Política

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    EXCLUSIVO La Mano de Washington en la Salud Argentina: cómo se construyó el camino que pavimentó el negocio farmacéutico para Estados Unidos

     

    Una secuencia de terror.

    Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

    En menos de un año, el gobierno de Milei desmanteló controles históricos, aceptó subordinación regulatoria a la FDA, reabrió el festival de patentes extranjeras y avanzó con un acuerdo comercial que, por primera vez, relega a la ANMAT a un rol secundario. El caso del fentanilo contaminado —la peor tragedia sanitaria de la historia reciente— expone que lo presentado como “desburocratización” no es otra cosa que un plan diseñado en Washington para abrir el mercado argentino a laboratorios extranjeros, aun a costa de la salud pública.

    Un rompecabezas que encaja demasiado bien

    Cuando Milei anunció el acuerdo con Estados Unidos, el punto que pasó casi inadvertido fue el más determinante: Argentina aceptará certificados de la FDA para medicamentos y dispositivos médicos, y dejará de exigir revisiones completas de la ANMAT para esos productos. Dicho de otro modo: la autoridad sanitaria local deja de ser autoridad.

    Pero esa pieza solo encaja cuando se observa el cuadro completo: el vaciamiento material de la ANMAT, la desregulación de controles, la flexibilización del régimen de importaciones, la reactivación del modelo de los años 90 y el alineamiento del régimen de patentes con los pedidos del Informe Especial 301 del gobierno estadounidense.

    Nada de eso fue improvisado.


    La primera estocada: eliminar las inspecciones in situ (derogación de la Resolución 2123/2005)

    En los últimos 20 años, la resolución 2123/2005 dictada durante la presidencia de Néstor Kirchner, exigía que inspectores de ANMAT verificaran físicamente las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF) en las plantas que producían medicamentos destinados a Argentina. Esa norma surgió tras varios escándalos de adulteración y era considerada un pilar de la trazabilidad sanitaria.

    El gobierno de Milei la desactivó sin reemplazo equivalente.

    Federico Sturzenegger, desde el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, impulsó la normativa que elimina la obligación de inspecciones presenciales, permitiendo confiar exclusivamente en certificados emitidos por agencias extranjeras, entre ellas la FDA.

    El argumento oficial fue lineal: “menos burocracia, más acceso”.
    El trasfondo, bastante menos inocente: alinear la regulación local con lo solicitado por Estados Unidos en el marco del acuerdo comercial, incluso antes de firmarlo.


    ANMAT debilitada: menos personal, menos presupuesto y más presión política

    En paralelo a estos cambios, la ANMAT no solo perdió herramientas: perdió capacidad operativa real.

    • Congelamiento de vacantes.
    • No renovación de contratos técnicos.
    • Reducción de misiones de inspección.
    • Recortes presupuestarios registrados en las planillas del Presupuesto 2024 y el proyectado 2025.
    • Presión para acelerar liberaciones sanitarias.

    En ese contexto, la eliminación de inspecciones externas equivale a bajar la guardia en medio de una tormenta.

    Y la tormenta llegó.


    El caso del fentanilo: la evidencia de por qué existen los controles

    La causa judicial por el fentanilo contaminado de HLB Pharma Group y Laboratorios Ramallo dejó al descubierto un entramado escalofriante: adulteración de controles, planillas falsificadas, reactivos vencidos escondidos bajo la lluvia, trabajadores sin formación empujados a mentir y documentación “dibujada” para simular condiciones inexistentes.

    Las testimoniales ante el juez Ernesto Kreplak son devastadoras:

    • Me hacían mentir básicamente”, relató la técnica Bárbara Pennisi.
    • Envases con partículas o pelos igual se mandaban al rotulado”, declaró Lucía Abeijón.
    • Los frascos manchados iban igual”.
    • Cambiaron pisos y pintaron todo para la ANMAT, pero nunca vinieron”.

    Las conclusiones del Instituto Malbrán confirmaron lo que ya era evidente: los lotes 31202 y 31244 presentaban riesgos significativos, deficiencias graves e inconsistencia en la fabricación.

    El resultado: mas de 120 muertes confirmadas y un ministro de salud que se niega a dar la cara.

    En ese contexto, reducir la capacidad fiscalizadora del único organismo que puede prevenir estas catástrofes solo puede definirse como temerario.

    O como parte de una estrategia.


    La pieza que faltaba: el nuevo acuerdo con Estados Unidos

    En el día de ayer, la Casa Blanca anunció los lineamientos del marco bilateral. Allí se explicitó lo que desde hacía meses se insinuaba:

    Argentina aceptará “los certificados de la FDA y las autorizaciones previas de comercialización para dispositivos médicos y productos farmacéuticos”.

    Es decir:
    si la FDA lo aprueba, entra automáticamente al mercado argentino.

    Además, el acuerdo agrega un segundo componente estratégico:

    • Acceso preferencial a productos estadounidenses, entre ellos “ciertos medicamentos, dispositivos médicos y productos químicos”.
    • Reforma del sistema de patentes, adecuándolo a estándares internacionales señalados en el Informe Especial 301, documento en el que Estados Unidos ya había criticado a la Argentina por otorgar demasiadas patentes locales y permitir competencia de genéricos.

    Nada es casual: Estados Unidos tiene uno de los lobbies farmacéuticos más poderosos del planeta, y este acuerdo es su puerta de entrada directa.


    Patentes: el capítulo oculto que definirá el precio de los medicamentos

    El acuerdo bilateral obliga a Argentina a:

    • “Revisar criterios restrictivos de patentabilidad”.
    • “Reducir atrasos en el otorgamiento de patentes”.
    • “Alinear la propiedad intelectual a estándares globales más elevados”.

    En lenguaje llano:
    menos genéricos nacionales, más patentes extranjeras, precios más altos.

    Las cámaras locales ya anticiparon el riesgo. CILFA advirtió que solo podrá evaluar el impacto cuando conozca el texto final, pero la advertencia es obvia: si la Argentina copia el estándar estadounidense, el costo de los tratamientos crónicos y de alta complejidad se disparará.

    CAEME —que agrupa a los laboratorios extranjeros— celebró el pacto sin matices.


    Un mercado abierto en bandeja: cómo encaja todo en el plan estadounidense

    Tomados por separado, los hechos parecen decisiones aisladas. Observados en secuencia, conforman un patrón claro:

    1. Vaciamiento de la ANMAT.
    2. Eliminación de inspecciones presenciales.
    3. Aceptación automática de certificados de la FDA.
    4. Facilitación de importaciones sin controles equivalentes.
    5. Cambios en el régimen de patentes en favor de laboratorios extranjeros.
    6. Acuerdo comercial redactado en términos estadounidenses.

    El caso del fentanilo, lejos de ser una anomalía, se convierte en un ejemplo:
    si el Estado renuncia a controlar, lo que aparece no es libertad; es riesgo, adulteración y muerte.


    Todo esto, ¿a quién beneficia?

    No a los pacientes.
    No a la industria nacional.
    No a las provincias ni al sistema sanitario.

    Beneficia a:

    • Laboratorios extranjeros, que ya no necesitarán adaptarse al marco argentino.
    • Multinacionales bajo regulación FDA, con ingreso directo al mercado de 47 millones de habitantes.
    • Empresas protegidas por un nuevo régimen de patentes, capaz de bloquear genéricos durante años.
    • Fondos de inversión norteamericanos, que presionan por “proteger propiedad intelectual” en todos los tratados internacionales.

    Argentina, mientras tanto, pierde capacidad de fijar reglas en su propio territorio.


    Conclusión: un país que renuncia a su soberanía sanitaria

    La tragedia del fentanilo demostró qué ocurre cuando los controles se relajan. En vez de reforzar al organismo, el gobierno avanzó hacia su desmantelamiento en nombre de la “innovación” y la “desregulación”.

    Hoy, con la subordinación explícita a la FDA, la Argentina cede no ya la fiscalización, sino el criterio sanitario mismo: lo que Estados Unidos considere seguro, deberá considerarse seguro aquí, sin verificación propia.

    Es el triunfo perfecto del lobby farmacéutico norteamericano.

    Y el riesgo perfecto para millones de argentinos. Cuando esto se implemente no habrá brindis por «salud» que alcance a fin de año.

     

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    Sumisión total: Milei entrega Argentina a Trump en un acuerdo escrito en Washington

     

    Mientras Milei festeja su alineamiento incondicional con Donald Trump, Estados Unidos anunció —de manera unilateral— un acuerdo comercial que obliga a la Argentina a seguir la política económica de Washington, abrir su mercado interno sin límites a productos norteamericanos y resignar soberanía regulatoria y productiva. El Gobierno lo celebra como un “siglo de oro”; la letra chica muestra un país reducido a colonia.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable


    Un acuerdo anunciado desde Washington y aceptado sin chistar por Milei

    El gobierno estadounidense informó que ya tiene cerrado el “Marco de Comercio Recíproco e Inversión”, un entendimiento que, lejos de cualquier reciprocidad, impone a la Argentina las reglas del mercado norteamericano, desde la relación con China hasta la desregulación interna.
    La revelación se conoció mientras Pablo Quirno era recibido por Marco Rubio en Washington, confirmando que las decisiones cruciales sobre comercio y producción argentinos ya no se toman en Buenos Aires.

    La Casa Blanca sostuvo que el pacto busca “fortalecer y equilibrar” la relación bilateral. Pero el punteo de medidas adelantadas por Estados Unidos deja bien claro que de equilibrio no hay nada: la Argentina se compromete a seguir la política comercial de Washington, incluso respecto de terceros países, una definición que apunta de manera directa a China —principal destino de nuestras exportaciones de soja y derivados—.


    Milei festeja la entrega y presume sus viajes

    Milei celebró el anuncio como si fuera una victoria propia, exhibiendo el acuerdo como fruto de su “alineamiento incondicional” con la administración Trump. En un acto en Corrientes, aseguró con tono burlón que “parece que los viajes estuvieron rindiendo un poquito, no?”, dejando en claro que la subordinación diplomática y económica es para él motivo de orgullo.

    A pesar de que el acuerdo todavía debe cerrarse técnicamente y pasar por el Congreso, el Gobierno ya lo da por hecho y se enorgullece de avanzar en un modelo económico que beneficia a sectores extractivos y financieros, mientras expone a toda la industria nacional al riesgo de desaparición por importaciones sin freno.


    Un texto escrito en inglés y para los intereses de Estados Unidos

    La propia Casa Blanca difundió un comunicado donde se afirma que Trump y Milei “reafirman la alianza estratégica basada en mercados abiertos y libre empresa”, una fórmula que, traducida al castellano, significa apertura total del mercado argentino y ventajas extraordinarias para las empresas norteamericanas.

    Milei volvió a repetir que el país “se capitalizará fuertemente” y que comienza “un nuevo siglo de oro”, apelando a la misma narrativa que el Gobierno usa para justificar reformas laborales, tributarias y penales que golpean a trabajadores, pymes y productores locales.
    Quirno, desde redes sociales, habló de una “nueva etapa superior”, sin mencionar que la industria nacional será la que pague los costos.


    Apertura asimétrica: ellos traen tecnología, nosotros les regalamos recursos

    Uno de los pilares del acuerdo es la apertura “recíproca” de mercados. La palabra recíproca funciona como un chiste involuntario:

    Argentina reduce aranceles a productos de altísimo valor agregado provenientes del país más industrializado del planeta:
    – Medicamentos
    – Químicos
    – Maquinaria
    – Equipamiento tecnológico
    – Dispositivos médicos
    – Vehículos
    – Productos agrícolas
    Mientras tanto, Estados Unidos sólo baja aranceles a recursos naturales no disponibles en su territorio y a algunos insumos farmacéuticos sin patente.

    La asimetría es obscena: Argentina abre sectores sensibles; Washington ofrece concesiones que no afectan en lo más mínimo a su industria.

    Incluso, la Casa Blanca adelantó que considerará “positivamente” el acuerdo al evaluar medidas de seguridad nacional, como la famosa Sección 232, una herramienta proteccionista que Estados Unidos usa a gusto. Es decir: no garantizan nada.


    Renuncia regulatoria: productos norteamericanos entrarán con normas de Estados Unidos

    Otro eje crítico es la eliminación de barreras no arancelarias. Argentina aceptó desmontar licencias de importación, formalidades consulares y la tasa estadística para productos de Estados Unidos. Pero lo más grave es esto:

    Los productos norteamericanos podrán ingresar bajo estándares estadounidenses o internacionales, sin exigencias locales adicionales.

    Eso implica:
    – Vehículos con normas de seguridad y emisiones propias de Estados Unidos
    – Equipos médicos y fármacos certificados por la FDA que ANMAT deberá aceptar sin más

    En síntesis: el país cede su potestad regulatoria en áreas clave de salud, industria y seguridad.


    Propiedad intelectual: Washington consiguió lo que exigía desde hace una década

    Argentina también se comprometió a avanzar en temas que el Special 301 de Washington reclama todos los años:
    – Cambios en criterios de patentabilidad
    – Aceleración de plazos de otorgamiento de patentes
    – Ajustes en indicaciones geográficas
    – Mayor persecución a la falsificación, incluso digital

    Esto impactará directamente en medicamentos, semillas y tecnologías, encareciendo insumos básicos y debilitando la soberanía tecnológica nacional.


    Sector agropecuario: ingreso de carne aviar, bovinos vivos y presión sobre economías regionales

    En materia agrícola, el acuerdo abre puertas inéditas:
    – Ingreso de ganado bovino vivo
    – Entrada de carne aviar estadounidense en un año
    – Eliminación de restricciones sobre términos queseros
    – Simplificación de trámites para carnes, menudencias, porcinos y lácteos

    Para las economías regionales, pymes alimentarias y cooperativas, esto significa competir contra una de las cadenas agroindustriales más subsidiadas del planeta, un escenario dramático para sectores como lácteos, queserías y frigoríficos medianos.


    Minerales críticos: litio y cobre bajo tutela geopolítica

    El acuerdo incorpora “cooperación estratégica” sobre minerales críticos como el litio. Para Estados Unidos —que busca asegurar cadenas de abastecimiento para su transición energética— es un triunfo geopolítico.
    Para Argentina, es ceder capacidad de decisión sobre un recurso clave, justo cuando provincias como Jujuy, Salta y Catamarca discuten mayor participación local.


    Comercio digital: datos personales argentinos viajan a EE.UU. bajo su ley

    Argentina reconocerá a Estados Unidos como “jurisdicción adecuada” para la transferencia de datos personales. Esto permitirá que empresas estadounidenses recolecten y procesen datos locales bajo legislación norteamericana, menos protectora que los estándares europeos.

    También se aceptarán firmas electrónicas bajo leyes estadounidenses, consolidando un alineamiento tecnológico con Washington que deja al país sin margen de regulación propia.


    Una entrega histórica con costos enormes para la industria y el trabajo

    El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un acuerdo “histórico”. Y lo es:
    histórico por la magnitud de la entrega.
    histórico por la pérdida de soberanía económica.
    histórico por su impacto destructivo sobre la industria nacional.

    Los supuestos beneficios —mayor previsibilidad, reducción de trabas, promesas de inversión— dependerán de que el país no quede atrapado en una dependencia aún más profunda, algo que ya vivió en los ’90 y que terminó en desastre.

    Mientras Milei celebra como si hubiera conquistado algo, la letra chica muestra lo contrario: un gobierno dispuesto a convertir a la Argentina en un enclave dependiente de las decisiones que se tomen en Washington.

     

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    Torturas en la causa de los Cuadernos truchos: Cristina detonó el “circo judicial” del macrismo

     

    Cristina Kirchner publicó un mensaje explosivo donde reveló que, en la causa de los Cuadernos truchos, no sólo hubo “arrepentidos” extorsionados: ahora se confirma que algunos directamente fueron torturados. La denuncia se basa en declaraciones que salieron al aire en TN y que exponen la matriz de persecución política detrás del aparato judicial macrista.

    Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

    FOTO.DYN/ALBERTO RAGGIO.

    De “arrepentidos” a “extorsionados”: lo que Cristina viene anticipando desde 2018

    Cristina abrió su mensaje recordando lo que ya había denunciado en múltiples oportunidades: en la causa de los Cuadernos truchos, los llamados “arrepentidos” no colaboraban voluntariamente; eran presionados, aislados, amenazados y empujados a declarar lo que la Justicia macrista necesitaba escuchar.

    Pero ahora, según planteó, quedó claro que aquello se quedó corto: al menos uno de los detenidos fue sometido a tortura blanca, un procedimiento diseñado para quebrar psicológicamente sin dejar marcas.


    Tortura blanca: reflector 24 horas, aislamiento total y vigilancia permanente

    Cristina reprodujo un fragmento estremecedor del abogado Roberto Herrera, que defendió a uno de los arrepentidos. En TN, Herrera afirmó que su cliente estuvo 28 o 30 días en el centro de detención de Cavia, completamente aislado, con un reflector prendido las 24 horas, siendo filmado sin pausa y sin contacto humano.

    El abogado describió que el detenido “no sabía si era de día o de noche”, que era “un castigo”, y que incluso después de pasar al sistema de testigos protegidos su propia defensa no podía verlo.

    Lo que relató Herrera, señaló Cristina, no es un error administrativo: es tortura. Tortura blanca. Tortura de manual. Tortura que hubiera sido denunciada internacionalmente si no hubiese ocurrido bajo el paraguas del aparato judicial macrista.


    “Esto ya no es lawfare”: Cristina apuntó al corazón del macrismo judicial

    En su publicación, Cristina fue categórica: “Esto ya no es lawfare: es persecución política con métodos propios de las dictaduras”.

    A su entender, los jueces y fiscales que articularon la causa de los Cuadernos truchos —a los que llamó el “bestiario judicial del macrismo”— operaron al servicio del poder económico, persiguiendo opositores mientras garantizaban impunidad a quienes endeudaron y siguen endeudando al país.


    El “circo” de los Cuadernos y la distracción en medio de la crisis económica

    Cristina también vinculó la reapertura acelerada de la causa con la situación económica actual. Describió la reactivación del expediente como “agenda judicial para la distracción: si no hay pan, que haya circo”.

    Mientras tanto, señaló, la inflación real sigue golpeando, a pesar de que el discurso oficial asegura que los precios no suben. Recordó que el INDEC informó 2,3% en octubre, cifra que crece mes a mes y que, anualizada bajo el método del propio Milei, da 27,6%, más alta que la inflación que dejó el gobierno en 2015.

    Pero —remarcó— en 2015 había salarios y jubilaciones entre los mejores de la región, provincias financiadas, rutas mantenidas, y sobre todo cero deuda con el FMI y cero deuda con el Tesoro de Estados Unidos.


    Colonialismo financiero: Bessent y la admisión que pasó de largo en los medios

    Otro punto clave del mensaje fue la referencia a la confesión de Bessent, quien admitió que prestarle a Milei fue “un gran negocio” para Estados Unidos.

    Cristina interpretó esto como colonialismo financiero: acuerdos que benefician a intereses extranjeros mientras funcionarios locales facilitan swaps, endeudamiento y mecanismos cambiarios ruinosos para el país.

    Para Cristina, cuando el Estado se convierte en garante de negocios ajenos, “no es inversión: es delito”.


    El guion y el guionista: Stornelli en el centro de la escena

    El segmento más contundente del cierre fue dirigido al fiscal Carlos Stornelli, a quien Cristina señala como el arquitecto del guion judicial y mediático montado sobre los Cuadernos truchos. Recordó que es el mismo fiscal procesado por asociación ilícita en una causa por extorsión, el mismo involucrado en el intento de plantar cocaína al exmarido de su actual pareja, y el mismo salvado por “la Corte de los Tres”.

    Según Cristina, Stornelli no solo extorsionó, sino que avaló métodos de tortura para obtener declaraciones forzadas que luego se reproducían en grandes titulares en Clarín y La Nación.


    El video que lo confirma todo

    Cristina finalizó su mensaje con un video emitido por TN, donde las propias declaraciones del abogado Herrera confirman lo que durante años el macrismo negó: hubo coerción, hubo tormentos y hubo un uso del Estado para perseguir políticamente.

    Lo que aparece ahora no es una interpretación: es evidencia.

     

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    Rial reaviva el escándalo Spagnuolo: audios explosivos vinculan a Karina Milei con una red de recaudación ilegal

     

    Mientras la defensa del ex titular de la ANDIS intenta frenar la causa alegando que los audios fueron creados con inteligencia artificial, las revelaciones difundidas por Jorge Rial y Mauro Federico exponen una trama de corrupción que involucra a laboratorios, droguerías y funcionarios del entorno directo de Karina Milei. El Gobierno, otra vez, se refugia en el silencio.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

    “Los audios son falsos”: la defensa que nadie cree
    El abogado Mauricio D’Alessandro, representante del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, intentó desactivar la causa afirmando que las grabaciones fueron creadas con inteligencia artificial. Pero el argumento no convenció a nadie.
    Lejos de calmar las aguas, su declaración encendió aún más las alarmas. Porque negar grabaciones que llevan meses circulando, con detalles precisos sobre el funcionamiento interno de la Secretaría General de Presidencia, solo profundizó la sospecha.

    Según D’Alessandro, el expediente lleva más de cincuenta días bajo secreto de sumario, y lo único que conocen es lo aportado por Mauro Federico. El abogado apeló a la vieja doctrina del “fruto venenoso”: si la prueba es falsa, todo el caso debe anularse. Pero la maniobra, más que limpiar el terreno, terminó manchando todavía más.


    Los audios que golpean al corazón del poder libertario
    En los audios difundidos por Rial y Federico, la voz atribuida a Spagnuolo describe un sistema de recaudación ilegal que habría operado desde la ANDIS, con vínculos directos con laboratorios y droguerías.
    La grabación más comprometedora señala que un 3% de los contratos públicos debía destinarse como “aporte” para garantizar su continuidad con el Estado, dinero que —según esa voz— iba a parar a la Secretaría General de Presidencia, bajo la órbita de Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem.

    Una frase resonó con fuerza: “Tengo todos los WhatsApps de Karina”. No se trata de una mera insinuación: es una afirmación directa que conecta a la hermana del Presidente con la supuesta estructura de recaudación.


    La defensa de los laboratorios y el intento de cierre
    Los dueños de la droguería Suizo Argentina, Eduardo, Jonathan y Emmanuel Kovalivker, también intentaron despegarse, argumentando que los hechos ya fueron investigados en una causa archivada por inexistencia de delito.
    Invocaron el principio de non bis in idem, para evitar una nueva investigación. Pero los audios —negados, pero imposibles de ignorar— mantienen viva la sospecha de una red de coimas y favores empresariales dentro del esquema de poder libertario.


    Rial, sin filtro: “No vaya a ser cosa que aparezcan los audios completitos”
    La respuesta de Jorge Rial ante la defensa de Spagnuolo fue inmediata y filosa. Desde su programa en el canal Carnival, lanzó una advertencia que retumbó en la Casa Rosada: “No vaya a ser cosa que aparezcan los audios completitos”.
    Una frase con el sello Rial: breve, ácida y cargada de mensaje. Como si dijera “sé más de lo que conté”.
    Incluso fue más lejos, deslizando que el oficialismo “quizás hubiera preferido dejar las cosas como estaban y haber entregado el culo de Spagnuolo”. Una expresión brutal, pero que retrata la crudeza del momento y el nivel de tensión dentro del gobierno libertario.


    La estrategia del silencio y la excusa tecnológica
    Desde el oficialismo, la reacción fue predecible: acusar una operación, invocar la inteligencia artificial y evitar toda explicación concreta.
    Pero el libreto libertario se desgasta. Cada intento de minimizar el caso con el argumento de la IA refuerza la sospecha de que hay algo que ocultar. Hasta ahora, ningún funcionario presentó pruebas técnicas que respalden la supuesta manipulación digital.

    El caso Spagnuolo, explican desde EnOrsai, se transformó así en un espejo incómodo que refleja las grietas morales del gobierno. Lo que Milei presentó como una cruzada contra la “casta corrupta” hoy se le devuelve como un boomerang desde su propio entorno.


    Karina Milei, la sombra que incomoda al poder
    Sin cargo formal pero con poder real, Karina Milei vuelve a aparecer en el centro de la tormenta. Su nombre, asociado a contratos estatales y redes de favores empresariales, se repite como un eco en cada denuncia.
    Y mientras ella guarda silencio, el escándalo crece. Porque no es solo lo que dicen los audios: es lo que el Gobierno no dice, lo que evita aclarar, lo que prefiere tapar.


    Un gobierno que no puede dar explicaciones
    La Cámara Federal deberá decidir si las grabaciones son válidas o si la causa se anula. Pero más allá del aspecto judicial, la batalla política ya está perdida: el oficialismo no logra explicar por qué las denuncias internas lo persiguen una y otra vez.

    En un gobierno que prometía transparencia, el caso Spagnuolo muestra un poder encerrado, con reflejos corporativos y una tendencia cada vez más marcada al encubrimiento.
    Si los “audios completitos” llegan a ver la luz, el impacto será devastador. Y si no, el daño ya está hecho: la duda ya se instaló, y en política, la duda suele ser más corrosiva que la prueba.

     

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    Trenes al descarriladero: Liniers y San Miguel, dos señales del vaciamiento ferroviario

     

    El descarrilamiento de una formación del Sarmiento en Liniers, con al menos 19 heridos, vuelve a poner en evidencia la desinversión y el retiro del control estatal sobre el sistema ferroviario. Hace menos de tres semanas, un choque entre dos trenes del Urquiza en San Miguel había encendido la misma alarma. El ajuste de Milei sobre el transporte público ya muestra sus consecuencias.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

    Otra jornada negra para el Sarmiento

    Una formación del tren Sarmiento se descarriló este martes a las 15:50 a unos cien metros de la estación Liniers, cerca de la intersección de Timoteo Gordillo y Avenida Rivadavia. La formación se descalzó a pocos metros del paso a nivel, obligando a los pasajeros a evacuar entre el susto, el humo y el desconcierto.

    El SAME desplegó 40 móviles y atendió a 19 personas, de las cuales 9 fueron trasladadas a los hospitales Santojanni, Vélez Sársfield, Álvarez y Grierson. Según informó su titular, Alberto Crescenti, no hubo víctimas fatales, aunque varios pasajeros presentaron politraumatismos. El operativo de rescate concluyó cerca de las 17:20.

    En la estación Once, los pasajeros estallaron en enojo al encontrarse con cancelaciones y demoras sin explicación oficial. No es para menos: el episodio se suma a una seguidilla de fallas y emergencias en el servicio.


    Una tragedia anunciada

    Desde la Agrupación Naranja Ferroviaria Nacional, integrada al Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), responsabilizaron directamente al Gobierno de Milei: “Decimos claramente que el gobierno nacional es responsable del vaciamiento y la desinversión, dejando una infraestructura obsoleta sin mantenimiento”.

    Los trabajadores recordaron que “hace poco más de 20 días también ocurrió un hecho similar en el ferrocarril Urquiza, provocando un choque de trenes y varios heridos”, y denunciaron que “la falta de inversión en material rodante y en infraestructura genera accidentes predecibles y perfectamente evitables”. Exigieron la reestatización del sistema ferroviario y un plan de obras urgentes.

    No es una advertencia nueva. En septiembre, el sindicato La Fraternidad había realizado medidas de fuerza y “trabajo a reglamento”, denunciando públicamente el saqueo y el abandono en el sector. Pero el Gobierno libertario eligió el camino inverso: ajustar el presupuesto, reducir controles y volver a abrir las puertas a la privatización.


    El antecedente de San Miguel

    El 23 de octubre, dos formaciones del ferrocarril Urquiza chocaron a la altura de la estación General Lemos, en San Miguel, dejando cuatro heridos. La empresa Metrovías, concesionaria de la línea, habló de un “rozamiento entre formaciones”, pero los trabajadores y los pasajeros coincidieron en que el sistema de señales y mantenimiento venía fallando desde hacía semanas.

    Una pasajera, identificada como Milena, contó que “ya venía mal el servicio desde Federico Lacroze, con demoras y quejas; el impacto fue muy fuerte y se cortó la luz”. Otro testigo, Gustavo, relató que “cuando entramos a la estación sentimos el golpe, saqué la cabeza por la ventanilla y vi que habíamos chocado”.

    En aquel momento, el hecho se trató como “un incidente menor”. Hoy, el descarrilamiento del Sarmiento demuestra que no lo era: es parte de un mismo patrón de descontrol y desinversión.


    Sin control, sin inversión, sin Estado

    Desde la llegada de Milei, el Ministerio de Infraestructura —bajo control directo de Guillermo Ferraro primero y luego de Luis Caputo— aplicó un ajuste drástico sobre los fondos destinados al mantenimiento ferroviario. Los convenios con cooperativas y empresas de reparación se paralizaron, y varios sectores de control y seguridad fueron desmantelados o tercerizados.

    Mientras tanto, el discurso oficial sigue repitiendo el mantra del “Estado ausente”, pero en los hechos es un Estado retirado, que deja en manos privadas la seguridad de miles de usuarios diarios. El resultado está a la vista: dos accidentes en menos de un mes, sin muertos sólo por azar.


    El ajuste que mata lento

    Las postales de hoy —pasajeros caminando por las vías, heridos, caos en Once— son el rostro cotidiano del modelo libertario aplicado al transporte público. Un sistema donde se recorta la inversión, se desmantelan los controles y se entrega la infraestructura al deterioro.

    Cada descarrilamiento es una advertencia. Cada herido, una víctima del ajuste. Y cada accidente, una señal de que el ferrocarril argentino vuelve a ser el espejo del país: un tren sin conductor, descarrilando rumbo al desastre.