Historia de un audio

 

El gobierno de Javier Milei acaba de inaugurar una nueva categoría del insumo básico del espionaje y la filtración a la prensa. Las escuchas ya no se dividen en legales o ilegales. La nueva taxonomía incorpora los “audios amigos” y algo aún más inédito: los “audios amigos” registrados en una de las oficinas más poderosas de la Casa Rosada, la de Karina Milei. De ser verdaderos, más allá del contenido, esos registros marcan una debilidad en los controles del poder. En un país con una historia plagada de filtraciones y audios nunca había sucedido que el sonido sea desde el interior de Balcarce 50.

La saga de los audios que provocaron la baja de popularidad de Milei más contundente desde que asumió la presidencia, comenzaron a difundirse el martes 19 de agosto. La primicia la dieron los periodistas Mauro Federico y Ivy Cángaro en el programa Data Clave del streaming Carnaval, y dos horas después la retomaron Jorge Rial y Mauro Federico en Argenzuela desde C5n. En grabaciones cortas -que se cree que fueron hechas en el café Petit Colón, frente a Tribunales-, Diego Spagnuolo, entonces director de Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), funcionario libertario y amigo de Milei, explica el supuesto mecanismo de corrupción de la agencia. Asegura que le contó al presidente, y advierte que la actuación se la va a llevar puesta a Karina, el Jefe. 

“Hablé con el presidente, él sabe lo que está pasando. Saben que están choreando. No, no corrigieron nada. Saben que están choreando (.…) No te podes hacer el boludo conmigo. Pero no me tiren a mí este fardo o sea llega haber algún quilombo y a mí no me cuidan, yo esto se lo dije al presidente. Tengo todos los whatsapp con Karina. Olvidáte”, se escucha. 

La autenticidad de la voz no fue desmentida por el protagonista. En simultáneo, el abogado Gregorio Dalbón denunció a los hermanos Milei y a otros funcionarios. El juez federal Sebastián Casanello dio paso al fiscal Franco Picardi, quien a la noche de ese día ordenó los allanamientos. La velocidad para las acciones tiene que ver con la teoría del fruto del árbol prohibido, que el mismo Picardi utilizó en otras causas de escuchas y que indica que si audios de origen ilegal son la prueba inicial, la causa caería. En eso se basa la nulidad pedida por la familia Kovalivker, dueños de la droguería Suizo Argentina, señalada en el entramado de las coimas por Spagnuolo.

El viernes pasado, a casi diez días de la difusión en serie de los audios atribuidos al ex director de Andis, apareció la voz de Karina Milei. En dos cortes breves se escucha a quien se cree es la Secretaria General de la Presidencia pidiendo unión y contando que ella trabaja de 8 a 23. El periodista Mauro Federico no había dicho en dónde se habría grabado la conversación que volvió a presentar en Carnaval. Fue el vocero presidencial Manuel Adorni quien situó la grabación en la Casa Rosada.  

“En cuanto a los supuestos audios de Karina Milei:

– Si los audios son verdaderos estamos ante un escándalo sin precedentes. Sería la primera vez en la historia Argentina que se graba a un funcionario dentro de la Casa Rosada.

– La difusión de estos audios, a 10 días de la elección de la provincia de Buenos Aires, confirma que todo lo que viene ocurriendo es una operación orquestada y diagramada de desinformación, con el evidente objetivo de desestabilizar al gobierno e influir maliciosamente en el proceso electoral. 

Fin.”

El lunes, mientras desde Carnaval anunciaban la difusión de otro audio con la voz de Karina Milei y donde sí habría referencias al supuesto esquema de corrupción y mencionaría a uno de los Menem en el gobierno, Adorni informó que el Poder Ejecutivo había denunciado ante la Justicia Federal una operación de inteligencia ilegal con el fin de desestabilizar al país en plena campaña electoral. “Se grabaron conversaciones privadas de Karina Milei y otros funcionarios, las que fueron manipuladas y difundidas para condicionar al Poder Ejecutivo. No fue una filtración. Fue un ataque ilegal, planificado y dirigido. Fin”, tuiteó el vocero presidencial. La medida pide el allanamiento contra los periodistas Mauro Federico, Jorge Rial y otros. Además de una medida cautelar urgente para prohibir la difusión, reproducción y circulación de los audios “en resguardo de la legalidad, la vigencia del Estado de Derecho y la transparencia de los procesos democráticos”.

Los audios hasta ese momento no habían sido descartados por falsos. El gobierno libertario, con este paso, entró también en la historia argentina en otro grupo -además de ser el primero en el que se difunde una grabación de un funcionario desde la Rosada mientras está en funciones-; está entre los gobernantes que actuaron para silenciar al periodismo en la difusión de audios del poder. 

***

Los micrófonos ocultos en la Residencia de Olivos y en la Casa Rosada aparecieron en la primera década de la vuelta de la democracia, y reaparecieron con la forma de celulares del círculo íntimo del actual gobierno. Las escuchas o los intentos de escuchar son históricos y las filtraciones a la prensa para su difusión también. 

En un país con una historia plagada de filtraciones nunca el sonido había salido del interior de Balcarce 50. El gobierno de Javier Milei inaugura la categoría de “audios amigos”.

En 1972, Bob Woodward y Carl Bernstein tiraron de la cuerda de la detención de un grupo de supuestos plomeros durante una noche en el edificio Watergate de Washington. Descubrieron que, en realidad, el gobierno de los Estados Unidos había mandado instalar micrófonos en las oficinas del partido Demócrata, opositor en ese momento. La saga publicada por los periodistas en el Washington Post terminó con la renuncia de Richard Nixon a la presidencia. El dato que confirmó que el presidente republicano lo sabía fue el sistema secreto para grabar conversaciones en el Despacho Oval. En una cinta se escuchó que sabía del encubrimiento. “Watergate” se convirtió en un capítulo fundacional de la historia de la investigación periodística moderna. También, de la inviolabilidad del secreto de las fuentes que desde dentro del poder funcionan como perros lazarillos para conducir a los periodistas por los pasillos de la información que se quiere ocultar. 

***

Los micrófonos en la Quinta presidencial de Olivos irrumpieron mediáticamente en enero de 1990. Es leyenda la discusión entre Zulema Yoma y Carlos Menem en la que cayó un cuadro y detrás apareció un micrófono. Nadie confirmó si la pelea fue de esa magnitud, pero los micrófonos fueron confirmados por varias fuentes.  

En el verano de 1990, Argentina vivía una ola de calor que llevaba la sensación térmica a más de 45 grados. El fenómeno climático compartió las tapas de los principales diarios con el escandaloso divorcio presidencial. Un lunes de enero, Zulema Yoma dio una entrevista en Radio Rivadavia para informar que se iba de Olivos porque “su seguridad y la de su familia corría peligro”. También denunció que sus llamadas telefónicas eran escuchadas, “interceptadas”, dijo. 

El lunes 29 de enero de 1990, el brigadier Andrés Antonietti, jefe de la Casa Militar, dio una conferencia de prensa donde mostró fotos de enchufes y un conmutador telefónico. Aseguró haber encontrado tecnología sofisticada, otra versión periodística habló de una “antena parabólica”, para escuchar las conversaciones de la quinta presidencial. Además, informó que detectaron micrófonos en las oficinas de la Casa Rosada y dio un detalle: eran del tipo de los que necesitaban cambiar las pilas cada siete días. Juan Bautista “el Tata” Yofré había sido hasta ese mes el jefe de Inteligencia del gobierno de Menem y, décadas después, contó que al principio de su mandato había “barrido” las oficinas del presidente Menem y que había encontrado micrófonos fuera de funcionamiento. Al que escuchaban era a Raúl Alfonsín. En uno de sus libros, el autor y actualmente director de la Escuela Nacional de Inteligencia de Milei, relativizó el hallazgo de los micrófonos con pilas recargables. 

La historia trae apellidos que se repiten en el juego de espejo de los gobiernos Menem-Milei y los audios persistieron durante los gobiernos democráticos. Con los cambios de la tecnología, cada administración tuvo un sello distinto en la manera de escuchar y filtrar. 

 El gobierno libertario entra también en la historia argentina por silenciar al periodismo en la difusión de audios del poder. 

Los años 90 serán recordados, entre tantas otras cosas, por la irrupción masiva de los celulares. Las “pinchaduras” se “democratizaron” como Internet lo hizo con la información. En las mesas del bar frente al Tribunal de Dolores, donde varios veranos la agenda mediática obligaba a los medios a enviar periodistas en la seguidilla de los casos “Cabezas”, “Coppola” y “Perel”, se había establecido un guiño entre cronistas agotados de las guardias y de pasar enero en la ciudad que era la sede de los tribunales de todo lo que pasaba en la Costa Atlántica. Antes de empezar a hablar de alguna información que no querían que trascendiera, se señalaba a los celulares y con un movimiento se sacaba la batería, así supuestamente los teléfonos no se transformaban en micrófonos de los “servicios” de inteligencia. El gobierno de Carlos Menem también había sido advertido que los “movicom” podían funcionar como micrófonos para escuchas. 

Desde esa época, en el mundo de la política se sospecha siempre de ser escuchados. Incluso una de las primeras renuncias en el gobierno de Javier Milei tuvo una supuesta “escucha” como telón de fondo. “Buen viaje”, habría sido la frase que llevó a Sandra Pettovello a asegurar que el Jefe De Gabinete la espiaba. La funcionaria había planeado un viaje que no había informado oficialmente. Nicolás Posse renunció a causa del desgaste natural según la explicación oficial. Guillermo Francos reemplazó a Posee y cuando le preguntaron por el supuesto espionaje lo calificó de un rumor aunque reconoció que él también había escuchado la frase de su antecesor a Petovello. 

En un clima de internas en el actual gobierno, las sospechas de las escuchas entre sus miembros fueron reflejadas por la prensa en los últimos meses. Pablo Ibañez en Cenital y Ricardo Ragendorfer en Tiempo Argentino publicaron casi al mismo tiempo que la vicepresidenta Victoria Villaruel ordenó buscar micrófonos en el Congreso después de la última crisis con Milei.

***

En la historia democrática, a la aparición de micrófonos, de las pinchaduras y de las escuchas, se le suma un debate que cruza a los medios de comunicación y a los periodistas: cuáles se publican y cuáles no. 

La discusión tiene un hito. El diario Perfil a fines de mayo de 1998 publicó una serie de escuchas en las que los hijos de Fernando de la Rúa parecían usar sus influencias para aprobar exámenes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Las escuchas estaban en un casete con las conversaciones telefónicas obtenidas ilegalmente en la casa de quien era jefe de gobierno porteño y convertido en líder de la fórmula de la Alianza. Eran conversaciones entre “Aito” y “Antonito” con una compañera y unos profesores. Los casetes fueron presentados ante el juez que investigaba las escuchas ilegales, quien las derivó a un juez federal porque el escenario del supuesto delito de tráfico de influencia era una universidad. Los hermanos De la Rúa fueron declarados inocentes por la Justicia, aparecieron las actas donde se habían presentado a rendir. 

Pero antes, el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley para castigar la publicación de escuchas ilegales. El texto no solo establecía penas para quienes las hacían sino también a los medios que las publicaran. El argumento era que invadía la privacidad de las personas. Eran una época en la que la grieta no existía pero sí una asociación llamada PERIODISTAS, que reunía a figuras de la prensa que pensaban distinto. La agrupación criticó duramente esa criminalización y el proyecto no avanzó. En ese momento quedó en claro que el periodismo difunde los audios cuando son de interés público. Pero también abordó otro debate que aún perdura. Tras el argumento de la privacidad no se puede ocultar el secreto. Una tensión clara, el periodismo tiene como función mostrar lo que el poder político, económico o el que fuera quiere ocultar. 

En el mundo de la política se sospecha siempre de ser escuchados. La vicepresidenta Victoria Villaruel ordenó buscar micrófonos en el Congreso después de la última crisis con Milei.

PERIODISTAS -integrado por Magdalena Ruiz Guiñazú, Santo Biasatti, Atilio Cadorín, Nelson Castro, Ariel Delgado, Rosendo Fraga, Carlos Gabetta, Rogelio García Lupo, Andrew Graham-Yooll, Mariano Grondona, Roberto Guareschi, Jorge Lanata, José Ignacio López, Tomás Eloy Martínez, Joaquín Morales Solá, James Neilson, Hermenegildo Sábat, Fernán Saguier, Oscar Serrat, Ernesto Tiffenberg, Jacobo Timerman y Horacio Verbitsky- rechazó la “equiparación entre intimidad y secretos” que entendían se desprendía del proyecto de ley. “No es admisible extender esa protección a cualquier secreto, ya que dentro de esa categoría también entran los actos ilegales que funcionarios públicos desearían mantener desconocidos”, se lee en el viejo comunicado. 

La discusión sobre si los audios obtenidos de manera ilegal se deben difundir o no se mantuvo con el correr del tiempo. El “Soy yo, Cristina, pelotudo” de la expresidenta fue dado a conocer en el arranque de la temporada de La Cornisa en Radio La Red. Fue el 23 de febrero de 2017. La discusión central fue que era una conversación privada filtrada de un expediente judicial. A Parrilli, ex jefe de la SIDE de Cristina Fernández entre otros cargos, lo estaban escuchando en dos causas judiciales. La cadena de custodia de las grabaciones se rompió y llegaron a la prensa los audios con sus conversaciones con la expresidenta. En los canales de noticia hubo muchos que se negaron a publicarlo. 

“Cinematográfica”. Así definió Majul la manera en la que obtuvo los audios. Era el fin de semana, horas antes de que arrancara la nueva temporada de su programa radial, y el periodista corría por los bosques de Palermo cuando se le acercó alguien con un sobre con las escuchas. Un año después, en un programa de televisión, Pamela David le remarcó sobre la casualidad del momento en el que le llegó a la escucha. Majul contestó: “Claro, casual no es nada. Todo tiene un objetivo (..) Bueno, pero ¿sabés qué, Pamela? El asunto es qué tenemos que hacer nosotros como periodistas. Yo sé lo que tengo que hacer como periodista. Reviso el material. Analizo como editor responsable cuál es el verdadero interés público. Y resuelvo en consecuencia”.

El audio era la voz de Cristina Fernández, pero ya no era presidenta. Lo que marca una diferencia con los dos audios de Karina Milei que se difundieron el viernes 29 de agosto cuando ella es El Jefe, la funcionaria más poderosa en el esquema libertario.  

Otra de las diferencias es que la mayoría de los audios filtrados a la prensa de los últimos años tienen como origen órdenes judiciales, como indica la ley, pero que se filtran de manera no clara a la prensa. Tanto en los casos más resonantes como el de Cristina Fernández de Kirchner como expresidenta; la llamada “Operación PUF” en la que se escucha a ex funcionarios kirchneristas hablar desde un teléfono público del penal de Ezeiza sobre una operación para frenar la causa Cuadernos de las coimas durante el gobierno de Mauricio Macri, el falso abogado Marcelo D’Alessio con una condena a más de 13 años de prisión por asociación ilícita, extorsión, tareas de inteligencia prohibidas y lavado de activos.

El entramado de los audios que lograron masividad en la agenda pública es complejo, pero para los fines de la taxonomía, que implica una simplificación, se podría sintetizar que la mayoría de ellos fueron grabados por algún organismo estatal o un actor de ese organismo fuera de la ley y que por lo general las filtraciones fueron sobre los antiguos ocupantes de la Casa Rosada. El antecedente que deberían haber registrado en el oficialismo es el peligro de grabarse, pero el poder confunde la impunidad y no registraron los videos y chats del ex presidente Alberto Fernández que son la base de las denuncias e investigaciones judiciales por corrupción y violencia de género. Claro que la filtración fue después de haber dejado la Casa Rosada. 

Esta clasificación solo se ajusta a las escuchas y deja fuera los seguimientos a políticos, periodistas y otras figuras que se han denunciado y que la ley de Inteligencia prohíbe claramente. 

***

¿Quién grabó? ¿Quién filtró? Son dos preguntas que se hacen desde el Gobierno. El viernes cuando se difundió el audio atribuido a Karina Milei, la gravedad institucional reforzó la búsqueda de responsables. Hasta ahora el “quién filtró” es lo más complejo de determinar y las más de cinco hipótesis hablan sobre quiénes con los audios amigos lograron la masividad para que la supuesta corrupción aparecieran en el gobierno que llegó con la bandera de terminar con “los curros”. En las viejas redacciones se repiten varias frases, una de ellas es la que dice que detrás de cada primicia hay una gran traición. Muchas veces son los llamados de viudas o viudos del poder quienes cuentan los secretos que en los palacios se pretenden ocultar. En este caso los audios, aunque terminen no siendo la prueba fundamental en la causa que investiga la corrupción en la era de Milei, son grabados desde teléfonos celulares de aliados y funcionarios propios. Entonces, el quién difundió podrían tener otros actores. 
El gobierno que llegó a terminar con la corrupción gracias a las redes sociales y a los contenidos grabados desde los celulares tiene en su propia mecánica la primera gran crisis. La escena viral del lanzamiento de “Fuerzas del Cielo” y de su posterior aclaración ante el repudio generalizado. Daniel Parisi, más conocido como El Gordo Dan, fue el principal orador del lanzamiento de esa rama libertaria el domingo 19 de noviembre de 2024. Desde el escenario presentó al brazo armado de Javier Milei, ya en el gobierno. Hicieron una aclaración, el discurso había seguido. “Pero ¿armados con qué? ¿Sabés con qué? Con el arma más poderosa del Siglo XXI”, y levantó el celular.  

La entrada Historia de un audio se publicó primero en Revista Anfibia.

 

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    Los bloques opositores que impulsaron la creación de la comisión investigadora para el caso Libra buscarán imponerse ante los libertarios y sus aliados para reformar la resolución de origen, designar un presidente y destrabar su funcionamiento.

    La pelea crucial arrancará este martes a las 17, en el Anexo del Congreso, en el plenario de las comisiones de Presupuesto y de Peticiones, Poderes y Reglamento, presididas por José Luis Espert y Silvia Lospennato. La Libertad Avanza y el PRO pretenden que la comisión caducó, tal como anticipó LPO que dirían, pero una diputada de UP avisó que eso forma parte de “las provocaciones”: “Nosotros tenemos que ir, dictaminar y llevar el tema al recinto sin entrar en el juego de ellos”, argumentó.

    El choque quedó habilitado después que Maximiliano Ferraro mocionara el emplazamiento de ambas comisiones en la última sesión, la que le provocó 12 derrotas políticas a Javier Milei. La iniciativa del legislador lilito cosechó 135 votos y quedó en condiciones de debatirse en el plenario, con el propósito de saltar la neutralización política en la que la sumieron tácticamente Martín Menem y Cristian Ritondo, con la anuencia circunstancial de un sector de UP.

    Fuentes parlamentarias dijeron a LPO que los peronistas, los pichettistas, los radicales de Facundo Manes, la izquierda y los legisladores de Elisa Carrió son 18 legisladores sobre 31 en la comisión de Lospennato y 20 sobre 35 en la que mantiene pisada Espert. Con esos números, hasta los macristas presumen que la oposición está “sobrada” para cambiar la resolución de creación del cuerpo.

    ¿Volvió el pacto?: Una oportuna pelea de camporistas y libertarios impidió tratar Comisión Libra y límite a los DNU de Milei

    El proyecto de Ferraro, acordado con sus colegas comprometidos con la investigación por la estafa cripto, establece que el presidente de la comisión pueda ser nombrado por los bloques que, unidos, junten mayor cantidad de diputados en recinto. Esa disposición regiría en caso de empate entre los miembros de la comisión investigadora a la hora de designar a su titular, algo que ocurrió en la reunión en que pretendieron conformarla y naufragó entre el candor opositor y las triquiñuelas que Ritondo tramó para salvar a Menem.

    Como informó LPO, el líder del bloque PRO espabiló al riojano para que habilitara la subdivisión de los bloques parlamentarios con el objetivo de ir sumando más representantes de aliados al oficialismo en el cuerpo. El objetivo era evitar que prosperara la investigación, algo que el gobierno estaba dispuesto a lograr por todos los medios.

    Bornoroni y Ritondo.

    Así, la comisión quedó integrada por 28 diputados y los candidatos propuestos por ambos sectores para presidirla, Gabriel Bornoroni a propuesta de los libertarios y la peronista Sabrina Selva por voluntad de la oposición, empataron 14 a 14 dos veces seguidas.

    Por esa razón, Menem terminó acordando con los jefes de las bancadas opositoras, en una sesión problemática el pasado 4 de junio, que la comisión fuera coordinada por el secretario parlamentario de la Cámara Baja, Adrián Pagán. El “coordinador” se desempeña como empleado legislativo hace décadas pero ahora se encuentra bajo las órdenes del riojano, algo que también sirvió para dormir la comisión o quitarle validez a las actuaciones, tal como planteó en recinto Ferraro.

    Nosotros tenemos que ir, dictaminar y llevar el tema al recinto sin entrar en el juego de ellos.

    Según adelantó a LPO un legislador opositor, los bloques que promueven la investigación sobre la promoción que hizo Milei de la estafa el 14 de febrero último volverían a proponer a Selva como presidenta.

    Al cierre de esta nota, era una incógnita la estrategia que utilizarían los libertarios y los partidos más colaborativos con la Casa Rosada. “Sin comentarios”, respondieron a LPO, y agregaron: “El tiro puede salir para cualquier lado o no salir”.

     

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  • 144 veces no

     

    Hubo un tiempo en que lo personal era político y todas a favor de tirar abajo el patriarcado. Entonces ocurría, en Argentina, la Revolución de las pibas, de las mujeres, del colectivo LGBT+, de las viejas. Mientras tanto, también en Argentina, en Belén de Escobar, Claudio Contardi violaba y tenía virtualmente secuestrada a su mujer, Julieta Prandi, y cuando ella se resistía la acusaba de putita, seguro estás con otro. Como la propia Prandi contó, cuando iba a denunciar a la comisaría, escuchaba a otras mujeres, más pobres que ella, que recibían como respuesta: volvé a tu casa que ya se le pasó la borrachera (¿dirían mamúa o pedo, los policías?). 

    El 3 de junio de 2015 fue la primera marcha del #NiUnaMenos, el #MeToo se viralizó en 2017 y llegó al país —no sin discusiones internas—, y 2018 fue el año del primer debate por el aborto en el Congreso, la causa que unificó a todos los feminismos. Prandi denunció que en esa época Contardi la violó, al menos, 144 veces. Los años más feministas de la historia argentina.

    ***

    La miniserie que compite con Netflix estos días (¿ya la están filmando?) tiene todos los ingredientes de una buena telenovela, una versión remasterizada de La Bella Durmiente en tiempos de avance feroz de las ultraderechas, con una heroína, un príncipe, un villano y un montón de otros personajes necesarios para la construcción de una trama que habla de un tema complejo: lo que pasa entre las sábanas en el dormitorio principal cuando no hay deseo ni amor sino sometimiento y dolor. Los cuentos de hadas son relatos de terror con final feliz. Lo que vivió Julieta Prandi en manos de su depredador, Claudio Contardi, aparentemente también. Hoy podemos decir que esta miniserie tiene un desenlace feliz, aunque las heridas de la víctima recién empiecen a curarse.

    ¿Por qué no podemos despegarnos de esa pantalla? ¿Por qué nos interpela tanto?  

    El caso Prandi vs Contardi podría leerse a partir de una enumeración de hechos contados con números:

    1. Claudio Contardi fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminall N° 2 de Zárate-Campana a 19 años de prisión “por abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño en la salud mental de la víctima de manera reiterada en concurso real”.

    2. El fiscal pedía una pena de 20 años de prisión. La querella, representada por el abogado de Julieta Prandi, Javier Baños, extendía el pedido a 50 años.

    3. En la lectura del veredicto dictaminado por los jueces Lucía Leiro, Daniel Rópolo y Mariano Aguilar consta que los abusos ocurrieron durante 8 meses, entre julio de 2015 y marzo de 2018 en Belén de Escobar.

    4. En febrero de 2019, después de 8 años de matrimonio, ella le pidió el divorcio. Tuvieron 2 hijos. 

    5. Lo denunció en octubre de 2021 y la causa fue elevada a juicio en octubre de 2022. La condena se empieza a cumplir 10 años después del comienzo de los hechos, casi 4 de la denuncia y 3 del juicio. En ese lapso Prandi vivió aterrorizada.

    6. En el juicio declararon 14 testigos.

    7. La restricción de acercamiento del acusado a la víctima durante el juicio fue de 300 metros.

    8. Prandi declaró que Contardi la violó 144 veces. 144 es el número para denunciar violencia de género, ¿una paradoja?

    El mediodía del miércoles 13, cuando Julieta Prandi se enteró del veredicto, se puso a llorar. Acto seguido, de la mano de su actual pareja, Emanuel Ortega, rodeada primero de camarógrafos en la sala de audiencias y luego de micrófonos en las escalinatas a la salida del Tribunal, dijo: 

    —La Justicia finalmente escuchó. Hoy vuelvo a vivir. Hay un antes y un después. 

    El mejor desenlace para la telenovela que supimos consumir con morbo y avidez las últimas semanas. El final feliz del cuento de hadas.

    La abogada Sabrina Cartabia, que había representado a Thelma Fardin cuando denunció a Juan Darthés (condenado a 6 años de prisión en Brasil en 2024, pena ratificada en marzo de 2025 y que ayer generó revuelo a partir de una noticia fake), le dijo a Anfibia, luego de leer la sentencia:

    —El fallo aplica los estándares de la Corte Interamericana de DDHH para valorar la prueba en casos de violencia sexual. No es el primer caso en Argentina que los recepta, pero es indudable que por su impacto mediático y social es relevante que el poder judicial utilice estas herramientas.

    El inconsciente de Contardi

    Un recorte significativo de las declaraciones del acusado y de la víctima reproducidas por los medios deja ver un poco más allá (o más acá):  

    Contardi: 

    —Yo estaba enamorado, me casé enamorado y tuve dos hijos con ella, enamorado. Nunca abusé de ella sin su consentimiento.

    Vale la pena detenerse en la frase “Nunca abusé de ella sin su consentimiento”. Prandi dijo: “Su inconsciente lo traicionó”. ¿Allí habla el inconsciente de Contardi? (en el doble sentido intencionado que la pregunta sugiere). O, dicho en el barrio: ¿Se manda en cana solo? ¿Se cree impune? ¿Todo eso y más? Bueno, la Justicia dijo: no funciona así, sabelo. No era amor, era abuso.

    Flavia Crupi, psicóloga de Prandi durante el proceso, dijo en una entrevista con los medios fuera del Tribunal de Campana: 

    —Solamente con escuchar es suficiente. 

    Tanta razón tenía. En su declaración como testigo, había afirmado:  

    —Yo a ella le creo porque hay cosas que dijo que son inimaginables. Que yo no puedo contar por secreto profesional, pero que ella tampoco, por pudor y vergüenza, porque es escalofriante. 

    El te creo, hermana feminista se resignifica. ¿Queremos que nos cuente? ¿Hasta dónde llega el morbo?

    Prandi: 

    —Yo era su esposa y lo tenía que hacer. Mientras dormía me agarraba del cuello, se ponía por detrás, abusaba de mí y cuando acababa, salía y lo hacía sobre mi cuerpo. Cada vez que lo recuerdo me dan ganas de vomitar. No fui violada una vez, sino infinidad de veces.

    Luego, dirá que en el juicio debió revivir una y otra vez los hechos, la revictimización de la víctima. Demasiados dedos en la llaga. 

    Quizás la más significativa de sus frases haya sido:

    No es no, casada o no casada. 

    Rita Segato nos enseñó que la violación no tiene que ver con el deseo sexual sino de dominación; es un acto de poder y de disciplinamiento moralizador sobre la mujer que se aparta del lugar que le es asignado socialmente: la esposa tiene que complacer al marido.

    Prandi: 

    —Quiero que pague los años que me robó de vida y el maltrato que padecí. Quiero que pague con la cárcel, es la única manera de saldar este dolor. Espero una Justicia digna que esté a la altura. Demostrémosles a las víctimas que si denuncian van a tener paz. Está en manos de los jueces. Quiero irme a mi casa y que este individuo esté preso. Se trata de mi integridad y también es el ejemplo que le tienen que dar a todas las víctimas de violencia.

    Que pague. Durante la lectura de la sentencia, como es habitual, se estableció que el condenado deberá hacerse cargo de los costes del juicio. La víctima, que además sufrió violencia psicológica y económica por parte del victimario, ya pagó. Cada vez que él abusó de ella “con” su consentimiento (en palabras de Contardi), cada vez que la amenazó, cada vez que la manipuló. El costo es físico, económico y psicológico.

    A la salida del Tribunal, un periodista poco informado le preguntó a Prandi si ahora que todo había terminado, iba a volver a trabajar. Y ella le replicó que nunca había dejado de hacerlo (coconduce un programa a la tarde en la 100, Sarasa). Las mujeres facturan de Shakira en otro giro feminista. 

    La causa sigue. Contardi contrató nuevo abogado: Fernando Sicilia reemplazó al anterior defensor, Claudio Nitzcaner. Lo primero que hará es presentar un habeas corpus reparador para pedir la libertad hasta tanto el fallo quede firme.

    El condenado pasó la noche en la dirección de Investigaciones de la Policía de Campana para luego ser trasladado a un penal bonaerense, la Alcaidía 3 de Melchor Romero, en La Plata, donde pasan sus días los rugbiers del caso Fernando Báez Sosa. 

    Fernando Burlando, titular del estudio de abogados de Prandi, dejó en claro el precio que va a tener que pagar y las pruebas a las que deberá someterse Contardi, una reversión de la Ley del Talión o del ojo por ojo para casos de violación: 

    —Tristemente famoso pero para ser figurativo: todo lo que han visto en las series e incluso nacionales vinculada a cómo es la convivencia en las unidades carcelarias, tiene muchísimo de realidad. El servicio penitenciario toma precauciones y en este caso también debe tomarlas para que a Contardi no le pase nada. No deberían pasar esas cosas, pero bueno, la población carcelaria también es emocional. (El que las hace las paga de Bullrich, una bicoca).

    Cartabia es crítica con respecto a esta postura: 

    — Ser ultrajado no es parte de la condena, es un trato cruel, inhumano y degradante que nadie merece y siempre configura un delito. Contardi debe cumplir una pena en condiciones dignas y el sistema debe ser garante de que no se de un giro perverso cuando condenamos por un lado la violación, pero nos regodeamos por el otro sobre el destino cruel que le espera a un condenado. Justicia es que no haya más violaciones y responsabilidad es que en los penales no se celebre el daño a las personas que nos indigna y sensibiliza extramuros. Si no nada habrá cambiado y la violación seguirá siendo parte de nuestro cotidiano.

    La cuarta ola salpica

    Lo que el caso Prandi vs Contardi pone sobre la mesa, y en la cama del dormitorio principal, son los casos de violación en el interior de los matrimonios. La pregunta sería: ¿y por casa cómo andamos? El caso habilita y expande la cuestión espinosa también a las feministas. En la miniserie en tiempo real que compite con Netflix, una protagonista inesperada se convierte en la voz de las que no tienen voz. Se trata de un caso que interpela no solo porque tiene todos los ingredientes de una buena telenovela sino también porque ocurre “en las mejores familias”. La actriz que se hizo conocida a comienzos de los 2000 en el programa Poné a Francella, modelo, conductora, mediática, belleza hegemónica, autora de la novela Yo tendría que estar muerta -ficción catártica basada en hechos muy reales-, mujer de clase media alta que denuncia a su exmarido empresario gastronómico y forma una nueva pareja con un hombre bello, músico de familia ilustre que la escucha, la acompaña, musicaliza su libro (el tema se llama Presa) y le habilita la memoria del trauma y su relato, entonces ella toma conciencia de su situación y admite el privilegio de haber podido llegar a una instancia judicial definitoria por su pertenencia de clase y desde ahí se presenta como ejemplo y mensaje.

    Sabemos que el agua es difícil de controlar, se escurre, se cuela por los intersticios, derrama, invade, inunda (no alcanza con privatizar Aysa). Y la cuarta ola tiene consecuencias jurídicas reales. Lo estamos viendo hoy, en tiempos de reacción contra todo aquello que creíamos que estaba bien; la condena a Contardi ilumina las zonas oscuras de la institución matrimonial. 

    Tal es el impacto social del caso que hasta el biógrafo del presidente Javier Milei, el ultraderechista Nicolás Márquez, tuvo que levantar su posteo en X por los ataques que recibió. Un mensaje particularmente significativo fue el de Emanuel Ortega, donde salió con los tapones de punta en defensa de su mujer. El tuit de Márquez, desde el cual también increpaba a Ortega, decía, literal:  “Cualquier mujer con dos dedos de frente y cierto nivel cultural, al ser golpeada o abusada por su esposo se separa en el acto y hace la denuncia pertinente… ¿Cómo hizo para vivir por años bajo ‘secuestro’ sin escaparse?”. Cuando sabemos que ser abusada por su esposo y no poder separarse es justamente lo que pasa en la mayoría de los casos de la violencia de género que atraviesan todas las clases y niveles socioculturales.

    El mundo del espectáculo no se quedó atrás y, salvo Pampita, que prefirió abstenerse de opinar, se multiplicaron los mensajes de apoyo, desde Guillermo Francella hasta Graciela Borges, pasando por Yanina Latorre, Agustina Kampfer y muchísimos más. Marina Calabró,  en un programa junto a Facundo Pastor, se solidarizó con la víctima, pero planteó la duda sobre si el caso hubiese escalado si la víctima no hubiera sido quien es. Una vez más, la cuestión de clase. El tema no es político porque los trolls mileístas le hayan dado batalla cultural. Es político porque interpela al Estado y a nosotros y nosotras, habitantes del pueblo argentino. 

    Tal vez hoy estemos frente a un comienzo de cambio. Sin duda, para Julieta Prandi y sus hijos lo es (también para Contardi, naturalmente). Un tiro para el lado de la justicia. Un retroceso que, paradojalmente, empuja hacia la victoria, la reacción que provoca una acción. Una buena para los buenos. Hoy hay esperanza.

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