La emoción de sentir la raíz familiar en el ex Hotel de los Inmigrantes

La emoción de sentir la raíz familiar en el ex Hotel de los Inmigrantes

 

El Museo de la Inmigración es conocido como el ex Hotel de los Inmigrantes, un complejo histórico ubicado en puerto Madero Buenos Aires, donde funcionó entre 1911 y 1953 para alojamiento de miles de inmigrantes que llegaban al país.

Actualmente el edificio alberga el Museo de la Inmigración donde podemos conocer la rica historia de la inmigración argentina.

Entre 1906 y 1911 miles de inmigrantes buscaban nuevas oportunidades en Argentina. Este lugar realizado con técnica de hormigón armado buscaba suavizar la propagación de enfermedades infecciosas entre los recién llegados.

En busca de la raíz familiar

Así fue como un día decidí ir a este lugar y buscar algún certificado de arribo de mi abuelo proveniente de Polonia.

Les cuento que un día llega a mí un mapa y unas 23 hojas en idioma polaco redactadas por mi abuelo Alfred Mrozowski que despertaron una inmensa curiosidad. Allí el abuelo contaba su viaje y encontrar estas líneas para mí fue oro puro.

El abuelo Alfred junto a su familia.

Él, en primera persona, contaba su experiencia y aquí va esta edición especial de El Diario de Vanesa, como un pequeño homenaje a mi abuelo Alfred, que comenzó su sueño de conocer las Américas con tan solo unos 30 dólares.

Mi historia familiar seguramente será la de muchísimas personas a lo largo y ancho de nuestra Argentina, de aquellos que buscaron un nuevo camino.

Aquí el abuelo Alfred ya en la Argentina.

La carta del abuelo

El recorrido de puño y letra que hizo el abuelo Alfred y que logramos traducirla al español, cuenta que nació un 25 de mayo de 1909 en Chełm, una ciudad situada en el voivodato de Lublin, Polonia, a escasos 25 kilómetros de la frontera con Ucrania.

En su carta relata que comenzó el colegio a los 9 años y que no faltó ningún día a clases . Lo que más le gustaba era dibujar (no es casualidad que yo también tenga ese don, no?)

La carta de puño y letra que logramos traducir del polaco al español.

Así fue que mi abuelo con 30 dólares comenzó su sueño de llegar a la Argentina. Para ello él mismo relata en su escrito que pasó unos días en el hotel de los Inmigrante de Varsovia, para luego continuar un trayecto donde fue conociendo el mundo en busca de su sueño: la Argentina.

Pero también luego soñaba a su vez con poder volver a su Polonia natal para poder contar su aventura. En la Argentina llegó a ser jefe de taller de Ford, practicaba boxeo, era un gran bailarín y un trabajador estricto llegando a construir su casa y dedicó sus días a su taller mecánico propio y su familia.

El abuelo, con corbata, como jefe de Taller de la empresa Ford.

Aventurero, con miedo, pero con mucha ilusión hizo su maleta y se lanzó a descubrir el mundo, así como muchos inmigrantes que venían a la Argentina en busca de una mejor vida en un mundo de guerra.

El Hotel de los Inmigrantes

El Hotel de los Inmigrantes recibió a quienes arribaron a la Argentina con la esperanza de construir un futuro mejor. Su llegada e integración dejaron una huella profunda en nuestra cultura, nuestra identidad y nuestras costumbres.

Una visita que emociona porque allí están las raíces de muchas familias argentinas.

Entrar allí es viajar en el tiempo para revivir lo que sintieron nuestros antepasados al llegar al puerto, cuando arribaron sin nada a la Argentina, con la promesa de obtener un pedazo de tierra si eran agricultores, o un trabajo, si eran obreros o comerciantes.

En 1905 comienza la construcción del complejo, la primera obra fue el Desembarcadero con todas las comodidades para atender a los pasajeros de 1º, 2ª y 3ª clase y las oficinas de Aduana, Prefectura y Dirección Nacional de Higiene terminada a fines de 1907. Al año siguiente se construyó el edificio de la Administración y de la Dirección. En 1909 se levantaron la Enfermería, Lavaderos y Baños. Por último, se construyó el edificio donde estarían el comedor y los dormitorios que fue inaugurado en 1911.

En la planta baja funcionaban el comedor, la cocina, la panadería y la carnicería, en los tres pisos superiores estaban los dormitorios, cuatro por piso con capacidad para 250 personas cada uno. Este edificio fue uno de los primeros construidos en hormigón armado de la ciudad y respetaba todas las normas del Higienismo de la época: paredes azulejadas, grandes ventanales para ventilar, amplios corredores y escaleras de fácil limpieza.

La rutina de los que se alojaban era muy estricta, a las seis de la mañana las celadoras despertaban a los huéspedes y se organizaba el desayuno por turnos de mil personas. Luego las mujeres se ocupaban del lavado de la ropa y los niños mientras los hombres tramitaban su colocación en la oficina de trabajo. Todos podían entrar y salir libremente del Hotel.

El imponente Hotel y los miles de inmigrantes que llegaron por un futuro mejor en la Argentina.

El Hotel funcionó hasta el año 1953, y a lo largo de su historia se alojaron alrededor de un millón de personas. En 1990, mediante el Decreto Nro. 2402, fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Sin lugar a dudas el haber visitado el Ex Hotel de los Inmigrantes fue muy conmovedor para mí, donde por un momento cerré los ojos y me imaginé al abuelo allí.

Espero que les haya gustado esta edición de El Diario de Vanesa y ¡será hasta la próxima!

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