Estados Unidos le niega a Milei el préstamo prometido y exige desarmar el swap con China
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Estados Unidos le niega a Milei el préstamo prometido y exige desarmar el swap con China

 

El secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, visitó la Casa Rosada para marcarle el rumbo económico al presidente argentino. No hubo ayuda financiera, pero sí exigencias geopolíticas claras: romper con China, profundizar el ajuste y alinearse incondicionalmente con los intereses de Washington.

Por Sofía Arregui para EnOrsai

Mientras el gobierno argentino celebraba como “histórica” la visita de un alto funcionario republicano, la realidad se impuso: Estados Unidos le negó el financiamiento que Milei desesperadamente busca y le ordenó desarmar el acuerdo de monedas con China. La humillación no fue solo diplomática, fue también económica y estratégica. Argentina queda atrapada entre el ajuste brutal y la obediencia internacional.


El 12% devaluación del peso argentino no fue, como quiso venderlo el gobierno de Javier Milei, una medida estratégica dentro de un plan maestro para estabilizar la economía. Fue, más bien, la ofrenda ritual con la que la administración libertaria intentó congraciarse con un visitante clave: Scott Bessent, secretario del Tesoro de Donald Trump y una de las voces más influyentes del poder financiero estadounidense. La escena, sin embargo, no terminó como esperaba el gobierno argentino. Lejos de los anuncios de respaldo, crédito o salvación que se habían filtrado en la previa, la comitiva norteamericana dejó en claro su única intención: marcar la línea de obediencia geopolítica que Milei debe seguir si quiere seguir siendo el “socio preferencial” de Washington en Sudamérica.

La decepción fue tan visible como el silencio posterior. En los pasillos de la Casa Rosada, el discurso triunfalista que antecedió la reunión mutó en una extraña combinación de sumisión y resignación. Porque lo que se presentó como una cumbre bilateral histórica terminó siendo una reprimenda encubierta, un recordatorio de cuál es el lugar que Argentina ocupa en el tablero global si decide renunciar a toda política de soberanía: el del peón sin autonomía que ejecuta sin cuestionar.

Bessent fue claro. No habrá línea de crédito para Argentina. No habrá dólares estadounidenses inyectados por Washington para facilitar la transición económica de Milei. No habrá ni siquiera gestos simbólicos de respaldo financiero. En cambio, hubo una única exigencia, reiterada con la precisión de un ultimátum: desarmar el swap con China.

Ese acuerdo de monedas con el país asiático, que permite a la Argentina utilizar yuanes para operaciones internacionales sin agotar reservas de dólares, es visto por Estados Unidos como una amenaza directa a su control sobre el sistema financiero global. No importa que el swap haya sido, hasta ahora, una de las pocas herramientas que evitó el colapso total de las reservas del Banco Central argentino. Lo que importa es que representa un vínculo con un actor que desafía la hegemonía de Washington.

La frase de Bessent no dejó lugar a interpretaciones: “A medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo”. Traducido del lenguaje diplomático: ajusten más, recorten más, privaticen más. Y mientras tanto, rompan con China.

Esta postura no es nueva. Semanas antes, Mauricio Claver-Carone —ex presidente del BID y uno de los halcones más duros de la política exterior trumpista— ya había advertido sobre el mismo punto. El pedido de Bessent no es una sugerencia; es una orden directa del corazón del poder republicano, y sugiere que la presencia del funcionario en la Casa Rosada no respondía a un interés por la recuperación económica de Argentina, sino al objetivo geopolítico de frenar el avance chino en América Latina.

El argumento, repetido hasta el cansancio, es que los acuerdos con China han sido “rapaces”, “secretos” y “extractivistas”, en referencia a las experiencias africanas donde empresas chinas se aseguraron derechos sobre recursos naturales a cambio de préstamos opacos. Pero lo que no dice Bessent es que las condiciones del FMI, controlado de facto por Estados Unidos, han tenido consecuencias igualmente destructivas para las economías del sur global, incluida la Argentina, con ciclos interminables de endeudamiento, ajuste y recesión.

La jugada norteamericana busca entonces una limpieza total del tablero. El objetivo es que Milei no solo alinee su discurso con el trumpismo, sino que rompa todos los lazos estratégicos con el gigante asiático. No se trata simplemente de un tema financiero: es una exigencia de alineamiento ideológico, económico y diplomático con el bloque occidental. Argentina debe elegir un amo, y Washington ya decidió cuál debe ser.

Lo alarmante es que el presidente Milei no solo parece dispuesto a cumplir esa orden, sino que lo hace con entusiasmo dogmático. En lugar de negociar, resigna. En lugar de defender la soberanía económica, entrega. En lugar de priorizar la necesidad concreta de divisas para evitar una crisis cambiaria, opta por sacrificar instrumentos como el swap chino solo para congraciarse con el poder imperial.

El comunicado oficial del Tesoro norteamericano fue una muestra de cinismo diplomático: “Confiamos plenamente en el liderazgo del presidente Milei para mantener el impulso económico positivo que atraviesa la Argentina”. ¿Impulso positivo? El país se encuentra sumido en una recesión brutal, con caída del consumo, aumento de la pobreza y desplome de la industria. Pero lo que importa para Washington no es el bienestar de los argentinos, sino la certeza de que sus intereses estratégicos serán defendidos con fervor.

Lo que queda en evidencia es que el experimento Milei no es otra cosa que una herramienta al servicio de una agenda extranjera. Su programa económico, presentado como la única salida viable al “fracaso del estatismo”, se revela cada vez más como una imposición externa, ajena a las necesidades del pueblo argentino. El ajuste no es una decisión soberana, es una exigencia del Tesoro estadounidense. El enfrentamiento con China no es un acto de convicción, sino un mandato recibido. La política exterior no responde a los intereses de la región, sino al juego electoral de un Trump que busca volver a la Casa Blanca y necesita demostrar que América Latina sigue siendo su patio trasero.

El problema no es solo el rumbo, sino la actitud. Porque incluso aquellos gobiernos que históricamente mantuvieron relaciones carnales con Estados Unidos, como el menemismo, supieron obtener algo a cambio. Con Milei, ni eso. No hay créditos, no hay inversiones, no hay concesiones. Solo hay órdenes. Y obediencia.

Así, mientras la sociedad argentina atraviesa una de las peores crisis sociales y económicas de su historia reciente, el gobierno festeja reuniones vacías, sin resultados concretos, como si el solo hecho de ser recibido por funcionarios de Trump justificara el hambre, la exclusión y el desmantelamiento del Estado.

La historia reciente está plagada de ejemplos donde la entrega total no solo no resolvió los problemas estructurales del país, sino que los agravó. La diferencia es que, esta vez, el sometimiento no viene disfrazado de pragmatismo, sino de fundamentalismo libertario. Y eso lo vuelve aún más peligroso.

Porque cuando un gobierno renuncia a la diplomacia, a la estrategia y a la negociación, y reemplaza todo eso por fanatismo ideológico, lo único que garantiza es que el ajuste no tendrá fin, que la deuda no se resolverá, y que la soberanía será una palabra vacía en un país sin voz propia en el concierto internacional.

 

Macri: «Dirigentes del PRO van a ser candidatos de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires»
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Macri: «Dirigentes del PRO van a ser candidatos de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires»

 

El exmandatario lamentó que no se haya alcanzado una alianza con el oficialismo para la elección en territorio bonaerense.

El expresidente Mauricio Macri manifestó que, hasta el momento, no se alcanzó un acuerdo electoral entre el PRO y La Libertad Avanza para las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, que se llevarán a cabo el 7 de septiembre. En ese marco, remarcó que desde el espacio amarillo «venimos apoyando como nunca antes lo hizo un partido político que no está en el Gobierno».

«No hay acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza. Ha habido dos fotos y mucha conversación en los diarios, pero no es una conversación sobre cómo se ponen de acuerdo PRO y LLA. Sino que dirigentes del PRO van a ser candidatos de La Libertad Avanza«, en obvia alusión a Diego Santilli y Cristian Ritondo. 

«Hasta ahora no he escuchado al Presidente y muchos menos a la hermana y al «Triángulo de hierro» decir queremos un acuerdo con el PRO en la provincia de Buenos Aires. Eso no sucedió en ningún lugar», describió la máxima autoridad del partido amarillo.

Al momento de enumerar los motivos, Macri aseguró que «al Presidente no lo cuidan, le hacen decir cosas que no son exactas» y expuso un ejemplo: «Hoy dijo que la Ciudad adelantó la elección y por eso no hubo un acuerdo con el PRO. La Ciudad adelantó la elección el 27 de diciembre, el 8 de enero el Presidente dijo públicamente que quería un acuerdo por el todo. Y el 9, yo saqué un comunicado diciendo que estábamos listos, hasta designé a cinco personas para sentarse a conversar para qué vamos a trabajar juntos y qué reformas haríamos. ¿Qué pasó? Silencio de radio«.

Durante una entrevista en TN, el exmandatario entre 2015 y 2019 detalló que hasta el momento «se cerraron siete distritos» y que «en ninguno fue el PRO con La Libertad Avanza». Además, hizo foco en una cuestión sucedida en una provincia: «En Chaco peor, por pedido de la Casa Rosada, excluyeron al PRO del Frente. Esto me lo dijo el gobernador (Leandro Zdero), que es un amigo mío. Pero bueno, trabajemos en el todo, acá estamos para ir hacia el mismo rumbo que queremos».

 

¿Quién es Pablo Quirno, el monje negro de Caputo?
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¿Quién es Pablo Quirno, el monje negro de Caputo?

 

El Secretario de Finanzas fue pieza fundamental en el armado del nuevo megaendeudamiento con el FMI.

Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insuperable

Contaba ayer por la noche al economista Alejandro Bercovich en su programa por C5N, «La Ley de la Selva», una por demás desubicada respuesta que había obtenido a través de Twitter del actual Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, cuando ante el desubicado festejo de los integrantes del equipo de economía se preguntaba «de qué se ríen», éste le contestó «de vos».

A modo de réplica, «Berco» tuvo la gentileza de reflotar algunas «oscuridades» del pasado de Quirno con posibles implicancias legales, que leyó en una nota nuestra de hace un tiempo (aunque en el apuro televisivo se ve que olvidó citarnos) y que exponemos y ampliamos a continuación sobre esta pieza fundamental en la decadencia económica Argentina.

¿Quién es Pablo Quirno?

Pablo Quirno Magrane, tal su nombre completo, es un arquetipo del integrante del «mejor equipo de los últimos 50 años». Con una larga trayectoria en el sector privado, que incluye una década y media como Director en el J. P. Morgan, arribó con el macrismo al Estado con la firme idea de realizar los negocios necesarios para afianzar y profundizar la transferencia de ingresos.

Es nieto de Avelino Quirno Lavalle, uno de los fundadores del Partido Conservador Popular, quien supo “prestarle” su domicilio legal a Hugo Byttebier, el SS belga que se instaló en la Argentina y era amigo del organizador del Holocausto, Adolf Eichmann.

Hijo de éste y padre del Director del Banco Central fue Avelino Quirno Ugarte, fallecido en 2003 y a quien el Diario La Nación nos describe diciendo: “Era un hombre de una línea de conducta, creíble, generador de afectos sinceros. Tanto se movía con soltura en ambientes como el Círculo de Armas o el Mar del Plata Golf Club como con los encargados de los edificios de la zona donde vivía”.

Con Mauricio Macri en la presidencia, Pablo Quirno Magrane fue designado el 29 de febrero de 2016 como “Coordinador General de la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas” por el entonces ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay. En enero de 2017 pasa a ser la mano derecha del Toto «Champions League» Caputo, convirtiéndose en su Jefe de Gabinete en el ministerio de Finanzas.

Nobleza obliga, Pablo Quirno fue un jugador fundamental en llevar a la Argentina a niveles históricos de endeudamiento con el FMI, secundando a Luis Caputo en las negociaciones con el organismo internacional.

También fue el que llevó adelante el engendro de los PPP (Participación Público – Privada), que solamente beneficiaban al sector financiero. Luego, en julio de 2018, ingresa al Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Menos de tres meses después, el 25 de septiembre de 2019, la vicepresidenta en ejercicio del ejecutivo, Gabriela Michetti, junto a Nicolás Dujovene, a través del Decreto 849/2018, le acepta la renuncia.

Pero, antes de irse del BCRA, Pablo Quirno Magrane dejó plantada una semillita: la autorización durante su gestión para que el nuevo banco digital de Juan Bruchou (ex Citi), Brubank, comience a operar a partir del 3 de septiembre de ese año, algo por lo que la FinTech venía remando desde hace tiempo. Para fines del macrismo, Brubank ya contaba con más de medio millón de clientes con cuentas de ahorro. Este año ya superaron las 4.700.000.

Pablo Quirno (hijo)

Habíamos dicho previamente que, Pablo Quirno Magrane era todo un representante del «mejor equipo» macrista. Y como tal, no le podía falta la cuota de nepotismo. Tanto es así que, con Macri en el poder, su homónimo hijo, Pablo Quirno, poco después que el padre, y con poca experiencia laboral previa (trabajó en el Citi), ingresó al gobierno en marzo de 2016 como asesor de Inversión Extranjera para ser nombrado Subsecretario poco más de un año después.

En una carrera meteórica, en marzo de 2018 fue designado, a través del Decreto 2011/2018 como Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, cargo que ocupó hasta el 10 de diciembre de 2019.

Terminado el macrismo, Pablo Quirno hijo, junto al ex Secretario de Relaciones Económicas Internacionales (su exjefe), Horacio Reyser, conforman Ventus Capital Partners, una empresa de servicios financieros que, al igual que el Estado bajo su gestión, terminó mal.

Sin laburo en vista, los Quirno golpearon la puerta buscando cobrar favores de épocas pasadas. Así, Pablito, en enero de 2022, se convirtió en el nuevo Director Financiero (CFO) de Brubank, justamente el banco que consiguió autorización para operar cuando su padre estaba en el Central.

Marcos Quirno (otro hijo)

Hemos repetido hasta el hartazgo en estas páginas que el mundo de Cambiemos es un pañuelo, donde siempre encontramos apellidos repetidos de uno y otro lado del mostrador. Y vale aquí hacer la mención de otro de los hijos de Pablo Quirno Magrane; Marcos Quirno.

Marcos parecía haberse convertido en la «oveja negra» de la familia financiera. Tanto así que en 2015 se había recibido de Licenciado en Letras en la Universidad de San Andrés. Pero el apellido le deparaba otros caminos: casi en simultáneo con el desembarco de su padre en el ministerio de Hacienda macrista, acompañando a Prat Gay en la «negociación» con los fondos buitre en el medio del litigio por la deuda en default, Marcos, «el literario», entraba a trabajar en la banca Morgan en Estados Unidos, donde permanecerá hasta que Macri pierde las elecciones en 2019.

 

Silvia Lospennato salió a pegarle a los sindicatos con la idea de conseguir trabajadores indefensos
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Silvia Lospennato salió a pegarle a los sindicatos con la idea de conseguir trabajadores indefensos

 

La diputada del PRO arremetió contra los gremios tildándolos de “casta difícil de remover” y promoviendo eliminar el aporte solidario. Una avanzada que encubre el desguace de los derechos laborales.

Por Osvaldo Peralta

En pleno avance del modelo ultraliberal que lidera Javier Milei, Silvia Lospennato se suma con entusiasmo a la ofensiva contra los sindicatos, deslegitimando su rol histórico y funcional al desmantelamiento del entramado de protección laboral. Mientras el gobierno ajusta sobre los sectores populares, la diputada propone amputar las herramientas que los trabajadores tienen para defenderse.

No se trata de una declaración aislada ni de una opinión personal. Lo que expresó Silvia Lospennato en medio del paro general convocado por las centrales sindicales es la voz afinada de una estrategia más amplia, meticulosamente diseñada por el gobierno de Javier Milei y su séquito de aliados políticos y mediáticos: deslegitimar al sindicalismo, erosionar su financiamiento y, con ello, debilitar el poder de los trabajadores organizados.

“Esta es la casta probablemente más difícil de remover”, dijo la diputada nacional del PRO, refiriéndose sin rodeos a los gremios, con una terminología que reproduce sin disimulo la retórica libertaria que ha invadido el discurso político argentino desde la llegada de Milei al poder. Pero a diferencia de las generalidades violentas del Presidente, las palabras de Lospennato tienen una dirección concreta: avanzar con una ofensiva legislativa para eliminar el aporte solidario, una de las principales fuentes de financiamiento de los sindicatos.

El objetivo es claro. Lospennato no lo oculta. “Este es el financiamiento que tienen los sindicatos, que en lugar de ser financiados por sus afiliados son financiados por un montón de trabajadores que no se sienten representados y, sin embargo, todos los meses les descuentan una parte de sus salarios”. Suena razonable al oído desatento. Pero lo que la diputada oculta (o deliberadamente tergiversa) es que el aporte solidario es un instrumento legal, respaldado por la voluntad colectiva a través de convenios, y constituye una forma de garantizar que la representación gremial, aunque imperfecta, tenga la capacidad real de defender derechos frente al avasallamiento patronal.

Lo que Lospennato llama “usar nuestro dinero para jugar en contra nuestro” es, en realidad, el ejercicio democrático de defender conquistas laborales que el modelo económico de su espacio político viene sistemáticamente destruyendo. Eliminar ese financiamiento no es una acción transparente ni libertaria: es un acto de sabotaje a la única estructura capaz de oponerse con fuerza organizada a la brutal transferencia de riqueza desde los trabajadores hacia los sectores más concentrados del poder económico.

En su intervención, la legisladora redobla la apuesta: exige sacar dictamen, conseguir los votos, avanzar sin miramientos. Se nota que ya no se trata solo de una disputa ideológica, sino de una cruzada institucionalizada para vaciar de contenido a los sindicatos y forzar su debilitamiento estructural. “Estos debates son difíciles”, reconoce, pero no por convicción democrática, sino porque aún quedan resabios de una sociedad que resiste ser despojada de sus mecanismos de defensa.

La ofensiva de Lospennato no es inocente, ni accidental. Llega en un momento cuidadosamente elegido: mientras el gobierno de Milei impone un ajuste salvaje, cercena programas sociales, destruye la capacidad adquisitiva de los salarios y desmantela el Estado en nombre de una supuesta eficiencia, lo que estorba es todo aquello que pueda organizar la resistencia. Y los sindicatos son, guste o no, una de las pocas barreras que aún sostienen con cierta dignidad las condiciones mínimas de los sectores populares.

Lospennato se escuda en cifras para justificar el ataque: “Este paro nos cuesta 0,3% del PBI de este mes”. Una afirmación tan frívola como malintencionada, que mide el costo de una huelga en términos económicos sin registrar su causa ni su legitimidad política. ¿Cuánto cuesta el empobrecimiento generalizado? ¿Cuánto pesa el derrumbe del sistema jubilatorio, el desfinanciamiento educativo, la inflación descontrolada, el recorte en medicamentos, los miles de despidos? De eso, ni una palabra.

Para Lospennato, el sindicalismo es extorsivo, mafioso y funcional al kirchnerismo. Es la narrativa que intentan instalar quienes necesitan aplastar la organización colectiva para imponer un modelo de país con salarios bajos, empleo precario y represión institucionalizada. Lo que la diputada no admite es que sin sindicatos no hay resistencia. Y sin resistencia, el saqueo se vuelve costumbre.

Su discurso, además, trasluce un profundo desprecio por la democracia sindical. En vez de proponer mayor transparencia o métodos de participación más inclusivos, elige atacar el corazón de su funcionamiento: el financiamiento. Sin recursos, cualquier organización se debilita. Sin sindicatos fuertes, los trabajadores quedan a merced de una lógica empresarial donde el único valor es la rentabilidad.

Lo que se plantea como una cruzada moral contra una supuesta “casta” es, en realidad, una operación para desmantelar las herramientas de defensa que tiene el pueblo frente al modelo neoliberal más salvaje que haya conocido la Argentina en décadas. Bajo el ropaje discursivo de la pureza republicana y el odio a la política, se esconde el verdadero propósito de la alianza Milei-PRO: un país sin sindicatos, sin derechos laborales, sin defensa colectiva.

En este sentido, Lospennato no es una voz disonante. Es la pieza funcional de un engranaje mucho más amplio. No casualmente, en la misma entrevista habló de su preocupación por la posibilidad de que el kirchnerismo recupere fuerza en la Legislatura porteña. Es el temor fundado de quienes saben que solo desde la organización y la política se puede frenar la motosierra con la que buscan arrasar todo.

Y si algo evidencia su intervención es que no existe tal cosa como neutralidad en este conflicto. Estar en contra del sindicalismo, como ella lo está, no es estar en contra de un sistema vetusto. Es, lisa y llanamente, estar en contra de los derechos de los trabajadores. Porque cuando se debilitan los gremios, no se fortalece la libertad individual: se fortalecen las patronales, las multinacionales, los CEOs que sueñan con empleados baratos, sumisos y sin voz.

Lospennato lo dice sin pudor: quieren avanzar con los votos necesarios. Quieren legislar para quitarle a los sindicatos el oxígeno. Quieren terminar con la protesta social y la organización del trabajo. Lo hacen en nombre del cambio, pero su proyecto es bien viejo: un país con pocos ricos y millones de pobres sin derechos.

Y mientras tanto, quienes denuncian “castas” desde sus bancas, no tienen problema en defender privilegios empresariales, endeudamientos obscenos o condonaciones fiscales a sus aliados económicos. Para ellos, casta es todo aquello que se oponga a su plan de ajuste. La verdadera casta, sin embargo, es la que gobierna para unos pocos y pisotea al resto.

Porque cuando se ataca al sindicalismo, lo que está en juego no es una estructura ni una ideología. Lo que está en juego es el derecho del pueblo a defenderse.

 

SANTA FE: El candidato de Milei arañó un 13% y quedo tercero en las elecciones
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SANTA FE: El candidato de Milei arañó un 13% y quedo tercero en las elecciones

 

Los libertarios se ubicaron últimos en el podio de preferencias de uno de los distritos electorales más grandes de la Argentina.

Mala elección para los libertarios que obtuvieron el tercer lugar en las elecciones para elegir convencionales constituyentes de Santa Fe, que en los hechos fue el primer test del año. La elección de 69 convencionales constituyentes se desarrollaron al mismo tiempo que las primarias en las que se pusieron en juego las autoridades de 19 intendencias, la presidencia comunal en más de 300 pueblos y los concejos deliberantes de 65 localidades.

Los resultados de esos comicios, en los que el gobernador radical Maximiliano Pullaro ratificó su liderazgo y se encamina a encarar la reforma que le permita su reelección en el distrito, dejaron a la lista de LLA en el tercer lugar, debajo del espacio que encabezó el concejal rosarino Juan Monteverde, referenciado en Juan Grabois.

En los resultados, con un 80,98% de mesas escrutadas, el gobernador Maximiliano Pullaro (Unidos para Cambiar Santa Fe) se impone para convencionales constituyentes con un 35,89% de votos, mientras que por detrás, con respecto a los otros principales candidatos, se ubican Juan Monteverde (Más para Santa Fe) con un 14,52%, Nicolás Mayoraz (La Libertad Avanza) con un 13,82%, Amalia Granata (Somos Vida y Libertad) con un 12,64%, y Marcelo Lewandowski (Activemos) con un 8,25%.

 

NEGOCIOS PARA LOS AMIGOS: Denunciaron a Milei por malversación de fondos públicos
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NEGOCIOS PARA LOS AMIGOS: Denunciaron a Milei por malversación de fondos públicos

 

Es por la liquidación de 398 millones de dólares el viernes, horas antes del anuncio de devaluación.

Para seguir pisando el dólar, el gobierno nacional a través del Banco Central de la República Argentina se patinó 398 millones de dólares a 1.097,50 pesos cuando sabían perfectamente que horas más tarde se anunciaría la libre «flotación» de la divisa hasta un techo de 1.400 pesos.

¿Quiénes compraron esos dólares? ¿Hubo información privilegiada para favorecer a «amigos» con la comprar de millones previo al anuncio de la devaluación? A eso apunta, precisamente, la denuncia presentada por el abogado Leonardo Martínez Herrero en la Justicia.

Precisamente, el letrado denuncia a Milei, al Ministro de Economía, Luis Caputo y al directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) por la liquidación de esos 398 millones de dólares el viernes.

Martínez Herrero acusa a Milei, Caputo y al directorio del BCRA del delito de malversación de fondos públicos al haber favorecido la compra de divisas a 1.097,50 pesos por dólar, cuando ya sabían que el Poder Ejecutivo iba a anunciar modificaciones en el sistema cambiario con una banda de flotación de entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar.

Además, el abogado solicitó pericias para conocer la identidad de todos los compradores favorecidos e incluso el allanamiento del BCRA y la intervención de la Corte Suprema de Justicia.