Virtualidades argentinas: milagros al corte

Entre cortes y recortes marchan minuta los exquisitos e impolutos milagros argentos de cada día.
Por A. S. Cegán para Noticias la Insuperable ·
Como esas pizzas que marchan al corte para que el mozo de mostrador las reparta en porciones a satisfacción de los que demandan muzza con fainá o jamón y morrones, los fallos de jueces, camaristas y supremos salen a la diestra -nunca a siniestra- para calmar el apetito voraz de comensales acicateados por mercados -tanto de capitales como de sufragantes en potencia- impacientes.
Esta vez el trío de mozos de Talcahuano sacó una porción a pedir de boca de indignados, fans de la transparencia selectiva y de la difusión irrestricta de meme coins, núcleo duro que se espera no falte a la cita comicial por venir. En la red de Elon se habló de milagro, Corte de lujo o Justicia Divina anticipada por el iluminado Carone, francamente enemigo de Guille pero mucho más del populismo izquierdizante.

No estamos ni en la Cour des miracles, ni en el París distópico de Kester Grant, ni en la corte de la reina Isabel II, estamos en la república impoluta que libertarios con toga y ex cambiemistas con peluca afirman con fervor digital que ha castigado a los corruptos que se fagocitaron dos PBI gracias a un tridente de jurisconsultos guiados por las fuerzas del firmamento, nunca desnortados.

Nunca desnortados pero sí denostados por zurdos insufribles e inservibles kirchos. Zurdaje domado, se sabe, por el paladín que jubiló al precursor Mauricio, un domador ya agotado a fuerza de blandir látigo sobre reposeras y menesterosos que, también se sabe, no piensa irse de miércoles a la plaza.
A los pasivos les dejó un presente griego, que no será Caballo pero sí Pato criollo con peluquín. El estadista precursor merece algo de FIFA y mucho Cumelén, pero ni pizca de Milanesa a la Olivos ahora que disfruta Supremas a la carta.

A los milagros de la corte los complementan otros, también al corte, que sirven Toto y Bau entre REPOs, golondrinas y medianoche para que festejen traders foráneos junto al trolaje vernáculo de la libertad virtual, aunque no falte el atildado de derechas que extrañe las granjas PRO con toques de Cambridge y mesado de barbas adversarias a lo Durán Durán.
Como los milagros no cesan, el éter explota: en marco de bonanza indiscutible, el vástago de Roberto rubricó por sortilegio IPC de punto y medio, porción cual fugazzeta que vale récord de un lustro en la barra de las estadística de potro inquisitorial que caerá como Sambenito sobre detractores siniestros anque econochantas de la pifia eterna. El IPC núcleo del 2,2 será domado en ciber-edición extra de Jesús María con deflación de mayoristas.

Tanta música monoaural, para oído derecho, va dejando sordos a maestros, médicos y jubiletas: antes no la veían, ahora tampoco la escuchan. Es lo bueno de hacerle un corte de mangas a disolventes y degenerados fiscales. Basta de pagar la fiesta de galenos codiciosos. Vamos con los de bien a cortarle el rostro al académico melindroso e igualmente al pasivo revoltoso.

De milagro en milagro, de corte o al corte, contando como le cortamos el chorro a chorras y chorros, con superávit ganado a fuerza de recortes, sin cortar el virtuoso endeudamiento ni obstruir con plazos las bicisendas de mercado, con metafórico pero cuasi literal alquiler de reservas y Panchito Lamolina enseñando el «siga, siga» en el Fondo, nos cortamos solos como faro de libertad en este mundo que la red acorta para hacer la pata ancha sin cortapisas ni quedarnos cortos.