Fassi exigió alternancia en la AFA y ahora busca quedarse 20 años seguidos al frente de Talleres
El octubre del año pasado, cuando el presidente de AFA, Claudio ‘Chiqui’ Tapia en un contexto polémico adelantó las elecciones, reformó el estatuto de AFA, eliminó descensos y pidió extender su gestión al frente del fútbol argentino, el único club que le votó en contra fue Talleres. La entidad de Córdoba que dirige el empresario que coquetea con el mundo libertario, Andrés Fassi.
Fassi, no sólo mandó a su dirigente Rodrigo Escribano a votar en contra en aquella asamblea del 2024, decisión que el hombre que en algún momento respondió de manera directa a Aldo Roggio debió soportar bajo la silbatina del resto de los dirigentes del fútbol, sino que además inició el camino mediante la Inspección General de Justicia (IGJ), desde donde luego intentaron voltear la asamblea por orden del presidente Javier Milei.
Ahora, bajo un silencio incómodo para algunos despachos del fútbol de Córdoba, el propio Fassi va por lo mismo que él le votó en contra el año pasado a Tapia: una reforma del estatuto que se votará este domingo en una asamblea muy favorable y que le permitirá, además, una gestión de cinco mandatos consecutivos en el club. Es decir, a razón de cuatro años por gestión, si esto se aprueba este fin de semana en Córdoba, Talleres será el único club de todo el país en el que una misma persona puede estar dos décadas al mando de la entidad.
Contrario al reclamo de un esquema más democrático y una previsibilidad que Fassi le reclamó públicamente a Tapia el año pasado.
“Lo que se va a votar es una locura. Es convertirse en el ‘Insfrán’ del fútbol argentino. Tener la llave y decidir absolutamente todo, incluso con la chance de bloquear a cualquiera que le pueda hacer sombra”, dijo a LPO una persona que conoce desde adentro la interna política del club de Barrio Jardín. Porque, en la reforma que se votará este domingo se incluye, además, una serie de condiciones para ser candidato a presidente que van desde la cantidad de seis años continuos como socio hasta la exigencia de que, todo aquel que pretenda ser candidato a presidente, deba acreditar un patrimonio personal equivalente al 5% del presupuesto anual del club.
Es decir, casi dos millones de dólares de patrimonio personal. “Es un traje a medida para él y su familia; los próximos presidentes de Talleres tendrán el apellido Fassi, porque si no es él será su hijo. No hay otro que tenga ese patrimonio y al mismo tiempo ese tiempo en la dirigencia. Te corren por un lado o por el otro”, dijo a este sitio otra fuente del fútbol cordobés.
Desde la dirigencia, el portavoz del club, Miguel Cavatorta dijo esta semana en algunas radios cordobesas que “serán los socios los que decidan si quieren o no que Fassi continúe”. Aunque, en realidad, los detractores que tiene Fassi dentro de la misma entidad sostienen que esto no es así porque los que decidirán esto son los asambleístas -un grupo de 100 socios- que le garantizarán la continuidad y el espaldarazo a Fassi.
Esta misma semana, y con los mismos argumentos que el presidente de Talleres le reprochó a Tapia el año pasado, el socio y opositor Daniel Quinteros acudió a la Justicia para tratar de frenar la asamblea de este domingo. “Es una reforma totalmente oculta a los socios”, dijeron desde el entorno de la líder de la agrupación Más Talleres y agregaron: “hicimos todo el camino institucional reclamando participar de la reforma. Ante la falta de respuesta presentamos un amparo con un pedido cautelar de suspender el tratamiento del punto 6 del estatuto. La Justicia entendió que hay una instancia administrativa abierta que aún no resolvió sobre la regularidad del proceso de reforma y, por eso, no admitió el amparo. Pero queda abierto el cuestionamiento judicial luego de la revisión de IPJ (Inspección de Personas Jurídicas)”.
El malestar de los socios albiazules que reclaman un club con mayor participación y una vida política más activa puso a muchos a consultar a distintos especialistas en derecho deportivo. Sobre todo, porque el artículo que incluye la condición económica rompe la vida democrática de la entidad. “Es casi antidemocrático que para presentarse a una elección debas responder con tu patrimonio, sólo los millonarios pueden dirigir un club entonces”, dijo un socio.
Que, además, criticó el fallo del juez Pablo Pecchio, quien esta misma semana rechazó la medida cautelar presentada por el propio Quinteros para que no se tratara la modernización del estatuto.
Fassi, sondeado hace algunos meses para su ingreso a la política desde el arco libertario, es una persona observada desde varios despachos. Por su alto nivel de conocimiento -está en el top5 en las encuestas con Schiaretti, Llaryora, Juez y De Loredo-, pero también por lo polémico en sus decisiones.
Por caso, un conocedor de estos detalles en el fútbol de Córdoba ponderó la manera en la que se reformó el estatuto de Instituto bajo la presidencia de Juan Manuel Cavagliatto, el hombre de Tapia en Córdoba, frente a lo que impulsa Fassi. “Fue más participativo, inclusivo. Hasta para los órganos de control. Uno modernizó el estatuto y el otro busca eternizarse, ojo… los dos en lo inmediato quieren la reelección, el tema es el cómo”, relató una fuente a LPO.