La inflación se acelera y alimentos vuelan casi al doble
Noviembre cerró con un número incómodo para el Gobierno. Los precios volvieron a tomar temperatura, impulsados por alimentos, tarifas y combustibles.
De acuerdo con Equilibra, el IPC Nacional subió 2,5% en noviembre. La consultora desagrega el dato: los precios Regulados aumentaron 3,3%, el componente núcleo trepó 2,4%, y la carne se destacó con un salto del 4,5%, que arrastró al rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas al 2,8%.
La lectura de Econviews va en la misma dirección. Su último relevamiento de precios en supermercados del Gran Buenos Aires arrojó una suba del 1% en la primera semana de diciembre, con aumentos de 2,2% en carnes y 1,6% en verdulería. En las últimas cuatro semanas, la canasta de alimentos y bebidas acumuló 3,6%, lo que muestra que la dinámica inflacionaria no se detiene.
«La tranquilidad en los mercados financieros post elecciones no tiene su correlato en la calle», escribió el economista Juan Manuel Palacio. Y agregó: «La inflación se aceleró y los alimentos viajan al doble que hace un par de meses. No es sólo la carne: también tarifas y servicios empujan, y la nafta subió dos veces esta semana».
El diagnóstico es compartido por varios analistas. La lógica del pass-through , la transmisión de los costos dolarizados al precio final, sigue operando. «La recesión puede demorar el traslado total de la devaluación acumulada en el año, pero en una economía indexada al tipo de cambio, tarde o temprano se producce la corrección de precios», explicó a LPO un ex funcionario del Ministerio de Economía.
A eso se suma un problema de fondo: las canasta de consumo que se usa para medir la inflación están pensadas para un país que ya no existe. Con ponderadores viejos y hábitos cambiados, el índice subestima el impacto real en los bolsillos. La metodología se parece a una foto en sepia de una economía que ya se digitalizó.

El caso de los combustibles es una muestra clara. Las subas recientes no se explican por la cotización del petróleo que se encuentra en niveles sensiblemente bajos, sino por el aumento del impuesto a los combustible, tal como contó este medio.
En el frente energético, la presión también se siente. La dolarización de los costos de generación combinado con una reducción paulatina de subsidios y la actualización automática de la rentabilidad para el transporte y distribución, tiene como consencuencia un ajuste mensual en las boletas que supera el promedio del Indec.
Así, el tablero inflacionario se sostiene sobre tres pilares: alimentos, tarifas y combustibles. La carne funciona como termómetro de corto plazo; las tarifas, como bomba de tiempo; y las naftas, como chispa constante.
Por suerte esto solo forma parte de la «sensación» y no afecta el dato de la inflación.-%uD83D%uDE44%uD83D%uDE44%uD83D%uDE44 https://t.co/z0HjKfqSSg
— Christian Buteler (@cbuteler) December 7, 2025



