Política

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    Tasers en la Ciudad: un nuevo instructivo refuerza el uso policial sin sumar controles reales

     

    La Ciudad aprobó un nuevo instructivo para el uso de armas eléctricas D.E.I.M., derogando la versión de 2023. El texto incluye pautas internas para la Policía de la Ciudad, pero mantiene amplias zonas de discrecionalidad, sin controles externos ni límites técnicos definidos. La normativa se apoya en criterios de organismos internacionales, aunque omite las advertencias más fuertes sobre riesgos y abusos documentados en el mundo.

    Por Roque Pérez para NLI

    Un instructivo que promete precisión, pero deja amplios márgenes de decisión policial

    La Resolución 1546/MSEGC/25 publicada hoy en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires deroga la normativa anterior y aprueba una nueva guía para el uso de los Dispositivos Electrónicos de Inmovilización Momentánea, las conocidas “Tasers”. El Ministerio de Seguridad afirma que el instructivo busca garantizar legalidad, proporcionalidad, gradualidad y rendición de cuentas, alineándose —al menos en el discurso— con los principios que mencionan las leyes 5.688 y 6.684.

    Sin embargo, el texto no fija límites técnicos concretos sobre:

    • duración máxima de descargas,
    • cantidad de aplicaciones permitidas,
    • distancia recomendada para minimizar lesiones,
    • parámetros para personas en estado de vulnerabilidad fisiológica.

    Son aspectos que otros países sí incorporaron. En Reino Unido, por ejemplo, hay reglas operativas que establecen tiempos máximos de impulso eléctrico y prohíben múltiples descargas consecutivas salvo casos excepcionales. En Canadá, muchas jurisdicciones exigen reportes públicos trimestrales con datos desagregados de cada uso.

    En contraste, el instructivo porteño deja estos puntos enteramente a criterio del operador, dentro de fórmulas generales como “riesgo cierto e inminente”.


    La capacitación obligatoria es un avance, pero sin auditoría independiente

    La resolución encomienda al Instituto Superior de Seguridad Pública la formación de instructores y operadores, algo que sí aparece como un punto positivo frente a otras provincias donde estas armas se incorporaron sin entrenamiento previo obligatorio.

    Pero el esquema de capacitación queda cerrado hacia adentro, sin participación de organismos de derechos humanos ni de instituciones externas, un aspecto que la ONU recomienda explícitamente en sus orientaciones de 2021.

    El Alto Comisionado de las Naciones Unidas —citado incluso por la propia resolución— también advierte que las armas eléctricas pueden generar lesiones graves, especialmente en:

    • personas con afecciones cardíacas,
    • personas reducidas en el piso,
    • personas expuestas previamente a otros métodos de control,
    • situaciones de estrés intenso o consumo de sustancias.

    El instructivo porteño menciona la necesidad de brindar atención médica inmediata, pero no establece cómo se verificará, quién lo controlará ni si se difundirá información pública sobre estos procedimientos. Sin ese componente, la posibilidad de opacidad se mantiene intacta.


    Baja letalidad no es sinónimo de bajo riesgo

    En la región, ciudades como Bogotá o Montevideo solo permiten estos dispositivos bajo estrictas reglas de disparo, y en muchos casos obligan a activar mecanismos de supervisión civil para cada incidente. Algunas incluso prohíben completamente su uso en contextos de protesta social.

    El instructivo del gobierno de Jorge Macri no incorpora estos resguardos. Tampoco establece la obligación de publicar reportes periódicos sobre cada uso, lo que impide conocer cuántos disparos se realizan, en qué contextos y con qué consecuencias. Sin datos públicos, la ciudadanía queda sin herramientas para evaluar el impacto real.

    El propio ACNUDH remarca que la “baja letalidad” solo es efectiva cuando existe supervisión externa, transparencia y límites verificables. En ausencia de esos elementos, estas armas tienden a expandirse hacia situaciones donde no existe peligro grave, especialmente en controles rutinarios y detenciones selectivas.


    Una regulación que ordena la herramienta, pero no soluciona el riesgo estructural

    El nuevo instructivo aporta organización interna para la Policía de la Ciudad, pero no resuelve el problema de fondo: la falta de controles públicos, límites precisos y garantías para prevenir abusos.

    Sin mecanismos independientes de auditoría, sin datos públicos y sin participación civil, la regulación aprobada corre el riesgo de consolidar un uso más extendido y discrecional de las armas eléctricas, bajo un marco que formalmente habla de proporcionalidad pero que no incorpora los resguardos que sí aplican otras ciudades del mundo.

    La verdadera modernización no llega con equipamiento, sino con transparencia, controles externos y responsabilidad estatal. Nada de eso aparece con claridad en el instructivo porteño.

     

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    Abrazo simbólico del Garrahan en Plaza de Mayo por el ajuste en discapacidad y salud infantil

     

    El Hospital Garrahan se suma al Foro Permanente por la Discapacidad y convoca a un abrazo simbólico en Plaza de Mayo ante lo que califican como un “escándalo”: el Presupuesto 2026 de Milei no asigna fondos para las áreas de salud pediátrica ni para la atención de la discapacidad, pese a que existen leyes votadas que establecen la emergencia en ambos sectores.

    Por Alina C. Galifante para LNI

    Reclamo en Plaza de Mayo ante un presupuesto que deja afuera a la infancia y la discapacidad

    El Garrahan anunció que este miércoles se unirá al Foro Permanente por la Discapacidad para realizar un abrazo simbólico en Plaza de Mayo. La actividad está prevista para las 18.30 frente a Casa Rosada y busca visibilizar lo que desde el hospital consideran una decisión política inexplicable: el Presupuesto 2026 de Milei no contempla partidas específicas para salud pediátrica ni para discapacidad, aun cuando el Congreso aprobó leyes que declararon la emergencia en ambos campos.

    La Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del Garrahan informó que la convocatoria está abierta “a toda la comunidad que esté dispuesta a seguir acompañando el reclamo”, recordando que el sector continúa “en emergencia” porque las leyes votadas no fueron aplicadas. Según plantearon, la falta de implementación deja al hospital, a los equipos de salud y a las familias de niñas, niños y personas con discapacidad en un escenario crítico.

    El propio Ministerio admite el vacío presupuestario

    Fuentes del Ministerio de Salud de la Nación consultadas por la agencia Noticias Argentinas reconocieron entender el reclamo porque “el Presupuesto no contempla ambas emergencias”. También señalaron que las leyes “fueron proclamadas y suspendidas” en espera de que el Congreso “dictamine de dónde van a obtener los fondos”.

    El reconocimiento ministerial confirma lo que los trabajadores vienen denunciando desde hace meses: la política sanitaria de Milei continúa desfinanciando áreas esenciales y deja en suspenso normas que deberían estar aplicándose plenamente.

    Falta de fondos, salarios con incertidumbre y denuncias sobre la intervención del hospital

    Norma Lezana, secretaria general de APyT del Garrahan, afirmó que los trabajadores “no se resignan ni bajan los brazos”. Señaló que, más allá de declaraciones del ministro Mario Lugones, la convicción del personal es firme porque están en juego “derechos esenciales”, como el funcionamiento de un hospital de alta complejidad, público, gratuito y de alcance federal.

    Lezana también advirtió que, aunque este año lograron un avance salarial, sin la aplicación de la Ley de Emergencia la incertidumbre vuelve a instalarse para 2026. La dirigente remarcó que se detectan “situaciones graves”, entre ellas una administración opaca de los millonarios recursos que genera el propio hospital por atención a prepagas y obras sociales, y la persistencia de una intervención encabezada por “un emisario del ministro Lugones, el señor Mariano Pirozzo”, cuyo rol y decisiones —sostienen— carecen de transparencia.

    En ese contexto, médicos, técnicos y profesionales de uno de los hospitales pediátricos más importantes de América Latina insisten en que no se puede administrar la salud de las infancias ni la atención de la discapacidad como si fueran un gasto prescindible. El abrazo simbólico en Plaza de Mayo buscará justamente visibilizar esa certeza ante la comunidad y recordar que el hospital —referencia nacional— no puede seguir dependiendo del ajuste ni de decisiones improvisadas.

     

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    Justicia servil al poder: los allanamientos en AFA y clubes reavivan la disputa Milei–Chiqui Tapia y el fantasma de las SAD

     

    La Justicia realizó 35 allanamientos simultáneos en la AFA, el predio de Ezeiza y 17 clubes del fútbol argentino en el marco de la causa Sur Finanzas, en plena escalada política entre Milei y Chiqui Tapia. El trasfondo: el avance del Gobierno para forzar las sociedades anónimas deportivas y disciplinar al fútbol argentino.

    Por Ignacio Elfratini para NLI


    Un operativo descomunal en el momento político exacto

    La mañana del martes amaneció con un despliegue judicial pocas veces visto: 35 allanamientos simultáneos en el edificio de la AFA, el predio de Ezeiza y las sedes de una larga lista de clubes—entre ellos Independiente, Racing, San Lorenzo, Banfield, Barracas Central, Argentinos Juniors, Morón, Platense y Deportivo Armenio—ordenados por el juez Luis Armella en el marco de la causa que investiga maniobras financieras y presunto lavado de dinero vinculados a la firma Sur Finanzas.

    Según detalló el periodista de C5N Diego Gabriele en Mañanas Argentinas, la investigación apunta al presunto lavado de $818 mil millones mediante empresas ficticias, parte de los cuales habrían llegado a las arcas de los clubes allanados y de la propia AFA. La fiscal Cecilia Incardona pidió además el levantamiento del secreto fiscal y bancario para reconstruir el circuito del dinero, que incluía créditos otorgados por Sur Finanzas y cobrados mediante derechos de televisación o contratos de marketing.

    Mientras el dueño de la financiera, Ariel Vallejos, aparece como principal investigado, el avance judicial se produce en el punto más caliente de la pelea política entre Milei y el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, justo cuando el Gobierno presiona para forzar la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) al fútbol argentino.


    Una Justicia alineada al poder y los viejos métodos de presión

    La simultaneidad, el volumen del operativo y el momento elegido no pasaron inadvertidos. En medio de la ofensiva discursiva y política de Milei contra la AFA, este despliegue surge como una herramienta de disciplinamiento. Mientras el Gobierno repite que el fútbol debe “modernizarse” y abrirles la puerta a las SAD, el mensaje detrás de estos operativos parece claro: o aceptan el nuevo esquema de negocios, o se profundiza la persecución judicial.

    La historia reciente muestra cómo la Justicia federal se ha convertido en un arma preferencial del poder político de turno. Lo vimos con la persecución al kirchnerismo durante el lawfare, y ahora reaparece la misma matriz aplicada sobre otra estructura que le resulta incómoda a Milei: el fútbol organizado.

    El contraste es evidente. La misma Justicia que mira para otro lado frente a los desastres económicos del Gobierno, que se mueve con parsimonia ante los negociados de los funcionarios libertarios, actúa con velocidad quirúrgica cuando se trata de un conflicto central para la construcción de poder del Presidente.

    Esta selectividad quedó expuesta también en las últimas semanas, mientras el Gobierno niega cualquier responsabilidad por la crisis sanitaria, los casos de fentanilo y la caída en los niveles de vacunación que derivó en el retorno de enfermedades que estaban erradicadas. Frente a esas emergencias, silencio. Frente a Tapia, allanamientos.


    Las SAD detrás de la cortina y un fútbol que resiste

    Desde que Milei reveló su intención de abrir la puerta a las Sociedades Anónimas Deportivas, la AFA y la mayoría de los clubes afirmaron públicamente que no permitirán la privatización del fútbol argentino. Tapia, convertido en enemigo público del oficialismo, es la cara visible de esa resistencia.

    El eje real del conflicto aparece entonces con nitidez: la pelea no es por Sur Finanzas, sino por el control del negocio del fútbol. Y cuando la política quiere avanzar, la Justicia suele funcionar como su ariete.

    En paralelo, los allanamientos alcanzaron a Sur Finanzas tanto en su sede de Adrogué como en las oficinas donde funcionaba la empresa rebautizada Neblockchain. Las medidas fueron impulsadas desde el juzgado federal 11, a cargo de Sebastián Casanello, para secuestrar información que permita reconstruir cómo se movieron los fondos que administra el grupo investigado.

    Pero más allá de los aspectos técnicos de la causa, la lectura política es inevitable. Enfrentado a un Chiqui Tapia que no se le arrodilla, Milei vuelve a encontrar en los jueces de siempre un aliado para desgastar, presionar y condicionar. No es una novedad: es un método.

     

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    El rearmado silencioso en Salud: más poder administrativo, menos política sanitaria y un modelo que ya cuesta vidas

     

    Mientras la gestión sanitaria acumula fracasos —desde el caso fentanilo hasta la caída histórica en la vacunación que reabrió la puerta a enfermedades antes controladas—, Milei profundiza una reestructuración del Ministerio de Salud que concentra el poder en áreas administrativas, debilita la política sanitaria y abre de par en par la puerta a privatizaciones y tercerizaciones.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

    Un Ministerio que deja de hacer política sanitaria y pasa a administrar un negocio

    La nueva arquitectura del Ministerio de Salud, presentada hoy a través del Decreto 866/2025, expone una decisión política nítida: la salud deja de ser política pública y pasa a ser administración de recursos. Todo gira alrededor de lo administrativo, lo financiero, lo contable, lo legal y lo contractual.

    Tal manifiesta el Boletín Oficial, la Secretaría de Gestión Administrativa se convierte en el verdadero centro de mando. Controlará el presupuesto, los recursos humanos, la infraestructura, las compras, la logística sanitaria, los sistemas informáticos, la seguridad de datos, las donaciones, los créditos externos, los sumarios y los convenios.

    Ese esquema no es técnico: es ideológico. La salud como derecho queda subordinada a una estructura que responde más al mapa mental de una empresa que al de una política pública.

    Y llega, además, en un contexto donde la gestión sanitaria de Milei ya mostró que, sin conducción política, los daños se pagan con vidas.


    Una gestión que ya fracasó: fentanilo, vacunación en caída y brotes evitables

    La reorganización del Ministerio bajo el mando de Mario Lugones no ocurre en el vacío: ocurre en medio de una gestión que ya está desbordada.

    • Caso fentanilo: la intoxicación masiva por fentanilo expuso gravísimas fallas en control, regulación, vigilancia epidemiológica y articulación entre áreas sanitarias y judiciales. La respuesta del Gobierno llegó tarde, sin estrategia y sin una coordinación mínima.
    • Vacunación en caída libre: se registró la peor cobertura de los últimos años, con faltantes periódicos y demoras en la distribución de dosis básicas del calendario nacional.
    • Regreso de enfermedades que estaban controladas: el descenso en la vacunación ya derivó en brotes de sarampión y un aumento preocupante de coqueluche, algo impensado para un país con tradición de inmunización fuerte.
    • Desfinanciamiento de programas: la merma en presupuestos y el vaciamiento técnico de áreas claves se sienten en las provincias, donde los hospitales denuncian falta de insumos, recortes y desorganización.

    Todo esto ocurre antes de la nueva reestructuración. Ahora, con la salud sometida a un aparato administrativo gigantesco, la capacidad de respuesta sanitaria va a ser aún menor.


    Centralización de compras y modelo PPP: antesala de privatizaciones

    El nuevo diseño insiste obsesivamente en las compras. Entre la Secretaría y sus subsecretarías, las palabras que se repiten son adquisiciones, contrataciones, infraestructura, logística, auditoría, financiamiento externo, bienes y monitoreo financiero.

    Esta hipercentralización crea un embudo donde todo pasa por el mismo lugar. Eso ralentiza, encarece y despolitiza la ejecución sanitaria, pero facilita otra cosa: la tercerización.

    El texto lo dice sin rodeos: la Subsecretaría de Coordinación Administrativa tendrá competencias para intervenir en proyectos de participación público-privada, una autopista hacia la privatización de:

    • logística sanitaria,
    • compra de insumos,
    • infraestructura hospitalaria,
    • almacenamiento y distribución,
    • y parte de los programas nacionales.

    En cualquier reestructuración neoliberal, la prioridad administrativa es siempre el prólogo del negocio privado.

    La salud, para Milei, es un mercado. Y con este rediseño deja de disimularlo.


    Sumarios y auditorías para disciplinar a quienes sostienen el sistema

    La Subsecretaría Legal queda convertida en un órgano de control interno con dientes afilados: sumarios, recursos, supervisión de convenios, dictámenes, litigios, control documental.

    En paralelo al ajuste, esto huele a disciplinamiento.
    En cada gobierno neoliberal, el recorte viene acompañado de un aparato punitivo para controlar a quienes sostienen el sistema: trabajadores, profesionales, técnicos, coordinadores de programas. Sin protección política, quedan a tiro de sumarios y recortes.

    El mensaje interno es claro: obediencia o sumario.


    ¿Cómo le pega esto a la gente? Más costos, menos protección y un Estado retirado

    El ciudadano común no ve un anexo administrativo. Ve consecuencias:

    • Medicamentos más caros, porque se pierde poder de negociación y crece la intermediación privada.
    • Faltantes de insumos, por embudos administrativos que ralentizan compras y entregas.
    • Programas de vacunación debilitados, en un país que ya vio cómo regresan enfermedades por falta de decisión política.
    • Menos capacidad de respuesta ante emergencias, como la intoxicación con fentanilo, que requiere coordinación real, no un organigrama de oficina.
    • Hospitales nacionales y provinciales desfinanciados, porque el ajuste baja por cadena lógica.
    • Privatización silenciosa de funciones esenciales, desde logística hasta infraestructura.
    • Un Estado que deja de proteger, porque cada área sanitaria queda subordinada a un filtro administrativo que no entiende —ni prioriza— la salud pública.

    Este rearmado no mejora nada: agrava todo lo que ya salió mal.


    La salud pública no es un Excel. La salud pública es territorio, vacunas, insumos, vigilancia, hospitales, profesionales y presencia del Estado.
    Milei logró lo contrario: una gestión que ya mostró su incompetencia y ahora se reorganiza para facilitar negocios privados y profundizar el desinterés por la salud de la gente.

     

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    Por Decreto, Milei transformó a Economía en un superministerio: más tarifazos, privatizaciones y entrega

     

    Milei reordenó por decreto el corazón del Estado y dejó a un solo ministerio a cargo de la energía, el transporte, la obra pública, Vialidad, los organismos de control y hasta el sector nuclear. La concentración inédita de funciones anticipa tarifazos, privatizaciones encubiertas y una entrega abierta de áreas estratégicas que afectará de lleno a los argentinos.

    Por Celina Fraticiangi para NLI

    Una arquitectura diseñada para el mercado

    El Decreto 866/2025, publicado hoy en el Boletín Oficial, reescribió de punta a punta la estructura del Ministerio de Economía y lo convirtió en un superministerio. Donde antes había áreas divididas entre producción, obra pública, transporte, minería, energía o infraestructura, ahora todo se ordena bajo un único mando político.

    Según el nuevo organigrama, Energía, Minería, Transporte, Obras Públicas, Infraestructura, Asuntos Nucleares y Agua quedan dentro del mismo paquete administrativo. También se incorporan organismos clave como la CNRT, la ANSV, la ANAC, el ORSNA, la Junta de Seguridad en el Transporte, Vialidad Nacional, el Instituto Nacional del Agua y el Tribunal de Tasaciones.

    El movimiento no es técnico: es político. Con esta estructura, el Gobierno se asegura que las decisiones sobre precios, subsidios, obras, concesiones, contratos, privatizaciones y energía dependan de una sola mesa, sin controles cruzados ni miradas divergentes. Un modelo estatal hecho a la medida de la desregulación.


    Energía y transporte: lo que viene para el bolsillo

    El rediseño de la Secretaría de Energía —con nuevas subsecretarías para electricidad, combustibles líquidos, gas y transición energética— arma el terreno para nuevos aumentos de tarifas, segmentación más agresiva y liberalización de precios.

    La presencia de áreas específicas para cada mercado energético es funcional a un objetivo: acomodar regulaciones y contratos para que los valores finales reflejen “precios de mercado”, es decir, más altos. La estructura está pensada para que nada frene ese proceso.

    En transporte será similar. La Secretaría de Transporte, que reúne trenes, colectivos, logística y aviación civil, aparece diseñada para reducir subsidios, avanzar hacia tarifas plenas y preparar nuevas concesiones. Con la CNRT y la ANSV bajo la órbita de Economía, el ministerio controla la regulación, la supervisión y la operación de todos los sistemas.

    El impacto para los argentinos será concreto: boletos más caros, servicios más inestables y un avance de privados sobre rutas, ferrocarriles, puertos y aeropuertos.


    Obras públicas: disciplina para gobernadores y un freno a la inversión

    Al incorporar Obras Públicas, Vialidad Nacional, ORSEP y el Tribunal de Tasaciones, el superministerio queda a cargo de toda la infraestructura del país. Desde rutas y puentes hasta sistemas de agua, mantenimiento de represas y proyectos urbanos.

    Esto le da a Milei, en la figura de Toto Caputo, un instrumento político directo: decidir qué provincia recibe obra, cuál no y cuáles proyectos quedan paralizados. En un contexto de recorte extremo, la obra pública será la herramienta para disciplinar gobernadores y avanzar con modelos de privatización de corredores viales, cobro de peajes o concesiones largas.

    La nueva estructura no incorpora áreas para planificación o desarrollo federal, lo que confirma el enfoque: menos Estado, más mercado, menos coordinación territorial.


    Sector nuclear: un giro silencioso que abre dudas

    En un movimiento inesperado, el decreto crea la Secretaría de Asuntos Nucleares, con dos subsecretarías propias. El sector nuclear vuelve a tener rango político, pero sin el fortalecimiento técnico de siempre. La novedad es que la agenda se orienta a aplicaciones comerciales, exportaciones tecnológicas y articulación con empresas privadas.

    Sin referencias fuertes a Atucha III, al CAREM o a la planta de agua pesada, el riesgo es claro: postergación de proyectos estratégicos, pérdida de capacidades del sistema científico y apertura a la participación privada en un área históricamente controlada por el Estado.
    Otro gesto de entrega en un campo donde Argentina es líder mundial.


    Un Estado mínimo para un modelo concentrado

    La reorganización del Ministerio de Economía no sólo cambia nombres: reordena el poder real. Concentra presupuesto, organismos técnicos, infraestructura, energía, transporte y minería en un único espacio político. No existe antecedente reciente de algo semejante.

    Mientras Milei proclama achicar el Estado, la reforma hace lo contrario: lo centraliza. Pero lo centraliza para liberar precios, desregular mercados, acelerar privatizaciones y desplazar el rol público en áreas estratégicas.

    Los argentinos verán sus efectos en el bolsillo, en las tarifas, en la obra pública frenada, en la infraestructura privatizada, en la energía dolarizada y en servicios básicos cada vez más caros y más lejos del control democrático.

    El nuevo superministerio es, en los hechos, el Estado mínimo que sueña Milei: concentrado arriba, privatizado abajo y hecho a medida del mercado.

     

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    Los sentineleses y la frontera final de los derechos humanos

     

    En la diminuta isla Sentinel del Norte vive uno de los últimos pueblos completamente aislados del planeta. Su historia, su modo de vida y su decisión de mantenerse lejos del mundo moderno abren un debate incómodo: ¿cómo se garantiza el respeto a los derechos humanos cuando un pueblo exige que nadie cruce su frontera?

    Por Alcides Blanco para NLI

    Un pueblo antiguo frente al mundo moderno

    Los sentineleses habitan Sentinel del Norte desde hace al menos 30.000 o 40.000 años, según estimaciones arqueológicas sobre la ocupación del archipiélago andamanés. Son descendientes de las primeras migraciones humanas que salieron de África y siguieron rutas costeras por el Índico. Su aislamiento actual no es un retiro reciente: es un proceso de larga data marcado por la defensa del territorio y, probablemente, por la memoria colectiva de contactos violentos que sufrió la región tras la llegada de potencias coloniales.

    A diferencia de otros pueblos vecinos —granandamaneses, jarawa u onge— los sentineleses lograron sostener su aislamiento, y eso les permitió mantener una continuidad cultural casi absoluta.


    Cómo viven: lo que se sabe desde la distancia

    La investigación sobre ellos es excepcional justamente porque evitan todo contacto. Lo poco que se conoce surge de observaciones a distancia, vuelos controlados y breves interacciones fallidas.

    Algunas características aceptadas por la antropología:

    • Subsistencia por caza, pesca y recolección. Se los ha visto capturar peces, cangrejos y moluscos en aguas poco profundas. En tierra cazan pequeños animales y recolectan frutos del bosque.
    • Tecnología simple pero adaptada. Fabrican arcos largos, flechas de punta afilada y lanzas. Aprovechan con habilidad restos de barcos encallados para producir herramientas metálicas, sin que eso implique ningún tipo de cambio cultural mayor.
    • Viviendas ligeras. Usan estructuras pequeñas, techadas con hojas, aptas para un clima tropical sin estaciones marcadas.
    • Navegación de corto alcance. No emplean embarcaciones oceánicas, pero sí balsas o canoas sencillas que les permiten desplazarse por la zona de arrecifes sin alejarse de la isla.
    • Organización social imprecisa. No hay datos sobre linajes, jefaturas o sistemas de parentesco. Se observa una comunidad pequeña —50 a 150 personas— lo que sugiere grupos familiares extensos y cooperación permanente.
    • Ausencia de agricultura. No se han detectado cultivos ni señales de domesticación vegetal; dependen por completo del entorno natural.
    • Uso restringido del fuego. Se ha observado humo en algunas temporadas, lo que indica control del fuego, aunque no se ha documentado su empleo en grandes fogones ni trabajos complejos.

    Su cultura, aunque desconocida en sus detalles, se mantiene íntegra porque nunca hubo imposición externa, ni colonización, ni misiones religiosas, ni programas de “integración”.


    La política del no contacto

    India mantiene una política estricta: prohibición absoluta de acercarse a Sentinel del Norte. El objetivo es doble: proteger a los sentineleses de enfermedades letales para las que no tienen defensas y evitar que turistas, aventureros o misioneros enfrenten ataques que son, en realidad, actos de defensa territorial.

    Lo ocurrido en 2018 con el joven misionero estadounidense John Chau —muerto al intentar ingresar ilegalmente para evangelizarlos— dejó claro que cualquier intento de contacto forzado es un error ético y sanitario.


    Derechos humanos: el derecho a la distancia

    El caso sentineles pone en primer plano un derecho poco discutido: el derecho a no ser contactado, una extensión radical del derecho a la autodeterminación. Lo que en otros pueblos se expresa como autonomía territorial, en Sentinel es una frontera física y simbólica que no debe cruzarse.

    Para los organismos internacionales y para los Estados, respetar los derechos humanos en este caso no implica intervenir, sino aceptar que la primera y única voluntad expresada por este pueblo es mantenerse aislado. Protegerlos implica garantizar que esa elección se sostenga.