AMOR ¿ARTEFACTO DESCARTABLE DE SAN VALENTÍN?
Cuando uno pretende hablar del amor tiende a caer en laberintos emocionales e interpretativos.
¿Dónde está la entrada y la salida de nuestras emociones o de nuestros sentires? ¿ Es lo mismo hablar de amor en la Argentina que en Chile o en Japón o en Etiopía o en Alaska? ¿Desde qué lugar o desde quién hablamos cuando hablamos de amor?
Es innegable que, cuando nos referimos al amor estamos situados en el plano del sentir. Y si el ser humano es un organismo sensible, o sea que mira, que oye, que huele, que palpa; y al mismo tiempo es alguien que es observado, escuchado, olido, y tocado; entonces ese sentir depende de un otro con quien uno se relaciona…
Podríamos arriesgarnos a decir que el amor es un profundo sentimiento engendrado en el acto del sentir con el otro, a la par. Uno siente amor por otra persona. Pero ese amor no se limita a lo humano ni a lo inmediato, ya que tenemos la capacidad de tener sentimientos amorosos persistentes por las plantas, por otros animales o hasta por cosas y objetos afectivamente representativos para cada uno.
No creo que se pueda dar una respuesta acabada del amor ni englobarlo en una plenitud de sentido. Ya que el amor en sí, es una construcción individual, interpersonal y cultural en constante transformación.
Nuestra época nos plantea un desafío direccional sobre el amor, rodeados de artefactos pareciera que el amor también lo fuese… ¿ Será que ya no podemos mirarnos a los ojos directamente? ¿ Será que nos cuesta escucharnos? ¿ Será que podemos sentir algún aroma a través de los artefactos que nos rodean? ¿Será que nos podremos tomar un tiempo para darnos un abrazo?
Celebramos la intensidad del enamoramiento, lo breve, el cuasi fanatismo idealizado, la adrenalina in-situ . Ahora, me pregunto:
¿ Porqué no celebramos la persistencia del sentir en el amor? ¿ Porqué no celebramos el ponerse en el lugar del otro en la construcción de los sentimientos amorosos? ¿ Porqué celebramos la inmediatez de lo repentino y lo sensacional y no el proceso madurativo que nos coloca en el plano elemental del amor?
Cuando hablamos de enamoramiento hablamos de emoción, de transitoriedad, de intensidades, de repentinos impulsos. Cuando hablamos de amor resuena lo afectivo, el humor que nos transita de base, la construcción de sentires con el otro.
En consecuencia, hoy nos trae problemas discernir entre el enamoramiento y el amor, entre la inmediata emoción reactiva y el persistente amor en construcción.
Está más allá de todo juicio que celebremos el enamoramiento, creo que hasta es necesario, pero ¿ porqué no celebrar al amor también? Pareciera que celebráramos lo mismo…, ¿no?
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