retirada de las tropas ucranianas del territorio de Donbás, incluso las que están bajo control de Kiev, y el compromiso jurídicamente vinculante de Ucrania de no ingresar en la OTAN. También sigue sin resolverse la cuestión de la gestión de la central nuclear de Zaporiyia, incautada por las tropas rusas.

    Por su parte, el Kremlin anunció el viernes que Rusia retomó  los contactos con Estados Unidostras analizar el plan de paz de 20 puntos presentado por Ucrania y sus aliados europeos. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, indicó que, por encargo del presidente Vladímir Putin, se produjo un contacto entre representantes de ambos países. Por parte rusa intervino el asesor de política internacional, Yuri Ushakov, mientras que Estados Unidos contó con varios interlocutores.

    Peskov señaló que el emisario ruso para Ucrania, Kiril Dmítriev, informó a Putin sobre los resultados de su viaje a EE.UU. y que rusos y estadounidenses acordaron continuar el diálogo.

    Trump dice que está cerca de un acuerdo con Rusia y Ucrania 

    Ni Putin ni otros altos funcionarios rusos han comentado públicamente el documentode 20 puntos presentado por Zelenski. Peskov dijo que cualquier comentario podría «repercutir negativamente en la marcha del proceso negociador». 

    Hace una semana, Putin afirmó que nunca ha rechazado el plan presentado por Trump y aseguró que «la pelota está en el tejado» de Kiev y sus aliados. Además, insistió en el repliegue ucraniano del Donbás y señaló que respetar los intereses de seguridad de Rusia es la única forma de evitar futuras operaciones militares especiales en Europa.

     

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  • LIBERTAD ¿HACIA DÓNDE VAS?

    El movimiento como libertad quizás sea una lectura posible en tiempos de una desesperante calma. Hay tantas formas de libertad como maneras de comprenderla. Las opciones se ramifican hasta que le perdemos el rastro en los imprecisos y puntiagudos bordes de la nada. En ese movimiento libertario los cuerpos se encuentran o se separan, y…

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  • Un diputado libertario festejó las obras del Presupuesto y era el dictamen peronista

     

    El diputado libertario Lisandro Almirón festejó que en el Presupuesto se incluyeran obras para su provincia y le tuvieron que aclarar que sólo aparecen en el dictamen de minoría que presentó el peronismo contra el que impuso el gobierno.

    «No puedo dejar de agradecer como correntino obras de infraestructura importantes que están plasmadas en este Presupuesto», dijo Almirón.

    En su intervención, el correntino celebró las obras de infraestructura vial para su provincia previstas en el dictamen de presupuesto del peronismo, como la ruta nacional 126 (tramo Sauce-Curuzú Cuatiá), la ruta nacional 119 (Mercedes-Curuzú Cuatiá), la ruta 12 (tramo Riachuelos-Saladas), la ruta 120 y la reparación y mantenimiento de la calzada de la autopista 14.

    El entusiasmo de Almirón se esfumó como la lista de obras que planea el gobierno libertario para Corrientes.

    «No es una chicana, pero lo que leyó Almirón es nuestro dictamen. Las obras están incluidas por pedido de los diputados de Chaco y Corrientes, en una lista anexa que presentamos», dijo el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.

    «Me pareció terrible lo que pasó recién», dijo la diputada de izquierda Myriam Bregman. «Es increíble que no sepan lo que están leyendo. Es terrible que la tomada de pelo sea tal que ni siquiera sepan de qué hablan. Estudien en su casa y después vengan», dijo Bregman.

     

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