CAMBIO DE FICHAS EN LA CASA ROSADA: Monteoliva y Presti asumen Seguridad y Defensa en plena crisis del modelo Milei
El Gobierno anunció que Alejandra Monteoliva reemplazará a Patricia Bullrich en Seguridad y que Carlos Alberto Presti ocupará el sillón de Defensa. Mientras Bullrich y Petri se reubican en el Congreso, Milei insiste en vender la idea de una continuidad doctrinaria que ya exhibe claros signos de agotamiento.
Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

Bullrich se va… pero deja su sombra
Sin demasiada ceremonia, la Oficina del Presidente confirmó que la actual secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva, será quien ocupe el ministerio que Bullrich deja vacante para saltar al Senado como presidenta del bloque de La Libertad Avanza. El texto oficial la presenta como pieza fundamental de la Doctrina Bullrich, ese credo de mano dura que Milei abraza como si fuera una autopista directa a la seguridad y no el mismo callejón sin salida de siempre.
Desde X, Bullrich se ocupó de blindar a su heredera política. En un largo mensaje la describió como profesional incansable, la felicitó por “los resultados, el coraje y la honestidad” y, por si quedaba alguna duda, le dejó un mandato con tono de orden: sostener la doctrina, esa que en su versión oficial promete orden y ley, y en su versión real acumula denuncias, abusos y fiascos de gestión.
Defensa también cambia de manos
En el mismo comunicado, Casa Rosada informó que el jefe del Estado Mayor General del Ejército, Carlos Alberto Presti, será el nuevo ministro de Defensa. Reemplaza a Luis Petri, quien desembarcará en la Cámara de Diputados.
Milei –que en estos días parece más preocupado por reordenar su interna que por gobernar– salió rápido a saludar a sus flamantes funcionarios y a remarcar que ambos nombramientos garantizan la “continuidad del rumbo” iniciado el 10 de diciembre de 2023.
Ese “rumbo” es el que Noticias La Insuperable viene analizando desde hace meses: ajuste, militarización simbólica, precarización institucional y un relato épico que intenta tapar la ineficacia cotidiana.
La épica del ‘camino que continúa’
Según el parte oficial, estas designaciones son necesarias para que la “Argentina potencia” deje de ser un eslogan y se convierta en realidad. Lo paradójico es que lo dicen justo cuando el propio Gobierno se ve obligado a mover piezas porque sus ministros originales ya no logran sostener su lugar en la primera línea.
Bullrich, por caso, se va al Senado después de once meses signados por choques internos, fracasos operativos y una disputa soterrada por el control político sobre las fuerzas. Pero en la narrativa libertaria nada es conflicto: todo es continuidad, firmeza y un futuro brillante a la vuelta de la esquina.
Quién es Alejandra Monteoliva
La nueva ministra de Seguridad nació en Córdoba y tiene un largo recorrido académico y técnico en el área. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de Córdoba y realizó una maestría en Colombia, donde también trabajó como docente y directora de programas universitarios vinculados a política pública y gestión pública.
Su salto a la gestión llegó en 2012, cuando el entonces gobernador José Manuel de la Sota la convocó como asesora en el Ministerio de Seguridad provincial. Un año después, asumió como ministra.
Durante el gobierno de Macri, Patricia Bullrich la integró a su equipo en Seguridad nacional, donde quedó al frente de la Dirección de Gestión de Información Criminal. Con el cambio de administración, Monteoliva se mantuvo orbitando el universo PRO: en 2020 trabajó en Vicente López, bajo la gestión de Jorge Macri.
El triunfo de Bullrich dentro del esquema libertario la volvió a colocar en la estructura nacional desde 2023, esta vez como secretaria de Seguridad. Ahora, con la salida de su jefa política, asciende al máximo cargo del área.
Una transición que muestra más debilidad que orden
Aunque el Gobierno intenta vender estas designaciones como parte de un plan coherente, lo cierto es que los movimientos exponen tensiones internas, desgaste en el gabinete y una necesidad urgente de recomponer autoridad.
Monteoliva llega con un sello bullrichista marcado a fuego y Presti desembarca desde la cúpula del Ejército para ocupar un ministerio en el que la injerencia política se volvió cada vez más errática.
Mientras Milei repite la muletilla de la “continuidad”, crece la sensación de que estos cambios son, más que nada, parches para un modelo que no encuentra dónde afirmarse.



