La presentación de los aviones F16 que Defensa le compró a Dinamarca y que el presidente Javier Milei presentó este sábado por la mañana en Córdoba tuvo una particularidad: la ausencia en el acto oficial de los funcionarios provinciales.
Ni el gobernador Martín Llaryora, que se recupera de la operación de una hernia que se le practicó hace unos días, como así tampoco la vicegobernadora Myrian Prunotto, quien está a cargo del Ejecutivo en ausencia del hombre de San Francisco, fueron parte de la cita.
Como tampoco lo fue Gian Luchessi, el intendente de Las Higueras, la localidad del sur provincial que fue anfitriona del show Top Gun que protagonizaron las autoridades del Gobierno nacional.
No fuimos invitados, pero es lo de menos. Estuvimos con la gente que es lo que nosotros nos gusta
De esta manera, y si bien se conocía desde el transcurso de la semana que Llaryora no iba a asistir por su post operatorio, tanto Prunotto, como Luchessi y el exintendente de Río Cuarto que ingresa a la Unicameral como presidente provisorio, Juan Manuel Llamosas se debieron conformar con estar en una tribuna con la gente y lejos de la transmisión del acto oficial. Los tres portando un cartel con la leyenda «Las Higueras, capital de los aviones».
«No fuimos invitados, pero es lo de menos. Estuvimos con la gente que es lo que nosotros nos gusta», dijo Prunotto a la prensa local, con la intención de relativizar el ninguneo de Casa Rosada a las autoridades locales y provinciales.
En tanto, los cordobeses que sí estuvieron presentes fueron los libertarios que integran el bloque que comanda Gabriel Bornoroni en Diputados: Gonzalo Roca, Luis Picat, Laura Rodríguez Machado, Cecilia Ibáñez, Belén Avico, Laura Soldano y Enrique Lluch. Todos se mostraron con el presidente de la Cámara baja, Martín Menem y el ministro del Interior, Diego Santilli.
El ninguneo de los funcionarios nacionales a la dirigencia local no cayó bien. Por eso, y ante la falta de iniciativa por parte de Casa Rosada a la hora de cursar invitaciones, sobre el final de la semana en Las Higueras decidieron armar una cumbre paralela con la gente en la tribuna junto a funcionarios provinciales
El ninguneo de los funcionarios nacionales a la dirigencia local no cayó bien. Por eso, y ante la falta de iniciativa por parte de Casa Rosada a la hora de cursar invitaciones, sobre el final de la semana en Las Higueras decidieron armar una cumbre paralela con la gente en la tribuna junto a funcionarios provinciales. «No mandaron nada, Llaryora no viene porque no tiene el alta, pero estos tipos no invitaron a nadie de acá. Igual, la fiesta con la gente se hace», dijo a LPO una fuente del sur cordobés a LPO.
Ya cerca del mediodía del sábado, Llaryora hizo una extensa publicación en las redes donde destacó la actividad, hizo foco en la experiencia de los cordobeses en la materia y el significado que se haya elegido a la provincia, pero no mencionó las autoridades nacionales.
«La llegada de estas aeronaves al sur provincial no es solo un hecho operativo. Es también un reconocimiento al valor de nuestra gente y al profundo significado que la Fuerza Aérea tiene para Córdoba. Porque cada vez que Córdoba es convocada, responde; y cada vez que la Argentina necesita experiencia, compromiso y trabajo serio, los cordobeses estamos presentes», dijo Llaryora.
Economista. Dirige Grupo Atenas y coordina iniciativas federales orientadas a la generación de empleo, inversión y transformación productiva. Fue Subsecretario de Políticas para el Desarrollo, Director del Banco Nación y Secretario de Comercio Interior.
Milei y Caputo celebraron con su siempre habitual para elogiarse el «regreso» de la Argentina a los mercados voluntarios de deuda a una tasa del 6,75 por ciento. Los medios oficialistas aplaudieron con entusiasmo esta normalización financiera del país, después de ocho años fuera de los mercados.
Pero la realidad, como suele suceder con los anuncios de Toto Caputo, es un poco menos espléndida.
En rigor, el ministro armó una canasta de incentivos para forzar a actores locales a comprarle los bonos al gobierno, con la idea de juntar USD 2.000 millones para cubrir una parte de los USD 4.500 millones que vencen en enero.
Un menú a la carta impuesto a aseguradoras, bancos y ART, que poco tiene que ver con inversores internacionales comprando bonos argentinos en los mercados voluntarios de deuda.
Fuentes al tanto de la operación explicaron a LPO los detalles de la arquitectura financiera que armó Caputo. A las compañías de seguro y las ART les ofreció poner en caución los bonos que les encajó el albertista Martín Guzman, si suscriben el bono. De esta manera mejopran el rendimiento de su anterior instrumento.
El equipo de Caputo, según las fuentes consultadas, espera juntar entre ambos sectores unos USD 600 millones.
Luego, a los bancos les están ofreciendo de 3 a 1 contra encajes. Esperan juntar unos USD 1.000 millones d ellos bancos, contra la liberación de USD 3.000 millones de encajes.
Y a las empresas que tienen dólares les ofrecen el bono contra pago de retenciones de Afip, con la idea que aporten unos USD 400 millones.
La tasa de toda la operación, arroja con el descuento un 9,75 por ciento, muy por encima de las tasas a las que accedieron CABA, Santa Fe y Córdoba, en sus recientes colocaciones de deuda.
Si el plan le resulta a Caputo, y es muy probable que le resulte, conseguiría unos USD 2.000 millones y el préstamo repo que está tratando de estructurar el JP Morgan sólo debería ser de USD 2.500 millones, para tener así cubiertos los vencimientos del próximo mes.
Si este último instrumento no termina de cerrarse, siempre queda la posibilidad de activar otro tramo del swap con el Tesoro de Estados Unidos, aunque en las últimas semanas apareció cierto ruido en la línea con Washington, como reveló la decisión de Scott Bessent de suspender su visita al país.
La tasa de toda la operación, arroja con el descuento un 9,75 por ciento, muy por encima de las tasas a las que accedieron CABA, Santa Fe y Córdoba, en sus recientes colocaciones de deuda.
Como sea la forzada operación de Caputo en el mercado local, que recuerda los «bonos patrióticos» que imponía Domingo Cavallo, expone que más allá de la enrevesada argumentación de Milei para no sumar reservas, el rojo profundo del banco Central sigue siendo el flanco más débil de programa económico.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, entregó en La Plata una nueva flota de 40 patrulleros para fortalecer la prevención del delito en la ciudad capital. Lo hizo junto al ministro de Seguridad Javier Alonso; y el intendente local Julio Alak.
En ese marco, Kicillof destacó: «Estamos haciendo un gran esfuerzo para fortalecer la seguridad en un contexto muy hostil para nuestra provincia, producto de un Gobierno nacional que nos robó los fondos y pretende asfixiarnos financieramente». «Aquí está nuestra respuesta: más inversión y federalismo para sumar en La Plata y en cada municipio las herramientas que se necesitan para cuidar a los y las bonaerenses», añadió.
Estamos haciendo un gran esfuerzo para fortalecer la seguridad en un contexto muy hostil para nuestra provincia, producto de un Gobierno nacional que nos robó los fondos y pretende asfixiarnos financieramente
«En nuestra gestión dejamos atrás una etapa de frases vacías, donde el marketing era acompañado por una política de ajuste que destruyó los salarios y las capacidades de la Policía provincial», explicó el Gobernador y agregó: «Transitamos un camino muy diferente, sin palabras rimbombantes, con hechos concretos, inversión y un trabajo diario de coordinación entre todas las áreas del Estado para llevar tranquilidad a todos los vecinos y vecinas».
Los nuevos móviles fueron adquiridos con recursos del Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad provincial y permitirán reforzar el patrullaje en distintos barrios. Por su parte, Alonso remarcó: «Cuidar a los vecinos no es un acto discursivo, requiere de decisión política y de grandes inversiones como las que estamos llevando adelante desde la Provincia y el municipio: estos nuevos patrulleros incrementarán la presencia policial en las calles y fortalecerán los trabajos para ponerle límites al delito».
«Hoy incorporamos 20 camionetas para la zona rural y 20 móviles para el área urbana, fruto del trabajo conjunto entre la municipalidad y el Gobierno bonaerense: este incremento en la capacidad operativa demuestra que es con políticas públicas serias y sostenidas como podemos mejorar la seguridad en nuestra ciudad capital», subrayó Alak.
Estuvieron presentes los subsecretarios de Articulación Institucional para la Seguridad, Eduardo Aparicio; el jefe de la Policía provincial, Javier Villar; el subjefe, Leandro María Sarlo; la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, su par provincial Lucía Iañez; el intendente de Salliqueló, Ariel Succurro; el secretario de Seguridad local, Diego Pepe; funcionarios y funcionarias locales.
Año 1984, finales de la Liga Rafaelina, juegan Sportivo Norte y Atlético Rafaela. El zaguero de habilidades modestas pero muy recio en la marca recibe un lateral en su campo, avanza unos metros y mete una volea de derecha. La pelota se clava en un ángulo. Gol de media cancha. En los barrios Villa Dominga y Barranquitas, donde está la cancha de Sportivo, todavía lo están gritando.
Ese número dos corpulento y de juego intenso dejó el fútbol cuando debió optar entre los botines y la carrera de contador en la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe. Se recibió e hizo carrera política en Rafaela. Hasta que en 2003 un recién designado ministro en el máximo tribunal argentino, de la misma ciudad, lo impulsó para llegar a Administrador General de la Corte Suprema. Desde ese cargo durante 15 años manejó los fondos del Poder Judicial y construyó un robusto poder personal. Hasta que en 2023 una interna palaciega lo dejó fuera de juego.
Como en los días lluviosos de sus tiempos como defensor central Héctor Daniel Marchi vuelve a jugar en cancha embarrada. Un ex director regional de la ex AFIP que está imputado junto a un ex juez federal y a un financista rosarino en una extorsión acaba de declarar como arrepentido que el ex administrador general de la Corte era quien estaba más interesado en que la maniobra se concretara y descargaba presiones para eso.
Vaudagna reconoce que armaron una causa judicial contra el empresario bursátil rosarino Claudio Iglesias en un asado en la casa del ex juez federal Marcelo Bailaque y ahora, en una declaración ampliatoria agregó que Héctor Marchi empujaba el armado de ese maneje
El ex director regional de la AFIP de Rosario Carlos Andrés Vaudagna reconoce que armaron una causa judicial contra el empresario bursátil rosarino Claudio Iglesias en un asado en la casa del ex juez federal Marcelo Bailaque. Ante media docena de fiscales federales agregó recientemente, en una declaración ampliatoria como imputado colaborador, que Héctor Marchi empujaba el armado de ese maneje.
El hombre que fue extorsionado es Claudio Iglesias. Vaudagna dijo que el chantaje se concretó a sabiendas de que en esos días del año 2019 Iglesias aspiraba a disputar la presidencia de la Compañía de Seguros San Cristóbal, con sede central en Rosario, de la que era directivo. La imputación penal contra Iglesias fue en noviembre de 2019, incluyó allanamientos y enterró sus aspiraciones de presidir la aseguradora. La causa la impulsaba el ex juez Bailaque quien hoy está imputado formalmente de extorsión por ese caso junto a Vaudagna y al financista rosarino Fernando Whpei, ambos presos en su domicilio con tobillera electrónica.
Lo que confiesa ahora Vaudagna es que en la cocina de esa extorsión, cuya participación admite, estaba Marchi descargando presiones para concretarla. El financista Whpei admite haber cobrado 160 mil dólares que pagó Iglesias en cinco cuotas para que paralizaran la causa en su contra. Dos años después de iniciada, y con los pagos realizados, Bailaque le dictó la falta de mérito a Iglesias.
Lo que se refuerza en la declaración con la que Vaudagna hunde a Marchi es el interés que había en Buenos Aires para que el chantaje se realizara. Eso lo dice de manera contundente Santiago Busaniche quien urge a Vaudagna con una decena de mensajes a que se apresuren en la extorsión. Busaniche es un escribano santafesino afincado hace 25 años en Buenos Aires, que vive en el Palacio Paz frente a la Plaza San Martín, un lobista ligado a los máximos niveles de la Justicia Federal de la Nación y a los servicios de inteligencia, que acaba de ser imputado por esta extorsión en Rosario.
Lo que confiesa ahora Vaudagna es que en la cocina de esa extorsión, cuya participación admite, estaba Marchi descargando presiones para concretarla. El financista Whpei admite haber cobrado 160 mil dólares que pagó Iglesias en cinco cuotas para que paralizaran la causa en su contra. Dos años después de iniciada, y con los pagos realizados, Bailaque le dictó la falta de mérito a Iglesias.
Marchi es de Rafaela al igual que Ricardo Lorenzetti que fue el artífice de su llegada al cargo de administrador general de la Corte, un puesto vital en el manejo de los recursos del Poder Judicial. Manejó ese cargo como un hombre poderoso, controlando una caja multimillonaria por la que muchos le deben favores, hasta que en 2023 fue desplazado con la resistencia en soledad de Lorenzetti.
Un hombre de bajo perfil, práctico, inteligente y formado. En Sportivo Norte, el mismo del que era simpatizante el después gobernador Omar Perotti, se enfrentaba en la liga al Atlético donde jugaba Gustavo Alfaro, técnico campeón con Boca y hoy entrenador de Paraguay.
El ex juez Marcelo Bailaque
En su carrera política fue secretario de Hacienda de la Municipalidad de Rafaela durante la gestión de Ricardo Peirone, un administrativista especializado, que fue un puntal en la formación de Marchi. Después fue secretario de Hacienda en el segundo gobierno de Jorge Obeid. Hasta que recaló en Buenos Aires poco después de que Kirchner designó a Lorenzetti en la Corte Suprema.
En una serie de audios encontrados en un teléfono secuestrado a Vaudagna, Busaniche manifiesta un interés extremo en que se avance con informes oficiales contra el agente de Bolsa Claudio Iglesias y que posteriormente se realicen allanamientos en su contra. Le pide que hable con Marcelo Bailaque. «Me dijo ayer Marcelo que hoy te veías con él, ¿puede ser? Trata de verlo, de darle hoy mismo algo y que te defina una fecha porque te juro que no aguanto más la presión, no aguanto la temperatura, Carlitos, dame una mano con esto. Te agradezco mucho, avísame por favor», le dice Busaniche.
El fiscal jefe de la Procuración de Investigaciones Administrativas, Sergio Rodríguez, le preguntó a Vaudagna de quién venía esa presión que agobiaba a Busaniche. «Escuchando el audio la presión es de Marchi», respondió Vaudagna. Luego agrega Vaudagna que Marchi era el interesado en que avanzara «ese tema». Ese tema es una extorsión y tiene tres imputados: un ex jefe de la AFIP, un ex juez federal y un financista rosarino muy conectado con el mundo político. Ahora hay un cuarto que es Busaniche. Pero según Vaudagna el que presionaba a Busaniche para avanzar con la causa armada que lo dejaría al empresario Iglesias fuera de la carrera por San Cristóbal, además de imponerle un chantaje por dinero, había sido Marchi
Marchi fue una persona expuesta en los últimos años a objeciones públicas. En 2016 Elisa Carrió denunció a Marchi y a Lorenzetti por supuesto enriquecimiento ilícito, pero Marchi quedó desvinculado judicialmente de esa acusación por inexistencia de delito. Tras eso, Marchi inició una demanda civil contra Carrió. En febrero de 2024 la Corte falló en favor de Carrio ya que hizo la denuncia en su condición de legisladora para lo cual está habilitada.
Para los investigadores locales, Marchi es un arma de doble filo en la causa que investigan. Les interesa centralmente porque ofrece una línea pensable para una incógnita nunca despejada, que es por qué razón en Buenos Aires estaban tan notoriamente interesados en montar una celada contra el empresario bursátil. Parece poco que fuera para sacarle los 160 mil dólares que dice haber pagado. Pero al mismo tiempo entienden que avanzar en esa dirección es proponerles a los gavilanes de Comodoro Py una punta para arrebatarles la causa y llevarla para los Tribunales de Retiro. Como hicieron con Lago Escondido, manoteada a la Justicia de Bariloche para sepultar el caso y despegar a todos.
Vaudagna es un imputado que busca salvarse. Lo que dijo de Marchi puede ser un engaño. Pero tiene como colaborador el compromiso jurado de decir la verdad y se expone a perder los beneficios de la reducción de pena si se descubre que mintió en algo.
La alusión a Marchi desnuda el importante nudo político, de influencias, de prosperidad y de oscuridades que es esa ciudad de 100 mil habitantes del centro oeste santafesino. Rafaela. Donde hablar en los medios de Marchi, Lorenzetti o algunas referencias fuertes puede tener un alto costo para los que se atrevan en términos de mantener el oficio. Sobre esas zonas cubiertas de sombras se insinúa en estos casos que hay mucho por hablarse.
Javier Milei dio una charla de mas de una hora para
explicar en detalle por qué su gobierno no acumula reservas. Fue una inusual ventana al pensamiento presidencial, que fue soslayado por la mayoría de los medios. Pero bien mirado fue fascinante porque puso en escena una batalla íntima. Un choque entre el dogma libertario y el pragmatismo de quien gobierna.
El hilo conductor fue claro: Milei no quiere que el Banco Central compre dólares porque eso empuja el tipo de cambio y, cuando sube el dólar, suben los precios. Ese es el corazón del asunto. El problema es que su manual libertario no puede explicar ese pase inmediato del dólar al resto de los precios. Ahí nace el choque entre el dogma y el Milei que gobierna.
Ahí aparecen el Banco Central, las bandas, el «pisar» el tipo de cambio y, después, largas excursiones teóricas para justificar lo que hace el Estado que él mismo dijo que iba a destruir.
En el inicio de su charla en el evento de El Cronista de este miércoles, reconoció algo central: un superávit no es la panacea contra la inflación. Lo dijo sin rodeos, asumiendo límites que su propia escuela teórica suele negar. «Podríamos haber hecho el ajuste fiscal, poner las cuentas en orden, y podría haber habido igual una hiperinflación». Es una frase clave porque reconoce que la inflación no es en todos los casos un fenómeno monetario.
En cada tramo de su exposición, Milei fue cambiando de piel. El Milei economista arrancó la charla defendiendo su idea de que no existe un «tipo de cambio de equilibrio». Citó su propia teoría de sistemas y la incapacidad de los economistas para resolver el «vector» que determina precios relativos:
«Por lo tanto, cualquier apreciación que hagan sobre el tipo de cambio es una tontería», afirmó y bautizó como «oráculos de Delfos» a los economistas y consultoras que reclaman una devaluación o piden acumular reservas.
Cada vez que ustedes tengan a un oráculo de Delfos llamando a la devaluación, yo les preguntaría por qué quieren favorecer a un conjunto de delincuentes que no quieren competir, para empobrecer a la mayoría de los argentinos.
«Cada vez que ustedes tengan a un oráculo de Delfos llamando a la devaluación, yo les preguntaría por qué quieren favorecer a un conjunto de delincuentes que no quieren competir, para empobrecer a la mayoría de los argentinos», dijo, calcando los argumentos económicos del kirchnerismo.
Milei presidente explicó que no acumula reservas porque hacerlo obligaría al Banco Central a emitir pesos para comprar dólares, y esa emisión haría subir los precios. «Si el Banco Central sale a comprar dólares, aumenta la cantidad de dinero y eso genera inflación. Es decir, el impuesto a los pobres», explicó.
En ese gesto está la fractura: el economista puede sostener que el dólar es un precio más; el presidente sabe que, en la Argentina, es el precio madre. Por eso Milei no quiere que el Central compre reservas: porque cada dólar adicional puede generar un tipo de cambio más alto y, con él, un nuevo salto de precios. Es un razonamiento pragmático que lo obliga a hacer justo lo contrario de lo que dictan sus manuales.
El Milei economista rechaza toda intervención del Estado. El presidente, en cambio, se aferra a las bandas cambiarias para mantener controlada la volatilidad: «Las bandas están para ponerle un límite a la volatilidad», dijo. Es decir: el libertario administra el precio del dólar con las mismas herramientas que usaban los gobiernos que él acusa de «socialistas».
Ahí también aparece un punto de contacto con el kirchnerismo: la idea de que el tipo de cambio es una variable política que puede y debe ser administrada.
La explicación teórica que dio para justificarlo fue un laberinto de referencias a «vectores», «modelos de equilibrio general» y «precios relativos», con apelaciones a «lo cóncavo» y lo «convexo». Una tentativa de convertir el control en teoría. En la práctica, se trata de un dólar pisado.
Pero hubo otro punto de contacto fuerte con el kirchnerismo: Milei presidente fue muy explícito al subestimar la necesidad de acumular reservas. «Si yo tengo rollover, ¿qué es eso de tener que acumular reservas para pagar? Si los intereses los pago con equilibrio fiscal y la deuda la rolleo en el mercado, ¿de qué están hablando?».
El argumento es simple: mientras el mercado refinancie, no hace falta acumular dólares, porque no hay nada que pagar, y los intereses se cubren con superávit. Excepto, que Milei necesitó dos rescates externos de USD 20 mil millones cada uno -FMI y Tesoro – para sobrevivir al último año.
Si yo tengo rollover, ¿qué es eso de tener que acumular reservas para pagar? Si los intereses los pago con equilibrio fiscal y la deuda la rolleo en el mercado, ¿de qué están hablando?» El argumento es simple: mientras el mercado refinancie, no hace falta acumular dólares, porque no hay nada que pagar.
«Los que me están pidiendo que compre reservas me están pidiendo que arruine la vida a los argentinos. ¿Nos parece justo comprar artificialmente un seguro arruinando a los que menos tienen?», afirmó. Ese registro, de justicia social, de advertencia sobre el costo de la inflación en los pobres, la idea de un conjunto por sobre lo individual, lo acercó, una vez más, a la retórica kirchnerista
Milei puso así sobre la mesa que la acumulación de reservas garantizada por una devaluación pulveriza ingresos en pesos, por lo tanto a los asalariados. Pero tampoco ocultó que el modelo de dólar barato destruye el empleo. «Tiene un efecto distributivo, si. Bueno, discutamos eso», propuso el presidente economista. El problema es que el componente distributivo no protagoniza ninguna narrativa.
«La destrucción de empleo es parte de la reconversión productiva. Hay sectores que van a desaparecer, pero otros van a surgir», afirmó, retomando la línea neoliberal clásica.
Sobre el final lo envolvió en una reflexión casi metafísica: «Los países tienen vida infinita», dijo. Una afirmación muy discutible. La historia reciente está llena de países que dejaron de existir. Einstein decía que «Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo».