Controlar al pueblo para entregar la patria: ¿qué dice el plan de inteligencia nacional libertario?

Controlar al pueblo para entregar la patria: ¿qué dice el plan de inteligencia nacional libertario?

 

El pasado 25 de mayo el periodista Hugo Alconada Mon reveló la existencia de un Plan de Inteligencia Nacional 2025 (PIN), elaborado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) del actual gobierno de ultraderecha. Fue aprobado el año pasado pero se mantiene en secreto, a pesar de que contiene varios artículos de carácter inconstitucional y de naturaleza marcadamente antidemocrática. La revista Crisis accedió a una copia del Plan de Inteligencia Nacional 2025 y constató la gravedad que reviste, por lo que consideramos imprescindible dar a conocer los artículos que resultan contrarios a los intereses nacionales y la vigencia de la democracia. Por Colectivo Editorial Crisis / Ilustraciones: Azul Blaseotto, Julieta Farfala y Nicolás Daniluk.


Luego de la publicación de los fragmentos más significativos del Plan de Inteligencia Nacional 2025, cinco destacados especialistas en materia de seguimiento y control del espionaje estatal aportaron sus miradas críticas. El jurista Alberto Binder, presidente del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED), centró su lectura en la reaparición del “infraestado mafioso”. El analista Juan Gabriel Tokatlian junto al ex canciller Rafael Bielsa examinaron con lupa “la dimensión internacional del PIN”. Mientras les integrantes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Paula Litvachky y Manuel Tufró, pusieron la lupa en las violaciones de derechos que nos ubican en un estado de “libertad vigilada”. El resultado es un dossier imperdible, que cuestiona los postulados del espionaje libertario y constituye un insumo de primer orden para que actúen aquellos contrapoderes que deberían ponerle límite a la prepotencia del gobierno de ultraderecha.

El pasado 25 de mayo el periodista Hugo Alconada Mon reveló la existencia de un Plan de Inteligencia Nacional 2025 (PIN), elaborado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) del actual gobierno de ultraderecha. Fue aprobado el año pasado pero se mantiene en secreto, a pesar de que contiene varios artículos de carácter inconstitucional y de naturaleza marcadamente antidemocrática.

En notas posteriores, el cronista del diario La Nación agregó dos elementos significativos. Por un lado, en enero de 2025 el Director General de Operaciones de la casa de los espías, Diego Kravetz, firmó una directiva, también secreta, en la que ordenó “identificar y monitorear” a los “grupos sociales vulnerables” y a cualquier “actor no estatal” que pueda capitalizar la “creciente polarización política para expandir su influencia”. Por otra parte, a finales de octubre de 2024 varios legisladores nacionales que integran la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia fueron convocados a las oficinas de la SIDE para discutir el PIN y esa reunión “terminó mal”.

La periodista Irina Hauser, del diario Página 12, informó sobre la existencia de un documento elaborado por la Comisión Bicameral donde se explicitan “las inconsistencias y peligros” del PIN y extiende una citación al actual titular del organismo de inteligencia estatal, Sergio Neiffert, para ofrecer las explicaciones del caso. El informe de la Bicameral también permanece oculto.

La revista crisis accedió a una copia del Plan de Inteligencia Nacional 2025 y constató la gravedad que reviste, por lo que consideramos imprescindible dar a conocer los artículos que resultan contrarios a los intereses nacionales y la vigencia de la democracia.

Arrodillamiento estratégico

El PIN 2025 presenta las amenazas y oportunidades del denominado “Actor Nacional”, en una estructura compuesta por 10 Lineamientos Estratégicos (LE), que coinciden con otros tantos Objetivos Generales de Inteligencia (OGI), para cada uno de los cuales se despliegan diferentes Objetivos Particulares de Inteligencia (OPI). Por su parte, cada OPI se desagrega en varias Necesidades de Inteligencia (NI).

El LE #1 se titula “Disputa de poder en el escenario de Política Exterior” y sus tres primeras NI son, desde nuestro punto de vista, las más intolerables pues conllevan la subordinación de la soberanía a manos de dos potencias genocidas.

 

 

A partir de esta definición, el resto de las naciones y en particular las que forman parte de nuestra región pasan a ser consideradas amenazas, contradiciendo el más básico sentido común geopolítico.

Vigilar al soberano

El tercer Lineamiento Estratégico lleva por nombre “Poder integral de la Nación” y se refiere a las “amenazas y oportunidades que pudieran impactar en el progreso integral de los factores de poder, la institucionalidad republicana, la libertad, la vida y el patrimonio de sus habitantes”. La primera observación tiene que ver con el término “factores de poder” de la Nación, que se repite varias veces sin que haya especificación alguna sobre a qué actores apunta.

Nos detendremos en el primer Objetivo Particular de Inteligencia (OPI), que alude al “Orden Económico y Financiero” y se propone producir conocimiento sobre “la evolución de actores, hechos, factores y procesos con potencial impacto en la situación económica y financiera argentina”. Veamos las NI 03 y 11.

No es muy difícil entrever que cualquier sujeto social que luche por sus derechos dentro de los marcos habituales de la conflictividad sindical o ciudadana, podrá ser considerado una amenaza y ser objeto de espionaje.

Idéntico riesgo se observa en el OPI 3 del mismo LE, dedicado a vigilar “la evolución de actores, actividades, procesos y escenarios que pudieran afectar el desarrollo de la infraestructura estratégica nacional”.

Si avanzamos hacia el OPI 5 de dicho Lineamiento Estratégico, que ordena seguir de cerca “la evolución de actores, actividades, procesos y escenarios con potencial impacto negativo sobre el orden constitucional, el funcionamiento institucional, la gobernabilidad democrática y la plena vigencia de los derechos constitucionales”, la inteligencia estatal se vuelca decididamente al accionar político, como leemos en las NI 02, 03 y 04.

Dentro del mismo LE, la OPI 6 apunta a los “potenciales impactos negativos en el desarrollo del sistema de Defensa Nacional” y allí los sospechosos podrían ser organismos de derechos humanos e incluso las instancias jurídicas internacionales.

En la misma línea, la NI 04.01.08.11 pone en el blanco a los promotores científicos que abogan por la conservación de la biodiversidad.

El Lineamiento Estratégico 5 se ocupa de los “Recursos naturales estratégicos e incidencias en la Biósfera con efectos de interés nacional” y, con esa facilidad que tiene la ultraderecha para dar vuelta cualquier lógica, incluye entre las amenazas a las organizaciones ambientalistas y los pueblos originarios.

Anarco autoritarismo

El Lineamiento Estratégico #8 está dedicado al ítem “Terrorismo” y en su Objetivo Particular de Inteligencia 2 ingresa, si se tiene en cuenta el lugar de enunciación, a una zona delirante. Se trata de un gobierno autodenominado anarco-capitalista cuyo propósito explícito consiste en destruir al estado, pero cataloga como terrorista a los “actores cuyo propósito manifiesto sea promover la ausencia de autoridad estatal como modelo de sociedad organizada”. El peligro de criminalizar a una ideología de larga tradición resulta inadmisible.

Hay otros pasajes de discutible legalidad, pero los hasta aquí expuestos son suficientes para evidenciar que estamos ante un Plan de Inteligencia Nacional que abre las puertas al atropello, en consonancia con la vocación represiva de la administración Milei. Cuando el estado se escuda en el secreto para cometer actos inconstitucionales, el periodismo debe cumplir su función primera, que consiste en informar al soberano. El pueblo tiene que saber.

El infraestado mafioso vuelve a la carga

por Alberto M. Binder

Hace varios años que sabemos que nuestro país debe reorganizar con audacia y profundidad el servicio de inteligencia, cuya construcción en el contexto de la guerra fría no pudo ser revertida durante los primeros años de la democracia. La Ley 25.520 no logró modificar sus bases culturales, y a partir del gobierno del presidente Menem comenzó a jugar el juego de otras agencias de inteligencia, provocando guetos, grupos descontrolados, operaciones judiciales y una serie de prácticas totalmente alejadas de la producción de la inteligencia estratégica propia de un país democrático, inserto en un mundo complejo, lleno de desafíos, riesgos y oportunidades. Esta situación fue aceptada por todos los gobiernos posteriores y no fueron problemas específicos de inteligencia, sino crisis internas o, más bien, la autonomía creciente de ciertos sectores del aparato respecto de la utilización política, las que provocaron en 2015 unas primeras reformas y un agravamiento, en tanto se aumentó el sesgo de la preocupación hacia fenómenos criminales propios también de los nuevos esquemas de seguridad internacional (como el narcoterrorismo).

El gobierno de Alberto Fernández proclamó la necesidad de un cambio profundo y estructural, que llevó a la intervención del organismo y a la promesa del dictado de una nueva ley de inteligencia nacional, que nunca se presentó, y finalmente todo se fue diluyendo en temas menores y en la prórroga de las intervenciones. Quedó eso sí la prohibición absoluta de la intervención de los agentes de inteligencia como auxiliares de las investigaciones judiciales, práctica que había corrompido a la justicia federal y provocado graves distorsiones en muchos casos penales.

La falta de fuerza, de claridad y la manipulación o el oportunismo de los últimos gobiernos impidió la reconstrucción del sistema de inteligencia y así llegamos a la situación actual en la que el gobierno, de un modo ilegal (por DNU) vuelve al modelo repudiado por casi la totalidad de la dirigencia política y los organismos dedicados al seguimiento y control de la inteligencia nacional, volviendo a sembrar de zonas grises y ambigüedades las actividades de inteligencia, investigación de delitos y prevención de actos graves.

En este marco se conoce el plan Lineamientos Estratégicos del Esfuerzo de Inteligencia Nacional, realizado con una vaguedad y tosquedad que no deja de llamar la atención. Perfectamente se podría haber reducido toda la jerga “inteligentiosa” con una sola frase: “Anticipar, identificar, reconocer, monitorear y analizar riesgos, amenazas y oportunidades materializados por actores y/o escenarios relevantes que afecten los intereses nacionales” y “producir conocimiento anticipatorio que favorezca esos intereses”. No constituye un plan estratégico realizar un listado de todo lo que debe hacer el sistema. Los efectos prácticos de los Lineamientos hubieran sido los mismos: ninguno para orientar el accionar de la Dirección y ninguno para facilitar el control de la Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso. Estamos ante un documento burocrático, falsamente profesional, lleno de terminología aparentemente importante, y que, además, produce un permanente solapamiento de los temas de la Inteligencia Militar con la Inteligencia Estratégica Nacional.

Contrainteligencia extendida

Frente a esto uno podría decir que no vale la pena prestarle demasiada atención porque, de hecho, estos Lineamientos o planes nunca han servido para nada y menos aun para que la sociedad puede ejercer un control. Pero contiene algunos signos que sí son preocupantes. Uno de ellos es la aparición del verbo “neutralizar” que no se corresponde con las actividades de inteligencia, que siempre implican la construcción de un sistema de alertas de distinto tipo pero nunca, acciones policiales de prevención o de represión, para las cuales tenemos divisiones especiales dentro de las fuerzas de seguridad federales, con sus propios sistemas de control, entre ellos el judicial.

En segundo lugar, abre el peligrosísimo campo de la acción de sabotaje informativo, realizada por redes, medios masivos de comunicación, etc., copiando realidades que existen en otros países (normalmente en guerra o con conflictos análogos), pero que trasladado a nuestro país evoca una tradición de manipulación y persecución que nos debe poner en alerta. Este es el país del Proyecto X de Gendarmería, de la manipulación judicial por parte de los servicios de inteligencia, de la infiltración en movimientos sociales, de la fabricación de “terroristas indígenas” para ser presentados en los medios de comunicación, y tantos otros peligros extremos.

Los lineamientos, que parecen típicos de una serie de espías, nos deben poner en alerta, para saber qué directivas de operaciones concretas se fundan en ellos y qué tipos de control interno y externo se irán desarrollando. Nada mejor para ocultar la discrecionalidad que realizar un plan que dice que se va a ocupar de todo, de un modo repetitivo, de tal manera que parece que hubiera un pensamiento complejo detrás del listado de obviedades. Una vez más, Contrainteligencia aparecerá como el lugar más apetecido porque es el que permite el trabajo permanente dentro del territorio nacional, no para desactivar el accionar de otros servicios de inteligencia, sino para proteger las instituciones y a los gobernantes, tareas que no son específicamente de contrainteligencia. Se trata del viejo departamento de acción política de las fuerzas federales, sólo que más subterráneo y provisto de recursos.

En fin, no vale la pena detenerse más en el análisis del plan. El objeto central del cuestionamiento debe ser el decreto del Gobierno que ha restructurado ilegalmente al servicio de Inteligencia. Hacia allí deben orientarse las acciones institucionales de control y la Comisión Bicameral, que a lo largo de los años no sirvió de mucho, debe ser hoy interpelada permanentemente para tratar de mitigar los efectos de esta nueva central de comando del infraestado mafioso, que con astucia el gobierno reviste de un lenguaje banal y burocrático para esconder las verdaderas intenciones. Fortalecer las acciones de control de la sociedad, a través de las organizaciones específicas (por ejemplo, las que se nuclean en la Iniciativa Ciudadana para el control de los Servicios de Inteligencia), y una acción decidida de presión sobre la Bicameral de control del Parlamento son las acciones que debemos desarrollar con tenacidad y compromiso.

Relaciones peligrosas: la dimensión internacional del PIN 2025

por Rafael Bielsa y Juan Gabriel Tokatlian

Desde la restauración de la democracia hasta hoy, ninguna autoridad civil argentina recibió información de inteligencia internacional que le haya resultado dirimente. Cuando fue solicitada, ha sido excepcional que la contestación excediera lo ya publicado en medios públicos. Cuando el pedido se realiza en el exterior lo más frecuente es que la réplica ni siquiera contenga información de personas de la nacionalidad del país en donde se la requirió (o que habiten en él). Esta comprobación hace que las autoridades civiles piensen que se trata de una colaboración improductiva o que los agentes de inteligencia obtienen información, analizan los datos y elaboran informes referidos a quienes hicieron el pedido y no sobre quienes era útil tener asesoramiento estratégico. Por ello, los subsidios por discapacidad o las mejoras para los jubilados que se discuten en el Congreso nacional perfectamente podrían ser financiados con una reducción en los fondos para la SIDE, si es verdad que lo que se busca es solvencia fiscal y eficiencia.

El nuestro es un país con peculiaridades marcadas. Una economía fuertemente endeudada en moneda extranjera, prácticamente sin crédito externo, y con los bancos locales sin ofrecer préstamos en dólares porque las reservas propias están recortadas. Así, carecemos de un sistema de monedas capaz de eclipsar el riesgo de corridas y crisis de deudas.

La comunidad asiste al aumento de las desigualdades vinculado con la precarización del trabajo (en el centro de la crisis de endeudamiento que se produjo en 2018 estuvo el cúmulo de los asalariados); con la atrofia del Estado de bienestar (la mejora del nivel de vida empieza por un cambio de los ingresos frente a los precios); y con la imposibilidad de ascenso social (insuficiencia de ingresos frente a las aspiraciones que, según lo muestran algunas encuestas, están presentes en la conciencia de los argentinos).

Las debilidades en el funcionamiento de la democracia conviven con la incertidumbre sobre qué pasará con el trabajo a partir de la inteligencia artificial, o cómo cuajará el escenario de tensiones geopolíticas pronunciadas en el contexto internacional.

En ese sentido, la Argentina necesita una política exterior que sea armónica con sus posibilidades y expectativas, y una inteligencia nacional coherente con ellas. Vive controversias que no puede evitar, sino que debe resolver: una de ellas son las Islas Malvinas y el Reino Unido. Otra, las tensiones diplomáticas con Irán relacionadas con el atentado a la AMIA. La generación de retos y bretes adicionales sería difícil de explicar.

El Shin Bet, la agencia de espionaje interno de Israel, y la Lahav 433, una unidad de élite dentro de la Policía que se encarga de investigar delitos graves a nivel nacional, relataron que habían detenido a dos personas jóvenes. Reclutados como informantes de Irán en plataformas digitales dedicadas al swinging, los apresados habían adquirido cámaras de circuito cerrado de televisión y trataron de instalarlas frente a la entrada de la casa del ministro de Defensa. Pareciera haber una tendencia creciente de espionaje iraní en Israel, donde los servicios de inteligencia persas han identificado a ciertos grupos como objetivos potenciales. Los reclutados comparten características: dificultades financieras, falta de solidaridad, falta de cohesión y una menor identificación nacional.

El contexto es el aumento de las tensiones en torno al programa nuclear iraní, que los líderes israelíes consideran una amenaza existencial, el aparente freno que Estados Unidos aplicó a un ataque israelí a instalaciones nucleares iraníes, y la ejecución de Pedram Mdani, la segunda en 2025, acusado de “declarar la guerra a Dios” y de “corrupción en la tierra” por trabajar con el Mossad. Antes del arresto de los dos jóvenes, Israel aprisionó a dos reservistas de las Fuerzas de Defensa (IDF), acusados de enviar a Irán información sobre el sistema misilístico de defensa Iron Dome a cambio de un poco de dinero.

Lo dicho es lo que pareciera haber. Lo que pareciera no haber, para los intereses fundamentales de nuestro país, son informes que establezcan qué es importante conocer de este entramado de episodios. Lo que obliga a analizar cuáles son los planes al respecto.

Inteligencia unipolar

El borrador del documento que contiene el Plan de Inteligencia Nacional (PIN 2025) del gobierno del presidente Javier Milei, divulgado en medios públicos, es una pieza relevante que merece un análisis profundo debido a su contenido y a las potenciales consecuencias internas y externas. Si se asume que el propósito doméstico del mandatario es reordenar por completo la política, la economía y la sociedad y, asimismo, replantear plenamente la política exterior y de defensa de la Argentina, entonces resulta consecuente que procure el rediseño sustancial de la inteligencia del país.

En lo que hace específicamente al plano internacional el PIN 2025 no modifica sustantivamente el conjunto de asuntos y problemáticas que demandan atención, anticipación, seguimiento, monitoreo, ponderación, disuasión y neutralización. Por ejemplo, una sencilla comparación con el Plan de Inteligencia Nacional de 2015-2016 contribuye a identificar cierta continuidad: presencia militar extra-regional, recursos estratégicos naturales, ciberdefensa, terrorismo, criminalidad organizada, negocios ilícitos de diverso tipo, ciberseguridad, contrainteligencia, entre otros. A ello hay que sumar temas vitales en momentos en que se revalorizan los estrechos, archipiélagos, océanos y polos tales como, en el caso argentino, Magallanes, Malvinas, Atlántico Sur y Antártida. Con un lenguaje algo distinto a planes previos, sin embargo, se preserva la relevancia y gravitación de cuestiones esenciales para la seguridad y la defensa del país.

No obstante, hay una materia donde se manifiesta un cambio primordial e inédito. El documento afirma en su Lineamiento Estratégico N° 1, en el marco geopolítico vigente, la centralidad de lo que sigue: a) “Situaciones, actores, hechos o circunstancias que impidan, limiten o condicionen el relacionamiento estratégico con Estados Unidos de América”; b) “Situaciones, actores, hechos o circunstancias que impidan, limiten o condicionen el normal relacionamiento estratégico con Israel”; y c) “Posibles escenarios de conflicto para el Actor Nacional, derivados del afianzamiento de relaciones estratégicas con Estados Unidos de América e Israel”. Subsiguientemente, se señala lo que debiera ser el análisis de “posicionamientos” y “conductas” de los entornos europeo, asiático y latinoamericano “respecto del alineamiento estratégico del Gobierno Nacional”. Todo es meridiano; no hay lugar para la confusión.

Es inusitado que en un plan de inteligencia se explicite categóricamente el tipo y alcance de vínculo internacional que tendrá el país. Es un anuncio hacia la burocracia interna en el campo de la diplomacia, la defensa y la seguridad, así como hacia las contrapartes mundiales de diverso orden que, básicamente, la Argentina tiene un “relacionamiento estratégico” solo con dos países. Las otras 191 naciones de Naciones Unidas parecen intrascendentes, insignificantes o incómodas. Argentina padece un largo proceso de declive, es muy vulnerable, está políticamente fragmentada, ha perdido cohesión social y carece de capacidades materiales y militares potentes y autosuficientes como para optar por alinearse solamente con Washington y Tel Aviv en un mundo que ha dejado de ser incierto para tornarse peligroso.

Desinteligencia estratégica

A su turno, ese principio de abrazarse a dos países en materia de inteligencia es confuso. ¿Significa que solo se vinculará el sistema de inteligencia nacional a esas dos naciones? ¿El resto del universo será objeto de evaluación por sus “posicionamientos” y “conductas” con relación al “alineamiento estratégico” que optó la administración de La Libertad Avanza (LLA)? El artículo 13, inciso 4 de la Ley de Inteligencia Nacional dice que la agencia encargada de las labores de inteligencia tiene como misión “dirigir y articular las actividades y el funcionamiento del Sistema de Inteligencia Nacional, así como también las relaciones con los organismos de inteligencia de otros Estados”. Esto implica que es prioritario tener vínculos con el mayor número posible de contra-partes de acuerdo con los objetivos y necesidades del país. ¿Resulta productivo o improductivo para la Argentina desplegar más nexos y mejores contactos en el área de inteligencia con las naciones vecinas y de América Latina en la medida que se comparten retos y dificultades bastante semejantes? En el PIN 2025 no se mencionan las palabras cooperación y colaboración: únicamente pareciera ser útil y primordial el lazo con dos países y el reforzamiento de un plegamiento in toto a ambos que de ninguna manera se justifica o explica en el documento. Es llamativo que a la persistente y pertinente invocación de la defensa del interés nacional jamás se la fundamenta: ¿la opción elegida refuerza o debilita tal interés? Además, ¿qué significa, en el fondo, el “relacionamiento estratégico” con solo dos países en las actuales circunstancias políticas de cada uno de ellos? ¿La Argentina emprenderá tareas o asumirá compromisos para respaldar enteramente a los gobiernos de turno en ambos casos, así debiliten los pilares del derecho internacional y de las instituciones correspondientes?Junto a este notorio viraje en el ámbito de la inteligencia, el documento tiene problemas serios que se derivan, en buena medida, de su sesgo dogmático. Por ejemplo, con justificada razón se manifiesta una inquietud respecto a las acciones, alianzas, despliegues y avances del Reino Unido respecto a las Islas Malvinas. Ahora bien, el debilitamiento de la posición de la Argentina obedece cada día más a lo que dice y hace Buenos Aires. El gobierno de Milei rechazó la invitación a ser parte de BRICS, no tiene interés alguno en las resoluciones y las citas de CELAC y vota consistentemente contra asuntos sobre Palestina granjeándose el malestar de naciones de la Organización de Cooperación Islámica (OCI). En su conjunto, BRICS original, CELAC y OCI suman 93 países de los 193 de la ONU. En general, las posiciones bilaterales y multilaterales de LLA alienan a gobiernos que no alcanzan a entender si son considerados oponentes, antipáticos o insufribles para la Casa Rosada. Y todo ello le viene de perillas al Reino Unido.Más todavía, la adhesión sin límites a los hábitos de estadounidenses e israelíes en materia de inteligencia podría conspirar contra la reivindicación de la política exterior argentina consistente en la recuperación pacífica del territorio insular ocupado por el Reino Unido. El reclamo por las Islas Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur podría, eventualmente, no ser ratificado por el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas ni por la Asamblea General de la OEA, como ya ocurrió en la cumbre de MERCOSUR de julio de 2024 y la cumbre de la CELAC de 2025.

El Comité Especial de Descolonización de la ONU (C-24), está compuesto por 29 países miembros, entre otros Bolivia, Chile, China, Cuba, Irán, Rusia, Siria y Venezuela; Uruguay participa como observador, al igual que España. ¿Qué opina nuestra inteligencia de las relaciones con esos países a los fines del tema Malvinas?También por motivos justificados el PIN 2025 se propone “producir conocimiento anticipatorio y desarrollar el seguimiento sobre la evolución de actores, actividades, procesos y escenarios con potencial impacto negativo” sobre la democracia en el país. Uno de los fenómenos más preocupantes en ese frente lo constituye los dichos y las acciones del gobierno del presidente Donald Trump y el auge de una extrema derecha antisistema democrático en Estados Unidos, país identificado como el más importante para el “relacionamiento estratégico” de la Argentina. El país se está alineando activa y visiblemente con una de las principales fuentes del deterioro de la democracia en Occidente.

Adicionalmente, el documento destaca la preocupación por los “actores, hechos o circunstancias que influyen en el debilitamiento de la confianza en las autoridades sanitarias, el conocimiento científico del área y/o eficacia de ciencia aplicada en la jurisdicción nacional”, así como por todo aquello que genere “angustia en la población” respecto a la “propagación de enfermedades, considerando el espectro desde la vacunación hasta el tratamiento de las enfermedades infectocontagiosas”. En realidad, el “debilitamiento” social proviene de las políticas internas de salud de la administración, así como de la no suscripción del llamado tratado internacional contra la pandemia de mayo de este año y el retiro de la Argentina de la Organización Mundial de la Salud.

Cortarse solos

En breve, estamos ante un Plan de Inteligencia Nacional extravagante. Se le anuncia a la comunidad internacional y se ordena a los funcionarios locales que la Argentina se alineará abiertamente con dos naciones, y que ese es su propósito vital en tanto se entiende que así se defiende, a plenitud, el interés nacional del país. Nada indica la existencia de un diagnóstico sesudo y equilibrado sobre el estado real del mundo en medio de una turbulencia global que ya no es fuente de incertidumbre sino motivo de peligrosidad. No pareciera existir motivación política alguna para estimular una mayor cooperación regional en el frente de la inteligencia, ni un reconocimiento del valor de América Latina en tantos y distintos vínculos que históricamente ha tenido el país. Pareciera que la Argentina fuese hoy una nación en auge y con capacidades formidables que se puede “cortar sola” en política exterior, en defensa y en inteligencia; una presunción que puede resultar muy costosa para el país en un futuro no muy distante.

La libertad vigilada

por Paula Litvachky y Manuel Tufró – CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales)

El Plan de Inteligencia Nacional 2025 (PIN) se conoció de manera fragmentaria a partir de publicaciones periodísticas. La lectura de esos fragmentos alcanza para entender que el nivel de secreto que lo rodeó (y que solo se quebró por la lógica de la filtración a la prensa) tiene que ver con su carácter inconfesable. En pocas ocasiones los planes de inteligencia se hicieron públicos, y por lo tanto se pudo discutir su doctrina, prioridades y contenidos. Hoy tampoco conocemos la política nacional de inteligencia que define el presidente. La decisión de no hacerla pública responde a diversos objetivos: no discutirla, no rendir cuentas, ocultar su orientación. Y que para hacerlo se tensionan o directamente se transgreden la Ley de Inteligencia y la Constitución. Usar al sistema de inteligencia para hacer política es incompatible con la vida democrática.

La inclusión de determinados fenómenos o asuntos en la lista de temas de interés implica que se los considera un riesgo o una amenaza para la defensa nacional, la seguridad interior o, desde la última reforma por decreto de necesidad y urgencia de Milei, para los intereses estratégicos de la nación. Este PIN maximiza la intervención de la SIDE para la defensa del interés nacional, definido de una manera tan vaga que permite incluir cuestiones defensivo militares o criminales, pero también ordenar tareas de recolección de información en casi cualquier área de gobierno. Además, cuando entre esos asuntos se incluyen las manifestaciones públicas, la conflictividad social, el ambientalismo, o la imagen pública de los funcionarios y de las políticas de gobierno, queda claro que esos “riesgos” no se están evaluando desde el punto de vista de la protección de la sociedad y del orden constitucional, sino más bien en función de la reinstauración explícita de la lógica de la seguridad del Estado y del uso del aparato de inteligencia para la defensa de un programa político específico: el libertario, que venía a destruir el Estado pero que usa sus herramientas más duras para blindarse de críticas, a través de la vigilancia e intimidación de quienes piensan diferente.

Espionaje y propaganda

Una parte sustancial de los objetivos y necesidades de inteligencia incluidos en lo que se conoce del PIN ponen a la estructura de inteligencia a vigilar, analizar y caracterizar distintos aspectos de la conversación pública, es decir, medios de comunicación, plataformas, redes sociales. Espacios en los que se ejerce una libertad de expresión que, para la SIDE, empieza a tener contornos de amenaza cuando haya mensajes que “promuevan la conflictividad” (01.01.08.06), la táctica más utilizada por todos los sectores políticos (incluidos los libertarios) en los últimos años; o cuando las críticas apunten contra el sistema financiero (a “erosionar la confianza” en las instituciones económicas, 02.01.03.01), e incluso cuando se denuncien situaciones ligadas a grandes empresas (mensajes que “erosionen la reputación, prestigio, imagen y legitimidad de las empresas asentadas en territorio nacional”, 02.01.03.05).

¿Quiénes son los actores alcanzados por esta vigilancia de la opinión? Se utilizan diferentes fórmulas. Por ejemplo, “actores de interés” o “actores estratégicos”, tan amplia que habilita operaciones de todo tipo, en tanto no se establecen criterios para delimitar qué es lo que hace que un actor sea “de interés” o “estratégico”. Esta fórmula es especialmente grave en tanto incluye también a “actores no estatales” (01.01.08.01). Se habla también de actores que tengan la capacidad de “manipular la percepción” de las personas (02.01.01.02) o de actores que promocionen la fragmentación social o el uso de la violencia para la resolución de conflictos (02.01.02.02) o la desestabilización institucional (02.01.01.03).

La presencia de todas estas formas ambiguas (¿qué es manipulación, qué es violencia, desestabilización, qué es erosión de imagen?) deja en manos de los propios funcionarios de la SIDE la definición concreta y operativa de quiénes encarnan estas amenazas que se expresan en la comunicación pública, es decir, en narrativas. Se habilita así la vigilancia secreta de la expresión política opositora en el espacio público, pero también de referentes sociales, periodistas, artistas y cualquier voz crítica.

En el aspecto comunicacional la SIDE se arroga funciones que deberían tener otras áreas del Estado, incluidos los medios públicos que fueron desmantelados, y que están expresamente prohibidas por la ley de inteligencia. El “Objetivo Particular de Inteligencia N.9” ordena producir conocimiento para apoyar la formulación de mensajes y evaluar la efectividad de la comunicación estratégica oficial. Esto implica armar un aparato secreto de propaganda para, entre otras cosas, identificar y segmentar audiencias (01.01.09.01), identificar aliados o adversarios de la propia narrativa (01.01.09.03) y analizar el impacto de la comunicación oficial (01.01.09.05 y 01.01.09.07). Este tipo de acciones está prohibido por la ley de inteligencia, en su art. 4 inciso 3, que señala que ningún organismo de inteligencia podrá influir en cualquier modo en la situación del país, ni en la opinión pública, personas o medios de difusión.

Cuando el año pasado la revista crisis publicó la investigación del Equipo de Investigación Política (EDIPO) sobre las milicias digitales de la ultraderecha y su funcionamiento convergente con las estrategias comunicacionales del gobierno en el doxeo y hostigamiento a periodistas y activistas, sobrevolaron las sospechas sobre un financiamiento estatal y encubierto de esos trollcenters. El aumento desmedido de fondos reservados para la SIDE apuntaló estas sospechas. Hoy hay un PIN cuyas órdenes parecen reflejar la incorporación de estas prácticas a la estrategia general de la inteligencia nacional.

El extractivismo en el centro

A esta altura no es novedad que para este gobierno las expresiones de la conflictividad social como manifestaciones o huelgas, lejos de ser aspectos básicos de la democracia, son situaciones cuasidelictivas que hay que impedir, desalentar, perseguir y/o castigar. Para ello establecieron una normativa de bajo rango que habilita a las fuerzas de seguridad a atacar a manifestantes cuando el gobierno lo considere conveniente. Y aprietan al poder judicial para alinearlo con esa perspectiva. El PIN coloca una pieza más en esa maquinaria, pero especialmente preocupante porque implica habilitar prácticas de espionaje sobre organizaciones sociales y políticas, movilizaciones y otras formas de protesta. Hace años que se busca desactivar la organización y el dispositivo de movilizaciones con prácticas de inteligencia política ilegal. Ahora hay un plan estratégico que las promueve en violación directa de la ley de inteligencia nacional que en el artículo 4.2 prohíbe obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas por el solo hecho de sus opiniones políticas, adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales o sindicales, o por sus actividades lícitas en esos espacios. O de su artículo 4.3 que prohíbe que el sistema de inteligencia influya de cualquier modo en la situación política y económica del país.

Una parte de la vigilancia sobre la conflictividad responde al ya mencionado objetivo de poner al aparato de inteligencia a intervenir sobre los obstáculos que pudieran presentarse al plan de reprimarización de la economía. La “matriz productiva” y la “infraestructura” ya habían sido identificadas como bienes a proteger por el Ministerio de Seguridad en diversas resoluciones del año pasado. El PIN ordena al sistema de inteligencia vigilar a los actores y comportamientos con “potencial impacto en la matriz-económico-productiva de la Nación” (03.01.01.03) y que supongan riesgos para el “normal funcionamiento y desarrollo integral de la Nación” (03.01.03.01). También se pone como prioridad monitorear las posibles consecuencias del plan económico, como los riesgos derivados de la apertura económica, que serían oportunidad para que intervengan “actores disfuncionales al interés nacional” (03.01.01.11), y las dinámicas de pobreza, desigualdad y desocupación, caracterizadas como “riesgos para el desarrollo integral de la Nación” (03.01.02.02).

La centralidad del extractivismo en este proyecto político pone a la SIDE y a la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad (DNIC) a enfocarse especialmente en hacer seguimiento de la conflictividad socioambiental y vigilar al activismo ambientalista y los pueblos indígenas que motorizan la resistencia a estos intereses económicos. La mirada está puesta en situaciones y actores que puedan afectar la “extracción, transporte y/o comercialización” de recursos naturales estratégicos (05.01.01.02), que “deriven en situaciones de conflictividad social” e incidan en la disponibilidad de recursos naturales (05.01.04.02) y más específicamente en los “actores estratégicos, vinculados a organizaciones ambientalistas”, con capacidad de incidencia política y/o de obstruir proyectos extractivos (05.01.03.03). Se ordena a la inteligencia criminal trabajar también sobre la posible “obstrucción” de proyectos extractivos por parte de grupos que pretendan proteger patrimonios culturales y/o sagrados, es decir, comunidades indígenas (05.01.04.04), habilitando el tipo de inteligencia ilegal que ya se registró en episodios anteriores contra el pueblo mapuche, por ejemplo. También incorpora como objetivo el seguimiento de las instancias internacionales (sistemas de protección de derechos, cooperación internacional pública y privada) que intervengan frente a “eventos climáticos extremos, la degradación del ecosistema y pérdida de biodiversidad” (05.01.03.01). Quienes promuevan acciones para evitar estas consecuencias de la matriz productiva extractivista son considerados actores “adversos al interés nacional” (05.01.03.01).

Una tercera línea que habilita la vigilancia de actividades y expresiones políticas y sociales se enmarca en la hipótesis de que existen “amenazas para la gobernabilidad democrática y el orden constitucional” (03.01.05.02) y “tendencias de radicalización política” (03.01.05.04) a las que hay que monitorear. La vaguedad de estas fórmulas implica que hay que buscar en otras medidas o declaraciones de funcionarios las claves para entender cuáles podrían ser, para el gobierno, esas amenazas y procesos de radicalización. Durante el año pasado ese tipo de calificativos se utilizó para hablar de manifestantes, de grupos “anarquistas” o “antifascistas”, y de cualquiera que esbozara una resistencia a la violencia policial desplegada de manera sostenida en el espacio público. Sabemos que estos dos objetivos ya están siendo cumplidos, a partir de otra “filtración”, en este caso de una directiva firmada por Diego Kravetz, en la que ordena a la SIDE y al Ministerio de Seguridad (DNIC) vigilar y producir informes sobre “actores locales” que impliquen riesgos para el orden constitucional y la gobernabilidad democrática y sobre la “radicalización política y violencia extrema”.

Otras “necesidades de inteligencia” incluidas en el PIN implican directamente la vigilancia de las protestas sociales. Encuadradas en la línea estratégica de “terrorismo” aparecen órdenes de realizar inteligencia en “actividades y/o manifestaciones en vía pública y/u otros ámbitos de asistencia masiva, que pudieran ser blancos de oportunidad” de la acción de grupos catalogados por el gobierno como terroristas (08.01.02.03). Por supuesto que la clave aquí está en los criterios que se utilizan para hacer esa evaluación. En un gobierno que catalogó como “terroristas” a personas que manifestaban frente al Congreso o a comunidades indígenas que reclaman sus tierras, esta orden es una carta blanca para espiar cualquier protesta social.

Terrorismo sin bordes

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 se fue consolidando una arquitectura global para la lucha contra el terrorismo que naturalizó altos niveles de secreto y la posibilidad de violar derechos y garantías de las personas sospechadas. Por estas y otras razones, el uso de las categorías “terrorismo” y “terrorista” se fue ampliando, en la medida en que resulta útil para aquellos regímenes que quieren estigmatizar, criminalizar y desarticular a la disidencia política sin tener que rendir cuentas. Desde diciembre de 2023 Argentina se inscribe en este grupo de países, usando la categoría “terrorista” para designar a una amplia variedad de fenómenos y organizaciones, desde el narcomenudeo hasta pueblos indígenas, pasando, como ya se mencionó, por las personas que participan de manifestaciones, huelgas y otras formas de protesta social.

El PIN se inscribe en esta misma lógica. El objetivo de producir información sobre presuntas actividades terroristas (probablemente una de las misiones centrales de una agencia nacional de inteligencia) se derrama sobre actividades y sujetos que quedan bajo vigilancia por su orientación ideológica o por sus reclamos históricos, incurriendo en las prohibiciones que establece la ley de inteligencia (art. 4 inc. 2).

Las hipótesis de terrorismo que plantea el PIN son cuatro, y el problema es que en todos los casos se establece una especie de continuidad entre protesta, acción directa, violencia y terrorismo. En todos los supuestos se habilita, como ya se mencionó, la vigilancia de manifestaciones públicas u otras formas de protesta que pudieran ser “oportunidad” para acciones terroristas. También se ordena monitorear (o infiltrarse) en conflictos sociales, en aquellas “demandas legítimas” dirigidas al Estado que pudieran ser afectadas por la “injerencia” de terroristas. (08.01.02.09). En todas las hipótesis se avanza además en la confusión entre terrorismo y crimen organizado, siguiendo la matriz ya planteada en varias intervenciones del gobierno en 2024 y también por el gobierno de EEUU.

En la primera hipótesis, vinculada a las “actividades de extremismo religioso” (eufemismo por terrorismo islámico), se ordena vigilar posibles conexiones locales de organizaciones terroristas, y se considera el “posible impacto en diásporas como entornos de blancos terrorista” (08.01.01.02), es decir, las comunidades musulmanas puede ser objeto de vigilancia. Esto ya generó problemas por el seguimiento inútil para la prevención de los atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y la sede de la AMIA en 1994 que hizo la SIDE de la comunidad islámica en argentina y con los “falsos positivos” de los operativos promovidos por Patricia Bullrich en estos últimos años. Hay otro problema con esta primera hipótesis: la SIDE involucra aquí a la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM), con lo cual los militares comienzan a participar en actividades de inteligencia externa e interna. El fundamento de esto es la intencional y persistente confusión que el gobierno promueve entre temas “internacionales” y cuestiones de “defensa nacional”, sin importar si se trata de una amenaza de tipo militar o no.

La segunda hipótesis son las actividades terroristas “de raigambre anarquista”, instancia en la que involucra a la inteligencia criminal. Como esto no tiene ningún referente empírico, hay que tratar de adivinar a qué se refiere la SIDE cuando habla de vigilar a “los principales grupos anarquistas a nivel global” (08.01.02.01) o los espacios geográficos “pasibles de ser utilizados para (…) actividades de formación y capacitación en técnicas anarquistas” (08.01.02.02). Por supuesto que todo depende aquí de cómo va a utilizar la SIDE la categoría “anarquista”, pero en cualquier caso se trata de una clara persecución ideológica, ya que el mero hecho de expresar ideas anarquistas o integrar grupos autodenominados o catalogados de esa manera implica ser sospechado de terrorismo y entrar en la lista de vigilancia.

Algo similar ocurre con la tercera hipótesis, la que ordena monitorear las actividades que respondan a “ideología exacerbada”, lo que incluye la “intimidación pública” (viejo delito que en los últimos años fue arrastrado al campo semántico del terrorismo) para impulsar “propósitos ideológicos extremistas”. Se incluyen aquí cuestiones como el “nacionalismo excluyente”, el racismo, o cualquier forma de intolerancia (08.01.03.01). Salta a la vista que, si se cumplieran a la letra estas órdenes, las milicias del propio gobierno deberían estar entre los primeros vigilados. Pero más allá de ello, otra vez aparecen unos términos de enorme amplitud, sin definiciones sobre lo que se entiende por “exacerbado” o ”extremo”.

El último supuesto tampoco tiene un correlato en la realidad, pero resulta mucho más fácil interpretar a dónde apunta la SIDE ya que se trata de una caracterización que viene siendo instalada por distintos actores políticos y mediáticos en los últimos años. La hipótesis es la de actividades terroristas ligadas a “expresiones organizadas tendientes a incentivar acciones separatistas, contra el Estado Nacional, afectando su cohesión territorial” (08.01.04.01). Si bien no existe en la Argentina ningún movimiento separatista, la acusación de “atentar contra la unidad y soberanía del Estado” fue una y otra vez endilgada a comunidades indígenas, en especial mapuche, que reclaman que se cumpla la Constitución Nacional y se les reconozcan sus tierras ancestrales. Encuadrar estas reivindicaciones como terrorismo separatista habilita que el Estado haga inteligencia ilegal contra estas comunidades, como ya se registró en varias oportunidades, en especial entre 2016 y 2018.

En todos estos puntos las partes del PIN que pudimos conocer son manifiestamente ilegales y lo dejan atado a la defensa del Estado y del proyecto político libertario. La reforma de todo el sistema de inteligencia por decreto sin debate político, sin que pase por el Congreso Nacional, se llena de contenido con estas definiciones político estratégicas del gobierno nacional.

Fuente: https://informes.revistacrisis.com.ar/controlar-al-pueblo-para-entregar-la-patria/

 

¿Patagonia como objetivo geopolítico del sionismo?: La imagen que dejó Netanyahu en reunión con Milei

¿Patagonia como objetivo geopolítico del sionismo?: La imagen que dejó Netanyahu en reunión con Milei

 

La foto de Netanyahu analizando un mapa de la Patagonia reavivó temores sobre el Plan Andinia, teoría de ocupación sionista. Milei firmó acuerdos militares y migratorios con Israel, criticados por comprometer la soberanía argentina. Organismos denuncian control extranjero de recursos estratégicos en el sur.

La fotografía de Netanyahu con el mapa de la Patagonia reaviva el fantasma del Plan Andinia

Una imagen del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, examinando un mapa de Sudamérica donde resalta la Patagonia argentina y chilena, desató alertas geopolíticas tras su reunión con el presidente Javier Milei en Jerusalén.

La imagen fue ampliamente viralizada. Aquí algunos registros:

La fotografía, difundida sin declaraciones oficiales, fue interpretada por la Corporación Justicia & Dignidad como un guiño al Plan Andinia, teoría que señala intereses sionistas en la región por sus recursos estratégicos: «No era un simple papel: era el viejo fantasma de un proyecto de colonización«, afirmaron.

El encuentro entre ambos mandatarios selló acuerdos de cooperación militar, tecnológica y de inteligencia, además del traslado de la embajada argentina a Jerusalén. Sin embargo, la visita ocurrió en un contexto crítico: Israel enfrenta acusaciones de genocidio en Gaza —con más de 55 mil palestinos asesinados— y posteriormente declaró la guerra a Irán. «Milei alineó a Argentina con una escalada bélica sin consultar al Congreso», denunció la Corporación, cuestionando si el presidente conocía de antemano los planes israelíes.

La Patagonia, con su baja densidad poblacional, reservas de agua y minerales, ha sido históricamente foco de sospechas. Justicia & Dignidad recordó que empresas israelíes como Mekorot gestionan sistemas hídricos en la zona, mientras magnates como Joe Lewis controlan 14 mil hectáreas en Lago Escondido. «Miles de exsoldados israelíes llegan como mochileros; algunos relevan terrenos», advirtieron, vinculándolo con una «penetración silenciosa».

A esto se suma el recién activado Convenio de Seguridad Social entre ambos países, que facilita migraciones y asignaciones especiales para ciudadanos israelíes en Argentina. El periodista Gastón Nahuel lo comenta en redes sociales:

En contraste, el Gobierno argentino destacó los acuerdos bilaterales como un avance en educación y defensa. Milei, durante la firma del memorándum, elogió a Israel como «ejemplo de lucha contra el terrorismo» y exigió la liberación de rehenes argentinos en Gaza. Sin embargo, críticos insisten en que los pactos comprometen la soberanía: «Argentina no tiene capacidad operativa para defender sus recursos en el sur», señaló Justicia & Dignidad.

Cabe señalar que Milei recibió en Israel el «Premio Génesis» de 1 millón de dólares. Dice que lo «donará» a entidades privadas de Latinoamérica, sin embargo, referentes políticos en Argentina señalan que  la Ley de Ética Pública (Ley 25.188) es clara, que los premios recibidos por un funcionario deben registrarse y pasar al patrimonio del Estado. “No puede decidir su destino como si fuera plata propia, es ilegal porque en estas condiciones sería una dádiva”.

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SIGUEN PROVOCANDO: Los fiscales rechazaron otorgarle la prisión domiciliaria a Cristina 
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SIGUEN PROVOCANDO: Los fiscales rechazaron otorgarle la prisión domiciliaria a Cristina 

 

Diego Luciani y Sergio Mola se pronunciaron en contra del beneficio en su dictamen presentado durante la mañana del martes. Ahora, el Tribunal Oral número 2 (TOF 2) deberá definir las condiciones de detención de la exmandataria.

Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola se pronunciaron en contra del otorgamiento de prisión domiciliaria a Cristina Kirchner en el marco de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la llamada causa Vialidad ratificada por la Corte Suprema de Justicia. Ahora, el Tribunal Oral número 2 (TOF 2) deberá definir las condiciones de detención de la exmandataria.

Tras la confirmación del fallo, la Fiscalía pidió en dos oportunidades la detención inmediata de la expresidenta, algo que fue finalmente desestimado por el Tribunal, que estableció cinco días hábiles para la presentación de Cristina en Comodoro Py, plazo que culmina este miércoles, cuando se espera una marcha multitudinaria en apoyo a la dos veces presidenta.

La defensa justificó el pedido en razones de seguridad, ya que se trata de una exmandataria que además fue víctima de intento de homicidio. Por otro lado, está la cuestión de la edad: la titular del Partido Justicialista (PJ) tiene 72 años y supera la barrera de los 70, donde la ley presume mayor vulnerabilidad.

Sin embargo, los fiscales señalaron que la prisión domiciliaria es una potestad de los jueces y una excepción, y «no debe ser admitida automáticamente por la mera circunstancia de que la persona condenada se encuentre comprendida dentro de uno de los supuestos previstos».

Además, enfatizaron que en caso de que el Tribunal Oral conceda la domiciliaria, debe ser con la colocación de una tobillera electrónica.

Por otra parte, los fiscales ya adelantaron que si el tribunal concede el beneficio, apelarán la decisión a la Cámara Federal de Casación Penal.

 

Gaido destacó las obras “con recursos propios” en avenida Soldi

Gaido destacó las obras “con recursos propios” en avenida Soldi

 

El intendente Mariano Gaido recorrió este martes las obras de pavimentación y urbanización que se están llevando a cabo sobre avenida Soldi, en el norte de la ciudad. Se trata de una nueva avenida troncal que, una vez finalizada, mejorará la conectividad entre distintos barrios y puntos estratégicos de la capital provincial.

Actualmente, los trabajos se concentran en el tramo comprendido entre las calles Raúl Alfonsín y Yupanqui. Además, ya se finalizó la construcción de la rotonda ubicada en la intersección de Soldi y Ramos de Espejo, la cual será habilitada en el transcurso del día.

El intendente neuquino destacó a SOldi como una de las avenidas troncales en el sector norte de la ciudad. Foto: Prensa Municipal

Durante la visita, Gaido anunció que en 60 días se inaugurará la nueva avenida, que conectará Raúl Alfonsín con Huilén, Los Paraísos, el Polo Tecnológico y el sector oeste de la ciudad. “Es una de las grandes avenidas que vamos a tener y es fundamental para la conectividad de esta zona y para consolidar el modelo de la ciudad de los 15 minutos”, afirmó el jefe comunal.

Según detalló, la nueva traza contará con doble carril, un bulevar central y una bicisenda, con el objetivo de integrarse en el futuro a Parque Norte. “Soldi será una troncal clave para el desarrollo urbano”, remarcó.

Plan «Orgullo neuquino»

El intendente también destacó que estas obras forman parte del plan Orgullo Neuquino, que impulsa intervenciones similares en otros puntos de la ciudad. “Es una de las 20 avenidas que estamos desarrollando, como también lo estamos haciendo sobre Eslovenia, Crouzeilles, Chivilcoy, Saavedra, y recientemente inauguramos un nuevo puente sobre Ignacio Rivas”, enumeró.

En cuanto al financiamiento, Gaido subrayó que la obra se realiza con fondos municipales. “Es una inversión muy importante con recursos propios, producto de una administración eficiente y de un superávit que se destina a planificar el crecimiento de la ciudad”, sostuvo.

Por su parte, el secretario de Infraestructura y Planeamiento Urbano, Alejandro Nicola, brindó detalles técnicos sobre los trabajos en curso. Explicó que ya se completaron las tareas de movimiento de suelo, así como la construcción de base y subbase. “Actualmente estamos ejecutando los cordones cuneta y, una vez finalizados, se colocará la carpeta asfáltica”, indicó.

Nicola reiteró que se trata de una avenida troncal que fortalecerá la conectividad entre el centro y el oeste, a través del norte de la ciudad, beneficiando especialmente a barrios como Alta Barda y Salud Pública. “Ya tenemos avanzado todo el tramo desde Yupanqui hacia Huilén, y hoy habilitamos la nueva rotonda que organiza la circulación en la zona del CPEM 25”, concluyó.

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Líder presa, peronismo liberado

Líder presa, peronismo liberado

 

El 10 de junio Cristina Kirchner resucitó, ante la mirada atónita de los que creían que por fin había quedado fuera del mapa político. Les dejó en claro a todos que no piensa retirarse. ¿Qué más puede perder? Se mira en el espejo de Luiz Inácio “Lula” Da Silva, pero sabe que ese camino es largo e incierto. Mientras tanto, seguirá ejerciendo la conducción, aunque no sea del partido, sí del peronismo.  

Muchas veces imaginó el fallo de la Corte Suprema de Justicia, pero jamás que Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkratz la devolverían al centro de la escena política —aunque a un costo muy alto— y le inyectarían al peronismo la mística y el vigor que perdió luego del fracaso del gobierno del Frente de Todos y el ascenso de Javier Milei. El fantasma que la persiguió durante años se corporizó y cambió de un sacudón las reglas de la política, las del partido que fundó Juan Domingo Perón y las de quienes están en la vereda de enfrente. Los alcances de esa transformación son todavía una incógnita, difíciles de cuantificar por lo impredecibles. Tanto que algunos empiezan a preguntarse si no es hora de pegar un volantazo que ponga a prueba la audacia y la irreverencia que alguna vez supo tener el kirchnerismo.

Más cerca de los recientes procesos latinoamericanos que de la proscripción que inauguró la autodenominada Revolución Libertadora en 1955, la detención de las dos veces Presidenta está lejos de saldar las internas que existen en el PJ. Pero sí obliga a algunos de sus dirigentes —como los gobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca) y hasta Guillermo Moreno— a rever posturas y hacer una tregua en momentos en los que la amenaza de quedar dañados en la contienda electoral trasciende la figura de Cristina. 

¿Qué va a hacer el peronismo en los comicios? ¿Quién reemplazará a CFK en la tercera sección electoral? ¿Podrá el PJ unirse bajo un mismo paraguas en las elecciones nacionales? En el cristinismo hay una única certeza: no están dispuestos a cederle a nadie el lugar que hasta ahora ocupa la titular del partido, menos aún a que su sacrificio sea en vano. El poder, así como el liderazgo, se ganan incluso si “La Jefa” está en prisión.

¿La proscripción es a Cristina o a todo el peronismo? Sin la necesidad de acudir a las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial se convirtió en el ejecutor de una maniobra que hace tiempo promueven desde el poder económico para dejar afuera del tablero a la principal dirigente opositora, quizás hasta con la esperanza de que el resto de los referentes peronistas se vea en la obligación de “autoproscribirse”, como una muestra de apoyo incondicional a la ex mandataria. A modo de globo de ensayo, Juan Grabois —con el visto bueno de algunos cristinistas— esbozó la idea de abstenerse en las elecciones, pero luego tuvo que dar marcha atrás con la propuesta frente al descontento de otros peronistas.

Aquel planteo sonó por demás riesgoso. Dejaba servida la posibilidad a la derecha de concretar lo que tantas veces soñó: una Argentina sin peronismo o, al menos, con la mínima representación posible en las intendencias, concejos deliberantes, legislaturas provinciales y el Congreso de la Nación. 

Grabois no es el único que busca tensar los límites del peronismo. El líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, y La Cámpora creen que es momento de salir de la quietud en la que quedó atrapado el partido y dar la disputa política en las calles. Por paradójico que parezca, postulan que es hora de salir del encierro. “Hay que estar en todas partes. El peronismo no puede estar sólo en el Congreso y los gobiernos municipales o provinciales”, afirman en el kirchnerismo. Como ensayo, antes de la movilización de este miércoles a Comodoro Py para acompañar a CFK, se multiplicaron los actos, se llenaron las  paredes de pintadas, y hasta varios se animaron a irrumpir en los lugares más inesperados, como el histórico bar La Biela. Apenas son las primeras acciones de muchas otras que tienen planificadas en el edificio de Matheu.

Alejado de los discursos más disruptivos, Sergio Massa, uno de los principales aliados de Cristina, avizora que por primera vez en muchos años es posible que el PJ vaya unido a los comicios. Imagina que si eso sucede, quedarán más delimitados los dos históricos modelos de país que están en pugna y el peronismo tendrá más chances de volver a ser gobierno. 

De manera llamativa, después de la celebración de Milei y de otros funcionarios por la resolución de la Corte, el aparato comunicacional libertario puso en pausa el uso de provocaciones distractivas sobre múltiples temas, que llevan la firma de Santiago Caputo. Sorprendentemente, decidieron no disputarle la agenda al kirchnerismo, ni en las redes sociales, ni en los medios de comunicación. A ninguno de ellos se le escapa que mientras se hable de Cristina (y del balcón desde el que saluda y hasta baila), la política económica y sus consecuencias pasarán más desapercibidos. 

Aún así varios se siguen preguntando hasta qué punto les servirá que Cristina esté presa.

El aparato comunicacional libertario puso en pausa el uso de provocaciones distractivas sobre múltiples temas, que llevan la firma de Santiago Caputo.

Por lo pronto, el gobierno de Milei quedará en la historia como el primero desde el regreso de la democracia que tendrá proscripta y encarcelada a la dirigente opositora más popular. Cualquier triunfo del mileísmo en las urnas perderá potencia y legitimidad.

En un Gobierno que renunció a mantener todas las formas, que no le importa ser tildado de negacionista, misógino, homofóbico y que hace culto de ser el mayor ajustador de la historia, la ausencia de su contrincante le impedirá hacer uso del latiguillo preferido de los libertarios —“hay que enterrar al kirchnerismo”—, pero le abre la puerta a instalar una nueva dicotomía “corrupción o libertad”.

—Estar presa es un certificado de dignidad —dijo Cristina frente a las cámaras de televisión, para todos los que quisieran escucharla.

Con esas siete palabras, la ex presidenta empequeñeció a todo el resto de los dirigentes del peronismo. ¿Quién más estaría dispuesto a ser encarcelado en pos de un proyecto político? Quizás Grabois, que hace diez días estuvo detenido unas horas por ocupar el Instituto Perón. La mayoría prefiere mirar para el costado. Para muchos, su máximo esfuerzo es volver a sentarse con algunos dirigentes que hace tiempo se alejaron del partido y poner la firma en algún comunicado.

Kicillof sabe que en lo inmediato no tiene otro movimiento posible que el de acompañar a quien fue su mentora, aunque el vínculo esté resentido. La decisión de la Corte, tan inédita como arbitraria, limitó también su capacidad de acción. Cualquier paso que dé a contramano de lo que pregonan en el Instituto Patria o intento de vuelo propio será visto como una traición. Lo era antes, más ahora que Cristina está entre cuatro paredes. Tendrá que esperar a que se acomoden las cosas para terminar de independizarse. 

A esta altura, parece improbable que CFK —y mucho menos Máximo Kirchner y La Cámpora— acepte hacer las paces con el gobernador bonaerense. Ni siquiera la gravedad de la situación hizo que cesaran las confrontaciones entre los camporistas y sus ex compañeros de organización. “El problema son los entornos, de un lado y del otro”, dice un funcionario del Gobierno bonaerense.

El escollo con el que se encuentran en el entorno de Cristina es que el axelismo no es sólo una deriva de la otrora organización juvenil del kirchnersimo. Suma también poderosos intendentes, como Jorge Ferraresi, que se hizo notar al llegar a pié a la casa de Cristina desde Avellaneda con una nutrida columna de varias cuadras de militantes del Movimiento Derecho al Futuro. Le será difícil al cristinismo férreo obviar la fuerza del gobernador y de varios de los jefes comunales que lo acompañan en lo que parece ser una proeza política: tomar el bastón de mariscal.        

Más allá de los movimientos políticos superestructurales y sus reacomodamientos; por lo bajo, aflora de manera tímida la resurrección de la militancia, en las vigilias frente al edificio en el que vive Cristina, en las marchas, en las tomas de universidades y colegios, en los cortes en los accesos a la Ciudad protagonizados por obreros y movimientos sociales. Vuelve la mística de la resistencia, esa con la que el peronismo se reencuentra con sus orígenes y con su razón de ser. Lo que nadie se anima a arriesgar es cuánto durará, ni qué forma tomará a futuro.

La exclusión electoral de CFK no sólo generó efectos en la dirigencia y en la militancia peronista. Mientras en la UCR se limitaron a aplaudir el fallo del trío judicial, en el PRO, unos pocos, pensaron que podrían revivir al partido amarillo, que va camino a extinguirse después de la derrota en la Ciudad. Mauricio Macri consiguió lo que tanto anheló: a Cristina presa y sin poder ser candidata. Pero sabe que ese triunfo que le regalaron los cortesanos se le escabulle entre las manos. Nada de eso le devolverá el liderazgo que supo tener dentro de la derecha en la política argentina. Por estas horas, se conforma con que la amistad con algunos de los jueces que invitó a la Quinta de Olivos cuando era presidente le sirvió para apartar a su principal enemiga política.   

Por lo bajo, aflora de manera tímida la resurrección de la militancia, en las vigilias frente al edificio en el que vive Cristina, en las marchas, en las tomas de universidades y colegios, en los cortes en los accesos a la Ciudad protagonizados por obreros y movimientos sociales.

En lo que para muchos peronistas fue una acción inesperada, la visita de Myriam Bregman y Nicolás del Caño a la sede del PJ para brindar en persona su solidaridad a la ex mandataria cortó con décadas de ruptura irreconciliable entre el peronismo y la izquierda, con hitos como el comunismo y el socialismo aliados a Braden hasta sectores de izquierda bancando a los ruralistas en el conflicto del campo. Apenas una postal que puede ayudar a que sea más habitable la convivencia en movilizaciones y en los ámbitos en los que coexisten —como centros de estudiantes o sindicatos—,  entre sectores que tienen enormes diferencias.

¿Generará la indignación por la proscripción de la principal dirigente opositora  una nueva oleada de conciencia militante que potencie un campo popular que parecía lento de reflejos frente a la seguidilla de ataques propinados por la derecha? ¿Será que aquéllos que están detrás del fallo de la Corte terminarán potenciando la figura de Cristina, en lugar de aplastar su liderazgo, como pretenden? ¿Surgirá una alternativa al mileísmo que rompa con el sopor de la oposición actual?

Nadie tiene las respuestas, pero todos, los que celebraron y los que lloraron el encarcelamiento de CFK, están en su búsqueda. 

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Furor en Neuquén por la capacitación en Inteligencia Artificial

Furor en Neuquén por la capacitación en Inteligencia Artificial

 

Más de 4000 personas se inscribieron en el programa de capacitaciones en Inteligencia Artificial “Generación IA”, impulsado por el gobierno de la provincia del Neuquén a través del Ministerio de Planificación, Innovación y Modernización.

Esta iniciativa, eje del Plan de Inteligencia Artificial Neuquina (IAN), tiene como objetivo formar a la ciudadanía y a los agentes públicos en el uso ético y productivo de las nuevas tecnologías. En total, se registraron 4128 inscripciones: 3024 en el curso abierto al público general y 1104 destinadas al sector público.

Las inscripciones estuvieron abiertas entre el 26 de mayo y el 12 de junio, y superaron ampliamente las expectativas. La propuesta, desarrollada en conjunto con Eidos Global y Microsoft, incluye tres trayectos formativos, todos 100% virtuales, autoguiados y gratuitos, accesibles desde el Campus Virtual de Eidos.

Los contenidos abordan fundamentos de IA, diseño de prompts, aplicaciones prácticas y principios éticos. El programa forma parte del despliegue territorial del Plan IAN, una política pública que promueve una IA inclusiva y contextualizada.

El ministro de Planificación, Rubén Etcheverry, destacó el impacto de esta propuesta: “más de cuatro mil personas ya eligieron formarse en IA. Esta es una muestra concreta del interés, el compromiso y la capacidad de nuestra comunidad para prepararse y liderar los procesos de transformación tecnológica que atraviesan al mundo. Generación IA refleja el espíritu del Plan IAN: una inteligencia artificial pensada desde y para Neuquén”.

Esta propuesta formativa, desarrollada junto a Eidos Global y Microsoft, busca acercar herramientas de IA generativa a toda la sociedad, fomentar su uso ético y productivo, y preparar a la provincia para los desafíos de la nueva economía del conocimiento.

El programa contempló tres trayectos formativos:

  • Un curso para la ciudadanía en general (GenIA TP),
  • Otro destinado a agentes del sector público provincial (GenIA SP),
  • Y una tercera línea en marcha para formadores, que tiene como objetivo multiplicar estos conocimientos en todo el territorio.

Las capacitaciones son 100% virtuales, autoguiadas y gratuitas, accesibles desde cualquier punto de la provincia a través del Campus Virtual de Eidos Global. Los contenidos incluyen fundamentos de IA, diseño de prompts, casos de uso en entornos laborales y públicos, y criterios éticos para un uso responsable.

Estas acciones forman parte del despliegue del Plan IAN, una política pública integral que busca fortalecer tanto a la ciudadanía como a las instituciones neuquinas mediante la promoción de una inteligencia artificial inclusiva, con mirada territorial y enfoque multisectorial.

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