El entusiasmo de los productores agropecuarios con la suspensión de las retenciones por treinta días o hasta cubrir liquidaciones por 7 mil millones de dólares se esfumó en el aire en tan solo 48 horas.
Para sumarle impericia política a la medida del gobierno nacional, la desilusión sucedió en medio del congreso anual de Federación Agraria que reúne a los pequeños y medianos chacareros que son los más afectados por las retenciones que ahora ven como sus granos que tuvieron que vender hace meses a las terminales portuarias a menor precio y a las apuradas para pagar deudas, son liquidadas sin retenciones generando un negocio millonario para las agroexportadoras.
“El productor agropecuario quedó muy caliente”, comentó a LPO un asistente al 111° Congreso Anual que se realiza en Rosario y agregó que había muchos productores que tenían algo de soja y querían vender y comenzaron a planificar la logística para sacar los granos del campo y en unos días, despachar en la terminal en medio de la siembra.
En medio de todo eso, se enteraron que los únicos que vendieron y saturaron el stock fueron las exportadoras: “ganaron los mismos gordos de siempre”, se quejaban los productores que la vieron pasar.
Los pequeños productores no somos beneficiarios de las medidas que se tomaron el lunes. La transferencia de recursos es a beneficio de los grandes y no del pequeño productor. Lo que necesitamos son reglas claras es lo que necesitamos
En su discurso, la presidenta de la Federación Agraria, Andrea Sarnari, hizo una crítica moderada sobre la medida de Caputo: “Los pequeños productores no somos beneficiarios de las medidas que se tomaron el lunes. La transferencia de recursos es a beneficio de los grandes y no del pequeño productor. Lo que necesitamos son reglas claras es lo que necesitamos”, dijo.
“La eliminación de retenciones debe ser el camino, esa distorsión debe corregirse de manera escalonada pero firme. Lo transitorio de las medidas perjudica la previsibilidad”, agregó Sarnari mientras que en los salones del Hotel Ariston los productores masticaban la bronca.
“La gente está muy enojada porque nos dimos cuenta que, indudablemente, fue una jugada de las agroexportadoras que hicieron esa diferencia y nunca fue en interes del campo, para mejorar la rentabilidad o darle una oportunidad al productor, quedamos totalmente excluidos”, dijo un integrante de la mesa de los federados.
Pullaro en el congreso de Federación Agraria
En las pequeñas localidades donde el libertario arrasó dos años atrás, comienzan a admitir que va perdiendo el acompañamiento del sector agrícola “y va a seguir descendiendo porque el campo se siente usado”, consideró un asistente al congreso que habló con este medio.
A su vez, señaló que el total de la Mesa de Enlace se enojó con la jugada de Caputo y las agroexportadoras: “los hicieron quedar como unos boludos”, dijo el productor que reconoció que puede haber ruido interno pero no se va a romper. Tampoco van a sacar los tractores a las rutas, dijeron de la Sociedad Rural de Rosario a este portal.
Rotaract club Villa Regina:En esta oportunidad estaremos realizando una COLECTA SOLIDARIA para equipar las salitas de la localidad. Para ello pedimos nuevamente la colaboración por parte de la gente de: -alcohol-lavandina-desinfectante de ambiente-productos de limpieza y sanitización *Además estaremos recolectando LIBROS de todo tipo y para todas las edades que serán destinados a las bibliotecas…
Logré salir de Katmandú la tarde del jueves 11 de septiembre. El aeropuerto – de instalaciones antiguas, sin túneles ni mangas para los aviones – estaba particularmente abarrotado de gente intentando irse: hacía tres días que los vuelos habían sido cancelados, y algunos pasajeros llevaban este tiempo durmiendo ahí. Los militares habían cerrado las instalaciones y puesto barricadas cuando empezaron los rumores de que los manifestantes tomarían también el aeropuerto. El parlamento ya ardía. Yo había estado dos días antes en el centro de la ciudad. Lo había visto todo.
Llevaba quince días en Nepal. Estaba intentando hacer un video documental sobre un tema muy distinto: es un país donde conviven el budismo y el hinduismo, dos mundos religiosos muy diferentes pero que convergen y han dado lugar a la aparición del budismo nepalí, casi una religión propia, muy mezclada con la vida cotidiana. Hay templos en cada esquina y la gente profesa y vive una vida muy tranquila y respetuosa. Es un país muy seguro. Esos principios, extrañamente se hicieron sentir incluso cuando explotó la protesta, con toda su violencia.
La mañana del lunes 8 estaba en el barrio de Tamel, donde se encuentran la mayoría de los hoteles y comercios. Yo mismo me hospedaba ahí. Al principio todo transcurría como un día normal. Quería registrar el festival kumari, una de las pocas veces en que la niña diosa de Nepal sale de su palacio y se la puede ver. Estaba grabando en la calle esperando ese momento y de pronto me di cuenta: alguno cerró la puerta, otro bajó la persiana, y en un rato habían cerrado todos los negocios de golpe. La gente hablaba por los teléfonos con cara de preocupación. El movimiento se volvió diferente. Le pregunté a una persona, que no hablaba mucho inglés, y me dijo: the protest, the protest. Ahí entré a Google y vi las noticias y me enteré de todo. En ese momento ya empezaban los enfrentamientos en el Parlamento.
Era inimaginable lo que ocurriría después. No daba la sensación de que fuera a pasar a mayores, pero volví al hotel frustrado porque la niña kumari nunca salió y tenía la sensación de que no iba a poder hacer mi registro. Ahí vi en las noticias que el conflicto había empeorado: después del mediodía y la tarde empezaron a circular los primeros videos de los enfrentamientos y la represión. A la noche se confirmó el dato de 19 manifestantes muertos y más de 300 heridos. Decidí salir a la calle al amanecer, la historia que iba a contar de Nepal era otra.
Las calles del barrio de Tamel estaban vacías. Las persianas de los negocios bajas. No parecía la misma ciudad que yo había visto durante los últimos quince días. Me hizo acordar a la pandemia. Pero había una diferencia: la señal de protesta era prender fuego en las esquinas, y en muchos lugares habían quedado fogatas o brasas, con o sin gente alrededor. Caminé en soledad hasta una de las pocas avenidas anchas de Katmandú, donde ya se veían grupos grandes de gente que avanzaban encolumnados en una dirección clara: el Parlamento. Ahí vi también a los primeros policías, llegando a la plaza Durban, que es la principal de la ciudad. Me metí entre la multitud, como uno más de ellos.
Yo había hablado con muchos nepalíes que mencionaban el tema de la corrupción, pero no parecía algo a punto de explotar. Y menos que fuera a explotar con los jóvenes a la cabeza. Porque ningún joven me había hablado de esto. El primer choque fue cuando llegamos a una esquina donde había un grupo de unas doscientas personas prendiendo fuego un muñeco en un palo con la cara del primer ministro, K. P. Sharma Oli. El ánimo estaba realmente caldeado. La actitud de la policía era extraña: estaban ahí, pero no intervenían. Esa quietud era consecuencia del revuelo que generaron las diecinueve muertes del día anterior. Pero en el Parlamento fue distinto.
Antes, frente a la fogata donde quemaban el muñeco del primer ministro había un puente, un paso peatonal en el que la gente se amontonaba para mirar lo que pasaba. De un momento a otro empezaron a caminar.
—¿Qué están haciendo? —le pregunté, en inglés, a uno.
—We are going to fight.
Decidí seguirlo. Ya éramos alrededor de trescientas personas. Fue una caminata muy tensa, de media hora; una suerte de procesión. En algunos puntos del trayecto había grupos de policías. Todavía no se producía ningún enfrentamiento, pero se notaba la bronca. Entre los manifestantes, había algunos más enardecidos que insultaban a las fuerzas de seguridad y se les querían ir encima, mientras que otros los contenían. Ahí estaba algo de ese budismo nepalí. No iban a hacer destrozos ni catarsis porque sí: tenían un objetivo claro y hacia allí iban. Cruzamos cinco puntos de la ciudad donde había esos grupos de policías quietos, con sus escudos alzados, como a la espera.
Cuando llegamos al Parlamento, que ocupaba toda una manzana en el barrio de New Baneshwar el ambiente se sentía como una zona de guerra. Todo lo que podía prenderse fuego estaba en llamas. A lo lejos se escuchaban disparos. Una enorme columna de humo negro venía de un auto incendiado en la puerta del frente del edificio legislativo, y dificultaba la visibilidad de la escena.
Me animé a registrar y empecé a filmar y sacar fotos.
El parlamento tiene tres entradas: una al frente —la principal— y dos a los costados. En los laterales, los manifestantes más pacíficos. Eran los sectores más dialoguistas. En la principal, otro grupo de manifestantes iba al choque. Era evidente que querían entrar al edificio. Allí no había diálogo. Había piedras, gases lacrimógenos y balazos. Hasta que llegó el punto de quiebre de toda protesta: la policía empezó a retroceder. Había muchísimos manifestantes y muy poca policía para contenerlos. Rodee el edificio hasta una de las entradas laterales para intentar tener un testimonio de los que estaban más tranquilos. En el frente y en los costados rompían las paredes con caños y arietes. Ahí los propios manifestantes me pidieron que no los filmara. Otro me dijo que se estaba por poner peligroso y me relegué al lateral del edificio. Desde allí pude escuchar un alarido de alegría, como si alguien hubiera hecho un gol y cientos de personas lo estuvieran gritando. Los manifestantes ya corrían dentro de la explanada frontal del Parlamento. Entraban al edificio por el frente y por uno de los costados, todo al mismo tiempo.
Unos minutos antes había renunciado el primer ministro.
La versión que circulaba, mientras yo estaba ahí, era que Sharma Oli se había ido a Dubai. Después se dijo que estaba resguardado en un cuartel militar al norte de la ciudad, desde donde mandó, al otro día, un comunicado.
El parlamento estaba vacío cuando entraron los manifestantes. Al rato salieron a las corridas con papeles oficiales, con cuadros, con sillas. Festejaban y exhibían las butacas de los legisladores como si fueran trofeos. 142 de los 275 escaños del Parlamento los ocupaban legisladores de la Alianza de Izquierda, sostenida por los cuatro partidos principales del país: el Partido Rastriya Swatantra, el Partido Jana Tamajbadi, y dos ramas del Partido Comunista, una maoista y otra marxista leninista, que es la que lideraba Sharma Oli.
El malestar que se había acumulado durante el último tiempo era porque muchos de los líderes de esos partidos y sus familias vivían una vida de lujos y riqueza, mientras el resto del país la pasaba mal. Había circulado un video sobre los Nepo-Babys, hijos e hijas de los principales dirigentes ostentando ropa, relojes, autos y viajes increíbles. Por eso, la semana anterior a las protestas Sharma Oli había prohibido el uso de 26 redes sociales en el país, entre las que se contaban Facebook, Instagram y TikTok. El lunes, después del primer día de protestas, levantó la prohibición, pero ya era demasiado tarde.
Después de arrasar el edificio, los manifestantes se dispersaron con distintos objetivos. Seguí a un grupo que se dirigía a la jefatura de Policía. Unos minutos después toda la policía de Nepal corría para salvarse; huían mientras los manifestantes prendían fuego la sede policial y saqueaban las armas. Los vi saliendo de la comisaría con ametralladoras, escudos y chalecos. Por primera vez sentí miedo. Había en ellos, igual, una extraña calma. Como si tuvieran muy claro lo que querían hacer. No se supo después de alguien que hubiera usado las armas. Una vez que pudieron tomarse esta suerte de revancha frenaron. Muchos levantaban escudos de la policía en señal de victoria.
Decidí que había visto suficiente, ya entrada la tarde, y empecé a regresar. Pasé por la puerta del canal de televisión oficial. También tomado. Volví caminando solo hacia el barrio de Tamel, por calles cada vez más vacías a medida que me alejaba del centro de las protestas. Podía ver en las redes las noticias que desde Katmandú recorrieron el mundo: el incendio de las residencias privadas de los funcionarios, los presos escapando de las cárceles, la muerte de la esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal: ya eran al menos 25 víctimas.
Llegué de vuelta al hotel y llamé a mis padres para avisarles que estaba bien. Y que tenía hacía rato un pasaje de avión a Taipei que debía salir, supuestamente, al día siguiente. Empecé a ordenar mi cabeza. A ver lo que había registrado y pensar qué iba a hacer. Porque hasta el momento lo que se sabía es que habían prendido fuego la ciudad, que no había primer ministro, no había policía. Y no sabía si iba a poder salir del país.
Esa noche subí un reel explicando lo que estaba pasando y fui a dormir agotado. La noche de Nepal es la mañana de Argentina. Cuando me desperté el reel había circulado un montón y había un montón de medios queriendo hablar conmigo. En Nepal viven solo ocho argentinos, y casi no había turistas porque estábamos en temporada baja.
Cuando salí a la calle, el Ejército había tomado el control de la seguridad nacional. Por suerte el barrio de Tamel –la mayoría son hoteles– estaba bastante tranquilo. Si el día anterior parecía pandemia, este parecía otra cosa, con vehículos militares patrullando la ciudad. Toque de queda. Todo cerrado. El único movimiento fue la celebración de Inda Jatra, en honor a un dios hindú en el que se hace una procesión, se exhiben máscaras y figuras talladas. Eso te da la pauta de la importancia que tiene ahí la religión. Salieron, hicieron su ritual y volvieron al toque de queda. Y el ejército respetó esto. No prohibió a la gente hacerlo.
En la calle ya no había taxis y la gente del hotel me consiguió un auto privado que me llevó al aeropuerto. Pasé por varios puestos de control y barricadas. Varias aerolíneas habían suspendido sus servicios. Algunas estaban retomando. Mi vuelo de Air Asia, increíblemente, estaba en horario.
Mientras dejé Nepal, el país vivió una elección inédita en el mundo.
La organización cívica Hami Nepal reunió cien mil participantes en un servidor de Discord y organizó una elección para proponer una salida al conflicto. Eligieron a Sushila Kakri, una mujer de 73 años, activista contra la corrupción y ex presidenta del Tribunal Suprema para guiar una transición de seis meses hacia un reordenamiento institucional. Hami Nepal llevó la propuesta a los militares, que aceptaron su nombramiento al frente de un gobierno interino que funcionará sin la cámara de representantes.
El domingo, desde Taiwán, subí a Youtube un video de lo que pude registrar en esas cuarenta y ocho horas históricas. Ahora, el futuro es una incógnita.
Javier Milei viaja esta noche a Nueva York para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas y reunirse con Donald Trump, en un intento de cerrar el préstamo del Tesoro.
LPO reveló que los 30 mil millones que se habían instalado previamente no serán más de 5 mil millones dado que los fondos totales disponibles es de 22 mil millones. Esto, además, presenta una interna política en el seno del gobierno de Estados Unidos entre los técnicos del que no están de acuerdo con el salvaje y los MAGA que creen necesario que la gestión libertaria no vuele por los aires.
Pero en el apuro del gobierno por oxigenar las reservas y mantener el dólar barato para las elecciones, el gobierno puede encontrase con un problema importante: el Congreso.
Esto es así porque todavía está vigente la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública impulsada por Martín Guzmán y aprobada por el Congreso en 2021. Esa ley contempla en su artículo 1 que se “debe prever un porcentaje máximo para la emisión de títulos públicos en moneda extranjera y bajo legislación y jurisdicción extranjeras respecto del monto total de las emisiones de títulos públicos autorizadas para ese ejercicio y que para superar ese porcentaje máximo se requiere autorización del Congreso”.
Luego, en el artículo 2 establece que “todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como también cualquier ampliación de los montos de esos programas u operaciones, requerirá de una ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe expresamente”.
“La emisión de títulos públicos en moneda extranjera y bajo legislación y jurisdicción extranjeras, así como los programas de financiamiento u operación de crédito público realizados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y las eventuales ampliaciones de los montos de esos programas u operaciones, no podrán tener como destino el financiamiento de gastos primarios corrientes, a excepción de los gastos extraordinarios previstos en el artículo 39 de la ley 24.156 de Administración Financiera, considerándose dentro de esta clasificación aquellas definidas en el Clasificador Económico del Gasto”, cierre la ley en su tercer artículo.
Esto genera un verdadero problema para el gobierno porque no puede usar el pretexto de decir que se trata del mismo crédito ya autorizado del FMI que se renegoció como hicieron para que el nuevo acuerdo con el fondo no vaya al Congreso.
Es una laguna. No hay muchos acuerdos país a país, no te presta plata el Tesoro de otro país, es una cosa bastante Sui generis, pero yo interpreto que tendría que ir aunque no me sorprendería que no vaya
En ese contexto, un diputado de un bloque de centro dijo que el eventual prestamos “debería pasar por el Congreso” pero aclaró que “es una laguna. No hay muchos acuerdos país a país, no te presta plata el Tesoro de otro país, es una cosa bastante Sui generis, pero yo interpreto que tendría que ir aunque no me sorprendería que no vaya”.
Luis Caputo.
En ese sentido, advierte que “si no lo mandan va a recrudecer más la relación con el Congreso en un momento donde la relación está muy mal y está teniendo consecuencias con la falta de acuerdos y que puede repercutir negativamente en la sanción del Presupuesto o de otras reformas que el gobierno necesitaría mostrar. Me parece que es un elemento de mayor tensión”.
Si no lo mandan va a recrudecer más la relación con el Congreso en un momento donde la relación está muy mal y está teniendo consecuencias con la falta de acuerdos y que puede repercutir negativamente en la sanción del Presupuesto o de otras reformas que el gobierno necesitaría mostrar. Me parece que es un elemento de mayor tensión
Este legislador opina que “la posibilidad de préstamo es totalmente negativa. El gobierno hizo algo correctamente para bajar la inflación, que fue cortar las emisiones de dinero y la financiación del Banco Central al Tesoro pero después utilizó un mecanismo que el mismo cuestiona como es retrasar artificialmente el tipo de cambio utilizando reservas y no se cansó de usar stocks, se fumó un blanqueo entero una moratoria los dólares, se está fumando el crédito del FMI, de la CAF, del BID y ahora se va a fumar también un nuevo préstamo”.
“Es una contradicción en sí misma. Otra contradicción es que se ponen tan estrictos con que la Argentina no puede gastar más pesos de los que le entran y son totalmente contradictorios con los dólares, porque con los dólares vivimos pidiendo prestado. Entonces es una gran inconsistencia que le pone mucha más presión a la crisis de deuda que se está gestando”, culmina.
El gobierno de dos durísimas derrotas con el rechazo por mucho mas que dos tercios de ambas Cámaras el rechazo al veto a Ley de Emergencia para las personas con discapacidad y el financiamiento a las universidades. De seguir en este vínculo de tensión, los números que se vienen viendo pueden repetirse.
La derrota por más de 30 puntos a manos del peronismo disparó un escenario de guerra total en La Libertad Avanza de Pilar y los concejales electos hace poco más de una semana ya rompieron antes de asumir.
Las tensiones que estaban subyacentes en la campaña se transformaron en pases de factura y disputas a cielo abierto por el liderazgo local del armado.
El grueso de las acusaciones apuntan a quien encabezó la lista local, Andrés Genna, dirigente alineado a Patricia Bullrich y que en la interna también lo ubican cerca de Ramón “Nene” Vera, el brazo ejecutor de Sebastián Pareja en la Primera sección.
Tanto la concejal Solana Marchesán, que fue en segundo lugar de la lista, como el edil PRO Sebastián Neuspiller (que fue tercero) acusaron a Genna por la estrategia de campaña.
Pero Marchesán fue por más contra Genna: “Tiene una Pyme de robo de fondos de la fiscalización, busca voluntarios y se queda con la plata, con eso cambia el auto. Viven de eso, él y su familia, hace años”, dijo la concejal a Pilar Político.
Genna junto a Ramón “Nene” Vera al afiliarse a LLA. Antes, pasó por el PRO y fue vice de la Coalición Cívica en Pilar.
Este martes, Marchesán presentó una nota en el Concejo exigiendo la exclusividad del sello (hoy repartido en tres bloques) y en redes avisó que quien desee integrar la bancada de LLA a futuro “deberá hacerlo bajo mi conducción y liderazgo”.
El mensaje apunta directo a Genna y a María Ratti, quienes ingresarán al Concejo el 10 de diciembre. Actualmente, Marchesán y Neuspiller articulan en un interbloque LLA-PRO.
Según señalaron a LPO dirigentes al tanto de la interna libertaria de Pilar, entre Genna y Marchesán está todo roto desde el cierre de listas, cuando la concejal fue notificada a último momento por el Nene Vera que no encabezaría la lista y que, en su lugar, iría Genna, ex vice de la Coalición Civica y de paso previo en el PRO.
“Eso es lo que más le dolió a Marchesán y Martín Maganás”, dijo a LPO una fuente con llegada a la concejal y al ex candidato libertario a la intendencia que en estas legislativas anotó a la primera candidata al Consejo Escolar.
Quienes estamos desde los inicios debemos velar porque se mantenga la coherencia en el espacio, con sus debidas y necesarias purgas
Con esta nueva composición, se agrava la fractura que ya estaba expuesta en el Concejo entre los bloques de Marchesán, Juan Pablo Casañas Onganía (que tiene para dos años más) y Juan Martín Tito, que finaliza este año y quedó relegado del último cierre.
“Quienes estamos desde los inicios debemos velar porque se mantenga la coherencia en el espacio, con sus debidas y necesarias purgas”, dijo Marchesán al fundamentar su nota para que su banca tenga la exclusividad del sello de LLA.
“Aquellos que se sumaron después y sobre todo quienes luego eligieron otros espacios políticos deben respetar el rol y la representación original. La Libertad Avanza en Pilar no se vende”, agregó.
Neuspiller fue el primero en apuntar contra Pareja y Vera por poner a Genna al frente de la lista de Pilar: “Cuando la gente va a votar, no elige sellos. Acá se subestimó pensando que la gente iba a elegir el color violeta”.
Poco después del aplastante triunfo de la lista apoyada por el intendente Federico Achaval (60,5 a 29,1%), en la lista libertaria comenzaron los pases de factura.
Neuspiller fue el primero en apuntar contra Pareja y Vera por poner a Genna al frente de la lista de Pilar: “Cuando la gente va a votar, no elige sellos. Acá se subestimó pensando que la gente iba a elegir el color violeta. Pero la gente quiere entrar al cuarto oscuro y encontrar la foto de una persona que le genere confianza”, dijo el concejal PRO a Agenda Propia.
Y acusó a la estrategia discursiva de Genna: “Si yo le doy un mensaje a todos los trabajadores municipales de Pilar de que voy a poner la motosierra arriba de ellos, eso se complica. Porque el empleado municipal no es político, es alguien que se mata y se desvive por Pilar”, dijo.
De acuerdo con Neuspiller, Marchesán expuso a Pilar de Todos: “La campaña no tuvo ningún tipo de mística, ningún tipo de convocatoria, ni enrolamiento, ni compromiso alguno. Eso es algo que tiene que generar y empujar quien encabeza. Pero esto vino mal parido de raíz”.
La Secretaría de Obras y Servicios de la Municipalidad de Villa Regina informa que, por tareas de mantenimiento, el lunes 29 no operará la balsa de la Isla 58. El servicio se retomará el martes en el horario habitual de 8 a 15. Difunde esta nota
En la semana se hizo viral una imagen donde los usuarios de la empresa de colectivos koko debieron bajar a empujar una unidad que se había quedado en el camino. El viaje inconcluso terminó con clientes empujando un colectivo, y llegando a sus destinos a dedo. Ante el decadente servicio, los precios altos y como…