Avance sanitario: Chile vuelve a autorizar las importaciones de carne desde la Patagonia argentina

Avance sanitario: Chile vuelve a autorizar las importaciones de carne desde la Patagonia argentina

 

El Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de Chile decidió levantar la suspensión que pesaba sobre las importaciones de productos bovinos y ovinos argentinos, restituyendo el reconocimiento sanitario a la zona libre de fiebre aftosa sin vacunación de la Patagonia.

La medida se formalizará a través de una Resolución Exenta, que entrará en vigencia una vez publicada en el Diario Oficial de Chile, y representa un paso clave para el restablecimiento pleno del comercio ganadero bilateral.

Gestiones sanitarias y auditoría en la Patagonia

El restablecimiento del estatus sanitario fue el resultado directo de las gestiones técnicas realizadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación ante las autoridades chilenas.

La decisión del SAG se basó en las conclusiones del informe de auditoría que su equipo realizó sobre la barrera zoofitosanitaria patagónica, donde se verificó el cumplimiento de los protocolos de control y bioseguridad exigidos por Chile.

Según fuentes del SENASA, la planificación sanitaria anticipada permitió minimizar el impacto sobre las exportaciones, ya que la temporada fuerte de ventas de carne ovina ocurre en los primeros meses del año. Por eso, las operaciones comerciales no llegaron a interrumpirse de forma significativa.

Reconocimiento al trabajo sanitario argentino

El nuevo aval sanitario de Chile reafirma el estatus libre de fiebre aftosa que Argentina mantiene desde hace 19 años, reconocido internacionalmente por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

Durante los años 2024 y 2025, el SENASA implementó cambios normativos y ajustes técnicos estratégicos para reforzar los mecanismos de vigilancia epidemiológica y garantizar la trazabilidad del ganado en toda la Patagonia.

Estas medidas, sumadas al fortalecimiento de la cooperación bilateral, consolidaron un modelo sanitario de referencia regional, que combina prevención, control fronterizo y monitoreo constante de la fauna y el comercio pecuario.

Cómo está dividido el país según su estatus sanitario

Actualmente, Argentina cuenta con cuatro zonas oficialmente libres de fiebre aftosa, reconocidas y reconfirmadas cada año por la OMSA:

  • Patagonia (unificación de Patagonia Norte B y Patagonia Sur): libre sin vacunación.
  • Patagonia Norte A: libre sin vacunación.
  • Valles de Calingasta: libre sin vacunación.
  • Centro-Norte y Cordón Fronterizo: libre con vacunación.

El restablecimiento del reconocimiento por parte de Chile abarca a la Patagonia unificada, consolidando a la región como una de las más seguras del mundo en materia sanitaria y clave para la exportación de carnes premium y productos ganaderos de alto valor agregado.

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  • Milei ajusta su plan de campaña mientras Diputados debate sus vetos

     

    El presidente Javier Milei encabezará este miércoles una reunión de gabinete destinada a coordinar los próximos pasos de la gestión y delinear la estrategia proselitista para las semanas decisivas que se avecinan de cara a las elecciones de octubre. Mientras tanto, la Cámara de Diputados debate los vetos de su Gobierno.

    Del encuentro participarán el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el asesor presidencial Santiago Caputo y la mayoría de los ministros. La única ausencia confirmada será la del titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien se encuentra en el Congreso para la sesión que debate los vetos presidenciales a la Emergencia Pediátrica y a la Ley de Financiamiento Universitario.

    Aunque el temario oficial no se difunde, fuentes de Casa Rosada señalan que la agenda estará marcada por las definiciones de la “mesa política nacional”, el reducido círculo de confianza que integran el propio presidente y sus seis funcionarios más cercanos.

    En la última reunión de este grupo, realizada el lunes, se acordaron dos objetivos centrales: redoblar esfuerzos para sumar apoyo legislativo en la sesión de Diputados y planificar las primeras apariciones públicas de Milei en la campaña.

    El mandatario iniciará sus recorridos electorales en la provincia de Córdoba, un distrito clave donde busca consolidar respaldo, y luego podría trasladarse a Mendoza y Santa Fe. La decisión de encarar personalmente la campaña se da en paralelo al intenso debate parlamentario por los vetos presidenciales, que promete una jornada política cargada de tensión.

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  • Los agarraron robando en un cementerio del Alto Valle

     

    Dos personas fueron detenidas cuando la policía los encontró destruyendo las tapas de nichos y con varios elementos sustraídos en un cementerio. La actuación policial se llevó a cabo en las primeras horas de la tarde de este viernes feriado.

    Familiares de difuntos que realizaban una visita al cementerio municipal de la ciudad de General Roca alertaron a la policía de esa localidad sobre movimientos sospechosos de dos hombres jóvenes.

    En el sector de galerías donde se encuentran los nichos, ambos fueron sorprendidos con varios elementos de bronce sustraídos en el lugar, donde se observó también el daño a las tapas de la estructura para albergar los ataúdes.

    De inmediato se los detuvo y puso a disposición de la justicia, se informó oficialmente.

    En ese sector del cementerio roquense, como en el de varias localidades del Alto Valle de Neuquén y Río Negro, los elementos de bronce son la tentación de quienes a través del delito buscan revenderlos.

    En muchos de los cementerios de las ciudades de la región se ha dispuesto una vigilancia especial sobre quienes ingresan a los diferentes sectores, así como patrullajes preventivos por parte de la policía.

    La causa quedó radicada en la Fiscalía 3 de Roca, a cargo de Norma Reyes.

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  • Neuquén negocia con Nación el control de dos rutas nacionales

     

    El gobierno de Neuquén avanza en tratativas con la administración de Javier Milei para asumir la operación y el mantenimiento de dos rutas nacionales. La gestión está encabezada por el ministro de Economía, Producción e Industria provincial, Guillermo Koenig, quien confirmó que el plan contempla la Ruta Nacional 22, la Ruta Nacional 242 y la avenida Mosconi en la capital neuquina.

    Las negociaciones, que se conocieron este miércoles, apuntan a concretarse antes de fin de año y permitirán al gobierno neuquino hacerse cargo de las trazas viales mediante un esquema de concesión. La medida abarcaría unos 60 kilómetros estratégicos ubicados tanto en el valle como en la cordillera, corredores con alto tránsito de vehículos particulares, transporte pesado y camiones vinculados al comercio internacional con Chile.

    El nuevo modelo, basado en el derecho de uso, abriría la puerta a la instalación de peajes para financiar las obras y garantizar el mantenimiento, aunque las rutas seguirán siendo de jurisdicción nacional.

    Peajes y financiamiento

    La idea es implementar un cambio en el «derecho de uso», tanto en la Ruta 22 hasta Arroyito como en la 242. Esto le permitiría al gobierno neuquino tomar el control de los dos caminos, concesionarlo y luego obtener fondos para su mantenimiento con la instalación de peajes.

    Ambos recorridos, uno ubicado en la zona del valle y el otro en la cordillera, tienen una extensión cercana a los 60 kilómetros.

    Se caracterizan, además, por absorber un alto nivel de tránsito, tanto de vehículos pequeños como de transporte pesado, sobre todo de camiones vinculados a la industria petrolera y al comercio internacional con Chile.

    Desde el gobierno nacional aclararon que las rutas continuarían siendo nacionales, aunque con un esquema de administración diferente, en este caso con la participación de la provincia y una empresa concesionada.

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  • Convocatoria para el 3er Censo Popular de Personas en Situación de Calle

     

    Distintas organizaciones políticas, sociales, sindicales y de derechos humanos están construyendo el tercer Censo Popular de Personas en Situación de Calle en la Ciudad de Buenos Aires. La emergencia habitacional que atraviesa a miles de personas exige una respuesta urgente, solidaria y colectiva. Frente a la ausencia de políticas públicas efectivas, las organizaciones del pueblo dan el paso al frente para generar datos concretos, visibilizar esta realidad, y exigir derechos. Por Proyecto7.

    Convocatoria

    Llegan los primeros fríos, mucha gente en la calle, mucha población nueva, y mucha que va a llegar, sabemos que te importa, siempre lo dijiste, estamos por hacer el 3er Censo Popular de Personas en situación de Calle, desde PROYECTO7 te queremos pedir 3 cosas:1 – que te sumes como voluntarie para ser parte.2- que difundan esto y el link de inscripción para poder sumarse.3 – que tomes conciencia de que es indispensable que sepamos qué cantidad de personas está padeciendo esta realidad y cómo está compuesta cualitativamente la población para mejorar nuestro trabajo y también para exigirle al Estado en su conjunto que aplique las leyes conseguidas y les adjudique el presupuesto que corresponda, conforme a las cifras actualizados y reales.Nos vemos en las capacitaciones y el Censo.

    Aquí enlace al forms para que puedas inscribirte para participar como censista, con toda la seguridad de una red comunitaria y de contención.

    Se convoca a todas las organizaciones sociales, culturales, religiosas, estudiantiles, gremiales y comunitarias que compartan esta preocupación a sumarse aportando voluntarios, difusión y trabajo territorial.

    El censo no solo busca contar, sino también reconocer, acompañar y organizar.

    Detrás de cada número hay una historia, una vida y un derecho vulnerado.Nuestro compromiso es transformar la realidad.

    Si formás parte de alguna organización y querés sumarte, contactanos por:

    Correo electrónico: [email protected]

    Cuenta de Instagram: @CensoPopularCaba

    O cuenta de X: @3erCensoPopular

     

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  • Agenda cultural: fin de mayo y anticipos de junio

     

    El Quinteto Negro La Boca se presenta nuevamente en el CAFF, y estrena nuevo single. Foto Javier Iglesias.

    Compartimos una nueva agenda cultural con actividades para los últimos días de mayo y los primeros de junio. Si tenés alguna actividad cultural para difundir en cualquier localidad del país podés mandarnos la información a [email protected], revisamos la casilla hasta el lunes previo a la publicación. Por ANRed.


    Viernes 30

    Vuelve 3er Cordón del conurbano, una tragedia marrón volvió al teatro Beckett, donde el año pasado sorprendió al público y la prensa especializada. Bodas de Sangre, de Federico García Lorca a cargo de Los Payasos del Matute, con dirección de Paula Sánchez. La acción está situada en el conurbano bonaerense durante la crisis del 2001. Cuando el odio y la discriminación se hacen carne en una sociedad se abre paso a la tragedia. “El conurbano” territorio de injusticias, hacinamiento, contaminación, y violencia, dejan al descubierto la sociedad que somos. En plena crisis del 2001, mientras la tragedia sucede, en los barrios del conurbano la gente trata de vivir, enamorarse, cuidar a sus hijos y huir por amor. Viernes a las 20hs en el Teatro Beckett, Guardia Vieja 3556, CABA. Enlace a reseña. Entradas x alternativa.

    Tres mujeres audaces. Casa de muñecas, de Henrik Ibsen (1879), La señorita Julia, de August Strindberg (1888) y El tío Vanya, de Antón Chejov (1898), son tres obras que definieron el teatro contemporáneo. Las tres tienen fuertes personajes femeninos, cuyo comportamiento adelantó algunos de los temas fundamentales de la revolución feminista a comienzos del siglo 20. Los momentos finales de estas tres obras proponen inquietantes preguntas. que constituyen la premisa de Tres mujeres audaces. En 1899 las tres coinciden en un barco que viaja de Hamburgo a Buenos Aires. Julia ha sobrevivido a su intento de suicidio y Elena se ha quedado viuda. El resto, está en la obra de Mario Diament. Viernes  a las 20hs en Tinglado, Mario Bravo 948, CABAEntradas a la venta por Alternativa

    Sábado 31

    Dúo Ponce-Kalala en Quilmes. El Dúo Ponce – Kalala, integrado por el cantante y actor Hugo Ponce y el pianista Daniel Kalala, aborda un repertorio de tangos tradicionales, canciones de Astor Piazzolla, valses y milongas, así como temas propios de Hugo Ponce.  De manera consensuada con los artistas hemos decidido reprogamar la velada del Dúo Ponce-Kalala en el Centro Cultural El Galpón del sábado 17/5 para el sábado 31/5, debido a las alertas de tormenta emitidas para la zona. Comprometidos con la seguridad de nuestros queridos espectadores, esperamos contar con ustedes y encontrarnos para disfrutar el sábado 31 de mayo. Sábado a las 20hs en el Centro Cultural El Galpón, Av. Calchaquí 627, Quilmes Oeste. Entrada a la gorra. Buffet a precios populares.

    Quinteto Negro La Boca vuelve al CAFF. QNLB presentará en el CAFF su renovada y potente versión 2025. El grupo está en un proceso de metamorfosis estilística en donde acentúa aún más el camino que fue transitando estos últimos años de oscilación permanentemente entre distintos géneros, logrando así una sonoridad propia. Este grupo orillero – surgido en el barrio de la boca a mediados del 2008- rescata la influencia de las raíces de la música «negra» en estas diversas músicas desde el Rock hasta el candombe transitando los bordes de cada género siempre con una temática filosa y comprometida. QNLB desarrolla su propia música a través de distintas fusiones que van desde el tango y la milonga hacia el Rock, pasando por el Rap, Punk, reggae, Ska , Blues y la música urbana. Sábado 31 de mayo a las 21hs en el CAFF, Sánchez de Bustamante 772, CABA. Más información y entradas en caff.ar.

    Devorando el vacío, nuevo espectáculo de la Cía. Demasiado Gorda, que dirige Paula Palomo (ex La Arena y el Descueve). Una propuesta que combina acrobacia, teatro físico y danza en una original propuesta de circo contemporáneo que busca interiorizarnos en la relación entre la enfermedad y la intérprete, esa mujer-oso que atraviesa la escena buscando disipar la locura a través de la ficción, el desborde y la poesía. Devorando el vacío cierra la trilogía iniciada por la Cía en 2016 y se puede ver los sábados a las 20.30hs en La Central, nuevo espacio de circo contemporáneo, en Manuel A. Rodríguez 1566, CABA. Entradas por Alternativa

    Seré, una obra de teatro de Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito. El actor es tomado por una voz. ¿El espectador estará presenciando un acto de posesión? Seré es un manual de supervivencia, un instructivo de fuga. A partir del testimonio que dio Guillermo Fernández en 1985 durante el Juicio a las Juntas sobre su secuestro y fuga del centro clandestino de detención llamado Mansión Seré, un actor pondrá su cuerpo al servicio de una narración al borde de lo soportable. Es los sábados a las 17hs en EL Teatro del Pueblo. Lavalle 3636, CABA. Entradas por Alternativa.

    Hamlet de Patagones. Su autora, Analía Tarrió Lemos, toma al Hamlet shakespeariano para trasladarlo a otra dimensión tempo-espacial, asignándole la condición de extranjero y exponiéndolo al desafío de someterse a unas reglas establecidas que rezuman obsolescencia. El resto de los personajes de la obra shakesperiana se presentan como energías vivientes encarnadas en otros que pueblan la desolada escuela patagónica y funcionan como antagonistas en una gesta de la cual el extranjero intentará salir airoso. La pieza pone en tensión las actitudes frente al distinto, al diferente, al desconocido, y nos interpela en relación a la colonización cultural, a nuestras costumbres heredadas y a nuestros rituales aprendidos. Puede verse los sábados 20:30hs en Ítaca Teatro, Humahuaca 4027, CABA. Entradas por Alternativa.

    La vis cómica, una pieza teatral de Mauricio Kartun. La compañía teatral de Angulo el malo desembarca en la Buenos Aires virreinal, en busca de nuevos públicos y mejores suertes. Pero otro elenco acapara la atención del Cabildo. Todo es contado en cinco jornadas por el perro de la compañía. Mauricio Kartun toma del Quijote a la compañía y a su director Angulo. Y de las comedias ejemplares cervantinas a Berganza, su perro farandulero, para observar el vínculo ruinoso entre los artistas y el poder. Todos los sábados a las 19:30hs en Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543, CABA). A entradas por AlternativaLeer reseña de la obra.

    Fritzl Agonista. Una infancia en el cautiverio que el padre diseña milimétricamente. Una mujer-niña que habla con la boca de su padre. Un padre que le ofrece demasiado amor de padre. Josef-padre, Natascha-hija, un vínculo normal. Tanto como el mundo tan normal. Josef Fritzl mantuvo a su hija en cautiverio en el sótano de su casa de Amstetten, Austria, durante 24 años (entre 1984 y 2008). Además de privarla de libertad, abusó sexualmente de ella. De los abusos nacieron siete hijos, que su padre también mantuvo en cautiverio. El sótano, aislado completamente, tenía 8 puertas reforzadas y sistemas de seguridad que impedían que los cautivos escapasen. Fritzl controlaba todo, desde la comida hasta el tiempo de luz. La obra, en versión de Emilio García Wehbi y actuación de Elvira Tanferna, con iluminación y asistencia artística de Martín Antunia, va los sábados a las 22hs y los domingos a las 20hs en Teatro Silencio de Negras, Pte. Luis Sáenz Peña 663, CABA. Aquí enlace a reseñaA entradas por Alternativa.

    Habitación Macbeth la obra de teatro argentino que cuenta con 13 premios de los más importantes del teatro ahora está en el Metropolitan de Buenos Aires con su 4° temporada consecutiva, después de más de 350 funciones y más de 100.000 espectadores que la ovacionaron en todo el país y el exterior. En Teatro Metropolitan, Av. Corrientes 1343 (CABA) a las 20.30. A reseñaEntradas en Plateanet.

    Domingo 1

    … pero no es del todo cierto, Teatro Musical en el CAFF. Un hombre mayor de edad, Ernesto, se encuentra en un correccional de menores. Lo tratan como a un niño y lo obligan a hacer actividades que no son para su edad. A pesar de sus intentos por demostrar que esa institución no es un lugar adecuado para él, sus palabras no son escuchadas. Por momentos, pareciera que Ernesto está a punto de escapar… ¿O no es del todo cierto? Una obra que hace visible lo invisible, que reflexiona sobre nosotros y con nosotros como individuos. Para poder ver al otro tal y como es, aun cuando la realidad nos quiera imponer otra mirada, otra percepción. Entretiene, conmueve, interpela y reclama. Donde el amor y el deseo vienen al rescate de nuestra humanidad. Una obra en la cual, lo que se ve, no es y viceversa. Teatro musical con texto y canciones originales. Músicos en escena. Inspirada en el cuento Correccional de Leo Masliah. Domingo 1 de junio – 19:30hs en el CAFF, Sánchez de Bustamante 772, CABA. Más información y entradas en caff.ar.

    8CHO, de Brenda Angiel. tras haber estado de gira en Rusia y antes de su gira a Brasil, vuelve. La coreógrafa y bailarina que cumplió 30 años con la danza, reestrena este singular espectáculo de danza aérea, tango danza con arneses y música en vivo. Desde su estreno, Ocho se ha presentado en importantes escenarios del mundo. 8CHO se puede ver todos los domingos de mayo y junio a las 18hs en Aérea Teatro, Bartolomé Mitre 4272 CABA. Una excelente oportunidad para verla, sorprenderse y conocer esta original propuesta de tango danza y música en vivo, que recorrió y sorprendió al mundo. Entradas por Alternativa.

    Madonnita, escrita por Mauricio Kartun con dirección de Malena Miramontes Boim en Ítaca, Complejo Teatral (Humahuaca4027, CABA). La pieza vuelve a la escena porteña luego de 3 años de funciones ininterrumpidas, superando los 7000 espectadores y las 100 funciones. El clásico de Kartun, más vigente que nunca, se destaca en un exquisito montaje interpretado por Natalia Pascale, Fito Pérez y Darío Serantes. Sinopsis: LA MADONNITA transcurre a principios del siglo XX en un altillo caluroso de Parque Lezama. Un hombre saca fotos a su mujer y luego las comercializa entre la clase trabajadora inmigrante. La obra pone en primer plano la fricción entre deseo, sexo y poesía con todo el talento de la pluma de Kartun. Domingos 19.30hs en Ítaca, Complejo Teatral, Humahuaca 4027, CABA. Entradas disponibles en Alternativa o en boletería del teatro. Leer reseña de la obra.

    Verona es una obra con dramaturgia de la reconocida Claudia Piñeyro, con dirección de Cristina Osses y un elenco conformado por Teresa Japas, Laura López, Mariana O’Neill y Nico Ancarola. En el cumpleaños número 80 de su madre, sus tres hijas e hijo se encuentran en el baño, que será el escenario en el que se suscitarán conflictos, pasiones, miedos, prejuicios familiares, encuentros y desencuentros y toma de decisiones difíciles, que modificaran el rumbo de esta familia. Va domingos de junio a las 20:30 horas en Ítaca Complejo Teatral (Humahuaca 4027, CABA). Entradas por Alternativa Teatral o en boletería del teatro Ítaca.

    Habitación Macbeth la obra de teatro argentino que cuenta con 13 premios de los más importantes del teatro ahora está en el Metropolitan de Buenos Aires con su 4° temporada consecutiva, después de más de 350 funciones y más de 100.000 espectadores que la ovacionaron en todo el país y el exterior. En Teatro Metropolitan, Av. Corrientes 1343 (CABA) a las 20.30. A reseñaEntradas en Plateanet.

    Próxima semana

    Pibitxs del río. La obra recupera un hecho real y abre una ficción: Javi entrena para cruzar el Río Bermejo que separa Chaco de Formosa. La pandemia lo dejó a él de un lado y a su mujer y a su hijita del otro. Ahora la luna crece y brilla sobre el Bermejo. La Yani y la Lupe duermen en la otra orilla. Nadar es la única manera de volver a ellas, entonces Javi salta. Escrita por Fabian Díaz y dirigida por Ivan Moschner la obra fue reconocida con el Premio Nacional de Dramaturgia Potencia y Política 2020Jueves a las 21hs (hasta el 24/7), en el Teatro El Grito, Costa Rica 5459, CABA. Entradas por Alternativa.

    Duratierra despide su disco A los amores en el ND Teatro. Después de una extensa gira que lo llevó a presentarlo por numerosas ciudades de nuestro país, el viernes 6 y el sábado 7 de junioDuratierra despedirá su disco A los amores – El folklórico VOL.1 -recientemente nominado a los Premios Gardel– en el ND Teatro. Con una cuidada puesta en escena a cargo de Giselle Hauscarriaga, cada concierto se ofrecerá como una invitación a habitar otro tiempo: en algún lugar de la memoria, en aquellos recuerdos vivos y ardientes que constituyen lo que somos, las canciones de este álbum irán floreciendo. Y en ese emocional recorrido, Duratierra será hogar: un espacio cálido y amoroso que –anulando cualquier distancia- cobijará a su público en un abrazo permanente. Leer más sobre A los amores.

    Tejiendo solidaridad con Gaza. Evento cultural a beneficio de la Familia de Abdallah Mamdouh Al Tibi. Frente a la terrible situación que padece el pueblo palestino en Gaza y la necesidad urgente en la que se encuentran, ponemos manos a la obra para ayudar, no sólo desde la protesta y la difusión, sino desde la acción concreta en colaboración con las familias. Jornada cultural y solidaria. Cátedra Edward Said | Dabke | Flamenco | Hip Hop | Poesía | Expo de artesanxs Además: Comida típica palestina (maqluba), barra, rifas y más sorpresas. ¡Sumate y apoyá una causa urgente!  Domingo 8 de junio en Villa Crespo. Para más información podes seguir la cuenta de IG.

    Para ir agendando

    Imagen velada, de Santiago Gobernori. Una obra que se mete de lleno en la idiosincrasia de lxs hijxs de la clase que manda y toma las decisiones en este país. Lo hace a través del espíritu errante de un indio querandí, que deambula entre estos jóvenes que viven un fin de semana, en las que fueron las tierras de su comunidad y ancestros, devenidas en un barrio privado. La desigualdad, el racismo y la hipocresía son retratados de manera inteligente por el teatro de Gobernori; que con mucho humor pone su escalpelo sobre el mundo de los hijos de los dueños. Una instantánea sobre los prejuicios y la impunidad de una clase que nunca paga por lo que hace. Se presenta los martes 10 y 17 de junio a las 20hs en el Teatro AstrosAv. Corrientes 746.

     

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  • ¿Esto sigue siendo neoliberalismo?

     

    El segundo mandato de Trump marca el fin de una era, pero no el fin del dominio incontrolado del capital sobre nuestra sociedad. Entrevista a Vivek Chibber| Traducción: Florencia Oroz (JacobinLat).


    Los últimos cincuenta años han sido una era de dominio indiscutible del mercado en todos los ámbitos de la vida. Pero la agitación global provocada por la guerra comercial de Donald Trump ha suscitado no pocos interrogantes acerca de si estamos asistiendo al desmoronamiento del orden neoliberal.

    Melissa Naschek conversó con el editor de Catalyst, Vivek Chibber, para hablar acerca de las consecuencias de la política de aranceles de Trump, el auge del populismo de derecha en el mundo y sobre si la era neoliberal ha llegado realmente a su fin.

     

    MN

    Vivek, ya llevamos bastante tiempo con la presidencia de Trump, así que tenemos una idea bastante clara de cuál es su agenda. ¿Alguna vez imaginaste que sería así?

    VC

    No creía que fuera a cambiar tanto con respecto a su primera presidencia, a su primera administración. Así que más o menos sabía qué tipo de políticas iba a seguir. Pero el caos, la agresividad y la especie de manía que lo caracterizan… No creo que nadie esperara que llegara a este nivel. Así que es una combinación: sí, está haciendo lo que esperábamos, pero lo está haciendo de una forma mucho más agresiva y decidida, hasta el punto de que ha sacudido el conjunto de la economía política y la cultura.

     

    MN

    Si nos fijamos en los seguidores de Trump, hay una parte de su base que no podría estar más contenta, probablemente porque no esperaban que llegara tan lejos. Y luego lo hizo. Después hay otra parte que apostó todo el tiempo a que su presidencia iba a ser básicamente una copia de su primer mandato. Y ahora están enfadados con él por estar haciendo todo esto.

    VC

    Dentro de su base hay un llamamiento a cambiar el sistema, a derribar cosas, a destrozar las instituciones. Y esta vez ha venido preparado para hacerlo. Y si eso es lo que querías ver, sí, tienes que estar contento si eres partidario de Trump.

     

    MN

    Creo que eso es cierto, si realmente creías en sus palabras. Pero creo que mucha gente no lo creía, y lo interesante esta vez no es solo la intensidad de su agenda y sus políticas, sino también hasta dónde está llegando, lo que ha hecho que algunas personas empiecen a preguntarse si esto es algún tipo de punto de inflexión no solo en la historia política estadounidense, sino en todo el sistema económico mundial o más concretamente, si la nueva agenda de Trump significa el fin del neoliberalismo.

    VC

    Yo diría que hay un punto de inflexión en muchos sentidos. Mucha gente lo cree ahora. Da la sensación de que no hay vuelta atrás al capitalismo de la era Bush-Obama, que ha habido un cambio en la cultura política, pero también en el tipo de paquetes de medidas que podemos esperar ver ahora. Así que creo que ha habido un cambio en la cuestión del neoliberalismo. Es un poco más confuso, así que intentemos profundizar un poco en ello.

     

    MN

    Teniendo esto en cuenta, ¿crees que Trump es realmente el fin del neoliberalismo?

    VC

    No sé si Trump es el fin del neoliberalismo. Sí creo que estamos en una fase del capitalismo, o supongo que la gente lo llama ahora capitalismo tardío. No estoy muy seguro de lo que significa.

     

    MN

    En algún momento se nos acabarán las etapas tardías.

    VC

    En los años 80 existía el término «capitalismo tardío»; Ernest Mandel escribió un libro en los años 70 titulado Capitalismo tardío. De alguna manera se transformó en «fase tardía», y eso hace que parezca que está a punto de morir o algo así, que se encuentra en sus últimas etapas y que solo estamos viendo cómo se va encogiendo poco a poco hasta convertirse en una pequeña bolita.

     

    MN

    Es el capitalismo metastásico.

    VC

    Nos encontramos en una especie de punto de inflexión en nuestra economía política. Y el neoliberalismo, como palabra, se utiliza para describir todas estas dimensiones de la economía política: la dimensión global, la dimensión nacional. Sus componentes políticos, sus políticas económicas, las relaciones laborales, todas estas cosas entran en la categoría del neoliberalismo, y empieza a convertirse en algo tan amplio que no tiene mucho peso analítico.

    Creo que ahora estamos viendo algunos cambios importantes en él. Así que, en el fondo, lo que la gente entiende por «neoliberalismo» es simplemente un alejamiento del tipo de régimen regulador distributivo de los años 50, 60 y 70, que también tenía un lugar para el trabajo.

     

    MN

    También conocida como la economía de posguerra y la llamada «edad de oro del capital».

    VC

    Sí, la edad de oro del capital. En términos generales, el capitalismo social y democrático se aleja de eso hacia un régimen económico más desregulado y basado en el mercado. Se llama neoliberalismo porque es una nueva forma de liberalismo.

    Entonces, ¿qué es el neoliberalismo? Lo que se entiende por eso no es el liberalismo político, el liberalismo de los derechos y de la fuerte inclusión política. Lo que quieren decir es una economía desregulada, como la que había en el siglo XIX. Así que el neoliberalismo significa una nueva versión del capitalismo del siglo XIX, que dio lugar a todos esos gigantescos movimientos sociales que nos dieron el Estado de bienestar. Por lo tanto, se supone que el neoliberalismo significa, en términos generales, un giro hacia formas mercantilizadas de intercambio y distribución sin la intervención del Estado en las transacciones del mercado ni en la distribución de los ingresos.

    Si eso es lo que entendemos por neoliberalismo, y nos preguntamos: «¿Es este el fin?», la respuesta es no. Pero lo interesante es por qué la respuesta es no. Hay un aspecto en el que algo ha llegado a su fin, y eso es lo que la gente señala cuando se pregunta: si el neoliberalismo podría estar llegando a su fin. El primero es el apoyo social a todas estas políticas; el segundo es la dimensión global de esas políticas.

     

    MN

    ¿A qué te refieres con el apoyo social al neoliberalismo?

    VC

    Perry Anderson escribió este artículo en 2000, cuando se relanzó la revista New Left Review. La relanzó porque pensaba que estamos en lo que podría ser una era muy, muy larga de dominio del capital, tal vez llamada neoliberalismo. La idea era que esto requeriría una agenda intelectual completamente nueva para darle sentido.

    Y en ese momento, en ese artículo, Anderson hizo la observación de que la ideología del neoliberalismo —la ideología que celebra los mercados, el individualismo y un Estado muy minimalista— es muy hegemónica. La comparó con el poder de la Iglesia cristiana en la Edad Moderna y la Edad Media. Anderson pensaba que la ideología neoliberal era extremadamente poderosa. Lo que eso sugería en ese momento era que el neoliberalismo había tenido éxito como programa político, en parte porque había conseguido el apoyo de la población a través de esta ideología.

    Así que cuando hablamos de los apoyos sociales del neoliberalismo, lo que se transmite es la sensación de que no solo existía un consenso dentro de las clases dominantes y la clase política en favor de una economía política mercantilizada, sino que también se había ganado el consentimiento de las masas a través de diversos medios.

    Y ahora ese apoyo se ha derrumbado. ¿Cómo se ha derrumbado? Bueno, a partir de la época de Occupy Wall Street quedó claro que las enormes desigualdades que se habían acumulado en la década de 1980 y 1990 y principios de la de 2000 se habían vuelto tan marcadas que se produjo un rechazo cultural generalizado y una sensación generalizada de que las personas no solo debían tener derechos políticos, sino también económicos.

    Esto va en contra del espíritu neoliberal, que dice: «Tus únicos derechos son los derechos políticos en la economía». Obtienes lo que te da el mercado. Esa es la ideología del neoliberalismo. Ahora bien, mi opinión es que nunca ha habido un gran apoyo social al neoliberalismo. Creo que la gente siempre lo ha odiado. Creo que la gente odiaba tener que luchar por un trabajo, tener que luchar constantemente por su salario. Creo que odiaban la inseguridad que conllevaba, el retroceso del Estado de bienestar.

    Así que lo que cambió a partir de 2010 no fue que el apoyo al neoliberalismo se desmoronara. Fue que la ira contra el neoliberalismo finalmente se unió. Y, en mi opinión, los izquierdistas y los teóricos críticos de los años noventa y principios de los dos mil, que intentaban aplicar la teoría gramsciana sobre cómo se genera el consentimiento en el capitalismo y cómo el neoliberalismo y el thatcherismo generaron el consentimiento, estaban completamente equivocados.

     

    MN

    Una pregunta que tengo al respecto es que no es que no haya habido resistencia política hasta ahora. A lo largo de esta época ha habido intentos constantes, especialmente por parte de los republicanos, de amenazar con recortar estas prestaciones, en particular la seguridad social. Y cada vez que eso ocurre, por ejemplo, siempre hay una gran presión por parte de grupos sin ánimo de lucro y grupos de estadounidenses de edad avanzada para que acudan a los ayuntamientos a decirles a los republicanos: «No se atrevan a tocar mis prestaciones», y luego votar en contra de ellos en las elecciones de mitad de mandato como una especie de castigo.

    ¿En qué se diferencia este tipo de tensión política de las batallas anteriores para, por ejemplo, proteger el Estado de bienestar de los recortes, algo que habría estado en línea con el neoliberalismo?

    VC

    No ha habido grandes movilizaciones sociales desde la década de 1980, ni en apoyo de la seguridad social ni de ninguna otra causa. La resistencia a su desmantelamiento ha sido casi exclusivamente electoral y de presión. El fracaso de los republicanos y los demócratas a la hora de reducir el Estado de bienestar estadounidense no se debe a que el electorado o los trabajadores se hayan unido y hayan lanzado campañas masivas para frenar su agenda. Se debe a que cada vez que lo han intentado, han perdido las elecciones. Perdieron en las elecciones de mitad de mandato, y eso es lo que estamos viendo ahora mismo en la lucha por Medicaid en la agenda fiscal de Trump.

    Ahora bien, ese es un tipo diferente de resistencia. Es una resistencia a desmantelar ciertas políticas. Existe un tipo diferente de resistencia al capitalismo que tiene una agenda positiva, que no consiste solo en poner palos en las ruedas de los liberalizadores, sino en conseguir nuevos derechos dentro del capitalismo que antes no existían. Eso es lo que hizo el New Deal. En mi opinión, es inexacto decir que el apoyo al neoliberalismo se ha derrumbado. Es más exacto decir que la tolerancia hacia el neoliberalismo se ha derrumbado.

    Nunca ha habido una opinión mayoritaria entre los trabajadores y la gente corriente de que el thatcherismo y el reaganismo sean cosas buenas. En el mejor de los casos, había una aceptación a regañadientes, pero en su mayor parte había una sensación de resignación.

     

    MN

    Creo que eso encaja bien con tus comentarios sobre la distinción entre movimientos sociales y comportamiento electoral, debido al ejemplo tan citado de «en realidad, fue una decisión popular que se tomó para tener algo parecido al neoliberalismo». No sé si la gente vota exactamente por eso, pero el voto de la clase trabajadora a Reagan es un ejemplo muy citado de «bueno, esto es lo que quería la gente». Lo aceptaron activamente.

    VC

    No, no hubo aceptación del programa económico de Reagan. No hubo aceptación de lo que se conoció como reaganismo. Hubo una revuelta contra los demócratas. Hubo una revuelta contra el shock de Volcker, las subidas masivas de los tipos de interés, el desempleo que generó, pero nunca hubo la sensación de que lo que queríamos era un retroceso de nuestros derechos económicos y del Estado de bienestar. Ese es un argumento de ciertos intelectuales liberales de la derecha, pero es profundamente erróneo.

    Creo que la forma correcta de describir lo que ha cambiado es que el público ya no está dispuesto a tolerar lo que se le ha vendido durante treinta años, que es el neoliberalismo. Hay una ira dentro de la cultura y una demanda de algún tipo de cambio, diferente de lo que vimos en los años noventa y dos mil.

    Así que, aunque es un error describirlo como un colapso del apoyo al neoliberalismo, esa descripción sí que da en el clavo en algo, y es que las élites políticas no pueden dar por sentado que pueden salirse con la suya con las políticas sociales mercantilizadas que han aplicado durante los últimos treinta años. Ahora lo saben.

    Es un cambio importante. Porque hay una agitación dentro de la cultura política en la que se entiende que las élites políticas van a tener que cambiar, de forma drástica, la forma en que han estado haciendo las cosas.

    ¿Significa eso que van a alejarse del reaganismo, del thatcherismo, de lo que conocemos como neoliberalismo? La respuesta es, en gran medida, no. Hay un componente que están cambiando: lo que llamamos «globalización». Sin embargo, yo diría que el fin de la globalización, si queremos llamarlo así, no es el fin del neoliberalismo. Es simplemente un cambio dentro de una dimensión del neoliberalismo.

    El neoliberalismo tenía dos dimensiones. Estaba el frente interno y estaba el frente internacional. El frente internacional se ocupaba de cuestiones como los tipos de cambio, cosas por el estilo. Sin duda, está experimentando un cambio importante. Pero en cuanto a cómo los Estados y la clase capitalista se ocupan de la economía nacional —cómo acumulan capital, cómo obtienen sus beneficios, cómo tratan a los trabajadores y al Estado de bienestar—, no hay ningún indicio de que eso vaya a cambiar.

     

    MN

    ¿Podría hablar un poco más sobre su segundo punto, la base del neoliberalismo, concretamente la base política del neoliberalismo?

    VC

    Una vez que entendemos que el neoliberalismo no surgió porque las masas lo exigieran, la pregunta es: ¿cómo surgió? Bueno, surgió porque en Estados Unidos, y podemos limitarnos a Estados Unidos, se produjo un cambio en la forma en que la clase política y económica estadounidense entendía cómo reactivar el crecimiento y los beneficios.

    Desde finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta, la economía estadounidense estuvo bastante estancada. A finales de los setenta, el consenso, especialmente en la comunidad empresarial, era que la forma de reactivar el crecimiento era, en primer lugar, reactivar la rentabilidad. Los beneficios de las empresas.

    Las ganancias corporativas se estaban viendo afectadas, decían, por todos los costos excesivos que el Estado de bienestar y los sindicatos les habían impuesto. El Estado de bienestar, con sus altos niveles de impuestos a los ricos y su gran cantidad de seguros sociales, que, según ellos, desmotivaban a los trabajadores.

    Y luego, por supuesto, estaban los sindicatos, con todas sus reivindicaciones sobre los ingresos de las empresas para conseguir salarios más altos, pensiones, prestaciones, cosas por el estilo. Así que la idea era que teníamos que recuperar la iniciativa —«teníamos» en referencia a la comunidad empresarial— para que, al rechazar todos estos costes, pudiéramos recuperar una mayor parte de nuestros ingresos y conservarlos como beneficios.

    Y una vez que obtenemos esos beneficios, podemos reinvertirlos y esa reinversión conducirá a mayores niveles de crecimiento. Ahora bien, esta era una perspectiva elitista. Para llevar a cabo esa perspectiva, tenían que lidiar con el hecho de que los sindicatos se opondrían a ella. El primer punto de su agenda era debilitar o incluso eliminar los sindicatos.

    Así que en los años 1970, lo que vemos es un ataque generalizado al movimiento sindical, y se hace por dos razones. Es un fin en sí mismo: se reduce el poder de los sindicatos y, con ello, se aumenta el propio poder en el lugar de trabajo como directivo. Se aumentan los beneficios porque los sindicatos pueden exigir menos.

    Pero también hay un beneficio político, que es que, una vez que los sindicatos desaparecen, desaparece la principal fuente de apoyo al Estado de bienestar. Y entonces puedes empezar a rechazar todos los costes que el Estado de bienestar te impone.

    Esa era la esencia. No se impuso mediante algún tipo de deseo masivo de la clase trabajadora por el neoliberalismo. Se les impuso. Y una vez impuesto, bueno, quisieron luchar. Pero si no tienes sindicatos, si todas tus instituciones sociales están siendo desmanteladas, ¿cómo vas a luchar? No queda nada. Lo único que te queda son las elecciones.

    Así que, una vez que lo único que les quedaba era el voto, en realidad se le facilitó mucho el trabajo a los partidos políticos, porque durante esos cuatro años, entre elecciones, tienes vía libre para hacer lo que quieras, porque no hay sindicatos ni instituciones sociales.

    Ese consenso dentro de la clase dominante en favor de este nuevo tipo de economía de mercado lleva más o menos cuarenta años vigente.

     

    MN

    Entonces lo que estás diciendo es que, a lo largo del neoliberalismo, ha habido un consenso en que el Estado de bienestar perjudica la rentabilidad de las empresas. Y que, a su vez, si queremos mejorar esa rentabilidad, tenemos que eliminar un obstáculo importante para la reforma del Estado de bienestar, que son los sindicatos.

    ¿Trump está desafiando, de alguna manera, todo ese consenso, porque es alguien que básicamente se presentó a las dos elecciones con el lema «No vamos a tocar el Estado de bienestar. No voy a hacer nada para quitaros vuestras prestaciones»? Y aunque no era explícitamente prosindical como Bernie Sanders, tampoco hizo campaña con un programa antisindical.

    De hecho, en su primer mandato, trabajó con los sindicatos para mantener sus puestos de trabajo aquí. Y al comienzo de su segundo mandato, se armó mucho revuelo por el hecho de que nombrara a un secretario de Trabajo que estaba a favor de la Ley Pro. Entonces, ¿son Trump u otros políticos como él, como Josh Hawley, de alguna manera diferentes?

    VC

    Es una buena pregunta, y debe abordarse en dos niveles diferentes. El primer nivel es: ¿Podrían estos políticos ser precursores de una especie de escepticismo elitista hacia el neoliberalismo? Una vez más, por neoliberalismo nos referimos al dominio sin restricciones de los mercados sobre nuestras instituciones sociales. Y el segundo nivel es: Incluso si son escépticos al respecto, ¿son escépticos respecto a la cuestión subyacente, que es la priorización de los beneficios empresariales y el poder directivo por encima de los intereses y las vidas del resto de la población?

    Creo que esa distinción se pierde a menudo en estas conversaciones. Empecemos por la primera pregunta. ¿Es posible que personas como Trump o Hawley sean escépticas respecto al dominio tradicional del libre mercado? Creo que la respuesta es sí, son escépticos en el sentido de que están dispuestos a alejarse de algunos de sus componentes en interés del proyecto de clase más amplio al que se han comprometido. Ahora bien, ese proyecto de clase más amplio es lo que trataré en la segunda dimensión de la que he hablado, pero el mero hecho de que estén interesados en cuestionarlo no debe eludirse ni minimizarse. Creo que es algo importante y que ha tenido eco entre la población.

    La razón por la que ha resonado en la población es porque, como he dicho antes, están muy enfadados. Ya no están dispuestos a tolerar el régimen tradicional. El dilema al que se enfrenta la clase dirigente estadounidense —y la europea— es que no son ellos los que quieren alejarse de cuarenta años de neoliberalismo. Es algo que les está siendo impuesto por la población.

    Entonces, lo que están tratando de averiguar es: ¿cómo podemos mantener los aspectos más amplios de nuestro poder sobre la población mientras reestructuramos las instituciones de alguna manera para absorber todos los ataques, las críticas y el resentimiento del electorado? Eso es lo que están tratando de hacer. Ahora bien, para lograrlo, puedes tener a alguien como Hawley diciendo: «Necesitamos preservar la red de seguridad social». Puedes tener a alguien como Trump diciendo: «No tocaré Medicaid ni Medicare».

    Pero hay que entender qué son esas cosas. No son, en modo alguno, una revitalización del Estado de bienestar. En el mejor de los casos, lo que dicen es que mantendrán el statu quo anterior. El statu quo anterior es lo que ha provocado toda la ira de la población en primer lugar. Así que no es una solución muy buena. Lo único que dicen es que no mantendrán el ritmo acelerado con el que han estado desmantelando todo y obligando a la gente a tragarse los mercados.

    Pero desde el punto de vista de la gente, no es nada. Es algo, ¿no? Y ahora están tan desesperados por algún tipo de alivio tras cuarenta años de miseria que una gran parte del electorado ve eso como algo a lo que aferrarse. Así que es muy posible que veamos a algunos sectores del Partido Republicano —e incluso a algunos sectores de la derecha europea— apoyar algún tipo de programa redistributivo débil. Y con eso nos referimos a algún tipo de Estado de bienestar débil. Es totalmente posible.

     

    MN

    Lo que están haciendo es simplemente no seguir atacando.

    VC

    Así es. Debemos entenderlo como una ralentización del ritmo del desmantelamiento, más que como una inversión del mismo.

     

    MN

    Correcto. Y es notable que Trump no esté siendo comparado con Roosevelt en este caso.

    VC

    No. Y ya sabes, el populismo en su momento significaba ataques masivos al poder de la élite. El populismo actual simplemente significa ralentizar los ataques a la clase trabajadora. Eso es todo lo que significa. De acuerdo. Pero mira, no es insignificante. Incluso Hawley, a quien la gente señala como precursor de los cambios dentro del Partido Republicano, está bastante aislado. En la actualidad, es muy reducido el contingente dentro del Partido Republicano que está interesado en preservar la red de seguridad social. Hay literalmente una docena, quizá dieciocho congresistas y un senador. Así que no estamos hablando de un cambio importante en el partido.

    Pero, de nuevo, no debemos ignorarlo. No es insignificante. Y si no fuera por ellos, ahora mismo veríamos en la reforma fiscal de Trump un ataque generalizado a Medicaid. Ahora bien, hay una cuestión más profunda, que es suponer que esa versión del Partido Republicano, ese ala del Partido Republicano, esa ala de la derecha europea, crece hasta cierto punto. Y  vemos un giro hacia los sindicatos y  vemos un giro hacia algún tipo de alejamiento del libre comercio y cosas por el estilo. ¿Significa eso el fin de los últimos cuarenta años de dominio de clase y poder de los empresarios? La respuesta tiene que ser no.

    Esto significa, en mi opinión, que el neoliberalismo no es el problema. Recuerden que empezamos diciendo que la esencia del neoliberalismo es un giro hacia el tipo de dominio de los mercados del siglo XIX. La cuestión es que lo que requiere una democracia plena no es tanto una reducción de los mercados en sí mismos, sino la plena participación de la gente común en las instituciones políticas que los gobiernan. Es posible que haya un dominio sin restricciones del capital en una situación en la que existen instituciones corporativistas.

     

    MN

    ¿Puede explicar qué es una institución corporativista y por qué sería compatible con el poder capitalista?

    VC

    Lo que intentamos comprender es: ¿qué necesitan los trabajadores para defender sus intereses en una situación en la que estos no coinciden con los de los ricos? La razón por la que la clase trabajadora luchó por la democracia es porque pensaba que las instituciones democráticas, el derecho al voto, serían una flecha más en su carcaj para intentar luchar por una vida digna en una situación en la que no tiene mucho control sobre las instituciones clave de la sociedad: el lugar de trabajo, el gobierno, cosas así.

    Así que pensaron que el voto era un elemento muy importante para ello, y los sindicatos son un elemento muy importante para ello. Ahora bien, el deseo de la clase dominante de desmantelar todas estas instituciones, como los sindicatos y otras instituciones sociales, se debía a que quería ejercer un dominio unilateral sobre la política y la economía.

    Hay varias formas de ejercer ese dominio unilateral. Una es a través de los mercados libres, pero también pueden hacerlo organizando a la sociedad civil en lo que se denomina organismos corporativos. No se trata de empresas. Se trata de entidades colectivas que organizan los intereses de las personas de alguna manera. Los sindicatos son un organismo corporativo. Las asociaciones cívicas son un organismo corporativo. Los partidos políticos también pueden ser un organismo corporativo.

    A menudo se olvida que en los años veinte y treinta, cuando la extrema derecha tenía el mayor poder que hemos visto en el último siglo, no lo hizo a través de los mercados libres. Lo hizo a través de lo que se denomina instituciones corporativistas. Es decir, sindicatos, asociaciones cívicas, grupos de ciudadanos. Todas estas cosas que asociamos con una democracia próspera también pueden ser instrumentos del poder capitalista. El ejemplo clásico de esto fue el fascismo.

    En el fascismo no imperaba el libre mercado, sino el dominio de las empresas a través de asociaciones cívicas y organismos ciudadanos. Incluso llegaron a controlar los sindicatos. La razón por la que señalo esto es que lo que la izquierda debería luchar no es por el fin del libre mercado en sí mismo, aunque eso es importante, sino por el fin de la hegemonía de las empresas sobre la sociedad.

    Esa hegemonía de la clase patronal puede ejercerse a través de los mercados libres, pero también a través de cosas como los sindicatos de empresa. Puede ejercerse a través de cosas como los grupos vecinales de derecha, cuya función real es vigilar a los ciudadanos. Puede ejercerse a través de unos medios de comunicación que, en apariencia, son libres, pero que en realidad están completamente controlados por sus propietarios privados, que los utilizan como instrumentos de propaganda.

    Eso significa que cuando vemos al Partido Republicano avanzar formalmente hacia el apoyo a cosas como alguna forma de sindicatos o instituciones sociales, no hay que tomarlo como una victoria de la izquierda. Porque, en el contexto de la hegemonía de los empresarios y las empresas sobre la política, estas aperturas hacia los sindicatos, etc., pueden volverse en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los intereses de los empresarios.

    Así que ahora mismo, cuando vemos a alguien como Trump o Hawley diciendo que debemos alejarnos del neoliberalismo, eso no significa que estén diciendo que debemos avanzar hacia el empoderamiento de los trabajadores. Podrían estar diciendo simplemente que necesitamos nuevas formas de control social. Y esas nuevas formas de control social, formalmente, en apariencia, pueden parecer realmente el tipo de instituciones que asociamos con una democracia próspera. Históricamente, el polo opuesto de una sociedad democrática, que es el fascismo, tenía todo tipo de instituciones que eran contrarias al libre comercio y al libre mercado, ninguna de las cuales favorecía los intereses de los trabajadores.

     

    MN

    Creo que tus comentarios aportan mucha claridad sobre el estado de la situación política. Pero probablemente el fenómeno más importante al que se refiere la gente cuando dice «esto significa el fin del neoliberalismo» son los ataques a la globalización y la supuesta desglobalización que está instaurando Trump. ¿Hasta qué punto cree que es legítimo? ¿Estamos desglobalizándonos?

    VC

    Creo que se puede decir que nos estamos desglobalizando si con ello nos referimos a que la expansión e integración continuadas de la economía global están llegando a su fin. No es que la integración esté llegando a su fin, sino que la expansión continua de la integración está llegando a su fin. Y eso, en realidad, si entendemos que la desglobalización lleva ya unos quince años en marcha, desde la crisis de 2008.

    Lo que vemos desde la crisis de 2008 es que el nivel de integración —si lo medimos cuantitativamente— de la economía global se ha estancado. Desde aproximadamente 1980 hasta 2010, fue en aumento. La economía mundial se fue integrando cada vez más. Alrededor de 2010 se estabilizó, lo que significa que no se desintegró, no se desmanteló la integración, sino que simplemente entró en una fase de estancamiento, con el nivel de integración existente más o menos igual.

    Eso significa el fin de la expansión de la integración global. ¿Es posible que empecemos a ver una reducción del grado de integración? Sin duda es posible. Pero si tuviera que aventurar una respuesta, diría que lo que veremos es una ligera reducción del nivel de integración y luego una nueva estabilización. Es decir, no se producirá una desglobalización continua a lo largo del tiempo. Lo que veremos es un descenso gradual del nivel de integración y luego una estabilización a partir de un punto determinado. Y la razón es sencilla: el grado de integración es tan grande que deshacerlo para volver a unas economías nacionales aisladas sería tan disruptivo que los gobiernos no podrían soportarlo.

     

    MN

    ¿Crees que las políticas comerciales de Trump son en parte responsables de esta dinámica?

    VC

    Sí, sin duda. Ha sido un acontecimiento cataclísmico. Ahora bien, aún es pronto y Trump ha dado marcha atrás en gran parte de lo que ha hecho. Pero ya se sabe que es el modus operandi de Trump. Subió los aranceles a niveles desorbitados, como si fuéramos a sufrir una catástrofe mundial, y ahora los ha rebajado a niveles simplemente muy altos, que no parecen catastróficos, pero que siguen siendo bastante elevados para los estándares históricos.

    Y nadie sabe dónde va a acabar todo esto. Pero tenemos que esperar una clara posibilidad de que se produzca un cierto grado de desintegración de esa integración.

     

    MN

    Las especulaciones que he oído sobre dónde acabaremos son vagas y ominosas, del tipo «no podemos volver atrás», y eso va de la mano con este comentario sobre cómo Trump ha dañado irreparablemente la reputación de Estados Unidos. Volviendo a nuestro episodio sobre el poder blando, la implicación es que lo que Trump está haciendo en esencia es desmantelar el imperio estadounidense, y eso se presenta como otro dato para decir: «Bueno, miren, el neoliberalismo está llegando definitivamente a su fin porque siempre ha coexistido con el imperio estadounidense».

    VC

    Hay cierta confusión, y eso se debe a que el neoliberalismo se ha convertido en un cajón de sastre que lo abarca todo. Así que creo que hay una reducción del imperio estadounidense, pero no es por culpa de Trump. Lo dije hace varios episodios: lo que Trump está haciendo es simplemente reconocer un hecho, que es que el poder geopolítico estadounidense ya no es incuestionable como lo era hace treinta o cuarenta años. El poder geopolítico se basa en última instancia en el dominio económico, y el dominio económico estadounidense en la economía mundial simplemente no es lo que era hace cuarenta años.

    Ahora hay países que han logrado ascender en la escala económica mundial. China es el mejor ejemplo, pero no es el único. En América Latina, economías como la de Brasil. En el sur de Asia, la economía india. Obviamente, está Rusia, que ha logrado defenderse de toda Europa que ha acudido en ayuda de Ucrania.

    Todo esto demuestra que Estados Unidos ya no puede seguir tomando decisiones unilaterales en la economía mundial, lo que significa que tiene dos opciones: o bien seguir con las fantasías de Biden, que consiste en seguir siendo una potencia política hegemónica a nivel mundial, aunque económicamente ya no pueda tomar decisiones, o bien reducir sus ambiciones políticas globales a la misma escala que sus ambiciones económicas, es decir, a la escala de su capacidad económica. O bien rebajar sus ambiciones políticas globales al mismo nivel que sus ambiciones económicas, es decir, a su capacidad económica.

    Y creo que si no hubiera sido Trump, si hubiera sido cualquier otra persona, habrían tenido que hacer lo mismo. Estados Unidos ya no puede tomar las decisiones. Por lo tanto, se está reduciendo el alcance de Estados Unidos a nivel mundial. ¿Significa eso que el imperio estadounidense se está reduciendo? Sí, tiene que ser así, porque un imperio es simplemente la influencia que se ejerce sobre otros países, y eso se va a reducir. No hay forma de evitarlo.

    ¿Significa eso que el imperialismo estadounidense está llegando a su fin? Por supuesto que no. Simplemente será una potencia imperialista más débil que hace cuarenta o cincuenta años. Entonces, cuando decimos que los aranceles están provocando el fin o el desmantelamiento de un aspecto del neoliberalismo, ¿significa eso que los trabajadores estadounidenses deberían apoyar el régimen arancelario? La respuesta es no, en realidad no, porque volvemos al punto que he mencionado antes, que el neoliberalismo no es el problema. El problema es si los trabajadores tienen algo que decir en lo que está pasando a su alrededor. Los aranceles no son un regalo para los trabajadores, sino para el capital. Lo que hacen los aranceles es reducir las amenazas competitivas a las que se enfrentan los empresarios por parte de sus rivales en otras partes del mundo.

    Eso sí que es un regalo para los empresarios. Hay una parte de la izquierda que piensa que si de alguna manera se recupera la industria manufacturera, se podrá volver a sindicalizar. No es así. Si nos fijamos en los nuevos talleres del mundo, ya sea en China, en algunas partes de la India o en algunas partes de América Latina, donde el capital ha fluido en los últimos veinte años para reactivar la industria manufacturera o para construirla, vemos que son talleres infernales.

    Las condiciones de trabajo allí son peores que las que hemos visto nunca en la industria manufacturera en cualquier parte del mundo. Peores que las de la industria manufacturera del siglo XIX en Inglaterra y Alemania. La industria manufacturera no significa el renacimiento de los sindicatos. La organización significa el renacimiento de los sindicatos, y lo cierto es que la clase empresarial ha aprendido en los últimos ochenta años a inmunizarse también contra los esfuerzos de organización dentro de la industria manufacturera. Llevan unas cuatro o cinco décadas de ventaja a la izquierda, que sigue viviendo en ese mundo fantástico de los años treinta y cuarenta, en el que, si se consigue la industria manufacturera, se repetirá la historia de esos años. No será así, porque las formas de poder y control gerencial han evolucionado enormemente desde entonces.

    Vamos a tener que idear estrategias de organización completamente nuevas, incluso en la industria manufacturera. Así que, aunque los aranceles de Trump devuelvan en cierta medida la industria manufacturera a Estados Unidos, lo que probablemente ocurrirá en cierta medida, eso no significa que vayan a volver los sindicatos. Eso depende de que los organizadores aprendan el nuevo panorama, no solo en los servicios, sino también en la industria manufacturera.

    No hay razón para suponer que, en este nuevo panorama, la vuelta de la industria manufacturera aumente la probabilidad de que surjan sindicatos y se organicen. Simplemente no hay razón para creerlo, porque el poder y las formas de control gerencial en la industria manufacturera son completamente diferentes a lo que eran en la década de 1930. Vamos a tener que reinventar el significado de la organización, lo que significa que «el fin del neoliberalismo» a nivel internacional en el régimen global no debe verse como una panacea ni como un regalo para la izquierda o los trabajadores per se. Es, en primer lugar, un regalo para el capital.

    Seguimos en la era del dominio incuestionable del capital. El hecho de que esté experimentando con nuevas formas institucionales no debe engañarnos.

     

    MN

    ¿Dices que ha habido algunos cambios políticos significativos en los últimos diez años, mientras que nuestra política estuvo marcada por Trump y su presencia, pero que esos cambios no han alterado realmente las dinámicas de poder fundamentales de la sociedad, sino que se han instituido para reforzarlas?

    VC

    Hay indicios de que la clase dominante y la clase política están muy inquietas. Les preocupa que ya no se pueda dar por sentada la tranquilidad de una población pacificada, abatida y cínica. Por eso están experimentando con nuevas instituciones sociales y económicas que podrían lograr dos cosas: en primer lugar, sofocar de alguna manera toda la ira y el resentimiento de la población y, en segundo lugar, preservar el desequilibrio básico de poder entre los detentadores de la riqueza y el resto de la población.

    Y lo que nosotros, como izquierdistas, no debemos hacer es dejarnos confundir por el hecho de que estén utilizando la retórica del antineoliberalismo y la retórica del antiliberalismo. No debemos confundir eso con la retórica del empoderamiento social. Porque eso nunca vendrá de arriba. Nunca vendrá de la derecha quitándose la venda de los ojos y diciendo: «Bueno, ahora queremos ser un partido de la clase trabajadora».

    Eso solo vendrá si los trabajadores y los ciudadanos de a pie imponen a estos centros de poder su propia visión de cómo sería una sociedad más democrática, e insisten en que las instituciones que están construyendo estén libres del control de los empresarios, libres del control de sus señores corporativos y políticos, y estén sujetas a sus propios dictados, a su propia toma de decisiones democrática. Nada de eso figura en la agenda de todo este populismo de derecha, ni siquiera en el populismo del Partido Demócrata.

    Porque, como he dicho antes, la lucha actual entre demócratas y republicanos es que los demócratas quieren una clase política más multirracial y socialmente heterogénea que gobierne al pueblo, y los republicanos están más contentos con una clase política más blanca y tradicional que gobierne al pueblo. Ninguno de estos dos partidos piensa en el 80% más pobre de la población.

    Y hasta que eso ocurra, es posible que se produzca un alejamiento de lo que se denomina neoliberalismo, que es el dominio de los mercados. Pero no se alejará el dominio de clase de los ricos y las élites sobre la población, porque pueden hacerlo a través de diversas instituciones, de las cuales solo una es el libre mercado.

     

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