El Templo de Karnak y la isla perdida del Nilo: el hallazgo que reescribe la historia de Tebas
Un estudio geoarqueológico reveló que el majestuoso Templo de Karnak, una de las joyas del Antiguo Egipto, fue construido originalmente sobre una isla natural del río Nilo hace más de tres mil años. El hallazgo cambia la comprensión sobre el origen simbólico y geográfico del santuario más grande del país.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

Una isla bajo la piedra
El complejo de Karnak, ubicado en la antigua Tebas —hoy Luxor—, es conocido por sus columnas gigantes, obeliscos y templos dedicados al dios Amón-Ra. Pero lo que pocos imaginaban es que, en tiempos faraónicos, el sitio no formaba parte de la ribera continental, sino que emergía como una isla en medio del Nilo.
Así lo reveló un equipo de geoarqueólogos liderado por investigadores franceses y egipcios, cuyos resultados fueron publicados recientemente. Mediante el análisis de sedimentos, formaciones fluviales y capas subterráneas, lograron reconstruir cómo el río, hace más de tres mil años, fluía de manera distinta: rodeando completamente el terreno donde hoy se alza el templo.
“Los datos muestran que el Templo de Karnak se erigió sobre una isla natural, un espacio rodeado por agua, con significados religiosos profundos para los antiguos egipcios”, explicaron los autores del estudio.
El Nilo como frontera sagrada
El hallazgo no solo tiene implicancias geológicas, sino también simbólicas. En la cosmovisión egipcia, el agua representaba el Nun, el océano primordial del que surgió la vida y el primer montículo de tierra: el lugar donde los dioses crearon el mundo.
Construir el santuario de Amón sobre una isla no habría sido casualidad, sino una recreación tangible de la creación del universo. El templo, entonces, se erigía como el punto donde el orden divino emergía del caos acuático.
“Es probable que los sacerdotes de Tebas consideraran a Karnak el primer pedazo de tierra creado por los dioses”, señaló uno de los investigadores. “El propio paisaje formaba parte del mito”.
Tres mil años de transformaciones
Con el paso de los siglos, el Nilo modificó su curso y los canales que rodeaban la isla fueron rellenándose de limo y arena. Las crecidas anuales fueron desplazando los brazos del río hacia el este y el oeste, hasta que el sitio quedó definitivamente unido a la ribera continental.
Los geoarqueólogos lograron detectar estos cambios mediante imágenes satelitales, perforaciones subterráneas y dataciones por radiocarbono. Así reconstruyeron el antiguo relieve del valle y demostraron que, cuando se colocó la primera piedra del templo, el lugar era un islote rodeado de agua.
Reescribiendo la historia de Tebas
El descubrimiento modifica lo que se sabía sobre la fundación de Tebas como capital del Imperio Nuevo. Indica que los antiguos egipcios eligieron el emplazamiento de Karnak no solo por su posición estratégica, sino por su valor espiritual y cósmico.
El Templo de Amón-Ra, el de Mut y el de Montu formaban parte de un conjunto que reflejaba la unión de los dioses y el equilibrio del universo. Ahora, saber que todo ese complejo nació sobre una isla da una nueva dimensión a esa arquitectura: no solo sagrada, sino también simbólicamente fundacional.
Un legado que sigue emergiendo
Hoy, el sitio de Karnak sigue revelando secretos bajo sus columnas y entre sus relieves erosionados. Este nuevo hallazgo une la arqueología con la geología para mostrar que, en Egipto, la historia y el paisaje se entrelazan en una misma trama: piedra, agua y mito.
Más de tres milenios después, el Templo de Karnak continúa siendo —literal y metafóricamente— la isla donde nació el mundo.