Un equipo internacional de científicos reveló en el sitio paleolítico de Barnham, en el Reino Unido, la evidencia más antigua conocida de que grupos humanos del Pleistoceno Medio fabricaban fuego de manera deliberada, adelantando en cientos de miles de años la aparición de esta tecnología clave en la evolución humana.
Por Alcides Blanco para NLI
Yacimiento arqueológico en Barnham, Suffolk, Inglaterra. Imagen: Jordan Mansfield/AP
Un hallazgo que reescribe la historia del fuego
La identificación del fuego como herramienta humana ha sido un desafío constante para la arqueología. Durante décadas existieron pruebas de uso y mantenimiento del fuego en tiempos remotos, pero la fabricación deliberada —la capacidad de producirlo a voluntad, no solo aprovecharlo cuando ocurría de manera natural— seguía envuelta en interrogantes.
La investigación reciente en Barnham, un yacimiento del Pleistoceno Medio en Suffolk, aporta una respuesta contundente: allí se preservan señales claras de que los homínidos no solo utilizaban fuego, sino que sabían producirlo.
Entre los materiales analizados, señalan en Nature, se hallaron sedimentos quemados, instrumentos líticos fracturados por exposición directa al calor y, especialmente, fragmentos de pirita. La presencia de pirita es fundamental porque este mineral permite generar chispas al golpearlo con pedernal. Además, no se encuentra de manera natural en la zona, lo que indica que fue transportado al sitio de forma deliberada como parte de un método tecnológico.
Indicadores directos de tecnología incendiaria
La coexistencia de restos quemados, herramientas expuestas a altas temperaturas y minerales capaces de producir chispas conforma un conjunto coherente de evidencias. Para los especialistas, esto demuestra que los habitantes de Barnham dominaban un procedimiento para encender fuego, no solo para mantener brasas procedentes de incendios naturales.
El contexto estratigráfico ubica el hallazgo en torno a los 400.000 años antes del presente, dentro del periodo climático conocido como Marine Isotope Stage 11. Esta datación desplaza muy hacia atrás la aparición comprobada de tecnologías de ignición y obliga a reconsiderar la complejidad técnica de los homínidos europeos del Pleistoceno Medio.
Qué se sabe de los homínidos de Barnham
Aunque el sitio no conserva restos humanos en el mismo estrato, los fósiles de la región corresponden a poblaciones afines a Homo heidelbergensis o a formas tempranas de neandertales. Estos grupos son considerados los protagonistas más probables de la fabricación de fuego registrada en Barnham.
La sofisticación del comportamiento inferido —transporte de materiales específicos, selección de minerales adecuados, control térmico del entorno— sugiere capacidades cognitivas avanzadas y una organización social que permitía transmitir conocimientos técnicos entre generaciones.
Implicancias evolutivas profundas
El dominio del fuego es uno de los hitos culturales más influyentes en la evolución humana. Cocinar alimentos mejoró la digestibilidad y multiplicó la energía disponible para el organismo, un proceso esencial para el desarrollo cerebral. Además, el fuego permitió expandir territorios habitables, defenderse de depredadores, iluminar los campamentos y crear espacios de socialización que transformaron la vida comunitaria.
Al demostrar que la fabricación deliberada de fuego existía hace 400.000 años, el hallazgo de Barnham obliga a repensar la línea temporal de estas transformaciones. Las capacidades técnicas y cognitivas necesarias para producir fuego habrían surgido mucho antes de lo que la ciencia asumía.
Un punto de partida para nuevas investigaciones
Aunque la evidencia es contundente, quedan preguntas abiertas sobre los métodos exactos utilizados por los homínidos de Barnham. Determinar la técnica, la frecuencia del encendido y el rol cultural del fuego en estos grupos será el próximo desafío de la comunidad científica.
Lo cierto es que Barnham ya ocupa un lugar central en la historia humana: es el testimonio más antiguo de que nuestros antepasados no esperaban al fuego, sino que sabían crearlo.
La cancillería metió ruido a la relación de Javier Milei con Israel. Esta tarde emitió un duro comunicado contra las empresas petroleras Rockhopper Exploration Plc, de origen británico, y la israelí Navitas Petroleum Development and Production Limited por su exploración de petroleo en las Islas Malvinas
Ambas son licenciatarias para el desarrollo del yacimiento «Sea Lion» de la Cuenca Malvinas Norte, ubicada en la costa afuera de las islas y habían sido repudiadas cuando comenzaron con el plan de extracción.
LPO adelantó en abril de 2022 que la asociación de estas dos gigantes petroleras para la explotación de León Marino se compone de una participación del 65% para la israelí Navia y el restante 35 para la inglesa Rockhopper. Las estimaciones del entonces gobierno de Boris Johnson indicaban que León Marino y sus yacimientos satélites, contienen recursos contingentes de aproximadamente 520 mmbbl.
Cabe recordar que mas allá del rechazo del gobierno a la actividad de Navitas, Milei no hizo mención del tema en la reunión que tuvo con Benjamín Netanhayu en septiembre de este año. Por eso, el tono comunicado de Cancillería podría traerle con uno de los aliados más importantes del Presidente en la agenda internacional y considera como «el bastión de occidente». En ese mismo sentido, crecen las críticas de los que ponen en cuestionamiento la incondicionalidad de la alianza con Israel porque no expresa reciprocidad en apoyos básicos como la soberanía de las Malvinas en ningún ámbito.
El texto publicado por el ministerio de Pablo Quirno califica a las empresas de «ilegítimas», destaca la falta de autorización para esa exploración y repudia «la pretendida Decisión Final de Inversión» decididas por estas firmas.
«La Argentina recuerda que toda exploración y explotación unilateral de recursos naturales renovables y no renovables en las áreas sujetas a disputa de soberanía resulta contraria a lo dispuesto por la Resolución 2065 (XX) y concordantes de la Asamblea General de las Naciones Unidas y del Comité Especial de Descolonización», remarca el comunicado.
Asimismo, sostiene que «dichos instrumentos reconocen la existencia de una disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido, e instan a ambos gobiernos a reanudar negociaciones a fin de alcanzar, a la mayor brevedad posible, una solución pacífica y definitiva a la controversia».
«El rechazo argentino se hace extensivo a todos los actos conexos vinculados al avance hacia la fase productiva del proyecto, incluyendo la adopción de pretendidas normativas isleñas, las concesiones de explotación en la plataforma continental argentina, la contratación de proveedores de servicios, y toda otra medida o decisión asociada a las actividades ilegales de exploración y explotación de hidrocarburos en la plataforma continental argentina próxima a las Islas Malvinas», agrega.
Milei con Netanhayu en la visita a Israel de septiembre.
Estas medidas, insiste, «constituyen acciones unilaterales e ilegítimas del Reino Unido, incompatibles con lo dispuesto por la Resolución 31/49 de la Asamblea General, que insta a las partes a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras las Islas se encuentran sujetas al proceso de negociación recomendado por las resoluciones pertinentes de Naciones Unidas».
El rechazo argentino se hace extensivo a todos los actos conexos vinculados al avance hacia la fase productiva del proyecto, incluyendo la adopción de pretendidas normativas isleñas, las concesiones de explotación en la plataforma continental argentina, la contratación de proveedores de servicios, y toda otra medida o decisión asociada a las actividades ilegales de exploración y explotación de hidrocarburos en la plataforma continental argentina próxima a las Islas Malvinas
«Dicho accionar unilateral resulta manifiestamente contrario al ordenamiento jurídico argentino, en particular a lo dispuesto por las Leyes N° 26.659 y N° 26.915, conforme a las cuales no pueden realizarse actividades de exploración y/o explotación de hidrocarburos en la totalidad de la plataforma continental argentina sin contar con la debida autorización de la autoridad competente argentina», puntualiza.
En otro tramo, el gobierno recordó que ambas compañías han sido oportunamente sancionadas. Rockhopper Exploration Plc fue declarada clandestina y sus actividades ilegales por medio de la Resolución de la Secretaría de Energía y se dispuso su inhabilitación para operar en el país por un plazo de 20 años .
Las áreas de explotación petrolera en torno a las Malvinas.
Por su parte, Navitas Petroleum Lp fue pasible de idénticas sanciones mediante la por desarrollar operaciones hidrocarburíferas en territorio argentino sin la debida autorización de las autoridades competentes.
En ese contexto, el Gobierno reitera que «no reconoce competencia ni jurisdicción a ninguna autoridad distinta de la propia para establecer las condiciones que habiliten actividades vinculadas a hidrocarburos en las áreas mencionadas y hace saber a toda persona física o jurídica, nacional o extranjera, incluyendo empresas, entidades financieras, proveedores de servicios, aseguradoras y demás actores involucrados en estos proyectos, que toda participación directa o indirecta en actividades de exploración o explotación hidrocarburífera no autorizadas en las áreas en disputa constituye un acto ilícito a la luz del derecho internacional y del ordenamiento jurídico argentino, y que tomará todas las acciones pertinentes».
Quienes intervengan o faciliten dichas actividades quedarán expuestos a la adopción de medidas administrativas, legales y judiciales, incluyendo sanciones, restricciones operativas, inhabilitaciones y acciones en jurisdicciones nacionales e internacionales
En consecuencia, advierte que «quienes intervengan o faciliten dichas actividades quedarán expuestos a la adopción de medidas administrativas, legales y judiciales, incluyendo sanciones, restricciones operativas, inhabilitaciones y acciones en jurisdicciones nacionales e internacionales».
Por último, el comunicado sostiene que «Argentina desalienta de manera expresa la participación en estos emprendimientos ilegales y se reserva el derecho de ejercer plenamente todas las acciones disponibles para impedir su desarrollo y salvaguardar sus derechos e intereses soberanos».
«Los nuevos anuncios sobre la intención de dar inicio a las actividades de explotación de hidrocarburos en áreas bajo disputa constituyen un nuevo acto unilateral de efectos futuros potencialmente irreversibles, teniendo en cuenta que se trata de recursos naturales no renovables. Argentina profundizará su plan de acción con el fin de adoptar todas las medidas adicionales, de conformidad con el derecho internacional, que considere necesarias para salvaguardar sus derechos e intereses soberanos», concluye.
Los vecinos de Barrio Parque entraron en pánico por la llegada de Augusto Marini, que compró dos enormes lotes en la zona más distinguida de la Ciudad.
Uno de los terrenos pertenece a la histórica Casa Obarrio, un pequeño palacio construido a principios de 1900. El dueño de Blender y Carajo ya trabaja en la puesta en valor de esa propiedad.
Marini, de 31 años, también se quedó el terreno lindero y demolió la casa existente. Además, logró que las imágenes de sus propiedades fueran quitadas de Google Maps.
Poco habituados a este tipo de movimientos, en el barrio más coqueto de la Ciudad temen lo peor, que para los conservadores vecinos de esa zona, serían fiestas electrónicas nocturnas.
Esa posibilidad atemoriza a Pampita, Marcela Tinayre, Mirtha Legrand, Flavia Palmiero, Mariana Fabbiani, Teresa Calandra o Carlos Bianchi, algunos de los célebres habitantes del barrio.
Marini no piensa en emprendimientos comerciales, sino que quería tener un jardín en el medio de Palermo Chico y anexó un terreno a su futura casa.
Es que los vecinos de este micro barrio son quisquillosos y poco afectos a la modernidad. Todavía les dura la amargura por la torre de 10 pisos que levantó Northbaires, un emprendimiento de la marca OM que algunos identifican con Nicky Caputo, aunque el empresario lo niega.
En esa oportunidad OM logró que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta las habilitara 10 pisos en una zona donde predominan los petits hotels.
Sin embargo, Marini no piensa en emprendimientos comerciales, sino que quería tener un jardín en el medio de Palermo Chico y por eso anexó un terreno a su futura casa.
La senadora Carolina Moisés y el diputado Guillermo Michel objetaron este jueves que el tratamiento de la reforma laboral empiece por el Senado. Ambos plantearon que el texto contiene capítulos tributarios y ese tema es una prerrogativa de la Cámara de Diputados, según el artículo 52 de la Constitución.
En ese fragmento de la Carta Magna se establece que «a la Cámara de Diputados corresponde exclusivamente la iniciativa de las leyes sobre contribuciones». La discusión también retumbó en el bloque de la UCR, donde una fuente al tanto de las deliberaciones deslizó que «hay posturas encontradas: están quienes sostienen que debe ingresar por Diputados siempre que se trate un Tributo (impuesto), y quienes consideran que los casos de ‘eliminación y reducción’ pueden ingresar por ambas Cámaras, y que sólo en caso de ‘creación’ es Cámara de origen la de Diputados».
La peronista Moisés planteó en ese sentido que «la Constitución no es un trámite formal ni un obstáculo político», y resaltó que «cualquier intento del Poder Ejecutivo de eludir este procedimiento desnaturaliza el sistema bicameral, vulnera competencias exclusivas y puede anularse judicialmente el procedimiento». «El título XXIV es impositivo, modifica IVA y Ganancias expresamente», completó la legisladora jujeña.
Si las críticas de quienes reniegan de darle tratamiento desde la semana que viene en el Senado se expanden, el oficialismo debería retirar el proyecto o, en su defecto, quitarle el articulado referido al aspecto tributario. La jugada del peronismo atiende claramente a retrasar la eventual sanción de la reforma laboral.
Un diputado libertario consideró que la postura del PJ era «errada» porque «el objeto de la ley no es tributario». Por eso, un senador de la bancada que conduce Patricia Bullrich confirmó que la hoja de ruta del gobierno con la reforma laboral arrancará el martes próximo, con la reunión de labor para conformar la comisión de Trabajo y el objetivo de llegar al recinto el 22 o el 26 de diciembre, como anticipó LPO.
Sin embargo, Michel explicó en X por qué el proyecto de Javier Milei debe tener a Diputados como cámara de origen. Aunque concedió que hay dictámenes de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara Alta que avalaron que leyes tributarias ingresen por el Senado, repuso dos ocasiones que le marcaron límites constitucionales.
Moisés y Alejandra Vigo.
El 18 de agosto de 1985 se precisó en un dictamen que el proyecto en cuestión «no signifique nueva carga impositiva para otros contribuyentes», mientras que el 5 de mayo de 1999 se estableció que la norma «no genere indirectamente para otros contribuyentes cargas impositivas nuevas».
Para el exdirector de Aduana, el título XXIV de la reforma laboral de Milei respeta ese criterio, a excepción del artículo 186, que «sustituye el undécimo párrafo del artículo 25 de la Ley de Impuesto a las Ganancias y establece que los quebrantos generados en los ejercicios fiscales que se inicien a partir del 1° de enero de 2025, inclusive, se actualizarán por el IPC del INDEC».
«En los hechos, esto genera un beneficio en materia de ajuste por inflación únicamente de los quebrantos a contribuyentes que inicien ejercicios a partir del 1º de enero de 2025 y genera una carga fiscal adicional, de dicho beneficio, para los contribuyentes por otros ajustes que están incorporados en el segundo párrafo del artículo 93 de la ley de impuesto a las ganancias, como ser los de ajuste por inflación de los costos de bienes muebles (artículo 62 LIG), inmuebles (artículo 63 LIG), Operaciones de enajenación de acciones (artículo 98 LIG) y/o Enajenación y transferencia de derechos sobre inmuebles (artículo 99 LIG), entre otros», completó.
El artículo 186 del proyecto de reforma laboral genera un beneficio fiscal para determinados contribuyentes y, en relación con el mismo índice IPC, un perjuicio indirecto para otros que afecta el principio de igualdad ante la ley.
Michel concluye que «el artículo 186 del proyecto de reforma laboral genera un beneficio fiscal para determinados contribuyentes y, en relación con el mismo índice IPC, un perjuicio indirecto para otros que afecta el principio de igualdad ante la ley», razón por la que debe comenzar el debate por la Cámara Baja.
Fuentes parlamentarias indicaron a LPO que, si el gobierno insistiera con el itinerario iniciado en el Senado y lograra la media sanción, a la oposición le quedaría la vía judicial para objetar el derrotero por inconstitucional.
Al cierre de esta nota, el diputado socialista Esteban Paulón presentaba una intimación contra la vicepresidenta Victoria Villarruel y el jefe de gabinete, Manuel Adorni, para que retiren el proyecto del Senado. «Acabamos de intimar a @VickyVillarruel y @madorni para que retiren el proyecto de ley de Modernización Laboral y la presenten donde corresponde, @DiputadosAR. El proyecto incluye reformas en cargas y contribuciones además de modificaciones en Ganancias e IVA», posteó en X, y agregó: «Su ingreso por @SenadoArgentina solo responde al capricho de @PatoBullrich de ‘capitalizar’ su posible aprobación».
El Gobierno impulsa una reforma laboral que redefine la relación de dependencia, habilita nuevas formas de precarización, reduce indemnizaciones y debilita la negociación colectiva. El texto, presentado para tratar durante las sesiones extraordinarias, modifica de manera profunda la Ley de Contrato de Trabajo y reorganiza el mapa de poder entre capital y trabajo.
Por Celina Fraticiangi para NLI
Un cambio de época escrito en letra chica
El proyecto de “modernización laboral” del oficialismo no es un simple aggiornamiento técnico ni un reordenamiento administrativo. Es un intento explícito de reconfigurar las reglas fundacionales de la relación laboral en Argentina, desde el momento en que una persona empieza a trabajar hasta la forma en que se calcula su indemnización cuando es despedida. Todo el texto está diseñado para mover el péndulo hacia el empleador, reduciendo la protección que la Ley de Contrato de Trabajo consolidó durante décadas y que constituyó uno de los pilares del modelo argentino.
El Gobierno lo presenta como un salto hacia la flexibilidad, la innovación y el empleo moderno. Pero cuando se analizan las modificaciones artículo por artículo, lo que se revela es una arquitectura jurídica pensada para abaratar despidos, diluir la estabilidad, fragmentar la negociación colectiva y habilitar nuevos mecanismos de contratación más débiles.
A continuación, un análisis profundo de las modificaciones más relevantes, ordenadas por grandes bloques temáticos, con explicación detallada y sus efectos concretos sobre la vida laboral de las y los trabajadores.
1. el corazón del proyecto: redefinir quién es trabajador
Reforma del concepto de trabajo y del ámbito de aplicación
La LCT históricamente estableció que toda prestación personal realizada bajo dependencia es trabajo, y por lo tanto merece protección. El proyecto del oficialismo introduce modificaciones que amplían las excepciones y atomizan el régimen.
La clave está en ensuchar el concepto de dependencia, que siempre fue lo que blindó a los trabajadores frente a las falsas modalidades. El proyecto incorpora referencias explícitas a trabajadores independientes, prestadores de servicios, contratos civiles y prestadores de plataformas digitales que podrían quedar fuera de la LCT si el empleador así lo organiza.
Ejemplo concreto
Hoy, si un mensajero de aplicaciones trabaja todos los días, con horarios, instrucciones y control de la empresa, la Justicia puede reconocer la relación de dependencia. Con la reforma, la empresa podrá argumentar —y con aval legal— que se trata de un “prestador independiente” sujeto a regulación específica, reduciendo la posibilidad de reconocimiento judicial.
La consecuencia es un piso mínimo de derechos más bajo y un aumento exponencial de relaciones supuestamente “autónomas” que en realidad son empleo encubierto.
2. la presunción de relación laboral: el golpe más fino del texto
Limitación de la presunción de dependencia
La presunción de que la prestación personal genera contrato de trabajo es una de las piedras angulares de la LCT. Sin ella, cualquier empleador podría disfrazar la relación de mil maneras. El proyecto introduce un límite decisivo: Si existe contrato de servicios, facturación, recibos u otros instrumentos civiles, la presunción de dependencia no operará.
Esto implica que la simple emisión de una factura —algo que hoy se usa masivamente para precarizar— pasará a ser un blindaje para el empleador. La carga de la prueba recae íntegramente sobre el trabajador, que deberá demostrar la subordinación.
Ejemplo concreto
Una diseñadora gráfica que trabaja todos los días para la misma empresa, recibe órdenes y usa equipos provistos por la firma. Si le hacen facturar, ya no podrá invocar automáticamente la presunción de dependencia. Tendrá que litigar durante años, sin ingresos, para que un juez reconozca su situación.
El proyecto multiplica así la precarización legal.
3. la negociación colectiva: una poda que debilita a los sindicatos
Eliminación de la aplicación analógica de los convenios
Uno de los cambios más graves consiste en prohibir que los convenios colectivos se apliquen por analogía o extensión. Es decir, si un trabajador realiza una tarea similar a otra ya regulada, pero no está específicamente contemplado en su convenio, no podrá beneficiarse automáticamente de ese estándar.
Este artículo fractura la herramienta histórica que encontró el movimiento obrero para ampliar derechos, impedir disparidades injustificadas y evitar que los empleadores fragmenten convenios a su gusto.
Qué significa en la práctica
Menos trabajadores cubiertos por protección colectiva.
Más margen para redactar convenios “a medida” en empresas pequeñas.
Mayor debilidad de trabajadores aislados o de sectores nuevos.
Este cambio promueve un modelo laboral de negociación atomizada, donde cada empresa se mueve con su propio “mini-convenio”, debilitando la fuerza gremial.
La reforma del principio protectorio
Además, el proyecto interviene la regla de “norma más favorable”, obligando interpretaciones más restrictivas. Esto limita la posibilidad de que, ante dudas, los jueces elijan la solución más protectora para el trabajador.
El espíritu de la LCT se centra históricamente en compensar la desigualdad estructural entre empleado y empleador. El proyecto la reduce a un principio casi decorativo.
4. indemnizaciones: un recorte estructural
Redefinición de la base de cálculo
El proyecto especifica qué conceptos se incorporan para determinar la indemnización y cuáles quedan fuera. La lógica general es reducir el monto final del despido.
En particular:
Se excluyen o limitan pagos variables y sumas no remunerativas.
Se recalculan promedios de manera que reduzcan el impacto de meses con remuneraciones altas.
Se introducen aclaraciones que favorecen el criterio más bajo cuando hay dudas.
Por qué es un cambio profundo
En Argentina la indemnización tiene carácter disuasivo: busca evitar despidos arbitrarios. Al abaratarla, se incentiva la rotación y se da mayor libertad a las empresas para despedir.
Un empleador hoy puede dudar antes de echar a un trabajador con diez años de antigüedad. Con la reforma, el costo será mucho menor: despedir será más barato.
Otros efectos
Impacto directo en trabajadores con premios por productividad.
Menor protección para trabajadores con salarios compuestos.
Incentivo a convertir partes del salario en pagos no remunerativos.
5. tercerización, agencias de servicios y trabajo eventual
Responsabilidad solidaria reducida
La LCT establece que, cuando una empresa terceriza tareas, la empresa usuaria es solidariamente responsable. La reforma reduce esa responsabilidad al período en que el trabajador prestó tareas “directamente” para la empresa principal.
Esto abre un espacio peligroso: cualquier empresa podrá tercerizar actividades principales sin asumir plenamente las consecuencias.
Legalización de la eventualidad rotativa
El proyecto amplía el margen para contratar mediante agencias de servicios eventuales, con menor representación gremial y menores obligaciones. Esto profundiza un modelo donde:
Un trabajador puede pasar años contratado “a prueba”.
La antigüedad se desdibuja.
La estabilidad desaparece en la práctica.
Ejemplo concreto
Un supermercado podrá cubrir cajas, góndolas, depósitos y logística con personal eventual rotado por agencias, sin integrar nunca al plantel estable.
El efecto es una reconfiguración estructural del mercado de trabajo donde la eventualidad deja de ser excepcional.
6. tiempo de trabajo, vacaciones y “flexibilidad”
Bancos de horas
El proyecto habilita mecanismos que permiten compensar horas extras con descanso, en lugar de pago. En un país con salarios depreciados, esto implica una transferencia directa desde el trabajador hacia la empresa.
Vacaciones y licencias
El texto introduce fórmulas para liquidar vacaciones y calcular retribuciones que, según la redacción, tienden a reducir valores efectivamente percibidos.
Además, se incorporan mayores márgenes para reorganizar jornadas y turnos según “necesidades productivas”, ampliando la flexibilidad unilateral del empleador.
7. economía digital: trabajadores de plataformas
Una categoría paralela sin derechos plenos
El proyecto menciona expresamente a los prestadores de plataformas digitales, remitiéndolos a una regulación posterior. Lo que parece una “precisión técnica” es en realidad una señal política clara: las plataformas no quieren—y el Gobierno no exige—que estos trabajadores entren a la LCT.
Esto consolida un modelo donde:
No hay estabilidad.
No hay indemnización.
No hay licencias pagas.
No hay aguinaldo ni vacaciones.
Es la formalización de un sector precario como “normal”.
8. justicia laboral: más carga sobre el trabajador
El proyecto endurece los requisitos probatorios y formales en acuerdos y conciliaciones. Aunque mantiene la gratuidad del trabajador en ciertos procesos, exige intervenciones judiciales más complejas y abre margen para cuestionamientos formales.
Esto implica que, ante un conflicto:
El trabajador necesitará más pruebas.
El empleador tendrá más herramientas para demorar o litigar.
Los juicios podrán extenderse durante años.
Una vez más, la balanza se inclina hacia el lado empresarial.
conclusión: un proyecto que reescribe el contrato social argentino
La reforma laboral del oficialismo no es una “modernización”. Es una reforma estructural del poder dentro del mundo del trabajo. Sus pilares son claros:
Desarmar la presunción de dependencia.
Debilitar la negociación colectiva.
Abaratar el despido.
Normalizar la tercerización.
Crear nuevas categorías más baratas y desprotegidas.
Flexibilizar jornadas y reducir costos indirectos.
Es, en esencia, un proyecto que busca que la relación laboral deje de ser un vínculo protegido para convertirse en un acuerdo privado entre partes formalmente “libres” pero en realidad profundamente desiguales.
El texto no mejora la productividad. No genera empleo de calidad. No impulsa el desarrollo industrial. Lo que hace es ajustar al trabajador, reduciendo derechos conquistados durante décadas y abaratando la mano de obra para que el mercado se ordene bajo la lógica del empleador.
En un país donde el trabajo digno fue siempre un eje identitario, esta reforma implica un retroceso histórico. Y lo más grave: pretende que ese retroceso sea permanente.
Una niña entra en un dormitorio durante la hora de la siesta. La persiana está baja. A pesar de eso, algo de luz se cuela en la habitación. Un hombre duerme en una cama de dos plazas, ronca fuerte.
—Pa, ¿me das un peso?
Mientras le pregunta, le toca el hombro para despertarlo. El hombre se asusta, pregunta qué pasa. Ella repite:
—¿Me das un peso?.
—Sí, sí. En el bolsillo de mi pantalón está la billetera. Sacá de ahí.
La nena saca un billete azul con la cara de un hombre de bigotes frondosos de un lado y la imagen del Congreso argentino del otro.
Es enero de 1992. Cada dólar vale un peso.
***
Una mujer toma el celular, abre TikTok. Aparece un video de Rosalía tomando mate. “Es como comerse un campo”, dice después de beber un sorbo. La mujer sonríe mirando la pantalla, luego abre el buscador de la aplicación y tipea “dólar”. El algoritmo le devuelve una colección de videos de personas vaticinando a cuánto cerrará el dólar en 2025; cuánto espacio ocupa un millón de dólares en billetes de 100; la comparación entre un fajo de diez mil dólares y cinco millones de pesos a un tipo de cambio de 500 pesos (el video fue publicado el 13 de julio de 2023).
Es diciembre de 2025 y cada dólar vale 1.460 pesos.
***
En el medio no sólo pasaron casi 34 años, pasó 196.043% de inflación acumulada.
Ciento-noventa-y-seis-mil-cuarenta-y-tres por ciento. Lo repito porque no lo puedo creer. Le pedí el cálculo a Juan Manuel Telechea, que tuvo que reconstruir el dato, entre otras cosas, porque las cifras del Indec entre 2007 y 2016 no son confiables, así que hay que empalmar series estadísticas. Un número que sólo pueden estimar economistas que se dedican a estudiar (y escribir sobre) el tema, como Juan.
Tremendo. No me puedo recuperar de la impresión que me provoca el dato, sobre todo porque las fechas elegidas no son al azar. El 1 de enero de 1992, el peso reemplazó al austral como moneda de curso legal en la Argentina. Esto quiere decir que, en sus 34 años de historia, el peso lleva acumulada una inflación de casi 200.000%, mientras que el dólar acumula alrededor de 2.500% en sus 225 años.
Podría seguir haciendo comparaciones que nos rompan la cabeza. Es imposible no pensar cómo hicimos —y cómo hacemos— para vivir en este mar de incertidumbre. ¿Cuánto cuestan las cosas? ¿Cuánto vale nuestro trabajo? ¿Cuánto podemos comprar con lo que ganamos? ¿Cuánto cuesta vivir? Demoledor.
Sin dudas, estos demenciales niveles de inflación son los que cimentan la falta de confianza en nuestra moneda. La historia nos demuestra una y otra vez que hay una abrumadora probabilidad de que, si en lugar de apostar al dólar apostábamos al peso, hubiésemos perdido como en la guerra. Así que si sos de las personas que ahorran en dólares, no te preocupes: no sos vos, es el peso.
Y esta generalización no es una conclusión de una charla de café o de sobremesa de un domingo familiar: estas intuiciones empezaron a ser medidas por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), que este año empezó a publicar el Índice de Confianza en la Moneda(ICM). En la última medición, encontraron que un 41% de las personas encuestadas no cree que el Gobierno pueda estabilizar el peso vs. un 36% que confía en que sí. El 23% restante no está convencido, pero le dejan el beneficio de la duda.
Para decirlo fácil y sin vueltas: la mayoría de la gente piensa que el peso es una criatura indomable.
El estudio de la UNSAM también dice que usamos el peso para las transacciones cotidianas, como comprar y vender o poner precios, pero nos quedamos en dólares cuando tenemos que “ahorrar” o expresar precios que necesitamos resguardar de las recurrentes crisis argentinas.
Pienso: ¿cuándo empezó esta bendita costumbre nacional de refugiarnos en una moneda emitida por otro país? Quiero encontrar algún paper que lo haya estudiado seriamente. Lo encuentro en la página del Banco Central. Resulta que correr al dólar para aplacar el vendaval de la inflación arrancó en 1975, con el Rodrigazo, cuya velocidad descomunal de aumento de los precios hizo saltar la dolarización de las carteras de inversión del 34% entre 1964-1974, al 65% entre el 1975 y 1988.
Pero el aumento desenfrenado de los precios no es sólo un problema de la economía. La inflación también es una variable de la política. La conclusión de esta tragedia nacional es obvia: la culpa es de los políticos. Desde 1983, ningún gobierno consiguió construir una estabilidad duradera del peso. Ni siquiera Carlos Menem, que durante casi una década mantuvo la ilusión del uno a uno a costa de incubar el 2001. Gracias, capo, dejá. Mejor ni ayudes.
Así que es justo decir que los argentinos creemos más en el dólar que en los políticos. Alguien se va a enojar con esta frase, y la verdad es que no me importa. Pero voy a repasar: Alfonsín se fue antes de que se terminara su mandato en medio de un bardo astronómico; Ménem intentó con la convertibilidad a costa de destruir la economía real; De la Rúa, bueh, para que repetir lo de 2001; los cinco presidentes en una semana nos legaron el default y la pesificación asimétrica; Kirchner recuperó la economía post colapso pero dejó en gateras el aumento de los precios que empezó a acelerarse después; CFK decidió sostener la actividad económica a costa de tolerar más inflación (y desmantelar el sistema estadístico oficial para no hablar del asunto); a Macri se le disparó el dólar y todo se fue al carajo; Alberto quedó atrapado entre una pandemia, una guerra y una lucha política interna descomunal y la inflación llegó a 1020% en su mandato.
Me van a disculpar la impertinencia, pero el dólar es lo más estable que tenemos.
Igual, paren. Vuelvo a leer el informe y hay un dato central que estoy pasando por alto. La confianza/desconfianza en el peso es también una cuestión de clase, porque las personas más favorecidas son las que más se abrazan al billete verde. Compran dólares, arman canutos, los guardan en el colchón o en la caja de seguridad y no reinvierten en la economía real. Esa creación de valor de la economía argentina está agazapada en los márgenes del sistema financiero argentino, esperando por un próximo viaje o una compra al contado de alguna cosa cara, como un auto o un inmueble. Qué espectacular sería si esa capacidad de ahorro nacional se convirtiese en inversión que financie el crecimiento de nuestra economía, ¿no? Al final, hay una manera de mirar al mercado financiero con buenos ojos y no únicamente como un reducto de timba de cryptobros que quieren ser millonarios en dos minutos. En fin, lo dejo como deseo en el arbolito de Navidad.
Cuando estaba punteando algunas ideas para escribir esta nota tiré el tema en la redacción del Buenos Aires Herald. Como sospechaba, la mayoría de mis compañeros valoran el dólar por la “estabilidad” que tiene. “¿Les molestaría que deje de existir el peso?”, les pregunté. La cosa se dividió: algunos dijeron que valoraban la estabilidad y otros que no querían perder soberanía.
—Una moneda estable es lo que quisiera. Pero no quiero que sea de otro país porque perdés soberanía. O sea a costa de qué conseguís la estabilidad.
—La contrapregunta de eso sería cuánta estabilidad te cuesta esa soberanía.
Yo soy de las que piensan que tener una moneda nacional es fundamental como instrumento de política económica. Y también creo que el sistema político argentino tiene que entender que hay una demanda legítima de la sociedad de vivir con más tranquilidad. Si me preguntan a mí, el que mejor entendió esto hasta ahora es Javier Milei. Su programa económico paga costos altísimos a nivel social y no acumula reservas (lo cual en nuestra historia nos demostró que es un gran problema), así que tengo muchas críticas a sus decisiones, pero sí le reconozco el acierto del diagnóstico.
Vuelvo al informe de la UNSAM. “A medida que disminuye la confianza social en la moneda, también se debilita la confianza en el futuro del país, es mayor el pesimismo respecto del bienestar de las nuevas generaciones y cae la expectativa del progreso material propio”, dice casi al final. Lo dicho: hay una dimensión política de la inflación.
Keynes decía que “la importancia del dinero surge esencialmente de que es un eslabón entre el presente y el futuro”. Me gusta esa frase porque me hace pensar que la política es ese eslabón que nos permite proyectar. La política es un ejercicio de imaginación, así que mientras podamos imaginar alternativas, la salida siempre es posible. En el fondo soy una optimista tóxica.
Para cerrar este texto rarísimo, una última cosa. La niña de la primera escena soy yo y eso que conté es mi primer recuerdo relacionado con el dinero. Y la mujer del celular también soy yo, intentando pensar cómo escribir de una forma más amena algo tan técnico como un índice económico. La decisión fue escribir como persona, no como periodista. En definitiva, siento que estamos todos en la misma: intentando sobrevivir a pesar del maremoto. Nos deseo mucha suerte.