Un fotógrafo está detenido por registrar la violencia estatal

Un jubilado trepándose a las vallas, ayudado por otro. Miércoles 11 de septiembre del 2024. Fotografía: Javier Iglesias.
Se trata de Javier Hugo Iglesias, trabajador de prensa independiente y del medio autogestivo La Chispa Prensa. Él fue detenido en el interior de la plaza seca (Av. Rivadavia y Rodríguez Peña) frente al Congreso de la Nación por la Policía Federal cuando registraba la brutalidad policial desplegada sobre los, las y les jubiladxs que se manifestaban como todos los miércoles. Como dicen ellos: no pelean por su jubilación, sino por la nuestra. Según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) hubo 82 personas heridas por el accionar de los agentes de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal. Se estima que 9 son trabajadores de prensa. Además, hubo 4 detenidos, dos son fotoperiodistas: Tomás Cuesta, a quien no se le convalidó la detención y fue liberado a las 21:20 y Javier Iglesias, quien continúa detenido en la Superintendencia de Investigaciones Federales en Madariaga 6976, Lugano. Además, un jubilado y un joven solidario con la causa fueron privados de su libertad por manifestarse. Los medios comerciales invisibilizaron la detención de Javier por tratarse de un trabajador de medios comunitarios, independiente, difícil de censurar y solidario con las causas del pueblo trabajador. Lo que desconocen, o ignoran a propósito, es que él tiene una larga trayectoria, así como dedicación por este oficio. Si defendemos la libertad de expresión sólo según el sector de conveniencia, la perderemos todos. Por Ariadna Wdowiak (ANRed) con fotografías de Javier Iglesias.
Ayer, en la previa de la jornada represiva, cayó la sesión de Diputados por falta de quórum. Allí se iba a tratar el aumento de la jubilación mínima, la continuidad de la moratoria previsional (vencida el 23 de marzo del 2025) y la suba del bono, el cuál mantiene su valor congelado.
Según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) hubo 82 personas heridas por el accionar de los agentes de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal. Entre los 9 trabajadores de prensa heridos se encuentra Diego Gómez, comunicador independiente quien ya había sido atropellado por la Gendarmería el miércoles 2 de abril cuando también cubría la protesta de jubiladxs. Rodrigo Ruíz, de Revista Cítrica fue nuevamente asistido (como los últimos dos miércoles) tras ser afectado por los gases pimienta a corta distancia. Así como también nuestro compañero Andrés Manrique, quien viene sufriendo los efectos de la represión desde la primera movilización de jubiladxs.
Modalidad de detención: marcar de civil y salir a cazar
Durante la protesta de jubiladxs está tarde, numerosos agentes de la Policía Federal modularon y participaron activamente del operativo represivo sin identificación y vestidos de civil.
Los agentes del brazo armado del Estado tienen que estar identificados según la normativa vigente. Esta medida se adoptó luego de la represión del 19 y 20 de diciembre del 2001, dónde se asesinaron a 39 personas. A partir de allí, se impuso la obligatoriedad de la vestimenta y nombre con cargo identificatorio para facilitar el esclarecimiento de los hechos ante cualquier evento de violencia estatal.
Estás prácticas no son nuevas: numerosas detenciones «al boleo» se realizan de esta manera, cuando un agente de civil «marca» a un manifestante. Lo hemos registrado durante los miércoles de jubiladxs pero también en movilizaciones más grandes como la jornada de la Ley Bases que terminó con 31 personas detenidas, el 12 de junio del año pasado.

Prefectura Naval utilizando una Byrna contra jubiladxs. Detrás puede verse un trabajador de prensa registrando. Fotografía: Andrés Manrique (ANRed).
Sin ir más lejos, desde Resumen Latinoamericano denunciaron que la policía señaló «al fotógrafo de Resumen Latinoamericano Agustín Diéguez. Van a por él, lo empujan contra un hidrante y cae al suelo. Lo agarran los gendarmes para llevárselo y un colega se cuelga de su brazo hasta liberarlo».

Fotografía: Resumen Latinoamericano.
La detención de Tomás Cuesta fue tan desproporcionada como brutal. Cuando se encontraba registrando, lo abordaron entre varios, lo golpearon y, una vez reducido en el suelo entre varios Gendarmes, uno le pisó la cabeza. La versión oficial dice que su detención no fue convalidada debido a que la Unidad Fiscal Este revisó los vídeos y no encontró evidencia que respalde su detención y, por tanto, no fue convalidada. Esta información se dio a conocer mientras estaba retenido en Hipólito Yrigoyen 1824 (Congreso), junto con Javier Iglesias, al jubilado Pablo y al manifestante Leandro, quien se solidarizó con la causa.
Luego, los cuatro fueron trasladados. Tomás fue derivado a una dependencia cercana, sobre Av. Belgrano, donde fue liberado alrededor de las 21:20.

C5N informando la liberación de Tomás como si fuera el único fotógrafo detenido.
Los otros tres hombres fueron llevados al Ministerio Público Fiscal, sobre calle Sarandí a unas tres cuadras del Congreso. Allí permanecieron unas horas, donde se fichó su detención. Por su parte, la abogada Gabriela «Chiqui» Cónder, presentó un Habeas Corpus dado que las tres detenciones fueron arbitrarias.
Finalmente, fueron llevados a la Superintendencia de Investigaciones Federales en Madariaga 6976, Lugano. Allí pasarán la noche y se espera que se les tome declaración al mediodía del día jueves, donde se definirá qué harán con ellos. A los tres se les imputa el artículo 239 del CP, esto es resistencia a la autoridad, una figura habitual para la criminalización de la protesta.
«No hubo ninguna resistencia. Nos estábamos yendo, ni habíamos llegado a guardar las cámaras y nos marcaron. A Javier se le vinieron encima entre varios y se lo llevaron», nos explica uno de sus colegas con quien trabaja a diario. «Yo me tuve que ir porque me amenazaron con llevarme a mí también». Cabe resaltar que Javier está afiliado al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) y estaba debidamente identificado al momento de ser detenido.

Fotografía: Andrés Manrique (ANRed).
«Intentaron agarrar a otro compañero, pero pudo zafar. Tuvimos que acompañarlo junto a un grupo numeroso de fotografxs a tomarse un bondi porque lo querían detener», relata otro colega de un medio comercial.
Comunicación popular porque la información no es mercancía

Lof Quemquemtrew, Cuesta del Ternero. Territorio ancestral Mapuche donde Elías Garay fue asesinado por defenderlo. Fotografía: Javier Iglesias.
No me alcanzaría una sóla nota para relatar por todas las luchas, lugares y recovecos donde ha estado Javier Hugo: acompañó la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito, retrató a familiares de víctimas de gatillo fácil y difundió sus testimonios, acompañó distintas luchas por el acceso a la tierra.
Por ejemplo, fue de los pocos que se animaron a poner el cuerpo cuando el Lof Quemquemtrew se encontraba rodeado por las fuerzas del Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate (COER), que no se permitieron el ingreso de abrigos o alimentos y un campamento humanitario resistía en las afueras. Allí realizamos en conjunto este material audiovisual.

Comunidad Jasuka Vendá, Paraguay. Marzo del 2021. Fotografía: Javier Iglesias.
También fue parte de la primera delegación que tomó la enorme tarea de buscar a Lichita con vida y buscar justicia por Lilian y Marian, de 11 años, asesinadas por el ejército paraguayo. «Tuve la posibilidad de participar como prensa en una comitiva por los Derechos Humanos en busca de Lichita en Paraguay, parte de esta misión fue visitar una comunidad originaria cerca de donde se vio por última vez a la niña, hija de Carmen Villalba. La comunidad Jasuka Vendá tiene 300 personas que habitan 60 casas, se encuentran en el Cerro Guazú a 70 km de Yby Ya’u», expresaba Javier en aquel entonces.

Una niña jugando en la recuperación territorial de Guernica, octubre del 2020. Retratada por el ojo de Javier Iglesias.
Fue también fundamental su acompañamiento durante toda la recuperación territorial de Guernica y también sus registros colaboraron a reconstruir el operativo desmedido que dejó a 2000 familias en la calle, para «devolverle» las tierras a Bellaco S.A, quienes las consiguieron de manera irregular durante la última dictadura cívico militar. Pero también acompañó las luchas por el acceso a la vivienda digna del «Barrio Unido», en Rafael Castillo, contra el desalojo en Hipólito Yrigoyen 79, Avellaneda, donde el Bingo de esa localidad desalojó a familias de la zona para quedarse con sus terrenos y expandir así el estacionamiento. Y un innumerable etcétera.

Quinteto Negro La Boca, en su disco «Cicatrices». Fotografía: Javier Iglesias.
Javier Hugo fue detenido en las inmediaciones del Congreso por encontrarse registrando un operativo absolutamente desmedido, que tuvo como objetivo a jubiladxs que pelean por derechos tan básicos como acceder a su medicación, como también a los trabajadores de prensa que documentan la violencia perpetrada por el Estado, ejecutada esta vez por su brazo armado.
Los medios comerciales invisibilizaron su detención, a pesar de que tanto SiPreba como la Asociación de Reporteros Gráficos (aRGa) se pronunciaron al respecto, por ser un trabajador de prensa independiente y perteneciente a la comunicación popular, dando por finalizada la persecución a periodistas de esta jornada con la liberación de Cuesta. De hecho, numerosos trabajadores de la comunicación que se habían acercado a Rivadavia para realizar un camarazo en repudio a sus encarcelamientos, se retiraron cuando fue anunciada la libertad de Tomás. Despreciando de este modo no sólo el trabajo de Javier, sino de todos los trabajadores de prensa autogestivos y comunitarios.
En este país, la libertad de expresión siempre se vio condicionada según la situación política de turno. Sin embargo, es innegable que la gravedad se ha profundizado desde la llegada de la gestión de Javier Milei, al punto que es el propio jefe de Estado quien arenga contra nosotros sin mediar consecuencias, llegando inclusive a realizar denuncias penales sin fundamentos. También, la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich ha negado que Pablo Grillo sea un trabajador de prensa y diciendo que se trataba de un militante, justificando así el accionar de la Gendarmería. Pablo también pertenece al circuito de la comunicación popular.
Libertad de expresión y el libre ejercicio de la prensa debe defenderse en conjunto, sin importar el sector en el que estemos insertos. Los ataques no son individuales, sino contra todos nosotros sin distinción.
En definitiva, podrán encarcelar al fotógrafo, pero no su mirada.