| |

¿Y si todo fue parte de un plan?

La trama oculta detrás de las elecciones en Río Negro.


Mientras el país digiere los resultados de las legislativas de medio término, en Río Negro, el tablero político parece haber movido fichas con una estrategia mucho más compleja de lo que aparenta. ¿Fue una elección al servicio de la provincia o una jugada maestra pensada desde la nación, con la mira puesta en el 2027?


El pasado fin de semana, el pulso electoral se sintió en cada rincón del país. Las urnas hablaron y, a primera vista, los resultados parecen dibujar un mapa político predecible. Pero, ¿qué sucedería si les digo que todo fue parte de un plan meticulosamente orquestado, donde las apariencias son solo un velo? En Río Negro, la reciente contienda legislativa de 2025 dejó más interrogantes que certezas, especialmente si nos aventuramos a analizar las movidas de algunos candidatos ya analizados en elecciones anteriores, de un perfil por demás tibio.

La narrativa oficial nos presenta una disputa local, pero al observar los movimientos estratégicos, la sombra de una agenda nacional se proyecta con fuerza. Los principales actores políticos rionegrinos, lejos de batallar por el destino provincial, parecieran haber actuado como peones en un ajedrez mucho más grande. ¿Es posible que la oposición a los Soria haya sido más una excusa que una convicción profunda, especialmente si consideramos las tensiones y acercamientos con figuras como Villaverde?

El ex vicegobernador, cuya relación con los Soria se fracturó, perdió toda chance de mantenerse en el eje gubernamental pos mandato con ellos de cara a 2027. Esta fractura, ¿fue el detonante de una reconfiguración de alianzas que ahora vemos materializada? La inversión desproporcionada en ciudades que, según los datos estadísticos, arrojan una alta concurrencia conservadora –como la notoria inversión en Regina, históricamente con una tendencia a la centro-derecha–, mientras se abandonan ciudades consolidadas como Allen, no es una coincidencia. Es una jugada calculada, un intento de consolidar el voto de centro-derecha, intentando acaparar lo que la «candidata narco» no termina de convencer y que busca alinear los intereses provinciales con la ola libertaria nacional.

No es descabellado afirmar que la Libertad Avanza no solo contaba con sus propios candidatos. Juntos Defendemos Río Negro podría haber operado como un ala no oficial del partido de Milei, expandiendo su influencia de forma sutil pero efectiva. Una hipótesis que cobra aún más fuerza si consideramos episodios recientes como la crítica del peronismo de Río Negro a JSRN por el voto de Agustín Domingo a favor del DNU nacional. Este tipo de alineamientos en cuestiones clave de la agenda federal, más allá de las disputas locales, sugiere una coordinación y una mirada puesta en una estrategia de mayor alcance.

Nos encontramos, entonces, ante una elección que se disputó más al servicio de una estrategia nacional que por la genuina proclamación provincial. Porque si hay algo que no se puede discutir, es que los Soria han logrado revertir una condición de la ciudad, sentando precedentes y ofreciendo un molde de lo que se puede lograr en muchas localidades de esta índole. Por supuesto, las ideas envejecen y, con el tiempo, se destiñen; pero hay logros innegables que marcan un camino. La cuestión es si este camino, por más imperfecto que sea para algunos, fue conscientemente desviado por un «plan» mayor.

La pregunta resuena: ¿Y si este era el plan? ¿Y si lo que vimos no fue una simple elección, sino una intrincada danza de intereses nacionales que utilizaron a Río Negro como escenario, redefiniendo las alianzas y preparando el terreno para una disputa aún mayor en 2027? La política rionegrina, una vez más, nos demuestra que lo que se ve en la superficie, rara vez es la historia completa.


Difunde esta nota

Publicaciones Similares