ANMAT prohibió un falso Ozempic para el tratamiento de la diabetes

ANMAT prohibió un falso Ozempic para el tratamiento de la diabetes

 

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió la venta y distribución de un producto fraudulento que se presentaba como comprimidos de Ozempic, medicamento que en realidad solo existe en formato inyectable y se receta para el tratamiento de la diabetes.

La decisión se tomó tras una denuncia de Novo Nordisk, laboratorio danés fabricante del verdadero Ozempic, que advirtió la circulación en redes de envases con la etiqueta “Ozempic® Semaglutida Tablets USP”. El organismo sanitario confirmó que nunca se desarrolló una versión oral de ese fármaco y que el único autorizado se comercializa en viales para inyección bajo receta médica y con un sistema de trazabilidad que asegura su autenticidad.

Foto: Argentina.gob.ar

El producto adulterado, que se promocionaba con presentaciones de 60 tabletas de 25 miligramos, fue atribuido a firmas llamadas Pharma Argentina S.A. y MD Pharma, ninguna de las cuales está registrada ni habilitada en el país para producir medicamentos.

Se realizó la denuncia se derivó a la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia y al Juzgado Criminal y Correccional N° 18, con intervención de la Fiscalía N° 48. Según la resolución publicada en el Boletín Oficial, la medida se ampara en la Ley 16.463, que impide la fabricación y circulación de medicamentos ilegítimos, con el fin de resguardar la salud pública frente a productos potencialmente peligrosos.

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  • Milei desfinancia la vivienda social

     

    Milei agrava la crisis habitacional. El Ministerio de Economía reglamentó el fin del plan de primera vivienda propia (PROCREAR) y disolvió el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU). Por Mario Hernández.


    El gobierno de Javier Milei oficializó el lunes 9 la eliminación del plan PROCREAR de primera vivienda propia, que había ordenado por decreto en noviembre de 2024, y estableció la transferencia a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) de algunos de los inmuebles construidos en su marco. Según denunciaron, algunas de ellas serán adjudicadas a Fuerzas Federales de Seguridad.

    Así lo hizo mediante la Resolución 764/2025 del Ministerio de Economía, publicada este lunes en el Boletín Oficial, por la cual dio nuevos pasos en la liquidación del Fondo Fiduciario Público del programa PROCREAR, creado en 2012 y disuelto por el decreto 1018/24 en noviembre de 2024. La norma encomienda a la Secretaría de Obras Públicas la administración y disposición de los bienes involucrados, tanto muebles como inmuebles.

    La cartera económica, conducida por Luis Caputo, también aprobó un modelo de contrato para la gestión de los créditos individuales aún vigentes, que será firmado con el Banco Hipotecario S.A., que históricamente ofició como fiduciario del programa. Este contrato permitirá al banco seguir cobrando cuotas de los préstamos otorgados, con una retribución establecida, y transferir el resto de los fondos a la Cuenta Recaudación del Tesoro Nacional.

    Además, la Secretaría Legal y Administrativa del ministerio quedó facultada para instruir al banco a vender las carteras de créditos con bajo nivel de cobrabilidad, es decir, aquellas cuyo recupero sea inferior al 40% del monto total. En cuanto a los aspectos judiciales, la Subsecretaría Legal del Ministerio asumirá la representación del Estado Nacional en las causas originadas en el marco del PROCREAR.

    La medida entra en vigencia desde su publicación y se enmarca en lo dispuesto por el Decreto 1018/2024, que estableció la disolución del fideicomiso original y ordenó al Ministerio de Economía su liquidación total, incluyendo la transferencia, venta o restitución de bienes a provincias o municipios.

    En lo referido a los inmuebles no afectados a obras, estos serán transferidos a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), determinó la resolución de este lunes. Para ello, se celebrarán convenios entre el Banco Hipotecario, la AABE y la Secretaría de Obras Públicas.

    En este marco, surgieron denuncias sobre la adjudicación a Fuerzas Federales de Seguridad de algunas viviendas construidas en el marco del PROCREAR. Se trata, concretamente, de 160 viviendas del edificio Sagol, ubicado en el barrio de Avellaneda, que ya estaban adjudicadas a vecinos de la zona.

    Así lo denunció Armando Bertolotto, dirigente del Frente Renovador en ese partido bonaerense. «Como en las épocas más oscuras las fuerzas militares les roban las viviendas a los civiles. Esto es lo que se va a hacer este martes en un pomposo acto oficial con el edificio Sagol y sus 160 viviendas construidas por medio del plan PROCREAR y adjudicadas», afirmó. Y agregó que «se trata de un edificio terminado y con sus departamentos a estrenar que se les arrebatan a quienes fueron sorteados legítimamente en su momento».

    Bullrich regaló las viviendas del Procrear de Avellaneda a las Fuerzas Federales

    Por Manuela Tobia

    En medio de la crisis habitacional por los altos costos de los alquileres, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, la jugó de callada y se apropió de las llaves de los 160 departamentos del edificio Sagol, una de las últimas obras que se construyeron en el tercer cordón del Conurbano bonaerense con los fondos del programa Procrear -el cual fue eliminado recientemente por el Ministerio de Economía.

    En tanto, los damnificados acudieron a las autoridades de la provincia de Buenos Aires y de Avellaneda, quienes respondieron que tampoco tenían novedades desde la gestión de Javier Milei sobre la continuidad del Procrear. Presentaron siete amparos, de los cuales la Justicia no expidió ninguno.

    No obstante, el silencio se rompió el último viernes, cuando el Municipio recibió un pedido de autorización del Ministerio de Seguridad Nacional para hacer un acto fugaz en su distrito, con un operativo policial que cortaría las calles principales, para hacer la entrega de las llaves de al menos 25 departamentos a las Fuerzas Federales.

    El aviso del Municipio cayó como un piano de cola desde un quinto piso a los damnificados que, incrédulos, acudieron ese día para exigir respuestas al Gobierno. “Nos enteramos de carambola, podríamos haber seguido esperando y no haber sabido nada”, cuestionó Daniela, una de las ganadoras del último sorteo Procrear. A sus 45 años, como trabajadora social de un hospital público, “entre otros laburos”, y con un hijo menor de edad a su cargo, dejar de pagar un alquiler costoso (en el que deja más del 50% de su sueldo) y pasar a invertir en su propia vivienda con un crédito económico, era una salvación.

    “El gobierno de Milei me cagó por todos lados. No esperaba que nos sacaran así del juego. Nos borraron un plumazo como si no hubiésemos tenido nada que ver con ese edificioTodas las familias esperamos habitar ese lugar con mucha ilusión“, sostuvo.

    El robo blindado

    El acto tuvo lugar en la entrada del complejo urbanístico, en la intersección de las calles Luis Raúl Sagol, Mariano Acosta y Díaz Vélez. Por estricta decisión del Ministerio de Seguridad, no hubo convocatoria pública ni cobertura mediática: solo participaron integrantes de las Fuerzas Federales y algunas figuras políticas del oficialismo y del macrismo, como los diputados José Luis Espert y Gerardo Milman, respectivamente.

    Mientras se entregaban las llaves entre aplausos de oficiales y discursos, el operativo de seguridad impedía el ingreso de quienes alguna vez fueron adjudicatarios legítimos de esas viviendas. La policía los interceptó y acorraló contra la estación de trenes, apenas a unas cuadras del edificio que algún día creyeron que habitarían. Nadie los recibió. Nadie les dio explicaciones. Solo pudieron mirar desde lejos cómo sus casas eran entregadas a otros.

    Daniela contó que, antes del comienzo del acto, logró entablar una conversación con un policía del operativo. “Me dijo que a ellos se los regalaban (los departamentos)“. De pronto, tras revelarle que era una de las damnificadas, el agente le habría respondido que desconocía del procedimiento de entrega de las viviendas, y la corrió con los demás hacia la estación de trenes.

    “Para mí es el sueldo indirecto (del Ministerio de Seguridad), porque son los únicos ‘trabajadores’ a los que ellos necesitan tener bien atendidos, porque son los que necesitan mientras viven ajustando y volviendo una situación cada vez más conflictiva en las calles. Además, es bien milico usurparse las cosas de otros”, criticó.

    “Me encantaría que el Ministerio de Seguridad explique cómo hizo y cuáles son las características de esta entrega. Cómo, a quién, y por qué. Si lo van a pagar, si es gratis. Porque esto, como dice la gente, se hizo con la tuya contribuyente, guita del Estado. Y nosotros íbamos a devolver esa plata“, espetó.

    Por otra parte, Silvia, otra de las ganadoras del sorteo del Procrear y denunciante del accionar de Bullrich, aseguró que la semana próxima tendrán una reunión con el defensor del pueblo de Avellaneda, Daniel García, con la intención de “abrir un amparo colectivo“.

    Nosotros somos los legítimos ganadores del sorteo y esto que se hizo fue un robo, una usurpación“, denunció. Es jubilada y alquila un departamento con su hermana mayor, también dependiente del sistema previsional.

    “Sobrevivimos con lo que tenemos. Todo esto nos perjudica en que nosotras estamos alquilando, y el monto se duplicó, pasamos de 400.000 a 800.000 pesos por mes. Nos vamos a tener que achicar y pasar de un tres ambientes a un dos ambientes”, lamentó.

    A través de la cuenta de Instagram “sagolenlucha”, los damnificados buscan ampliar el reclamo y encontrar al resto de los sorteados del Procrear para llevar adelante el reclamo colectivo.

    La motosierra de Milei y el “plan” de Bullrich

    El acto fue conducido por Bullrich y su secretario de Coordinación Administrativa, Martín Siracusa. Éste celebró la entrega de las 160 viviendas como parte de “un plan más ambicioso” para mejorar el acceso habitacional de los agentes federales. Con su alocución, explicó que “hay otras viviendas en otras partes del país” construidas con los fondos de Procrear que serán destinadas “a la operatividad de las fuerzas federales”.

    Asimismo, Siracusa ponderó el edificio Sagol como uno que dará “vida a la comunidad” local, y lo comparó con el célebre Elefante Blanco de Avellaneda, la mole de cemento y hormigón que una vez fue idea del Grupo Provincia Estrella del Sur y que hoy funciona en la provincia como monumento a la especulación inmobiliaria y al fraude financiero.

    Hace 28 años que está acá sin que nadie que viva ahíEso es un emprendimiento privado que nunca se pudo terminarcomo tantos otros en Argentina”, contempló irónicamente el funcionario del partido que dice defender al sector privado.

    Por su parte, Patricia Bullrich defendió la presunta usurpación de las viviendas como una decisión “trascendente” y necesaria. Lejos de explicar qué pasaría con los propietarios originales que esperan una solución habitacional desde hace más de un año, justificó el traspaso con críticas al programa Procrearal que acusó de haber sido utilizado para beneficiar “a amigos de la política” y de fomentar alquileres turísticos a través de plataformas como Airbnb.

    Pero el cuestionamiento al programa promulgado en 2012 por la gestión de Cristina Fenrández no terminó ahí. También criticó que el Estado terminó financiando viviendas cuyos costos no eran cubiertos por las cuotas del programa, y consideró más legítimo entregarlas a las fuerzas federales como “una devolución” de la ciudadanía a quienes garantizan la seguridad.

    Bullrich culminó anunciando que esos departamentos “serán administrados directamente por las fuerzas, sin intermediariosbajo reglamentos internos ya establecidos“. El evento se transmitió en vivo por el canal oficial de YouTube del Ministerio de Seguridad de la Nación.

    La semana pasada, El ministro de Economía, Luis Caputo, aprovechó las facultades extraordinarias otorgadas por la Ley Bases para liquidar lo que quedaba del Procrear. Ordenó el cierre del Fondo Fiduciario, dejó en manos del Banco Hipotecario los créditos en ejecución y dispuso devolver a la AABE las tierras que habían sido destinadas a vivienda social.

    El Gobierno complica la construcción de viviendas sociales

    El gobierno de Javier Milei terminó por disolver a comienzos de mayo el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que financiaba la construcción de viviendas sociales en todo el país. En paralelo, también disolvió el Fondo Fiduciario para la Promoción Científica.

    Así lo dispuso mediante el Decreto 312/2025, que lleva la firma de Milei, del ministro de Economía Luis Caputo y del jefe de Gabinete Guillermo Francos, el cual determinó: “Disuélvase el fideicomiso de administración y financiero denominado ‘FONDO DE INTEGRACIÓN SOCIO URBANA’ (FISU), creado por el Decreto N° 819 del 5 de diciembre de 2019”.

    En los considerandos, el decreto señaló que “la SINDICATURA GENERAL DE LA NACIÓN (SIGEN) elaboró un informe en el cual formuló varias observaciones sobre el funcionamiento del fideicomiso de administración y financiero denominado ‘FONDO DE INTEGRACIÓN SOCIO URBANA’ (FISU), entre las cuales se destaca la generalizada falta de cumplimiento en los plazos previstos en la ejecución de obras, evidenciando la existencia de falencias en la planificación de los tiempos previstos para la ejecución de los proyectos, generando, en consecuencia, mayores costos adicionales y administrativos”.

    Y agregó que “se han evidenciado retrasos en las rendiciones de cuentas e incumplimientos a lo dispuesto en los diferentes contratos, así como la ausencia de comunicación de los proyectos de pliegos y de actos administrativos de los procesos de contratación al fiduciario”.

    En febrero pasado, el ministro de Economía, Luis Caputo, ya había adelantado en una entrevista televisiva que disolvería el FISU próximamente, lo que se terminó de concretar tres meses después.

    Por otra parte, el Decreto 312/2025 también dispuso la disolución del “Fondo Fiduciario para la Promoción Científica y Tecnológica”, que había sido creado en 1996 con el objetivo de “financiar proyectos de investigación y desarrollo, la transmisión de tecnología, la asistencia técnica y todos aquellos hechos innovadores que redunden en lograr un mayor bienestar del pueblo y la grandeza de la Nación, jerarquizando socialmente la tarea del científico, del tecnólogo y del empresario innovador”, detalló el propio decreto.

    ¿Qué era el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU)?

    El FISU, que era administrado por el Ministerio de Capital Humano, tenía por objetivo financiar proyectos de integración socio urbana para barrios inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) para crear lotes con servicios.

    Durante 2023, el monto que se destinó a ese fondo fue de casi $6.000 millones. Los movimientos sociales beneficiados por los recursos estuvieron nucleados en la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), cuyos máximos referentes son Juan Grabois, Emilio Pérsico y Daniel Menéndez.

    En febrero de 2024, Milei había dispuesto por decreto la reducción al mínimo del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), administrado por movimientos sociales y dedicado a proyectos de integración urbana de los barrios populares, al achicar del 9% al 0,3% los fondos destinados al mismo a partir de la recaudación del impuesto PAIS, el cual fue finalmente eliminado a fines del año pasado. La medida se dio luego de acusaciones del Gobierno a Juan Grabois por supuestos manejos oscuros de este dinero.

    Según detalló un informe de la fundación Techo de diciembre de 2024, la falta de financiamiento a la política de integración social y urbana durante 2024, debido entre otros puntos a la reducción del FISU, “traza un panorama crítico de no ser revertido”.

    Esta herramienta, clave para la implementación de la Ley 27.453, había sido “pionera en la región y reconocida por organismos internacionales como el BID”, consignó el informe. Su desfinanciamiento “paraliza más de 1.000 obras de integración sociourbana, poniendo en riesgo cerca de 25.000 empleos y privando a miles de familias de garantías básicas como vivienda digna, agua potable, cloacas y electricidad”, remarcó el documento. Además, este “vacío estatal abre espacio a actores como el narcotráfico, incrementando la vulnerabilidad social”, añadió.

    La justicia frena el cierre del FISU

    El 7 de mayo pasado el gobierno nacional había publicado en el Boletín Oficial el decreto 312 que ordenaba cerrar el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) a través del cual el Estado buscaba mejorar la vida de más de 5 millones de personas que viven en 6.467 barrios populares. El final de este programa puso en crisis a centenares de barrios de todo el país que estaban en proceso de construcción o de mejoramiento. Ahora, el Juzgado Federal de la localidad bonaerense de Pehuajó hizo lugar a la medida cautelar presentada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que patrocina a vecinos de barrios populares, y suspendió los efectos y aplicación de varios artículos del decreto en cuestión y le dio tres al gobierno nacional para que informe el saldo existente de este programa. Es más, el Estado debe tomar las medidas necesarias para darle continuidad a esta política pública.

    Sin embargo, en julio de 2024 se conoció el resultado de la auditoría que realizó la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) donde no se detectó ningún tipo de delito ni violación del objetivo del fondo. Es más, las observaciones que hubo fueron exclusivamente administrativas. Incluso el titular de la Subsecretaría de Integración Socio Urbana de la Nación, Sebastián Pareja llegó a reconocer que “si no fue la única Secretaría que funcionó durante el Gobierno de Alberto Fernández, le pega en el palo. Porque la verdad es que lo que estoy viendo es, al momento de hoy, 1.200 obras en ejecución, un presupuesto con más del 80 % ejecutado”.

    Transcurrido casi un año de aquello, ahora el funcionario fue multado por el juez Heim y deberá pagar 200.000 pesos por día de demora en el cumplimiento de lo exigido por la Justicia, esto es que presente un plan de urbanización de barrios populares y continuidad de la política paralizada.

    La decisión del juez federal de Pehuajó se dictó a partir de la presentación de un amparo colectivo que fue promovido por el CELS, una vecina de un barrio Renabap de esa localidad bonaerense y Lorenzo De Vedia, cura de Opción por los Pobres.

    Estos pidieron que se declare inconstitucional el decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 193/24 por ser incompatible con las disposiciones de las leyes N° 27.453 y 27.541, toda vez que modificó los porcentajes de asignación de fondos recaudados por el denominado como impuesto PAIS, conforme previsiones del artículo 42 de la última de las leyes mencionadas. Denunciaron que, de esa manera, se eliminó la principal fuente de financiamiento del FISU. Por caso, este fondo recibía el 30 % del impuesto PAIS y con este decreto pasó a recibir solo el 1 %. Sin duda una decisión que buscaba desmantelar el funcionamiento del FISU.

    Incluso el juez Heim le había encargado al Congreso la tarea de arbitrar los medios necesarios “para contemplar y/o establecer mecanismos de financiamiento para la continuidad de la referida política pública”. Ahora, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que se había jactado de haber impulsado el cierre del FISU por supuestas fallas en la gestión, deberá responder a lo que ordena la justicia y reactivar la política pública.

    Fuentes: Resumen Latinoamericano, Página/12, El Destape

    Fuente: https://argentina.indymedia.org/2025/06/18/milei-desfinancia-la-vivienda-social/

     

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  • Aprender, plantar y cuidar: así será el Día del Árbol en Neuquén

     

    La ciudad de Neuquén será escenario el próximo viernes 29 de agosto de una jornada abierta a toda la comunidad para promover el cuidado del ambiente y el contacto con la naturaleza. La propuesta se desarrollará de 10 a 18 en Teodoro Luis Planas 4005 e incluirá distintas actividades gratuitas para todas las edades.

    Entre ellas, se realizará la apertura del Pasaje Ambiental, un espacio con especies nativas que podrá visitarse desde las 11, y una feria de árboles organizada por la Dirección Provincial de Viveros, donde se ofrecerán ejemplares a precios accesibles y asesoramiento especializado sobre su plantación y mantenimiento.

    Uno de los atractivos centrales serán los talleres temáticos, que se dictarán de 13 a 18 horas y estarán abiertos a vecinos, instituciones y organizaciones interesadas. La agenda contempla capacitaciones sobre arbolado urbano, compostaje y sustratos, cambio climático y sistemas de riego.

    Por tratarse de actividades con cupos limitados, se solicita inscripción previa a través de un formulario en línea. La organización de la jornada está a cargo del Hotel Casino Magic junto a la Dirección Provincial de Viveros, con el acompañamiento de la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales.

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  • Marcharon desde Ensenada: más de mil trabajadores de Astillero Río Santiago llevaron sus reclamos a Kicillof

     

    Ni la lluvia ni el frío polar frenaron la imponente columna obrera que partió desde el Astillero Río Santiago y caminó hasta el centro de la ciudad de La Plata. La movilización se votó en una asamblea general y el principal reclamo al gobierno provincial es un aumento salarial de emergencia, la reapertura de paritarias para todos los estatales, y trabajo para el astillero. Por La Izquierda Diario.


    Este lunes el invierno polar se hizo sentir en la región, y también la masiva movilización obrera que partió desde Ensenada y caminó varios kilómetros hasta el centro de la ciudad de La Plata. Más de mil trabajadores y trabajadoras de Astillero Río Santiago (ARS) se reunieron en las puertas de la fábrica para cumplir el mandato que votaron en la última asamblea general: llevar al gobierno provincial el reclamo de un aumento salarial urgente.

    En una jornada que quedará grabada en la memoria combativa y de lucha de la fábrica, la masiva columna de trabajadores salió a la calle para exigir también la reapertura de paritarias para el conjunto de los trabajadores estatales, la reactivación y trabajo para el Astillero, y la renuncia del presidente del ARS, Pedro Wasiejko, entre otras demandas.

    Inicialmente el reclamo iba a ser llevado a Casa de Gobierno, pero a último momento el gremio ATE Ensenada cambió la convocatoria votada en asamblea por el Ministerio de Economía. Hasta allí llegó la movilización, y confluyó con trabajadores de diferentes dependencias estatales que se acercaron a brindar su apoyo, también trabajadores de Secco en lucha, estudiantes y organizaciones sociales.

    La respuesta del gobierno provincial

    Representantes del gobierno recibieron a una delegación de trabajadores, al salir del encuentro Juan Contrisciani, delegado de Cobrería y referente de la Agrupación Marrón expresó: “No recibimos ninguna respuesta concreta a nuestro reclamo central por salario. A cambio, nos convocan a una «mesa técnica» para evaluar demandas sectoriales. En Astillero se demostró que la voluntad es seguir peleando por nuestros reclamos y esta pelea, no es solo por el Astillero, es por todos los trabajadores estatales de la Provincia”.

    El próximo miércoles 25 nuevamente el Astillero Río Santiago se movilizará, en esta oportunidad a CABA para denunciar los ataques del gobierno nacional de Milei a la industria naval. “La movilización que pusimos en pie hoy es un primer paso muy importante. El miércoles junto al resto de los gremios navales, vamos a marchar para frenar los decretos 273 y 340 del gobierno nacional, y seguiremos organizados y en las calles para enfrentar el ajuste de los gobiernos”, remarcó Hernán García, delegado de Amolado y referente de la Agrupación Marrón.

    Estos decretos habilitan por un lado la importación de buques usados, lo cual desalienta cualquier construcción en el país, sea en astilleros privados o estatales, y además permiten que en el transporte de cabotaje (hidrovía) se utilicen banderas de conveniencia, haciendo que las empresas nacionales que recorren el río Paraná, cambien por banderas de países sin convenios ni derechos laborales.

    Para coronar este ataque a lo poco que quedaba, de alguna manera protegido, después de la desregulación del sector en los años 90 (donde se desregular el transporte de gran porte), se declara el transporte naval como servicio esencial restringiendo el derecho a huelga.

    Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Mas-de-mil-trabajadores-de-Astillero-Rio-Santiago-llevaron-sus-reclamos-a-Kicillof

     

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  • ¿Esto sigue siendo neoliberalismo?

     

    El segundo mandato de Trump marca el fin de una era, pero no el fin del dominio incontrolado del capital sobre nuestra sociedad. Entrevista a Vivek Chibber| Traducción: Florencia Oroz (JacobinLat).


    Los últimos cincuenta años han sido una era de dominio indiscutible del mercado en todos los ámbitos de la vida. Pero la agitación global provocada por la guerra comercial de Donald Trump ha suscitado no pocos interrogantes acerca de si estamos asistiendo al desmoronamiento del orden neoliberal.

    Melissa Naschek conversó con el editor de Catalyst, Vivek Chibber, para hablar acerca de las consecuencias de la política de aranceles de Trump, el auge del populismo de derecha en el mundo y sobre si la era neoliberal ha llegado realmente a su fin.

     

    MN

    Vivek, ya llevamos bastante tiempo con la presidencia de Trump, así que tenemos una idea bastante clara de cuál es su agenda. ¿Alguna vez imaginaste que sería así?

    VC

    No creía que fuera a cambiar tanto con respecto a su primera presidencia, a su primera administración. Así que más o menos sabía qué tipo de políticas iba a seguir. Pero el caos, la agresividad y la especie de manía que lo caracterizan… No creo que nadie esperara que llegara a este nivel. Así que es una combinación: sí, está haciendo lo que esperábamos, pero lo está haciendo de una forma mucho más agresiva y decidida, hasta el punto de que ha sacudido el conjunto de la economía política y la cultura.

     

    MN

    Si nos fijamos en los seguidores de Trump, hay una parte de su base que no podría estar más contenta, probablemente porque no esperaban que llegara tan lejos. Y luego lo hizo. Después hay otra parte que apostó todo el tiempo a que su presidencia iba a ser básicamente una copia de su primer mandato. Y ahora están enfadados con él por estar haciendo todo esto.

    VC

    Dentro de su base hay un llamamiento a cambiar el sistema, a derribar cosas, a destrozar las instituciones. Y esta vez ha venido preparado para hacerlo. Y si eso es lo que querías ver, sí, tienes que estar contento si eres partidario de Trump.

     

    MN

    Creo que eso es cierto, si realmente creías en sus palabras. Pero creo que mucha gente no lo creía, y lo interesante esta vez no es solo la intensidad de su agenda y sus políticas, sino también hasta dónde está llegando, lo que ha hecho que algunas personas empiecen a preguntarse si esto es algún tipo de punto de inflexión no solo en la historia política estadounidense, sino en todo el sistema económico mundial o más concretamente, si la nueva agenda de Trump significa el fin del neoliberalismo.

    VC

    Yo diría que hay un punto de inflexión en muchos sentidos. Mucha gente lo cree ahora. Da la sensación de que no hay vuelta atrás al capitalismo de la era Bush-Obama, que ha habido un cambio en la cultura política, pero también en el tipo de paquetes de medidas que podemos esperar ver ahora. Así que creo que ha habido un cambio en la cuestión del neoliberalismo. Es un poco más confuso, así que intentemos profundizar un poco en ello.

     

    MN

    Teniendo esto en cuenta, ¿crees que Trump es realmente el fin del neoliberalismo?

    VC

    No sé si Trump es el fin del neoliberalismo. Sí creo que estamos en una fase del capitalismo, o supongo que la gente lo llama ahora capitalismo tardío. No estoy muy seguro de lo que significa.

     

    MN

    En algún momento se nos acabarán las etapas tardías.

    VC

    En los años 80 existía el término «capitalismo tardío»; Ernest Mandel escribió un libro en los años 70 titulado Capitalismo tardío. De alguna manera se transformó en «fase tardía», y eso hace que parezca que está a punto de morir o algo así, que se encuentra en sus últimas etapas y que solo estamos viendo cómo se va encogiendo poco a poco hasta convertirse en una pequeña bolita.

     

    MN

    Es el capitalismo metastásico.

    VC

    Nos encontramos en una especie de punto de inflexión en nuestra economía política. Y el neoliberalismo, como palabra, se utiliza para describir todas estas dimensiones de la economía política: la dimensión global, la dimensión nacional. Sus componentes políticos, sus políticas económicas, las relaciones laborales, todas estas cosas entran en la categoría del neoliberalismo, y empieza a convertirse en algo tan amplio que no tiene mucho peso analítico.

    Creo que ahora estamos viendo algunos cambios importantes en él. Así que, en el fondo, lo que la gente entiende por «neoliberalismo» es simplemente un alejamiento del tipo de régimen regulador distributivo de los años 50, 60 y 70, que también tenía un lugar para el trabajo.

     

    MN

    También conocida como la economía de posguerra y la llamada «edad de oro del capital».

    VC

    Sí, la edad de oro del capital. En términos generales, el capitalismo social y democrático se aleja de eso hacia un régimen económico más desregulado y basado en el mercado. Se llama neoliberalismo porque es una nueva forma de liberalismo.

    Entonces, ¿qué es el neoliberalismo? Lo que se entiende por eso no es el liberalismo político, el liberalismo de los derechos y de la fuerte inclusión política. Lo que quieren decir es una economía desregulada, como la que había en el siglo XIX. Así que el neoliberalismo significa una nueva versión del capitalismo del siglo XIX, que dio lugar a todos esos gigantescos movimientos sociales que nos dieron el Estado de bienestar. Por lo tanto, se supone que el neoliberalismo significa, en términos generales, un giro hacia formas mercantilizadas de intercambio y distribución sin la intervención del Estado en las transacciones del mercado ni en la distribución de los ingresos.

    Si eso es lo que entendemos por neoliberalismo, y nos preguntamos: «¿Es este el fin?», la respuesta es no. Pero lo interesante es por qué la respuesta es no. Hay un aspecto en el que algo ha llegado a su fin, y eso es lo que la gente señala cuando se pregunta: si el neoliberalismo podría estar llegando a su fin. El primero es el apoyo social a todas estas políticas; el segundo es la dimensión global de esas políticas.

     

    MN

    ¿A qué te refieres con el apoyo social al neoliberalismo?

    VC

    Perry Anderson escribió este artículo en 2000, cuando se relanzó la revista New Left Review. La relanzó porque pensaba que estamos en lo que podría ser una era muy, muy larga de dominio del capital, tal vez llamada neoliberalismo. La idea era que esto requeriría una agenda intelectual completamente nueva para darle sentido.

    Y en ese momento, en ese artículo, Anderson hizo la observación de que la ideología del neoliberalismo —la ideología que celebra los mercados, el individualismo y un Estado muy minimalista— es muy hegemónica. La comparó con el poder de la Iglesia cristiana en la Edad Moderna y la Edad Media. Anderson pensaba que la ideología neoliberal era extremadamente poderosa. Lo que eso sugería en ese momento era que el neoliberalismo había tenido éxito como programa político, en parte porque había conseguido el apoyo de la población a través de esta ideología.

    Así que cuando hablamos de los apoyos sociales del neoliberalismo, lo que se transmite es la sensación de que no solo existía un consenso dentro de las clases dominantes y la clase política en favor de una economía política mercantilizada, sino que también se había ganado el consentimiento de las masas a través de diversos medios.

    Y ahora ese apoyo se ha derrumbado. ¿Cómo se ha derrumbado? Bueno, a partir de la época de Occupy Wall Street quedó claro que las enormes desigualdades que se habían acumulado en la década de 1980 y 1990 y principios de la de 2000 se habían vuelto tan marcadas que se produjo un rechazo cultural generalizado y una sensación generalizada de que las personas no solo debían tener derechos políticos, sino también económicos.

    Esto va en contra del espíritu neoliberal, que dice: «Tus únicos derechos son los derechos políticos en la economía». Obtienes lo que te da el mercado. Esa es la ideología del neoliberalismo. Ahora bien, mi opinión es que nunca ha habido un gran apoyo social al neoliberalismo. Creo que la gente siempre lo ha odiado. Creo que la gente odiaba tener que luchar por un trabajo, tener que luchar constantemente por su salario. Creo que odiaban la inseguridad que conllevaba, el retroceso del Estado de bienestar.

    Así que lo que cambió a partir de 2010 no fue que el apoyo al neoliberalismo se desmoronara. Fue que la ira contra el neoliberalismo finalmente se unió. Y, en mi opinión, los izquierdistas y los teóricos críticos de los años noventa y principios de los dos mil, que intentaban aplicar la teoría gramsciana sobre cómo se genera el consentimiento en el capitalismo y cómo el neoliberalismo y el thatcherismo generaron el consentimiento, estaban completamente equivocados.

     

    MN

    Una pregunta que tengo al respecto es que no es que no haya habido resistencia política hasta ahora. A lo largo de esta época ha habido intentos constantes, especialmente por parte de los republicanos, de amenazar con recortar estas prestaciones, en particular la seguridad social. Y cada vez que eso ocurre, por ejemplo, siempre hay una gran presión por parte de grupos sin ánimo de lucro y grupos de estadounidenses de edad avanzada para que acudan a los ayuntamientos a decirles a los republicanos: «No se atrevan a tocar mis prestaciones», y luego votar en contra de ellos en las elecciones de mitad de mandato como una especie de castigo.

    ¿En qué se diferencia este tipo de tensión política de las batallas anteriores para, por ejemplo, proteger el Estado de bienestar de los recortes, algo que habría estado en línea con el neoliberalismo?

    VC

    No ha habido grandes movilizaciones sociales desde la década de 1980, ni en apoyo de la seguridad social ni de ninguna otra causa. La resistencia a su desmantelamiento ha sido casi exclusivamente electoral y de presión. El fracaso de los republicanos y los demócratas a la hora de reducir el Estado de bienestar estadounidense no se debe a que el electorado o los trabajadores se hayan unido y hayan lanzado campañas masivas para frenar su agenda. Se debe a que cada vez que lo han intentado, han perdido las elecciones. Perdieron en las elecciones de mitad de mandato, y eso es lo que estamos viendo ahora mismo en la lucha por Medicaid en la agenda fiscal de Trump.

    Ahora bien, ese es un tipo diferente de resistencia. Es una resistencia a desmantelar ciertas políticas. Existe un tipo diferente de resistencia al capitalismo que tiene una agenda positiva, que no consiste solo en poner palos en las ruedas de los liberalizadores, sino en conseguir nuevos derechos dentro del capitalismo que antes no existían. Eso es lo que hizo el New Deal. En mi opinión, es inexacto decir que el apoyo al neoliberalismo se ha derrumbado. Es más exacto decir que la tolerancia hacia el neoliberalismo se ha derrumbado.

    Nunca ha habido una opinión mayoritaria entre los trabajadores y la gente corriente de que el thatcherismo y el reaganismo sean cosas buenas. En el mejor de los casos, había una aceptación a regañadientes, pero en su mayor parte había una sensación de resignación.

     

    MN

    Creo que eso encaja bien con tus comentarios sobre la distinción entre movimientos sociales y comportamiento electoral, debido al ejemplo tan citado de «en realidad, fue una decisión popular que se tomó para tener algo parecido al neoliberalismo». No sé si la gente vota exactamente por eso, pero el voto de la clase trabajadora a Reagan es un ejemplo muy citado de «bueno, esto es lo que quería la gente». Lo aceptaron activamente.

    VC

    No, no hubo aceptación del programa económico de Reagan. No hubo aceptación de lo que se conoció como reaganismo. Hubo una revuelta contra los demócratas. Hubo una revuelta contra el shock de Volcker, las subidas masivas de los tipos de interés, el desempleo que generó, pero nunca hubo la sensación de que lo que queríamos era un retroceso de nuestros derechos económicos y del Estado de bienestar. Ese es un argumento de ciertos intelectuales liberales de la derecha, pero es profundamente erróneo.

    Creo que la forma correcta de describir lo que ha cambiado es que el público ya no está dispuesto a tolerar lo que se le ha vendido durante treinta años, que es el neoliberalismo. Hay una ira dentro de la cultura y una demanda de algún tipo de cambio, diferente de lo que vimos en los años noventa y dos mil.

    Así que, aunque es un error describirlo como un colapso del apoyo al neoliberalismo, esa descripción sí que da en el clavo en algo, y es que las élites políticas no pueden dar por sentado que pueden salirse con la suya con las políticas sociales mercantilizadas que han aplicado durante los últimos treinta años. Ahora lo saben.

    Es un cambio importante. Porque hay una agitación dentro de la cultura política en la que se entiende que las élites políticas van a tener que cambiar, de forma drástica, la forma en que han estado haciendo las cosas.

    ¿Significa eso que van a alejarse del reaganismo, del thatcherismo, de lo que conocemos como neoliberalismo? La respuesta es, en gran medida, no. Hay un componente que están cambiando: lo que llamamos «globalización». Sin embargo, yo diría que el fin de la globalización, si queremos llamarlo así, no es el fin del neoliberalismo. Es simplemente un cambio dentro de una dimensión del neoliberalismo.

    El neoliberalismo tenía dos dimensiones. Estaba el frente interno y estaba el frente internacional. El frente internacional se ocupaba de cuestiones como los tipos de cambio, cosas por el estilo. Sin duda, está experimentando un cambio importante. Pero en cuanto a cómo los Estados y la clase capitalista se ocupan de la economía nacional —cómo acumulan capital, cómo obtienen sus beneficios, cómo tratan a los trabajadores y al Estado de bienestar—, no hay ningún indicio de que eso vaya a cambiar.

     

    MN

    ¿Podría hablar un poco más sobre su segundo punto, la base del neoliberalismo, concretamente la base política del neoliberalismo?

    VC

    Una vez que entendemos que el neoliberalismo no surgió porque las masas lo exigieran, la pregunta es: ¿cómo surgió? Bueno, surgió porque en Estados Unidos, y podemos limitarnos a Estados Unidos, se produjo un cambio en la forma en que la clase política y económica estadounidense entendía cómo reactivar el crecimiento y los beneficios.

    Desde finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta, la economía estadounidense estuvo bastante estancada. A finales de los setenta, el consenso, especialmente en la comunidad empresarial, era que la forma de reactivar el crecimiento era, en primer lugar, reactivar la rentabilidad. Los beneficios de las empresas.

    Las ganancias corporativas se estaban viendo afectadas, decían, por todos los costos excesivos que el Estado de bienestar y los sindicatos les habían impuesto. El Estado de bienestar, con sus altos niveles de impuestos a los ricos y su gran cantidad de seguros sociales, que, según ellos, desmotivaban a los trabajadores.

    Y luego, por supuesto, estaban los sindicatos, con todas sus reivindicaciones sobre los ingresos de las empresas para conseguir salarios más altos, pensiones, prestaciones, cosas por el estilo. Así que la idea era que teníamos que recuperar la iniciativa —«teníamos» en referencia a la comunidad empresarial— para que, al rechazar todos estos costes, pudiéramos recuperar una mayor parte de nuestros ingresos y conservarlos como beneficios.

    Y una vez que obtenemos esos beneficios, podemos reinvertirlos y esa reinversión conducirá a mayores niveles de crecimiento. Ahora bien, esta era una perspectiva elitista. Para llevar a cabo esa perspectiva, tenían que lidiar con el hecho de que los sindicatos se opondrían a ella. El primer punto de su agenda era debilitar o incluso eliminar los sindicatos.

    Así que en los años 1970, lo que vemos es un ataque generalizado al movimiento sindical, y se hace por dos razones. Es un fin en sí mismo: se reduce el poder de los sindicatos y, con ello, se aumenta el propio poder en el lugar de trabajo como directivo. Se aumentan los beneficios porque los sindicatos pueden exigir menos.

    Pero también hay un beneficio político, que es que, una vez que los sindicatos desaparecen, desaparece la principal fuente de apoyo al Estado de bienestar. Y entonces puedes empezar a rechazar todos los costes que el Estado de bienestar te impone.

    Esa era la esencia. No se impuso mediante algún tipo de deseo masivo de la clase trabajadora por el neoliberalismo. Se les impuso. Y una vez impuesto, bueno, quisieron luchar. Pero si no tienes sindicatos, si todas tus instituciones sociales están siendo desmanteladas, ¿cómo vas a luchar? No queda nada. Lo único que te queda son las elecciones.

    Así que, una vez que lo único que les quedaba era el voto, en realidad se le facilitó mucho el trabajo a los partidos políticos, porque durante esos cuatro años, entre elecciones, tienes vía libre para hacer lo que quieras, porque no hay sindicatos ni instituciones sociales.

    Ese consenso dentro de la clase dominante en favor de este nuevo tipo de economía de mercado lleva más o menos cuarenta años vigente.

     

    MN

    Entonces lo que estás diciendo es que, a lo largo del neoliberalismo, ha habido un consenso en que el Estado de bienestar perjudica la rentabilidad de las empresas. Y que, a su vez, si queremos mejorar esa rentabilidad, tenemos que eliminar un obstáculo importante para la reforma del Estado de bienestar, que son los sindicatos.

    ¿Trump está desafiando, de alguna manera, todo ese consenso, porque es alguien que básicamente se presentó a las dos elecciones con el lema «No vamos a tocar el Estado de bienestar. No voy a hacer nada para quitaros vuestras prestaciones»? Y aunque no era explícitamente prosindical como Bernie Sanders, tampoco hizo campaña con un programa antisindical.

    De hecho, en su primer mandato, trabajó con los sindicatos para mantener sus puestos de trabajo aquí. Y al comienzo de su segundo mandato, se armó mucho revuelo por el hecho de que nombrara a un secretario de Trabajo que estaba a favor de la Ley Pro. Entonces, ¿son Trump u otros políticos como él, como Josh Hawley, de alguna manera diferentes?

    VC

    Es una buena pregunta, y debe abordarse en dos niveles diferentes. El primer nivel es: ¿Podrían estos políticos ser precursores de una especie de escepticismo elitista hacia el neoliberalismo? Una vez más, por neoliberalismo nos referimos al dominio sin restricciones de los mercados sobre nuestras instituciones sociales. Y el segundo nivel es: Incluso si son escépticos al respecto, ¿son escépticos respecto a la cuestión subyacente, que es la priorización de los beneficios empresariales y el poder directivo por encima de los intereses y las vidas del resto de la población?

    Creo que esa distinción se pierde a menudo en estas conversaciones. Empecemos por la primera pregunta. ¿Es posible que personas como Trump o Hawley sean escépticas respecto al dominio tradicional del libre mercado? Creo que la respuesta es sí, son escépticos en el sentido de que están dispuestos a alejarse de algunos de sus componentes en interés del proyecto de clase más amplio al que se han comprometido. Ahora bien, ese proyecto de clase más amplio es lo que trataré en la segunda dimensión de la que he hablado, pero el mero hecho de que estén interesados en cuestionarlo no debe eludirse ni minimizarse. Creo que es algo importante y que ha tenido eco entre la población.

    La razón por la que ha resonado en la población es porque, como he dicho antes, están muy enfadados. Ya no están dispuestos a tolerar el régimen tradicional. El dilema al que se enfrenta la clase dirigente estadounidense —y la europea— es que no son ellos los que quieren alejarse de cuarenta años de neoliberalismo. Es algo que les está siendo impuesto por la población.

    Entonces, lo que están tratando de averiguar es: ¿cómo podemos mantener los aspectos más amplios de nuestro poder sobre la población mientras reestructuramos las instituciones de alguna manera para absorber todos los ataques, las críticas y el resentimiento del electorado? Eso es lo que están tratando de hacer. Ahora bien, para lograrlo, puedes tener a alguien como Hawley diciendo: «Necesitamos preservar la red de seguridad social». Puedes tener a alguien como Trump diciendo: «No tocaré Medicaid ni Medicare».

    Pero hay que entender qué son esas cosas. No son, en modo alguno, una revitalización del Estado de bienestar. En el mejor de los casos, lo que dicen es que mantendrán el statu quo anterior. El statu quo anterior es lo que ha provocado toda la ira de la población en primer lugar. Así que no es una solución muy buena. Lo único que dicen es que no mantendrán el ritmo acelerado con el que han estado desmantelando todo y obligando a la gente a tragarse los mercados.

    Pero desde el punto de vista de la gente, no es nada. Es algo, ¿no? Y ahora están tan desesperados por algún tipo de alivio tras cuarenta años de miseria que una gran parte del electorado ve eso como algo a lo que aferrarse. Así que es muy posible que veamos a algunos sectores del Partido Republicano —e incluso a algunos sectores de la derecha europea— apoyar algún tipo de programa redistributivo débil. Y con eso nos referimos a algún tipo de Estado de bienestar débil. Es totalmente posible.

     

    MN

    Lo que están haciendo es simplemente no seguir atacando.

    VC

    Así es. Debemos entenderlo como una ralentización del ritmo del desmantelamiento, más que como una inversión del mismo.

     

    MN

    Correcto. Y es notable que Trump no esté siendo comparado con Roosevelt en este caso.

    VC

    No. Y ya sabes, el populismo en su momento significaba ataques masivos al poder de la élite. El populismo actual simplemente significa ralentizar los ataques a la clase trabajadora. Eso es todo lo que significa. De acuerdo. Pero mira, no es insignificante. Incluso Hawley, a quien la gente señala como precursor de los cambios dentro del Partido Republicano, está bastante aislado. En la actualidad, es muy reducido el contingente dentro del Partido Republicano que está interesado en preservar la red de seguridad social. Hay literalmente una docena, quizá dieciocho congresistas y un senador. Así que no estamos hablando de un cambio importante en el partido.

    Pero, de nuevo, no debemos ignorarlo. No es insignificante. Y si no fuera por ellos, ahora mismo veríamos en la reforma fiscal de Trump un ataque generalizado a Medicaid. Ahora bien, hay una cuestión más profunda, que es suponer que esa versión del Partido Republicano, ese ala del Partido Republicano, esa ala de la derecha europea, crece hasta cierto punto. Y  vemos un giro hacia los sindicatos y  vemos un giro hacia algún tipo de alejamiento del libre comercio y cosas por el estilo. ¿Significa eso el fin de los últimos cuarenta años de dominio de clase y poder de los empresarios? La respuesta tiene que ser no.

    Esto significa, en mi opinión, que el neoliberalismo no es el problema. Recuerden que empezamos diciendo que la esencia del neoliberalismo es un giro hacia el tipo de dominio de los mercados del siglo XIX. La cuestión es que lo que requiere una democracia plena no es tanto una reducción de los mercados en sí mismos, sino la plena participación de la gente común en las instituciones políticas que los gobiernan. Es posible que haya un dominio sin restricciones del capital en una situación en la que existen instituciones corporativistas.

     

    MN

    ¿Puede explicar qué es una institución corporativista y por qué sería compatible con el poder capitalista?

    VC

    Lo que intentamos comprender es: ¿qué necesitan los trabajadores para defender sus intereses en una situación en la que estos no coinciden con los de los ricos? La razón por la que la clase trabajadora luchó por la democracia es porque pensaba que las instituciones democráticas, el derecho al voto, serían una flecha más en su carcaj para intentar luchar por una vida digna en una situación en la que no tiene mucho control sobre las instituciones clave de la sociedad: el lugar de trabajo, el gobierno, cosas así.

    Así que pensaron que el voto era un elemento muy importante para ello, y los sindicatos son un elemento muy importante para ello. Ahora bien, el deseo de la clase dominante de desmantelar todas estas instituciones, como los sindicatos y otras instituciones sociales, se debía a que quería ejercer un dominio unilateral sobre la política y la economía.

    Hay varias formas de ejercer ese dominio unilateral. Una es a través de los mercados libres, pero también pueden hacerlo organizando a la sociedad civil en lo que se denomina organismos corporativos. No se trata de empresas. Se trata de entidades colectivas que organizan los intereses de las personas de alguna manera. Los sindicatos son un organismo corporativo. Las asociaciones cívicas son un organismo corporativo. Los partidos políticos también pueden ser un organismo corporativo.

    A menudo se olvida que en los años veinte y treinta, cuando la extrema derecha tenía el mayor poder que hemos visto en el último siglo, no lo hizo a través de los mercados libres. Lo hizo a través de lo que se denomina instituciones corporativistas. Es decir, sindicatos, asociaciones cívicas, grupos de ciudadanos. Todas estas cosas que asociamos con una democracia próspera también pueden ser instrumentos del poder capitalista. El ejemplo clásico de esto fue el fascismo.

    En el fascismo no imperaba el libre mercado, sino el dominio de las empresas a través de asociaciones cívicas y organismos ciudadanos. Incluso llegaron a controlar los sindicatos. La razón por la que señalo esto es que lo que la izquierda debería luchar no es por el fin del libre mercado en sí mismo, aunque eso es importante, sino por el fin de la hegemonía de las empresas sobre la sociedad.

    Esa hegemonía de la clase patronal puede ejercerse a través de los mercados libres, pero también a través de cosas como los sindicatos de empresa. Puede ejercerse a través de cosas como los grupos vecinales de derecha, cuya función real es vigilar a los ciudadanos. Puede ejercerse a través de unos medios de comunicación que, en apariencia, son libres, pero que en realidad están completamente controlados por sus propietarios privados, que los utilizan como instrumentos de propaganda.

    Eso significa que cuando vemos al Partido Republicano avanzar formalmente hacia el apoyo a cosas como alguna forma de sindicatos o instituciones sociales, no hay que tomarlo como una victoria de la izquierda. Porque, en el contexto de la hegemonía de los empresarios y las empresas sobre la política, estas aperturas hacia los sindicatos, etc., pueden volverse en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los intereses de los empresarios.

    Así que ahora mismo, cuando vemos a alguien como Trump o Hawley diciendo que debemos alejarnos del neoliberalismo, eso no significa que estén diciendo que debemos avanzar hacia el empoderamiento de los trabajadores. Podrían estar diciendo simplemente que necesitamos nuevas formas de control social. Y esas nuevas formas de control social, formalmente, en apariencia, pueden parecer realmente el tipo de instituciones que asociamos con una democracia próspera. Históricamente, el polo opuesto de una sociedad democrática, que es el fascismo, tenía todo tipo de instituciones que eran contrarias al libre comercio y al libre mercado, ninguna de las cuales favorecía los intereses de los trabajadores.

     

    MN

    Creo que tus comentarios aportan mucha claridad sobre el estado de la situación política. Pero probablemente el fenómeno más importante al que se refiere la gente cuando dice «esto significa el fin del neoliberalismo» son los ataques a la globalización y la supuesta desglobalización que está instaurando Trump. ¿Hasta qué punto cree que es legítimo? ¿Estamos desglobalizándonos?

    VC

    Creo que se puede decir que nos estamos desglobalizando si con ello nos referimos a que la expansión e integración continuadas de la economía global están llegando a su fin. No es que la integración esté llegando a su fin, sino que la expansión continua de la integración está llegando a su fin. Y eso, en realidad, si entendemos que la desglobalización lleva ya unos quince años en marcha, desde la crisis de 2008.

    Lo que vemos desde la crisis de 2008 es que el nivel de integración —si lo medimos cuantitativamente— de la economía global se ha estancado. Desde aproximadamente 1980 hasta 2010, fue en aumento. La economía mundial se fue integrando cada vez más. Alrededor de 2010 se estabilizó, lo que significa que no se desintegró, no se desmanteló la integración, sino que simplemente entró en una fase de estancamiento, con el nivel de integración existente más o menos igual.

    Eso significa el fin de la expansión de la integración global. ¿Es posible que empecemos a ver una reducción del grado de integración? Sin duda es posible. Pero si tuviera que aventurar una respuesta, diría que lo que veremos es una ligera reducción del nivel de integración y luego una nueva estabilización. Es decir, no se producirá una desglobalización continua a lo largo del tiempo. Lo que veremos es un descenso gradual del nivel de integración y luego una estabilización a partir de un punto determinado. Y la razón es sencilla: el grado de integración es tan grande que deshacerlo para volver a unas economías nacionales aisladas sería tan disruptivo que los gobiernos no podrían soportarlo.

     

    MN

    ¿Crees que las políticas comerciales de Trump son en parte responsables de esta dinámica?

    VC

    Sí, sin duda. Ha sido un acontecimiento cataclísmico. Ahora bien, aún es pronto y Trump ha dado marcha atrás en gran parte de lo que ha hecho. Pero ya se sabe que es el modus operandi de Trump. Subió los aranceles a niveles desorbitados, como si fuéramos a sufrir una catástrofe mundial, y ahora los ha rebajado a niveles simplemente muy altos, que no parecen catastróficos, pero que siguen siendo bastante elevados para los estándares históricos.

    Y nadie sabe dónde va a acabar todo esto. Pero tenemos que esperar una clara posibilidad de que se produzca un cierto grado de desintegración de esa integración.

     

    MN

    Las especulaciones que he oído sobre dónde acabaremos son vagas y ominosas, del tipo «no podemos volver atrás», y eso va de la mano con este comentario sobre cómo Trump ha dañado irreparablemente la reputación de Estados Unidos. Volviendo a nuestro episodio sobre el poder blando, la implicación es que lo que Trump está haciendo en esencia es desmantelar el imperio estadounidense, y eso se presenta como otro dato para decir: «Bueno, miren, el neoliberalismo está llegando definitivamente a su fin porque siempre ha coexistido con el imperio estadounidense».

    VC

    Hay cierta confusión, y eso se debe a que el neoliberalismo se ha convertido en un cajón de sastre que lo abarca todo. Así que creo que hay una reducción del imperio estadounidense, pero no es por culpa de Trump. Lo dije hace varios episodios: lo que Trump está haciendo es simplemente reconocer un hecho, que es que el poder geopolítico estadounidense ya no es incuestionable como lo era hace treinta o cuarenta años. El poder geopolítico se basa en última instancia en el dominio económico, y el dominio económico estadounidense en la economía mundial simplemente no es lo que era hace cuarenta años.

    Ahora hay países que han logrado ascender en la escala económica mundial. China es el mejor ejemplo, pero no es el único. En América Latina, economías como la de Brasil. En el sur de Asia, la economía india. Obviamente, está Rusia, que ha logrado defenderse de toda Europa que ha acudido en ayuda de Ucrania.

    Todo esto demuestra que Estados Unidos ya no puede seguir tomando decisiones unilaterales en la economía mundial, lo que significa que tiene dos opciones: o bien seguir con las fantasías de Biden, que consiste en seguir siendo una potencia política hegemónica a nivel mundial, aunque económicamente ya no pueda tomar decisiones, o bien reducir sus ambiciones políticas globales a la misma escala que sus ambiciones económicas, es decir, a la escala de su capacidad económica. O bien rebajar sus ambiciones políticas globales al mismo nivel que sus ambiciones económicas, es decir, a su capacidad económica.

    Y creo que si no hubiera sido Trump, si hubiera sido cualquier otra persona, habrían tenido que hacer lo mismo. Estados Unidos ya no puede tomar las decisiones. Por lo tanto, se está reduciendo el alcance de Estados Unidos a nivel mundial. ¿Significa eso que el imperio estadounidense se está reduciendo? Sí, tiene que ser así, porque un imperio es simplemente la influencia que se ejerce sobre otros países, y eso se va a reducir. No hay forma de evitarlo.

    ¿Significa eso que el imperialismo estadounidense está llegando a su fin? Por supuesto que no. Simplemente será una potencia imperialista más débil que hace cuarenta o cincuenta años. Entonces, cuando decimos que los aranceles están provocando el fin o el desmantelamiento de un aspecto del neoliberalismo, ¿significa eso que los trabajadores estadounidenses deberían apoyar el régimen arancelario? La respuesta es no, en realidad no, porque volvemos al punto que he mencionado antes, que el neoliberalismo no es el problema. El problema es si los trabajadores tienen algo que decir en lo que está pasando a su alrededor. Los aranceles no son un regalo para los trabajadores, sino para el capital. Lo que hacen los aranceles es reducir las amenazas competitivas a las que se enfrentan los empresarios por parte de sus rivales en otras partes del mundo.

    Eso sí que es un regalo para los empresarios. Hay una parte de la izquierda que piensa que si de alguna manera se recupera la industria manufacturera, se podrá volver a sindicalizar. No es así. Si nos fijamos en los nuevos talleres del mundo, ya sea en China, en algunas partes de la India o en algunas partes de América Latina, donde el capital ha fluido en los últimos veinte años para reactivar la industria manufacturera o para construirla, vemos que son talleres infernales.

    Las condiciones de trabajo allí son peores que las que hemos visto nunca en la industria manufacturera en cualquier parte del mundo. Peores que las de la industria manufacturera del siglo XIX en Inglaterra y Alemania. La industria manufacturera no significa el renacimiento de los sindicatos. La organización significa el renacimiento de los sindicatos, y lo cierto es que la clase empresarial ha aprendido en los últimos ochenta años a inmunizarse también contra los esfuerzos de organización dentro de la industria manufacturera. Llevan unas cuatro o cinco décadas de ventaja a la izquierda, que sigue viviendo en ese mundo fantástico de los años treinta y cuarenta, en el que, si se consigue la industria manufacturera, se repetirá la historia de esos años. No será así, porque las formas de poder y control gerencial han evolucionado enormemente desde entonces.

    Vamos a tener que idear estrategias de organización completamente nuevas, incluso en la industria manufacturera. Así que, aunque los aranceles de Trump devuelvan en cierta medida la industria manufacturera a Estados Unidos, lo que probablemente ocurrirá en cierta medida, eso no significa que vayan a volver los sindicatos. Eso depende de que los organizadores aprendan el nuevo panorama, no solo en los servicios, sino también en la industria manufacturera.

    No hay razón para suponer que, en este nuevo panorama, la vuelta de la industria manufacturera aumente la probabilidad de que surjan sindicatos y se organicen. Simplemente no hay razón para creerlo, porque el poder y las formas de control gerencial en la industria manufacturera son completamente diferentes a lo que eran en la década de 1930. Vamos a tener que reinventar el significado de la organización, lo que significa que «el fin del neoliberalismo» a nivel internacional en el régimen global no debe verse como una panacea ni como un regalo para la izquierda o los trabajadores per se. Es, en primer lugar, un regalo para el capital.

    Seguimos en la era del dominio incuestionable del capital. El hecho de que esté experimentando con nuevas formas institucionales no debe engañarnos.

     

    MN

    ¿Dices que ha habido algunos cambios políticos significativos en los últimos diez años, mientras que nuestra política estuvo marcada por Trump y su presencia, pero que esos cambios no han alterado realmente las dinámicas de poder fundamentales de la sociedad, sino que se han instituido para reforzarlas?

    VC

    Hay indicios de que la clase dominante y la clase política están muy inquietas. Les preocupa que ya no se pueda dar por sentada la tranquilidad de una población pacificada, abatida y cínica. Por eso están experimentando con nuevas instituciones sociales y económicas que podrían lograr dos cosas: en primer lugar, sofocar de alguna manera toda la ira y el resentimiento de la población y, en segundo lugar, preservar el desequilibrio básico de poder entre los detentadores de la riqueza y el resto de la población.

    Y lo que nosotros, como izquierdistas, no debemos hacer es dejarnos confundir por el hecho de que estén utilizando la retórica del antineoliberalismo y la retórica del antiliberalismo. No debemos confundir eso con la retórica del empoderamiento social. Porque eso nunca vendrá de arriba. Nunca vendrá de la derecha quitándose la venda de los ojos y diciendo: «Bueno, ahora queremos ser un partido de la clase trabajadora».

    Eso solo vendrá si los trabajadores y los ciudadanos de a pie imponen a estos centros de poder su propia visión de cómo sería una sociedad más democrática, e insisten en que las instituciones que están construyendo estén libres del control de los empresarios, libres del control de sus señores corporativos y políticos, y estén sujetas a sus propios dictados, a su propia toma de decisiones democrática. Nada de eso figura en la agenda de todo este populismo de derecha, ni siquiera en el populismo del Partido Demócrata.

    Porque, como he dicho antes, la lucha actual entre demócratas y republicanos es que los demócratas quieren una clase política más multirracial y socialmente heterogénea que gobierne al pueblo, y los republicanos están más contentos con una clase política más blanca y tradicional que gobierne al pueblo. Ninguno de estos dos partidos piensa en el 80% más pobre de la población.

    Y hasta que eso ocurra, es posible que se produzca un alejamiento de lo que se denomina neoliberalismo, que es el dominio de los mercados. Pero no se alejará el dominio de clase de los ricos y las élites sobre la población, porque pueden hacerlo a través de diversas instituciones, de las cuales solo una es el libre mercado.

     

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  • Experiencia única: cómo es caminar sobre el glaciar Perito Moreno

     

    La imponencia del glaciar Perito Moreno enmudece el alma, tanto cuando se lo ve desde el lago, cuando se navega cerca de él como cuando se puede hacer la caminata sobre su hielo. Una experiencia sin igual porque la inmensidad de ese blanco único deja sin palabras para poder describirlo.

    Aprovechamos una excursión a esa majestuosidad de hielo para hablar con quienes guían a visitantes y también sentir en carne propia lo que ofrece el glaciar Perito Moreno, cuando se parte desde El Calafate, se recorre el lago navegando y se lo camina con elementos especiales.

    Mucha gente me había dicho que la experiencia de estar sobre él, con él en su hielo eterno era una experiencia que jamás olvidaría. Y es totalmente cierto.

    Aquí les dejo el video con los momentos especiales de ese recorrido y también la palabra de Luli, Jonathan y Alfredo sobre el trabajo que realizan y la “oficina” incomparable que tienen todos los días en ese lugar.

    Espero que les haya gustado y ¡será hasta la próxima!

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  • Reinauguración de espacios verdes ¿Qué facilitaron en la plaza de Pehuen Mapu?

     

    En el marco del mes aniversario de Neuquén, la municipalidad reinauguró la plaza Pehuen Mapu en el barrio Cumelén, un espacio renovado que busca fomentar la inclusión y el disfrute de la comunidad. Noelia Rueda Cáceres, subsecretaria de Coordinación Administrativa e Institucional, destacó en AM Cumbre 1400 que esta obra forma parte de un plan para mejorar la ciudad: “Hoy reinauguramos la plaza con una manera de ver el juego accesible para todas las edades, con piso blando y mejoras en el espacio verde«.

    La plaza es la primera en el núcleo barrial de Neuquén en contar con un piso blando, diseñado para garantizar la seguridad y accesibilidad de los juegos infantiles. “Es un espacio pensado para todas las edades, con rampas de acceso, cestos de residuos y reforestación con nuevas arbustivas”, explicó Rueda Cáceres. Estas mejoras buscan no solo embellecer el lugar, sino también hacerlo funcional y sostenible, reforzando los núcleos verdes de la ciudad.

    La renovación de la plaza incluye rampas para facilitar el acceso, nuevos cestos de residuos y una reforestación que enriquece el entorno. Según Rueda Cáceres, este proyecto refleja el esfuerzo municipal por responder a las demandas de los vecinos: “Entendemos que todos quieren plazas cerca de sus hogares, y con el superávit municipal podemos dar respuestas, aunque pedimos paciencia por los procesos administrativos”. La plaza Pehuen Mapu es un ejemplo del compromiso con mejorar la calidad de vida en los 48 barrios de Neuquén.

    La municipalidad no se detiene en Cumelén. Rueda Cáceres anunció que hay cinco espacios verdes más en cartera para ser renovados, incluyendo la Plaza de Boca, el Parque Central, un espacio en Unión de Valle, un área cercana al polo tecnológico en San Lorenzo Sur y un lineal en Pastor Pluis. “Estamos trabajando con los equipos municipales de obras, iluminación y riego, que aportan sus saberes a estas obras”, afirmó, destacando el uso de recursos e insumos propios para estas iniciativas.

    La pandemia resaltó la importancia de los espacios verdes como lugares de encuentro y recreación. “Estos espacios cobraron otro valor después de la pandemia”, señaló Rueda Cáceres, subrayando su relevancia para la comunidad. La municipalidad está comprometida en responder a esta demanda, con planes para continuar renovando plazas, como las de Ulloa y Canal 5, para que los vecinos disfruten de áreas recreativas cerca de sus hogares.

    El proyecto de la plaza Pehuen Mapu es un reflejo del trabajo conjunto de los equipos municipales, desde el sector de obras hasta el de iluminación y riego. “Son los empleados de la municipalidad quienes dejan sus saberes en estas obras”, destacó Rueda Cáceres, enfatizando el orgullo de utilizar recursos locales para transformar los espacios públicos. Estas obras no solo mejoran la infraestructura, sino que fortalecen el sentido de comunidad en cada barrio.

    Una Neuquén más verde y accesible

    Con la reinauguración de esta plaza, Neuquén da un paso más hacia una ciudad más inclusiva y sostenible. “Estamos con muchísimo trabajo para mejorar estos espacios tan importantes para las vecinales”, concluyó Rueda Cáceres. Este proyecto, junto con los que están en marcha, promete transformar los espacios verdes de la ciudad, haciéndolos más accesibles y funcionales para el disfrute de todos los neuquinos, especialmente de cara a la mejora del clima primaveral.

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