Milei, la recesión y la Embajada en alerta
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Milei, la recesión y la Embajada en alerta

 

El tablero político y económico argentino está al rojo vivo. La recesión, el malestar industrial y las elecciones de octubre encendieron las alarmas no sólo en los despachos empresarios sino también en la Embajada de Estados Unidos. Como señala el periodista Leandro Renou en Página/12, la relación entre el establishment local, Milei y los enviados de Washington atraviesa un momento de máxima tensión.

Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

Crisis fabril y silencio calculado

Los alfiles de Paolo Rocca, desde Techint hasta la propia Unión Industrial Argentina (UIA), ya no ocultan la gravedad de la situación. En la última mesa chica, Martín Rappallini, titular de la central fabril y hombre de Rocca, habló de “devastación” productiva y advirtió que la industria está 10 puntos por debajo del 2023. Aun así, transmitió la orden política: “mantenernos al margen de opiniones políticas, al menos hasta noviembre”.

La UIA, otrora complaciente con los ajustes, cambió el tono. Pide un ajuste con crecimiento para evitar que el gomón ya pinchado termine de hundirse. El dato es letal: los metalúrgicos de ADIMRA tienen hoy un salario promedio de apenas 900 mil pesos, un número que refleja con crudeza la parálisis fabril.

El mapa electoral que teme Milei

Los industriales hacen sus propias encuestas y el panorama no es alentador para el oficialismo. En provincias productivas como Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, la expectativa es de derrota para Milei, con un rojo especialmente duro en San Nicolás y Villa Constitución, donde la destrucción industrial arrasa. En cambio, esperan que el libertario conserve votos en Mendoza y Chaco.

El deterioro económico y el cierre de empresas golpean a los distritos más fabriles del país, un déjà vu de lo que ya se vive en los municipios industriales del Conurbano bonaerense. La bronca social se acumula y amenaza con traducirse en las urnas.

Washington en modo “perfil bajo”

La Embajada estadounidense también ajustó su libreto. Tras el aterrizaje torpe de Scott Bessent, secretario del Tesoro de Trump, y la presión sobre Caputo para acelerar la liquidación de dólares, Washington decidió enfriar gestos de respaldo público a Milei. El enojo de los farmers norteamericanos por la pulseada sojera dejó en evidencia la torpeza de esa jugada.

Incluso, según reconstruyó Renou, circuló un video de Peter Lamelas, nuevo embajador designado, donde cargaba contra Cristina Fernández de Kirchner y defendía intervenciones directas en provincias argentinas. El material fue ocultado: en la Embajada saben que la sociedad argentina rechaza la intromisión extranjera y que cualquier gesto fuera de lugar puede encender más resistencias.

El círculo Caputo-Pazo y las coincidencias PRO

En este tablero aparece también Juan Alberto Pazo, titular de la ex AFIP (hoy ARCA), empresario agropecuario y viejo socio de Caputo. Pazo no sólo negocia con los ruralistas; también figura en la red de sociedades armadas con el propio Caputo, Santiago Bausili y otros exfuncionarios del macrismo, como Mariano Federici.

La trama converge en Invernea, un fondo que concentra inversiones en agro y ganadería y que hoy tiene entre sus socios a Pazo y familiares directos de Caputo. Un esquema calcado de los negocios y favores cruzados que ya habían montado en tiempos de Macri.

Agua al cuello

La combinación de recesión, salarios pulverizados, elecciones inciertas y presión extranjera dibuja un escenario crítico para Milei. En los círculos de poder, tanto locales como internacionales, empieza a calar la idea de que el gobierno libertario se queda sin aire antes de tiempo.

Como ironizó un industrial en la reunión de la UIA, cuando se hablaba de un eventual rescate de Trump: “No te salva ni Obama de esto”.

 

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