CLOACAS: Sobre como un gobierno que no hace nada pone en jaque décadas de avance
La política hídrica y sanitaria de la administración de Milei atraviesa un desplome histórico. Según datos oficiales, hasta agosto de 2025 la inversión nacional en agua potable y alcantarillado fue de apenas $58.157 millones, frente a los $1,2 billones ejecutados en el mismo período de 2023. La caída real alcanza un 95,2% y golpea de lleno a un servicio esencial para la salud pública.

Buenos Aires, en situación crítica
Si en el plano nacional el recorte es alarmante, en la provincia de Buenos Aires el panorama directamente roza lo escandaloso: sólo se destinaron alrededor de $300 millones, un 99,9% menos que en 2023. En un distrito donde la urbanización y la densidad poblacional exigen una planificación sostenida, semejante desplome implica dejar a millones de bonaerenses expuestos a servicios deficientes y riesgos sanitarios.
Obras paralizadas: de la expansión al abandono
La baja inversión, señalan desde EnOrsai, impacta de lleno en la ejecución de proyectos. Durante la gestión de Alberto Fernández se iniciaron 2.540 obras vinculadas a agua y cloacas, de las cuales el 62,4% fueron completadas. Milei, en cambio, apenas puso en marcha dos: una finalizada en Concordia y otra, en San Justo, que permanece paralizada.
Peor aún, las 855 obras heredadas quedaron en un limbo: el 79,7% presenta menos del 10% de avance respecto a 2023. En territorio bonaerense, de 444 obras recibidas, sólo 46 se concluyeron y más del 85% están prácticamente detenidas.
Promesas que se evaporan
La magnitud del ajuste evidencia que no se trata de un simple problema de gestión, sino de una decisión política: priorizar otros gastos sobre la infraestructura básica. Para igualar la inversión de 2023, el Gobierno debería destinar hasta fin de año $1,9 billones, mientras que en Buenos Aires harían falta $879 mil millones adicionales.
El Censo 2022 había mostrado avances históricos en el Conurbano: el 87,4% de las viviendas contaba con baño con inodoro y el 57,8% estaba conectada a la red cloacal. La parálisis actual amenaza con frenar esa expansión y poner en riesgo el mantenimiento de lo ya construido.
Salud pública en retroceso
El acceso al agua potable y al saneamiento es un pilar básico de la salud colectiva. La combinación de presupuestos mínimos y obras detenidas genera un retroceso alarmante, comprometiendo la calidad de vida de millones de argentinos y argentinas.
Mientras el Gobierno insiste en discursos de eficiencia y motosierra, la realidad de los barrios muestra caños oxidados, cloacas colapsadas y familias que vuelven a depender de camiones cisterna o pozos ciegos. El saneamiento, que debería ser prioridad, se diluye entre recortes y desidia.